Verónica
Suárez Ramos
Centro de Investigación Transdisciplinar
en Psicología de la UAEMor
México y Cuernavaca
Emmanuel
Poblete Trujillo
Facultad de Psicología de la UAEMor
México y Cuernavaca
Esperanza
López Vázquez
Centro de Investigación Transdisciplinar
en Psicología de la UAEMor
México y Cuernavaca
RESUMEN
Cada año la población mundial se
encuentra expuesta a los fenómenos de origen geológico como son los sismos, los
cuales provocan pérdidas económicas ante las afectaciones a la infraestructura
de las localidades donde impacta el movimiento, además alteraciones en la salud
física y mental de las personas que los viven. La resiliencia es un término
empleado por diversas disciplinas, que permite explicar la manera de
transformarse a partir de situaciones adversas a las que están expuestas las
personas y las comunidades. El objetivo de este artículo es describir la
experiencia de una intervención psicosocial en una comunidad expuesta a un
fenómeno geológico para la generación de estrategias como parte de la cultura
de prevención y la resiliencia comunitaria en la población expuesta a estos
fenómenos. En la primera parte del documento se explican los fenómenos de
origen natural (sismos) y sus afectaciones. Después, se mencionan los aspectos
teóricos de la resiliencia y los modelos de intervención psicosocial en desastres.
Posteriormente, se describe brevemente la intervención realizada con los
principales resultados y así, a manera de conclusión se presentan las
estrategias y recomendaciones que promuevan la cultura de prevención y de la
resiliencia frente a desastres naturales de origen geológico.
Palabras clave: resiliencia
comunitaria; intervención psicosocial; prevención; sismos
Community resilience and culture of prevention: A
psychosocial intervention in a population exposed to earthquakes
ABSTRACT
Every year the
world population is exposed to phenomena of geological origin such as
earthquakes, which cause economic losses due to the damage to the
infrastructure of the localities where the movement impacts and, in addition,
alterations in the physical and mental health of people who live them.
Resilience is a term used by various disciplines, which allows explaining how
to transform from adverse situations to which people and communities are
exposed. The objective of this article is to describe the experience of a
psychosocial intervention in a community exposed to a geological phenomenon for
the generation of strategies as part of the culture of prevention and community
resilience in the population exposed to these phenomena. In the first part of
the document, natural phenomena (earthquakes) and their effects are explained.
Then, the theoretical aspects of resilience and psychosocial intervention
models in disasters are mentioned. Subsequently, the probable intervention
carried out with the main results is described and thus, in conclusion, the
strategies and recommendations that promote the culture of prevention and
resilience against natural disasters of geological origin are presented.
Key words: community resilience, psychosocial intervention,
prevention, earthquakes
Artículo
recibido: 18 febrero 2022
Aceptado
para publicación: 05 marzo 2022
Correspondencia: vesura@hotmail.com
Conflictos de Interés: Ninguna que declarar
1. INTRODUCCIÓN
Los sismos son fenómenos geológicos
de origen natural ocasionados por la ruptura repentina de las rocas en el
interior de la tierra, la energía liberada se propaga en forma de ondas a la
superficie (Sistema Sismológico Nacional, 2018). Cuando estos son de baja
intensidad pasan desapercibidos por la población, por el contrario, los eventos
de alta magnitud pueden causar importantes pérdidas materiales y humanas.
México es un país que cuenta con una
larga historia de experiencia con estos fenómenos que han puesto de manifiesto
no solo la vulnerabilidad de las personas que los viven, sino también la
solidaridad de un pueblo para hacer frente a la adversidad y salir adelante con
nuevas experiencias. Dentro de los sismos que han dejado huella en la población
se encuentren los ocurridos en 1985, los cuales fueron una pieza angular para
la creación de instituciones gubernamentales y de la sociedad civil en materia
de Protección de Civil y Gestión de Riesgo.
En 2017 se presentaron dos sismos de
magnitud considerable, el primero el 7 de septiembre en las costas de Oaxaca
con una magnitud de 8.2, y el segundo el 19 de septiembre con epicentro en el
estado de Morelos de magnitud 7.1. En este último, se vieron afectados 30 de
sus 33 municipios, siendo diez los municipios que presentaron una mayor
afectación: Tepalcingo, Tetela del
Volcán, Jojutla, Axochiapan, Ayala, Puente de Ixtla, Ocuituco, Tepoztlán,
Zacatepec y Tlaquiltenango; se reportaron 23,000 viviendas con daños y
el fallecimiento de 74 personas. Este evento puso de manifiesto las
deficiencias en la infraestructura, como edificios habitacionales, carreteras,
escuelas, monumentos (Tapia-Hernandez & Garcia- Carrera, 2018), la falta de
un soporte urbano, y de acciones encaminadas a la prevención en todo el estado
(Baró & Monroy, 2018).
Las afectaciones de un fenómeno
natural no son solo en la infraestructura, sino que además impactan a la
economía, al tejido social y la salud física y mental de la población
(Barrales, 2019). El impacto a la salud mental variará en cada persona y se
verá reflejado en las repuestas emocionales. De acuerdo con Palomares &
Campos (2018), se distinguen cuatro fases en las respuestas en situaciones de
desastre:
§ La
primera de impacto o choque ocurre inmediatamente después del
evento, teniendo una duración de horas y
las personas presentan confusión, miedo, estados de irrealidad, shock e
histeria.
§ La
segunda fase corresponde a la reacción, se busca salir de lugar, se
presenta la ansiedad y el pensamiento recurrente relacionado con lo sucedido,
apoyándose en la red que brindan los familiares y amigos, con una duración de
horas y días, encontrándose en éstas dos fases entre el 60 y 80% de la población.
Resulta importante en esta fase, los primeros auxilios psicológicos o la
primera intervención, ya que se normalizan los síntomas y se reducen los
efectos a largo plazo que se puedan generar por el evento (Barrales, 2019).
§ La
tercera fase conocida como heroica, tiene una duración de días y hasta
dos semanas se percibe una sensación de optimismo, se incrementa el altruismo y
la cooperación, se fortalecen los vínculos y las redes sociales, aunque también
se presentan síntomas de ansiedad y depresión, estos se encuentran enmascarados.
§ La
cuarta fase es la de la desilusión, las personas tienen que enfrentar su
realidad y se presentan síntomas de depresión o estrés postraumático, esta
etapa puede durar meses o años y la pueden presentar entre 1 al 10% de la
población (Palomares & Campos, 2018; Barrales, 2019).
Durante cada una de las fases se
emplean diferentes estrategias por parte de la población civil para hacer
frente a las situaciones, dentro de las cuales se encuentran las de la
resiliencia.
1.1.Resiliencia:
antecedentes y definición
Esta tiene su origen en la metalurgia, donde dan
este nombre a la capacidad de los metales para regresar a su forma original,
después de haber sido expuesto a situaciones adversas. Posteriormente fue
utilizado por diversas disciplinas que han buscado llegar a un consenso en
cuanto a la definición y a las dimensiones que la integran, y la manera de
medirla en diferentes poblaciones, por lo que su abordaje se hace
transdisciplinar y holístico (Holling, 1973; Timmerman, 1981; Mileti, 1999;
Melillo & Suárez, 2001; Twiig, 2007; EIRD, 2007, UNDRR, 2020).
Es un término que se ha
empleado para intentar explicar ciertas respuestas por parte del individuo, la
familia y las comunidades, se puede entender como la capacidad para salir adelante
ante una situación complicada, misma que llegó a
disrumpir la vida cotidiana de la población afectada, poniéndola a prueba desde
los ámbitos político, económico, científico y social, transformado la vida de
las personas para afrontar la situación.
Los primeros estudios se realizan en la década
de los 80 con niños en situación de vulnerabilidad como pobreza, violencia
familiar, adicciones, desastres naturales y a pesar de estas condiciones,
logran sobresalir y tener una vida plena.
En su abordaje surgen, diferentes corrientes
teóricas entre las que se encuentran el modelo anglosajón, que se divide en dos
generaciones, la primera toma como base lo psicobiológico hasta llegar al
proceso de respuesta y la segunda, se centra más en el individuo, en las
conductas y es más pragmática, siendo algunos de sus exponentes Weber, Smith,
Rutter, Grotbert, Rutter, entre otros.
Por otro lado, la corriente europea
parte de un modelo Diacrónico, con un enfoque psicoanalítico, que se basa en la
experiencia de los sujetos a cargo de Cyrulnik y Vanistendael.
Otra escuela que surge es la resiliencia
comunitaria, la cual tiene su origen en Latinoamérica a partir de los estudios
realizados por Melillo & Suárez Ojeda (2001) en comunidades que habían
vivido los efectos de fenómenos naturales, teniendo pérdidas de bienes y
personas. Además de contar con capas de vulnerabilidad como pobreza, violencia,
migración y desigualdad social, entre otras.
En su consideración como constructo psicosocial,
alude desde el nivel individual como colectivos y enfatiza el reconocimiento de
la capacidad de sobreponerse a las adversidades y de recuperarse de
experiencias traumáticas o de contextos desfavorecidos como ocurre en
catástrofes naturales (Uriarte, 2010).
La resiliencia hace referencia a que
las personas son “capaces de desarrollarse psicológicamente sanos a pesar de
vivir en contextos de alto riesgo” (Uriarte, 2010, p. 688).
1.1.1.
De la resiliencia
individual a la resiliencia comunitaria
La resiliencia individual, posee diversas estrategias para hacer frente a las situaciones adversas como: 1) la creatividad, para lograr resolver los problemas que se presentan ante una nueva situación, aprendiendo a manejar las emociones reconociéndolas e identificándolas para darle un sentido; 2) conocer las capacidades con las que cuentan las personas; 3) ser flexibles ante los cambios para aprender de la experiencia; 4) fortalecer los vínculos familiares; 5) cuidar de sí mismo y 6) buscar oportunidades a través de la espiritualidad.
Dichas estrategias no se dan exclusivamente de manera individual, sino que también se dan en la comunidad. En este sentido, se desarrollan algunas acciones muy características de la interacción social como a) la promoción de redes de apoyo, destacando las habilidades de solidaridad que buscan el bien común y b) la autoestima colectiva en donde las personas se sienten satisfechas con sus orígenes, tradiciones y con ser parte de su comunidad, así como ver las situaciones con humor (Melillo & Suárez Ojeda 2001).
La resiliencia comunitaria es aún un
concepto más reciente que la resiliencia individual y se refiere a los aspectos
de afrontamiento y la respuesta a las adversidades que les afectan como comunidad
(Uriarte, 2010). Es la condición colectiva para sobreponerse a situaciones de
adversidad y su capacidad de superar las dificultades depende de las
circunstancias que se encuentran los individuos y la comunidad (Suárez Ojeda,
Jara & Márquez, 2007). La respuesta no es permanente, es inestable,
dinámica y se construye con el tiempo en función del contexto, los recursos
físicos, materiales, psicológicos y sociales. Por estas razones se han
reconocido las respuestas como pilares de resiliencia.
Los principales
pilares de la resiliencia comunitaria son:
§ Estructura social (sociedad)
§ Honestidad gubernamental (legitimidad, liderazgo y justicia
gubernamental)
§ Identidad cultural (prácticas culturales, creencias y valores)
§ Autoestima colectiva (sentimiento de orgullo y pertenencia de la
comunidad)
§ Humor social (comedia de la tragedia)
Por el contrario, cuando las
comunidades expuestas a situaciones adversas y las respuestas no se realizan en
un sentido favorable, se genera una conversión negativa debido a condiciones
que afectan a las comunidades y se conforman los antipilares (Suárez Ojeda
et al., 2007; Uriarte, 2010; Mattar & Carvalho, 2015, Flores &
Sanhueza, 2018)
§
Pobreza en
sus diferentes expresiones: económica, cultural, moral y/o política
§
Dependencia
económica
§
Asilamiento
social y emocional
§
Estigmatización
de las víctimas
§
Vulnerabilidad
social
§
Escaza
ayuda gubernamental
§
Baja o nula
organización social
§
Baja
honestidad gubernamental
§
Corrupción
§
Autoritarismo
1.2.Modelos
de intervención psicosocial en desastres
En el campo de la psicología, uno de
los campos aplicados que se aboca primordialmente en la atención e intervención
de los desastres naturales es la psicología de emergencias y desastres. Este
campo incide en el abordaje de los efectos que dejan los fenómenos naturales en
la población, desde tres diferentes momentos: 1) antes: acciones de
prevención y preparación para aminorar las consecuencias de los eventos, 2) durante:
acompañamiento con la realización de primeros auxilios psicológicos en la
población afectada y 3) después: a partir de las 72 horas después de
haber finalizado el fenómeno natural, se llevan a cabo las acciones de
intervención, las cuales se pueden
desarrollar en base a diferentes modelos teóricos que se enlistan a continuación:
§ Intervenciones
basadas en el tiempo (OMS, 2003; Campos-Santelices, 2004)
§ Intervenciones
por niveles de acción o esferas (IASC, 2009)
§ Intervenciones
centradas en las personas con enfoques comunitarios (Munis, Santos,
Kotliarenco, Suárez, Infante & Grotberg, 1998; UNESCO y Ministerio de
Educación, 2009; De Santacruz et al., 2003)
§ Intervención
psicológica y psicosocial en desastres (OPS, 2002, 2006, 2010; Baloian, Chia,
Cortejo & Paverini, 2007; Villamil-Salcedo, 2014; UNGRD, 2016; Costa & Morales, 2017; Álvarez-Icaza, & Medina-Mora 2018; UNDRR, 2020)
§ Modelos
centrados en la aplicación de instrumentos para el diagnóstico de la población
(OPS, 2005, 2006; Camacho, Rodríguez, Arnez & Caballero, 2007; Labra, 2008)
§ Metodologías
y técnicas de intervención de primera respuesta (OPS, 2002, 2003; Casullo &
Fernández-Liporace, 2006)
·
Primeros Auxilios
Psicológicos
·
Técnicas para el manejo
de estrés
En complementación a estos
principales modelos de atención a los desastres, se han considerado e
identificado un conjunto de factores que pueden representarse como protectores
o de riesgo.
Los factores protectores son las
condiciones que favorecen el desarrollo de un individuo o grupo, estos pueden
ser externos e internos. Los primeros hacen referencia a las condiciones del
entorno que protege del daño, un ejemplo es la familia extendida, apoyo de un
adulto significativo, integración social y laboral. Los internos son atributos
propios de la persona como son habilidades sociales, rasgos de personalidad,
seguridad en sí misma, empatía y valores.
Los factores de riesgo son las
características y cualidades de una persona o comunidad que tiene la elevada
probabilidad de tener un daño, por ejemplo, el caso de una comunidad que vive a
la orilla de un río.
2. MATERIALES
Y MÉTODOS
El presente trabajo fue de corte
cualitativo y descriptivo, en el que se implementó una intervención psicosocial
con la estrategia del taller denominado “Apoyo psicosocial para el regreso
al trabajo después del sismo de 2017”, el cual se llevó a cabo con 153 trabajadores
de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos con un rango de edad de 21 a
65 años; de los cuales 97 eran mujeres, 28 hombres y 28 no reportaron este
dato. El objetivo era apoyarlos emocionalmente en su retorno a las labores, ya
que muchos de ellos se encontraban con dificultades para retomar sus
actividades cotidianas dentro de su espacio laboral por temor a un nuevo evento
sísmico. Este taller buscaba la promoción de la resiliencia a partir de las
habilidades psicosociales que se trabajaron en la sesión.
Técnica de intervención: La
intervención fue a partir del taller antes mencionado el cual inició con la
formulación de tres preguntas claves: ¿Qué pasó? ¿Cómo estás? Y ¿Qué piensas
hacer a partir de ahora? Propuestas por Montoya (2016) y que fueron de ayuda para
dar la apertura como fase de sensibilización. Después, se conformaron grupos de
entre 5 a 6 participantes, en donde eran moderados por parte de un integrante
del staff, se pidió que de manera abierta se contestaran las tres preguntas antes
mencionadas; posteriormente, se les pidió que, en una hoja dibujaran su mano y
pusieran a un lado de cada uno de los dedos lo que representan, así como dar
respuesta a las siguientes preguntas:
§ Pulgar
¿Que me sostiene en la vida? (sostén)
§ Índice
¿cuál es mi meta? (metas)
§ Medio
¿Cuál es mi principal habilidad o fortaleza? (habilidades)
§ Anular
¿A quién amo? (compromiso)
§ Meñique
¿Qué debo de cuidar de ahora en adelante de mi vida? (cuidado)
El análisis se realizó mediante las
etapas y procedimientos para el análisis de contenido propuestas por Cabrera
(2009), siendo el propio equipo de investigación integrado por los autores
quien realizó los procesos de extracción, elaboración e interpretación de los
resultados. Se transcribió y categorizó el conjunto de las respuestas de cada
una de las preguntas en un procesador de textos (Word), elaborando un listado
de palabras, y para facilitar el proceso de análisis de los esquemas se usó la
herramienta de nube de palabras de la aplicación gratuita en línea https://www.nubedepalabras.es[1].
3. RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
En primer lugar, se hizo un análisis
de frecuencia de palabras con base en las respuestas dadas en cada pregunta
colocada según el dedo del dibujo de la mano. Se extrajeron los diferentes
términos y se pusieron en categorías de respuestas todos los términos con la
finalidad de explorar los términos usados con mayor frecuencia e identificar
las categorías más relevantes. Se depuró la lista en tres ocasiones buscando la
agrupación semántica de la categoría.
A continuación, se detallan los
resultados de manera individual, es decir, la presentación de cada uno de los
aspectos que se representaron en los dedos de la mano resiliente.
En el pulgar se representa el pilar
del sostén y tuvo como pregunta detonadora ¿Qué me sostiene en la
vida? En cuanto a las categorías que presentaron mayor frecuencia son: la familia
como principal figura significativa (f=92), no obstante, se tuvo una
diferenciación de personas según los lazos familiares, siendo los hijos el
impulso por el cual hacen frente a las situaciones (f=29) y también una
característica de la muestra es la creencia en dios (f=22), un
componente afectivo como el amor (f=17) y la figura de los padres
(f=17) y además, el reconocimiento del apoyo social con las redes de amigos
(f=14) que se ilustran en la Figura 1.
Figura
1. Pilar
del sostén (Dedo pulgar)
El dedo índice representaba el
pilar de las metas, la pregunta detonadora fue ¿Cuál es mi meta?
Las aspiraciones, metas y motivaciones se representan en este dedo. En cuanto a
las categorías que presentaron mayor frecuencia se encuentran: la familia
como principal figura significativa (f=67), el conseguir la felicidad
(f=25), la siguiente categoría es académica (f=22) donde se alude
principalmente al tema de la realización y/o conclusión de estudios; el crecimiento
(f=17) se expresa como la aspiración de ser mejor, en cuanto a los bienes
(f=14) se hizo alusión tanto a los aspectos materiales como psicológicos del
que destaca el bienestar o la calidad de vida, para el caso de la categoría económica
(f=14) se encontraron aspectos relaciones dirigidas a la iniciativa de crear su
propio negocio y lograr una condición de libertad económica; el componente psicológico
se manifestó con lo emocional (f=14) donde resaltaron actitudes y
aspiraciones de crecimiento personal, fortalecer y lograr una estabilidad
afectiva, la búsqueda de bienes materiales (f=14) como el tener
su propia casa y/o negocio y finalmente, las aspiraciones en el área profesional
(f=14) donde se tuvieron referencias a la obtención de una carrera o de ejercer
su profesión de manera exitosa y que se traduzca en satisfacción con la vida y
en el plano profesional, que se ilustran en la Figura 2.
Figura
2. Pilar
de las metas (Dedo índice)
El medio representa el pilar
de la fortaleza, la pregunta detonadora fue ¿Cuál es mi principal
habilidad o fortaleza? Este dedo expresa las habilidades y/o fortalezas y
las categorías que presentaron mayor frecuencia son: la capacidad de fortaleza
para hacer frente a las situaciones adversas, de reponerse y salir adelante
(f=22), la familia es el recurso que dota de mayor fuerza, teniendo el
reconocimiento más puntual de los hijos (f=20), saber escuchar a otros
(f=12), en cuanto a la perseverancia como una habilidad de lograr lo que
se proponen y de buscar el cumplimiento de las metas (f=10), la capacidad de
brindar ayuda a los demás o incluso que las demás personas les piden
apoyo (f=9) y empatía (f=9) que se ilustran en la Figura 3.
Figura
3. Pilar de la fortaleza (Dedo medio)
El anular explora el pilar
del compromiso y tuvo como pregunta detonadora ¿A quién amo? Se
representa en este dedo el compromiso expresado con los vínculos afectivos y
directamente con el amor, en cuanto a las categorías que presentaron mayor
frecuencia son: familia de manera genérica (f=125), pareja
(f=35), las personas a quienes quiero (f=28), amigos (f=24), a
sí mismo (f=23) y finalmente a los padres (f=21). Otras categorías
que dan sentido a este pilar son las vinculaciones afectivas en el contexto de
la experiencia del sismo han sido con otros círculos sociales como los compañeros
y los familiares, las creencias religiosas (Dios y/o la vida) y las mascotas
que se ilustran en la Figura 4.
Figura
4. Pilar
del compromiso (Dedo anular)
El meñique explora el pilar
del cuidado y tuvo como pregunta detonadora ¿Qué debo de cuidar de ahora
en adelante de mi vida? Por lo cual,
las categorías que presentaron mayor frecuencia son: autocuidado (f=73)
que alude a las acciones del cuidado de sí mismo y que a su vez manifestaron la
intención para poder cuidar a otras personas y/o de otros aspectos como la
salud y la integridad; la familia (f=51) que incorpora motivos para
promover el cuidado y protección de los integrantes; valores (f=26)
aluden a la amabilidad, la responsabilidad, la integridad, la honestidad y la
solidaridad, hijos (f=24) y en cuanto al bienestar psicológico y
acciones de cuidado de la salud mental se encuentran las emociones
(f=13) y la seguridad (f=13) que se ilustran en la Figura 5.
Figura
5. Pilar
del cuidado (Dedo meñique)
Dentro de los resultados se encontró
que el dedo pulgar, que hace referencia a quién da el soporte o sostén, fue la
familia quien juega un papel importante ante situaciones difíciles, ya que esta
tiene como función la reorganización de significados y comportamientos ante la
situación adversa, buscando regresar al equilibrio del funcionamiento,
bienestar y las necesidades familiares previas al evento (Gómez & Kotliarenco, 2010). Por otro lado, la creencia
en Dios proporciona una sensación de estabilidad, empoderando a las personas,
familias y comunidades para enfrentar las situaciones (San Martin, 2012).
Además, otros factores que promueven el sentirse apoyados o con un sostén son
las redes de apoyo como los amigos y el amor como un componente afectivo que se
manifiesta hacia la familia, los amigos y las creencias religiosas.
Con respecto a las metas (que se
representa con el dedo índice), se encontró primordialmente la orientación
hacia un proyecto de vida y la motivación (Cyrulnik, 2004) para salir adelante se
encontró que la familia es una motivación importante para el replanteamiento de
situaciones a futuro, así mismo la realización de aspiraciones académicas,
profesionales, laborales, el bienestar económico y la calidad de vida que son
el motor de esta población para alcanzar sus logros a futuro.
Por otro lado, en el dedo medio que
representa la fortaleza, se observó como principal soporte a la familia, la
cual como ya se mencionó, juega un papel primordial dentro de la manera en que
se van a enfrentar las situaciones
adversas, en lo referente a otros factores como son el bienestar,
entendido este como un constructo multidimensional conformado por las emociones
positivas (Seligman, 2011), las habilidades sociales y emocionales como
competencias que facilitan las relaciones interpersonales, mismas que se
encuentran entretejidas de emociones, como la empatía, habilidades de solución
de problemas, autoestima, habilidades de comunicación efectiva, entre otras
(Bisquerra 2003).
En cuanto a los resultados del dedo
anular que representa el compromiso, encontramos con la familia de manera
general, los amigos y los padres se busca tener un mayor compromiso para tener
un mejor conocimiento de lo que se tiene que hacer en caso de sismo, tomando
como experiencia la manera en que respondieron en este evento. Así como el
compromiso consigo mismo en donde se busca tener una mejor salud física y
mental para poder responder adecuadamente en futuras situaciones.
En lo que respecta a los resultados del dedo
menique, que hace referencia cuidado a futuro, encontramos que el autocuidado
encabeza la lista, entendiéndose a este como conductas encaminadas a una
actitud activa y responsable con respecto a la calidad de vida, de las
personas, familias y comunidades, promoviendo la salud, previniendo
enfermedades, mantener la salud y atender la enfermedad y discapacidad con o
sin ayuda (Organización Mundial de la Salud, 2019), así como fomentar los
valores que propone Bisquerra (2003).
4. CONCLUSIONES
El trabajo empírico que se tuvo ha
permitido la identificación de las características y los recursos existentes,
disponibles y de fortaleza que tienen los participantes ante la experiencia del
sismo. Aunado a esto, resalta el papel de la cultura que, en el caso de México
los vínculos familiares son los principales motivadores para hacer frente tanto
a las situaciones adversas como las acciones dirigidas al cuidado y
fortalecimiento de los lazos, más aún la cercanía de la relación padres-hijos.
En los participantes de la
intervención resaltaron aspectos con mayor alusión a la pertenencia de una comunidad
educativa, por esto es que las metas se han traducido en acciones, aspiraciones
y proyectos de vida con la finalidad de crear mejores condiciones de un
bienestar psicosocial de la familia y su vez, el compromiso del cuidado como
canalizador y potenciador del apoyo tanto autodirigido como el que se brinda
hacia otras personas del círculo social cercano.
Partiendo de los puntos de discusión
y en el marco de la psicología de emergencias y desastres, se puntualiza la
promoción de una cultura de prevención a partir de las acciones previas a la
aparición de un evento, de esta manera se proponen algunas recomendaciones para
favorecer y promover acciones que permitan la generación de una cultura de
prevención en el marco de los fenómenos geológicos, considerando tres niveles:
individual, comunitario y social.
A nivel individual se
recomienda: la construcción de un proyecto de vida integrador, donde se
articule el crecimiento o desarrollo personal como el aspiracional, esto al
identificar las capacidades, fortalezas y las metas a las que se aspiran para
su consecución pues esto favorecerá un fortalecimiento de habilidades sociales,
autoestima y locus de control pues estos recursos ayudarán a combatir el
antipilar de la estigmatización de las víctimas y la vulnerabilidad social.
A nivel comunitario se
sugieren las siguientes acciones: promover la autoestima colectiva a través de
darle un sentido de pertenencia a la comunidad, (lugar de trabajo, vivienda,
escuela); acercamiento con las autoridades del lugar para conocer los riesgos a
los que están expuestos y en conjunto con la comunidad y con las familias diseñar los planes de atención para casos de sismo; organización
de la población civil para exigir a las autoridades la implementación y
conocimientos de las estrategias para casos de desastres; capacitación en
materia de protección civil y primeros auxilios psicológicos y finalmente,
sensibilizar en la importancia de la cultura de prevención en los diferentes
ámbitos.
En el nivel social es
importante que los recursos existentes de la comunidad así como de la propia cultura organizacional se
potencien con la intención de generar sus propias estrategias de prevención,
que esto sea coadyuvante para la conformación de protocolos con una perspectiva
comunitaria y así, aminorar la dependencia y la pasividad que se encuentra en
una población que experimenta un desastre natural, quedando en la espera de que
alguien más lo haga por ellos, lo cual evita la aparición y/o en su defecto el
favorecimiento de los antipilares de la dependencia gubernamental, baja o nula
organización social y/o el autoritarismo.
5. LISTA
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[1] La nube de palabras es un recurso visual que se usa para representar las palabras más usadas o con mayor ocurrencia. Además, el tamaño es un indicador de la frecuencia, pero también la palabra central, pues es la que funciona como núcleo semántico, por lo cual requiere una interpretación del investigador/a que se apoya con la revisión del contenido y del contexto para lograr el sentido de su interpretación.