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PRÁCTICAS EDUCATIVAS INTERCULTURALES EN
LA ESCUELA DE SANTA TERESA: UNA
SISTEMATIZACIÓN DESDE LA EXPERIENCIA
FORMATIVA DE LOS ESTUDIANTES DE
PEDAGOGÍA EN I Y II CICLOS DE LA UNIVERSIDAD
NACIONAL
INTERCULTURAL EDUCATIONAL PRACTICES AT THE
SANTA TERESA SCHOOL: A SYSTEMATIZATION BASED ON
THE TRAINING EXPERIENCE OF PEDAGOGY FIRST AND
SECOND CYCLE STUDENTS OF THE NATIONAL UNIVERSITY
Luis Diego Vega Cruz
Universidad Nacional de Costa Rica

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DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19475
Prácticas educativas interculturales en la Escuela de Santa Teresa: Una
sistematización desde la experiencia formativa de los estudiantes de
Pedagogía en I y II Ciclos de la Universidad Nacional
Luis Diego Vega Cruz 1
luis.vega.cruz@una.cr
https://orcid.org/0009-0006-8290-176X
Universidad Nacional de Costa Rica
RESUMEN
El artículo prácticas educativas interculturales en la Escuela de Santa Teresa sistematiza la experiencia
formativa de estudiantes de Pedagogía en I y II Ciclos de la Universidad Nacional de Costa Rica,
quienes realizaron prácticas docentes en un contexto escolar caracterizado por su diversidad cultural
debido al turismo, la migración interna y la presencia de población extranjera o nacional. La
investigación, de enfoque cualitativo, analiza cómo la educación intercultural se convierte en una
herramienta clave para promover respeto, diálogo y equidad entre personas de diferentes orígenes
culturales, adaptando las estrategias pedagógicas a la heterogeneidad lingüística y cultural del
estudiantado. Los futuros docentes participaron en actividades que integraron creatividad, conciencia
ambiental y metodologías activas, fortaleciendo competencias como empatía, adaptabilidad y
comunicación. Las experiencias recogidas muestran la importancia de vincular la teoría universitaria
con la práctica real, destacando el papel de los practicantes como mediadores interculturales y agentes
de cambio. Se identificaron desafíos como las desigualdades socioeconómicas, la falta de recursos y
las brechas en la formación docente en materia de educación intercultural crítica. El artículo concluye
que las prácticas educativas, más que un requisito académico, son una oportunidad para desarrollar
una enseñanza inclusiva, humana y contextualizada. Recomienda que las universidades integren la
educación intercultural como eje transversal de la formación y que se fortalezcan los vínculos escuela-
universidad para enriquecer los procesos de enseñanza-aprendizaje en contextos diversos.
Palabras claves: educación intercultural, prácticas docentes, formación docente, equidad, respeto
1 Diplomado en Neuroeducación - Licenciado en I y II ciclos- Licenciado en Administración Educativa – Maestría en
Psicopedagogía – Académico de la Universidad Nacional – Tutor de Trabajos Final de Graduación en la Universidad Estatal a
Distancia (UNED) y Universidad Hispanoamericana.

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Intercultural educational practices at the Santa Teresa School: A
systematization based on the training experience of Pedagogy first and
second cycle students of the National University
ABSTRACT
The article Intercultural Educational Practices at Santa Teresa School systematizes the formative
experience of students from the Primary Education Teaching Program (First and Second Cycles) at the
National University of Costa Rica, who carried out teaching practicums in a school context
characterized by cultural diversity due to tourism, internal migration, and the presence of both foreign
and national populations. This qualitative research analyzes how intercultural education becomes a
key tool to promote respect, dialogue, and equity among people from different cultural backgrounds,
adapting pedagogical strategies to the linguistic and cultural heterogeneity of the student body. The
future teachers participated in activities that integrated creativity, environmental awareness, and active
methodologies, strengthening competencies such as empathy, adaptability, and communication. The
collected experiences highlight the importance of linking university theory with real practice,
underscoring the role of student teachers as intercultural mediators and agents of change. Challenges
were identified, such as socioeconomic inequalities, lack of resources, and gaps in teacher training in
the field of critical intercultural education. The article concludes that educational practices, more than
just an academic requirement, are an opportunity to develop inclusive, humane, and contextualized
teaching. It recommends that universities integrate intercultural education as a cross-cutting axis in
teacher training and strengthen school-university partnerships to enrich teaching-learning processes in
diverse contexts.
Keywords: intercultural education, teaching practicum, teacher training, equity, respect
Artículo recibido 24 julio 2025
Aceptado para publicación: 27 agosto 2025

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INTRODUCCIÓN
La Escuela de Santa Teresa, ubicada en la provincia de Puntarenas, Costa Rica, se encuentra en una
región costera caracterizada por su diversidad cultural, dinámica migratoria y fuerte presencia del
turismo internacional. Este entorno ha generado una convivencia entre culturas locales, migrantes
nacionales y extranjeros, lo cual presenta tanto desafíos como oportunidades en el ámbito educativo,
esto con el desarrollo de las diversas acciones educativas desde el contexto áulico, asimismo relevante
destacar la importancia de visualizar la convivencia en estos espacios con los estudiantes en formación
académica, para así desarrollar cimientos pedagógicos desde su formación.
En este contexto, la educación intercultural se convierte en una herramienta clave para fortalecer el
reconocimiento, respeto y diálogo entre contexto dentro del espacio escolar. No se trata solo de incluir
contenidos en el currículo, sino de transformar las prácticas pedagógicas para que respondan a la
realidad sociocultural del estudiantado y fomenten una praxis más horizontal desarrollando acciones
que favorezcan la dinámica educativa desde los espacios de integración y reflexión académica de los
estudiantes que pronto serán docentes.
La presente sistematización surge a partir de la experiencia formativa de estudiantes de la carrera de
Pedagogía en I y II Ciclos de la Universidad Nacional, quienes realizaron una visita docente en la
Escuela de Santa Teresa y el acercamiento desde los procesos de mediación pedagógica A través de su
vinculación con la comunidad educativa, estos futuros docentes observaron, participaron y
reflexionaron sobre diversas prácticas pedagógicas que promueven el fortalecimiento de la
contextualización desde las aulas escolares a las aulas universitarias. Este artículo tiene como objetivo
vivencias las prácticas educativas desde los espacios áulicos y los aportes adquiridos en las aulas
universitaria.
El fortalecimiento de las prácticas pedagógicas es fundamental para el aprendizaje, esto procesos no
deben ser mecánico sino una vinculación con la construcción del conocimiento, lo que hace
imprescindible una enseñanza más contextualizada y significativas para cada estudiante. Esta visión se
encuentra alineada con los principios de la Política Educativa (2016) La Persona: Centro del Proceso
Educativo del Ministerio de Educación Pública (MEP), que establece como eje principal el respeto por
las características individuales y el desarrollo integral del estudiantado. En este contexto, la diversidad

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en el aula representa un desafío significativo para los docentes, quienes deben implementar estrategias
metodológicas adecuadas a las diferencias individuales. El aprendizaje es un proceso social en el que
la interacción con otros juega un papel clave en la construcción del conocimiento.
La educación es un proceso fundamental para el desarrollo individual y social del ser humano, es
importante, ya que analiza la evolución y el progreso que lleva la sociedad. A través de la educación se
transmiten conocimientos, valores y competencias que adquieren las personas para integrarse y
contribuir ante la sociedad. Según lo mencionado por León (2007) la educación se refiere a:
La educación es un proceso humano y cultural complejo. Para establecer su propósito y su
definición es necesario considerar la condición y naturaleza del hombre y de la cultura en su
conjunto, en su totalidad, para lo cual cada particularidad tiene sentido por su vinculación e
interdependencia con las demás y con el conjunto. (p. 596)
Sin embargo, otro autor como Touriñan (2018) dice que:
El significado real de la educación es la confluencia de carácter y sentido. El carácter es el
rasgo distintivo o conjunto de características que determinan a algo como lo que es. El carácter
de la educación es su determinación, lo que la determina. El sentido de la educación es lo que
la cualifica; es la específica perspectiva de enfoque o cualificación, que se infiere de la
vinculación que se establece entre el yo, el otro y lo otro en cada acto educativo, atendiendo a
las categorías conceptuales clasificatorias de espacio, tiempo, género y diferencia específica
(p. 50)
Ambos conceptos tienen una relación, uno hace referencia a la educación como un proceso humano y
cultural complejo que se relaciona con la naturaleza que tiene el ser humano, por otro lado, se hace
referencia a algo más concreto y específico, ya que no se determina sólo por su carácter, sino también
por su sentido. Ambos conceptos dan a entender que la educación es un proceso complejo, que se
caracteriza por su esencia y por las experiencias y relaciones que se desarrolla.
La educación intercultural se concibe como un proceso pedagógico orientado a fomentar el respeto, la
equidad y el diálogo entre personas y grupos culturalmente diversos. Lejos de limitarse a la inclusión
de contenidos folclóricos, esta perspectiva busca cuestionar relaciones de poder, promover la justicia

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social y valorar los saberes y formas de vida de todas las culturas presentes en un entorno educativo
(Walsh, 2009).
Según UNESCO (2006), la educación intercultural “permite la comprensión mutua y el
enriquecimiento recíproco entre personas de diferentes orígenes culturales”. En contextos escolares,
implica tanto cambios curriculares como metodológicos, además del compromiso ético y político de
los docentes. El Ministerio de Educación Pública (MEP) reconoce la necesidad de atender estas
realidades desde una perspectiva inclusiva e intercultural, promoviendo una “educación pertinente y
contextualizada” (MEP, 2015). Sin embargo, en la práctica, aún existen brechas en la formación
docente, en el diseño de materiales y en la implementación de políticas efectivas en el aula.
Las aulas de la Escuela de Santa Teresa reflejan una notable heterogeneidad, además encontraron
estudiantes de distintas nacionalidades, así como hijos e hijas de familias biculturales o bilingües.
Muchos niños y niñas llegan al sistema educativo sin dominar completamente el español, mientras
otros provienen de hogares costarricenses con fuertes raíces en las tradiciones locales.
Frente a esta realidad, los docentes titulares, en conjunto con los estudiantes universitarios, buscaron
adaptar sus estrategias pedagógicas para atender esta diversidad, utilizando el idioma inglés como
puente comunicativo en algunos casos, integrando temas locales en las asignaturas, y fomentando la
participación activa de las familias en actividades culturales y pedagógicas.
METODOLOGÍA
Según los autores Hernández et al (2014), el enfoque cualitativo se caracteriza por concentrarse en la
comprensión de los fenómenos sociales en su contexto natural, privilegiando la interpretación y el
significado desde la perspectiva de los participantes. Este enfoque favorece la generación de
conocimientos ricos en detalles y matices, que son esenciales para entender cómo los docentes en
formación.
El enfoque cualitativo se alinea al propósito de este ya, que busca describir, interpretar y comprender
las prácticas y percepciones sobre las acciones metodológicas, en lugar de medir variables de forma
numérica o establecer relaciones causales precisas. Además, permite captar la subjetividad y la
contextualización del fenómeno, considerando las características particulares de cada institución
educativa y las experiencias individuales de los docentes en formación.

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En síntesis, el enfoque predominante en esta sistematización es cualitativo. Esta perspectiva es idónea
para abordar una problemática compleja como las aulas escolares o un desafío desde diferentes aristas,
ya que facilita una comprensión profunda, contextualizada y significativa del objeto de estudio,
posibilitando la formulación de recomendaciones prácticas para fortalecer las capacidades de liderazgo
en el entorno educativo.
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
La experiencia sistematizada se desarrolló en la Escuela de Santa Teresa, una institución pública
ubicada en el distrito de Cóbano, provincia de Puntarenas. Esta comunidad costera ha experimentado
en los últimos años un crecimiento acelerado del turismo internacional, lo que ha generado una
composición social diversa que incluye familias costarricenses, migrantes internos de otras provincias
y una población extranjera significativa, especialmente de origen norteamericano, europeo y
sudamericano. Esta realidad imprime un carácter marcadamente multicultural al entorno escolar.
Durante el período lectivo, los estudiantes de la carrera de Pedagogía en I y II Ciclos de la Universidad
Nacional llevó a cabo su práctica docente en dicha escuela, como parte de su formación profesional. El
contacto prolongado con la comunidad educativa permitió a los futuros docentes observar, participar y
co-crear prácticas educativas en las aulas de primero a sexto grado, reconociendo de primera mano los
retos y oportunidades que ofrece el contexto intercultural y educativo, de la misma forma se extraen
diversos párrafos de las experiencias de los estudiantes universitarios, para así realizar la vinculación
con la teoría y la práctica.
Experiencia # 1 estudiante Kendra Yulieth Fallas Palacios, Tercer Año de Pedagogía en I y II Ciclos

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Figura 1. Tomada de mi diario mi sentir. Curso: Exploración y descubrimiento de escenarios
para el desarrollo de experiencias socioeducativas.
La experiencia refuerza la importancia de la dimensión afectiva en la educación intercultural, además
del vínculo y la acogida de los niños influyen en la percepción positiva de la práctica, las condiciones
ambientales pueden impactar la dinámica de las actividades y el bienestar del docente o del facilitador,
y las metodologías activas (manualidades con material reciclado) favorece la participación y genera
motivación, en estos espacios se evidencia un proceso de autoaprendizaje del facilitador, donde se dan
un proceso de reflexión pedagógica.
Experiencia # 2 estudiante Natalia Isabel Villalobos Corrales, Tercer Año de Pedagogía en I y II Ciclos
Figura 2. Tomada de mi diario mi sentir. Curso: Exploración y descubrimiento de escenarios
para el desarrollo de experiencias socioeducativas.
Desde el objetivo educativo, se pretende no solo transmitir conocimientos, sino también generar
conciencia ambiental y fomentar la creatividad mediante actividades prácticas, desde el impacto
humano, se subraya el valor de la cercanía, la interacción social y la empatía en el proceso de

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enseñanza-aprendizaje, desde una perspectiva pedagógica, teniendo en cuenta Uso de estrategias
metodológicas adaptadas al momento y a las necesidades de los estudiantes.
Las prácticas educativas representan una oportunidad invaluable para que futuros docentes y
profesionales de la educación conecten la teoría aprendida con la realidad de los contextos escolares.
Estas experiencias no solo fortalecen habilidades pedagógicas, sino que también fomentan valores
como la empatía, la creatividad y la adaptabilidad. La visita a la Escuela Santa Teresa, en el marco de
una gira desde la reserva de Cabo Blanco, ilustra claramente cómo el contacto directo con estudiantes
y comunidades puede generar aprendizajes significativos y duraderos.
La interacción con otros contextos educativos permite ampliar la visión del educador en formación. En
este caso, la implementación de un taller creativo con materiales reciclados no solo estimuló la
imaginación de los niños, sino que también promovió la conciencia ambiental, demostrando que la
educación puede y debe integrar valores de sostenibilidad y cuidado del entorno.
Además, estas prácticas ofrecen un espacio para desarrollar destrezas comunicativas y sociales,
esenciales para la mediación y la atención a las necesidades inmediatas de los estudiantes. El contacto
directo con niños de preescolar y primaria obliga al docente en formación a adaptar su lenguaje,
metodología y recursos para responder a la diversidad de habilidades y ritmos de aprendizaje. Esto
refuerza la idea de que la flexibilidad y la observación son herramientas fundamentales en la práctica
educativa.
Para potenciar estos beneficios, es necesario que las instituciones educativas y universitarias
promuevan actividades que integren la comunidad en el proceso de aprendizaje, fortalezcan el trabajo
interdisciplinario y propicien espacios de reflexión posterior a la práctica. Asimismo, sería valioso que
las universidades planifiquen prácticas de campo desde los primeros años de formación, permitiendo
un contacto progresivo con la realidad educativa.
Experiencia # 3 estudiante Diego Andrés Hernández Hidalgo , Tercer Año de Pedagogía en I y II
Ciclos

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Figura 3. Tomada de mi diario mi sentir. Curso: Exploración y descubrimiento de escenarios
para el desarrollo de experiencias socioeducativas.
Desde la experiencia educativa integral donde el aprendizaje trasciende lo académico para incluir
valores ambientales, habilidades sociales y creatividad, resaltar el impacto positivo tanto en los
estudiantes como en el propio equipo, mostrando un compromiso con la enseñanza humanizada y
contextualizada. Las prácticas educativas constituyen una experiencia clave para el desarrollo
profesional docente, ya que permiten entrar en contacto con realidades diversas y comprender de
manera más profunda los retos y oportunidades de la educación. A través de ellas, el futuro educador
puede adquirir no solo habilidades pedagógicas, sino también sensibilidad y compromiso social. Una
experiencia en particular, como conocer a una madre que asistía a clases para aprender a leer y así
poder ayudar a su hija, ilustra de forma clara el valor humano y transformador de estas prácticas.
El encuentro con realidades como la de esta madre revela la fuerza que tienen las prácticas educativas
para sensibilizar a los docentes en formación sobre las desigualdades y necesidades existentes. No se
trata únicamente de aplicar técnicas de enseñanza, sino de entender que la educación impacta vidas y
que, en ocasiones, representa una herramienta para romper ciclos de exclusión.
Asimismo, la interacción con docentes en ejercicio, como la profesora egresada de la UNA
mencionada, permite comprender la relevancia de conocer distintos contextos para ser mejores
educadores. Este tipo de aprendizajes no se adquieren plenamente en un aula universitaria, sino en el
terreno, enfrentando realidades y adaptando la enseñanza a situaciones concretas.
Para potenciar estos beneficios, es fundamental plantear acciones de mejora. En el ámbito escolar, se
deben diseñar espacios de aprendizaje donde se fomente la participación de familias y comunidades,
reconociendo sus saberes y necesidades. En el contexto universitario, se requiere una planificación que
incorpore prácticas progresivas desde los primeros ciclos, junto con sesiones de reflexión y análisis
crítico que permitan procesar lo vivido y transformarlo en estrategias pedagógicas.

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Experiencia # 4 estudiante María Caballero , Tercer Año de Pedagogía en I y II Ciclos
Figura 4. Tomada de mi diario mi sentir. Curso: Exploración y descubrimiento de escenarios
para el desarrollo de experiencias socioeducativas.
Las prácticas educativas representan un pilar fundamental en la formación tanto de estudiantes como
de docentes, ya que permiten establecer un puente entre el conocimiento teórico y la realidad de los
contextos escolares. A través de estas experiencias, se adquiere una visión más amplia de las
dinámicas educativas, los retos que enfrentan las comunidades y las estrategias necesarias para
mejorar los procesos de enseñanza-aprendizaje. La visita a la Escuela Santa Teresa refleja el valor de
estos encuentros, donde la interacción directa genera aprendizajes significativos y fortalece la
vocación docente.
El contacto con un entorno educativo real permite comprender la educación más allá de los libros y
aulas universitarias. En el caso narrado, el taller de manejo de emociones facilitó un intercambio

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humano profundo: los estudiantes compartieron sus experiencias de vida y se involucraron
activamente en las actividades, mientras que las visitantes pudieron observar de cerca las costumbres,
desafíos y fortalezas de la comunidad escolar.
Uno de los aspectos más relevantes de esta práctica es el desarrollo de competencias
socioemocionales, esenciales para una educación integral. La empatía, la comunicación asertiva y la
capacidad de adaptación fueron habilidades que se pusieron en juego durante la experiencia.
Asimismo, se evidenció la importancia de la creatividad y la flexibilidad como recursos para
responder a contextos diversos y necesidades específicas.
Para fortalecer este tipo de experiencias, es necesario implementar acciones de mejora. En las aulas
escolares, la incorporación de proyectos colaborativos con la comunidad y espacios permanentes de
educación emocional puede potenciar el aprendizaje. En las aulas universitarias, es clave integrar
prácticas de campo desde los primeros ciclos y promover la reflexión crítica posterior, para consolidar
el aprendizaje obtenido.
Las aulas de la Escuela de Santa Teresa reflejan una notable heterogeneidad, ahí se encuentran
estudiantes de distintas nacionalidades, así como hijos e hijas de familias biculturales o bilingües.
Muchos niños y niñas llegan al sistema educativo sin dominar completamente el español, mientras
otros provienen de hogares costarricenses con fuertes raíces en las tradiciones locales. Durante la
experiencia, se documentaron diversas prácticas que promueven la interculturalidad, desde las
experiencias los estudiantes que asistieron a esta experiencia jugaron un papel clave como mediadores
interculturales, ya que su formación teórica les permitió identificar oportunidades de mejora en la
práctica pedagógica, así como proponer y ejecutar estrategias didácticas que integraban la diversidad
cultural como recurso y no como obstáculo. Además, al ser también aprendices, vivieron procesos de
transformación personal al enfrentarse a una realidad educativa compleja que les exigió sensibilidad,
creatividad y capacidad de adaptación. La experiencia vivida en la Escuela de Santa Teresa permite
realizar una reflexión profunda sobre las posibilidades y limitaciones de implementar prácticas
educativas interculturales en contextos rurales costeros como el de Puntarenas.
Pese a las limitaciones materiales y de infraestructura, las maestras y maestros hicieron esfuerzos por
adaptar sus prácticas y acoger las propuestas de los estudiantes universitarios, quienes aportaron una

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visión renovadora y colaborativa. El trabajo conjunto entre la escuela y la Universidad
Nacional también fue una fortaleza clave. Este vínculo permitió un proceso de formación dual: por un
lado, los estudiantes practicantes aplicaban lo aprendido en sus cursos teóricos; por otro, el centro
educativo se benefició de nuevas estrategias, recursos y acompañamiento pedagógico.
CONCLUSIONES
Para los estudiantes de Pedagogía, esta experiencia constituyó un proceso formativo de alto valor. Les
permitió desarrollar competencias como la empatía cultural, la flexibilidad pedagógica, la escucha
activa y el diseño de estrategias inclusivas. La sistematización posterior ayudó a resignificar la
práctica, identificar sus propios sesgos culturales y comprender la docencia como una herramienta de
transformación social.
Esta experiencia también reafirmó la necesidad de que las universidades costarricenses incorporen con
mayor profundidad, contenidos de educación intercultural crítica en sus planes de estudio, no como
unidades aisladas, sino como ejes transversales de la formación pedagógica.
Las prácticas educativas no solo enriquecen la formación profesional, sino que también fortalecen el
compromiso social de quienes participan en ellas. Al involucrarse con realidades diversas, los futuros
docentes desarrollan una mirada más humana y adaptativa, elementos indispensables para transformar
positivamente los procesos educativos. Mejorar estas experiencias, tanto en escuelas como en
universidades, implica apostar por una educación que combine teoría, práctica y sensibilidad social,
garantizando así un aprendizaje más profundo y significativo.
Las prácticas educativas no son solo un requisito académico, sino una oportunidad para desarrollar una
visión más amplia, inclusiva y humana de la enseñanza. El contacto con contextos diversos y personas
con historias de vida significativas permite a los futuros docentes cultivar empatía, adaptabilidad y
compromiso. Mejorar estas experiencias implica articular acciones que unan teoría y práctica,
fortaleciendo así la capacidad del educador para transformar positivamente su entorno, tanto en
escuelas como en universidades.
Las prácticas educativas son mucho más que un requisito académico: son una vía para construir
docentes capaces de responder a las necesidades de sus estudiantes y de aportar soluciones creativas e
inclusivas. La experiencia en la Escuela Santa Teresa evidencia que, cuando la educación se vincula

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con la creatividad, la conciencia social y el cuidado ambiental, se generan aprendizajes integrales y
significativos.
Mejorar y fortalecer estas experiencias es clave para garantizar que tanto las aulas escolares como las
universitarias se conviertan en espacios donde teoría y práctica se retroalimenten en beneficio de una
educación más humana, inclusiva y transformadora.
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