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INTRODUCCIÓN
En la actualidad, las habilidades blandas incursionan el sector educativo adquiriendo una relevancia
estratégica que incluso en algunos casos supera la de la competencia técnica. Este cambio se observa
con mayor nitidez en la formación de los profesores, donde solamente dominar los contenidos
disciplinares o metodologías didácticas ya no es suficiente. En la actualidad, la disposición a
comunicarse de una manera efectiva, un liderazgo con propósito, empatía, así como la disposición a
colaborar en diversos equipos se han convertido en competencias básicas para la creación de un
aprendizaje positivo, inclusivo y resiliente.
Los cambios sociales, culturales y tecnológicos han ido modificando la dinámica escolar así como la
concepción que se tenía del rol docente. Los educadores del futuro tendrán que afrontar desafíos que
sobrepasan las cuatro paredes del aula, ya que a la par se están convirtiendo en mediadores del
aprendizaje, en promotores de la convivencia, e incluso en agentes de cambio social. En este sentido, el
liderazgo transformacional, la empatía activa junto a la comunicación asertiva y la colaboración se
establecen como pilares que en su conjunto permiten construir una práctica docente que se adecúe a las
realidades del siglo XXI.
Aparte de esto, la creciente incorporación de la inteligencia emocional dentro de los modelos educativos
ha resaltado la urgencia de formar profesores que no solo entreguen contenidos, sino que además, guían
los procesos individuales y grupales de sus alumnos. Este enfoque exige que la formación inicial del
docente contemple la dimensión socioemocional del quehacer docente, situándola en la estructura del
perfil profesional docente. Por lo tanto, el enfoque de las habilidades blandas cambia de ser
complementarias a volverlas competencias básicas, que pueden ser enseñadas, aprendidas y evaluadas.
En este artículo, el autor tiene como propósito describir el proceso de adquisición de habilidades blandas
en los profesores en formación, centrando la atención en la comunicación, liderazgo, empatía y trabajo
en equipo. Se busca mostrar de qué forma estas habilidades son capaces de ser trabajadas de manera
inter y transdisciplinar en la formación inicial docente, fortaleciendo el perfil profesional del docente,
de modo que lo hace más integral, humano y adaptativo. Además, se desarrollan enfoques innovadores
que promueven el fortalecimiento de estas competencias desde un modelo pedagógico que favorece el
desarrollo del ser humano a nivel individual y grupal.