pág. 4945
EFECTIVIDAD DE LA RESONANCIA
MAGNÉTICA CEREBRAL EN EL
DIAGNÓSTICO PRECOZ Y
CARACTERIZACIÓN DEL ALZHEIMER:
REVISIÓN SISTEMÁTICA

EFFECTIVENESS OF BRAIN MAGNETIC RESONANCE

IMAGING IN THE EARLY DIAGNOSIS AND

CHARACTERIZATION OF ALZHEIMER'S DISEASE:

SYSTEMATIC REVIEW

Angamarca Coello Daniela Elizabeth

Autor independiente

Pacheco Guevara Diego Fernando

Autor independiente

Beltran Carreño Jose Patricio

Autor independiente
pág. 4946
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.19821
Efectividad de la resonancia magnética cerebral en el diagnóstico precoz y

caracterización del Alzheimer: revisión sistemática

Angamarca Coello Daniela Elizabeth
1
daniela.angamarca@ucuenca.edu.ec

https://orcid.org/0000-0003-4930-5086

Autor in
dependiente
Pacheco Guevara Diego Fernando

diegopachecog2@gmail.com

https://orcid.org/0009-0003-9702-1544

Autor in
dependiente
Beltran Carreño Jose Patricio

jose.beltran@ucuenca.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-1972-0812

Autor in
dependiente
RESUMEN

INTRODUCCION: El Alzheimer (EA) es una clase de patología cerebral que provoca demencia en

individuos de edad avanzada. Es crucial detectar de manera adecuada la enfermedad y su antecesor, el

deterioro cognitivo leve (DCL), que puede presentarse hasta 8 años antes de la aparición de los

síntomas de demencia, a tiempo. Es ahora esencial la inclusión de técnicas de neuroimagen en la

evaluación e identificación adecuada de esta enfermedad. A escala global, se estima que la prevalencia

de la demencia se produzca a un ritmo de un nuevo caso cada tres segundos. El objetivo de esta

revisión fue evaluar la confiabilidad de la resonancia magnética para el diagnóstico precoz de

Alzheimer. RESULTADOS: Los progresos en la imagenología médica y la capacidad computacional

facilitan nuevas técnicas para la identificación precoz de desórdenes neurocognitivos, con la finalidad

de evitar o disminuir el deterioro mental. El estudio de imágenes asistido por computadora y la

identificación precoz de alteraciones en la cognición son métodos prometedores para pacientes con

deterioro cognitivo leve, en ocasiones una fase prodrómica de la demencia debido a la enfermedad de

Alzheimer. METODOLOGIA: Se realizó una revisión sistemática, de acuerdo con la declaración

PRISMA 2020. Identificamos 41 registros. La búsqueda se realizó en PubMed, Cochrane, RSNA,

Science Direct, desde el año 2019 hasta marzo de 2025. Se utilizaron operadores boléanos como

estrategia de búsqueda avanzada. CONCLUSION: Los métodos de diagnóstico convencionales se

fundamentan principalmente en evaluaciones clínicas y neuroimagen estándar, que en ocasiones

pueden resultar en diagnósticos ambiguos o tardíos, especialmente en las primeras fases de las

patologías neurodegenerativas.

Palabras claves: Neuroimagen, Alzheimer, demencia, deterioro cognitivo leve

1 Autor principal

Correspondencia:
daniela.angamarca@ucuenca.edu.ec
pág. 4947
Effectiveness of brain magnetic resonance imaging in the early diagnosis

and characterization of Alzheimer's disease: systematic review

ABSTRACT

INTRODUCTION: Alzheimer's disease (AD) is a type of brain disorder that causes dementia in older

individuals. It is crucial to detect the disease and its precursor, mild cognitive impairment (MCI),

which can occur up to 8 years before the onset of dementia symptoms, in a timely manner. It is now

essential to include neuroimaging techniques in the proper assessment and identification of this

disease.
Globally, it is estimated that the prevalence of dementia occurs at a rate of one new case every
three seconds.
RESULTS: Advances in medical imaging and computing power are facilitating new
techniques for the early identification of neurocognitive disorders, with the aim of preventing or

slowing mental decline. Computer
-assisted image analysis and early identification of cognitive
impairments are promising methods for patients with mild cognitive impairment, which is sometimes a

prodromal phase of dementia due to Alzheimer's disease.
METHODOLOGY: A systematic review
was conducted in accordance with the PRISMA 2020 statement. We identified 41 records. The search

was conducted in PubMed, Cochrane, RSNA, and Science Direct from 2019 to March 2025. Boolean

operators were used as an advanced search strategy.
CONCLUSION: Conventional diagnostic
methods are based mainly on clinical evaluations and standard neuroimaging, which can sometimes

result in ambiguous or delayed diagnoses, especially
in the early stages of neurodegenerative diseases.
Keywords:
Neuroimaging, Alzheimer's disease, dementia, mild cognitive impairment.
Artículo recibido 09 agosto 2025

Aceptado
para publicación: 13 septiembre 2025
pág. 4948
INTRODUCCIÓN

La demencia neurodegenerativa más común es la enfermedad de Alzheimer (1). Se cree que comienza
entre 15 y 20 años antes de que se presenten los síndromes. Los síndromes suceden debido a la
eliminación de las neuronas que son responsables del razonamiento, la memoria y la educación. Con
el tiempo, los síndromes tienden a volverse más graves e invasivos al realizar actividades diarias,
como caminar, perder habilidades y organizar eventos familiares. En este punto, se considera que el
declive cognitivo es resultado de la enfermedad de Alzheimer (2).

Según el resumen técnico de la Organización Mundial de la Salud (OMS) del año 2022, la enfermedad

de Alzheimer es, a nivel global, el trastorno neurológico que más crece en cuanto a incapacidad y

muerte entre los pacientes que lo padecen (Organización, 2022). Se estima que para el año 2050, 135

millones de personas padecerán algún nivel de demencia; además, cada año se registran diez millones

de casos nuevos (2,3).

Cerca del 60 al 90% de los trastornos neurodegenerativos se clasifican como subtipos de demencia

vinculados a EA. (de acuerdo con los criterios de diagnóstico que se empleen), para la cual todavía no

hay tratamiento disponible (3,4).

El impacto económico que conlleva esta enfermedad la hace imposible de ignorar. La Sociedad

Española estima que el precio promedio por paciente con Alzheimer varía entre 28.200 y 17.100 euros

al año. En situaciones críticas, estos costos pueden ser más altos y una parte de ellos requieren

institucionalización (5).

Con el objetivo de detener la degeneración anormal de las neuronas cerebrales, los investigadores

están llevando a cabo un diagnóstico precoz de la EA. Además, generó una ventaja emocional y

económica para la familia del paciente (2,6).

La edad es el principal factor de riesgo para la demencia; a los 65 años, su prevalencia es del 1 al 2 %,

pero se eleva hasta el 30 % a los 85 años (3). Factores de riesgo para la EA han sido identificados,

incluyendo la genética, la edad, los problemas vasculares y las lesiones cerebrales traumáticas (7).

Aún es un desafío en la práctica clínica detectar la progresión del deterioro cognitivo leve a EA. La

baja tasa de éxito en los ensayos para el tratamiento de la EA se debe a una combinación de factores.

La detección tardía es el primer factor (8).
pág. 4949
Generalmente, se diagnostica a los pacientes con EA después de que los síntomas de una disminución

cognitiva, es decir, la demencia, ya han aparecido. En estos casos, se hace un diagnóstico tardío y no

se aplican acciones preventivas para reducir el deterioro cognitivo (3,9).

Recientemente, los procedimientos de neuroimagen se han convertido en herramientas útiles para

detectar con anticipación y describir la EA. La resonancia magnética (RM) es una de las técnicas que

ha ganado mayor importancia debido a su naturaleza no invasiva, a su gran resolución espacial y a su

capacidad para proporcionar información funcional y estructural detallada sobre el cerebro. La

resonancia magnética es capaz de identificar alteraciones en la estructura cerebral que señalan el inicio

de la enfermedad de Alzheimer (1).

La resonancia magnética es el procedimiento más utilizado para identificar atrofias cerebrales

vinculadas a la EA, y se incluye entre los biomarcadores de esta enfermedad. La atrofia del

hipocampo, que es una anomalía en términos de volumen y que se puede evaluar tanto cuantitativa

como visualmente, es el marcador biológico de resonancia magnética más confiable para la EA. No

obstante, ha habido evidencia acumulada de que las atrofias en otras zonas del cerebro, por ejemplo la

corteza entorinal, brinda información pronóstica adicional (10).

La única forma concluyente de detectar la EA es a través de una biopsia cerebral. Por lo tanto, este

trastorno se diagnostica sobre todo por medio de un examen clínico y, si es posible, el diagnóstico se

fundamenta en biomarcadores que se encuentran en el líquido cefalorraquídeo o mediante imágenes

(10,11).

El objetivo de esta revisión sistemática es evaluar la precisión diagnóstica de la resonancia magnética

para predecir la progresión de deterioro cognitivo leve a Alzheimer.

Los deterioros cognitivos se vuelven más comunes a medida que las personas envejecen, lo cual

representa un problema de salud pública relevante y afecta de manera significativa la calidad de vida

de las personas mayores (12).

El deterioro cognitivo leve es un periodo intermedio entre la senescencia sana y la demencia. Este dura

entre tres y quince años, lo que equivale a una tasa de conversión anual a EA del 3 al 15%, en

contraste con el 1-2% de la población general (13).
pág. 4950
Para los especialistas en EA, la identificación de pacientes con DCL es un tema actual. Estos se

dividen a su vez en dos etapas: el deterioro cognitivo leve inicial (EMCI) y el tardío (LMCI). El

diagnóstico en una etapa temprana proporciona información fundamental para el tratamiento y la toma

de decisiones adecuadas a tiempo. Asimismo, es ventajoso para reducir los costos y proporcionar

cuidado a largo plazo (2).

En la detección de la demencia emergente de la enfermedad de Alzheimer durante el declive cognitivo

leve, se han consolidado las mediciones volumétricas de resonancia magnética (RM) como una técnica

habitual. Para brindar un diagnóstico más temprano y preciso, se han desarrollado sofisticados

algoritmos de aprendizaje automático de RM (10).

La resonancia magnética cerebral (RM) se ha afianzado como un instrumento esencial en el

diagnóstico temprano y la caracterización del Alzheimer, ya que posibilita identificar biomarcadores

funcionales y estructurales que anteceden a la aparición clínica de la enfermedad. Se han creado e

implementado numerosas metodologías avanzadas en años recientes, que abarcan técnicas de análisis

radiómico y aprendizaje automático. Estas han hecho posible el aumento de la sensibilidad y la

especificidad de la RM para detectar a tiempo patrones neurodegenerativos (15).

El Alzheimer se ha convertido en una de las inquietudes más importantes de salud pública a nivel

global, con un aumento en su prevalencia y tasa de mortalidad durante los últimos años. Se estima

que, en poblaciones de más de 65 años, la incidencia del Alzheimer ha crecido entre un 10% y un 20%

cada diez años. Además, diversos estudios han indicado que detectar esta enfermedad en sus primeras

etapas podría hacer una mejora considerable en el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes (14).

Sin embargo, a pesar de estos avances epidemiológicos, la identificación precoz sigue siendo un reto,

debido a que las alteraciones neuroanatómicas iniciales son sutiles y difíciles de detectar mediante

métodos de diagnóstico convencionales (15).

En regiones como América Latina se ha evidenciado un incremento en la tasa de diagnóstico, lo que se

asocia tanto a una mayor esperanza de vida como a la mejora en los métodos de detección precoz (16).

Asimismo, las estadísticas recientes muestran un importante incremento en la cantidad de estudios

clínicos y ensayos multicéntricos enfocados en procedimientos de neuroimagen, lo que ha posibilitado

la comparación de diversos protocolos para adquirir y analizar imágenes (17). Estos estudios han
pág. 4951
evidenciado que la estandarización en la obtención de la RM y el uso de algoritmos automatizados

para clasificar pueden optimizar el proceso de toma de decisiones clínicas, fomentando intervenciones

personalizadas y tempranas, y disminuyendo así las cargas económicas y sociales intrínsecas a una

enfermedad de desarrollo progresivo como es el Alzheimer (18).

MATERIAL Y MÉTODOS

Criterios de búsqueda

Se realizó una revisión sistemática de la precisión diagnóstica de la resonancia magnética para

predecir Alzheimer, de acuerdo con la declaración Preferred Reporting Items for Systematic Reviews

and Meta-Analyses (PRISMA 2020). Identificamos 41 registros. En la figura 1 se muestra el diagrama

de flujo de la selección de estudios.

La búsqueda se realizó en PubMed, Cochrane, RSNA, Science Direct, desde el año 2019 hasta marzo

de 2025. Se utilizaron los siguientes operadores boléanos como estrategia de búsqueda avanzada: Y

(“neuroimagen”) Y (“Alzheimer*” O “demencia AD”) Y (“deterioro cognitivo leve” O “DCL”) Y

(“conversión” O “seguimiento”).

Solo se incluyeron artículos que cumplieran con los siguientes criterios de elegibilidad: publicados en

cualquier idioma y que discutieran la resonancia magnética como método diagnóstico para la

enfermedad de Alzheimer.

Se tomaron en cuenta investigaciones de cohortes de cualquier envergadura que involucraran a

pacientes seleccionados de manera prospectiva de cualquier edad con un diagnóstico de DCL, se

contemplaron investigaciones que contrastaban la exactitud del examen diagnóstico de la resonancia

magnética estructural inicial con el diagnóstico mediante seguimiento clínico de la demencia debido a

la enfermedad de Alzheimer. No se descartaron los estudios basándose en el tiempo de seguimiento.

Se contemplaron investigaciones que emplearon la valoración visual cualitativa o los cálculos

volumétricos cuantitativos de la resonancia magnética para identificar la atrofia en todo el cerebro o en

áreas específicas del mismo, tales como el hipocampo, el lóbulo temporal medio, los ventrículos

laterales, la circunvolución temporal.

No se incluyeron los artículos publicados antes de 2010 por la brecha tecnológica.
pág. 4952
RESULTADOS

Como se muestra en la Fig. 1, el flujo de trabajo seguido para la selección de artículos incluyó las

cuatro fases (identificación, cribado, elegibilidad e inclusión) propuestas por las directrices PRISMA.

Mediante la búsqueda en las 4 bases de datos citadas se obtuvieron 484 registros, tras la lectura de

título y resumen de los textos seleccionados, 65 fueron eliminados al no tratar de forma directa la

pregunta de investigación. Luego de eliminar los duplicados y después de aplicar los criterios de

exclusión, se seleccionaron 41 artículos para la revisión.

Fig 1:
Preferred Reporting Items for Systematic Reviews and Meta-Analyses (PRISMA 2020)
El Alzheimer (EA) es una enfermedad progresiva e irreversible del cerebro que disminuye gradualmen

te la memoria y la función cognitiva, siendo la forma más frecuente de demencia a nivel global (19).

El deterioro cognitivo leve (DCL) es un punto intermedio en el daño de las neuronas de memoria, con

mayor probabilidad de progresión a demencia debido a la EA. La tasa de conversión investigada a seis

años entre DCL y EA es del 80%, respectivamente (2).

Fisiopatología

La fisiopatología de la EA todavía está siendo investigada. Los antecedentes familiares y ciertos genes

en el genoma también son factores de riesgo relevantes para el desarrollo de la EA (20).
pág. 4953
La única manera de obtener un diagnóstico final y confirmado del Alzheimer es mediante la

identificación post mortem de los sellos histopatológicos que caracteriza realmente a esta enfermedad,

como son los ovillos neurofibrilares o los depósitos anormales de placa en el cerebro (20).

Se transmite como una mutación autosómica dominante, que es poco frecuente en la EA familiar de

inicio temprano (las alteraciones genéticas más consolidadas hoy en día son las presenilinas 1 y 2 y la

proteína precursora β-amiloide). En cambio, en la EA típica, que es más común y comienza tarde y de

manera esporádica, las mutaciones genéticas son menos frecuentes. Sin embargo, múltiples variantes

genéticas detectadas incrementan el peligro de EA y pueden llevar a patrones de riesgo familiar para la

enfermedad (21).

Las dos lesiones principales asociadas con la EA son las placas seniles y los ovillos neurofibrilares.

Las placas seniles son agregados no vasculares extracelulares de Aβ, más específicamente Aβ-40 y

-42. Las placas seniles se derivan del procesamiento anormal de la proteína precursora amiloide por

las β- y γ-secretasas, lo que resulta en un desequilibrio en las vías de producción y depuración. Los

monómeros de Aβ se depuran a través de la degradación enzimática y el drenaje perivascular, pero

pueden agregarse en complejos proteicos más grandes como oligómeros, protofibrillas y fibrillas

maduras. Finalmente, estos complejos se depositan en el cerebro como placas amiloides (22).

Factores que pueden aumentar el riesgo de progresión a la enfermedad de Alzheimer

Aumento de la edad
Fragilidad
Sexo femenino
bajo nivel educativo
Estado heterocigoto APOE ε4
Factores de riesgo poligénicos más allá de APOE
Antecedentes familiares de la enfermedad de Alzheimer
Queja de memoria o deterioro cognitivo subjetivo
Magnitud de las lesiones cerebrales, inferida a partir de los resultados de biomarcadores
fisiopatológicos, especialmente si se buscan con PET
pág. 4954
Presencia de marcadores de neurodegeneración (es decir, atrofia hipocampal aislada en la
resonancia magnética, hipometabolismo con 18 F-fluorodesoxiglucosa-PET o cadena ligera de

neurofilamentos elevada en el LCR)

Copatología (4,23,24)
El diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es clínico y biológico. Necesita tanto que estén

presentes biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer (tau positivo y amiloide positivo) como un

fenotipo clínico específico de la enfermedad (fenotipo positivo) (23).

Protocolo de adquisición de resonancia magnética

La resonancia magnética (RM) ha adoptado como herramienta estándar las mediciones volumétricas
para identificar la aparición de demencia en la enfermedad de Alzheimer (EA) en el deterioro
cognitivo leve (DCL). Centrados en realizar un diagnóstico más temprano y exacto (10).

Las secuencias obligatorias incluyen inversión-recuperación atenuada por líquido (FLAIR)

tridimensional (3D) ponderada en T2, eco de gradiente recordado (GRE) ponderado en T2* e

imágenes ponderadas por difusión. La secuencia FLAIR constituye el pilar para diagnosticar ARIA-E,

y las secuencias GRE se utilizan para monitorear el contenido hemorrágico (19).

Se recomienda un espesor de sección de 5 mm o menos para todos los tipos de secuencia. La

sensibilidad para detectar microhemorragias y siderosis aumenta con la potencia del escáner de

resonancia magnética, tiempos de eco más largos y un ancho de banda de lectura más bajo (19).

Uso clínico de la resonancia magnética

La resonancia magnética brinda una gran cantidad de información para identificar varios
biomarcadores de imagen, algunos de los cuales necesitan un análisis y un posprocesamiento
complejos (24).

Se distingue por el deterioro de la memoria causado por la atrofia predominante de las estructuras
mediotemporales circundantes y del hipocampo. Se utiliza la escala semicuantitativa de atrofia
mesiotemporal para clasificar la atrofia en la EA (25).

El análisis del hipocampo es un campo de interés importante porque es una de las primeras estructuras
que se ven afectadas en la enfermedad de Alzheimer. Para el diagnóstico de la EA prodrómica, como
el deterioro cognitivo leve, se han sugerido varias mediciones de imágenes por resonancia magnética
pág. 4955
ponderadas en T1 del hipocampo; por ejemplo, se ha planteado que el volumen del hipocampo puede
ser un biomarcador de lesión neuronal para determinar la EA (25).

En pacientes de menor edad, el patrón de atrofia podría ser más marcado en la zona parietal y menos
evidente en el hipocampo. Es posible que el determinar la existencia de atrofia parietal sea más
complicado debido a que existe una variabilidad interindividual del volumen del lóbulo parietal (8).
pág. 4956
Estudio
RMN
(Tesl

a)

Marcadores
Número
de

participant

es

Años de

seguimie

nto

Protocol

o RMN

utilizado

Sensibilid

ad

Especifici

dad

Platero et al.,

2018 (25)

https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC6865478/

1,5 T
volumen hipocampal
normalizado VNH,

rugosidad de la

superficie del hipocampo

SR y un nuevo marcador

llamado rugosidad

superficial local (LSR)

307
3 años imágene
s de MRI

ponderad

as en T1

VHN

35%

SR 32 %

LSR 70

%

VHN

46,8%

SR 54.7

%

LSR 73 %

Moscoso et al., 2019

(10)

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S221315

8219301871

1.5 y

3 T

el volumen del

hipocampo, utilizando

solo el volumen de la

corteza entorinal y

utilizando los volúmenes

del hipocampo y la

corteza entorinal

(modelo de RM)

248
2 y 5 Hipocam
po:

2 años:

83

5 años:

79

Corteza

entorrinal

2 años:

77

5 años:

78

Modelo

de

resonanci

a

magnétic

Hipocamp

o:

2 años: 52

5 años: 63

Corteza

entorrinal

2 años: 50

5 años: 56

Modelo de

resonancia

magnética:

2 años: 56

5 años: 71
pág. 4957
a:

2 años:

86

5 años:

78

M. Bruun et al.,

2019 (24)

https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S221315

8219300610

1 T,

1,5 T

o 3 T

el índice anterior vs.

posterior (API), regiones

cerebrales frontal y

temporal se ven

afectadas, el índice

asimétrico (ASI)

el índice del volumen del

polo temporal izquierdo

(TPL)

1213
No
seguimie

nto

imágene

s

ponderad

as en T1

API: 59

ASI: 79

TPL: 82

API: 93

ASI: 92

TPL:

80

Orso et al., 2020 (26)
1.5 Atrofia del lóbulo
temporal medial

(LTM)23y atrofia del

lóbulo frontal basada en

la evaluación compuesta

de las regiones

orbitofrontal, cingulada

anterior y frontoinsular

113
4 años imágene
s

ponderad

as en T1

76
93
Dan Yoon et al., 2024 (1)
1. 5 y
3 T

midieron los volúmenes

de 14 estructuras

subcorticales

(tálamo bilateral ,

caudado, putamen, globo

pálido, hipocampo, amíg

dala y núcleo

206
36 meses secuenci
as

ponderad

as en T1

62 63
55 - 58
pág. 4958
accumbens)

Guozhaodong et al., 2020 (27)
3 T morfometría basado en
vóxeles para calcular el

volumen de materia gris

(GMV)

150
1 año imágene
s

sagitales

ponderad

as en T1

BRAVO

3D

44.5
51.2
Gazi Saadman et al., 2024 (28)
1.5 y
3 T

Volumen total del

hipocampo, ml

Volumen total de materia

gris

Espesor cortical

Volumen de la lesión de

sustancia blanca

126
2 años Cuadrado
p

26

20

48

71

Miguel Quintas Neves et al., 2024 (7)
1,5 y
3 T

6 regiones: cingulada

anterior, orbitofrontal,

temporal anterior,

frontoinsular, temporal

medial y posterior.

167

retrospecti

vo

2 años
T1 y T2-
FLAIR

No hubo

correlació

n

significati

va entre

el puntaje

de

Fazekas y

el grado

de

deterioro

clínico
pág. 4959
DISCUSIÓN

La combinación de la inteligencia artificial (IA) con métodos sofisticados de neuroimagen,

especialmente en el campo de la resonancia magnética, ha anunciado progresos relevantes en cuanto a

la detección temprana y descripción de la EA y otras enfermedades neurodegenerativas (1,29).

Se piensa que empieza entre 15 y 20 años antes de la aparición de los síndromes. Los síndromes

surgen por la destrucción de las neuronas que intervienen en los procesos de pensamiento, memoria y

aprendizaje. (30) Con el paso del tiempo, los síndromes tienden a volverse más intensos y a interferir

con las actividades cotidianas, tales como planear eventos familiares, caminar y perder habilidades.

Se afirma que el deterioro cognitivo tiene demencia a causa de la enfermedad de Alzheimer en esta

fase. Las mínimas alteraciones en el cerebro avanzan desde un control normal hasta el deterioro

cognitivo leve (DCL) y, por último, llegan a la fase final de la EA (2,5).

El hipocampo, una estructura fundamental en los procesos cognitivos, sigue siendo clave para

comprender la fisiopatología de la enfermedad de Alzheimer. Este es susceptible a desarrollar ovillos

neurofibrilares y tiene una conexión cercana con el avance hacia la EA. Se sabe que el hipocampo es

variado y tiene la capacidad de dividirse en subregiones con diferentes funciones y vulnerabilidades a

las enfermedades neurodegenerativas. A pesar de que se considera que las subregiones del hipocampo

cumplen funciones distintas, todavía es difícil obtener el sustrato neuronal para las funciones

aberrantes (11,31).

A pesar de que se ha utilizado el volumen del hipocampo como un criterio para distinguir entre
demencia (EA) o predemencia sintomática y envejecimiento saludable, este no es lo suficientemente
sensible en lo que respecta al deterioro cognitivo subjetivo para diferenciar entre pacientes con DCL y
EA (25,32).

Los investigadores emplean la atrofia del cerebro, el grosor cortical, la densidad de la materia gris y el
aumento de los ventrículos (33). Por otro lado, tres tejidos esenciales en las imágenes del cerebro, a
saber: el líquido cefalorraquídeo, la materia gris y la materia blanca, son de vital importancia. En
contraste, los investigadores hallaron que la atrofia de la MG tiene una correlación más fuerte con el
deterioro cognitivo leve (2).
pág. 4960
Los tratamientos, tanto los farmacológicos como los que no lo son, han demostrado ser eficaces en
reducir los síntomas de conducta y cognitivos en las fases iniciales de la enfermedad. Los
tratamientos mencionados han llevado a que los estudios más recientes se centren en localizar
pacientes con deterioro cognitivo que aún no tienen demencia, buscando prevenir o retrasar su avance
(3,4,34).

Numerosos estudios han evidenciado que, a medida que la enfermedad avanza, las estructuras del
lóbulo temporal medial (LTM) como el hipocampo, la amígdala y las cortezas entorinal y
parahipocampal sufren una atrofia notable. La resonancia magnética estructural tendrá un rol
relevante en el diagnóstico de la EA, así como en el seguimiento de su tratamiento (9,11).

La literatura indica de forma consistente que varias estructuras anatómicas del cerebro se ven alteradas
en distintas fases de la enfermedad, siendo el hipocampo, la corteza entorrinal y la amígdala las
primeras afectadas (9,35).

CONCLUSIONES

En casos como la EA, donde los cambios morfológicos cerebrales pueden ser graduales y sutiles, estas

herramientas de imagen mejoradas con inteligencia artificial (IA) podrían representar un avance

significativo en la neuroimagen

Un gran número de estudios ha demostrado correlaciones entre las medidas cuantitativas calculadas a

partir de imágenes de resonancia magnética cerebral con la progresión de la EA.

El desarrollo de técnicas automáticas, robustas y cuantitativas para evaluar las imágenes de RM del

cerebro es un factor importante para aumentar aún más la utilidad de la resonancia magnética en el

contexto de los trastornos neurocognitivos.

Por lo tanto, muchos investigadores desarrollaron un sistema asistido por computadora que ayuda a

diagnosticar la etapa temprana de la EA, especialmente mediante aprendizaje profundo

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