EL PAPEL DE LOS MICROORGANISMOS
ENDÓFITOS EN EL CRECIMIENTO VEGETAL

Y LA TOLERANCIA A DIFERENTES TIPOS

DE ESTRÉS

THE ROLE OF ENDOPHYTIC MICROORGANISMS

IN PLANT GROWTH AND TOLERANCE TO

DIFFERENT TYPES OF STRESS

Brenda Paola Jacob Romero

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, México

Maria Mayra de la Torre Martinez

Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C., México

Víctor Manuel González Mendoza

Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo A.C., México
pág. 10167
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i4.19576
El Papel de los Microorganismos Endófitos en el Crecimiento Vegetal y la
Tolerancia a Diferentes Tipos de Estrés

Brenda Paola Jacob Romero
1
ja369362@uaeh.edu.mx

https://orcid.org/0009-0008-8500-6001

Lic. Ingeniería en Biociencias

Escuela Superior de Apan

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo

México

Maria Mayra de la Torre Martinez

mdelatorre@ciad.mx

https://orcid.org/0000-0001-7753-6602

Centro de Investigación en Alimentación y
Desarrollo A.C., Subsede Hidalgo

México

Víctor Manuel González Mendoza

victor.gonzalez@ciad.mx

https://orcid.org/0000-0003-0082-9954

SECIHTI

Centro de Investigación en Alimentación y
Desarrollo A.C., Subsede Hidalgo

México

RESUMEN

El presente trabajo examina el papel de los microorganismos endófitos entre ellos bacterias, hongos,
levaduras, arqueas y cianobacterias como componentes esenciales del microbioma vegetal y su
importancia en la biotecnología aplicada a la agricultura. Estos organismos colonizan los tejidos
internos de las plantas sin provocar síntomas de enfermedad y establecen interacciones que promueven
el crecimiento, favorecen la absorción de nutrientes, participan en la fijación de nitrógeno, aumentan la
tolerancia frente a condiciones ambientales adversas y, además, producen metabolitos secundarios con
efectos benéficos para el hospedero. Asimismo, se abordan sus principales formas de clasificación, los
mecanismos generales de colonización y las vías más comunes de transmisión, junto con las funciones
que cumplen en la nutrición y la protección de los cultivos. Entre los aspectos más relevantes destaca
su capacidad para estimular el desarrollo vegetal mediante la producción de compuestos reguladores,
mejorar la disponibilidad de nutrientes y contribuir a la defensa contra patógenos y diferentes tipos de
estrés ambiental. Las conclusiones resaltan que los endófitos constituyen un recurso estratégico para el
diseño de prácticas agrícolas sostenibles, al ofrecer alternativas viables al uso intensivo de agroquímicos
y aportar soluciones frente a los retos derivados del cambio climático.

Palabras clave: microorganismos endófitos, crecimiento vegetal, estrés ambiental, potencial
biotecnológico

1
Autor principal
Correspondencia:
victor.gonzalez@ciad.mx
pág. 10168
The
Role of Endophytic Microorganisms in Plant Growth and Tolerance to
Different Types
of Stress
ABSTRACT

The present work examines the role of endophytic microorganisms
among them bacteria, fungi,
yeasts, archaea, and cyanobacteria
as essential components of the plant microbiome and their
importance in biotechnology applied to agriculture. These organisms col
onize internal plant tissues
without causing disease symptoms and establish interactions that promote growth, enhance nutrient

uptake, participate in nitrogen fixation, increase tolerance to adverse environmental conditions, and

additionally produce second
ary metabolites with beneficial effects for the host. Furthermore, their main
forms of classification, general colonization mechanisms, and the most common transmission pathways

are addressed, along with the functions they perform in crop nutrition and protection. Among the most

relevant aspects is their abil
ity to stimulate plant development through the production of regulatory
compounds, improve nutrient availability, and contribute to defense against pathogens and various types

of environmental stress.
The conclusions highlight that endophytes constitute a strategic resource for
the design of sustainable agricultural practices, offering viable alternatives to the intensive use of

agrochemicals and providing solutions to the challenges posed by climate cha
nge.
Keywords
: endophytic microorganisms, plant growth, environmental stress, biotechnological potencial
Artículo recibido 04 Agosto 2025

Aceptado para publicación: 29 Agosto 2025
pág. 10169
INTRODUCCIÓN

En los ecosistemas terrestres, las plantas interactúan con una gran diversidad de microorganismos que
habitan en distintos nichos ecológicos. Uno de ellos es el suelo, que constituye el entorno mineral y
orgánico donde reside gran parte de esta diversidad microbiana. En continuidad con este ambiente se
encuentra la rizosfera, es decir, la zona inmediatamente adyacente a las raíces, enriquecida por
compuestos exudados por la planta. Ascendiendo hacia las partes aéreas, la fobosfera comprende las
superficies externas como hojas, tallos y flores, donde se establecen comunidades epífitas. Por último,
en un entorno más interno y protegido, se localiza la endósfera, que representa el interior de los tejidos
vegetales, donde ciertos microorganismos logran establecerse sin causar daño. Estos entornos
conforman un continuo ecológico que integra al microbioma vegetal, siendo la endósfera el nicho donde
habitan los microorganismos endófitos, actores clave en la fisiología vegetal y en la adaptación a
condiciones ambientales adversas.

¿Qué son los microorganismos endófitos?

Los microorganismos endófitos son aquellos que habitan de forma interna en los tejidos de las plantas
sin causar síntomas visibles de enfermedad en sus hospederas. Este grupo incluye bacterias, hongos,
levaduras, y en algunos casos, incluso cianobacterias y arqueas, todos capaces de establecer relaciones
simbióticas o comensales con la planta. Gracias a su diversidad metabólica y ecológica, estos
microorganismos pueden desempeñar un papel fundamental en el desarrollo vegetal, actuando como
promotores del crecimiento, agentes de protección contra patógenos, y moduladores de respuestas de
defensa frente a condiciones ambientales adversas.

Clasificación ecológica y dependencia funcional

Según su grado de dependencia con la planta, los endófitos se clasifican en obligados y facultativos.
Los endófitos obligados requieren vivir dentro de la planta para completar su ciclo de vida, ya que han
coevolucionado con ella. Este es el caso de algunos hongos micorrízicos arbusculares, que dependen
totalmente del hospedero y no pueden cultivarse en ausencia de la planta. En contraste, los endófitos
facultativos pueden alternar entre una vida libre en el ambiente y una vida endofítica dentro del
hospedero.
pág. 10170
Como se muestra en la Figura 1, los primeros se localizan exclusivamente en tejidos internos, mientras
que los facultativos pueden colonizar desde el suelo y adaptarse a condiciones variables. Ejemplos
comunes de endófitos facultativos incluyen hongos filamentosos como Trichoderma spp. y Fusarium
spp., así como bacterias como Bacillus spp. y Pseudomonas spp., los cuales pueden establecer
interacciones benéficas dependiendo del entorno.

Figura 1
Clasificación de endófitos en plantas. Los endófitos obligados requieren del hospedero para
sobrevivir y completar su ciclo de vida, mientras que los facultativos pueden vivir tanto dentro de la
planta como en el ambiente circundante

Estructuras colonizadas y rutas de ingreso

Estos microorganismos pueden colonizar múltiples estructuras de la planta, como raíces, tallos, hojas,
semillas, flores e incluso frutos. Su ubicación puede variar desde los espacios intercelulares hasta el
interior de las células vegetales o del sistema vascular (xilema o floema), donde establecen relaciones
complejas con la planta hospedera que contribuyen a su adaptación y supervivencia.

Relevancia biotecnológica y fisiológica

La importancia de los microorganismos endófitos radica tanto en su influencia directa sobre la fisiología
de las plantas como en su potencial biotecnológico aplicado en diversos sistemas agrícolas.
pág. 10171
En términos fisiológicos, estos organismos interactúan con el hospedero vegetal modulando rutas
metabólicas esenciales, como la síntesis y señalización hormonal, particularmente a través de la
producción de auxinas, giberelinas, citocininas y otras fitohormonas. Esta capacidad les permite influir
en el crecimiento radicular, la elongación de tallos, la floración y la respuesta al estrés ambiental
(Santoyo et al., 2016).

Además, los endófitos pueden contribuir a mejorar la eficiencia en la adquisición de nutrientes,
facilitando la solubilización de fosfatos, la movilización de micronutrientes como hierro y zinc, y en
algunos casos, la fijación biológica del nitrógeno atmosférico (Rosenblueth & Martínez-Romero, 2006).
También pueden inducir mecanismos de defensa sistémica, activando genes que fortalecen las barreras
inmunológicas del hospedero frente a patógenos y condiciones adversas (Oukala et al., 2021).

Desde el enfoque biotecnológico, estos microorganismos han sido ampliamente investigados por su
potencial como biofertilizantes y biopesticidas, representando alternativas sostenibles al uso intensivo
de agroquímicos (Santoyo et al., 2016). La formulación de consorcios microbianos con capacidad de
adaptación a distintos tipos de suelos y cultivos puede permitir su aplicación en la regeneración de
agroecosistemas degradados y el incremento de la resiliencia de las plantas frente al cambio climático.
Asimismo, su capacidad para sintetizar metabolitos secundarios con propiedades antioxidantes,
antimicrobianas o promotoras del crecimiento vegetal los convierte en recursos potencialmente valiosos
para la industria agrícola, farmacéutica y biotecnológica.

Por lo tanto, comprender las funciones fisiológicas y aplicaciones tecnológicas de los microorganismos
endófitos no solo profundiza en el conocimiento de las interacciones planta-microorganismo, sino que
también impulsa el desarrollo de herramientas innovadoras para una agricultura más productiva y
ecológicamente equilibrada.

Características generales de los endófitos.

Los microorganismos endófitos se caracterizan principalmente por su capacidad para habitar el interior
de las plantas sin causar daño aparente. Colonizan diversos tejidos vegetales como raíces, tallos, hojas,
semillas e incluso flores sin generar síntomas visibles de enfermedad, lo que los diferencia claramente
de los patógenos. Su relación con el hospedero puede ser de tipo benéfica o neutra, y en muchos casos
establecen interacciones simbióticas que favorecen el desarrollo vegetal.
pág. 10172
Una de las funciones más destacadas de los endófitos es la promoción del crecimiento y la salud de las
plantas. Muchos de estos microorganismos pueden producir fitohormonas como auxinas, citoquininas
y giberelinas, que estimulan el desarrollo radicular, la elongación de tallos, la formación de brotes y la
floración. Asimismo, pueden mejorar la absorción de nutrientes esenciales como fósforo, nitrógeno,
hierro y zinc, lo que resulta en un incremento de la biomasa vegetal y una mayor eficiencia metabólica
desde etapas tempranas del crecimiento (Santoyo et al., 2016; Compant et al., 2010). Estas propiedades
funcionales de los endófitos, relacionadas con defensa, crecimiento y nutrición, se resumen en la
Figura2

Figura 2 Propiedades funcionales de los endófitos: defensa, promoción del crecimiento y mejora de la
nutrición en plantas

Además de ayudar a promover el desarrollo, los endófitos pueden actuar como agentes protectores
frente a diversas amenazas biológicas y condiciones ambientales adversas. Son capaces de secretar
compuestos antimicrobianos con actividad antifúngica y antibacteriana, que inhiben el desarrollo de
fitopatógenos (Rosenblueth & Martínez-Romero, 2006; Oukala et al., 2021).
pág. 10173
En paralelo, muchos inducen en la planta respuestas de defensa conocidas como resistencia sistémica
inducida (ISR), activando genes relacionados con la inmunidad vegetal (Oukala et al., 2021; Fontana
et al., 2021). Esta capacidad protectora se extiende también al ámbito del estrés abiótico, ya que
numerosos endófitos contribuyen a aumentar la tolerancia de las plantas frente a sequía, salinidad,
temperaturas extremas y toxicidad por metales pesados, a través de mecanismos fisiológicos y
bioquímicos especializados.

Las interacciones entre endófitos y plantas pueden variar dependiendo del grupo microbiano en
cuestión. Las bacterias endófitas destacan por su capacidad para fijar nitrógeno atmosférico, producir
sideróforos y solubilizar fosfatos, siendo ejemplos comunes los géneros Bacillus spp. y Rhizobium spp.
Los hongos endófitos como Trichoderma spp. y cepas no patógenas de Fusarium spp. se caracterizan
por generar metabolitos antifúngicos, mejorar la absorción de nutrientes y aumentar la tolerancia al
estrés (Fontana et al., 2021). Las levaduras endófitas producen ácido indolacético (IAA), sideróforos y
enzimas beneficiosas, lo que les permite adaptarse eficientemente a ambientes cambiantes (Ling et al.,
2020). Las arqueas, aunque menos estudiadas, han mostrado potencial en la participación de ciclos de
nutrientes y la mitigación del estrés oxidativo, destacando por su presencia en condiciones extremas
(Chow et al., 2022).

Por su parte, las cianobacterias endófitas, como Nostoc spp., establecen simbiosis con helechos y plantas
primitivas, fijando nitrógeno y aportando compuestos bioactivos que contribuyen al metabolismo de
sus hospederos (Bergman et al., 1992; Pereira et al., 2019).

Los endófitos contribuyen activamente a la fisiología vegetal. Modulan rutas hormonales, solubilizan
nutrientes, sintetizan metabolitos secundarios, y en condiciones de estrés, mejoran la tolerancia a sequía,
salinidad, temperaturas extremas y toxicidad por metales pesados.

Clasificación y mecanismos de transmisión

1. Endófitos obligados y facultativos

Clasificándolos por su grado de dependencia, se dividen en obligados y facultativos; los endófitos
obligados dependen completamente de la planta hospedera para completar su ciclo de vida, mientras
que los endófitos facultativos, por el contrario, pueden sobrevivir libremente en el ambiente y colonizar
las plantas cuando las condiciones lo permiten.
pág. 10174
2. Transmisión vertical y horizontal

Los microorganismos endófitos pueden transmitirse a través de dos vías principales: vertical y
horizontal. Como se muestra en la figura 3, la transmisión vertical ocurre cuando los endófitos se
heredan directamente de la planta madre a la descendencia mediante las semillas, lo cual asegura la
continuidad del microbioma a lo largo de generaciones (Wang & Zhang, 2023). En contraste, la
transmisión horizontal se da cuando las plantas adquieren nuevos endófitos desde el ambiente, a través
del contacto con el suelo, el aire, el agua u otros organismos presentes en su entorno.

Figura 1 Mecanismos de transmisión de endófitos: transferencia vertical a través de la semilla y
transferencia horizontal desde el ambiente.

Ingreso a través del xilema o tejidos no vasculares

Los endófitos pueden penetrar la planta a través de las raíces o por heridas naturales en los tejidos y,
una vez dentro, colonizar espacios intercelulares, el sistema vascular (especialmente el xilema), o
incluso el interior de células vegetales. Durante su tránsito por el xilema, algunos endófitos son capaces
de migrar hacia los órganos aéreos de la planta, incluyendo hojas, tallos, flores y, de forma crucial, los
órganos reproductivos.
pág. 10175
Este proceso posibilita que los endófitos lleguen hasta los óvulos en desarrollo o los tejidos circundantes
de las semillas, incorporándose de manera pasiva al embrión vegetal. De esta forma, se facilita su
herencia vertical, asegurando la transmisión de endófitos benéficos a la siguiente generación desde las
primeras etapas del desarrollo. Por ejemplo, algunas cepas de Bacillus spp. y Pseudomonas spp. se han
detectado en el xilema de maíz y trigo, habiendo migrado desde raíces a semillas, influenciando
positivamente la germinación y el crecimiento temprano (Wang & Zhang, 2023).

Colonización del estigma y ovario durante la floración

Otra vía importante es la entrada de endófitos a través del aparato reproductor femenino durante la
floración. En este caso, microorganismos del ambiente presentes en el aire, insectos polinizadores o en
la superficie de las flores pueden colonizar el estigma de la flor y desde allí migrar hacia el ovario. Al
establecerse en los tejidos ováricos, estos endófitos logran acceder a la semilla en formación, lo que
permite que la descendencia inicie su desarrollo con una microbiota heredada tempranamente, incluso
antes de que ocurra la germinación. Este proceso puede estar influenciado por la especie vegetal, el tipo
de flor y las condiciones ambientales durante la polinización. Se ha observado esta ruta de colonización
en flores de Arabidopsis thaliana y algunas gramíneas, donde microorganismos presentes en el polen o
en el ambiente logran establecerse en las semillas por esta vía (Wang & Zhang, 2023).

Contacto postcosecha con el ambiente

Una vez que las semillas maduran y son liberadas, su interacción con el ambiente representa una
oportunidad clave para la adquisición horizontal de nuevos endófitos. Este proceso puede ocurrir
cuando las semillas entran en contacto con:

el suelo (rizobacterias endófitas),

el agua (cianobacterias u hongos dispersos por corrientes),

materia orgánica en descomposición, o

microorganismos transportados por insectos y animales.

Los microorganismos presentes en estos entornos pueden ingresar a la semilla a través de micropilas,
grietas superficiales o zonas de alta humedad, estableciendo una colonización inicial que puede
mantenerse durante la germinación y el desarrollo temprano de la plántula.
pág. 10176
Se han documentado casos de colonización exitosa de semillas de arroz por bacterias endófitas del
género Azospirillum spp. y hongos del género Trichoderma spp., adquiridos desde su entorno natural
antes o durante la germinación (Wang & Zhang, 2023). Las vías de ingreso xilemático, floral y
postcosecha de los endófitos se resumen esquemáticamente en la Figura 4

Figura 2 Vías de transmisión de endófitos en plantas: (i) vía xilema, mediante ingreso a través de raíces;
(ii) vía floral, por colonización de estigmas y ovarios; y (iii) vía postcosecha, a partir del contacto con
suelo, agua o vectores como insectos.

3. Dinámica de colonización y establecimiento

La colonización comienza con la detección de exudados radiculares por parte de los microorganismos.
Luego, se adhieren a la superficie de la planta, penetran mediante estomas o heridas, y finalmente se
establecen en tejidos internos. Para persistir, deben evitar o modular las respuestas inmunes vegetales
(Kandel, et al., 2017).

4. Funciones fisiológicas y ecológicas

Funciones específicas según el tipo de microorganismo endófito

Los microorganismos endófitos, al establecer relaciones simbióticas con las plantas, pueden colonizar
tejidos internos sin causar síntomas visibles de enfermedad. Estas interacciones aportan múltiples
beneficios al hospedero vegetal, dependiendo del tipo de microorganismo involucrado:
pág. 10177
Bacterias endófitas: promueven el crecimiento vegetal mediante la producción de fitohormonas
como auxinas y giberelinas, que estimulan el crecimiento de raíces y brotes. Además, solubilizan
fosfatos y fijan nitrógeno, mejorando la disponibilidad de nutrientes esenciales para la planta.
También participan en el biocontrol de patógenos al secretar metabolitos antimicrobianos que
inhiben el crecimiento de organismos fitopatógenos y fortalecen las defensas naturales de la planta.

Hongos endófitos: mejoran la absorción de nutrientes al incrementar la captación de
macronutrientes como fósforo y nitrógeno, y micronutrientes como zinc y hierro, optimizando así
la nutrición vegetal (Compant et al., 2010). Además, contribuyen a la resistencia al estrés
aumentando la tolerancia de las plantas a condiciones adversas como sequía y salinidad, y producen
compuestos que protegen contra herbívoros y patógenos.

Levaduras endófitas: secretan auxinas y sideróforos que promueven el crecimiento vegetal y
mejoran la adquisición de hierro. También aportan protección frente a estrés abiótico al ayudar a
las plantas a enfrentar toxicidad por metales pesados mediante la modulación en la absorción de
estos elementos.

Arqueas endófitas: aunque menos estudiadas, se ha identificado que pueden promover el
crecimiento vegetal y mejorar la resistencia frente a enfermedades y estrés ambiental.

Cianobacterias endófitas: ayudan en la fijación biológica de nitrógeno al formar asociaciones
simbióticas con diversas plantas, aportando nitrógeno fijo que es esencial para el crecimiento
vegetal. Además, su capacidad para producir metabolitos secundarios genera compuestos
bioactivos que pueden beneficiar a la planta hospedera en su adaptación al entorno.

En conjunto, estos microorganismos endófitos desempeñan roles cruciales en la salud y desarrollo de
las plantas, contribuyendo de forma directa a su nutrición, crecimiento y resistencia frente a estresores
bióticos y abióticos.

Producción de fitohormonas (auxinas, giberelinas, citoquininas)

Solubilización de fósforo y movilización de potasio

Fijación biológica de nitrógeno

Producción de sideróforos y enzimas hidrolíticas

Inducción de Resistencia Sistémica Inducida (ISR)
pág. 10178
Inhibición directa de patógenos por antibiosis

5. Endófitos y tolerancia al estrés abiótico

Los microorganismos endófitos juegan un papel esencial en la mitigación del estrés abiótico en plantas,
activando mecanismos fisiológicos que mejoran la capacidad de adaptación frente a condiciones
adversas. A continuación, se describen los tipos de estrés abiótico más relevantes, sus manifestaciones
y los endófitos asociados.

Estrés hídrico

El estrés hídrico es uno de los factores más limitantes para el crecimiento vegetal, ya que la falta o
exceso de agua afecta la capacidad de las plantas para mantener la turgencia celular, la fotosíntesis y el
equilibrio osmótico. Este tipo de estrés es común durante periodos de sequía prolongada o en situaciones
de inundación que restringen la oxigenación del suelo. En estos contextos, microorganismos endófitos
como Bacillus subtilis y Pseudomonas fluorescens han mostrado inducir la acumulación de
osmoprotectores como prolina y trehalosa, compuestos que permiten a las plantas conservar el agua y
estabilizar sus membranas celulares (Wang et al., 2023). Además, estos endófitos estimulan la síntesis
de enzimas antioxidantes como superóxido dismutasa (SOD), catalasa (CAT) y ascorbato peroxidasa
(APX), reduciendo el daño oxidativo asociado al estrés hídrico. En hongos endófitos como
Piriformospora indica, se ha documentado un efecto similar, con la inducción de antioxidantes que
protegen las células vegetales de los efectos de la sequía (Waller et al., 2005).

Estrés salino

El estrés salino ocurre cuando las plantas están expuestas a altas concentraciones de sales en el suelo,
lo que genera un desequilibrio osmótico e iónico que compromete la absorción de agua y nutrientes
esenciales. Este tipo de estrés es frecuente en áreas costeras, suelos irrigados con agua de baja calidad
o regiones áridas. Bacterias halotolerantes como Azospirillum brasilense y Enterobacter cloacae
modulan la homeostasis iónica, favoreciendo la retención de potasio y la exclusión de sodio en los
tejidos vegetales, reduciendo así los efectos tóxicos de las sales (Egamberdieva et al., 2011). Además,
levaduras endófitas como Candida tropicalis contribuyen a la resistencia salina mediante la síntesis de
trehalosa, un disacárido que estabiliza las membranas celulares y evita la pérdida de agua en ambientes
hiperosmóticos.
pág. 10179
Metales pesados

La presencia de metales pesados como cadmio, plomo y arsénico en el suelo constituye un estrés
abiótico severo, ya que estos elementos interfieren en procesos metabólicos clave, generando un exceso
de especies reactivas de oxígeno (ROS) y afectando negativamente la estructura celular. Este tipo de
estrés es común en suelos contaminados por actividades industriales o el uso intensivo de pesticidas.
Hongos endófitos como Trichoderma harzianum sintetizan ácidos orgánicos que quelan los metales
pesados, limitando su movilidad y reduciendo su toxicidad en los tejidos vegetales (Domka et al., 2023).
Por su parte, bacterias como Pseudomonas putida inducen la producción de fitochelatinas y
metalotioneínas, proteínas que secuestran los metales y los almacenan en compartimentos celulares
específicos, evitando así que interfieran con procesos metabólicos esenciales (Ma et al., 2016).

Temperaturas extremas

El estrés térmico abarca tanto las altas como las bajas temperaturas, las cuales pueden desestabilizar las
proteínas, dañar las membranas celulares y afectar el funcionamiento enzimático de las plantas. Durante
olas de calor o heladas repentinas, bacterias endófitas como Azospirillum brasilense incrementan la
síntesis de prolina y antioxidantes, mitigando el daño celular causado por el congelamiento o el
sobrecalentamiento (Bano & Fatima, 2009). Asimismo, Bacillus cereus ha demostrado activar la
expresión de proteínas de choque térmico (HSPs), las cuales estabilizan proteínas esenciales y
mantienen la integridad celular en condiciones de alta temperatura (Khan et al., 2020).

Estrés oxidativo

El estrés oxidativo se produce cuando las plantas generan un exceso de especies reactivas de oxígeno
(ROS) como resultado del impacto de otros factores abióticos, como la sequía, la salinidad o la presencia
de metales pesados. Estos ROS causan daños a lípidos, proteínas y ácidos nucleicos, comprometiendo
la viabilidad celular. En este contexto, hongos endófitos como Piriformospora indica y bacterias como
Bacillus amyloliquefaciens han demostrado incrementar la síntesis de antioxidantes enzimáticos que
neutralizan los ROS y protegen las células vegetales del daño oxidativo (Jogawat et al., 2013).
Asimismo, cianobacterias endófitas del género Nostoc spp. producen compuestos antioxidantes como
glutatión y ascorbato, los cuales contribuyen a la detoxificación del exceso de ROS y mejoran la
tolerancia de las plantas frente al estrés oxidativo (Ran et al., 2010).
pág. 10180
6. Aplicaciones biotecnológicas

Formulación de biofertilizantes microbianos

Uso como biopesticidas y en biocontrol de enfermedades

Consorcios microbianos para adaptación al cambio climático

Edición genética de microbiomas endofíticos

Agricultura regenerativa con enfoque en microbiota beneficiosa

CONCLUSIONES

Los microorganismos endófitos son aliados clave en la fisiología vegetal. Su capacidad para mejorar el
crecimiento, modular la respuesta al estrés y proteger contra patógenos los convierte en herramientas
valiosas para una agricultura sostenible. La integración de estos organismos en prácticas agrícolas debe
ser una prioridad en el contexto actual de crisis climática y demanda alimentaria global.

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