EL ROL DEL DOCENTE EN LA
TRANSFORMACIÓN DEL APRENDIZAJE

A TRAVÉS DEL USO DE TECNOLOGÍAS

EDUCATIVAS

THE ROLE THE TEACHER IN TRANSFORMING LEARNING

THROUGH THE USE OF EDUCATIONAL TECHNOLOGIES

Giomara Amparo Espín Nieto

Unidad Educativa Fiscomisional Juan XXIII, Ecuador

Dayana Elizabeth Espinosa Huanca

Unidad Educativa Fiscomisional Juan XXIII, Ecuador

Lenín Oswaldo López Constante

Unidad Educativa Fiscomisional Juan XXIII, Ecuador
pág. 762
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.19729
El Rol del Docente en la Transformación del Aprendizaje a Través del Uso
de Tecnologías Educativas

Giomara Amparo Espín Nieto
1
giomara.espin@educacion.gob.ec

https://orcid.org/
0009-0005-8408-0419
Unidad Educativa Fiscomisional Juan XXIII

Ecuador

Dayana Elizabeth Espinosa Huanca

dayana.espinosa@educación.gob.ec

https://orcid.org/0009-0007-6345-9395

Unidad Educativa Fiscomisional Juan XXIII

Ecuador

Lenín Oswaldo López Constante

lenin.lopezc@educacion.gob.ec

https://orcid.org/0009-0006-8339-9388

Unidad Educativa Fiscomisional Juan XXIII

Ecuador

RESUMEN

La presente investigación examina el rol esencial del docente en la era de la tecnología y con la
incorporación de las aplicaciones y sistemas que emplean Inteligencia Artificial (IA). Se describe cómo
las revoluciones digitales han transformado la sociedad, y cómo se ha impactado profundamente la
educación. Desde la perspectiva metodológica se realiza el análisis documental propio de las
investigaciones con enfoque cualitativo, que permiten argumentar que el docente ya no es un mero
transmisor de conocimientos, sino un guía y mediador. En el artículo se resalta que el docente tiene la
capacidad de humanizar el aprendizaje al fomentar el pensamiento crítico, la empatía y la colaboración,
aunque requiriendo de que estas personas adapten la labor educativa, especialmente sus prácticas y
reciban una formación continua que vaya más allá del uso técnico de las herramientas, enfocándose en
su aplicación pedagógica. Se concluye que, si bien las tecnologías son poderosas, el rol humano del
docente es insustituible para dar sentido al conocimiento, proteger a los estudiantes de los riesgos
digitales y preparar a las futuras generaciones para los desafíos de un mundo globalizado y en constante
cambio.

Palabras clave: rol del docente, formación continua, tecnología en la educación, inteligencia artificial,
riesgos en la educación

1 Autor principal

Correspondencia:
giomara.espin@educacion.gob.ec
pág. 763
The
Role the Teacher in Transforming Learning Through the use of
Educational Technologies

ABSTRACT

T
his article examines the essential role of teachers in the era of technology and the incorporation of
applications and systems that employ Artificial Intelligence (AI). It describes how digital revolutions

have transformed society and how education has bee
n profoundly impacted. From a methodological
perspective, a documentary analysis of qualitative research is conducted, allowing us to argue that

teachers are no longer mere transmitters of knowledge, but rather guides and mediators. The article

highlights
that teachers have the ability to humanize learning by fostering critical thinking, empathy,
and collaboration, although this requires teachers to adapt their educational work, especially their

practices, and receive ongoing training that goes beyond the t
echnical use of tools, focusing on their
pedagogical application. It concludes that, while technologies are powerful, the human role of teachers

is irreplaceable in giving meaning to knowledge, protecting students from digital risks, and preparing

future g
enerations for the challenges of a globalized and constantly changing world.
Keywords
: teacher's role, continuing education, technology in education, artificial intelligence, risks in
education

Artículo recibido 25 agosto 2025

Aceptado para publicación: 25 setiembre 2025
pág. 764
INTRODUCCIÓN

En el trabajo de Giannini (2023) se describen claramente cuatro momentos que han marcado la vida de
las personas tras la aparición y masificación del uso de las tecnologías, lo que la autora nombra como
las “cuatro revoluciones digitales”, la primera revolución caracterizada por la aparición y proliferación
de las computadoras personales o más conocidas como PC; la segunda revolución marcada por la
expansión de Internet y los buscadores, que se puede llamar como search engine revolution; la tercera
revolución que ha tenido lugar con el auge y la influencia de las redes sociales, también conocida como
social media revolution; y por último, la cuarta revolución corresponde a la creciente ubicuidad de la
informática móvil y la conectividad. Esta última sin lugar a duda permite no sólo el acceso a la propia
tecnología, sino que busca ir cerrando las brechas en el uso de la tecnología y sus aplicaciones.

Sin embargo, estas revoluciones han sido impactadas significativamente por la revolución que ha
ocurrido con la incorporación de los sistemas de la Inteligencia Artificial (IA), y en la actualidad no
solo se analizan las implicaciones de las tecnologías en la educación, caracterizadas por las redes
sociales y por el big data, se estudia con especial insistencia la forma en que la IA se manifiesta en el
entorno educativo. Giannini (2023) coloca especial atención al lenguaje, y a la interacción entre las
personas y las distintas aplicaciones de IA, como los chatbot que traen una novedosa forma de hacer
exploración y generar resultados, distintas a la interacción con los tradicionales motores de búsqueda.

En este contexto, la investigación que se presenta tiene como objetivo realizar un análisis acerca del
papel que tienen los docentes en la transformación del aprendizaje por medio del uso de tecnologías
educativas, particularmente haciendo énfasis al novedoso panorama educativo que se presenta con la
implementación de las herramientas de IA, en el cual los docentes son más necesarios que nunca. Si
bien la IA puede generar en un corto espacio de tiempo un gran volumen de respuestas y contenidos,
esto solo es posible mediante el empleo de complejos algoritmos y cálculos, no a partir de la experiencia
o la emoción humana.

La IA no cuenta con la capacidad de conectar con otros, lo que le impide la “humanización del
conocimiento”, lo cual ocurre con la contextualización de la información, y la promoción del
pensamiento crítico, así como mediante la creación de un ambiente de aprendizaje que nutra la empatía
y la colaboración entre los estudiantes. Desde ya se puede afirmar que las tecnologías, y dentro de estas
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las que ocupan IA, son herramientas poderosas en el proceso de enseñanza-aprendizaje, el docente y su
labor son un eslabón imprescindible que permite dar significado y humanidad a ese proceso educativo.

En este orden de ideas, Farías-Veloz et al. (2022) describen al maestro como un facilitador del cambio
tanto en la enseñanza presencial como en la virtual, actuando como moderador de discusiones en el
aula, un guía y un orientador, ya que el docente no solo se limita a seguir el plan de estudios oficial,
sino que también influye a través de lo que se conoce como “currículo oculto”, que incluye valores y
actitudes. El docente de hoy no es un producto terminado; debe formarse y adaptarse continuamente a
los desafíos y necesidades que surgen; ajustando su práctica a los cambios de la sociedad globalizada.

Aunque a menudo no se cuenta con todos los recursos necesarios para implementar las reformas, el
docente pone a prueba la capacidad para improvisar y adaptarse a las circunstancias diarias que le
permiten al docente seguir guiando eficazmente a sus estudiantes a través del uso de tecnologías
educativas en las que necesariamente sus habilidades salen a flote para mantener lograr una clase
inmersiva.

METODOLOGÍA

La presente investigación tiene un enfoque cualitativo, mediante un análisis documental de la literatura
científica. Para ello, se llevó a cabo una exhaustiva revisión de diversas fuentes académicas,
particularmente artículos científicos de revistas especializadas. La búsqueda se centró en identificar
estudios que abordaran el rol de los docentes ante la implementación de las tecnologías educativas, con
un énfasis particular en el impacto de la IA. Este enfoque permitió recopilar y sintetizar una amplia
gama de perspectivas, teorías y hallazgos relevantes para el objetivo de esta investigación.

La recolección de información se realizó de manera sistemática, utilizando bases de datos académicas
reconocidas como Scielo, Redalyc y Dialnet. Se emplearon palabras clave en español e inglés, como
"docencia", "Inteligencia Artificial", "tecnologías educativas", "transformación del aprendizaje" y "rol
del docente". El criterio de inclusión se centró en publicaciones de los últimos diez (10) años que
ofrecieran una visión actualizada y pertinente sobre el tema, priorizándose los estudios que
proporcionaban análisis conceptuales y empíricos sobre cómo los docentes se han adaptado a la cuarta
revolución digital y la irrupción de la IA, así como el análisis de su rol como facilitadores del
aprendizaje humano.
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La información obtenida fue analizada a través de un proceso de síntesis temática, organizando y
categorizando los hallazgos en torno a temas clave identificados en la literatura, tales como la
importancia del docente en el proceso educativo, la inmersión del docente en la transformación del
aprendizaje, la capacidad de los docentes para adaptarse y generar empatía, así como su función ante
los riesgos tecnológicos. El propósito de este análisis ha sido elaborar un marco conceptual coherente
y argumentado sobre la relevancia del rol del docente en la era de la tecnología y de IA, resaltando su
papel insustituible en la mediación y orientación del proceso educativo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Importancia del docente en el proceso educativo

Según sostienen
Farías-Veloz et al. (2022) el docente es un pilar histórico de la sociedad, ya que la
enseñanza es una de las profesiones más antiguas y trascendentales en la historia del pensamiento
occidental. Con independencia a la denominación que se emplee: maestros, profesores, enseñantes o
docentes, su labor ha sido objeto de continuo análisis, incluso desde antes de la creación de los sistemas
educativos nacionales, y de la visión globalizada que de la educación tiene en la actualidad, ya que la
actividad docente se ha consolidado al mismo tiempo que la estructuración de la educación formal.

Pero Borjas & Velasco (2025) aluden que incluso con la creación de la escuela formal, la educación
presencial no había logrado la equidad social, puesto que no todos tenían acceso a ella y, para aquellos
que sí, no representaba una garantía de éxito; quedaba claro que los modelos educativos no eran
suficientes para el tipo de sociedad que se buscaba construir, por lo que ha sido la intervención del
Estado, particularmente en la profesionalización de la labor docente, junto con otros factores de políticas
económicos y sociales, que ha permitido un mayor alcance de la escuela.

En este sentido,
Farías-Veloz et al. (2022) indican que, a mediados del siglo XIX, la profesión docente
evolucionó, pasando de una visión con profundas raíces religiosas a una perspectiva mucho más
profesional, y en los actuales momentos el rol del docente es fundamental para el logro de los fines
propuestos por el Estado, que se apoya en ellos para el correcto funcionamiento del sistema educativo.
Asimismo, no se puede perder de vista que son millones las personas que a nivel mundial se dedican a
la educación básica y media, van ganando una identidad profesional y bajo la relación de un contrato
laboral o contrato de trabajo con una institución educativa pública o privada.
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La importancia del docente en el proceso educativo se vincula tradicionalmente a la responsabilidad
que tienen estas personas en la formación de otros, como seres críticos, analíticos, investigadores e
inventivos, lo cual lo hacen a través de actividades que buscan compartir y transmiten conocimientos,
buenas prácticas, valores, competencias y habilidades necesarias para el desarrollo de esas personas,
especialmente en edades tempranas como niños y adolescentes. El compromiso del docente con los
estudiantes es inconmensurable, y no se limita a un grupo en particular, ya que la actividad docente
contribuye directamente al futuro de la humanidad, aunque no de manera independiente, puesto que se
trata de un esfuerzo compartido con los padres de familia y los propios alumnos, siendo la colaboración
de todos lo que a lo largo de la historia ha sido clave para el éxito del proceso educativo. La formación
integral de los estudiantes siempre requerirá de la motivación y el afecto del entorno familiar del
estudiante, puesto que esto genera herramientas para la socialización y el aprendizaje.

Por su parte, Borja & Velasco (2025) plantean con preocupación que si bien existen docentes que han
ido adquiriendo competencias al paso de las transformaciones sociales, en la actualidad persiste una
cantidad considerable de docentes que no están utilizando las herramientas y metodologías disponibles
para mejorar la enseñanza, e insisten en replicar modelos tradicionales con los que ellos aprendieron,
lo cual ha traído como consecuencia que la educación no está evolucionando al mismo ritmo que las
exigencias del mundo actual, de ahí la importancia de que el docente se apropie de las novedosas
tecnologías educativas que cubran las necesidades que tienen los estudiantes que se anticiparon a las
respuestas a través de la IA.

La inmersión del docente en la transformación del aprendizaje

La innovación tecnológica se ha convertido en un fundamento de la cultura y de las relaciones
socioeconómicas a nivel mundial en el siglo XXI, al tratarse de un proceso que tiene como objetivo
introducir mejoras y novedades en el uso de la tecnología para aprovechar el conocimiento de manera
práctica en un contexto específico.

Pincay-Chiquito & Cuero-Delgado (2024) indican que en el ámbito educativo, la innovación
tecnológica es una forma sistemática de diseñar, aplicar y evaluar los procesos de enseñanza-
aprendizaje, por lo que se puede intuir que el uso de las herramientas que ofrecen estas tecnologías es
fundamental para lograr una educación más efectiva y potenciar los resultados.
pág. 768
Este tipo de innovación va más allá del exclusivo elemento tecnológico, ya que considera aspectos
pedagógicos, didácticos y humanos para transformar la educación, necesitando un cambio de paradigma
para lograr interacciones y resultados coherentes con los objetivos educativos, especialmente si se tiene
en cuenta la constante transformación de la tecnología; como consecuencia la educación ha alcanzado
nuevos horizontes. Este vertiginoso desarrollo de la educación en el entorno tecnológico se ve
caracterizado por el acceso masivo al conocimiento y el constante uso de tecnología, por lo que tanto
estudiantes como docentes precisan de una reconfiguración en su preparación y formación; puesto que
las nuevas tecnologías generan metodologías diversas, promoviendo cambios en el uso didáctico y
pedagógico, lo que invita a un análisis profundo de la relación entre educación y tecnología.

En este sentido, la integración de la tecnología en la educación ha fomentado la flexibilidad y
adaptabilidad de los estudiantes, facilitando la interacción y el aprendizaje. Señalan Hernández et al
(2018) que, con cada avance tecnológico, la forma en que se aplica en la educación ha evolucionado,
logrando una mayor eficiencia y un mejor aprovechamiento de los recursos educativos; pero esta
presencia de la tecnología en la educación requiere de una adaptación en la actividad educativa diaria.
En definitiva, las nuevas tecnologías han provocado un cambio significativo tanto en los participantes
del proceso educativo como en los escenarios donde este se lleva a cabo.

En este orden de ideas, Hernández et al (2018) señalan que, aunque las tecnologías de la información y
del conocimiento, y especialmente aquellos sistemas que emplean Inteligencia Artificial (IA), han
resultado ser una herramienta poderosa en el proceso de enseñanza-aprendizaje, su simple presencia en
las aulas no garantiza una mejor educación. Para que el aprendizaje realmente se beneficie de estas
tecnologías disruptivas, es necesario que los docentes transformen sus prácticas, colocando como
fundamentación el aprendizaje de calidad, el cual se encuentra directamente relacionado con la calidad
de las actividades en las que los estudiantes participan dentro y fuera del aula.

Gómez et al. (2019) postulan que en el panorama educativo actual, los docentes son figuras clave para
transformar el aprendizaje a través de las tecnologías, incluida la IA, puesto que el proceso de
enseñanza-aprendizaje no es una actividad exclusiva de transmisión de conocimientos que tienen como
sujeto activo al profesor y como “receptor pasivo” al estudiante como parte de la “educación bancaria”,
se concibe como un proceso de actores con distintos roles, en el que el docente debe guiar a los
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estudiantes en un mundo saturado de información, para que éstos cuenten con las habilidades y destrezas
para construir su propio conocimiento de manera significativa y útil para sus vidas, lo que refiere
claramente al aprendizaje significativo.

Borjas & Velasco (2025) describen que las destrezas y habilidades más importantes incluyen el
pensamiento crítico, la resolución de problemas, la creatividad y la innovación, así como también se
destaca la importancia de la comunicación y la colaboración, que pasa por la alfabetización digital, que
abarca el análisis de datos, la seguridad en línea y con especial referencia al uso ético de la tecnología.
Estas destrezas y habilidades deben conducir a un robusto cúmulo de cualidades que deben tener
estudiantes para los desafíos del mundo moderno, como son la adaptabilidad, el liderazgo, la resiliencia
y una conciencia global.

En palabras de Pincay-Chiquito & Cuero-Delgado (2024) para enfrentar las demandas propiciadas por
el cambio tecnológico, esa transformación de las prácticas docentes es crucial, pero será efectiva en la
medida en que se encuentre en sintonía con el entorno sociocultural actual, en el cual la velocidad y la
diversidad con la que se genera el conocimiento tienen un impacto significativo.

La incorporación de las tecnologías en las escuelas precisan no solo de contar con computadoras o
teléfonos inteligentes y con la conectividad a Internet, se requiere la capacitación de los docentes en las
competencias para utilizar de una forma pedagógica estos recursos, logrando una incorporación clara y
efectiva en los objetivos propios del proceso de aprendizaje, lo que puede ser descrito como la inmersión
de la labor del docente en la tecnología.

Postulan Hernández et al (2023) que la formación docente debe ser completa y acorde al momento
actual, precisando la integración de la tecnología como una herramienta esencial para la enseñanza; por
lo que enfatizan que los docentes deben aprender a usarla de manera reflexiva, constructivista y crítica
para crear nuevos recursos y productos de aprendizaje.

Adicionalmente, Rodas (2023) indica que la formación continua que conlleva el desarrollo profesional
del docente es un proceso esencial para fortalecer sus capacidades y el aprendizaje, y que esa
“continuidad” deriva del hecho de que a lo largo de toda la carrera del maestro debe formarse,
procurando una formación completa y actualizada que permita a los educadores ser mediadores y guías
en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
pág. 770
Continua Rodas (2023) señalando que el desarrollo profesional del docente es fundamental para el éxito
de cualquier política educativa, ya que, sin una buena capacitación y una mejora en las condiciones
laborales, como los salarios, cualquier iniciativa o cualquier necesidad de transformación tendrá un
impacto limitado o conducirá a reproducir las actividades pedagógicas tradicionales ajenas a los
cambios tecnológicos. Es por esto por lo que las políticas de formación continua apalancada en la
tecnología, debe tener como propósito potenciar las capacidades de los docentes, mediante la
incorporación de nuevas didácticas y conocimientos curriculares, mejorar sus prácticas en el aula y
ayudarlos a aplicar las innovaciones del uso de las tecnologías de la información, propiciando su
apropiación.

Rodas (2023) comparte con otros autores citados que la incorporación de la tecnología ha transformado
los sistemas educativos, sin embargo, sostiene que esa incorporación ha creado un entorno de
“educación flotante”, en el cual el aprendizaje no tiene límites de tiempo ni lugar, y ante esta situación
los maestros enfrentan el desafío de integrar en su práctica las plataformas de aprendizaje, la evaluación
digital, las actividades colaborativas remotas y la ubicuidad de la información, por lo que sería deseable
la incorporación de herramientas de los hallazgos de la neurociencia para facilitar diversos estilos de
aprendizaje. Sin embargo, son distintas rutas las que ha tomado la formación docente ante las
tecnologías. Por una parte, las tecnologías simplemente son empleadas para reforzar los modelos y el
aprendizaje tradicionales; por otra parte, también actúan como un puente entre la educación presencial
y la virtual, creando un novedoso ecosistema de aprendizaje, lo cual se ha visto potenciado por la
integración de plataformas educativas y redes sociales en línea, permitiendo un enfoque más conectado
y dinámico para la enseñanza. En todos estos escenarios el rol del docente debe actualizarse
continuamente.

La labor del docente ante los riesgos del uso de las tecnologías

Gómez et al. (2019) expresan que la humanidad enfrenta un serio problema de desinformación, como
ya se había indicado, aunque parezca paradójico las grandes cantidades de datos a las cuales se tiene
acceso gracias a la masificación del uso de las tecnologías, ha traído como consecuencia la proliferación
de noticias falsas en redes sociales y otros medios, es decir, una nueva subcultura de fake news y de los
falsos especialistas arropados bajo el manto de influencers.
pág. 771
Ante esta situación que entraña riesgos al proceso educativo, el docente no puede limitarse a un modelo
único de enseñanza, le corresponde, como lo ha hecho a lo largo de la historia, adaptarse y utilizar
diversas modalidades de aprendizaje, desde el acompañamiento personalizado hasta el uso de
herramientas tecnológicas como juegos y aplicaciones, para guiar a los estudiantes, sin dejar de lado la
corresponsabilidad del entorno familiar.

Rosales (2025) agrega que para la integración de las tecnologías en la educación, existen numerosos
recursos digitales que facilitan la comunicación y el aprendizaje entre docentes y estudiantes; se trata
de herramientas, que pueden usarse con o sin conexión a Internet, y abarcan una amplia gama de
aplicaciones, lo cual enriquece el proceso educativo al ofrecer diversas formas de interacción y acceso
al conocimiento.

En este orden de ideas, con especial referencia al rápido avance de la IA en las aulas, Giannini (2023)
advierte que se está produciendo sin las regulaciones o controles adecuados; coloca como ejemplo de
esa preocupación que para que un nuevo libro de texto escolar sea aprobado, se requiere un largo
proceso de revisión y validación; no obstante, las herramientas de IA están llegando a las escuelas de
forma casi instantánea y sin ningún tipo de filtro, y sin poder medir con certeza las consecuencias de su
aplicación en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Adicionalmente, se ha evidenciado que a diferencia
de lo que ocurrió con Internet o los teléfonos móviles, que tardaron años en ser integrados en la
educación, la IA ha entrado en el ambiente estudiantil en cuestión de semanas, a menudo sin un debate
previo sobre sus posibles consecuencias.

Navarro (2023) destaca que es imperativo comprender que la inclusión de las tecnologías en el entorno
social y educativo debe manejarse con gran responsabilidad, puesto que ha que no se trata de reemplazar
la interacción humana ni de sustituir lo que se enseña, sino de cambiar la manera en que se aprende. El
verdadero desafío de estas tecnologías es utilizarlas para explorar problemas más complejos que, sin su
ayuda, serían casi imposibles de analizar, por lo que se puede afirmar que las tecnologías, especialmente
aquellas que emplean IA, no son un fin en sí mismas, sino que son una herramienta poderosa que
potencia el proceso enseñanza-aprendizaje a todos los niveles, así como la resolución de problemas.

Ante esta situación el rol de los docentes tiene que cambiar puesto que no se puede limitar a ser
facilitadores del aprendizaje, sino también como garantes de la protección de los estudiantes ante los
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riesgos que la IA puede suponer para los más jóvenes. Sin lugar a dudas, uno de los peligros más
evidentes es la posibilidad de manipulación de los niños y jóvenes, los cuales se encuentran expuestos
y vulnerables ante todo tipo de influencias, como aquellas que han ocurrido con algunas IA que han
sido capaces de traspasar los límites y generar contenidos o "conversaciones" inapropiadas,
especialmente cuando su diseño busca el entretenimiento y la interacción constante. La responsabilidad
de los docentes en estos casos requiere en primer lugar de conocer y estar conscientes de estos riesgos,
para poder guiar a los estudiantes en el uso seguro y ético de estas herramientas, asegurando de que las
tecnologías que se usan en el aula sean productivas y no perjudiciales (Giannini, 2023).

CONCLUSIONES

La evolución tecnológica, desde la proliferación de las computadoras personales hasta la ubicuidad de
la IA, ha transformado radicalmente el entorno educativo. En esta investigación se ha descrito como la
figura del docente ha sido crucial que ante este novedoso panorama tecnológico, lejos de ser un simple
transmisor de conocimientos, el docente debe ser un facilitador, un guía y un mediador en un mundo
tecnológicamente desafiante. El éxito del proceso educativo ya no depende solo del acceso a la
tecnología, sino de la capacidad del docente para humanizar el aprendizaje, contextualizar la
información y fomentar el pensamiento crítico y la empatía en sus estudiantes; para lograr este propósito
el docente no puede estar solo, ni contar solamente con las herramientas pedagógicas tradicionales,
requiere de la cooperación del entorno familiar del estudiante, a la vez de una formación continua.

A este respecto, Alsina (2025) postula que la formación continua de los docentes en todas las áreas del
conocimiento se ha convertido en un tema de investigación de gran relevancia. Actualmente, se explora
activamente cómo distintas herramientas pueden ser utilizadas para lograr una formación
transformadora que prepare a los maestros para los desafíos actuales de la educación, y que puedan ser
puentes ante las posibles brechas tecnológicas entre el docente y los estudiantes.

La formación docente debe ir más allá de la capacitación técnica y centrarse en la apropiación
pedagógica y didáctica de las tecnologías, permitiendo a los educadores adaptarse y generar un
aprendizaje significativo, ya que además de ser un guía, el docente también debe asumir un papel de
protector ante los riesgos que conllevan las nuevas tecnologías, especialmente la IA.
pág. 773
La proliferación de desinformación y la falta de regulación en las herramientas digitales exponen a los
estudiantes a posibles peligros, y en gran medida esto conlleva a una mayor responsabilidad de parte
del docente, no solo enseñar a usar estas herramientas de manera ética, sino también a desarrollar en los
estudiantes la capacidad de discernir entre la información veraz y la falsa. Este rol de guardián y
orientador es insustituible, ya que la IA, a pesar de su poder, carece de la capacidad de conectar con los
demás, de generar empatía y de entender las sutilezas de la interacción humana.

En síntesis, el análisis realizado presenta a la tecnología no como un fin en sí misma, sino como
poderosas herramientas al servicio del aprendizaje. La verdadera transformación educativa se encuentra
en el eslabón humano: el docente; su labor es la de dar significado y humanidad a los procesos digitales,
convirtiendo la información en conocimiento contextualizado y relevante al servicio de las necesidades
de la sociedad.

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