Gasto social y crecimiento econ�mico en am�rica latina.

Periodo 1990-2016

 

Willian David Herrera Aguas

[email protected]

Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Ecuador - Quito

 

RESUMEN

La presente investigaci�n analiza la relaci�n bidireccional entre el gasto p�blico social y sus diferentes categor�as (salud, educaci�n y seguridad social) con el crecimiento del Producto Interno Bruto para pa�ses de Am�rica Latina durante el per�odo 1990-2016. Con la finalidad de verificar le hip�tesis de bidireccionalidad, se aplic� la metodolog�a de vectores autorregresivos para datos de panel (PVAR) con efectos fijos. Los resultados obtenidos muestran que existe doble causalidad entre el gasto social total, los tipos de gasto social y el PIB, lo que pone en evidencia que no es suficiente aumentar el PIB (desarrollo econ�mico), sino que tambi�n es necesario mejorar el contexto y el bienestar social de la poblaci�n (desarrollo humano). Sin embargo, el gasto social tuvo un impacto positivo en el PIB, mientras que �ste afect� de forma negativa al gasto p�blico social en los per�odos subsiguientes.

Numero de clasificaci�n JEL:E62, N16, H53, C23

 

Palabras Claves: bidireccionalidad; gasto p�blico social; producto interno bruto; PVAR.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Social spending and economic growth in Latin America.

Period 1990-2016

 

ABSTRACT

This research analyzes the bidirectional relationship between public social spending and its different categories (health, education and social security) with the growth of Gross Domestic Product for Latin American countries during the period 1990-2016. In order to verify the bidirectional hypothesis, the autoregressive vector methodology for panel data (PVAR) with fixed effects was applied. The results obtained show that there is a double causality between total social spending, types of social spending and GDP, which shows that it is not enough to increase GDP (economic development), but that it is also necessary to improve the context and the social welfare of the population (human development). However, social spending had a positive impact on GDP, while it negatively affected public social spending in subsequent periods.

JEL classification number:E62, N16, H53, C23

 

Keywords: bidirectionality; social public spending; gross domestic product; PVAR.

 

 

Art�culo recibido:� 25 febrero 2022

Aceptado para publicaci�n: 10 marzo 2022

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1.����� INTRODUCCI�N�

�Desde la �ltima d�cada del siglo XX, los gobiernos de los pa�ses en desarrollo han aumentado significativamente su contribuci�n al gasto social en educaci�n, salud y seguridad social (Landau, 1983), (Giorgio y Ceroni, 2000), (Beraldo, Montolio y Turati, 2009), (Mercan y Sezer, 2014). En Am�rica Latina, se evidencian avances sociales significativos acompa�ados por tasas de crecimiento econ�mico sostenidas. Los pa�ses de la regi�n, en las �ltimas d�cadas, han alternado de forma diferente, etapas de mayor o menor intervenci�n estatal, de mayor o menor apertura hacia el comercio exterior, con altibajos en la obtenci�n de ingresos, fugas de capitales, con per�odos de expansi�n r�pida seguidos de per�odos con fuerte contracci�n en la inversi�n p�blica. Todo un mosaico de pol�ticas y estilos de desarrollo, que a su vez generan desiguales impactos econ�micos y sociales.

Sin embargo, a pesar de las profundas transformaciones estructurales e institucionales producidas en la regi�n, que buscaron revertir los efectos negativos generados por la contracci�n econ�mica de los a�os 80, los pa�ses de la regi�n con mayor o menor �xito han intentado consolidar un modelo de desarrollo econ�mico y social, tomando como referente, los procesos ocurridos en pa�ses industrializados. Es por ello que, en pa�ses de Am�rica Latina, despu�s de la d�cada de los 90, se ha evidenciado una tendencia al incremento del gasto social, donde los gobiernos de la regi�n han buscado contrarrestar los efectos de una etapa de austeridad fiscal a la que estuvieron expuestas varias naciones (Tromben 2016). A ra�z de eso, los gobiernos han fortalecido sus pol�ticas p�blicas y le han dado otra perspectiva al rol que ocupan las instituciones estatales ante las complicaciones sociales. Estas medidas han estado enfocadas en la lucha contra la pobreza, la desigualdad o la corrupci�n, el fortalecimiento de la democracia y de las libertades civiles. Entre ellas se destacan, un cambio de enfoque hacia la inclusi�n social y el fortalecimiento del Estado como provisor de servicios sociales. A pesar de los esfuerzos realizados, la mayor�a de los autores coinciden en la insuficiente efectividad de las pol�ticas sociales en la regi�n, con altos �ndices de desempleo, la falta de protecci�n social, de acceso a la educaci�n, de viviendas dignas e igualdad de oportunidades. Como resultado de ello, la regi�n latinoamericana sigue siendo la m�s inequitativa del planeta (CEPAL 2010) (Martin�Mayoral et al. (2012).

Con la crisis de 2008, los pa�ses latinoamericanos tambi�n respondieron de manera diferente respecto a los pa�ses desarrollados. Esta crisis no se origin� en Am�rica Latina, lo que nos indica que los pa�ses de la regi�n fueron afectados por un fen�meno externo, no interno. Al igual que Estados Unidos, muchos pa�ses de Am�rica Latina utilizaron el est�mulo fiscal a trav�s de un mayor gasto gubernamental para mitigar los efectos la crisis. Gracias a las reformas que implementaron en la d�cada de 1990, que obligaron a los gobiernos a ser m�s responsables fiscalmente, muchos pa�ses latinoamericanos tuvieron m�s espacio para maniobrar e implementar pol�ticas fiscales contra c�clicas (Blanco 2010). En crisis anteriores, algunos pa�ses latinoamericanos no tuvieron la capacidad de aplicar estas pol�ticas y m�s bien tuvieron que disminuir el gasto p�blico durante los per�odos de recesi�n econ�mica.

Dos preguntas recurrentes han sido planteadas en los estudios emp�ricos: cu�l ha sido la contribuci�n del gasto social para lograr un crecimiento econ�mico sostenible en el largo plazo y cu�les son los determinantes del gasto social y en particular, c�mo impacta el crecimiento econ�mico sobre ese gasto.

Respecto a la primera pregunta, los estudios que han analizado los efectos del gasto social en el crecimiento econ�mico han llegado a resultados contradictorios, encontrando efectos positivos (Schultz (1961), Psacharopoulos (1985), Baum y Lin (1993), Bellettini and Ceroni (2000), Beraldo, Montolio y Turati (2009)); efectos negativos (Landau (1983), Barro (1989), Fic y Ghate (2005)); finalmente, otros autores como Baum y Lin (1993) encuentran resultados positivos y negativos, mientras que McDonnell y Miller (2010) no encuentran efectos directos, pero si indirectos, a trav�s de la inversi�n.

Por tipos de gastos, diferentes autores han constatado los efectos positivos de la educaci�n y, la� salud sobre el crecimiento econ�mico (Barro 1991) (Baum y Lin 1993) (Devarajan, Swaroop y Zou 1996), Foster y Rosenzweig (1996), (Miller y Russek 1997), (Al-Yousif 2008), (Mercan y Sezer 2014), Schultz (1961), Psacharopoulos (1985), Foster y Rosenzweig (1996).� Bellettini y Ceroni (2000) y Fic y Ghate (2005) encuentran que el gasto en educaci�n contribuye a la formaci�n de capital humano. Lucas (1998) afirma que la capacidad instaurada en el capital humano se da a trav�s de dos fuentes: la educaci�n formal y el aprendizaje por la pr�ctica (en ingl�s learning by doing) y que las diferencias entre las tasas de crecimiento de los pa�ses se deben a las diferentes tasas de acumulaci�n del capital humano de las econom�as a trav�s del tiempo. Barro (1991) analiz� el efecto de las tasas de matriculaci�n de los niveles primario y secundario sobre una muestra de 98 pa�ses, encontrando una relaci�n positiva con el crecimiento promedio del PIB per c�pita para el per�odo 1960-1985. Danziger et al. (1981), Aaron (1982), Atkinson (1987) y Feldstein y Liebman (2002), Feldstein y Liebman (2002), entre otros, han encontrado efectos negativos del gasto en la seguridad social sobre el crecimiento econ�mico.

Algunos estudios adem�s hacen �nfasis en la heterogeneidad de experiencias de crecimiento y muestran que los efectos de las pol�ticas e instituciones son diferentes entre un pa�s y otro, de acuerdo con sus contextos hist�ricos, pol�ticos y estructurales (Rodrick, 2007)� (Hausmann, Rodrik y Velasco 2008). De all�, que se puede afirmar que Am�rica Latina es una regi�n diversa que requiere de modelos ajustados a sus particularidades y condiciones, que ayuden a sus pa�ses a salir de manera sostenida, de la dif�cil situaci�n econ�mica y social en la que se encuentran.

Existen multitud de trabajos que han analizado los determinantes del gasto social (Brown y Hunter (1999), Snyder y Yackovlev (2000), Kaufman y Segura-Ubiergo (2001), Avelino, Brown y Hunter (2005), Wibbels (2006), Lora y Olivera (2007), Huber, Mustillo y Stephens (2008), Lora (2009), Mart�n-Mayoral y Navernegg (2015), teniendo en cuenta variables econ�micas, demogr�ficas, pol�ticas e institucionales. Los primeros estudios realizados en la d�cada de 1970 sobre los determinantes del gasto social estuvieron enfocados en los pa�ses industrializados que buscaban la ampliaci�n del estado de bienestar en sus naciones. Sin embargo, un creciente n�mero de investigaciones se han enfocado en pa�ses en desarrollo, con la finalidad de encontrar modelos que logren explicar sus particularidades[1].

Entre de los determinantes econ�micos del gasto social agregado y sus categor�as de educaci�n, salud y seguridad social, analizados por los autores antes mencionados, se han incluido, el crecimiento econ�mico, el PIB, la renta per c�pita, las inversiones extranjeras, la balanza comercial, el endeudamiento p�blico, entre otras variables. A su vez, otros autores como Diamond (1989), Snyder (2000) y Gonzalez y Niepelt (2008), Mayoral, Espinosa y Nabernegg (2012), se han enfocado en factores demogr�ficos; Lindert (1996) y Kittel y Obinger (2003, tambi�n se han analizado factores pol�ticos; Garrett (1998) y Boix (1998) analizan el efecto la orientaci�n ideol�gica del gobierno sobre el gasto social.

Normalmente los estudios han tratado de responder estas dos preguntas por separado, sin embargo, el presente trabajo se centrar� en resaltar que existe una correspondencia bidireccional entre el gasto social y el crecimiento econ�mico, buscando encontrar conexiones entre ambas variables que permitan generar recomendaciones de pol�tica econ�mica eficaces, que contribuyan al crecimiento econ�mico, al bienestar de la poblaci�n y la sostenibilidad del desarrollo econ�mico y social de Am�rica Latina.

Ante esta problem�tica, la presente investigaci�n busca analizar la relaci�n bidireccional entre el gasto social, sus componentes y el crecimiento econ�mico en Am�rica Latina para el per�odo 1990-2016, es decir, como los gastos sociales determinan y son determinados por el crecimiento econ�mico. Para ello se utilizar�n modelos de panel de Vectores Autorregresivos (PVAR).

2. �MATERIALES Y M�TODOS

2.1  Revisi�n de la literatura emp�rica

Existe una gran cantidad de estudios que han analizado la relaci�n entre gasto social y crecimiento econ�mico desde diferentes enfoques. Algunos tratan el tema de manera descriptiva, otros utilizan metodolog�as econom�tricas que permiten estimar el efecto del gasto social sobre el crecimiento econ�mico y viceversa, pero pocas veces se ha analizado la doble causalidad entre ambas variables.

En este sentido, los estudios relacionados al gasto social y crecimiento econ�mico han tratado de responder a preguntas como: �el alto gasto social financiado por los impuestos reduce el crecimiento econ�mico? Un an�lisis econ�mico simple podr�a sugerir que los altos impuestos y los generosos pagos de asistencia social, reducen los incentivos para trabajar y ahorrar tanto para quienes pagan impuestos como para quienes reciben beneficios relacionados con los ingresos. Sin embargo, el proceso puede no ser tan simple. Como argumenta Lindert[2] (2004), una mayor carga impositiva para financiar el gasto social no se correlaciona negativamente ni con el nivel del PIB per c�pita ni con su crecimiento (James 2007).

Para Am�rica Latina, el estudio de Mostajo (2000) mide y eval�a los efectos del gasto social de los gobiernos sobre la equidad distributiva, a trav�s de una serie de indicadores como el impacto redistributivo o la focalizaci�n e incidencia, focaliz�ndose en tres �reas interrelacionadas. La primera parte, eval�a la evoluci�n del gasto social en t�rminos de su nivel y tendencia, prioridades otorgadas, factores determinantes de su comportamiento, as� como tambi�n, a trav�s de la caracterizaci�n de su comportamiento proc�clico. La segunda, se centra en el tema de la distribuci�n de ingresos, diferenciando entre �reas urbanas y rurales, evaluando la posici�n relativa de los pobres dentro de dicha distribuci�n. Finalmente, se aborda al gasto social desde la perspectiva de su impacto redistributivo, eficiencia distributiva y grado de progresividad, por medio de la comparaci�n de la distribuci�n del gasto social por quintiles, realizando una comparativa entre el quintil m�s bajo y alto. Los pa�ses comprendidos en el estudio son Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Jamaica, M�xico y Per�, pa�ses que representan al 81% de la poblaci�n, el 90% del PIB agregado y el 88% del comercio internacional de la regi�n latinoamericana. Como una de las principales conclusiones, la autora menciona que los factores determinantes de la evoluci�n del gasto social est�n correlacionados con nivel de focalizaci�n y eficiencia del gasto del pa�s; es decir, el desempe�o econ�mico es m�s importante en pa�ses de gasto social alto (m�s del 13% del PIB: Argentina, Chile y Costa Rica).

Arjona, Ladaique y Pearson (2003) realizan un estudio utilizando t�cnicas econom�tricas de datos de panel para los pa�ses de la OCDE (por sus siglas en ingl�s- Organizaci�n para la Cooperaci�n y el Desarrollo Econ�micos), los hallazgos encuentran evidencia a favor de la proposici�n de que un mayor gasto social reduce el crecimiento. Por su parte, Hassan (2004) analiza el impacto de los componentes del gasto social (educaci�n, salud) sobre el crecimiento del PIB per c�pita de Sudan, estimando una ecuaci�n lineal a trav�s de m�todos GMM. Encuentra que el aumento de gasto social mejora el crecimiento del PIB per c�pita.

A su vez, Benos (2009) estudia si una reasignaci�n de los componentes del gasto p�blico y los ingresos puede mejorar el crecimiento econ�mico utilizando datos sobre 14 pa�ses de la UE durante 1990-2006. Para ello estima un modelo de crecimiento end�geno linealizado, a trav�s de diferentes t�cnicas econom�tricas de datos de panel (MCO, datos de panel con efectos fijos para controlar el sesgo que se produce por variables omitidas espec�ficas de cada pa�s constantes en el tiempo y el GMM de Arellano-Bond (1991) para controlar la doble causalidad entre ambas variables). Entre los resultados obtenidos, encuentra que los gastos del gobierno en actividades de mejora del capital humano y protecci�n social no tienen un efecto significativo sobre el crecimiento econ�mico.�

En el estudio de Pinilla, Jim�nez y Montero (2013), utiliza un panel de datos entre 1989 y 2009, para 17 pa�ses de Am�rica Latina, bajo modelos de regresi�n M�nimos Cuadrados Ordinarios combinados no lineales y M�nimos Cuadrados Generalizados de efectos fijos y variables. Su estudio evidencia la correlaci�n entre el Gasto Primario del Gobierno Central (GPGC), que incluye de manera especial al gasto social y el nivel de producci�n per c�pita en las �ltimas dos d�cadas. Su principal conclusi�n es que el incremento del GPGC en el per�odo de estudio, ha tenido un impacto positivo, aunque limitado en el crecimiento del PIB.

Por su lado, Letelier (2016) examina los efectos del gasto p�blico en el crecimiento econ�mico utilizando un modelo GMM (Generalized Method of Moments), con un panel de 53 econom�as, 30 desarrolladas y 23 en desarrollo, para el periodo de 1975-201. Encuentra que los gastos en infraestructura y los gastos en protecci�n social reducen el crecimiento econ�mico.

Cammeraat (2020) estudia c�mo los diferentes esquemas de gasto social se relacionan con la pobreza, la desigualdad y el crecimiento econ�mico. Primero, encuentra que el gasto social p�blico total est� relacionado negativamente con la pobreza y la desigualdad, pero no con el crecimiento del PIB. Por lo tanto, los resultados no apoyan un compromiso entre reducir pobreza y desigualdad a trav�s del gasto p�blico social total, por un lado, y el crecimiento del PIB, por otro. Este resultado se suma a un n�mero creciente de estudios que rechazan la existencia de un equilibrio entre equidad e ineficiencia a un macro nivel. Tambi�n se evidencia las diferencias sustanciales entre los efectos de varios tipos de gasto social. Estas diferencias permiten a los responsables de la formulaci�n de pol�ticas lograr una mejor orientaci�n y, por lo tanto, aumentar la eficacia de la reducci�n de la pobreza y la desigualdad, sin efectos perjudiciales sobre el crecimiento del PIB.

Cammeraat (2020), tambi�n plantea la relaci�n que existe entre los diferentes esquemas del gasto social con la pobreza, la desigualdad y el crecimiento econ�mico en medida del PIB, donde el principal aporte es presentar relaciones mediante los esquemas del gasto social: �vejez y sobrevivientes�, �incapacidad�, �salud�, �familia�, �desempleo y mercado laboral activo pol�ticas� y �vivienda y otros�. La metodolog�a utilizada es una regresi�n OLS[3] y 2SLS[4], usando un panel de datos de 22 estados pertenecientes a la Uni�n Europea, durante el periodo 1990 hasta 2015. Los resultados obtenidos describieron que el gasto social total se relaciona negativamente con la desigualdad y la pobreza, no obstante, no presenta una relaci�n positiva con el crecimiento del PIB. En la aplicaci�n de las regresiones, el modelo OLS, utiliza como variables explicativas los valores rezagados de las variables de gasto (t-1), dado a que los niveles del gasto social dependen del crecimiento y espec�ficamente de la pobreza y la desigualdad. Por otra parte, en el modelo 2SLS se utiliza la variable gasto social con valores rezagados (t-2); a partir de esta especificaci�n se utiliza un an�lisis de efectos fijos con estimaciones de datos de panel para de 32 pa�ses miembros de la (OCDE).

Por otro lado, existen estudios que han analizado la otra direcci�n de causalidad, donde PIB o el crecimiento explican el gasto social.

�Avella (2009), utiliza pruebas de causalidad de Granger (1969) y Sims (1972) y de exogeneidad d�bil para Colombia, para comprobar queel PIB real por habitante afecta de forma positiva al gasto social. Las descripciones hist�ricas sugieren que las dos series en consideraci�n evolucionan conjuntamente a lo largo del tiempo.

Tromben (2016) estudia el comportamiento del gasto social ante el ciclo econ�mico en el contexto de la pol�tica fiscal en Am�rica Latina a partir de un panel de datos anuales (1990-2014) de 18 pa�ses de la regi�n. La prociclicidad de la pol�tica fiscal, del gasto p�blico y del gasto social se analiza a trav�s de la estimaci�n de cinco ecuaciones con las que se intenta reflejar la relaci�n entre la pol�tica fiscal y el ciclo econ�mico. Para ello se estimaron regresiones de panel con efectos fijos con el modelo de m�nimos cuadrados ordinarios (MCO) con variable instrumental (precio de los productos b�sicos) y m�todo generalizado de momentos (GMM); con el �ltimo modelo se busca resolver el problema de endogeneidad de las variables. Los resultados obtenidos muestran que el gasto social describe un comportamiento proc�clico estad�sticamente significativo. Sin embargo, a pesar del sesgo proc�clico de pol�ticas fiscales, los pa�ses han logrado de alguna manera proteger el gasto social frente al ciclo econ�mico, pues comprenden que el gasto social se encarga de garantizar la presencia de ciclos din�micos de crecimiento econ�mico.�

Las investigaciones previamente mencionadas, ponen en evidencia la presencia de doble direccionalidad entre ambas variables, lo que implica la necesidad de realizar an�lisis unidireccionales que tengan en cuenta esta fuente de endogeneidad o bien realizar an�lisis que tengan en cuenta las dos direcciones de causalidad.�

Entre los trabajos que han empleado esta segunda estrategia, se pueden mencionar a D�az-Fuentes y Revuelta (2011), quienes aplican an�lisis de cointegraci�n para analizar la relaci�n bidireccional entre gasto p�blico (donde se incluye al gasto social) y crecimiento econ�mico para 19 econom�as de Am�rica Latina, durante el periodo 1960 - 2008. Estos autores se basan en el marco te�rico desarrollado por Wagner[5] y Keynes[6] para sostener ambos lados de causalidad, el gasto social en funci�n del crecimiento econ�mico y el crecimiento econ�mico en funci�n del gasto social respectivamente. Las principales conclusiones son que, durante el per�odo de an�lisis, el crecimiento econ�mico ha estado acompa�ado por un crecimiento del gasto p�blico y social, cumpli�ndose as� la ley de Wagner. Por otro lado, encuentra que el gasto social favorece el crecimiento econ�mico a largo plazo sobre todo a partir de 1980, despu�s de superar las limitaciones del Consenso de Washington, a la vez que reduce la desigualdad y la pobreza. Sin embargo, estos autores analizan por separado ambas direcciones y no de forma conjunta.

Martin-Mayoral y Villavicencio (2019), pretenden verificar la existencia de doble causalidad entre el gasto social (educaci�n, salud, seguridad social, vivienda y otros) y la desigualdad (�ndice de Gini) en pa�ses de Am�rica Latina para el per�odo 1990-2013, mediante el uso de modelos de vectores autorregresivos para datos de panel (Panel VAR), lo que permite analizar de forma conjunta a trav�s de un sistema de ecuaciones ambas direcciones de causalidad. El estudio aplica un modelo Generalizado de Momentos (GMM) para indagar la existencia de una doble causalidad entre el gasto social y la desigualdad de ingresos. El estudio tuvo dos especificaciones: la primera, donde solo se considera las variables de inter�s (gasto social y desigualdad), en este caso, el modelo no permite asegurar que existe una relaci�n simult�nea entre la desigualdad y el gasto social. Por otro lado, en una segunda especificaci�n, se incluyen variables de control (democracia, poblaci�n y el PIB per c�pita), mostrando que el gasto social disminuye la desigualdad y que la desigualdad influye de manera positiva en el gasto social, lo que demuestra la existencia de una doble causalidad.

En conclusi�n, las ideas y los trabajos presentados previamente, muestran que el gasto p�blico y el crecimiento econ�mico tienen una estrecha relaci�n. No obstante, la mayor�a de los estudios se han ocupado de una sola direcci�n de causalidad, usando m�todos de regresi�n y de correcci�n de errores para establecer una relaci�n a largo plazo entre el gasto social y el crecimiento econ�mico. Algunos trabajos han analizado la posible endogeneidad entre las variables que forman parte del an�lisis y en concreto para corregir el problema causado por la endogeneidad generada por la causalidad reversa entre ambas variables. A este problema en la literatura se le denomina simultaneidad (Espasa 1973), esto es, cuando las variables explicativas est�n determinadas de forma conjunta con la variable dependiente.

En el presente estudio, se pretende examinar la doble causalidad de las variables mencionadas de forma simult�nea. Las variables de estudio son el crecimiento econ�mico (), gasto social (), y su relaci�n con otras variables de control (). Estas variables pueden estas relacionadas por medio de funciones de enlace que permitan establecer su comportamiento una en funci�n de la otra, es decir:

Se trata de un sistema de ecuaciones, donde las relaciones se dan de forma simult�nea; es decir, existe una correspondencia que conecta a las funciones de enlace �y .

Para su estimaci�n se utilizar� el m�todo de vectores autorregresivos para paneles de datos (Panel VAR o PVAR) introducido por Holtz-Eakin, Newet y Rose (1988) y posteriormente formalizado para su aplicaci�n emp�rica por Abrigo y Love (2016). El m�todo consiste en estimaciones de datos de panel din�micos, que permiten el an�lisis de un sistema de relaciones din�micas, que son modeladas como un sistema de decisiones que se determinan simult�neamente para las dos variables end�genas que est�n siendo analizadas (gasto social y crecimiento econ�mico). De esta manera, al tener series de tiempo para cada variable, se podr� identificar las posibles relaciones de causalidad existentes, lo que permite controlar estas problem�ticas y analizar el impacto de choques ex�genos al sistema en modelos m�s extensos. Adicionalmente, se puede incluir dentro del modelo variables ex�genas relacionadas al contexto pol�tico o social del crecimiento econ�mico y del gasto social que permitan aislar sus efectos sobre las dos variables de inter�s y de esa forma identificar claramente la relaci�n entre ellas.

2.2 modelo vectorial autorregresivo para datos panel (Modelo Panel VAR -PVAR-)

De acuerdo con Canova y Ciccarelli (2013), los modelos VAR (Vectores Autoregresivos) para series de tiempo y Panel VAR para paneles de datos, est�n bien establecidos en los trabajos emp�ricos de macroeconom�a aplicada. Estos m�todos, son utilizados como un enfoque alternativo para tratar con econom�as interdependientes, tomando en consideraci�n que todas las variables se tratan como end�genas e interdependientes, tanto en un sentido din�mico como est�tico, aunque en algunos casos tambi�n podr�an incluirse variables ex�genas. La formulaci�n general de un modelo VAR parte de la consideraci�n de un vector �de �de variables end�genas, que representa una serie temporal. El modelo VAR para esta vector es:

donde �es un polinomio en el operador de rezago y el t�rmino de error es asumido independiente e id�nticamente distribuido ().�

L�tkepohl (2004) brinda una definici�n b�sica m�s general de un modelo VAR de orden p �que captura las interacciones din�micas para un conjunto de K variables (series de tiempo) , a trav�s de la siguiente ecuaci�n:

donde los �son matrices de coeficientes () y �son los t�rminos de error inobservables y aleatorios, que, por lo general, se suponen que son un proceso de ruido blanco independiente de media cero con matriz de covarianza �definida positiva invariante en el tiempo. En otras palabras, los �son vectores estoc�sticos independientes con .

Una variaci�n caracter�stica de (1), utilizada principalmente en an�lisis de econom�a, permite que el vector des �variables �sean una funci�n lineal de , un conjunto de variables predeterminadas o ex�genas, en cuyo caso el modelo VAR se convierte en un VARX con la siguiente expresi�n (de primer orden):

Sin embargo, el VAR es un m�todo que �nicamente permite analizar la simultaneidad entre variables que representan a un �nico individuo.

El panel VAR (PVAR), introduce en el an�lisis la dimensi�n transversal, con el objetivo de estimar la relaci�n de variables en el tiempo y conjuntamente entre individuos. En otras palabras, el modelo PVAR, combina el enfoque VAR tradicional que trata todas las variables del sistema como end�genas con el enfoque de datos de panel, que permite controlar la heterogeneidad individual no observada (Omojolaibi y Egwaikhide, 2014). Seg�n (Koop y Korobilis 2014), el PVAR es un m�todo m�s flexible que los modelos de regresi�n convencionales, ya que permite analizar todo tipo de interdependencias din�micas o est�ticas entre individuos (pa�ses o regiones) y captar la existencia de heterogeneidad en los coeficientes de las variables de los diferentes pa�ses. El PVAR hace posible modelar expl�citamente una variable end�gena de inter�s (por ejemplo, la i-�sima variable macroecon�mica para el j-�simo pa�s) que dependa de varios rezagos de: i) la propia variable end�gena; ii) otras variables macroecon�micas de ese pa�s; y iii) las variables macroecon�micas de todos los dem�s N-1 pa�ses. Con el PVAR adem�s se pueden implementar proyecciones futuras de estas relaciones (an�lisis impulso respuesta).

Por otro lado, el modelo PVAR permite resolver los problemas que poseen otros m�todos de estimaci�n convencionales, como es el de endogeneidad provocada por la simultaneidad de variables[7], ausencia de estacionariedad de las diversas series examinadas y los vinculados con los efectos fijos individuales. Las anteriores consideraciones, han sido observadas en los estudios emp�ricos sobre la demanda laboral por Hamermesh (1999, 2000), y que constituyen referentes de su aplicaci�n.

Por otro lado, el procedimiento est�ndar de estimaci�n por m�nimos cuadrados ordinarios (MCO), ecuaci�n por ecuaci�n para modelos VAR, no proporciona estimaciones insesgadas para los modelos PVAR. No obstante, Love y Zicchino (2006) hacen referencia a m�ltiples trabajos que han utilizado el m�todo GMM introducido por Anderson y Hsiao (1982). Seg�n Arellano y Bund (1991), este m�todo de variables instrumentales surge como un m�todo alternativo para aislar el sesgo por simultaneidad o endogeneidad existente en los modelos a estimar. En el caso de paneles din�micos, los estimadores de Anderson y Hsiao (1982), Holtz-Eakin et al. (1988), Arellano y Bond (1991), Arellano y Bover (1995) y Blundell y Bond (1998), utilizan una aproximaci�n de variables instrumentales, estimando los par�metros mediante GMM, lo que resuelve el problema de endogeneidad tanto de la variable dependiente rezagada como de los dem�s regresores end�genos que se considere en el modelo.

El primer modelo de PVAR fue presentado por Holtz-Eakin, Newet y Rose (1988). Su art�culo, consideraba la estimaci�n y prueba de coeficientes de autorregresi�n del vector en datos de panel, aplicado para analizar las relaciones din�micas entre salarios y horas trabajadas en dos muestras de hombres estadounidenses. Abrigo y Love (2016) utilizan el modelo GMM de primera generaci�n de Anderson y Hsiao (1982) para controlar el sesgo de Nickell[8].

Los modelos PVAR se caracterizan por tener la misma estructura que los modelos VAR, en el sentido de que se supone que todas las variables son end�genas e interdependientes, pero se agrega una dimensi�n de secci�n transversal a la representaci�n, por ejemplo, pa�ses, empresas, sectores, etc. Bajo esta perspectiva, se piensa en �como una versi�n apilada de secciones (o paneles) , el vector de �variables para cada unidad , es decir, . Como ya se hab�a mencionado, el �ndice �es gen�rico y podr�a indicar pa�ses, sectores, mercados o combinaciones de ellos (Love y Zicchino 2006, Abrigo y Love 2016, Villavicencio 2016). Entonces un modelo PVAR para cada una de las variables dependientes �de orden � puede ser expresado como:

donde �es un vector de �de perturbaciones aleatorias, generalmente denominado residuos o errores, inherentes al ajuste de modelos lineales; �es el vector que recoge los efectos fijos de las variables dependientes no recogidos por los componentes autorregresivos. Adem�s, �corresponder�a a las variables independientes o ex�genas (variables de control), de dimensi�n ; las matrices �y �representan los par�metros a estimar, de dimensiones �y , respectivamente (Abrigo y Love 2016).

Sin embargo, es posible que los efectos fijos est�n correlacionados con los regresores debido a la variable dependiente rezagada, por lo que (Arellano y Bover 1995, Villavicencio 2016), Love y Zicchino (2006) recomiendan utilizar el m�todo de Helmert (1880), que consiste en transformar las variables originales rest�ndole la media de las observaciones futuras con el objetivo de eliminar los efectos fijos de cada individuo. Este procedimiento preserva la homocedasticidad y no induce a correlaci�n serial (Iakova, et al., 2014).

El n�mero de retardos que ser� utilizado para la estimaci�n del modelo panel VAR, se encuentra basado en el trabajo de Sim�es, Duarte y Sousa (2015) quienes utilizan el criterio de informaci�n de Akaike AIC (Akaike 1973)[9]. Dado el bajo n�mero de a�os disponibles, se procedi� a realizar estimaciones con el m�nimo orden de rezago posible (1, 2, 3 dependiendo del AIC).

En esencia, luego de adoptar la estrategia de Abrigo y Love (2016), el modelo PVAR que ser� desarrollado en el presente trabajo requiere de una estimaci�n de los par�metros, haciendo uso del modelo en primeras diferencias[10] (Gravier-Rymaszewska 2012, Melguizo 2015, Villavicencio 2016) (tomando en consideraci�n la similitud de este m�todo con la transformaci�n de Helmert).

Despu�s de determinar el n�mero de rezagos a trav�s del criterio de informaci�n de Akaike (1973), a continuaci�n, se debe comprobar la estacionariedad[11] de los datos; para ello se har� uso del test de ra�ces unitarias para datos de panel de Philipps-Peron (PP) (Melguizo 2015, Tsay 2005). La causalidad existente entre las variables de estudio ser� evaluada mediante el test de causalidad de Granger (1969), con la adaptaci�n respectiva para el caso de modelos PVAR. Se incluir�n variables de control (ex�genas) que ayuden a captar mejor el comportamiento de las variables de inter�s. �

3. �RESULTADOS Y DISCUSI�N

Tendencia del gasto social y el crecimiento econ�mico en Am�rica Latina

A partir de un an�lisis inicial del PIB entre los a�os 1990 a 2016 identifica cuatro subper�odos para caracterizar el crecimiento econ�mico en Am�rica Latina. El primer subper�odo que va de 1990 a 1997, corresponde a la recuperaci�n econ�mica experimentada en la regi�n despu�s de los a�os 80, donde el PIB promedio creci� 3.3% por a�o. El segundo subper�odo, de 1998 a 2003, est� caracterizado por la inestabilidad, influenciada principalmente por las crisis financieras rusas y asi�ticas que empujaron a la econom�a mundial a una recesi�n de la que Am�rica Latina solo se recuper� en 2003. Durante este per�odo se produce un grave deterioro de los t�rminos de intercambio que afect� a la regi�n entre 1998 y 2002 y se tradujo en una p�rdida acumulada del 14,8% en el caso de los pa�ses no petroleros y del 3,4% si se incluyen los pa�ses exportadores netos de petr�leo. (CEPAL 2004). El tercer subper�odo, de 2004 a 2008, donde el PIB creci� 4.9% anualmente y coincide con la aceleraci�n de la ca�da en la tasa de pobreza. Finalmente, de 2009 a la fecha, la regi�n enfrenta la desaceleraci�n del crecimiento de la econom�a china y el fin de los altos precios de los productos b�sicos. En este �ltimo per�odo, el PIB ha crecido a una tasa del 2,8% anual.

Respecto al gasto social seg�n la CEPAL (2008), ha tenido un importante crecimiento en su peso como proporci�n del PIB entre en el per�odo 1990- 2008. El promedio (simple) del gasto social pas� del 9,5% del PIB entre 1990-1991 a 14, 2% del PIB entre 2007-2008.

Para el a�o 2008 (septiembre), se genera una de las mayores recesiones econ�micas que marcaron al planeta entero, causada por las principales entidades financieras de los pa�ses desarrollados y que termin� contagiando al resto del mundo. En 2009, al igual que en la mayor�a de los pa�ses del mundo, el Producto Interno Bruto (PIB) latinoamericano experiment� una contracci�n cercana al 2%. Tanto la ca�da en ingresos por exportaciones como la baja en las remesas o el turismo afectaron el ritmo de crecimiento de la econom�a regional, en un ambiente de menor confianza de empresarios y consumidores. A pesar de ese bache, los efectos de la crisis en Am�rica Latina y el Caribe fueron mucho menores de lo que muchos tem�an y el retroceso en los �ndices de pobreza fue leve. (Moreno 2011)

Mas adelante, se presenta una ca�da del PIB en el 2014, con una reducci�n en el PIB per c�pita de la regi�n del 4,0% entre 2014 y 2019, el menor crecimiento para las econom�as de Am�rica Latina y el Caribe en las �ltimas siete d�cadas. CEPAL (2019) se�ala que la desaceleraci�n en la demanda interna estuvo acompa�ada por una baja demanda agregada externa y mercados financieros internacionales m�s fr�giles. A este contexto se suman las crecientes demandas sociales y las presiones por reducir la desigualdad y aumentar la inclusi�n social.

Una de las principales razones para sortear las diferentes crisis econ�micas fue la capacidad, aunque no homog�nea, de los gobiernos de la regi�n para adoptar programas contra c�clicos que limitaron los efectos sociales de la recesi�n e incluyeron aumentos en gasto p�blico o bajas en las tasas de inter�s. (Moreno 2011)

Evoluci�n del gasto por funciones

En la presente investigaci�n se analiza por separado los gastos realizados en tres sectores del gobierno: salud, educaci�n y protecci�n o seguridad social; a su vez para no perder informaci�n importante se implementa el sector vivienda y otros que ser�n los grupos restantes del gasto social.

Gr�fico No. 1: Gasto social por funciones 2000-2016

Fuente: CEPAL

Elaboraci�n: El autor

El Gr�fico No. 1 presenta la evoluci�n del gasto social per c�pita (a precios constantes del 2010 en USD) por categor�as en el per�odo 2000- 2016 y, el PIB per c�pita de Am�rica Latina. Las tendencias recientes para el a�o 2015 en referencia al gasto social, muestran que a pesar de las oscilaciones que ha sufrido el ciclo econ�mico desde la crisis financiera internacional de 2008 y 2009, hasta 2013 hubo un aumento de los recursos disponibles para el financiamiento de servicios sociales. El sector de protecci�n social para el a�o 2016 de Am�rica Latina represent� el 42,37% del total del gasto social, seguido del 31,75% en educaci�n, 18,36% en salud y 7,52% en vivienda y otros. La tendencia que presenta el gasto social y sus diferentes categor�as mantiene similitud en el periodo de estudio; el sector de vivienda es el que menor crecimiento ha tenido, sin embargo, cabe destacar que cada sector del gasto social mantuvo una id�ntica tendencia con respecto al PIB, en funci�n al Gr�fico No. 1 con respecto al PIB per c�pita.

Gr�fico No. 2: Gasto social por sectores por pa�s como % del PIB (seleccionados de Am�rica Latina) a�o 1990

Fuente: CEPAL

Elaboraci�n: El autor

Gr�fico No. 3: Gasto social por sectores por pa�s como % del PIB (seleccionados de Am�rica Latina) a�o 2016

Fuente: CEPAL

Elaboraci�n: El autor

En el Gr�fico No. 2 y Gr�fico No. 3, se presentan los distintos sectores o grupos del gasto social en Am�rica Latina para los a�os 1990 y 2016 respectivamente, tomando en cuenta una muestra de pa�ses representativos. Se observa que el pa�s con mayor contribuci�n en el gasto social en el a�o de 1990 fue Chile, con un gasto social del 11,7% del PIB, mientras al 2016 fue Brasil, donde se ha producido un crecimiento importante del gasto social como porcentaje del PIB (cerca del 17% del PIB), donde destacan los sectores de protecci�n social y salud.

Tambi�n se observa que la brecha o distancia que mantienen los pa�ses Latinoamericanos entre ellos es significativa. De acuerdo con Mostajo (2000) durante el per�odo post reforma y como proporci�n del PIB, los recursos destinados para fines sociales del grupo medio fueron 65% de los correspondientes al grupo alto, mientras que del grupo de pa�ses con gasto bajo solamente equivalieron un 35%. Tras el an�lisis descriptiva a continuaci�n, se presentan los principales resultados de la estimaci�n del modelo econom�trico, mismo que se sustenta en la metodolog�a PVAR.

Estimaci�n del Modelo Econom�trico

En este apartado se analizar� la doble causalidad entre crecimiento econ�mico y gasto social de 17 pa�ses latinoamericanos, a nivel agregado y sus tres subcategor�as (salud, educaci�n y seguridad social). Para ello, se aplicar� el modelo de vectores autoregresivos para datos de panel (PVAR).

Tabla No 1: Variables y fuentes de datos

Elaboraci�n: El autor

Nota: * Incluye el gasto en: vivienda y servicios comunitarios, salud, educaci�n y

protecci�n social

Para la realizaci�n de este an�lisis se cont� con las variables de la Tabla No. 1 para cada uno de los pa�ses de Am�rica Latina[12], los datos fueron tomados de distintas fuentes de informaci�n oficiales de organismos multilaterales como fueron: CEPALSTAT (CEPAL), Databank (Banco Mundial) e informaci�n estad�stica del Fondo Monetario Internacional. La frecuencia fue anual y el rango de las observaciones que se utiliz� fue en el per�odo 1990 hasta 2016.

RESULTADOS

Previo al desarrollo y evaluaci�n emp�rica se realizaron las pruebas de retardos �ptimos a trav�s de criterios de informaci�n de Akaike y Schwarz; en los cuatro modelos (gasto social y sus 3 categor�as) el n�mero de retardos �ptimos fue de dos (v�ase Anexo 1 los resultados). A continuaci�n, se realizaron las pruebas de ra�z unitaria de Fisher (Choi, 2001) para datos de panel para comprobar el orden de integraci�n para el panel de datos, encontrando que las series son estacionarias en primera diferencia y por tanto integradas de orden uno (I(1)) (v�ase Anexo No. 2).

Modelo 1: Relaci�n bidireccional entre el PIB y el gasto social

A continuaci�n, se analiza el sistema de ecuaciones din�micas de forma simult�nea a trav�s de un panel VAR (PVAR). Para ello se asume que los coeficientes de gasto p�blico social y de PIB son comunes en toda la muestra de pa�ses y, que la heterogeneidad individual sistem�tica es capturada por efectos fijos individuales.

En el Cuadro No. 1 se presentan los resultados que abalan la hip�tesis de bidireccionalidad entre el PIB y el Gasto P�blico social (ambas variables en logaritmos) controlando por el vector de variables ex�genas. Los resultados muestran una relaci�n bidireccional entre el Gasto P�blico social y el PIB en t-1.

En primer lugar, un mayor gasto social afecta positivamente al PIB del siguiente a�o. Estos resultados de incidencia del gasto social en el PIB coinciden con los desarrollos emp�ricos presentados por Schultz (1961), Psacharopoulos (1985), Baum y Lin (1993), Bellettini and Ceroni (2000), Beraldo, Montolio y Turati (2009).

Sin embargo, un mayor PIB en t-1 afecta de forma negativa al Gasto P�blico social en el per�odo t, es decir, el esfuerzo que realizan los pa�ses en gasto social disminuye a medida que crece el PIB, resultados relativamente similares a los encontrados por Tromben (2016). Esto puede deberse a varios factores, por ejemplo, la prociclicidad de la pol�tica fiscal, puede generar aumentos en otros rubros distintos al gasto social como el gasto corriente (sueldos y salarios) o inversiones de capital ante un incremento del PIB.

Cuadro No. 1: PVAR PIB y Gasto Social

Nota: Std. Err. en par�ntesis * p<0.10, ** p<0.05, *** p<0.001

Adicionalmente, con respecto a las variables de control (ex�genas) se observa que la variable exportaciones tiene un efecto positivo y significativo estad�sticamente sobre el PIB y, el gasto social. Por otro lado, la variable deuda externa tiene un efecto negativo y estad�sticamente significativo sobre el PIB y el gasto social.

Modelo 1: Test de causalidad de Granger

A pesar de que en el Cuadro No. 1 se observa que ambas variables tienen un efecto futuro sobre la otra, nos interesa confirmar si los valores pasados de una variable, son �tiles para predecir los valores de la otra variable, condicionada a los valores rezagados de esta variable, es decir, si PIB "causa en el sentido de Granger" al Gasto Social y viceversa (Granger 1969). A continuaci�n, se presenta un test de causalidad de Granger

Cuadro No. 2: Test de causalidad de Granger, PIB y gasto social

El Cuadro No. 2 presenta la prueba de causalidad de Granger sobre los coeficientes con dos rezagos de PIB y gasto p�blico social. En los resultados se observa un p-valor=0,000, por lo que en todos los casos se puede rechazar la hip�tesis nula, es decir, se encuentra que el PIB causa en el sentido de Granger al gasto social y, el gasto social causa al PIB en los pa�ses de Am�rica Latina, lo que reafirma la existencia de una relaci�n bidireccional entre las variables, como se observ� en los resultados del PVAR.

Modelo 1: Impulso- respuesta y descomposici�n de la varianza

A continuaci�n, se presentan las funciones de impulso-respuesta y la descomposici�n de la varianza que permiten comprobar la estabilidad del sistema PVAR y visualizar los efectos de un shock sobre cada una de las variables end�genas en la trayectoria de ajuste de la otra variable. Las descomposiciones de la varianza del error miden la contribuci�n de cada perturbaci�n a la varianza del error previsto.

Gr�fico No. 4: An�lisis impulso- respuesta PIB y gasto social

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Elaboraci�n: El autor, procesado en Stata 15

Cuadro No. 3: Descomposici�n de la varianza PIB y gasto social

Elaboraci�n: El autor, procesado en Stata 15

El Gr�fico No. 4 presenta los resultados de la funci�n impulso- respuesta (IRF, por sus siglas en ingl�s), donde los intervalos de confianza de IRF se calculan utilizando 200 extracciones de Monte Carlo de la distribuci�n del modelo VAR de panel de forma reducida ajustado (Abrigo y Love, 2016). Los resultados sugieren que el gasto social tiene un impacto significativo sobre el PIB y viceversa (los intervalos de confianza no incluyen la l�nea cero en el gr�fico). El efecto del PIB sobre el Gasto Social (grafico 4 abajo a la izquierda), parece agotarse en el primer per�odo, mientras que el efecto del Gasto social sobre el PIB (gr�fico 4 arriba a la derecha) es no lineal, positivo en el primer per�odo y pasa a ser negativo en el segundo y tercer per�odos para luego converger al equilibrio a partir de entonces, al acercarse a cero.

Al realizar la descomposici�n de la varianza del error de predicci�n (FEVD) de Cholesky[13] el Cuadro No. 3 muestra que, la mayor parte de la variaci�n del error previsto en los 10 per�odos siguientes se atribuye a las innovaciones de la otra variable sobre la del escenario central, es decir, el efecto cruzado entre ambas variables es significativo. Las fluctuaciones del PIB explican la variaci�n del Gasto p�blico social en casi un 65% el primer a�o, y ese efecto se va atenuando para los a�os subsiguientes (al per�odo 10) hasta alcanza a explicar el 28% de su variaci�n. Por otro lado, las innovaciones del gasto p�blico social sobre la evoluci�n del PIB son mucho m�s fuertes, explicando cada vez m�s hasta alcanzar a explicar un 63% de su variaci�n en el per�odo 10.

Modelo 2: Relaci�n bidireccional entre el PIB y el gasto salud

El Cuadro No. 4 presenta los resultados de bidireccionalidad entre el PIB y el Gasto P�blico en salud (ambos en logaritmos) junto con otras variables ex�genas. Se encontr� una relaci�n bidireccional entre el Gasto P�blico en el sectorial de salud y el PIB. El gasto en salud en t-2 afecta de forma negativa al PIB en el per�odo t, por otro lado, el PIB en t-1 y t-2 afecta al gasto p�blico en salud de forma positiva en el per�odo t. Este resultado negativo se relaciona con la generaci�n de costos asociados a la salud en el corto plazo y que tardan varios a�os en tener un efecto positivo sobre el PIB (Hern�ndez y Poullier, 2007). Por otro lado, el efecto del crecimiento sobre el gasto en el sector salud se debe seg�n (Hern�ndez y Poullier, 2007) a la sinergia entre salud y crecimiento involucra al sistema como un componente mediador, generador de empleo y de servicios complejos, cuya din�mica medida supera al promedio de la econom�a y permea a otras ramas directamente y a trav�s de las externalidades positivas y a su arrastre econ�mico.

Cuadro No. 4: PVAR PIB y Gasto Salud

Nota: Std. Err. en par�ntesis * p<0.10, ** p<0.05, *** p<0.001

Adicionalmente, con respecto a las variables de control (ex�genas) se observa que las variables inflaci�n y exportaciones tienen un efecto positivo y significativo estad�sticamente sobre el PIB y, el gasto social en el sector salud. Por otro lado, la variable deuda externa tiene un efecto negativo y estad�sticamente significativo sobre el PIB y el gasto en salud.

Modelo 2: Causalidad de Granger

Cuadro No. 5: Test de causalidad de Granger PIB y gasto social en salud

Como se presenta en el Cuadro No. 5 el p-valor=0.000 en todos los casos, con lo cual se puede rechazar la hip�tesis nula y, en consecuencia, el PIB causa al gasto en salud y viceversa.

Modelo 2: Impulso- respuesta y descomposici�n de la varianza

Gr�fico No. 5: Impulso respuesta PIB y gasto en salud

Cuadro No. 6: Descomposici�n de la varianza PIB y gasto social en salud

Elaboraci�n: El autor, procesado en Stata 15

El Gr�fico No. 5 presenta los resultados de la funci�n impulso- respuesta los resultados sugieren que el gasto social en salud tiene un impacto significativo sobre el PIB y viceversa, corroborando la existencia de un efecto bidireccional entre las variables.�

Al realizar el an�lisis impulso respuesta utilizando la descomposici�n de la varianza del error de predicci�n (FEVD) de Cholesky, el Cuadro No. 6 presenta que parte de la variaci�n del error previsto en los 10 per�odos siguientes se atribuye a las innovaciones de la otra variable sobre la del escenario central, es decir, el efecto cruzado entre ambas variables es significativo. Por un lado, las fluctuaciones del PIB afectan a partir del primer a�o a la variaci�n del gasto p�blico en salud en casi un 62%, pese a ello, para los a�os subsiguientes y al finalizar el per�odo de simulaci�n (a�o 10) este efecto se va reduciendo hasta alcanzar a explicar el 16% de su variaci�n al d�cimo a�o, mientras que el 84% se explica por propias innovaciones pasadas del gasto en salud, lo que demuestra la fuerte inercia de este gasto en el tiempo. Por otro lado, las innovaciones del gasto p�blico social en salud sobre la evoluci�n del PIB van incrementando su efecto hasta llegar a explicar un 73% de su variaci�n de forma en el per�odo 10.

Modelo 3: Relaci�n bidireccional entre el PIB y el gasto en educaci�n

El Cuadro No. 7 presenta la hip�tesis de bidireccionalidad entre el PIB y el Gasto P�blico en el sector de educaci�n y otras variables ex�genas. Sobre el modelo planteado en el PVAR se encontr� una relaci�n bidireccional entre el Gasto P�blico en educaci�n y el PIB. El gasto en educaci�n en t-1 y t-2 es estad�sticamente significativo y afecta al PIB del per�odo t, sin embargo, en t-1 el gasto en educaci�n afecta al PIB de forma positiva y, en t-2 afecta de forma negativa. Los efectos intertemporales considerando t-2 normalmente se pueden dar por la forma de financiamiento del gasto p�blico al sector, al ser en parte desarrollos de gran inversi�n en capital humano e infraestructura en t-2 puede generar presiones a las cuentas fiscales para posibles marcos de consolidaci�n (Morduchowicz, 2014).�

Por otro lado, el PIB en t-2 afecta al gasto p�blico en educaci�n de forma positiva y significativa en el per�odo t. Los resultados del gasto p�blico en educaci�n que incide sobre el PIB coinciden con los presentados por Bellettini y Ceroni (2000) y Fic y Ghate (2005).

Cuadro No. 7: PVAR PIB y Gasto en Educaci�n

Nota: Std. Err. en par�ntesis * p<0.10, ** p<0.05, *** p<0.001

En cuanto a las variables ex�genas se observa que las exportaciones afectan de forma positiva tanto al PIB como al gasto en educaci�n. Por otro lado, la inflaci�n incide de forma positiva en el gasto en educaci�n y, la deuda externa afecta de forma negativa al PIB, lo mencionado sobre la base de las variables estad�sticamente significativas.

Modelo 3: Causalidad de Granger

Cuadro No. 8: Test de causalidad de Granger PIB y gasto social en educaci�n

Como se presenta en el Cuadro No. 8 el p-valor es igual 0.000 en todos los casos, con lo cual se puede demostrar lo encontrado en el PVAR donde, el PIB causa en el sentido de Granger al gasto en educaci�n y viceversa, es decir, existe bidireccionalidad entre las dos variables.

Modelo 3: Impulso- respuesta y descomposici�n de la varianza

 

Gr�fico No. 6: Impulso respuesta PIB y gasto en educaci�n

 

Cuadro No. 9: Descomposici�n de la varianza PIB y gasto social en educaci�n

Elaboraci�n: El autor, procesado en Stata 15

El Gr�fico No. 6 presenta los resultados de la funci�n impulso- respuesta, los resultados muestran que el gasto social en educaci�n tiene un impacto significativo sobre el PIB y, viceversa, corroborando la existencia de un efecto bidireccional entre las variables.� El efecto del PIB sobre el gasto social en educaci�n (Gr�fico No. 6 abajo a la izquierda) y, el efecto del Gasto social en educaci�n sobre el PIB (Gr�fico No. 6 arriba a la derecha) en ambos casos, parece ser no lineal. Para el primer caso con efectos negativos hasta el per�odo tres aproximadamente y posterior a ello pasa a ser positivo. Por otro lado, en el segundo caso se observa un efecto positivo hasta el per�odo dos, y pasa a ser negativo en el segundo hasta el quinto per�odos para luego converger al equilibrio a partir de entonces al acercarse a cero.

Al realizar el an�lisis impulso respuesta utilizando la descomposici�n de la varianza del error de predicci�n (FEVD) de Cholesky, el Cuadro No. 9 presenta que, por un lado, las fluctuaciones del PIB afectan a partir del primer a�o a la variaci�n del gasto p�blico en salud en casi un 40%, pese a ello, para los a�os subsiguientes y al finalizar el per�odo de simulaci�n (a�o 10) alcanza a explicar el 34% de su variaci�n, mientras que el 66% se explica por propias innovaciones del gasto en educaci�n. Por otro lado, las innovaciones del gasto p�blico social en educaci�n sobre la evoluci�n del PIB van incrementando a lo largo de los a�os, llegando a explicar casi un 49% de su variaci�n de forma persistente al final del per�odo de la simulaci�n.

 

 

Modelo 4: Relaci�n bidireccional entre el PIB y el gasto en protecci�n social

En el Cuadro No. 10 se puede observar la hip�tesis de bidireccionalidad entre el PIB y el Gasto P�blico en protecci�n social (las dos variables en logaritmos) y otras variables ex�genas. Sobre el modelo planteado en el PVAR se encontr� una relaci�n bidireccional entre el Gasto P�blico en protecci�n social y el PIB. El gasto en protecci�n social en t-1 y t-2 es significativo (p- valor=0.000), en este caso la variable afecta de forma positiva el PIB en el per�odo t, esto debido a los efectos de inversi�n en sistemas de pensiones que permitan reducir los niveles de pobreza y generen efectos sobre el PIB per c�pita (Ocampo y G�mez, 2017).� A su vez, el PIB en t-1 afecta de manera negativa al gasto en protecci�n social en el per�odo t, esto puede darse por lo mencionado sobre el gasto social total, dada la prociclicidad y los destinos del gasto p�blico.

 

Cuadro No. 10: PVAR PIB y Gasto en Protecci�n Social

Nota: Std. Err. en par�ntesis * p<0.10, ** p<0.05, *** p<0.001

 

 

 

 

Modelo 4: Causalidad de Granger

 

Cuadro No. 11: Test de causalidad de Granger PIB y gasto protecci�n social

 

En el Cuadro No. 11 se presenta la prueba de causalidad de Granger para datos de panel sobre el sustento del PVAR, el p-valor es igual 0.000 en todos los casos, de tal modo que, el PIB causa en el sentido de Granger al gasto en protecci�n social y viceversa, es decir, existe bidireccionalidad entre las dos variables.

 

Modelo 4: Impulso- respuesta y descomposici�n de la varianza

 

Gr�fico No. 7: Impulso respuesta PIB y protecci�n social

Cuadro No. 12: Descomposici�n de la varianza PIB y gasto en protecci�n social

Elaboraci�n: El autor, procesado en Stata 15

El Gr�fico No. 7 presenta los resultados de la funci�n impulso- respuesta, se encuentra que el gasto social en protecci�n social tiene un impacto significativo sobre el PIB y viceversa, corroborando la existencia de un efecto bidireccional entre las variables.� Los mayores impactos se dan los primeros a�os y luego los sistemas se estabilizan tendiendo al cero.

Al realizar el an�lisis impulso respuesta utilizando la descomposici�n de la varianza del error de predicci�n (FEVD) de Cholesky el Cuadro No. 12 presenta que, por un lado, las fluctuaciones del PIB afectan a partir del primer a�o a la variaci�n del gasto p�blico en protecci�n social en aproximadamente un 68%, pese a ello, para los a�os subsiguientes y al finalizar el per�odo de simulaci�n (a�o 10) alcanza a explicar el 58% de su variaci�n y, el 42% se explica por propias innovaciones del gasto en protecci�n social. Por otro lado, las innovaciones del gasto p�blico social en protecci�n social sobre la evoluci�n del PIB explican un 24% de su variaci�n de forma persistente al final del per�odo de la simulaci�n.

4. CONSIDERACIONES FINALES

La presente investigaci�n ha tenido como objetivo analizar la relaci�n bidireccional entre el gasto p�blico social y sus componentes con el Producto Interno Bruto para pa�ses de Am�rica Latina durante el per�odo 1990-2016. Se plantea como hip�tesis que en Am�rica Latina durante el periodo 1990 �2016, el gasto social ha tenido un impacto positivo en el crecimiento econ�mico. Adem�s, el crecimiento econ�mico ha contribuido a mejorar el presupuesto en gasto social, principalmente a trav�s de la educaci�n y la salud. Estos resultados validan las hip�tesis de Wagner y de Keynes respecto a la relaci�n entre ambas variables.

Con la finalidad de verificar le hip�tesis de bidireccionalidad, se aplic� la metodolog�a de vectores autorregresivos para datos de panel (PVAR) con efectos fijos. A partir de los resultados obtenidos, se obtuvieron los siguientes resultados:

�  El crecimiento econ�mico en Am�rica Latina ha mantenido una tendencia creciente en el periodo 1990 � 2016, aunque con dos quiebres importantes al a�o 2010 y 2014.

�  El gasto social durante el periodo 1990 � 2016, presenta una tendencia creciente m�s detallada que el PIB (crecimiento econ�mico), su aporte principal, seg�n lo revisado en secciones anteriores, son las pol�ticas y normas que realzan el Gasto de Salud y Seguridad social en Am�rica Latina.

�  Con los modelos PVAR planteados, se encontr� que en el per�odo 1990- 2016 para los pa�ses de Am�rica Latina (17 pa�ses seleccionados) existi� bidireccionalidad entre el gasto social y el PIB. Al investigar el gasto social en salud, educaci�n y protecci�n social, se observ� que los tres tipos de gasto tambi�n tuvieron una relaci�n bidireccional con el PIB.�

�  Los resultados confirman la hip�tesis planteada que en Am�rica Latina durante el periodo 1990 � 2016, el gasto social (incluye el gasto en: vivienda y servicios comunitarios, salud, educaci�n y protecci�n social) tuvo un impacto positivo en el PIB, no obstante, un mayor PIB de forma negativa al gasto p�blico social en los per�odos subsiguientes.

Al analizar por sectores del gasto, se encontr� que:

1)        El gasto en salud afecta de forma negativa al PIB dos per�odos m�s tarde mientras que el PIB afecta al gasto p�blico en salud de los siguientes per�odos de forma positiva. Este resultado negativo se relaciona con la generaci�n de costos asociados a la salud en el corto plazo y que tardan varios a�os en tener un efecto positivo sobre el PIB (Hern�ndez y Poullier, 2007). Por otro lado, el efecto del crecimiento sobre el gasto en el sector salud se debe a que la sinergia entre salud y crecimiento involucra al sistema como un componente mediador, generador de empleo y de servicios complejos, cuya din�mica medida supera al promedio de la econom�a.�

2)        El gasto en educaci�n afecta de forma positiva al PIB del siguiente per�odo, pero de forma negativa dos per�odos m�s adelante, mientras que el PIB afecta al gasto p�blico en educaci�n de forma positiva en el per�odo t-2. Los efectos intertemporales considerando t-2 normalmente se pueden dar por la forma de financiamiento del gasto p�blico al sector, al ser en parte desarrollos de gran inversi�n en capital humano e infraestructura 2 puede generar presiones a las cuentas fiscales para posibles marcos de consolidaci�n hasta de corto plazo (Morduchowicz, 2014).� Por otro lado, los resultados del gasto p�blico en educaci�n que incide sobre el PIB coinciden con los presentados por Bellettini y Ceroni (2000) y Fic y Ghate (2005).

3)        �El gasto en protecci�n social en t-1 y t-2 afecta de forma positiva el PIB en el per�odo t, por otro lado, el PIB en t-1 afecta de manera negativa al gasto en protecci�n social en el per�odo t. El primer efecto positivo, se debe a una �ptima inversi�n en sistemas de pensiones que permitan reducir los niveles de pobreza y generen efectos sobre el PIB per c�pita (Ocampo y G�mez, 2017).� A su vez, el PIB en t-1 afecta de manera negativa al gasto en protecci�n social en el per�odo t, lo cual puede por la prociclicidad de la pol�tica fiscal en Am�rica Latina y, los destinos del gasto p�blico.

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[1] Ver (Mart�n-Mayoral y Nabernegg 2015) para un an�lisis detallado.

[2] Lindert (2004) se propone examinar el crecimiento del gasto social y el efecto que ha tenido en el crecimiento econ�mico.

[3] Ordinary Least Squares regression, M�nimos cuadrados ordinarios (OLS) es la t�cnica de regresi�n m�s conocida. Tambi�n es un punto de inicio para todos los an�lisis de regresi�n espacial. Proporciona un modelo global de la variable o el proceso que intenta entender o prever; crea una ecuaci�n de regresi�n simple para representar ese proceso.

[4] Two-Stage Least Squares (2SLS) Regression, regresi�n de m�nimos cuadrados de dos etapas (2SLS), esta t�cnica es la extensi�n del m�todo OLS. Se utiliza cuando los t�rminos de error de la variable dependiente est�n correlacionados con las variables independientes.

[5] Tradicionalmente, la contrastaci�n emp�rica de la �ley de Wagner� se ha realizado a trav�s de cinco especificaciones generales. Estas tomar�an las siguientes formas en t�rminos de producto (Y) y gasto p�blico (Gp), ya sean agregados, per c�pita o relativos: G=f(Y); G=G(Ypc); G/Y=f(Y); G/Y=f(Ypc); Gpc=f(Ypc).

[6] La tesis keynesiana demuestra el otro lado de la causalidad, si se intercambia el lugar de las variables dependientes e independientes tendr�amos las formas funcionales para contrastar la hip�tesis tradicional keynesiana: Y=f(GS); Ypc=f(GS); Y=f(GD/Y); Ypc=f(GS/Y); Ypc=f(GSpc).

[7] Dada la estructura autorregresiva de un PVAR, se eliminan los problemas de endogeneidad (Koop & Korobilis, 2014).

[8] Sesgo que se origina en modelos din�micos con paneles de datos autorregresivos, cuando se utilizan estimadores intragrupo (within-group) con efectos fijos individuales, que se vuelven inconsistentes a medida que el n�mero de individuos tiende a infinito y el per�odo de tiempo permanece constante y relativamente bajo (Nickell 1981).

[9] El AIC proporciona una forma de determinar qu� modelo entre un conjunto de posibles modelos predictores presenta la mejor bondad de ajuste y la m�nima p�rdida de informaci�n y, por lo tanto, proporciona un medio para la selecci�n del modelo m�s cercano a la realidad. El modelo con el AIC m�s bajo se considera el que m�s se acerca a una percepci�n de la realidad. Para el caso de la presente investigaci�n, se pretende encontrar entre diferentes modelos panel VAR con diferentes longitudes de retraso; cu�l de estos ayuda a determinar el mejor modelo.

[10] Dado que el per�odo de an�lisis es corto (1990-2016) se considera adecuado estimar el modelo PVAR en primeras diferencias para representar una din�mica de corto plazo (Villavicencio 2016), buscando minimizar el n�mero de rezagos.

[11] La estacionariedad de las variables de un modelo PVAR contribuye a que el modelo en su conjunto sea estable. La estabilidad se confirma una vez revisando que los valores propios de las matrices que contienen a los coeficientes de cada ecuaci�n se encuentran dentro del disco unidad, lo cual hace que el comportamiento del modelo no sea explosivo; lo que evitar� que los resultados obtenidos sean espurios.�

[12] Los pa�ses utilizados para la aplicaci�n del modelo fueron: Argentina, Bahamas, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, Jamaica, M�xico, Nicaragua, Paraguay, Rep�blica Dominicana y Uruguay.

[13] Se realizaron 200 simulaciones Montecarlo para estimar los errores est�ndar y los intervalos de confianza del 90% basados en percentiles de los FEVDs.