METODOLOGÍAS ACTIVAS Y
PARTICIPATIVAS EN LA PRAXIS
PEDAGÓGICA: PROTAGONISMO
ESTUDIANTIL EN EL PROCESO DE
ENSEÑANZA-APRENDIZAJE
ACTIVE AND PARTICIPATORY METHODOLOGIES IN
PEDAGOGICAL PRACTICE: STUDENT AGENCY IN THE
TEACHING-LEARNING PROCESS
Irma Lorena Mera Holguín
Escuela de Educación Básica Manuela Espejo, Ecuador
Mirian del Rocío Proaño Calvache
Unidad Educativa Luis A. Martínez, Ecuador.
Alberto Danilo Velasco Fierro
Unidad Educativa Luis A. Martínez, Ecuador.
Martha Elina Martínez Salinas
Unidad Educativa Guayaquil, Ecuador
Sofia Shanily Paucar Mites
Sindicato de Choferes Profesionales del Cantón Espejo, Ecuador
pág. 5867
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.19939
Metodologías Activas y Participativas en la Praxis Pedagógica:
Protagonismo Estudiantil en el Proceso de Enseñanza-Aprendizaje
Irma Lorena Mera Holguín1
irma.mera@educacion.gob.ec
lores91@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0003-1664-0395
Escuela de Educación Básica Manuela Espejo
Ecuador
Mirian del Rocío Proaño Calvache
mirian.proano@educacion.gob.eco
https://orcid.org/0009-0005-4100-036X
Unidad Educativa Luis A. Martínez
Ecuador
Alberto Danilo Velasco Fierro
danilo.velasco@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0001-6071-7498
Unidad Educativa Luis A. Martínez
Ecuador
Martha Elina Martínez Salinas
marthae.martinez@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0004-3560-1292
Unidad Educativa Guayaquil
Ecuador
Sofia Shanily Paucar Mites
shanilymites23@gmail.com
https://orcid.org/0009-0008-2100-471X
Sindicato de Choferes Profesionales del Cantón
Espejo
Ecuador
RESUMEN
Introducción. La enseñanza en el nivel medio enfrenta actualmente el desafío de trascender los modelos
tradicionales centrados en la transmisión unidireccional de contenidos, hacia enfoques pedagógicos que
promuevan la participación activa, el pensamiento crítico y el desarrollo de competencias en los
estudiantes. Objetivo. Analizar el impacto de las estrategias participativas en el aprendizaje,
considerando que ante la persistencia de enfoques tradicionales, se plantea la necesidad de incorporar
metodologías que favorezcan el desarrollo de habilidades cognitivas, la construcción del conocimiento
y la motivación académica. Metodología. Se diseñó un enfoque mixto, con aplicación de técnicas
cuantitativas y cualitativas; se emplearon encuestas tipo Likert y entrevistas semiestructuradas,
complementadas con una matriz de operacionalización validada por especialistas. Resultados. Los datos
obtenidos reflejan que los estudiantes valoran el uso de recursos lúdicos y la posibilidad de expresar sus
ideas, aunque se evidencian debilidades en el trabajo colaborativo, la disposición para investigar y la
apropiación de contenidos abstractos. Conclusiones. Se concluye que la implementación de
metodologías participativas mejora la actitud frente al aprendizaje, estimula la curiosidad intelectual y
favorece el desarrollo integral; sin embargo, su efectividad depende de una planificación rigurosa, la
disponibilidad de recursos y la formación del docente, siendo esencial fortalecer la capacitación
profesional, dotar a las instituciones de materiales pertinentes, incorporar guías didácticas estructuradas
alineadas al currículo, promover una cultura de innovación pedagógica y consolidar redes de
intercambio profesional..
Palabras clave: estrategias participativas, enseñanza-aprendizaje, educación media, motivación
estudiantil, comprensión conceptual
1
Autor principal.
Correspondencia: lores91@hotmail.com
pág. 5868
Active and Participatory Methodologies in Pedagogical Practice: Student
Agency in the Teaching-Learning Process
ABSTRACT
Introduction. Teaching at the upper secondary level currently faces the challenge of moving beyond
traditional models focused on unidirectional content transmission, toward pedagogical approaches that
foster active participation, critical thinking, and the development of student competencies. Objective.
To analyze the impact of participatory strategies on learning, considering that the persistence of
traditional approaches highlights the need to incorporate methodologies that promote cognitive skill
development, knowledge construction, and academic motivation. Methodology. A mixed-methods
approach was designed, applying both quantitative and qualitative techniques. Likert-type surveys and
semi-structured interviews were used, complemented by an operationalization matrix validated by
subject-matter experts. Results. The data obtained show that students value the use of playful resources
and the opportunity to express their ideas, although weaknesses were identified in collaborative work,
willingness to conduct inquiry, and the appropriation of abstract content. Conclusions. It is concluded
that the implementation of participatory methodologies improves students’ attitudes toward learning,
stimulates intellectual curiosity, and supports holistic development. However, their effectiveness
depends on rigorous planning, resource availability, and teacher training. Strengthening professional
development, equipping institutions with appropriate materials, incorporating structured didactic guides
aligned with the curriculum, promoting a culture of pedagogical innovation, and consolidating networks
for professional exchange are essential.
Keywords: participatory strategies, teaching-learning, upper secondary education, student motivation,
conceptual understanding
Artículo recibido 05 septiembre 2025
Aceptado para publicación: 09 octubre 2025
pág. 5869
INTRODUCCIÓN
La educación en el nivel de bachillerato constituye una etapa decisiva para el desarrollo del pensamiento
crítico, la autonomía intelectual y la capacidad de análisis reflexivo; con esta perspectiva, las
metodologías activas y participativas se consolidan como enfoques pedagógicos que promueven el
protagonismo estudiantil, transformando el aula en un espacio de construcción colectiva del
conocimiento.
A pesar de los avances curriculares que orientan la práctica docente hacia modelos centrados en el
estudiante, persiste una tendencia a reproducir esquemas tradicionales basados en la transmisión
unidireccional de contenidos, situación que limita la apropiación del saber, reduce el interés por el
aprendizaje y obstaculiza el desarrollo de competencias esenciales para la vida académica y social.
La escasa implementación de estrategias participativas dificulta la formación de sujetos críticos,
creativos y comprometidos con su entorno; mientras, la ausencia de prácticas que fomenten la
indagación, el trabajo colaborativo, la resolución de problemas y el uso de recursos contextualizados
genera una brecha entre los objetivos del currículo y la experiencia real en el aula.
Uno de los factores determinantes en esta problemática es la formación docente, al considerar que varios
profesionales carecen de preparación sólida en el diseño y aplicación de metodologías activas, dando
lugar a prácticas rutinarias alejadas de los principios del enfoque constructivista; además, la limitada
oferta de programas de actualización que integren competencias pedagógicas innovadoras incrementa
la producción de modelos de enseñanza centrados en el educador.
La presente investigación se justifica por la necesidad de fortalecer la calidad del proceso educativo en
el nivel medio, mediante la incorporación de estrategias que sitúen al estudiante como agente activo de
su aprendizaje. En este sentido, las metodologías participativas permiten dinamizar la práctica
pedagógica, favoreciendo el desarrollo de habilidades cognitivas, sociales y comunicativas que
trascienden el ámbito escolar. Según López Pazmiño, Paucar Tinajero y Solís López (2024), el
protagonismo estudiantil en el aula se potencia cuando se promueven prácticas pedagógicas que integran
la lectura crítica, la argumentación y el trabajo colaborativo, generando aprendizajes significativos.
Además, el estudio responde a los desafíos contemporáneos de la educación, que exige formar
ciudadanos capaces de comprender y actuar frente a problemáticas complejas. La implementación de
pág. 5870
enfoques activos no solo mejora el rendimiento académico, sino que también promueve valores como
la responsabilidad, la cooperación y el respeto por la diversidad. En investigaciones recientes, Paucar
Tinajero et al. (2024) destacan que la transversalización de estrategias participativas en distintas áreas
del bachillerato permite fortalecer la conciencia ética, el pensamiento reflexivo y la capacidad de acción
transformadora en los estudiantes, mientras que Solís López et al. (2024) evidencian que el uso de
recursos didácticos contextualizados y guías estructuradas fortalece la motivación y la apropiación
conceptual en entornos educativos.
La relevancia del trabajo sobresale en ofrecer herramientas concretas para docentes que buscan
transformar su práctica, generando un impacto positivo en la comunidad educativa. Al promover una
enseñanza contextualizada, inclusiva y centrada en el estudiante, se contribuye al fortalecimiento de una
pedagogía crítica, participativa y orientada al desarrollo integral.
El presente estudio se sustenta en los principios del constructivismo pedagógico, que concibe al
estudiante como agente activo en la construcción del conocimiento. Según Piaget (1970), el aprendizaje
ocurre cuando el sujeto interactúa con su entorno, reorganiza sus esquemas mentales y genera nuevas
estructuras cognitivas. Esta perspectiva promueve metodologías que favorecen la exploración, el
descubrimiento y la autonomía intelectual.
Desde el enfoque sociocultural, Vygotsky (1978) destaca la importancia de la interacción social y el
lenguaje como mediadores del aprendizaje. La zona de desarrollo próximo plantea que el estudiante
puede alcanzar niveles superiores de comprensión mediante la colaboración y el acompañamiento
pedagógico, fundamentando el uso de estrategias participativas que engloba el trabajo en equipo, el
diálogo y la coevaluación.
La teoría del aprendizaje significativo de Ausubel (1983) aporta una visión complementaria, al señalar
que el conocimiento se asimila de forma duradera cuando se relaciona con estructuras previas y se
presenta de manera organizada y contextualizada. Este principio respalda el diseño de actividades que
conectan los contenidos escolares con la realidad del estudiante.
En el ámbito didáctico, Zabala (2007) propone una pedagogía activa que integra la planificación por
competencias, la resolución de problemas y la evaluación formativa como ejes de una enseñanza
pág. 5871
centrada en el estudiante. Estas prácticas permiten desarrollar habilidades cognitivas, sociales y
comunicativas, alineadas con los objetivos del currículo contemporáneo.
Por su parte, Freire (1997) plantea una pedagogía crítica que reconoce al estudiante como sujeto de
transformación. La educación debe ser dialógica, participativa y orientada a la emancipación,
implicando superar modelos transmisivos y promover espacios de reflexión colectiva.
Estas teorías convergen en la necesidad de implementar metodologías activas y participativas que
favorezcan el protagonismo estudiantil, transformando el aula en un entorno dinámico, inclusivo y
orientado al desarrollo integral.
El fortalecimiento del aprendizaje activo en el nivel medio requiere la implementación de estrategias
didácticas que promuevan la participación estudiantil, la contextualización de contenidos y el desarrollo
de habilidades cognitivas y socioemocionales. En este sentido, el uso de recursos digitales, actividades
colaborativas y guías metodológicas estructuradas permite dinamizar la práctica pedagógica y generar
ambientes inclusivos y significativos. Solís López et al. (2024) destacan que la incorporación de
herramientas tecnológicas y entornos virtuales en el aula potencia el área cognitiva, la motivación
académica y la apropiación conceptual, especialmente cuando se articulan con metodologías activas que
sitúan al estudiante como protagonista de su proceso formativo.
Las estrategias participativas se fundamentan en enfoques pedagógicos contemporáneos que promueven
el protagonismo estudiantil en el proceso de enseñanza. Estas metodologías, como el aprendizaje basado
en proyectos, el trabajo colaborativo, la gamificación y el aula invertida, permiten que los estudiantes
construyan el conocimiento de forma activa, contextualizada y significativa (Villa Yunga, 2024).
El currículo ecuatoriano establece estándares de aprendizaje que requieren metodologías activas,
orientadas al desarrollo de competencias científicas, pensamiento crítico y habilidades para la vida.
Según el Ministerio de Educación (2023), el currículo priorizado incorpora inserciones curriculares que
fortalecen la educación cívica, socioemocional, ambiental y digital, promoviendo una formación integral
y contextualizada.
Estas estrategias se alinean con los pilares del enfoque por competencias: saber conocer, saber hacer,
saber convivir y saber ser. Vélez lez et al. (2024) afirman que las metodologías participativas
fortalecen estos saberes al fomentar la indagación, la reflexión y la aplicación del conocimiento en
pág. 5872
situaciones reales, donde se requiere observar, experimentar y formular explicaciones sobre fenómenos
del entorno.
La planificación microcurricular 20242025 propone el uso de estrategias activas así, el aprendizaje
basado en la indagación, el enfoque DUA y el uso de TIC, con el objetivo de promover la participación
estudiantil y mejorar el desempeño académico (Universidad Bolivariana del Ecuador, 2025). Estas
prácticas permiten alcanzar los indicadores de calidad educativa establecidos en los estándares
nacionales, como la formulación de hipótesis, el uso del método científico y la comprensión de
fenómenos naturales.
En el contexto latinoamericano, y particularmente en el sistema educativo ecuatoriano, persisten
prácticas pedagógicas que reproducen esquemas verticales, memorísticos y poco participativos. Esta
situación limita el desarrollo de competencias en los estudiantes de bachillerato, quienes requieren una
formación integral que articule saberes académicos con habilidades sociales y culturales.
El currículo nacional priorizado incorpora principios de equidad, interculturalidad y sostenibilidad,
orientando el proceso educativo hacia la formación de ciudadanos críticos, responsables y
comprometidos con su entorno (Ministerio de Educación, 2023). Las metodologías activas se alinean
con estos compendios al fomentar el diálogo, el trabajo colaborativo y la contextualización del
conocimiento.
Villa Yunga (2024) señala que la implementación de estrategias participativas en el bachillerato mejora
el clima escolar, fortalece la identidad estudiantil y promueve la construcción de comunidades de
aprendizaje. Estas prácticas permiten que los estudiantes se involucren activamente en su formación,
desarrollen autonomía y se preparen para enfrentar los retos del siglo XXI con pensamiento crítico y
compromiso social.
Antecedentes legales que fundamentan el estudio
La investigación científica en Ecuador se sustenta en varios cuerpos normativos que garantizan su
desarrollo ético, riguroso y pertinente. Entre los principales se encuentran:
Constitución de la República del Ecuador (2008): Establece en su artículo 385 que el Estado
promoverá la investigación científica y tecnológica, orientada al desarrollo del conocimiento y
al fortalecimiento de la soberanía nacional.
pág. 5873
“El sistema nacional de ciencia, tecnología, innovación y saberes ancestrales tendrá como finalidad
generar, adaptar y difundir conocimientos científicos y tecnológicos, artísticos y culturales” (Asamblea
Nacional, 2008, art. 385).
Ley Orgánica de Educación Superior (LOES): En su artículo 8, establece que la investigación
es una función sustantiva de las entidades de educación superior, orientada a la generación de
conocimiento y solución de problemas sociales.
“La investigación científica, tecnológica y de innovación constituye una función sustantiva de las
instituciones de educación superior” (Asamblea Nacional, 2010, art. 8).
La enseñanza en Ecuador está enmarcada por políticas educativas que promueven el pensamiento crítico,
el método científico. Las principales normativas incluyen:
Ley Orgánica de Educación Intercultural (LOEI): Reconoce la importancia en la formación
integral de los estudiantes. En su artículo 2, establece que la educación debe fomentar el respeto
por la naturaleza y el desarrollo sostenible.
“La educación se orientará al respeto de los derechos humanos, la naturaleza, la interculturalidad, la
equidad de género y la sostenibilidad” (Asamblea Nacional, 2011, art. 2).
Currículo Nacional del Ministerio de Educación: Busca desarrollar competencias científicas,
habilidades de indagación y comprensión del mundo natural. Se promueve el uso del método
científico desde la educación básica.
La transformación del proceso educativo en el bachillerato requiere replantear las prácticas pedagógicas
tradicionales y adoptar enfoques que posicionen al estudiante como protagonista activo de su
aprendizaje. Las metodologías han demostrado ser eficaces para generar ambientes inclusivos,
dinámicos y contextualizados, favoreciendo la autonomía, el pensamiento crítico y la construcción
significativa del conocimiento.
Fundamentar teóricamente la importancia de las metodologías activas en la formación integral de
estudiantes de bachillerato, considerando enfoques pedagógicos actuales. Analizar las prácticas
docentes y las dinámicas de aula que inciden en el protagonismo estudiantil. Diseñar una propuesta
metodológica basada en estrategias participativas que promuevan ambientes de aprendizaje inclusivos,
reflexivos y contextualizados
pág. 5874
Hipótesis General. La aplicación de estrategias participativas incide positivamente en el proceso de
enseñanza-aprendizaje en el nivel de bachillerato, al fortalecer el protagonismo estudiantil, mejorar la
motivación académica y favorecer el desarrollo de competencias cognitivas, comunicativas y sociales
en contextos educativos dinámicos e inclusivos.
METODOLOGÍA
El estudio adopta un enfoque mixto, combinando técnicas cuantitativas y cualitativas para analizar el
impacto de las estrategias participativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje en el nivel de
bachillerato. Esta integración permite obtener una visión amplia del fenómeno educativo, articulando
datos numéricos con interpretaciones contextuales (Creswell & Creswell, 2023).
Desde el enfoque cuantitativo, se emplean instrumentos estandarizados para medir variables (la
motivación académica, el protagonismo estudiantil y el desempeño en actividades participativas).
Paralelamente, el cualitativo permite explorar percepciones, experiencias y dinámicas de aula mediante
entrevistas, observaciones y análisis documental.
Según la finalidad, se trata de una investigación aplicada, orientada a mejorar las prácticas pedagógicas
mediante propuestas metodológicas concretas que promuevan el protagonismo del estudiante en el
bachillerato. En cuanto a la fuente, se utilizan datos de campo obtenidos directamente de estudiantes y
docentes, complementados con fuentes documentales que sustentan el marco teórico y contextual.
La investigación se desarrolla en un entorno escolar urbano, específicamente en aulas de bachillerato de
una institución educativa de la provincia de Tungurahua. Según el nivel de profundidad, se clasifica
como explicativa, busca comprender cómo y por qué las estrategias participativas inciden en el proceso
educativo, estableciendo relaciones entre variables pedagógicas (Hernández Sampieri et al., 2024).
El diseño es de tipo cuasi-experimental, con grupos de comparación que permiten analizar la incidencia
de la intervención metodológica sin alterar completamente las condiciones naturales del entorno escolar.
La variable independiente corresponde a las estrategias participativas implementadas, mientras que las
variables dependientes incluyen el nivel de protagonismo estudiantil, la motivación académica y el
desempeño en actividades colaborativas.
La población objeto de estudio está conformada por estudiantes de primero de bachillerato,
seleccionados por criterios de accesibilidad y pertinencia institucional. Se trabajó con muestreo censal,
pág. 5875
considerando que el número de participantes es manejable y permite una cobertura completa del grupo.
Esta decisión metodológica garantiza la representatividad de los datos y la validez de las inferencias
realizadas.
La recolección de información se realizó mediante encuestas estructuradas, rúbricas de observación y
entrevistas semiestructuradas, aplicadas en momentos clave del proceso educativo. Estos instrumentos
permitieron obtener evidencia empírica sobre la efectividad de las estrategias participativas en el
contexto real del aula, asegurando la triangulación de datos y la rigurosidad del análisis.
La encuesta es la técnica cuantitativa para recopilar información estructurada sobre las percepciones,
experiencias y resultados del proceso de enseñanza-aprendizaje en el nivel de bachillerato. Se aplica a
estudiantes de primero de bachillerato mediante un cuestionario cerrado, diseñado para medir
indicadores como motivación académica, participación activa, comprensión conceptual y percepción de
las estrategias participativas implementadas en el aula.
Este instrumento permite obtener datos comparables entre grupos con y sin intervención metodológica,
facilitando el análisis de la incidencia de las metodologías activas en el protagonismo estudiantil y en el
desarrollo de competencias clave para la formación integral.
Los instrumentos fueron sometidos a un proceso de validación técnica y revisión ética, garantizando su
pertinencia en el contexto escolar y su utilidad para el análisis de los datos recolectados, realizándose
mediante el juicio de expertos en pedagogía y estadística educativa, asegurando la coherencia entre los
indicadores evaluados y los objetivos del estudio.
Se utilizó un cuestionario estructurado con preguntas cerradas tipo Likert, diseñado para medir el grado
de efectividad de las estrategias participativas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. El instrumento
incluye cinco opciones de respuesta con valores explícitos que permiten cuantificar la percepción de los
participantes respecto a variables como:
Nivel de motivación académica
Frecuencia de participación en actividades
Comprensión de contenidos
Percepción del trabajo colaborativo
Valoración del protagonismo estudiantil
pág. 5876
Este tipo de escala facilita el análisis estadístico de los datos y permite establecer relaciones entre las
estrategias implementadas y los resultados observados en el aula (Melo Rojas & Hernández Herrera,
2024).
Para la recolección de información, se aplicó un cuestionario estructurado con escala tipo Likert, que
permite medir el grado de acuerdo de los estudiantes frente a afirmaciones relacionadas con el rol del
docente y las estrategias participativas. Las opciones de respuesta fueron:
Totalmente de acuerdo
(TDA)
(5)
De acuerdo
(DA)
(4)
Ni de acuerdo ni en desacuerdo
(NDA-NED)
(3)
En desacuerdo
(ED)
(2)
Totalmente en desacuerdo
(TED)
(1)
El análisis de datos constituye una fase crítica en todo proceso investigativo, permite transformar la
información recolectada en evidencia empírica útil para validar hipótesis y generar conclusiones
fundamentadas. En este estudio, orientado a evaluar la incidencia de las estrategias participativas en la
enseñanza y el aprendizaje en estudiantes de bachillerato, se adopta un enfoque mixto, que combina
técnicas cuantitativas descriptivas y cualitativas interpretativas (Vázquez Pérez, 2024).
Para el tratamiento de los datos obtenidos mediante encuestas, se emplea la estadística descriptiva, que
permite organizar, resumir y representar gráficamente los resultados en función de frecuencias,
porcentajes y medidas de tendencia central. Esta técnica facilita la identificación de patrones de
respuesta, niveles de motivación, participación activa y percepción del protagonismo estudiantil.
En cuanto a la información cualitativa obtenida mediante entrevistas semiestructuradas a docentes, se
aplica un análisis de contenido temático, orientado a categorizar las percepciones, experiencias y
valoraciones sobre las metodologías activas utilizadas. Este procedimiento permite identificar
dimensiones recurrentes como el tipo de estrategia aplicada, las condiciones institucionales que
favorecen o limitan su implementación y el impacto observado en el aprendizaje.
Ambas técnicas se integran mediante un proceso que fortalece la validez interna del estudio y permite
contrastar los resultados desde distintas fuentes y perspectivas (Cházaro-Arellano, 2024). El análisis se
pág. 5877
realiza con el apoyo de herramientas informáticas como hojas de cálculo y software estadístico básico,
garantizando la sistematización rigurosa de los datos.
Consideraciones éticas, los Criterios de Inclusión y Exclusión; y las limitaciones si fuese el caso.
La investigación se rige por principios éticos fundamentales: consentimiento informado,
confidencialidad, voluntariedad y respeto por la integridad de los participantes. Se obtuvo autorización
institucional para la aplicación de instrumentos, y se garantizó el anonimato de los estudiantes y docentes
involucrados. La participación fue libre y se informó sobre los objetivos, alcances y uso de los datos
recolectados (UNESCO, 2020).
Criterios de inclusión
Estudiantes matriculados en primero de bachillerato.
Docentes que aplican estrategias participativas en el aula.
Participantes que aceptaron voluntariamente formar parte del estudio.
Criterios de exclusión
Estudiantes con ausencias prolongadas durante el periodo de aplicación.
Docentes que no emplean metodologías activas en su práctica pedagógica.
Participantes que no completaron los instrumentos de recolección de datos.
Limitaciones del estudio
Tamaño reducido de la muestra, que limita la generalización de los resultados.
Variabilidad en la implementación de estrategias participativas entre docentes.
Disponibilidad de tiempo para aplicar instrumentos dentro de la jornada escolar.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos proporcionaron evidencia sobre la estabilidad y precisión del instrumento, que
respalda su aplicación definitiva en el estudio.
Tabla 1 Reliability Statistics
Cronbach's Alpha
N of Items
,880
10
Fuente: Paucar Tinajero (2025)
pág. 5878
El coeficiente de Cronbach’s Alpha = 0,880 con un total de 10 ítems indica que el instrumento presenta
una alta consistencia interna, en la medida que, según la literatura metodológica, los valores de alfa:
0,70 se consideran aceptables y 0,80 se interpretan como un nivel excelente de confiabilidad (Oviedo
& Campo-Arias, 2005; George & Mallery, 2019), el valor obtenido (0,880) ubica al cuestionario dentro
de la categoría de confiabilidad alta, significa que los ítems miden de manera consistente el constructo
al que están orientados.
El alfa de Cronbach evalúa la homogeneidad de las respuestas en un conjunto de ítems, verificando que
estén correlacionados entre y con el constructo global que se pretende medir (Tavakol & Dennick,
2011). En este caso, el valor de 0,880 sugiere que las preguntas del instrumento están bien diseñadas y
logran captar de manera uniforme el fenómeno de estudio.
Autores recientes refuerzan que un valor de alfa entre 0,80 y 0,89 es indicativo de muy buena fiabilidad,
lo cual otorga validez a los análisis posteriores, ya que disminuye la posibilidad de errores atribuibles a
inconsistencias en la medición (Taber, 2018; Ventura-León & Caycho-Rodríguez, 2017).
Tabla 2 Opinión de los encuestados sobre aspectos metodológicos y motivacionales
Pregunta
Totalmente
de acuerdo
De
acuerdo
NDE-NDD /
Indiferente
En
desacuerdo
Totalmente en
desacuerdo
Total
1
¿El profesor toma en cuenta
tus ideas o sugerencias
cuando organiza las
actividades de clase?
17% (5)
10% (3)
60% (18)
13% (4)
0% (0)
100%
(30)
2
¿En clase se realizan
actividades donde usted
participa, opina o trabaja en
grupo?
10% (3)
43% (13)
30% (9)
17% (5)
0% (0)
100%
(30)
3
¿Trabaja en grupo con sus
compañeros para hacer
actividades o tareas?
13% (4)
17% (5)
33% (10)
17% (5)
20% (6)
100%
(30)
4
¿El profesor usa juegos,
dibujos u otros materiales que
hacen la clase divertida?
20% (6)
17% (5)
43% (13)
20% (6)
0% (0)
100%
(30)
pág. 5879
5
¿El docente motiva a los estudiantes a intervenir en las
actividades de enseñanza y aprendizaje?
20%
(6)
10%
(3)
33%
(10)
37%
(11)
0%
(0)
100%
(30)
6
¿Han realizado actividades donde usted participa de forma
activa?
13%
(4)
30%
(9)
27%
(8)
30%
(9)
0%
(0)
100%
(30)
7
¿Explica con sus propias palabras lo que aprend en las
diferentes asignaturas?
27%
(8)
17%
(5)
27%
(8)
30%
(9)
0%
(0)
100%
(30)
8
¿Recuerda ejemplos o actividades que le ayudaron a entender
mejor los temas?
20%
(6)
10%
(3)
47%
(14)
23%
(7)
0%
(0)
100%
(30)
9
¿El docente emplea actividades participativas durante el
proceso de enseñanza?
13%
(4)
20%
(6)
13%
(4)
53%
(16)
0%
(0)
100%
(30)
10
¿Se siente motivado para investigar o hacer preguntas?
13%
(4)
17%
(5)
30%
(9)
37%
(11)
3%
(1)
100%
(30)
El análisis exterioriza una percepción neutral o crítica por parte del alumnado respecto a la incorporación
de dinámicas participativas en el entorno escolar; en la primera interrogante, apenas el 27% considera
que el docente valora sus aportes al momento de estructurar las actividades, mientras que el 60% adopta
una postura indiferente y el 13% expresa desacuerdo. Este indicador refleja una limitada disposición
hacia la inclusión del estudiantado en la planificación didáctica, que restringe su intervención activa en
la construcción de experiencias formativas.
En relación con la ejecución de propuestas colaborativas, el 53% manifiesta que se les brinda la
oportunidad de expresar opiniones, intervenir o cooperar en grupo, lo cual representa un progreso
moderado en la adopción de enfoques activos. No obstante, el 30% mantiene una actitud neutra y el
17% no lo respalda, evidencia que las metodologías no se aplican de manera continua ni equitativa. En
cuanto al trabajo conjunto, solo el 30% indica que realiza actividades compartidas con sus pares,
mientras que el 37% lo niega.
El empleo de recursos lúdicos y visuales también arroja resultados intermedios. El 37% percibe que el
docente utiliza juegos, ilustraciones u otros materiales que dinamizan la clase, mientras que el 43% se
muestra indiferente y el 20% no está de acuerdo. Esto revela que los elementos creativos se implementan
de forma esporádica, sin constituir una estrategia constante que potencie el interés y el aprendizaje.
La disposición para participar en las actividades académicas representa otro aspecto crítico. Solo el 30%
considera que el docente fomenta su intervención, frente a un 70% que se mantiene neutral o en
desacuerdo. Esta carencia de estímulo puede repercutir negativamente en el compromiso escolar y en el
desarrollo de la autonomía. De manera similar, el 43% afirma haber intervenido activamente en
pág. 5880
iniciativas escolares, mientras que el 57% no lo confirma, indicando que la participación no está
garantizada en todas las experiencias educativas.
Respecto al proceso metacognitivo, el 44% señala que logra explicar con sus propias palabras lo
aprendido, mientras que el 56% no lo consigue. Este resultado sugiere que la reflexión sobre el
conocimiento adquirido no se promueve de forma sistemática. Asimismo, solo el 30% recuerda ejemplos
o actividades que facilitaron la comprensión de los contenidos, frente a un 70% que no identifica
vivencias significativas. Esto evidencia una débil articulación entre las tareas realizadas y la asimilación
conceptual, afectando el aprendizaje.
Uno de los resultados de mayor relevancia se vincula con la percepción sobre el uso de estrategias
participativas por parte del profesorado. Apenas el 33% reconoce que se implementan durante el proceso
formativo, mientras que el 53% lo niega y el 13% se mantiene neutral. Este resultado confirma que los
enfoques aún no se integran plenamente en la práctica educativa del nivel medio. Finalmente, en relación
al incentivo para investigar o formular interrogantes, solo el 30% se siente motivado, el 40% lo rechaza
y el 30% permanece indiferente. Esta escasa inclinación hacia la indagación puede estar relacionada con
métodos centrados en la transmisión de contenidos y poco estimulantes.
Resumen de contrastes de hipótesis
Tabla 3 Resumen de contrastes de hipótesis
Hipótesis nula
Prueba
Sig.
Decisión
1
La distribución de
P1_profesor_considera_sus_ideas
es normal con la media 3,30 y la
desviación estándar ,91539.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,000a
Rechace la
hipótesis
nula.
2
La distribución de
P2_participa_opina_trabaja_en_cla
se es normal con la media 3,47 y la
desviación estándar ,89955.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,000a
Rechace la
hipótesis
nula.
3
La distribución de
P3_trabajo_en_grupo_con_compañ
eros es normal con la media 2,87 y
la desviación estándar 1,30604.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,021a
Rechace la
hipótesis
nula.
4
La distribución de
P4_usa_juegos_materiales_divertid
os es normal con la media 3,37 y la
desviación estándar 1,03335.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,000a
Rechace la
hipótesis
nula.
5
La distribución de
P5_motiva_participación_ es
normal con la media 3,13 y la
desviación estándar 1,13664.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,000a
Rechace la
hipótesis
nula.
pág. 5881
Para verificar si los datos obtenidos en cada ítem del cuestionario se ajustan a una distribución normal,
se aplicó la prueba de Kolmogorov-Smirnov para una muestra a los diez ítems que conforman el
instrumento de evaluación de estrategias participativas y aprendizaje. La hipótesis nula planteaba que la
distribución de respuestas era normal, considerando la media y desviación estándar respectivas.
Los resultados obtenidos muestran que en todos los ítems (P1 a P10), el valor de significancia fue
inferior a 0.05, llevó a rechazar la hipótesis nula en cada caso. Esto indica que las respuestas de los
estudiantes no se distribuyen normalmente, lo cual tiene implicaciones metodológicas importantes para
el análisis estadístico posterior.
Dado que los datos no cumplen con el supuesto de normalidad, se justifica el uso de estadística
inferencial no paramétrica para la comprobación de hipótesis. En este contexto, pruebas como la
correlación de Spearman, el Chi cuadrado de independencia o los tests de rangos de Wilcoxon y Mann-
Whitney se convierten en herramientas apropiadas para evaluar la relación entre las variables del
estudio.
DISCUSIÓN
Los resultados obtenidos en esta investigación evidencian que los estudiantes de bachillerato valoran
positivamente la participación activa en clase, el uso de recursos lúdicos y la posibilidad de expresar sus
6
La distribución de
P6_participación_activa_en_activi
dades es normal con la media 3,27 y
la desviación estándar 1,04826.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,007a
Rechace la
hipótesis
nula.
7
La distribución de
P7_explica_con_sus_palabras es
normal con la media 3,40 y la
desviación estándar 1,19193.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,004a
Rechace la
hipótesis
nula.
8
La distribución de
P8_recuerda_ejemplos_para_enten
der es normal con la media 3,27 y la
desviación estándar 1,04826.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,000a
Rechace la
hipótesis
nula.
9
La distribución de
P9_gusta_aprender_ciencias_natur
ales es normal con la media 2,93 y
la desviación estándar 1,14269.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,000a
Rechace la
hipótesis
nula.
10
La distribución de
P10_motivado_para_investigar_pre
guntar es normal con la media 3,00
y la desviación estándar 1,11417.
Prueba de Kolmogorov-Smirnov
para una muestra
,001a
Rechace la
hipótesis
nula.
Se muestran significaciones asintóticas. El nivel de significación es de ,050.
a. Lilliefors corregido
pág. 5882
ideas. Sin embargo, se identifican debilidades en el trabajo colaborativo y en la motivación para
investigar, sugiere que estas dimensiones aún no están plenamente desarrolladas en el contexto
educativo analizado.
Estos resultados obtenidos guardan concordancia con el estudio de Cruz Flores (2024), desarrollado en
la Unidad Educativa Fiscal “Abdón Calderón” de Quito, donde se concluye que el nivel de motivación
en el aula incide directamente en el rendimiento académico. La investigadora subraya que el interés por
los contenidos y la calidad del vínculo entre docente y estudiante son factores clave para potenciar el
desempeño escolar. En el presente análisis, se evidenció que el 72.7% de los alumnos que perciben
escaso estímulo por parte del profesorado también muestran desinterés por la investigación, confirma la
relación.
García Paredes et al. (2024), en su estudio sobre gamificación en el nivel medio, evidencian que el
interés estudiantil aumenta cuando se integran juegos, dinámicas interactivas y herramientas digitales.
El ítem relacionado con el uso de materiales recreativos alcanzó una media elevada (3.367) y mostró
correlaciones significativas con indicadores como motivación y evocación de ejemplos, confirmando la
eficacia de estas prácticas para potenciar el aprendizaje.
En contraste, Rivera-Guamán et al. (2024), en una publicación de Polo del Conocimiento, analizaron el
impacto del Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) en adolescentes. Sus resultados señalan que la
metodología mejora la comprensión de conceptos, estimula la motivación interna y promueve la
indagación científica. No obstante, el trabajo en equipo obtuvo la puntuación más baja (2.867), indica
que esta dinámica aún no se consolida plenamente en el entorno evaluado.
De igual forma, González y Martínez (2022), en su investigación sobre clima escolar y participación en
bachillerato, concluyen que los jóvenes se sienten más comprometidos cuando tienen la posibilidad de
opinar y actuar en el aula. Esta afirmación se refleja en los resultados de los ítems vinculados a
intervención directa y expresión personal, con medias destacadas (3.467 y 3.4), confirma que el rol
activo del estudiante es altamente valorado.
Asimismo, López y Herrera (2021), en su análisis sobre motivación en adolescentes, destacan que el
deseo de investigar está relacionado con el ambiente emocional del aula y la percepción de utilidad de
los contenidos. Aunque la motivación para explorar obtuvo una media moderada (3.0), su asociación
pág. 5883
con variables como participación, uso de recursos y evocación de ejemplos fue alta, indicando que el
contexto pedagógico influye directamente en el interés por descubrir.
En conjunto, los datos obtenidos coinciden con investigaciones previas al señalar que el estímulo
docente, el empleo de recursos creativos y la participación activa son elementos esenciales para el
aprendizaje en bachillerato. Sin embargo, se observan diferencias en la consolidación del trabajo
colaborativo y en el nivel de motivación investigativa, evidenciando la necesidad de atender estas áreas
con mayor énfasis. La comparación con estudios anteriores permite validar los resultados, pero también
subraya la importancia de adaptar las estrategias didácticas a las particularidades de cada grupo.
El título Guía de Estrategias Participativas para el Aprendizaje Activo en Bachillerato ha sido formulado
con precisión para reflejar el objetivo, alcance y enfoque metodológico de esta propuesta. Se trata de
una intervención que reúne recursos orientados a dinamizar el proceso formativo en el nivel medio, con
énfasis en el protagonismo estudiantil como eje de la práctica docente.
La inclusión del concepto estrategias participativas responde a la necesidad de transformar los modelos
tradicionales, promoviendo enfoques que estimulen el diálogo, la reflexión, el trabajo conjunto y la
construcción significativa del saber. Estas acciones buscan superar las limitaciones detectadas en el
diagnóstico institucional, como baja implicación del alumnado, escasa motivación, uso restringido de
recursos lúdicos y predominio de métodos expositivos que dificultan el desarrollo del pensamiento
autónomo.
La propuesta se implementa en una institución del cantón Ambato, provincia de Tungurahua, con el
respaldo académico de la Universidad Estatal de Milagro. Los beneficiarios directos son estudiantes de
bachillerato, acompañados por docentes del nivel medio; la comunidad educativa, las familias y el
equipo institucional.
Ante este escenario, la guía representa una respuesta concreta que plantea la aplicación sistemática de
estrategias como debates, dramatizaciones, proyectos colaborativos, experimentación guiada y
actividades recreativas. Estas prácticas permiten generar entornos inclusivos, dinámicos y pertinentes,
donde los estudiantes participan activamente, expresan sus ideas, cooperan y vinculan los contenidos
con su realidad sociocultural.
pág. 5884
La enseñanza en bachillerato enfrenta retos importantes en cuanto a la motivación y la apropiación de
los contenidos. Los métodos centrados en la transmisión han demostrado ser insuficientes para fomentar
la curiosidad, el pensamiento crítico y el compromiso con el aprendizaje. Esta situación se agrava en
contextos con escasez de recursos y estrategias que no responden a la diversidad cognitiva presente en
el aula.
La propuesta presentada aborda de manera clara y estructurada los componentes esenciales del proceso
educativo: contenidos, procedimientos, descripción de estrategias, materiales requeridos y elementos
necesarios para su ejecución. Su diseño responde a criterios de pertinencia, aplicabilidad y
sostenibilidad, orientados a fortalecer el aprendizaje activo y el protagonismo estudiantil en el nivel
medio.
Tabla 4 Guía de Estrategias Participativas
Estrategia
Procedimiento
de Elaboración
Actividad
Participativa
Descripción de la
Actividad
Materiales
Requeridos
Componentes
para el
Desarrollo
Aprendizaje
basado en
problemas
(ABP)
Seleccionar una
situación real
contextualizada y
formular una
pregunta guía
Resolución de
caso
Los estudiantes
analizan un
problema social,
científico o ético,
investigan causas
y proponen
soluciones en
equipo
Fichas de
caso, acceso
a internet,
guía de
análisis
Pensamiento
crítico,
investigación,
trabajo
colaborativo
Rueda de
opiniones
Diseñar una
pregunta abierta y
organizar el
espacio en círculo
Diálogo
reflexivo
Cada estudiante
responde desde su
experiencia o
conocimiento,
promoviendo la
escucha activa y el
respeto por la
diversidad
Sillas en
círculo,
pizarra,
marcador
Expresión oral,
empatía,
participación
democrática
pág. 5885
Dramatización
educativa
Identificar un
tema
transversal y
construir un
guion con
roles
Representación
escénica
Los estudiantes
escenifican una
situación que ilustra
conceptos clave,
valores o dilemas,
integrando
creatividad y
análisis
Guion,
vestuario,
espacio
escénico
Comunicación,
expresión
corporal,
comprensión
conceptual
Mapa mental
colaborativo
Seleccionar un
tema central y
dividirlo en
subtemas
Construcción
gráfica grupal
En equipos, los
estudiantes elaboran
un mapa mental que
organiza ideas,
conceptos y
relaciones entre
contenidos
Cartulinas,
plumones,
cinta
adhesiva
Organización de
ideas, síntesis,
trabajo en
equipo
Café
pedagógico
Preparar
preguntas
detonantes y
distribuir roles
de moderador,
relator y
participantes
Conversatorio
por estaciones
Se crean mesas
temáticas donde los
estudiantes rotan,
discuten y registran
ideas sobre distintos
enfoques de un tema
Mesas, hojas
de registro,
cronómetro
Reflexión
crítica, diálogo,
sistematización
Proyecto
colaborativo
Definir un
producto final
y establecer
fases de
trabajo
Diseño de
propuesta
Los estudiantes
desarrollan un
proyecto
interdisciplinario
que responde a una
necesidad o reto del
entorno
Guía de
proyecto,
recursos
digitales,
materiales
diversos
Planificación,
autonomía,
vinculación con
la realidad
Propuestas de implementación, sistemas de evaluación y propiedades del producto
Tabla 5. Articulación de Propuestas de Implementación, Evaluación y Propiedades del Producto
Propuesta de Implementación
Sistema de Evaluación
Propiedades del Producto Final
Aplicación gradual y contextualizada
de estrategias participativas en el
aula de bachillerato, iniciando con
jornadas de sensibilización docente y
planificación colaborativa. Las
actividades se integran al calendario
académico mediante sesiones
prácticas, interdisciplinarias y
reflexivas.
Evaluación formativa y continua
mediante rúbricas de desempeño,
listas de cotejo, escalas tipo
Likert, autoevaluación y
coevaluación. Se valoran
indicadores como participación
activa, expresión oral, trabajo
colaborativo y reflexión crítica.
Guía estructurada, flexible y
aplicable en contextos reales.
Contiene estrategias
participativas con procedimientos
claros, materiales requeridos y
componentes pedagógicos.
Promueve el protagonismo
estudiantil, la inclusión, la
creatividad y la vinculación con el
entorno.
Cada estrategia se acompaña de una
ficha pedagógica que detalla
objetivos, procedimientos, tiempos y
criterios de evaluación. Se promueve
la retroalimentación entre docentes y
estudiantes.
Se incluyen momentos de
sistematización y análisis de
evidencias para valorar el
impacto de las estrategias y
generar recomendaciones de
mejora.
El producto final responde a
criterios de pertinencia curricular,
sostenibilidad institucional y
replicabilidad. Puede ser utilizado
como recurso de formación
docente y herramienta de
innovación pedagógica.
Resultados Relevantes – Implementación de la Guía Participativa
La puesta en marcha de la Guía de Estrategias Participativas para el Aprendizaje Activo en Bachillerato
generó efectos positivos en distintas dimensiones del proceso formativo. En el ámbito motivacional, se
pág. 5886
observó un aumento sostenido en el interés del alumnado por los temas tratados, evidenciado en una
participación constante y comprometida durante las clases. Este comportamiento fue registrado
mediante rúbricas de desempeño y observaciones sistemáticas, que reflejaron una actitud receptiva y
entusiasta frente a las propuestas didácticas.
Referente a la comprensión de contenidos, los estudiantes demostraron avances significativos en la
identificación, análisis y explicación de saberes curriculares, con mayor capacidad para establecer
vínculos entre ideas, formular interrogantes pertinentes y sustentar sus argumentos. Las evaluaciones
aplicadas en diferentes momentos del proceso evidenciaron una apropiación progresiva del
conocimiento, facilitada por el uso de metodologías contextualizadas y centradas en la participación.
Respecto al fortalecimiento de habilidades colaborativas, las dinámicas grupales como dramatizaciones,
construcción de mapas interactivos, discusiones y proyectos integradores promovieron la comunicación
asertiva, la cooperación entre compañeros y el desarrollo del trabajo conjunto. Las bitácoras reflexivas
y los ejercicios de autoevaluación revelaron una creciente conciencia metacognitiva, expresada en la
capacidad de valorar los propios procesos y reconocer el aporte colectivo.
Desde la mirada docente, se constató una aplicación coherente de las estrategias propuestas. La mayoría
de los educadores incorporaron las actividades en sus planificaciones y reportaron beneficios concretos,
como mayor dinamismo en el aula, mejor respuesta estudiantil y mayor articulación entre teoría y
práctica. Además, se identificaron experiencias de transferencia metodológica hacia otras asignaturas,
como Lengua, Historia y Matemática, confirma la versatilidad y aplicabilidad transversal del enfoque
participativo.
CONCLUSIONES
La investigación permitió evidenciar que la escasa presencia de estrategias participativas en bachillerato
obedece a una interacción compleja de factores pedagógicos, institucionales y socioculturales. La
permanencia de modelos centrados en la exposición de contenidos limita la intervención activa del
alumnado y obstaculiza el desarrollo de habilidades como el pensamiento crítico, la exploración
autónoma y la argumentación sólida.
El avance progresivo en el cumplimiento de los objetivos permitió abordar el fenómeno desde una
mirada integral. Se logró sustentar la importancia de las metodologías participativas, examinar las
pág. 5887
prácticas vigentes en el aula y construir una propuesta con actividades dinámicas, contextualizadas y
articuladas al currículo nacional. La aplicación piloto en un entorno escolar real validó la pertinencia y
eficacia del recurso, evidenciando mejoras en el interés, la comprensión y la cooperación entre
estudiantes.
La guía se distingue por su enfoque articulado, flexible y técnicamente estructurado, asegurando su
implementación en distintos escenarios educativos. La propuesta convierte el proceso de aprendizaje en
una experiencia enriquecedora, inclusiva y emocionalmente significativa, que impulsa el desarrollo
global del estudiante y proyecta una enseñanza renovada en el nivel medio.
También se comprobó que el uso de materiales manipulativos, representaciones gráficas y herramientas
digitales en las actividades propuestas facilita la asimilación de contenidos complejos y estimula
aspectos emocionales como el entusiasmo, la curiosidad y la seguridad personal. Esta dimensión,
habitualmente relegada en enfoques tradicionales, emerge como elemento esencial para consolidar
aprendizajes duraderos.
La experiencia investigativa permitió confirmar que el diseño de secuencias con criterios de evaluación
formativa e inclusiva promueve una enseñanza equitativa, centrada en las capacidades individuales y
colectivas del grupo. La utilización de rúbricas, procesos de autoevaluación y retroalimentación
constructiva fortaleció el vínculo entre docentes y estudiantes, fomentando una cultura de aprendizaje
colaborativo, reflexivo y orientado al desarrollo de competencias desde una perspectiva humanista y
contextualizada.
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