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económica de sus actividades. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI),
más del 70% de los productores agropecuarios en zonas rurales mexicanas operan sin acceso a esquemas
formales de comercialización, lo que los obliga a vender sus productos a precios por debajo del valor
de mercado. Además, un estudio realizado por el Colegio de Postgraduados (2020) reveló que en
regiones como la sierra de Puebla y Veracruz, los intermediarios captan hasta el 40% del valor final del
producto, lo que deja a los productores con márgenes muy reducidos. Estas condiciones no solo
perpetúan la desigualdad económica en las regiones rurales, sino que también debilitan el tejido
productivo local al limitar las posibilidades de inversión, innovación y diversificación.
Altotonga, municipio ubicado en la región montañosa central del estado de Veracruz, representa un
caso paradigmático de estas problemáticas. Con una población aproximada de 60 mil habitantes, este
territorio destaca por su vocación agrícola, climáticamente favorecida por un ambiente templado-
húmedo y suelos fértiles que permiten la producción de una amplia gama de frutas de temporada como
ciruela, durazno, tejocote y chayote. Además, su cercanía con centros urbanos como Xalapa y Perote lo
convierte en un punto estratégico para el intercambio comercial regional. Culturalmente, Altotonga
conserva una fuerte identidad comunitaria y artesanal, donde la elaboración de productos a partir de
hojas de maíz (totomoxtle), textiles bordados y dulces tradicionales son parte esencial de su patrimonio
productivo y simbólico. Su economía local se sustenta en la producción de frutas de temporada y en
una rica tradición artesanal basada en el uso de materiales locales como el totomoxtle. De acuerdo con
datos del Censo Agropecuario 2022 del INEGI, más del 60% de las unidades de producción rural en
municipios como Altotonga reportaron ventas exclusivamente en mercados informales, sin
intermediación de canales institucionales o de distribución formales. No obstante, los productores y
artesanos de la zona comercializan principalmente en mercados locales, tianguis y ferias regionales,
donde enfrentan múltiples retos para alcanzar una inserción competitiva y sostenible. La ausencia de
esquemas organizativos, el escaso acceso a tecnologías de comercialización, y la falta de certificaciones
de calidad limitan sus oportunidades de crecimiento, profesionalización y expansión hacia mercados
externos. Esta situación se refleja en los ingresos promedio: según un estudio regional del Colegio de
Veracruz (2021), los productores agroartesanales en la región central del estado tienen ingresos hasta
40% por debajo del promedio nacional para actividades del mismo rubro, lo que acentúa la urgencia de