SOBRECARGA EN EL CUIDADOR PRIMARIO
DE PERSONAS ATENDIDAS EN UN HOSPITAL
GENERAL EN MÉXICO
ALCOHOL CONSUMPTION IN ADOLESCENTS AND
YOUNG PEOPLE OF TENOSIQUE, TABASCO
Luis Fernando Acosta Ramírez
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco UJAT
Armando Miranda de la Cruz
Profesor Investigador, UJAT-DAMR
Marisol Guzmán Moreno
Profesor investigador, UJAT-DACS
Janett Marina García Hernández
Profesor Investigador, UJAT-DAMR
Lorena Magaña Olán
Profesor investigador, UJAT-DACS

pág. 14095
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.20563
Sobrecarga en el Cuidador Primario de Personas Atendidas en un
Hospital General en México
Luis Fernando Acosta Ramírez1
luisfernandoacosta0@gmail.com
https://orcid.org/0009-0001-7121-4853
Egresado
División Académica Multidisciplinaria
de los Ríos-DAMR
Universidad Juárez Autónoma de Tabasco
UJAT
Armando Miranda de la Cruz
armando.miranda@ujat.mx
https://orcid.org/0000-0001-6379-6905
Profesor Investigador
UJAT-DAMR
Marisol Guzmán Moreno
marisol_gm80@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0002-1852-2718
Profesor investigador
UJAT-DACS
Janett Marina García Hernández
docente.janettgarcia@gmail.com
https://orcid.org/0000-0003-2483-0132
Profesor Investigador
UJAT-DAMR
Lorena Magaña Olán
lorena.magana@ujat.mx
https://orcid.org/0000-0001-6607-9960
Profesor investigador
UJAT-DACS
RESUMEN
En la actualidad la atención sanitaria es compleja, requiere la participación de los profesionales
sanitarios, pero también de las familias, cuyos cuidados otorgados a las personas contribuyen
significativamente a la recuperación ante la enfermedad. Este proyecto tiene como objetivo determinar
el nivel de sobrecarga aplicando la a escala de Zarit en los cuidadores primarios de los pacientes
hospitalizados en el Hospital General de Coyuca de Catalán, Guerrero. El estudio tuvo un diseño
cuantitativo, descriptivo de corte transversal, en el cual participaron 25 cuidadores primarios de
personas hospitalizadas, a los cuales se les aplicó la Escala de Sobrecarga de Zarit. Los resultados
muestran que 8 de cada 10 cuidadores primarios presentan riesgo de sobrecarga y al menos 1 de ellos
presenta repercusiones graves de la sobrecarga intensa, entre los factores que contribuyen a la
sobrecarga se encuentran: los factores económicos, la dependencia del familiar en el cuidado,
expectativas por el futuro y la percepción de ser insuficiente la dedicación al cuidado.
Palabras clave: cuidador familiar, enfermería psiquiátrica, salud mental, enfermedad crónica
1 Autor principal
Correspondencia: lorena.magana@ujat.mx

pág. 14096
Burden on the Primary Caregiver of People Treated in a General
Hospital in Mexico
ABSTRACT
Currently, healthcare is complex, requiring the participation of healthcare professionals, but also of
families, whose care contributes significantly to recovery from illness. This project aims to determine
the level of burden by applying the Zarit Scale to primary caregivers of hospitalized patients at the
General Hospital of Coyuca de Catalán, Guerrero. The study had a quantitative, descriptive, cross-
sectional design. Twenty-five primary caregivers of hospitalized patients participated all of whom were
administered the Zarit Burden Scale. The results show that eight out of ten primary caregivers are at
risk of burden, and at least one of them presents serious repercussions from intense burden. Factors
contributing to burden include economic factors, dependence on family members for care, expectations
for the future, and the perception of insufficient dedication to care.
Keywords: family caregiver, psychiatric nursing, mental health, chronic illness
Artículo recibido 02 setiembre 2025
Aceptado para publicación: 29 setiembre 2025

pág. 14097
INTRODUCCIÓN
Dadas las demandas en salud y los padecimientos crónico-degenerativos, cada vez es más común la
participación de un cuidador en las instituciones hospitalarias, teniendo este que vincular cuidado, más
trabajo, vida personal, familiar, entre otros aspectos, favoreciendo con esto, la sobrecarga. Mayormente
los cuidadores ven afectados su estado de salud, bienestar físico, sintiéndose incapaces de enfrentar
estas responsabilidades, pasado el tiempo se puede hablar en las áreas médicas como un paciente
“oculto” o “desconocido” que necesita ser evaluado y diagnosticado, así como de intervenciones
inmediatas para evidenciar el Síndrome del Cuidador, que se siente agobiado por la exigencia de cuidar,
llegando a presentar ansiedad y depresión. (Ríos, 2017).
La sobrecarga del cuidador o síndrome de sobrecarga del cuidador se define como un estado de
agotamiento emocional, estrés y cansancio, que afecta directamente las actividades del diario vivir;
relaciones sociales, libertad y equilibrio mental; es el grado en el cual percibe la influencia negativa del
cuidado, en diferentes aspectos en su vida como en la salud mental y física, la interacción social y su
economía.
El término “cuidar” hace referencia a proporcionar a una persona aquéllos aspectos que están mermados
o que carece de ellos. (Martínez, 2006) Es una cualidad natural del ser humano, pero además, está
determinado por aspectos sociales u educacionales, también es el resultado de los valores personales.
A pesar de ser un aspecto intrínseco, el cuidado de otros requiere un aprendizaje que se produce a lo
largo de toda la vida y que es la suma de la adquisición de una serie de conocimientos, la experiencia
personal y el entorno en el que cada persona se ha desenvuelto (Martínez, 2006).
Los motivos por los que se presta ayuda a una persona que lo necesita son muchos: las normas sociales,
la vocación, las necesidades económicas, las creencias personales de lo que es correcto y la aprobación
social son algunos de ellos.
Es frecuente la creencia de que motivación personal particular es suficiente para ser un cuidador; que
no es necesaria la formación e información previas salvo en casos de personas a cuidar con grandes
discapacidades; sin embargo, dependiendo de la complejidad y las características de la patología con
que cuente el enfermo, será necesaria la preparación previa, el adquirir conocimiento sobre la
enfermedad y su evolución. (Martínez, 2006).

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Un cuidador es la persona encargada de cuidar a otros que por su estado de salud o por presencia de
alguna discapacidad tienen alguna limitación para cuidarse a sí mismos. La cantidad de ayuda que
requieren depende del grado de la limitación. (Moreno, 2005). Este cuidador es una persona que, por
diferentes motivos, llega a dedicar gran parte de su esfuerzo a permitir que otras personas puedan
desenvolverse en su vida diaria, ayudándoles a adaptarse a las limitaciones de carácter físico, mental,
social o funcional que su enfermedad le impone (Esteban, 2008). Generalmente, el cuidador es una
persona cercana al enfermo, en su mayoría familiares como los padres, hermanos, hijos o el cónyuge.
(Moreno, 2005).
El trabajo de cuidador implica aprender tareas para cuidar de forma adecuada a la persona enferma,
debe asumir, consecuentemente, nuevos compromisos, porque tienen que desarrollar algunas funciones
que eran asumidas por el enfermo antes del infortunio. (Moreno, 2005). La cantidad de cuidados y la
calidad de la asistencia que proporciona el cuidador están determinadas por una serie de variables como
lo son el tiempo, la relación paciente-cuidador, el tipo y estadio de la enfermedad y la formación. Dichas
variables pueden venir del paciente y/o el cuidador, y a la vez van a repercutir directamente sobre
ambos. (Martínez, 2006).
El tiempo invertido para el cuidado oscila en función de las necesidades del enfermo, así como del
momento vital en que se encuentre el cuidador, como puede ser la jubilación, la paternidad o cambios
laborales. Por su lado, la relación paciente-cuidador es un factor determinante en la calidad de
asistencia, habiendo diferencias dependiendo de si hubo relación anterior entre ambos o si hubo
parentesco, con una relación satisfactoria o no. En el caso de haber sido afectuosa o favorable, con
mucha probabilidad esta relación de cuidados se mantendrá y no se deteriorará.
Una relación que no es buena y fluida, producirá efectos negativos y reacciones no adecuadas en el
paciente, conllevando efectos psicológicos negativos en el cuidador (Martínez, 2006). Las
características anímicas y comportamentales, que acompañan a una persona con enfermedad mental,
hacen que amerite una atención especializada e individualizada por parte del cuidador. El cuidador
juega un papel importante en la asistencia del paciente debido a que ayuda a cubrir necesidades básicas,
procura un entorno seguro y un trato humanizado, y principalmente garantiza dignidad a la persona
(Martínez, 2006).

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De igual manera, de acuerdo con Miranda (2017), sobre cuidador primario; esta tarea supone elevado
de responsabilidad y exigencia; lo que, a su vez, conllevará a una fuente de estrés y malestar emocional
parte del cuidador principal y los demás miembros de la familia; lo que podrá traer consecuencias más
graves en la salud física y psíquica, como la depresión y los trastornos psicosomáticos.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), al tercer trimestre de 2016 son
aproximadamente 286 mil los ocupados en el cuidado de personas dependientes en México. Es una
ocupación predominantemente femenina, pues 97 de cada 100 que la ejercen son mujeres. De cada 100
de estos ocupados, 38 se desempeñan en establecimientos y 62 en viviendas particulares. Su edad
promedio es de 37.6 años. Cuentan con 9.6 años de escolaridad en promedio (equivalente a tener
cubierto el nivel básico de educación). En promedio, laboran 38.5 horas a la semana y ganan 24.3 pesos
por hora trabajada.
Las búsquedas bibliográficas realizadas que utilizaron los descriptores mencionados no aportaron datos
referidos al espacio hospitalario, aunque sí son importantes las secuencias bibliográficas referidas a los
cuidadores de enfermos de Alzheimer, problemas neurológicos y cardiopatías, en adultos mayores, pero
siempre dentro del espacio doméstico y nunca en el hospital.
No existen referencias bibliográficas referidas a los cuidadores familiares en el hospital, simplemente
porque esa realidad no existe. La familia no participa ni está presente de manera relevante durante el
proceso de hospitalización. Todos los cuidados y asistencia al enfermo son asumidos por la institución
sanitaria y la familia queda al margen de cualquier actividad relacionada con el cuidado. Esta
circunstancia se va a convertir en un elemento clave de la concepción sanitaria a nivel institucional, ya
que en nuestra política sanitaria el sistema cuenta y confía en la colaboración familiar para la prestación
de determinados cuidados y actividades, aunque esta situación no sea reconocida de modo oficial. La
figura de los cuidadores en el hospital, de la mujer cuidadora, se convierte en una “costumbre sanitaria”
aprovechada por el sistema sanitario.
Esta situación viene determinada porque la actividad de estas personas pasa desapercibida para el
sistema e instituciones sanitarias, de lo cual se desprende la escasez de documentación y bibliografía
sobre la presencia de los cuidadores familiares en el hospital.

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Las pocas referencias existentes sobre el tema, lo abordan de una manera indirecta y desde otras
perspectivas, como la alimentación del acompañante como indicador de calidad de vida o la relación
con algunos profesionales (Flores, 2000, 2003; Celma, 2001,2003).
Diferentes revisiones bibliográficas (Frías y Pulido, 2001), refuerzan este planteamiento e inciden, por
un lado, en el predominio de estudios cuantitativos sobre cuidadores informales6, mientras que por otro
lado reflejan la ausencia de investigaciones cualitativas, por lo que reivindican la necesidad de realizar
investigaciones sobre cuidadores familiares con una metodología cualitativa y un enfoque
antropológico.
Por el contrario es muy numerosa la bibliografía existente sobre los cuidadores familiares o informales
a nivel domiciliario y en atención primaria. Aquí, cómo se verá más adelante, se han realizado
importantes estudios sobre esta materia, dada la especial significación que en este contexto adquieren
los cuidados que estas personas proporcionan a sus familiares (Heierle, 2004).
El cuidador es quien brinda asistencia a una persona que ha perdido su autonomía y requiere de cuidado
integro, este cargo puede asumirlo cualquier individuo por voluntad propia, ya sea por ser familiares
primarios, resultando en la mayoría de los casos más favorable, porque un familiar directo conoce más
que nada al paciente, apoyando en las necesidades como en el seguimiento médico y brindado apoyo y
afecto a la persona hospitalizada.
Aunado a estos factores de forma paralela han realizados estudios referentes al nivel de sobrecarga del
cuidador primario:
En un estudio realizado con el objetivo de describir las necesidades y experiencias humanas de los
cuidadores familiares de una institución oncológica pública de la Ciudad de México; Se obtuvieron dos
categorías; La primera fue las necesidades del cuidar/cuidado del cuidador familiar con su
correspondiente subcategoría; la segunda categoría fue el cuidador familiar en el ambiente hospitalario
con su subcategoría. (Cruz, 2020)
Por otra parte, Arroyo E., (2018) Menciona que en un estudio realizado con el objetivo de analizar la
sobrecarga del cuidador principal del paciente con diálisis; Los resultados se obtuvieron principalmente
en la mayoría de los cuidadores mujeres con una edad entre 40 y 70 años que son hijas/os o esposas/os.

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Las variables más influyentes en la aparición de la sobrecarga del cuidador del paciente en diálisis son:
mayor dependencia del paciente, mayor supervivencia de este en el tratamiento dialítico y tener menor
apoyo social. También presentan mayor sobrecarga las cuidadoras hijas de los pacientes, las
cuidadoras/es solteras/os, las cuidadoras jóvenes o mayores.
En este sentido, Ana G., (2021) en un estudio realizado con el objetivo de medir el nivel de sobrecarga
del cuidador principal del paciente con enfermedad renal durante la pandemia de COVID-19, la edad
que se tomo fue de 54 + 10 años y predominó el género femenino, de igual manera las personas que se
dedican al cuidado del paciente con ERC, en su mayoría padecen de alguna enfermedad crónica-
degenerativa. Un pequeño porcentaje (23.8%) considera que la sobrecarga que tienen debido a las
funciones que realizan es intensa.
Con las premisas expuestas se formuló la siguiente pregunta de investigación:
¿Cuál es el nivel de sobrecarga del cuidador primario en pacientes hospitalizados en el Hospital
Regional de Coyuca de Catalán, Guerrero?
MATERIALES Y MÉTODOS
En esta investigación se utilizó un enfoque cuantitativo, porque de acuerdo con Hernández Sampieri,
Fernández Collado y Baptista Lucio (2014) “utiliza la recolección y el análisis de datos para contestar
preguntas de investigación y probar hipótesis, previamente hechas, confía en la medición numérica, el
conteo y frecuentemente en el uso de estadística para establecer con exactitud patrones de
comportamiento en una población” (Pág. 5).
Ademas, tiene un alcance de tipo descriptivo, no experimental y de corte transversal, ya que busca
explicar las propiedades, características y rasgos significativos, no experimental porque se basa en
categorías, conceptos, variables, es decir, sin que los investigadores alteren los objetos de investigación.
(Canales, 1994) según el autor F.H. Canales en su manual para el desarrollo del personal de salud
“Metodología de la Investigación” según el periodo y secuencia de estudio clasifica los estudios en
transversales o longitudinales, en este estudio tendrá un corte transversal porque los datos que se
recopilen serán en un solo momento, haciendo un corte en el tiempo.
En este estudio se consideró una población infinita, ya que está integrada por cuidadores primarios de
las personas atendidas en el Hospital General de Coyuca de Catalán; Guerrero, en un periodo

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comprendido de Enero a Marzo del año 2023; por lo tanto, es una cantidad de elementos imposible de
determinar, el muestreo utilizado fue no probabilístico por conveniencia intencional, es decir, los
participantes requieren cumplir con criterios específicos, como: tener un familiar hospitalizado, ser
género, ocupación y escolaridad indistinto.
Para la recolección de datos, se empleó una encuesta integrada de 3 apartados; en el primero se retomó
el principio bioético de autonomía, a través del cual se aplicó un consentimiento informado apegado a
los elementos éticos de la atención médica y de la investigación en salud. Seguidamente se incluyó una
Cedula de datos personales (CDP) a través de la cual se solicitaron datos como: Edad: en años, género,
estado civil, escolaridad, relación con el paciente que cuida, remuneración económica, tiempo,
enfermedades y por último, se incluye la Escala de sobrecarga de cuidador de Zarit, consta de un listado
de 22 afirmaciones que describen cómo se sienten a veces los cuidadores utilizando una escala que
consta de: 0 (nunca) , 1 (rara vez), 2 (algunas veces), 3 (bastantes veces) y 4 (casi siempre). Las
puntuaciones oscilan entre 0 y 88 puntos. De 24 puntos en adelante se considera que la persona presenta
el síndrome de sobrecarga de cuidador.
Se utilizó el software estadístico SPSS para analizar los datos. Las variables cualitativas se mostrarán
en gráficos o tablas de distribución de frecuencias, mientras que las cuantitativas se presentarán en
términos de dispersión y tendencia central.
Este proyecto se adhiere a las regulaciones establecidas por documentos legales y éticos, tales como:
Ley General de Salud, Código de Ética para enfermeros y enfermeras en México, NOM-012-SSA2-
2012: establece los lineamientos para llevar a cabo proyectos de investigación en seres humanos. Estos
incluyen la necesidad del consentimiento informado, el manejo confidencial de los datos, que la
investigación sea considerada de riesgo mínimo y que se preserve la dignidad humana.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Una vez realizada la aplicación del instrumento se procede al análisis de la consistencia interna del
mismo, donde se obtuvo bajo el modelo de alfa cronbach un α=0.87, es decir, de acuerdo con Polit &
Tatano (2018) todo resultado de análisis de fiabilidad superior o alrededor de 0.8 se considerable
aceptable para medir la variable de estudio.

pág. 14103
En cuanto a la variable género del participante, se puede encontrar que 13 (52%) son hombres, mientras
que 12 (48%) son mujeres; es decir, para esta muestra la mayoría de los cuidadores primarios son
hombres. En relación con el estado civil, 10 (40%) son solteros, mientras que 8 (32%) son casados, el
4 (16%) se encuentran en unión libre, 2 (8%) son viudos y el porcentaje inferior corresponde a 1 (4%)
que se encuentran separados; es decir, para esta muestra la mayoría de los cuidadores primarios son
solteros. En referencia a la escolaridad del participante, se puede encontrar que carrera técnica y
universitaria completa comparten el mismo porcentaje 6 (24%), de igual manera, en secundaria
incompleta y universitaria incompleta comparten el mismo porcentaje 4 (16%), el 3 (12%) corresponde
a primaria completa, por lo tanto, primaria incompleta y secundaria incompleta comparten el mismo
porcentaje de 1 (4%); es decir, para esta muestra la mayoría de los cuidadores primarios tienen un nivel
de escolaridad entre carrera técnica y universitaria completa.
Al abordar el tipo de relación con la persona que cuida, se puede encontrar que 7 (28%) son esposos,
padre o madre e hijos, mientras el 4 (16%) son abuelos; es decir, para esta muestra la mayoría de los
cuidadores primarios son esposos, padre, madre e hijos, los cuales se consideran familiares directos del
paciente. En cuanto si recibe pago o remuneración por cuidar al paciente, se puede encontrar que 24
(96%) no reciben remuneración alguna, mientras que 1 (4%) si recibe remuneración; es decir, para esta
muestra la mayoría de los cuidadores no reciben remuneración económica al ser familiares cercanos
que comparten el cuidado como responsabilidad moral.
Además, se exploraron las actividades anexas que realiza el cuidador donde se observa que 18 (72%) sí
realiza alguna otra actividad, mientras que 7 (28%) no realizan ninguna otra actividad; es decir, para
esta muestra la mayoría de los cuidadores primarios sí realizan actividades que no involucren el cuidado
del paciente como: trabajan, estudian o son responsables de otras personas. Ademas, se abordaron
enfermedades médicas del cuidador primario, donde 21 (84%) no tienen enfermedades médicas,
mientras que 4 (16%) sí tienen enfermedades médicas; es decir, para esta muestra la mayoría de los
cuidadores primarios no tienen enfermedades médicas diagnósticas.

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Tabla 1. Estadísticos descriptivos
Variables Mínimo Máximo Media Desv. estándar Varianza
Días de cuidado 2 7 4.96 1.859 3.457
Edad del participante 22 64 39.92 12.770 163.077
Horas de cuidado 6 12 9.68 2.135 4.560
Tiempo que lleva en
el cuidado
1 6 2.44 1.635 2.673
Nota: n=25 cuidadores primarios.
En referencia a la estadística descriptiva para las variables numérica, se encuentra que la edad de los
cuidadores es en promedio 39 años (S= 12.7, 22-64), de igual manera, los días dedicados al cuidado
obtuvo una media de 5 días (S=1.8, 2-7), por otra parte, en horas dedicadas al cuidado se tiene un
promedio de 10 horas (S=2.1, 6-12), por último en relación al tiempo que lleva bajo el cuidado del
paciente, se obtuvo una media de 2.4 días (S=1.6, 1-6); es decir, los cuidados se encuentran finalizando
la etapa de adulto joven e iniciando la etapa de adulto maduro en el ciclo vital humano, dedican 5 de 7
días al cuidado del paciente, con un promedio de 10 horas que corresponden a más de una jornada
laboral y llevan en esta dinámica alrededor de una semana (Ver Tabla 1).
Tabla 2. Test de Sobrecarga del cuidado primario
Cuestionamientos Nunca Rara vez Algunas
veces
Bastantes
veces
Casi
siempre
f % f % f % f % f %
7.¿Tiene miedo de lo que el futuro
le depare al paciente?
2 8 2 8 4 16 10 40 7 28
8.¿Cree que el paciente depende de
usted?
0 0 4 16 12 48 7 28 2 8
15.¿Cree que no tiene suficiente
dinero para cuidar el paciente
además de otros gastos?
1 4 3 12 11 44 9 36 1 4
21.¿Cree que podría cuidar mejor
al paciente?
1 4 0 0 11 44 8 32 5 20
22 Globalmente, ¿qué grado de
carga experimenta por cuidar al
paciente?
1 4 0 0 13 52 10 40 1 4
Nota: Escala ZARIT, n=25 cuidadores primarios.

pág. 14105
En el análisis del test de sobrecarga del cuidador primario de Zarit, se pueden observar que 96% de los
cuidadores perciben que podrían cuidar mejor de su familiar si no tuviesen tantas ocupaciones y por lo
tanto, experimentan sobrecarga por el cuidado que otorgan a su familiar, aunado a sus responsabilidades
personales, además, 84% carecen que la parte económica le preocupa debido a que no percibe contar
con el dinero suficiente, considera que tiene miedo de lo que le depare el futuro a su familiar y por lo
tanto, siente un nivel de dependencia elevado por parte de la persona que cuida.
Gráfico 1.
Nivel de sobrecarga del cuidador primario en personas atendidas en un Hospital General de México
En relación con nivel de riesgo asociado a sobrecarga, se encontró que 19 (76%) se ubicaron con riesgo
de sobrecarga, mientras que 5 (20%) se encuentran sin sobrecarga, por último, 1 (4%) está en sobrecarga
intensa, es decir, el 80% de los cuidadores primarios de pacientes hospitalizados están en riesgo de
padecer sobrecarga intensa debido a las diferentes actividades que realiza y que invierte cuidando al
paciente.
CONCLUSIÓN
Con los resultados del análisis realizado, se encontró que los cuidadores primarios se ubican finalizando
la etapa de adulto joven e iniciando la etapa de adulto maduro en el ciclo vital humano, dedican 5 de 7
días al cuidado del paciente, con un promedio de 10 horas que corresponden a más de una jornada
laboral y llevan en esta dinámica alrededor de 3 semanas.

pág. 14106
En cuanto a la preguntas del instrumento de sobrecarga del cuidador primario de pacientes
hospitalizados, ubica que su preocupación por el futuro de la persona, la falta de dinero o problemas
económicos, el nivel de dependencia y la percepción de cuidar insuficientemente a la persona generan
la presencia de sobrecarga.
Los resultados muestran que 8 de cada 10 perciben riesgo de sobrecarga y 1 de cada 10 presenta
sobrecarga intensa. A partir de estos resultados es necesario que el profesional de enfermería aborde a
los cuidadores primarios dado que se pueden convertir en pacientes en el futuro y además, que pueden
condicionar la aparición de complicaciones severas en las personas que cuidan.
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