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INTRODUCCIÓN
La sostenibilidad no basta con teorías ni fórmulas, sino que se construye con acciones reales, con lo que
hacemos cada día, brota del territorio cuando una comunidad decide cuidarlo, reconociendo que el
compromiso con el entorno nace de la práctica. En la Institución Educativa Totarco Dinde, comunidad
indígena rural del sur del Tolima, esa decisión tomó forma a través del proyecto Árboles para la Vida,
una experiencia educativa que convirtió la reforestación en práctica pedagógica, cultural y ecológica.
Este artículo analiza los efectos formativos, comunitarios y ambientales de dicha intervención,
articulando el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP), la recuperación de saberes ancestrales y la
participación comunitaria como respuesta a problemáticas como la deforestación, la degradación del
suelo y la pérdida de biodiversidad.
El problema que establece este estudio es doble, por un lado, la degradación ambiental en zonas de
bosque seco tropical, expresada en pérdida de cobertura vegetal, suelos exhaustos y biodiversidad
amenazada (Municipio de Coyaima, s. f.-a); por otro, la escasez de experiencias que documenten cómo
una intervención educativa puede transformar hábitos, valores y dinámicas ambientales en contextos
rurales. Moreno Henao y Bermeo (2017) advierten que el monocultivo intensivo y el uso de
agroquímicos han alterado los equilibrios ecológicos en Coyaima, sin que existan suficientes respuestas
pedagógicas contextualizadas.
Ante este panorama, resulta urgente repensar el papel de los entornos educativos rurales como motores
de prácticas sostenibles, destacando su relevancia pedagógica y socioecológica. En lo pedagógico, se
plantea la necesidad de un currículo que conecte saberes previos con problemas reales del contexto,
condición esencial para el aprendizaje significativo (Ausubel, 1968). En lo socioecológico, restaurar la
cobertura vegetal y mejorar suelos contribuye a mitigar el cambio climático, reducir olas de calor y
recuperar hábitats locales (IPCC, 2021). En este sentido, las iniciativas educativas en territorios rurales
se entienden como plataformas de articulación entre objetivos formativos y metas ecosistémicas y
culturales (Meza Salcedo, Mesa & del Basto, 2024).
En consecuencia, estas experiencias formativas en territorios rurales requieren ser sustentadas en
enfoques pedagógicos centrados en la construcción activa del conocimiento y la interacción social. El
estudio se apoya en teorías del aprendizaje que promueven la experiencia compartida, la colaboración y