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esto se suma el incremento de ecuatorianos que migran por rutas como el Darién o El Salvador,
motivados por la violencia y la inseguridad (ACNUR, 2024).
Movilidad humana: enfoques, categorías y desafíos actuales
La movilidad humana comprende los procesos complejos que atraviesan las personas desde el momento
en que deciden salir de su país de origen, sea por voluntad propia o por necesidad, implica desplazarse,
ingresar, asentarse, integrarse y, establecerse de manera temporal o permanente en un nuevo territorio,
con el objetivo de mejorar su calidad de vida y satisfacer necesidades básicas (Magliano, 2015).
La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) define la movilidad humana como el
movimiento de personas entre distintos lugares, en ejercicio de su derecho a la libre circulación. Este
proceso puede ser voluntario o forzado, y responde a múltiples motivaciones: económicas, sociales,
ambientales, políticas o de seguridad. La movilidad puede ser interna dentro de un mismo país o
internacional, y puede adoptar formas como la migración circular, el retorno, el tránsito o el
reasentamiento (OIM, 2024).
Desde una perspectiva de derechos humanos, la movilidad humana está vinculada al derecho a elegir
libremente el lugar de residencia, entrar y salir del país, y desplazarse dentro del territorio nacional. Esta
libertad debe ser garantizada por los Estados, reconociendo que la migración no debe ser criminalizada
y que las personas en situación de movilidad merecen protección integral, independientemente de su
nacionalidad o estatus migratorio (Gasper et al., 2021; García, 2023).
Las causas de la movilidad humana son diversas y multicausales. Entre las más frecuentes se encuentran
la búsqueda de oportunidades laborales, la reunificación familiar, el acceso a servicios básicos, la
violencia estructural, los conflictos armados, el cambio climático y los desastres naturales. Según el
informe de la XXV Mesa Nacional de Movilidad Humana en Ecuador, el 53% de las personas migran
por razones económicas, el 19% por reunificación familiar y el 13% por mejorar sus condiciones de vida
(OIM & Cancillería, 2024).
En el contexto latinoamericano, la crisis migratoria venezolana ha generado respuestas regionales
articuladas como la Plataforma de Coordinación Interagencial ACNUR-OIM y el Grupo de Trabajo para
Refugiados y Migrantes de Venezuela (GTRM), que coordina acciones de asistencia, protección e
integración para poblaciones vulnerables (Banco Mundial, 2020; OIM, 2024).