FACTORES DE RIESGO PARA SUICIDIO
EN ADOLESCENTES DEL CONALEP
PLANTEL 155 SALINA CRUZ OAXACA
RISK FACTORS ASSOCIATED WITH SUICIDE IN ADOLESCENTS
FROM THE NATIONAL COLLEGE OF PROFESSIONAL TECHNICAL
EDUCATION (CONALEP) CAMPUS 155, SALINA CRUZ, OAXACA
Luz Divina Flores Pinal
Hospital General de Zona Número 2 Dr. Francisco Macin Domínguez, México
Alexandra Michiko Kitazawa Ohtomo
Hospital General de Zona Número 2 Dr. Francisco Macin Domínguez, México
Guillermina Santiago Galvez
Hospital General de Zona Número 2 Dr. Francisco Macin Domínguez, México
Ignacio Lázaro Niño
Hospital General de Zona Número 2 Dr. Francisco Macin Domínguez, México
Alfredo Gonzalez Ayala
Hospital General de Zona Número 2 Dr. Francisco Macin Domínguez, México
pág. 5148
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.19846
Factores de Riesgo para Suicidio en Adolescentes del CONALEP Plantel
155 Salina Cruz OAXACA
Luz Divina Flores Pinal1
luzflorespinal@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-8495-6864
Hospital General de Zona Número 2
Dr. Francisco Macin Domínguez
Salina Cruz-Oaxaca-xico
Alexandra Michiko Kitazawa Ohtomo
alexamich75@gmail.com
https://orcid.org/0009-0007-8994-1403
Hospital General de Zona Número 2
Dr. Francisco Macin Domínguez
Salina Cruz-Oaxaca-México
Guillermina Santiago Galvez
matiasloarca@gmail.com
https://orcid.org/0009-0000-3194-6278
Hospital General de Zona Número 2
Dr. Francisco Macin Domínguez
Salina Cruz-Oaxaca-México
Ignacio Lázaro Niño
ignacholn@gmail.com
https://orcid.org/0009-0003-1800-8473
Hospital General de Zona Número 2
Dr. Francisco Macin Domínguez
Salina Cruz-Oaxaca-México
Alfredo Gonzalez Ayala
edumed01.hgz01375@imss.gob.mx
https://orcid.org/0009-0005-3253-9048
Hospital General de Zona Número 2
Dr. Francisco Macin Domínguez
Salina Cruz-Oaxaca-México
RESUMEN
El suicidio constituye una de las principales causas de mortalidad en adolescentes a nivel mundial,
siendo un problema de salud pública que afecta de manera creciente a esta población vulnerable. En
México, las tasas de suicidio en adolescentes han mostrado un incremento sostenido durante las últimas
décadas, con una prevalencia de 7.9 por cada 100,000 habitantes en el grupo de 15 a 19 años. La
adolescencia, caracterizada por profundos cambios biopsicosociales, representa un periodo de especial
vulnerabilidad frente a factores de riesgo como la ansiedad, la depresión, la desesperanza, la
impulsividad, el embarazo no planificado, los trastornos de la conducta alimentaria y el bullying escolar
o cibernético. El presente estudio tuvo como objetivo identificar los principales factores de riesgo
asociados al suicidio en adolescentes del CONALEP Plantel 155 de Salina Cruz, Oaxaca. Se llevó a
cabo un estudio transversal retrospectivo con una muestra de 317 estudiantes seleccionados mediante
muestreo aleatorio simple. Los factores de riesgo fueron evaluados mediante instrumentos
psicométricos estandarizados: Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), Escala de Depresión para
Adolescentes de Reynolds (EDAR), Escala de Desesperanza de Beck (BHS) y Escala de Salud Mental
Positiva de Lluch. Los resultados revelaron una prevalencia significativa de ansiedad y depresión en
niveles moderados a graves, así como elevados niveles de desesperanza, especialmente en mujeres.
Asimismo, la salud mental positiva se ubicó en su mayoría en un nivel moderado, con escasos casos en
el nivel alto. Estos hallazgos evidencian la necesidad de implementar estrategias integrales de
prevención y promoción de la salud mental en adolescentes, adaptadas al contexto sociocultural de la
región del Istmo de Tehuantepec.
Palabras clave: suicidio, adolescentes, ansiedad, depresión, desesperanza
1
Autor principal
Correspondencia: luzflorespinal@gmail.com
pág. 5149
Risk Factors Associated with Suicide in Adolescents from the National
College of Professional Technical Education (CONALEP) Campus 155,
Salina Cruz, Oaxaca
ABSTRACT
Suicide is one of the leading causes of mortality among adolescents worldwide and represents a growing
public health problem in this vulnerable population. In Mexico, adolescent suicide rates have shown a
sustained increase in recent decades, with a prevalence of 7.9 per 100,000 inhabitants in the 15–19 age
group. Adolescence, characterized by profound biopsychosocial changes, is a period of particular
vulnerability to risk factors such as anxiety, depression, hopelessness, impulsivity, unplanned
pregnancy, eating disorders, and school or cyberbullying. This study aimed to identify the main risk
factors associated with suicide in adolescents from CONALEP Campus 155, Salina Cruz, Oaxaca. A
retrospective cross-sectional study was conducted with a sample of 317 students selected through
simple random sampling. Risk factors were assessed using standardized psychometric instruments:
Beck Anxiety Inventory (BAI), Reynolds Adolescent Depression Scale (RADS), Beck Hopelessness
Scale (BHS), and Lluch’s Positive Mental Health Scale. The results revealed a significant prevalence
of moderate to severe levels of anxiety and depression, as well as high levels of hopelessness, especially
among females. Likewise, most participants reported moderate levels of positive mental health, with
very few in the high range. These findings highlight the urgent need to implement comprehensive
prevention and mental health promotion strategies for adolescents, tailored to the sociocultural context
of the Isthmus of Tehuantepec region.
Keywords: suicide, adolescents, anxiety, depression, hopelessness
Artículo recibido 25 agosto 2025
Aceptado para publicación: 25 setiembre 2025
pág. 5150
INTRODUCCIÓN
El suicidio constituye un problema de salud pública a nivel mundial y una de las principales causas de
mortalidad en adolescentes y adultos jóvenes. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada
año se registran cerca de 800,000 muertes por suicidio, lo que equivale a una tasa global de 10.5 por
100,000 habitantes, situándose como la segunda causa de defunción en personas entre 15 y 29 años. Por
cada suicidio consumado, se estima que ocurren al menos 20 intentos, lo que refleja la magnitud del
fenómeno y su impacto en la sociedad (OMS, 2023).
En México, las estadísticas muestran un incremento sostenido en las tasas de suicidio, particularmente
entre adolescentes y jóvenes. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reporta que la
tasa nacional de suicidio en este grupo poblacional ha alcanzado cifras preocupantes, con una
prevalencia de 7.9 por 100,000 habitantes en el rango de 15 a 19 años. La disparidad de género es
evidente: los hombres presentan mayores tasas de suicidio consumado, mientras que las mujeres
reportan más intentos, lo cual exige enfoques diferenciados de prevención y atención (INEGI, 2022).
La adolescencia, entendida como un periodo de transición caracterizado por profundos cambios físicos,
emocionales y sociales, es una etapa de particular vulnerabilidad frente a factores de riesgo asociados
al suicidio. Entre los más relevantes se encuentran los trastornos de ansiedad y depresión, la
desesperanza, la impulsividad, los conflictos familiares, el embarazo adolescente, los trastornos de la
conducta alimentaria y el bullying escolar y cibernético. La literatura científica señala que estos
elementos, de manera aislada o en interacción, incrementan significativamente la probabilidad de
conductas suicidas en los adolescentes (Beck, 1988; Reynolds, 1987; Lluch, 1999).
La Generación Z, integrada por jóvenes nacidos a partir de 1994, enfrenta además desafíos particulares
vinculados al uso intensivo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). La
hiperconectividad y la exposición constante a redes sociales se asocian con fenómenos como la ansiedad
digital, el ciberacoso y la presión social por alcanzar estándares de éxito y estética, lo que incrementa
la sensación de aislamiento y desesperanza. Esta realidad demanda intervenciones contextualizadas que
consideren tanto los factores de riesgo tradicionales como las nuevas dinámicas socioemocionales de
esta generación (Jasso, 2021).
pág. 5151
En este contexto, cobra relevancia el concepto de salud mental positiva, el cual integra dimensiones
protectoras como la satisfacción personal, el autocontrol, la autonomía, la actitud prosocial y las
habilidades interpersonales. Estas características no solo fortalecen la resiliencia de los adolescentes
frente al estrés, sino que también pueden constituirse en factores preventivos ante la ideación y el intento
suicida (Lluch, 1999).
A nivel regional, la evidencia es aún más limitada. En el Istmo de Tehuantepec, y particularmente en la
ciudad de Salina Cruz, Oaxaca, no existen investigaciones previas que aborden de manera sistemática
los factores de riesgo asociados al suicidio en adolescentes. Esta falta de datos locales constituye una
brecha significativa que limita la posibilidad de implementar programas de prevención y atención
adaptados a las condiciones socioculturales de la población.
En este marco, el presente estudio tiene como propósito identificar los principales factores de riesgo
asociados al suicidio en adolescentes del Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica
(CONALEP) Plantel 155 de Salina Cruz, Oaxaca. La investigación busca aportar evidencia empírica
que sirva como base para el diseño de estrategias de prevención y promoción de la salud mental dirigidas
a una población altamente vulnerable, contribuyendo al fortalecimiento de las políticas de salud pública
y a la mejora del bienestar emocional de los adolescentes en la región.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente estudio se desarrollará durante un periodo de cuatro meses, comprendido entre agosto y
noviembre de 2024. El diseño metodológico corresponde a un estudio transversal de carácter
retrospectivo, cuyo propósito es identificar los factores de riesgo asociados al suicidio en adolescentes.
La población objetivo está conformada por la totalidad de los estudiantes inscritos en el Colegio
Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP) Plantel 155, ubicado en la ciudad de Salina
Cruz, Oaxaca, cuya matrícula asciende a 1,520 alumnos.
Para garantizar la representatividad de los resultados, se calculó el tamaño de la muestra mediante la
fórmula para proporciones en poblaciones finitas, con un nivel de confianza del 95% (Z = 1.96), una
proporción esperada de 0.5 y un margen de error del 5%. El resultado de este cálculo determinó la
necesidad de incluir aproximadamente 317 estudiantes en el estudio.
pág. 5152
La selección de los participantes se realizará mediante un muestreo aleatorio simple. Para ello, se
elaborará un listado nominal de los alumnos matriculados, al cual se asignará un número consecutivo,
y posteriormente se generará, a través de la función aleatoria de Microsoft Excel, la muestra de
estudiantes que integrarán el estudio.
Los criterios de selección se establecieron con el fin de asegurar la validez de los datos. Se incluirán
únicamente aquellos estudiantes cuyos tutores legales otorguen el consentimiento informado
correspondiente, condición indispensable para la participación. Se excluirán del estudio los
adolescentes que no cuenten con el consentimiento informado, aquellos que presenten diagnósticos
previos de trastornos psicológicos y quienes no respondan adecuadamente los instrumentos de
evaluación. Asimismo, se considerará criterio de eliminación la falta de respuesta total a los
cuestionarios aplicados.
La recolección de datos se llevará a cabo dentro de las instalaciones del plantel, en horario escolar y
bajo condiciones controladas. Antes de la aplicación de los instrumentos, los investigadores explicarán
a los participantes los objetivos del estudio, así como las indicaciones para responder los cuestionarios,
asegurando un ambiente de privacidad y confidencialidad. Se estima que cada prueba requerirá
aproximadamente 10 minutos para su resolución. Los cuestionarios se aplicarán de manera individual
y supervisada, garantizando el acompañamiento de personal capacitado.
Los factores de riesgo se evaluarán mediante cuatro instrumentos psicométricos estandarizados y
ampliamente utilizados en población adolescente. El Inventario de Ansiedad de Beck (BAI), compuesto
por 21 ítems, permitirá medir la severidad de los síntomas ansiosos a través de una escala que va de 0
(nada en absoluto) a 3 (severamente). Por su parte, la Escala de Depresión para Adolescentes de
Reynolds (EDAR), integrada por 30 ítems con opciones de respuesta tipo Likert, permitirá identificar
la presencia y severidad de síntomas depresivos. La Escala de Desesperanza de Beck (BHS) será
utilizada para valorar las expectativas negativas hacia el futuro, consideradas un predictor relevante de
la conducta suicida. Finalmente, la Escala de Salud Mental Positiva de Lluch, conformada por 39 ítems
distribuidos en seis dimensiones, servirá para evaluar recursos protectores como la satisfacción
personal, el autocontrol y la actitud prosocial.
pág. 5153
El análisis de los datos seguirá un doble enfoque descriptivo e inferencial. En primer lugar, se realizará
una caracterización sociodemográfica de los participantes, describiendo variables como edad, sexo y
tipología familiar. Para ello se emplearán frecuencias absolutas y relativas en el caso de variables
categóricas, y medidas de tendencia central (media y mediana) junto con la desviación estándar en las
variables continuas. Posteriormente, se examinarán los niveles de ansiedad, depresión, desesperanza y
salud mental positiva, presentando la distribución de frecuencias por categorías de severidad y sus
estadísticas descriptivas correspondientes.
En una segunda fase, se procederá al análisis inferencial con el fin de explorar asociaciones y diferencias
significativas entre grupos. Para la comparación de medias entre dos grupos independientes (por
ejemplo, hombres y mujeres, o diferentes tipos de familia), se aplicará la prueba t de Student si los datos
cumplen con criterios de normalidad, o bien la prueba no paramétrica de Mann-Whitney U en caso
contrario. Asimismo, se utilizarán correlaciones de Pearson o Spearman, según corresponda, con el
objetivo de examinar la relación entre variables clave, como los niveles de ansiedad y depresión.
En este marco, la variable dependiente será el riesgo de suicidio en adolescentes del CONALEP Plantel
155 de Salina Cruz, Oaxaca. Las variables independientes estarán representadas por los niveles de
ansiedad (evaluados con el BAI), la sintomatología depresiva (medida con la EDAR), la desesperanza
(valorada con la BHS) y la salud mental positiva (evaluada con la escala de Lluch).
De esta manera, el presente estudio emplea un diseño metodológico riguroso que, al integrar
instrumentos psicométricos validados y un muestreo estadísticamente representativo, busca generar
evidencia sólida y contextualizada sobre los factores de riesgo para suicidio en adolescentes de la región
del Istmo de Tehuantepec.
RESULTADOS
La Tabla 1 presenta un resumen de la distribución de las edades de los 317 adolescentes participantes
en el estudio. Se observa que la edad mínima registrada fue de 14 años y la máxima de 17 años, lo que
indica que la muestra se compone principalmente de estudiantes de educación media superior. La edad
promedio de los participantes es de 15.93 años, con una desviación estándar de 1.04 años.
pág. 5154
Tabla 1 Edad
Valor
N
317
Mínimo
14
Máximo
17
Media
15.93
Desviación estándar
1.04
Fuente: Instrumento aplicado
En la Gráfica 1 y la Tabla 2 se observa la distribución por sexo de los participantes en el estudio. La
mayoría de los adolescentes encuestados son de sexo femenino, representando un 63.1% del total,
mientras que los participantes de sexo masculino representan el 36.9%. En términos absolutos, 200
participantes fueron mujeres y 117 fueron hombres, alcanzando así un total de 317 adolescentes
encuestados. Esta distribución destaca una mayor participación femenina en el estudio, con casi el doble
de mujeres que hombres.
Gráfico 1 Sexo
Tabla 2. Sexo
Porcentaje
Femenino
63.1%
Masculino
36.9%
Total
100.0%
Fuente: Instrumento aplicado
En la Tabla 3 se presenta la distribución de los participantes según el grado escolar. La mayor parte de
los adolescentes pertenecen al primer semestre, representando el 43.2% del total, seguido por los
Femenino
63%
Masculino
37%
Fuente: Instrumento aplicado
pág. 5155
estudiantes de quinto semestre con un 37.5%. Un 18.6% de los participantes están en el tercer grado,
mientras que los de segundo y sexto semestre tienen una representación mínima, cada uno con solo un
estudiante, lo que equivale al 0.3% del total.
Tabla 3. Semestre
Porcentaje
43.2%
0.3%
18.6%
37.5%
0.3%
Total
100.0%
Fuente: Instrumento aplicado
En la Tabla 4 se presenta la distribución de los adolescentes según la tipología familiar. La mayoría de
los participantes, un 47.6%, pertenece a una familia nuclear simple, mientras que un 16.4% pertenece a
una tipología monoparental extendida. Las familias monoparentales representan el 14.5% de la muestra
y las familias extensas un 7.3%. Las familiares nucleares numerosas abarcan el 4.7%, mientras que el
4.4% de los participantes reportan una situación no parental. Otras tipologías familiares, como la
extensa compuesta y la monoparental compuesta, representan el 2.5% y 2.2%, respectivamente.
Finalmente, una mínima proporción, equivalente al 0.3%, pertenece a una familia reconstruida.
Tabla 4. Tipología familiar
Porcentaje
Extensa
7.3%
Extensa compuesta
2.5%
Monoparental
14.5%
Monoparental compuesta
2.2%
Monoparental extendida
16.4%
No parental
4.4%
Nuclear numerosa
4.7%
Nuclear simple
47.6%
Reconstruida
0.3%
Total
100.0%
Fuente: Instrumento aplicado
pág. 5156
La tabla 5 y la gráfica 2 correspondiente muestran los niveles de ansiedad en los adolescentes evaluados
según sexo. En el nivel de ansiedad mínima se registraron 61 participantes, divididos en 28 hombres y
33 mujeres. En el nivel de ansiedad leve, se identificaron 93 adolescentes, con 41 hombres y 52 mujeres.
Para el nivel de ansiedad moderada, se encontraron 74 casos, distribuidos en 24 hombres y 50 mujeres.
Finalmente, en el nivel de ansiedad grave se reportaron 89 adolescentes, de los cuales 24 son hombres
y 65 mujeres. Los resultados evidencian una mayor representación femenina en los niveles de ansiedad
más altos.
Grafica 2 Nivel de ansiedad por sexo
Tablas 5. Nivel de Ansiedad por sexo
Hombre
Mujer
Total
Ansiedad mínima
28
33
61
Ansiedad leve
41
52
93
Ansiedad moderada
24
50
74
Ansiedad grave
24
65
89
Total
117
200
317
Fuente: Instrumento aplicado
En la Tabla 6 se presentan los resultados de la Escala de Ansiedad de Beck aplicada a los adolescentes.
Los datos muestran que 129 adolescentes no experimentaron sensaciones de torpeza o entumecimiento,
mientras que 106 reportaron este ntoma de forma leve. Un total de 80 adolescentes se sintieron
acalorados de manera moderada, y 72 lo experimentaron bastante. Respecto a temblores en las piernas,
145 adolescentes no los experimentaron, mientras que 52 reportaron esta sensación como bastante
frecuente. Un total de 116 adolescentes indicó sentir temor a que ocurra lo peor de manera leve, y 109
0
10
20
30
40
50
60
70
Ansiedad mínima Ansiedad leve Ansiedad
moderada
Ansiedad grave
28
41
24 24
33
52 50
65
Hombre Mujer
pág. 5157
señalaron tener dificultades para relajarse de forma leve. En cuanto a sensaciones de mareo o vértigo,
132 no las experimentaron, mientras que 78 lo experimentaron levemente. Un total de 157 adolescentes
no reportaron latidos acelerados del corazón, mientras que 45 reportaron esta sensación como
moderada. La sensación de inseguridad fue señalada como leve por 82 adolescentes, mientras que 77
reportaron sentirse nerviosos de manera moderada. Un total de 222 adolescentes no sintieron ahogo,
mientras que 49 lo experimentaron levemente. En cuanto a problemas digestivos, 193 adolescentes no
presentaron este síntoma, mientras que 32 lo sintieron de forma moderada. Finalmente, 98 adolescentes
experimentaron sudores o sensaciones de frío de forma leve, mientras que 45 reportaron este síntoma
como moderado.
Tabla 6 Escala de ansiedad de Beck
No
Leve
Moderado
Bastante
Torpe o entumecido
129
106
58
24
Acalorado
56
109
80
72
Con temblor en las piernas
145
89
52
31
Incapaz de relajarse
71
109
71
66
Con temor a que ocurra lo peor
116
70
68
63
Mareado, o que se le va la cabeza
132
78
58
49
Con latidos del corazón fuertes y acelerados
157
81
45
34
Inestable
148
93
47
29
Atemorizado o asustado
159
82
52
24
Nervioso
70
87
77
83
Con sensación de bloqueo
147
74
49
47
Con temblores en las manos
164
73
45
35
Inquieto, inseguro
119
82
72
44
Con miedo a perder el control
165
56
57
39
Con sensación de ahogo
222
49
29
17
Con temor a morir
219
53
15
30
Con miedo
167
85
38
27
Con problemas digestivos
192
58
38
29
Con desvanecimientos
251
39
17
10
Con rubor facial
238
50
14
15
Con sudores, fríos o calientes
136
98
45
38
Fuente: Instrumento aplicado
pág. 5158
Los datos reflejados en la tabla 7 y la gráfica 3 correspondiente muestran que 53 adolescentes no
presentan síntomas de depresión o se encuentran en un nivel leve, distribuidos en 23 hombres y 30
mujeres. En la categoría de depresión leve a moderada, se encuentran 194 adolescentes, de los cuales
80 son hombres y 114 son mujeres. Para el nivel de depresión moderada, 53 participantes fueron
identificados, distribuidos en 10 hombres y 43 mujeres. Finalmente, en la categoría de depresión severa,
se encuentran 17 adolescentes, con 4 hombres y 13 mujeres.
Gráfico 3. Nivel de depresión por sexo
Tabla 7. Nivel de depresión por sexo
Hombre
Mujer
Total
Sin síntomas de depresión
23
30
53
Depresión leve
80
114
194
Depresión moderada
10
43
53
Depresión severa
4
13
17
Total
117
200
317
Fuente: Instrumento aplicado
En la Tabla 7.1 se presentan las respuestas a los ítems de la Escala de Depresión para Adolescentes de
Reynolds, mostrando la frecuencia con la que los adolescentes experimentan diferentes emociones y
comportamientos. La afirmación "Me siento feliz" fue respondida con "Casi siempre" por 137
adolescentes, mientras que "Me preocupa el colegio" también fue reportado con alta frecuencia, con
156 respuestas en "Casi siempre". Por otro lado, sentimientos de soledad, como "Me siento solo", fueron
frecuentes, con 105 adolescentes respondiendo "Rara vez" y 104 "Algunas veces".
0
20
40
60
80
100
120
Sin síntomas de
depresión o
depresión leve
Depresión leve a
moderada
Depresión
moderada
Depresión severa
23
80
10 4
30
114
43
13
Hombre Mujer
pág. 5159
Un total de 171 adolescentes respondieron que casi nunca sienten que sus padres no los quieren, lo cual
indica una percepción positiva de apoyo familiar para la mayoría. Sentimientos de importancia personal
fueron reportados como "Casi siempre" por 87 adolescentes, mientras que 33 adolescentes reportaron
frecuentemente tener ganas de esconderse. Sentimientos negativos como "Me siento triste" fueron
expresados "Casi siempre" por 37 adolescentes, y deseos de llorar fueron experimentados por 47
adolescentes con la misma frecuencia. En cuanto a sentirse querido, 122 adolescentes respondieron
"Casi siempre", mientras que solo 9 dijeron tener "ganas de hacerme daño" con la misma frecuencia.
Por otro lado, 61 adolescentes reportaron sentirse como si la vida fuera injusta "Casi siempre", y 26
dijeron "Casi siempre" que sienten que no valen nada. El ítem "Me gusta comer" fue respondido
positivamente por 175 adolescentes con "Casi siempre".
Tabla 7.1 Escala de depresión para adolescentes de Reynolds
Casi
nunca
Rara
vez
Algunas
veces
Casi
siempre
Me siento feliz
10
50
120
137
Me preocupa el colegio
9
37
115
156
Me siento solo
70
105
104
38
Siento que mis padres no me quieren
171
80
57
9
Me siento importante
45
83
129
60
Siento ganas de esconderme de la gente
102
85
97
33
Me siento triste
72
88
120
37
Me siento con ganas de llorar
87
87
102
41
Siento que no le importo a nadie
154
85
59
19
Tengo ganas de divertirme con los compañeros
43
51
114
109
Me siento enfermo
156
96
54
11
Me siento querido
41
46
108
122
Tengo deseos de huir
173
69
44
31
Tengo ganas de hacerme daño
242
36
30
9
Siento que no les gusto a los compañeros
150
85
60
22
Me siento molesto
85
109
83
40
Siento que la vida es injusta
114
101
61
41
Me siento cansado
51
98
107
61
Siento que soy malo
113
102
74
28
Siento que no valgo nada
185
62
44
26
Tengo pena de mí mismo
138
80
57
42
pág. 5160
Hay cosas que me molestan
29
81
129
78
Siento ganas de hablar con los compañeros
62
66
108
81
Tengo problemas para dormir
102
83
77
55
Tengo ganas de divertirme
31
51
89
146
Me siento preocupado
45
87
115
70
Me dan dolores de estómago
113
84
73
47
Me siento aburrido
44
78
118
77
Me gusta comer
27
35
80
175
Siento que nada de lo que hago me ayuda
101
89
72
55
Fuente: Instrumento aplicado
La gráfica 4 y tabla 8 presentadas reflejan la distribución de niveles de desesperanza en los adolescentes
evaluados según género. Los resultados muestran que 119 participantes se encuentran en la categoría
de normalidad, con 54 hombres y 65 mujeres. En el nivel de desesperanza leve, 142 adolescentes fueron
clasificados, de los cuales 44 son hombres y 98 mujeres. Respecto al nivel de desesperanza moderada,
48 adolescentes se ubican en esta categoría, con 17 hombres y 31 mujeres. Finalmente, en el nivel de
desesperanza severa, se identificaron 8 casos, correspondientes a 2 hombres y 6 mujeres.
Grafica 4. Nivel de desesperanza por sexo
Tabla 8. Nivel de desesperanza por sexo
Hombre
Mujer
Total
Normalidad
54
65
119
Leve desesperanza
44
98
142
Moderada desesperanza
17
31
48
Severa desesperanza
2
6
8
Total
117
200
317
Fuente: Instrumento aplicado
0
20
40
60
80
100
Normalidad Leve
desesperanza
Moderada
desesperanza
Severa
desesperanza
54 44
17
2
65
98
31
6
Hombre Mujer
pág. 5161
En la Tabla 8,1 se presentan los resultados de los ítems de la Escala de Desesperanza de Beck. La
mayoría de los adolescentes (71.3%) respondió de manera positiva sobre esperar el futuro con esperanza
y entusiasmo, mientras que el 79.8% afirmó que no se da por vencido fácilmente. Por otro lado, un
72.6% encuentra alivio en que las cosas malas no puedan permanecer por mucho tiempo, y el 53% no
puede imaginar cómo será su vida dentro de 10 años. Asimismo, un 95% espera poder conseguir lo que
le interesa en el futuro, y un 85.5% no considera su futuro como oscuro. De los participantes, el 81.7%
espera cosas buenas de la vida, mientras que un 74.4% afirma no perder la esperanza cuando las cosas
no marchan como quisiera. Un 79.8% considera que sus experiencias pasadas le han preparado bien
para el futuro. En cuanto a su visión hacia adelante, el 83.3% lo ve más agradable que desagradable, y
un 73.8% espera conseguir realmente lo que desea. Un 86.5% espera ser más feliz en el futuro que en
el presente, mientras que un 61.8% tiene gran confianza en el futuro.
Tabla 8.1 Escala de desesperanza de Beck
Ítems
Frecuencia
Porcentaje
Espero el futuro con esperanza y entusiasmo
V
226
71.3%
F
91
28.7%
Puedo darme por vencido, renunciar, ya que no puedo
hacer mejor las cosas por mismo
V
64
20.2%
F
253
79.8%
Cuando las cosas van mal me alivia saber que las cosas no
pueden permanecer tiempo así
V
230
72.6%
F
87
27.4%
No puedo imaginar cómo será mi vida dentro de 10 años
V
168
53.0%
F
149
47.0%
Tengo bastante tiempo para llevar a cabo las cosas que
quisiera poder hacer
V
223
70.3%
F
94
29.7%
En el futuro espero poder conseguir los que me pueda
interesar
V
301
95.0%
F
16
5.0%
Mi futuro me parece oscuro
V
46
14.5%
F
271
85.5%
Espero más cosas buenas de la vida que lo que la gente
suele conseguir por término medio
V
259
81.7%
F
58
18.3%
No logro hacer que las cosas cambien y no existen razones
para creer que pueda en el futuro
V
81
25.6%
F
236
74.4%
Mis pasadas experiencias me han preparado bien para mi
futuro
V
253
79.8%
F
64
20.2%
Todo lo que puedo ver hacia adelante es más desagradable
que agradable
V
53
16.7%
F
264
83.3%
No espero conseguir lo que realmente deseo
V
83
26.2%
F
234
73.8%
V
274
86.4%
pág. 5162
Cuando miro hacia el futuro espero que seré más feliz de lo
que soy ahora
F
43
13.6%
Las cosas no marchan como yo quisiera
V
177
55.8%
F
140
44.2%
Tengo una gran confianza en el futuro
V
196
61.8%
F
121
38.2%
Nunca consigo lo que deseo por lo que es absurdo desear
cualquier cosa
V
73
23.0%
F
244
77.0%
Es muy improbable que pueda lograr una satisfacción real
en el futuro
V
115
36.3%
F
202
63.7%
Fuente: Instrumento aplicado
La tabla 9 y la gráfica 5 presentan la distribución de los niveles de salud mental positiva en los
adolescentes evaluados. En el nivel bajo, se identificaron 107 participantes, de los cuales 43 son
hombres y 64 mujeres. En el nivel moderado, se encontraron 208 adolescentes, con 74 hombres y 134
mujeres. En el nivel alto, solo se registraron 2 casos, ambos correspondientes a mujeres. Estos datos
destacan una mayor prevalencia del nivel moderado de salud mental positiva entre los participantes,
con predominio en el grupo femenino.
Tabla 9 Nivel de Salud mental positiva por sexo
Hombre
Mujer
Total
Salud mental positiva baja
43
64
107
Salud mental positiva moderada
74
134
208
Salud mental positiva alta
0
2
2
Total
117
200
317
Fuente: Instrumento aplicado
Grafica 5. Nivel de Salud mental positiva por sexo
0
20
40
60
80
100
120
140
Salud mental
positiva baja
Salud mental
positiva moderada
Salud mental
positiva alta
43
74
0
64
134
2
Hombre Mujer
pág. 5163
En la Tabla 9.1 se presentan los resultados sobre la evaluación de la salud mental positiva según las
dimensiones analizadas. En la dimensión de satisfacción personal, se observa que el 52.7% de los
participantes presentan un nivel bajo, mientras que el 41.6% se ubica en un nivel medio y solo el 5.7%
en un nivel alto. En cuanto a la actitud prosocial, el 55.2% se encuentra en un nivel bajo, seguido por
un 39.1% en nivel medio y un 5.7% en nivel alto. Para la resolución de problemas, el nivel medio es
predominante con un 53.9%, en comparación con el 42.0% en nivel bajo y el 4.1% en nivel alto.
Respecto a la autonomía, el 42.3% de los adolescentes presentan un nivel medio, el 50.5% un nivel bajo
y el 7.6% un nivel alto. La autoactualización muestra que el 54.2% se encuentra en nivel medio, un
40.2% en nivel bajo y un 5.6% en nivel alto. En las habilidades de relación interpersonal, el nivel bajo
predomina con un 53.6%, seguido del nivel medio con un 42.4% y un 7.3% en nivel alto. Finalmente,
en la dimensión de autocontrol, el 77.3% de los participantes alcanzan un nivel medio, el 18.9% se sitúa
en nivel bajo y el 3.8% en nivel alto.
Tabla 9.1. Escala de salud mental positiva por dimensiones
Frecuencia
Porcentaje
Satisfacción personal
Alto
18
5.7%
Bajo
167
52.7%
Medio
132
41.6%
Actitud prosocial
Alto
18
5.7%
Bajo
175
55.2%
Medio
124
39.1%
Resolución de problemas
Alto
13
4.1%
Bajo
133
42.0%
Medio
171
53.9%
Autonomía
Alto
23
7.26%
Bajo
134
42.27%
Medio
160
50.47%
Habilidades de relación
interpersonal
Alto
23
7.3%
Bajo
170
53.6%
Medio
124
39.1%
Autocontrol
Alto
14
4.4%
Bajo
58
18.3%
Medio
245
77.3%
Fuente: Instrumento aplicado
pág. 5164
En la Tabla 10 se presentan los resultados sobre la percepción de salud mental positiva entre los
adolescentes. Los datos reflejan que un porcentaje significativo de los encuestados experimenta
dificultad para aceptar a otros cuando tienen actitudes diferentes, con 147 adolescentes respondiendo
que esto les ocurre "algunas veces". También se observa que 177 adolescentes reportaron sentirse
bloqueados por los problemas "algunas veces". En cuanto a la afirmación de sentirse importante, 87
adolescentes indicaron "siempre o casi siempre", mientras que 48 reportaron ser capaces de controlar
sus emociones negativas "con bastante frecuencia". Un total de 159 adolescentes respondió "nunca o
casi nunca" a considerar su vida aburrida y monótona. Los resultados también indican que 155
adolescentes afirmaron "siempre o casi siempre" estar intentando mejorar como persona, mientras que
156 consideran que son personas dignas de confianza. Con respecto al apoyo emocional, 139
adolescentes indicaron que les resulta "algunas veces" difícil brindar apoyo a los demás. Además, 129
adolescentes respondieron "siempre o casi siempre" que intentan buscar posibles soluciones cuando se
les presenta un problema, mientras que 133 afirmaron que se esfuerzan por ayudar a los demás "siempre
o casi siempre". La percepción de sentirse social fue alta, con 84 adolescentes reportando "siempre o
casi siempre". Finalmente, se observa que un número considerable de adolescentes experimenta
insatisfacción consigo mismos y con su aspecto físico, ya que 121 y 87 adolescentes, respectivamente,
indicaron sentir esto "algunas veces".
Tabla 10 Escala de salud mental positiva
Nunca o
casi nunca
Algunas
veces
Con
bastante
frecuencia
Siempre o
casi
siempre
A mí, .... me resulta especialmente difícil aceptar
a los otros cuando tienen actitudes distintas a las
mías
110
147
25
35
Los problemas .... me bloquean fácilmente
52
177
45
43
A , .... me resulta especialmente difícil
escuchar a las personas que me cuentan sus
problemas
192
79
27
19
.... me gusto como soy
38
142
50
87
.... soy capaz de controlarme cuando
experimento emociones negativas
48
115
84
70
.... me siento a punto de explotar
121
116
49
31
Para mí, la vida es.... aburrida y monótona
159
98
31
29
A mí, .... me resulta especialmente difícil dar
apoyo emocional
110
135
45
27
pág. 5165
.... tengo dificultades para establecer relaciones
interpersonales profundas y satisfactorias con
algunas personas
85
140
47
45
.... me preocupa mucho lo que los demás piensan
de mí
81
106
54
76
Creo que .... tengo mucha capacidad para
ponerme en el lugar de los demás y comprender
sus respuestas
29
122
89
77
.... veo mi futuro con pesimismo
163
113
24
17
Las opiniones de los demás .... me influyen
mucho a la hora de tomar mis decisiones
86
128
55
48
.... me considero una persona menos importante
que el resto de personas que me rodean
150
97
40
30
.... soy capaz de tomar decisiones por
misma/o
27
91
70
129
.... intento sacar los aspectos positivos de las
cosas malas que me suceden
30
113
62
112
.... intento mejorar como persona
10
53
99
155
.... me considero "un/a buen/a psicólogo/a"
75
148
55
39
.... me preocupa que la gente me critique
129
98
35
55
.... creo que soy una persona sociable
66
106
61
84
.... soy capaz de controlarme cuando tengo
pensamientos negativos
28
120
77
92
.... soy capaz de mantener un buen nivel de
autocontrol en las situaciones conflictivas de mi
vida
29
137
80
71
.... pienso que soy una persona digna de
confianza
11
61
89
156
A , .... me resulta especialmente difícil
entender los sentimientos de los demás
100
139
41
37
.... pienso en las necesidades de los demás
28
101
99
89
Si estoy viviendo presiones exteriores
desfavorables .... soy capaz de continuar
manteniendo mi equilibrio personal
26
125
88
78
Cuando hay cambios en mi entorno .... intento
adaptarme
15
92
97
113
Delante de un problema .... soy capaz de solicitar
información
44
125
90
58
Los cambios que ocurren en mi rutina habitúan
46
170
59
42
.... tengo dificultades para relacionarme
abiertamente con mis profesores/jefes
81
134
49
53
.... creo que soy un/a inútil y no sirvo para nada
173
77
36
31
.... trato de desarrollar y potenciar mis buenas
aptitudes
10
85
109
113
.... me resulta difícil tener opiniones
83
139
59
36
Cuando tengo que tomar decisiones importantes
.... me siento muy insegura/o
55
117
60
85
pág. 5166
.... soy capaz de decir no cuando quiero decir no
57
115
54
91
.... cuando se me plantea un problema .... intento
buscar posibles soluciones
16
78
89
134
.... me gusta ayudar a los demás
6
59
86
166
.... me siento insatisfecha/o conmigo misma/o
94
129
38
56
.... me siento insatisfecha/o de mi aspecto físico
87
121
44
65
Fuente: Instrumento aplicado
DISCUSIÓN
Los resultados de este estudio proporcionan una visión comprensiva sobre los factores de riesgo
asociados al suicidio en adolescentes del CONALEP Plantel 155 Salina Cruz, Oaxaca, considerando
aspectos críticos de su salud mental, como los niveles de ansiedad, depresión, desesperanza y salud
mental positiva. Este estudio tuvo como objetivo identificar los principales factores de riesgo asociados
con el suicidio, proporcionando un análisis específico del contexto en que viven estos adolescentes y
resaltando la importancia de la tipología familiar. Uno de los principales hallazgos fue la distribución
por género de la muestra, con una mayor participación femenina, representando el 63.1% de los
adolescentes evaluados. Esta mayor prevalencia de mujeres es consistente con la tendencia en estudios
epidemiológicos del suicidio, los cuales han indicado que las mujeres tienden a realizar más intentos de
suicidio, mientras que los hombres presentan mayores tasas de suicidios consumados (6). Esta
discrepancia en la conducta suicida entre ambos géneros podría estar relacionada con la forma
diferencial en que las mujeres y los hombres enfrentan el estrés y buscan ayuda. Es posible que las
mujeres participen más activamente en estudios de salud mental debido a su predisposición a expresarse
emocionalmente, mientras que los hombres tienden a buscar menos ayuda, incluso frente a
problemáticas importantes como la ideación suicida (6).
En términos de la tipologia familiar, se observó que la mayoría de los adolescentes pertenecían a
familias nucleares simples, seguidas de estructuras monoparentales extendidas y monoparentales
simples. Este hallazgo es importante, dado que el tipo de tipología familiar juega un papel clave en el
bienestar emocional del adolescente. La literatura ha mostrado que la familiar es un factor protector
significativo frente al riesgo de suicidio (1). Sin embargo, en este estudio se observa una considerable
proporción de adolescentes que provienen de estructuras familiares no nucleares, lo cual podría estar
pág. 5167
contribuyendo a los niveles más altos de ansiedad, depresión y desesperanza observados en parte de la
muestra. Los adolescentes provenientes de familias monoparentales o sin una estructura de apoyo
constante podrían experimentar sentimientos de inestabilidad y falta de seguridad emocional, lo cual
aumenta su vulnerabilidad (1, 2). Es fundamental que se diseñen intervenciones que incluyan a los
miembros de la familia y que promuevan un entorno de apoyo.
La evaluación de la ansiedad mediante el Inventario de Ansiedad de Beck (BAI) reveló que el 28.1%
de los adolescentes presentó ansiedad grave, mientras que el 29.3% mostró niveles leves y el 23.3%
ansiedad moderada. La ansiedad grave observada en más de una cuarta parte de la muestra es motivo
de gran preocupación, dado que estudios previos han asociado la ansiedad severa con un mayor riesgo
de conductas autodestructivas y suicidio (9). La prevalencia de síntomas de ansiedad podría estar
influida por factores como la hiperconectividad a las redes sociales y la presión académica. En estudios
previos, se ha encontrado que la Generación Z enfrenta niveles de ansiedad elevados debido a su
exposición constante a redes sociales y la percepción de presión social que estas conllevan (3). Estos
adolescentes, descritos también como "nativos digitales" o "generación de cristal", están
particularmente expuestos a los efectos negativos de la tecnología y a la presión de cumplir con
estándares sociales poco realistas, lo que puede contribuir a sus altos niveles de ansiedad (3).
La evaluación de la depresión con la Escala de Depresión para Adolescentes de Reynolds (EDAR)
mostró que un 16.7% de los adolescentes presenta síntomas moderados de depresión, mientras que un
5.4% muestra síntomas severos. Estos resultados indican que aproximadamente una quinta parte de los
adolescentes evaluados está enfrentando síntomas de depresión que requieren atención. La depresión
en adolescentes ha sido identificada como un factor predictor crítico del riesgo de suicidio,
especialmente cuando se acompaña de otros síntomas como desesperanza y ansiedad (8, 9). En la
literatura, se ha señalado que la desesperanza suele anteceder a la depresión severa y que ambas
condiciones juntas incrementan significativamente el riesgo de conducta suicida (8).
La Escala de Desesperanza de Beck indicó que, si bien un 71.3% de los adolescentes expresó mantener
una visión esperanzadora hacia el futuro, un 25.6% mostró una notable desesperanza al expresar que no
cree en la posibilidad de cambiar las cosas para mejor.
pág. 5168
La desesperanza es un factor predictor bien establecido de la conducta suicida, dado que refleja la
pérdida de propósito y de objetivos positivos hacia el futuro (8). En este estudio, los niveles elevados
de desesperanza coinciden con los altos niveles de ansiedad y depresión observados, lo cual refuerza la
idea de que la desesperanza no solo se deriva de la falta de perspectivas positivas, sino también de una
percepción negativa sobre la capacidad de cambio y el control sobre el destino (8). Es esencial que las
intervenciones dirigidas a adolescentes incluyan componentes que fomenten la creación de objetivos
realistas y positivos para el futuro, así como actividades que promuevan la participación activa y la
autorrealización, con el fin de reducir los niveles de desesperanza y mejorar el bienestar emocional.
Finalmente la Escala de Salud Mental Positiva de Lluch mostró que la mayoría de los adolescentes
(65.6%) presenta un nivel moderado de salud mental positiva, mientras que un 33.8% presenta un nivel
bajo. Solo un 0.6% de los adolescentes alcanzó un nivel alto de salud mental positiva, lo cual es
alarmante, ya que la salud mental positiva actúa como un factor de protección fundamental frente a
situaciones de estrés y puede contribuir a reducir el riesgo de conductas suicidas (12, 13). Los bajos
niveles de salud mental positiva indican que estos adolescentes podrían carecer de los recursos
psicosociales necesarios para manejar el estrés y las dificultades cotidianas. Estudios internacionales
han mostrado que la salud mental positiva está asociada con la resiliencia y la capacidad de hacer frente
a la adversidad (12). En consecuencia, estos resultados subrayan la importancia de diseñar programas
de intervención que busquen no solo reducir los síntomas de ansiedad y depresión, sino también
promover el desarrollo de habilidades como el autocontrol, la autonomía y la resolución de problemas.
La promoción de la salud mental positiva debe ser una prioridad en la agenda de salud pública,
especialmente en contextos vulnerables como el de los adolescentes de CONALEP.
La información resultante de este estudio puede ser utilizada para el diseño de estrategias de
intervención dirigidas a reducir los factores de riesgo identificados. Las intervenciones deben ser
integrales, focalizadas y adaptadas al contexto específico de cada adolescente, tomando en cuenta sus
características sociodemográficas, la estructura familiar, y los niveles de ansiedad, depresión y
desesperanza. Se recomienda implementar programas que incluyan no solo a los adolescentes, sino
también a sus familias, con el objetivo de fomentar un entorno de apoyo sólido que mejore la
comunicación y proporcione seguridad emocional (2, 4).
pág. 5169
Además, la promoción de la salud mental positiva mediante actividades que desarrollen el autocontrol,
la resolución de problemas y la autonomía debe ser una prioridad. Estos enfoques, junto con el
fortalecimiento de la red de apoyo en el entorno escolar y la promoción de una cultura de cuidado de la
salud mental, pueden contribuir a reducir el riesgo de suicidio en esta población vulnerable.
Comparación con otros estudios
Respecto a la depresión, los resultados de este estudio encuentran que el 194 de los adolescentes
presentó depresión leve a moderada, con predominio en mujeres, un patrón que también fue observado
por Moyeda et al. en su análisis de factores asociados a la depresión. Moyeda encontró una prevalencia
del 34.7% para depresión leve y del 21.6% para depresión severa, con correlaciones significativas entre
la tipología familiar y la severidad de los síntomas depresivos(35). Este estudio también destaca la
influencia de la familiares, como la representación significativa de familias monoparentales y
extendidas, en el bienestar emocional de los adolescentes, lo que refuerza la importancia del entorno
familiar en la aparición y manejo de la depresión.
En comparación con el estudio de Andrade Salazar et al., que también empleó la Escala de Desesperanza
de Beck, los resultados de este estudio muestran patrones similares en términos de prevalencia de
desesperanza leve como el nivel más frecuente, aunque con una mayor proporción de adolescentes
clasificados en niveles moderados y severos. Andrade Salazar reporta que solo el 12.9% de su muestra
presentó desesperanza moderada y menos del 1% alcanzó niveles altos, mientras que este estudio
encontró 48 casos de nivel moderado y 8 severos, destacando diferencias en la distribución de riesgos
según el contexto cultural y escolar(33).
De manera similar, el estudio de Honorato Bernal et al. sobre desesperanza y autoestima en adolescentes
con y sin riesgo suicida también resalta la desesperanza como un predictor clave del riesgo suicida,
aumentando hasta en un 498% la probabilidad de pertenecer al grupo con riesgo suicida. Este hallazgo
coincide con los resultados de este estudio, donde los niveles más altos de desesperanza están asociados
a una mayor afectación emocional en mujeres, lo cual podría tener implicaciones similares para el riesgo
suicida en esta población. Sin embargo, mientras Honorato Bernal subraya el efecto protector de la
autoestima, los resultados de este estudio no evalúan directamente la autoestima, dejando un vacío
importante en la comprensión integral de los factores protectores en esta muestra(34).
pág. 5170
En cuanto a la salud mental positiva, el trabajo de Toribio Pérez et al. ofrece un punto de comparación
interesante(36). Ambos estudios coinciden en la prevalencia de niveles moderados de salud mental
positiva, aunque Toribio reporta un porcentaje mayor en niveles altos (38.3% frente al 0.6% de este
estudio). Además, la dimensión de autocontrol, que tuvo un desempeño relativamente mejor en ambas
investigaciones, resalta como un posible factor protector para adolescentes. Sin embargo, las diferencias
de género observadas por Toribio en dimensiones específicas, como la mayor actitud prosocial en
mujeres y el mayor autocontrol en hombres, no se reflejan claramente en los resultados de este estudio.
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos en este estudio proporcionan una visión amplia y detallada sobre las
condiciones emocionales de los adolescentes participantes, quienes totalizan 317, con una mayoría
femenina que representa el 63.1% frente al 36.9% masculino. El análisis de las características básicas
mostró uniformidad en el promedio de puntajes entre ambos géneros, con un valor de 15.93 puntos,
aunque los puntajes máximos alcanzados por las mujeres fueron ligeramente superiores a los de los
hombres. En cuanto a la distribución por semestre escolar, predominó el primer semestre, con un 43.2%,
seguido del quinto semestre con un 37.5%, mientras que los segundo y sexto semestre tuvieron una
representación mínima. En la tipología familiar, se identificó que casi la mitad de los adolescentes
pertenecen a familias nucleares simples (47.6%), mientras que un 16.4% pertenece a familias
monoparentales extendidas. Otras tipologia familiares, como las familias extensas y monoparentales
simples, representaron un porcentaje significativo, con un 7.3% y un 14.5% respectivamente. Las
familias reconstruidas y no parentales constituyeron una minoría, mostrando la diversidad en los
entornos familiares de esta población.
En el caso de la ansiedad, se encontró que 93 adolescentes reportaron niveles leves, mientras que 74 y
89 se ubicaron en niveles moderados y graves respectivamente. Las mujeres predominaron en los
niveles más altos de ansiedad. Los datos de la Escala de Ansiedad de Beck indicaron que síntomas como
latidos cardíacos acelerados, temblores y sensación de ahogo fueron comunes, aunque en general la
mayoría de los adolescentes no reportaron temor extremo ni problemas graves de control emocional.
En el análisis de la depresión, se observó que 194 adolescentes presentaron depresión leve a moderada,
siendo más prevalente en mujeres.
pág. 5171
Los niveles de depresión moderada y severa fueron menos comunes, con 53 y 17 casos respectivamente.
Las respuestas al cuestionario de la Escala de Depresión para Adolescentes de Reynolds destacaron
emociones de tristeza, preocupación y soledad como frecuentes, aunque la mayoría de los participantes
reportaron sentirse queridos y apoyados por sus padres.
Respecto a la desesperanza, 119 adolescentes se clasificaron en la categoría de normalidad, mientras
que el nivel leve de desesperanza fue el más frecuente, con 142 casos, predominando en mujeres. Los
niveles moderados y severos fueron menos frecuentes, con 48 y 8 casos, respectivamente.
Adicionalmente, los ítems de la Escala de Desesperanza de Beck reflejaron que un 71.3% de los
adolescentes mantienen una visión positiva sobre su futuro, mientras que un porcentaje significativo
afirmó no darse por vencido fácilmente y encontrar alivio al considerar que las adversidades son
temporales.
La salud mental positiva mostró que la mayoría de los adolescentes, un 65.6%, se ubicó en un nivel
moderado, mientras que un 33.8% presentó niveles bajos y solo dos participantes alcanzaron niveles
altos. En las dimensiones evaluadas, la satisfacción personal, la actitud prosocial y las habilidades de
relación interpersonal presentaron altos porcentajes de niveles bajos, mientras que el autocontrol tuvo
mayor prevalencia en el nivel medio, reflejando una mayor estabilidad en esta dimensión.
Los resultados revelan patrones significativos de riesgo emocional, con prevalencia de niveles
moderados de desesperanza, ansiedad y salud mental positiva. Las diferencias de género son notables,
con mayor representación femenina en los niveles más altos de afectación emocional. Además, el
contexto familiar y escolar, así como las características individuales, influyen en el bienestar emocional
de los participantes, destacando la necesidad de estrategias de intervención específicas para abordar
estas problemáticas en adolescentes.
SUGERENCIAS
Es fundamental como médicos familiares crear conciencia sobre los problemas de salud mental en
adolescentes, es importante informar a padres e hijos sobre la salud mental y como tener adecuada
salud mental. Promocionar la salud mental positiva enfocado en los seis dominios. Promover la
alimentación saludable, actividad física y recreativas. Reforzar la unión familiar e Informar a los padres
sobre síntomas de ansiedad, depresión.
pág. 5172
El médico familiar debe identificar clínicamente a los adolescentes con datos de depresión, ansiedad,
desesperanza y realizar la aplicación de test para su diagnóstico oportuno dependiendo del trastorno que
se sospeche. Necesitamos un manejo multidisciplinario formado por el médico familiar, psicología,
medicina preventiva y programas dirigidos para adolescentes, en nuestro hospital enfrentamos una gran
problemática ya que no contamos con servicio de psicología, ocasionando cierta limitación en la terapia
psicológica. No todos los casos ameritaran manejo a psiquiatría, únicamente en casos necesarios.
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