RELACIÓN ENTRE LA FUNCIONALIDAD
FAMILIAR Y EL AUTOCUIDADO EN
PERSONAS ADULTAS MAYORES, EN UN
MUNICIPIO DE MICHOACÁN
RELATIONSHIP BETWEEN FAMILY FUNCTIONALITY
AND SELF-CARE IN OLDER ADULTS, IN A MUNICIPALITY
OF MICHOACÁN
Kenia Itzel Jaimes Santamaria
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México
Maria Magadalena Lozano Zuñiga
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México
Ma. De Jesus Ruiz Recendiz
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, México
pág. 12804
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.20513
Relación entre la Funcionalidad Familiar y el Autocuidado en Personas
Adultas Mayores, en un Municipio de Michoacán
Kenia Itzel Jaimes Santamaria1
keniaitzeljaimes550@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-7211-0925
Facultad de Enfermería
Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo
México
Maria Magadalena Lozano Zuñiga
maria.lozano@umich.mx
https://orcid.org/0000-0001-7750-0036
Facultad de Enfermería
Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo
México
Ma. De Jesus Ruiz Recendiz
madejesus.ruiz@umich.mx
https://orcid.org/0000-0002-7979-4215
Facultad de Enfermería
Universidad Michoacana de San Nicolás de
Hidalgo
México
RESUMEN
Introducción. México atraviesa un proceso acelerado de envejecimiento poblacional que plantea
desafíos significativos para la salud blica. En este contexto, la funcionalidad familiar y las
prácticas de autocuidado se configuran como factores determinantes en la calidad de vida de las
personas adultas mayores. Objetivo Determinar la relación entre la funcionalidad familiar y el
autocuidado en personas adultas mayores pertenecientes a una comunidad. Metodología Estudio
transversal, con enfoque cuantitativo y diseño correlacional. Muestreo no probabilístico por
conveniencia (n=36) en el marco de una prueba piloto. Se utilizaron dos instrumentos el Apgar
Familiar y Escala de Valoración del Autocuidado (ASA. Los datos se procesaron con IBM SPSS
Statistics versión 25, aplicando estadística descriptiva e inferencial. Se respetaron los principios
éticos de autonomía, beneficencia y justicia. Resultados La muestra presentó distribución
equitativa por género (50% masculino y 50% femenino). El 61.1% se encontraba entre 57 y 65
os. El 75% mostró un nivel regular de autocuidado, el 19.4% bajo y el 5.6% bueno. En cuanto
a funcionalidad familiar, el 47.2% presentó funcionalidad óptima, el 25% adecuada y el 16.7%
excelente. Se identificó una correlación positiva moderada y significativa entre la funcionalidad
familiar y el autocuidado (r = 0.617, p < 0.05). Discusión Los hallazgos evidencian que una mayor
funcionalidad familiar se asocia con mejores niveles de autocuidado, confirmando el papel de la
familia como red protectora y promotora de salud. Sin embargo, persisten brechas entre la
percepción de apoyo y la práctica efectiva del autocuidado.
Palabras clave: enfermeria, adulto mayor, funcionalidad familiar, autocuidado
1
Autor principal.
Correspondencia: keniaitzeljaimes550@gmail.com
pág. 12805
Relationship Between Family Functionality and Self-Care in Older Adults,
in a Municipality of Michoacán
ABSTRACT
Introduction: Mexico is experiencing an accelerated population aging process that poses significant
challenges for public health. In this context, family functioning and self-care practices are emerging as
determining factors in the quality of life of older adults. Objective: To determine the relationship
between family functioning and self-care in older adults living in a community. Method: A cross-
sectional study with a quantitative approach and correlational design. Non-probability convenience
sampling (n=36) was used within the framework of a pilot test. Two instruments were used: the Family
Apgar Score and the Self-Care Assessment Scale (ASA). Data were processed with IBM SPSS Statistics
version 25, applying descriptive and inferential statistics. The ethical principles of autonomy,
beneficence, and justice were respected. Results The sample was evenly distributed by gender (50%
male and 50% female). 61.1% were between 57 and 65 years old. 75% showed a fair level of self-care,
19.4% low, and 5.6% good. Regarding family functionality, 47.2% presented optimal functionality,
25% adequate, and 16.7% excellent. A moderate and significant positive correlation was identified
between family functionality and self-care (r = 0.617, p < 0.05). Discussion The findings show that
greater family functionality is associated with better levels of self-care, confirming the role of the family
as a protective network and health promoter. However, gaps persist between the perception of support
and the effective practice of self-care.
Keywords: nursing, older adult, family functioning, self-care
Artículo recibido 02 setiembre 2025
Aceptado para publicación: 29 octubre 2025
pág. 12806
INTRODUCCIÓN
El envejecimiento poblacional constituye un fenómeno demográfico, social y sanitario de alcance
global que está transformando profundamente las estructuras familiares, las dinámicas
intergeneracionales y las demandas de los sistemas de salud. En las últimas décadas, los avances en
medicina, tecnología, saneamiento básico y políticas públicas han contribuido significativamente al
aumento de la esperanza de vida, configurando una transición demográfica sin precedentes.
Actualmente, una de cada seis personas en el mundo tiene 60 años o más, y se estima que para el año
2050 la población mayor se duplicará hasta alcanzar los 2.1 mil millones, mientras que el grupo de 80
años y más se triplicará a 426 millones (World Health Organization [WHO], 2025).
La comprensión del envejecimiento trasciende la dimensión biológica, pues se entrelaza con
determinantes sociales, culturales y económicos que condicionan la experiencia de envejecer. La
creciente proporción de personas adultas mayores con enfermedades crónicas no transmisibles como la
diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares o deterioro cognitivo evidencia la necesidad de
fortalecer el enfoque preventivo y comunitario del cuidado, centrado en la persona y su entorno
inmediato. En consecuencia, el papel de la familia emerge como un eje esencial en la promoción del
autocuidado y la preservación de la salud integral del adulto mayor.
El problema de investigación que orienta este trabajo se centra en la relación entre la funcionalidad
familiar y el autocuidado de las personas adultas mayores, y en cómo dicha relación incide en su calidad
de vida. Si bien la literatura científica sobre envejecimiento ha crecido considerablemente, persisten
vacíos de conocimiento respecto a los mecanismos mediante los cuales la funcionalidad familiar
entendida como la interacción equilibrada de sus estructuras, roles, comunicación y apoyo afectivo
puede facilitar u obstaculizar la práctica del autocuidado en contextos urbanos. Este vacío es
particularmente relevante en los países latinoamericanos, donde la familia continúa siendo el núcleo
primario de apoyo y el principal sostén frente a la dependencia o fragilidad asociada a la vejez.
La relevancia del presente estudio se fundamenta en tres dimensiones interrelacionadas. En primer
lugar, una dimensión sanitaria, ya que el envejecimiento poblacional incrementa la demanda de
servicios médicos, de rehabilitación y de cuidados de larga.
pág. 12807
En segundo lugar, una dimensión social y de equidad, dado que la posibilidad de envejecer de manera
saludable depende en gran medida de los determinantes sociales de la salud, tales como el nivel
educativo, los ingresos, la vivienda, el acceso a servicios y las redes familiares y comunitarias (PAHO,
2021–2030; WHO, 2021).
Finalmente, una dimensión profesional, en la que la enfermería como disciplina humanista y científica
asume el reto de diseñar e implementar marcos de intervención basados en la integración de la familia
como agente activo del cuidado, fomentando la autonomía, la participación y el empoderamiento de las
personas mayores.
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2022) reporta que existen
aproximadamente 17.9 millones de personas mayores de 60 años, equivalentes al 14% de la población
total. Este crecimiento demográfico se asocia con un incremento en las enfermedades crónicas, la
dependencia funcional y la necesidad de cuidados prolongados, en los que el entorno familiar adquiere
una relevancia central. El contexto específico de esta investigación se ubica en área urbanas de
Michoacán donde la coexistencia de enfermedades crónicas no transmisibles, desigualdades
socioeconómicas, cambios en la estructura familiar y recursos de apoyo heterogéneos configuran
escenarios complejos de cuidado.
En este sentido, la funcionalidad familiar concebida como el conjunto de procesos que permiten a la
familia cumplir sus funciones de apoyo emocional, comunicación efectiva, cohesión y resolución de
conflictos se configura como un determinante próximo del autocuidado y, por ende, de la calidad de
vida en la vejez. Comprender cómo las dinámicas familiares influyen en la salud y el bienestar de las
personas mayores resulta esencial para fortalecer los programas de intervención de enfermería y orientar
políticas públicas centradas en el cuidado integral, la equidad y la dignidad durante el envejecimiento.
METODOLOGÍA
Enfoque y diseño
El presente estudio adoptó un diseño transversal con enfoque cuantitativo y alcance correlacional,
orientado a analizar la relación entre las variables funcionalidad familiar y autocuidado en personas
adultas mayores. Este tipo de diseño permite explorar asociaciones entre variables en un único momento
temporal, sin manipulación deliberada de los factores involucrados.
pág. 12808
De acuerdo con los criterios de Polit y Beck (2019), el estudio se clasifica como no experimental
correlacional, dado que se buscó establecer el grado de relación existente entre las variables
seleccionadas, sin intervenir en su comportamiento.
Muestra y muestreo
La población estuvo conformada por personas adultas mayores que participaron en la prueba piloto del
estudio. El muestreo se realizó mediante un método no probabilístico por conveniencia, seleccionando
a 36 participantes que cumplían con los criterios de inclusión establecidos. Este tipo de muestreo resulta
apropiado en estudios exploratorios y piloto, donde el objetivo principal es evaluar la pertinencia
metodológica y la confiabilidad de los instrumentos aplicados (Hernández-Sampieri et al., 2022).
Instrumentos
Para la recolección de datos se emplearon dos instrumentos validados internacionalmente: Apgar
Familiar, desarrollado por Smilkstein (1978), diseñado para evaluar la funcionalidad familiar percibida
mediante una escala tipo Likert con tres opciones de respuesta: casi siempre, algunas veces y
difícilmente/casi nunca, con puntuaciones de 0 a 4. Este instrumento ha mostrado una confiabilidad
interna adecuada, con un alfa de Cronbach de 0.85, lo que evidencia su consistencia interna y estabilidad
psicométrica.
Escala de Valoración del Autocuidado (Appraisal of Self-Care Agency Scale, ASA), integrada por 24
ítems con formato tipo Likert de cinco puntos, que oscilan de 1 (totalmente en desacuerdo) a 5
(totalmente de acuerdo). La versión adaptada al español por investigadores mexicanos mantiene una
consistencia interna satisfactoria (α = 0.77), demostrando validez de constructo y adecuación cultural
para su aplicación en población adulta mayor (Manríquez, et al., 2021).
Análisis estadístico
El análisis de los datos se efectuó mediante el software IBM SPSS Statistics versión 25. Se aplicó
estadística descriptiva (frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia central) para caracterizar las
variables sociodemográficas y los puntajes obtenidos en las escalas. Posteriormente, se utilizó
estadística inferencial para determinar la correlación entre la funcionalidad familiar y el autocuidado,
empleando el coeficiente de correlación de Spearman, dada la naturaleza ordinal de los datos. Se
estableció un nivel de significancia de p < 0.05 para la interpretación de los resultados.
pág. 12809
Consideraciones éticas y legales
La investigación se desarrolló conforme a lo dispuesto en el Reglamento de la Ley General de Salud en
Materia de Investigación para la Salud (Secretaría de Salud, 2014) y a los principios éticos de la
Declaración de Helsinki (World Medical Association, 2014). Todos los participantes firmaron un
consentimiento informado previo a su inclusión, garantizando la confidencialidad, anonimato y
voluntariedad en la participación. Asimismo, se observaron los principios bioéticos de autonomía,
beneficencia, no maleficencia y justicia, tal como lo recomiendan Grove y Gray (2019) para
investigaciones en población humana.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
La muestra estuvo conformada por 36 personas adultas mayores, con una distribución equitativa por
género (50% masculino y 50% femenino), lo que permitió un análisis balanceado entre ambos sexos.
En relación con la edad, predominó el grupo de 57 a 65 años (61.1%), seguido del rango de 66 a 75
años (33.3%) y un pequeño porcentaje (5.6%) entre 76 y 80 años, lo cual indica una población
mayoritariamente joven-adulta dentro del espectro del envejecimiento.
Respecto al nivel educativo, se observó una tendencia hacia una población con alto grado de
escolaridad: 44.4% contaban con estudios universitarios, 11.1% con maestría y 2.8% con doctorado.
Este perfil educativo podría asociarse con una mayor alfabetización en salud, lo que constituye un factor
protector en el envejecimiento saludable. Sin embargo, también se identificaron participantes con
educación primaria (25%), secundaria (5.6%) o sin estudios formales (8.3%), lo que refleja la
heterogeneidad sociocultural del grupo.
En cuanto al estado civil, la mayoría eran casados/as (55.6%), seguidos de viudos/as (27.8%),
solteros/as (13.9%) y divorciados/as (2.8%). En términos de convivencia, más de la mitad vivía con su
familia (55.6%), mientras que el 25% lo hacía con su pareja y el 19.4% vivía solo/a. Estas condiciones
de convivencia son relevantes, ya que el entorno social inmediato influye directamente en las conductas
de salud y el bienestar subjetivo de las personas mayores.
pág. 12810
ILUSTRACIONES, TABLAS, FIGURAS
Tablas 1 Variables sociodemográficas
Variable sociodemográfica
f
Género
Masculino
18
Femenino
18
Edad (años)
57 – 65
22
66 – 75
12
76 – 80
2
Escolaridad
Sin estudios
3
Primaria
9
Secundaria
2
Universidad
16
Maestría
4
Doctorado
1
No especificado
1
Estado civil
Casado/a
20
Viudo/a
10
Soltero/a
5
Divorciado/a
1
¿Con quién vive?
Solo
7
Pareja
9
Familia
20
Fuente: elaboración propia.
En el ámbito del autocuidado, el 75% de los participantes presentó un nivel regular, el 19.4% bajo y
solo el 5.6% bueno, sin casos con niveles muy buenos. Estos resultados sugieren una tendencia hacia
prácticas de autocuidado insuficientes o inconstantes, particularmente en la gestión de la salud
cotidiana.
Tabla 2 Autocuidado
Categoría
Rango
f
%
Bajo
24–59
7
19.4
Regular
60–89
27
75
Bueno
90–119
2
5.6
Muy bueno
120–144
0
0
Fuente: elaboración propia.
pág. 12811
Respecto a la funcionalidad familiar, el 47.2% de la muestra reportó una funcionalidad óptima, el 25%
adecuada, el 16.7% excelente, el 8.3% disfunción moderada y el 2.8% disfunción grave. Esto indica
que la mayoría percibe su entorno familiar como funcional, lo que podría favorecer la percepción de
apoyo y cohesión.
Tabla 3 Funcionalidad familiar
Categoría
Rango
f
%
Disfunción grave
7–10
1
2.8
Disfunción moderada
11–14
3
8.3
Funcionalidad adecuada
15–18
9
25
Funcionalidad excelente
19–21
6
16.7
Funcionalidad óptima
22–35
17
47.2
Fuente: elaboración propia.
Finalmente, se identificó una correlación positiva moderada y estadísticamente significativa entre el
nivel de autocuidado y la funcionalidad familiar (r = 0.617, p < 0.05), lo que evidencia que, a mayor
funcionalidad familiar, mayor nivel de autocuidado. Este hallazgo sugiere que la familia constituye un
elemento clave en la promoción de conductas saludables y en la sostenibilidad del bienestar en la vejez.
Tabla 4 Correlaciones
suma de
autocuidado
suma de
funcionalidad
Rho de Spearman
suma de
autocuidado
Coeficiente de correlación
1,000
Sig. (bilateral)
.
,617
suma de
funcionalidad
Coeficiente de correlación
1,000
Sig. (bilateral)
,617
.
Fuente: elaboración propia.
DISCUSIÓN
Los resultados de este estudio ponen de manifiesto la interdependencia entre la funcionalidad familiar
y el autocuidado en la población adulta mayor. A pesar de que los niveles de autocuidado se concentran
mayormente en categorías regulares o bajas, la existencia de una correlación positiva con la
funcionalidad familiar sugiere que los vínculos familiares actúan como mediadores del comportamiento
de salud, coherente con lo reportado por autores como Aranda y González (2020) y Cárdenas et al.
pág. 12812
(2022), quienes destacan el rol protector de la familia en la adaptación funcional durante el
envejecimiento. El hecho de que más del 60% de los participantes reportara una funcionalidad familiar
adecuada, excelente u óptima refleja un entorno socioafectivo favorable, característico de contextos
latinoamericanos donde la familia constituye el principal sistema de apoyo en la vejez (OMS, 2021).
Sin embargo, la persistencia de niveles regulares de autocuidado aun en presencia de buena
funcionalidad familiar revela posibles brechas entre la percepción de apoyo y la internalización de
conductas de autocuidado. Este fenómeno puede explicarse por factores psicosociales como la
dependencia aprendida, la sobreprotección familiar o la falta de empoderamiento del adulto mayor
respecto a su propia salud (Díaz de León et al., 2021).
Asimismo, la viudez y la convivencia intergeneracional emergen como condiciones relevantes. La
literatura señala que las personas viudas tienden a experimentar menor autonomía funcional y
emocional; sin embargo, cuando existe una red familiar activa, esta puede mitigar los efectos negativos
del duelo y fomentar la participación social. En este estudio, la mayoría de las personas viudas mantenía
niveles aceptables de funcionalidad familiar, lo que respalda la hipótesis de que el apoyo familiar es un
determinante social positivo para el bienestar integral del adulto mayor.
En relación con el nivel educativo, el predominio de personas con formación universitaria y de posgrado
podría representar un factor facilitador para la comprensión de información sanitaria y la toma de
decisiones informadas, elementos fundamentales del autocuidado. No obstante, los resultados sugieren
que la educación formal no garantiza necesariamente una práctica adecuada de autocuidado, lo cual
coincide con lo planteado por Pender (2011) en su modelo de promoción de la salud, donde la
motivación personal y la autoeficacia son variables mediadoras esenciales.
La correlación positiva moderada (r = 0.617) entre funcionalidad familiar y autocuidado respalda la
evidencia empírica de investigaciones previas, en las que se ha documentado que el apoyo emocional,
la cohesión familiar y la comunicación efectiva fortalecen la percepción de autoeficacia y la adherencia
a prácticas saludables (Vega. et al, 2019). Este resultado también sugiere la necesidad de intervenciones
centradas en la familia, más que únicamente en el individuo, para promover el autocuidado sostenible
y la calidad de vida en el envejecimiento.
pág. 12813
CONCLUSIONES
Los resultados de este estudio confirman que la funcionalidad familiar percibida está significativamente
asociada con el nivel de autocuidado en adultos mayores de un municipio de Michoacán. A pesar de
que la mayoría de los participantes reportó una familia funcional (óptima o excelente), el autocuidado
se mantuvo predominantemente en niveles regulares, lo que sugiere que la mera presencia de apoyo
familiar no garantiza por sí sola prácticas adecuadas de autocuidado, sino que requiere de interacciones
efectivas, comunicación abierta y participación activa en el cuidado de la salud.
Desde la perspectiva de la enfermería, estos hallazgos tienen implicaciones directas para la práctica
clínica y comunitaria. El enfermero(a) debe trascender la valoración individual del adulto mayor e
incorporar sistemáticamente la evaluación de la dinámica familiar como parte integral del proceso de
cuidado. Esto permite identificar no solo recursos de apoyo, sino también barreras relacionales que
limitan la autonomía y la capacidad de autocuidado. En este sentido, la enfermería puede desempeñar
un rol protagónico como facilitador de redes de apoyo, educador en salud y promotor de la
corresponsabilidad familiar en el manejo de enfermedades crónicas y la prevención de complicaciones.
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