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INTRODUCCIÓN
El machismo sexual y reproductivo limita la autonomía femenina, refuerza desigualdades de género,
desalienta el uso de métodos anticonceptivos y vulnera los derechos sexuales y reproductivos de mujeres
y niñas (Mamani et al. 2024). A nivel global, se expresa en prácticas como la mutilación genital
femenina (200 millones de afectadas en 30 países) y el matrimonio infantil forzado (700 millones de
niñas, 250 millones antes de los 15 años), así como en la violencia machista, que afecta a una de cada
tres mujeres y alcanza su forma más extrema en el feminicidio, con 48 800 víctimas registradas y un
costo económico estimado en 1,5 billones de dólares (Organización de las Naciones Unidas Mujeres,
2016).
En América Latina, más de la mitad de los hombres controla el uso de anticonceptivos de sus parejas,
lo que contribuye a que el 56% de las mujeres quedara embarazada sin usarlos en los cinco años previos
a la concepción (Organización Mundial de la Salud). Una de cada tres mujeres ha sufrido violencia física
o sexual y se registran 3 000 feminicidios por parejas o exparejas (Pantzer y Acuña, 2019). Entre varones
adolescentes, seis de cada diez consideran los celos como una muestra de amor, el 65% interpreta el
rechazo sexual como consentimiento, el 70% responsabiliza a la mujer por acoso debido a su vestimenta
y el 40% justifica relaciones sexuales con mujeres inconscientes si han bebido alcohol (Ruiz y Garrido,
2018).
En Perú, el arraigo del machismo es alto: el 39% de los hombres rechaza el uso de anticonceptivos y
persisten narrativas que culpan a las víctimas y minimizan la violencia sexual (Ministerio de la Mujer y
Poblaciones Vulnerables, 2019). En 2023, se registraron 16 632 delitos de violencia sexual, el 43%
contra mujeres y adolescentes (Instituto Nacional de Estadística e Informática). En Huánuco, el 53,8%
de las mujeres ha sufrido violencia de género, principalmente mediante celotipia y control psicológico-
sexual. En el ámbito escolar, adolescentes varones reproducen estas conductas a través de insultos,
imposición de roles pasivos a las mujeres y fomento de la sexualidad dominante masculina, reforzando
la desigualdad y la subordinación femenina.
La presente investigación es importante porque aborda el machismo sexual y reproductivo en
adolescentes, una problemática que vulnera derechos, perpetúa la violencia de género y refuerza la
desigualdad. En Huánuco, donde estas actitudes están arraigadas en el ámbito escolar, implementar un