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Mostrando así el impacto de esta cultura. Claro que existen muchos ejemplos, pero este es solo uno de
tantos.
Con el impacto de una cultura vienen grandes cambios en la vida de las personas como los cambios a
su identidad. Podemos decir que “la identidad tiene que ver con la manera en que individuos y grupos
se definen a sí mismos al querer relacionarse "identificarse" con ciertas características” (Orta, 2022, p.
22).
Dicho esto, “el otaku crea su identidad social a través de los objetos de consumo” (Selva, 2020, p. 20).
Entonces, podemos entender que los otakus pueden desarrollar su identidad a través de los productos
que consumen de origen japonés, como se dijo anteriormente, el anime logra que el espectador se sienta
identificado con sus personajes o historias, por lo que, gracias a eso, las personas pueden adquirir
características propias, basadas en sus personajes favoritos y desarrollando así una identidad.
Es importante mencionar que la sociedad japonesa puede llegar a pensar cosas negativas sobre los otakus
como que son personas “poco productivas”. De hecho, Rodríguez, J (2021) dice lo siguiente:
la imagen estereotípica que se ha presentado de los otakus ha oscilado entre la connotación
peyorativa del concepto acuñado por Nakamori Akio en 1983, derivada más tarde en la
percepción social de individuos solitarios y retraídos, obsesionados con el manga y el anime, y
con síntomas de un peligroso trastorno sexual, más cercanos a la imagen del asesino otaku,
Tsutomu Miyazaki; y la definición del otaku como el perfecto consumidor, coleccionista y
aficionado, alejado de la realidad y centrado casi en exclusiva en sus aficiones. (p. 171)
Sin embargo, Rodríguez también nos muestra que esa imagen del otaku está equivocada y que, gracias
al anime, manga, cosplay, etc… los otakus pueden desarrollar diferentes habilidades que ayudan a su
desarrollo personal, mejorando así sus destrezas, habilidades y sus capacidades de interacción social.
Rojas (2019) comenta que “el anime tiene una influencia positiva en las acciones de los jóvenes en un
79% desarrollando de esta manera su inteligencia emocional y la empatía a través de sus elementos
visuales” (p. 135).
Por consecuencia, los jóvenes han logrado aprender mucho con el consumo de este tipo de productos y
en muchos casos ha ayudado a que estos puedan relacionarse mejor en la sociedad y poder entender
mejor lo que quieren a futuro.