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RESULTADOS 
Tras la revisión documental y el análisis de las medidas implementadas en el contexto del retorno seguro 
a clases presenciales (2022–2026), se observa que existe una alta expectativa sobre la presencialidad, 
tanto por parte de docentes como de estudiantes y padres de familia. Si bien se han establecido medidas 
para  reducir  el  riesgo  de  contagio,  como  el  uso  obligatorio  de  mascarillas,  higiene  de  manos, 
distanciamiento  físico  y  ventilación  de  espacios,  los  hallazgos  indican  que  la  efectividad  de  estas 
acciones depende en gran medida de un cambio cultural orientado al autocuidado y la responsabilidad 
individual desde la infancia y adolescencia. 
Se  constata  que  las  recomendaciones  de  la  UNICEF,  centradas  en  distanciamiento,  higiene  y 
escalonamiento  de  actividades,  coinciden  con  las  directrices  del  COE  Nacional  y  el  Ministerio  de 
Educación, que enfatizan la obligatoriedad de planes institucionales de continuidad educativa (PICE), 
protocolos de  bioseguridad, aislamiento  temporal  en casos sospechosos y  organización  de espacios 
abiertos y cerrados para la ventilación. Esta coherencia evidencia una articulación interinstitucional 
sólida que busca garantizar la seguridad integral de los estudiantes y personal educativo. 
Por  otra  parte,  el  análisis  de  las  recomendaciones  de  The  Conversation  resalta  que,  además  de  la 
seguridad física, es crucial atender el impacto psicológico y social del uso de mascarillas, fomentando 
habilidades  de  comunicación,  empatía  y  expresión  no  verbal.  Esto  es  fundamental  para  que  los 
estudiantes puedan adaptarse a la presencialidad sin que el uso de mascarillas limite su interacción 
social ni su desarrollo psicosocial. 
Asimismo, la implementación de tecnologías educativas al inicio del período 2025–2026 ha mostrado 
un alto potencial para reforzar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad. Estrategias como 
gamificación, simuladores de realidad aumentada, recursos audiovisuales interactivos y plataformas de 
monitoreo de hábitos, han permitido motivar a los estudiantes y generar conciencia sobre la importancia 
del uso correcto de mascarillas y la higiene, integrando la prevención sanitaria en la práctica educativa 
de manera lúdica e innovadora. 
Finalmente, se concluye que el retorno a clases presenciales representa no solo un desafío sanitario, 
sino también una oportunidad pedagógica. La combinación de protocolos de bioseguridad, estrategias 
de  acompañamiento  psicológico  y  tecnologías  educativas  permite  recuperar  la  interacción  social