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EL USO DE ACTIVIDADES LÚDICAS COMO MÉTODO
DE ENSEÑANZA-APRENDIZAJE CENTRADO EN EL
CRECIMIENTO MENTAL EN LOS NIÑOS DE
EDUCACIÓN INICIAL
THE USE OF PLAY ACTIVITIES AS A TEACHING-LEARNING
METHOD FOCUSED ON MENTAL GROWTH IN CHILDREN IN
EARLY CHILDHOOD EDUCATION
Mónica Alexandra Zambrano Álava
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez N°76, Ecuador
Mercedes Leonor Delgado Anchundia
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez N°76, Ecuador
Sonia Benilda Espinoza López
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez N°76, Ecuador
Verónica del Rocío Espinal Mero
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez N°76, Ecuador
Michelle Stephany pez Flores
Investigador Independiente, Ecuador
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DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.20592
El Uso de Actividades Lúdicas como Método de Enseñanza-Aprendizaje
centrado en el Crecimiento Mental en los Niños de Educación Inicial
Mónica Alexandra Zambrano Álava 1
monicaa.zambrano@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0004-7972-696X
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez
N°76
Ecuador
Mercedes Leonor Delgado Anchundia
mercedesl.delgado@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0001-6951-4291
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez
N°76
Ecuador
Sonia Benilda Espinoza López
benilda.espinoza@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0006-6923-3672
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez
N°76
Ecuador
Verónica del Rocío Espinal Mero
veronica.espinal@educacion.gob.ec
https://orcid.org/0009-0004-5138-9957
Unidad Educativa Fiscal Luis Felipe Chávez
N°76
Ecuador
Michelle Stephany López Flores
michellelopezflores.300@gmail.com
https://orcid.org/0009-0005-3658-2908
Investigador Independiente
Ecuador
RESUMEN
Las actividades lúdicas brindan un entorno que favorece el aprendizaje mediante la exploración, la
creatividad y la interacción con otros. Este enfoque impulsa el desarrollo de competencias clave como
la capacidad para resolver problemas, el pensamiento crítico y la colaboración, que son vitales en el
proceso educativo. A pesar de sus beneficios, el juego como método de enseñanza aprendizaje enfrentan
desafíos, como la falta de formación docente en metodologías lúdicas y la presión por cumplir con
estándares académicos rígidos. Sin embargo, varios estudios indican que una combinación adecuada
entre el juego y la enseñanza organizada, puede mejorar el aprendizaje en la niñez temprana. Por lo
tanto, el objetivo de este estudio es comprender el desarrollo mental de las habilidades cognitivas,
emocionales, sociales y físicas, utilizando el juego como un recurso central para un aprendizaje eficaz
y motivador. Para llevar a cabo esta investigación, se utilizó una búsqueda exhaustiva en diversas bases
de datos académicas como: Latindex, Scielo, Dialnet y Google Académico, como enfoque de este
artículo, se implementó una revisión bibliográfica detallada, descriptiva y analítica, donde se pudo
comprobar que, al implementar las actividades recreativas, se pueden adaptar diversas necesidades de
cada infante, promoviendo un aprendizaje personalizado y eficiente. En fin, este artículo enfatiza que el
juego no es solo una forma de diversión, sino una valiosa herramienta pedagógica que estimula el
aprendizaje integral en la infancia temprana. Se sugiere a los educadores y padres de familia, que
integren estrategias didácticas para potenciar el aprendizaje y el bienestar del estudiante.
Palabras claves: actividades lúdicas, proceso de enseñanza aprendizaje, habilidades cognitivas,
desarrollo emocional, motivación
Autor principal
Correspondencia: monicaa.zambrano@educacion.gob.ec
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The Use of Play Activities as a Teaching-Learning method Focused on
Mental Growth in Children in Early Childhood Education
ABSTRACT
Play-based activities provide an environment that fosters learning through exploration, creativity, and
interaction with others. This approach promotes the development of key competencies such as problem-
solving, critical thinking, and collaboration, which are vital in the educational process. Despite its
benefits, play as a teaching and learning method faces challenges, such as a lack of teacher training in
play-based methodologies and the pressure to meet rigid academic standards. However, several studies
indicate that an appropriate combination of play and structured instruction can improve learning in early
childhood. Therefore, the aim of this study is to understand the mental development of cognitive,
emotional, social, and physical skills, using play as a central resource for effective and motivating
learning. To conduct this research, an exhaustive search was performed in various academic databases,
including Latindex, SciELO, Dialnet, and Google Scholar. As the focus of this article, a detailed,
descriptive, and analytical literature review was implemented, demonstrating that recreational activities
can be adapted to the diverse needs of each child, promoting personalized and efficient learning.
Ultimately, this article emphasizes that play is not only a form of entertainment but also a valuable
pedagogical tool that stimulates holistic learning in early childhood. Educators and parents are
encouraged to integrate didactic strategies to enhance student learning and well-being.
Keywords: play activities, teaching and learning process, cognitive skills, emotional development,
motivation
Artículo recibido 23 setiembre 2025
Aceptado para publicación: 27 octubre 2025
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INTRODUCCIÓN
La enseñanza en la primera infancia constituye una base esencial para el crecimiento global de los
pequeños, y en este contexto, la función de las actividades recreativas ha emergido como un tema de
interés creciente. La relevancia del juego en el aprendizaje no es una idea reciente; sin embargo, en las
últimas décadas, su reconocimiento ha alcanzado niveles sin precedentes en todo el mundo. Este estudio
se enfoca en examinar la significancia de las actividades recreativas en el proceso de enseñanza para los
niños en educación inicial, resaltando su importancia a nivel global, en América Latina y en el país.
A escala global, el sector educativo ha adoptado un enfoque cada vez más centrado en el estudiante,
donde el juego y las actividades recreativas tienen un lugar fundamental en el currículo. Investigaciones
a nivel internacional han indicado que el juego no solo favorece el desarrollo cognitivo y emocional,
sino que también es crucial para el aprendizaje social y la adquisición de habilidades prácticas. Se han
implementado estrategias educativas que se fundamentan en el juego en naciones con sistemas de
enseñanza avanzados, como Finlandia y Japón, donde el enfoque recreativo ha evidenciado resultados
positivos en la estimulación y el desempeño académico de los niños.
En el contexto latinoamericano, el juego ha sido igualmente apreciado como una herramienta educativa
clave. En naciones como Brasil, México y Argentina, se han realizado estudios que resaltan cómo las
actividades recreativas pueden ayudar a abordar retos específicos, como la diversidad cultural y las
desigualdades socioeconómicas. En muchas de estas áreas, las metodologías educativas han integrado
el juego de formas innovadoras para fomentar un aprendizaje inclusivo y justo, adaptándose a las
características de cada entorno y brindando oportunidades de desarrollo significativas para todos los
niños (López Villafuerte, Nieto Gómez, Delgado Parrales, & Figueroa Muñiz, 2024).
A nivel nacional, la inclusión de actividades recreativas dentro de la educación inicial ha sido objeto de
atención y reforma en años recientes. Las políticas educativas y los programas de formación de docentes
han comenzado a subrayar la importancia de incorporar el juego en el currículo para mejorar la calidad
educativa y respaldar el desarrollo integral de los pequeños. Sin embargo, a pesar de estos progresos,
siguen existiendo retos que deben ser enfrentados, como la carencia de recursos y la necesidad de una
adecuada capacitación para los educadores (Gonzalez & Plúa , 2017).
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El juego es una actividad fundamental para el crecimiento de los niños, siendo crucial durante sus
primeros años. En la educación temprana, se ha evidenciado que el juego no solo tiene un aspecto
recreativo, sino que actúa como una potente herramienta educativa que impulsa el aprendizaje integral
de los pequeños. Mediante el juego, los niños examinan su entorno, desarrollando habilidades
cognitivas, emocionales y sociales, lo que les permite adquirir competencias esenciales para su futuro.
Por lo tanto, expertos en pedagogía y psicología han señalado el juego como un componente vital en la
enseñanza durante la infancia.
La implementación del juego como método de enseñanza cuenta con un sólido apoyo en distintas teorías
del crecimiento infantil, como las formuladas por Piaget, Vygotsky y Montessori, quienes destacan la
relevancia del juego en un aprendizaje activo y significativo. Estos teóricos afirman que los niños
absorben el conocimiento de manera más efectiva cuando participan en actividades lúdicas que
estimulan su curiosidad e imaginación, lo que les da la oportunidad de construir su aprendizaje de forma
activa y participativa. De esta manera, el juego no solo se considera una fuente de entretenimiento, sino
que también es un recurso educativo crucial para el avance cognitivo y social de los infantes.
El juego en la educación temprana no se restringe a la actividad libre, ya que también puede ser guiado
o planificado con objetivos educativos concretos. Los educadores que incorporan el juego en sus
métodos de enseñanza pueden orientar a los niños en su proceso de aprendizaje, facilitando la
adquisición de habilidades importantes en áreas como la comunicación, matemáticas, ciencias,
resolución de problemas y habilidades emocionales. Por consiguiente, el juego se transforma en un
vínculo entre el contenido académico y las experiencias vividas por los niños.
Al incluir el juego en el plan educativo, los docentes generan un ambiente de aprendizaje más accesible,
significativo y estimulante, lo que favorece la asimilación de conocimientos y capacidades. Así, el juego
se establece como un soporte esencial en la educación infantil, ayudando a formar niños inquisitivos,
creativos y preparados para enfrentar las dificultades que les depara el futuro (Sánchez Alava, Delgado
Carrillo, Marroquín Torres, Aguirre Peralta, & Estrada Valarezo, 2025).
Por consiguiente, al hablar de estrategias lúdicas en el ámbito de educación inicial, se refiere a un
enfoque dinámico y prometedor para poder potencializar el desarrollo cognitivo de cada infante en sus
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primeros años de vida o formación. Además, estos enfoques educativos tienen la finalidad de emplear
juegos como vehículo central para el proceso de aprendizaje y el desarrollo integral de los escolares.
Este enfoque valora el potencial educativo que posee el juego, el cual se entiende como una actividad
gratificante y natural, que incentiva la participación activa y la exploración creativa. Las tácticas lúdicas
van más allá de la visión convencional de la educación, ya que integran componentes recreativos y
agradables en la enseñanza. Sin embargo, al implementar esto, tienen como objetivo generar un entorno
educativo más dinámico y atractivo, donde los alumnos no solo adquieren conocimientos, sino que
también desarrollan habilidades sociales, emocionales y cognitivas de manera más eficaz (Morales,
2021).
Por otro lado, el juego se concibe como una herramienta clave y un medio innato de aprendizaje para
los niños, reconociendo que no solo representa una actividad placentera, sino que también es una forma
fundamental en la que los pequeños exploran, descubren y construyen una comprensión relevante del
mundo que les rodea. Desde este punto de vista, el juego en la educación infantil se ve como una
manifestación del impulso natural de los niños para aprender mediante la experiencia directa y la
interacción con su entorno.
La técnica del juego se fundamenta en emplear el entretenimiento como un medio positivo en el
aprendizaje educativo. Mediante experiencias lúdicas, los alumnos tienen la oportunidad de disfrutar de
un proceso educativo más activo, colaborativo y relevante. Este método se sostiene en la creencia de
que los estudiantes pueden gozar mientras aprenden, lo que eleva su entusiasmo y compromiso,
favoreciendo así la retención de información y la creación de un entorno de aprendizaje estimulante,
activo y participativo.
Según ( Moya Gómez, 2024), el enfoque lúdico se entiende como una serie de acciones estratégicamente
organizadas para alcanzar metas educativas mediante el juego, donde este se transforma en un recurso
didáctico clave para facilitar un aprendizaje significativo, la motivación interna y el desarrollo completo
de los infantes. Esta perspectiva valora el impacto transformador del juego en la educación y subraya
la relevancia de la planificación y la intencionalidad en el uso de tácticas lúdicas, señalando que el juego
no debería considerarse simplemente como un pasatiempo, sino como una herramienta efectiva para
lograr fines educativos definidos.
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No hay un momento específico que marque el comienzo del uso del juego como técnica lúdica en la
enseñanza. Sin embargo, a lo largo de los años, varios pensadores y educadores han subrayado,
investigado y debatido sobre la relevancia del juego en el aprendizaje, hasta llegar a nuestros días donde
la ludicidad se ha establecido como un método pedagógico apreciado por su capacidad de fomentar el
aprendizaje significativo en la actualidad.
En el ámbito educativo actual, la inclusión de dinámicas de juego en las actividades de enseñanza, como
indica (Squire, 2021), no solo ayuda a crear un entorno más inspirador y participativo, sino que también
convierte el aprendizaje en una vivencia interesante, facilitando así la obtención de conocimientos y
destrezas de forma profunda, estableciendo las bases para un aprendizaje continuo y autónomo, mientras
disminuye la resistencia natural que algunos estudiantes pueden mostrar hacia las tareas académicas
convencionales.
Este artículo pretende ofrecer una perspectiva más dinámica sobre el papel esencial del juego en la
educación, resaltando su relevancia como una herramienta clave para el desarrollo integral de los
menores. Al incorporar el juego de forma eficaz en el proceso educativo, los educadores pueden generar
entornos de aprendizaje vibrantes, estimulantes y eficaces que impulsen un aprendizaje activo y preparen
a los alumnos para alcanzar el éxito en sus vidas.
No obstante, el avance cognitivo se refiere a la evolución y adquisición de capacidades mentales durante
la vida del niño. Por esta razón, dicho proceso incluye varias dimensiones, tales como la percepción, el
recuerdo, el razonamiento, la comunicación y la solución de conflictos. Adicionalmente, en las etapas
de infancia, el desarrollo cognitivo muestra progresos importantes que afectan cómo los individuos
interpretan, procesan y se relacionan con su entorno (Chui, Romero, & Pérez, 2024).
Durante la primera infancia, el desarrollo cognitivo se distingue por logros como la creación de la
memoria operativa, el avance del habla, y el aprendizaje de destrezas motrices y sociales. La etapa
preescolar es especialmente crucial para fomentar la creatividad y la habilidad de jugar simbólicamente,
en la que los pequeños empiezan a representar situaciones y roles mediante el juego. Así, en la fase
escolar, el desarrollo cognitivo se enriquece con la adquisición de habilidades de pensamiento más
avanzadas, que incluyen la capacidad de razonamiento lógico, la solución de problemas abstractos y la
comprensión de nociones complejas (Bermúdez, 2021).
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Es por esto que, el crecimiento emocional y social en los primeros años de vida es crucial para el
bienestar general de los pequeños, afectando de manera directa su habilidad para formar conexiones con
otros, regular sus propios sentimientos y desenvolverse correctamente en diferentes contextos sociales
(Zambrano Berrones, 2024). Esta fase, que abarca de los 24 a los 36 meses, es cuando los niños
comienzan a desarrollar competencias esenciales como la empatía, la habilidad para expresar sus
emociones y la cooperación, todas fundamentales para convertirse en seres humanos completos.
Diversas investigaciones han evidenciado que el juego representa una herramienta efectiva para facilitar
estas enseñanzas, sobre todo cuando se utilizan actividades recreativas que han sido diseñadas de manera
estructurada y ajustadas al desarrollo del niño. Según la UNESCO (2021), el juego no solo fomenta el
progreso cognitivo y físico, sino que también refuerza la inteligencia emocional, ayudando a los niños
a reconocer y gestionar sus emociones desde una edad temprana. En este contexto, (Rodríguez Martínez
, Gómez Sánchez, & Pérez Navarro, 2023) subrayan que los espacios educativos que incorporan
prácticas lúdicas centradas en el aspecto emocional consiguen mejores resultados en cuanto a la
adaptación social y la convivencia en el aula.
Por lo tanto, es fundamental incluir materiales didácticos innovadores en los ambientes de educación
inicial que, además de ser entretenidos y accesibles, produzcan un efecto positivo real en el desarrollo
emocional y social de los niños, estableciendo así las bases para su desarrollo integral y su bienestar
personal.
El objetivo principal de esta investigación es fomentar el crecimiento mental de los pequeños en
educación inicial mediante actividades lúdicas, cultivando competencias cognitivas como la
originalidad, el razonamiento, la capacidad de solución de retos, la concentración y la retentiva. Además,
se busca impulsar su desarrollo emocional, físico y su independencia. A través del uso de juegos, se
pretende establecer un ambiente de aprendizaje relevante, enérgico y alentador, en el cual los niños se
transformen en agentes activos de su proceso educativo.
Por tal razón, la importancia de este estudio radica en demostrar de qué manera las actividades
recreativas son cruciales para el desarrollo completo de los niños en educación inicial, especialmente
por su impacto en el crecimiento mental. Este enfoque promueve la imaginación, el análisis, la capacidad
para resolver dificultades, la atención, la rapidez mental y el fortalecimiento de competencias
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socioemocionales como la colaboración y la comunicación. Al unir el juego con el proceso educativo,
se establece un entorno favorable que estimula a los pequeños y favorece su avance en diversas áreas.
Sin embargo, es esencial resaltar que la relevancia radica en conocer cómo las actividades recreativas
son un medio eficaz para impulsar el desarrollo mental en los infantes en su proceso de enseñanza-
aprendizaje, ya que esto se debe a que el juego activa sinapsis neuronales, promueve habilidades
cognitivas esenciales como la organización y la memoria, y genera un estado emocional favorable que
facilita el aprendizaje. Esta investigación enfatiza la importancia del juego como herramienta
pedagógica para un desarrollo integral, evidenciando que va más allá del entretenimiento e impacta
directamente en el desarrollo integral del niño, abarcando sus dimensiones cognitivas, sociales,
emocionales y psicomotrices.
En fin, la educación infantil ha cobrado una relevancia notable debido a su efecto en el crecimiento
completo de los niños. Esta fase no solo afecta el desarrollo cognitivo, sino también el emocional, social
y psicomotor, estableciendo las bases para el aprendizaje futuro. Por lo que, uno de los elementos más
cruciales en esta fase es la utilización de juegos como herramienta pedagógica. Es por eso que, varios
estudios y enfoques sobre el desarrollo infantil, como los de Piaget y Vygotsky, subrayan que el juego
es un medio natural mediante el cual los niños investigan, adquieren conocimientos y los interiorizan,
por lo tanto, las actividades recreativas no solo fomentan el aprendizaje, sino que también facilitan la
socialización, la independencia y la solución de problemas, siendo componentes esenciales para el
desarrollo integral. Además, no siempre se logra aplicar con eficacia las actividades lúdicas en el entorno
escolar, por lo que, en la actualidad, existen varios educadores que no cuentan con capacitaciones
actualizadas o los medios necesarios para incorporar estas prácticas de forma regular en su enseñanza.
METODOLOGÍA
La metodología implementada en esta investigación es de revisión bibliográfica, basada en los análisis
exhaustivos de la literatura, donde se fundamenta en una exploración detallada de los estudios existentes
sobre el uso del juego como método pedagógico en la educación preescolar. Para esto, se llevó a cabo
una búsqueda sistemática de artículos, libros y trabajos académicos publicados en los últimos 5 años,
que traten tanto las bases teóricas como las aplicaciones del juego en el ámbito educativo. Se dio
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prioridad a la inclusión de material de revistas especializadas en pedagogía, psicología infantil y
educación preescolar, garantizando la relevancia y la calidad de la información recopilada.
El criterio para seleccionar los textos se realizó con pautas claras de inclusión, contemplando aquellos
estudios que discutieran tanto la teoría del juego como las experiencias de su uso en las aulas de
educación infantil. También se consideraron investigaciones que indagaran los beneficios del juego en
el desarrollo cognitivo, emocional, social y físico de los pequeños. Los estudios elegidos fueron
examinados críticamente, identificando las principales tendencias, descubrimientos y limitaciones
relacionadas con el juego como herramienta educativa. Con el objetivo de tener una visión completa del
tema, se utilizó un enfoque comparativo entre diversas teorías y métodos pedagógicos respecto al juego.
Además, se revisaron estudios actuales que investigan la incorporación del juego en los planes de estudio
de la educación inicial, subrayando tanto los beneficios como los retos en su implementación en
diferentes contextos educativos.
Por último, la información recabada se organizó en un marco conceptual que permite reconocer las
principales repercusiones del juego como herramienta educativa. A partir de esta revisión, se plantearon
conclusiones sobre las prácticas más eficaces, los obstáculos comunes y las oportunidades que el juego
brinda en la educación inicial, contribuyendo al conocimiento y a la mejora de las prácticas docentes en
este campo.
RESULTADOS
Para la obtención de resultados se puedo realizar mediante directrices, hallazgos relevantes de distintos
autores que dan a conocer la importancia del uso de actividades lúdicas en la etapa de educación inicial,
promoviendo de cierto modo los procesos de enseñanza-aprendizaje mediante las habilidades cognitivas
y emocionales que cuentan cada uno de infantes, lo cual facilitó la creación de una perspectiva completa
del tema investigado.
Fundamentos teóricos de las actividades lúdicas en el aprendizaje infantil
Las actividades recreativas, comúnmente conocidas como juegos, son vivencias que permiten a las
personas, especialmente a los más pequeños, investigar, adquirir conocimientos y crecer mediante la
interacción activa con su entorno (Mg. & Oswaldo, 2016).Se distinguen por ser espontáneas y
entretenidas, brindando un espacio en el que los niños pueden asumir diversos roles, enfrentar diferentes
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situaciones y retos. La concepción del juego ha evolucionado con el tiempo, y diversas teorías han
ofrecido diferentes visiones sobre su papel en el crecimiento infantil.
Desde un enfoque psicológico, se considera que el juego es una actividad que motiva de manera
intrínseca, lo que indica que los menores participan no únicamente por los resultados finales, sino por
la diversión que experimentan durante la actividad (Parrales & Plúa, 2022). Esta motivación interna
resulta esencial para el aprendizaje, ya que promueve una actitud favorable hacia la exploración y el
enriquecimiento de conocimientos. El juego no se limita a ser una actividad de ocio, sino que actúa
además como una herramienta educativa clave en la enseñanza temprana.
En el ámbito educativo, las actividades recreativas pueden adoptar diversas modalidades, que van desde
juegos de simulación y de rol hasta actividades de construcción y expresiones artísticas (Peña, 2020).
Cada modalidad de juego aporta distintos beneficios y oportunidades de aprendizaje, y su efectividad
puede variar según la manera en que se incorporen al contexto educativo (Plúa & Morán , 2016). La
versatilidad del juego permite que los docentes lo personalicen según los intereses y requisitos
particulares de los niños, transformando el aprendizaje en algo más pertinente y significativo.
La investigación sobre el juego ha progresado para resaltar no solo sus ventajas inmediatas, sino también
su efecto a largo plazo en el desarrollo de habilidades fundamentales (Caicedo Plúa & Delgado Pesantes,
2015). Los estudios han evidenciado que el juego puede tener un impacto favorable en el desarrollo
cognitivo, emocional y social, proporcionando una base sólida para la adquisición de conocimientos y
la adaptación a la vida adulta. Esta comprensión holística del juego resalta su importancia en los planes
de estudio y su rol en el desarrollo personal de los niños.
La implementación de actividades recreativas como método de enseñanza-aprendizaje, es esencial y
eficaz para fomentar el desarrollo mental y el crecimiento integral de los infantes. El juego, que
representa la actividad central de la niñez, ofrece un entorno natural y motivador donde los pequeños
pueden explorar, experimentar y desarrollar habilidades cognitivas, sociales, emocionales y físicas de
manera significativa y duradera.
Beneficios para el crecimiento mental de los infantes
Estímulo Cognitivo: Las actividades recreativas, como los rompecabezas o los juegos
de memoria, promueven la concentración, la retención de datos y la rapidez mental.
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Desarrollo del pensamiento crítico y creatividad: A través del juego simbólico y la
improvisación, los niños aprenden a pensar de manera innovadora, resolver desafíos y
explorar ideas nuevas.
Descubrimiento y Exploración: El juego satisface la curiosidad natural de los niños,
dándoles la oportunidad de relacionarse con su entorno, cometer errores y aprender de
ellos, lo cual es crucial para un aprendizaje significativo.
Mejora del Lenguaje y la Comunicación: Participando en juegos de roles o aquellos
con reglas específicas, los niños amplían su vocabulario, practican habilidades
comunicativas y aprenden a negociar.
Habilidades para solucionar problemas: El juego permite a los pequeños potenciar
su razonamiento lógico y espacial, al tiempo que favorece el autocontrol y la capacidad
de planificación.
Funciones ejecutivas: La investigación en neurociencia ha evidenciado que el juego
activa áreas del cerebro que se ocupan de la memoria operativa, la organización y la
adaptabilidad mental.
El Juego como Estrategia Educativa
La recreación, al combinarse con una intención pedagógica definida, se convierte en una poderosa
estrategia de enseñanza didáctica.
Aprendizaje Significativo: A diferencia de la simple memorización, el aprendizaje que
se da a través del juego es experiencial y se alinea con la motivación interna del niño,
dejando una impresión más duradera.
Bienestar Emocional y Social: A través del juego, los niños pueden expresar y manejar
emociones, fomentar la empatía y aprender normas de convivencia como el respeto por
los turnos, ganar o perder, lo que contribuye a un desarrollo saludable y equilibrado.
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Motivación y Concentración: La naturaleza divertida y espontánea de las actividades
recreativas atrapa y sostiene la atención de los niños, predisponiéndolos de manera
positiva hacia el aprendizaje.
Desarrollo Integral: Un enfoque recreativo atiende el crecimiento de los niños en
diversas dimensiones: cognitiva, afectiva, social y motora, garantizando un desarrollo
completo.
Beneficios en el ámbito socioemocional y motivacional
Desarrollo equilibrado: El juego favorece el crecimiento cognitivo, emocional, social
y físico de forma armónica, incentivando la motivación para aprender.
Habilidades interpersonales: Las actividades en grupo enseñan a los niños a compartir,
colaborar, negociar y resolver problemas, al mismo tiempo que fortalecen su sentido de
pertenencia.
Independencia y expresión de uno mismo: Las dinámicas de juego estimulan la
autoafirmación, permitiendo a los niños manifestar sus ideas y tomar decisiones con el
mínimo apoyo.
Bienestar emocional: Jugar provoca la liberación de sustancias químicas como la
dopamina y la serotonina, generando estados emocionales positivos que favorecen la
motivación y el aprendizaje.
Función del educador y del entorno
La función del educador: Es esencial que el educador tenga un sólido conocimiento
para guiar el proceso, siendo reflexivo, crítico y creativo en el uso de recursos
innovadores.
Ambiente seguro y estimulante: Es importante que el espacio educativo sea afectivo
y seguro para que los niños puedan expresarse sin restricciones, interactuar y explorar
el mundo.
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Cooperación entre escuela y hogar: Para obtener el máximo provecho, es vital
colaborar con las familias para garantizar la correcta implementación de estas estrategias
lúdicas.
¿Por qué es necesario implementar el juego desde la primera infancia?
El juego se refiere a una actividad lúdica que constituye una de las prácticas más esenciales durante la
infancia temprana, que abarca desde el nacimiento hasta los seis años de edad. No solo es una forma de
diversión, sino que también representa un proceso crucial para el crecimiento emocional y psicológico
de los niños. A través del juego, los pequeños descubren el entorno que les rodea, adquieren habilidades
importantes y establecen los cimientos para su aprendizaje en el futuro. A continuación, se examinará
las razones por las que jugar es tan fundamental en esta etapa significativa de la vida (Nahum Montagud
, 2025).
Crecimiento cognitivo
El juego estimula el desarrollo del pensamiento crítico y la imaginación. Los niños, mediante el juego
simbólico, como las actividades de imitación o el uso de objetos, mejoran su capacidad para solucionar
problemas, comprenden las relaciones de causa-efecto y se familiarizan con conceptos básicos de
matemáticas y comunicación. Además, estudios en neurociencia han identificado que jugar favorece la
formación de nuevas conexiones neuronales en el cerebro, lo que incrementa la memoria y las
habilidades cognitivas fundamentales, tales como el razonamiento y la planificación. Por esta razón, las
instituciones de educación infantil deben proporcionar entornos estimulantes que ofrezcan una amplia
variedad de actividades lúdicas.
Crecimiento social
En la mayoría de las actividades recreativas que atraen a los niños, hay un elemento social que implica
la interacción y la comunicación con otros. De hecho, el juego es un recurso esencial para aprender a
relacionarse con los compañeros, es decir, con quienes están en la misma etapa de desarrollo. Esto es
fundamental, ya que gran parte del aprendizaje que deben adquirir los pequeños ocurre en compañía de
otros niños, no al replicar o seguir el ejemplo de los adultos.
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Mediante el juego, los pequeños mejoran habilidades como la colaboración, la empatía y la
comunicación. Jugar con otros les enseña no solo a compartir y esperar su turno, sino también a resolver
disputas, competencias vitales para la convivencia en un entorno social. Además. las actividades de
juego con reglas, como los juegos de mesa o las dinámicas grupales, introducen a los niños en normas
sociales y les permiten comprender conceptos como ganar, perder y seguir directrices, elementos
esenciales para su socialización.
Crecimiento emocional
El juego también actúa como un medio para que los niños puedan manifestar sus emociones y aprender
a gestionarlas apropiadamente. Al asumir diferentes roles o situaciones en el juego simbólico, los niños
tienen la oportunidad de examinar sus propias emociones y desarrollar estrategias para enfrentar
situaciones que les generan frustración o temor. Este tipo de actividades les permite incrementar su
autoconfianza y autoestima, puesto que experimentan un sentido de logro al alcanzar metas, como
completar un rompecabezas o crear algo con sus propias manos.
Crecimiento físico
Las actividades lúdicas activas, que incluyen correr, saltar y escalar, son fundamentales para el desarrollo
físico de los niños. A través del juego, los pequeños mejoran sus habilidades motoras gruesas, que
involucran movimientos amplios como caminar y correr, así como sus habilidades motoras finas, que
requieren movimientos precisos, como manipular objetos pequeños. La actividad física que se asocia al
juego dinámico también promueve el fortalecimiento de huesos y músculos, mejora la agilidad y la
resistencia, al mismo tiempo que ayuda a asegurar un estilo de vida sano desde una edad temprana.
Estímulo de la imaginación
El juego crea un ambiente en el que los niños pueden explorar su creatividad, sin las limitaciones de las
normas de la "vida real". A través de actividades de fantasía, como pretendiendo ser un médico, un
bombero, o un profesor, los niños prueban diversos papeles y contextos, lo que no solo enriquece su
creatividad, sino que también amplía su perspectiva del mundo. Este tipo de juego imaginativo es
esencial para desarrollar habilidades de resolución de problemas y pensamiento flexible, competencias
que serán muy valiosas en su vida futura.
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Juegos lúdicos basados en el desarrollo cognitivo, emocional, físico y atención o concentración
Los juegos recreativos que promueven el desarrollo cognitivo en pequeños en la etapa preescolar
abarcan actividades de ensamblaje y manipulación (tales como bloques y puzzles), juegos de memoria
(tarjetas, repetir secuencias), actividades de interpretación y simbólicas (teatro, muñecos) y juegos que
tienen reglas sencillas (Veo, veo, búsqueda de tesoros). Estas actividades estimulan competencias como
el razonamiento lógico, la imaginación, la retención, la solución de problemas y el avance en habilidades
motoras tanto finas como gruesas (Cevallos & Erazo, 2023).
Figura N°1 Juegos cognitivos y de pensamiento.
Fuente: Elaboración propia.
Rompecabezas:
Potencia el
razonamiento
lógico y las
habilidades de
percepción
espacial.
Juegos de
memoria: Ejercita
nla retención de
información a
través de tarjetas o
repetición de
secuencias.
Adivinanzas y
"Veo,
veo": Desarrollan
la observación, el
razonamiento
verbal y la
atención.
Juegos armados:
Estimulan la imagi
nación y el
razonamiento
espacial.
Ajedrez o
Tangram: Estimul
an el pensamiento
estratégico y la
lógica (se puede
empezar a una
edad temprana con
versiones
simplificadas).
pág. 14294
Figura N°2 Juegos de desarrollo físico y motricidad
Fuente: Elaboración propia.
Figura N°3 Juegos socio-emocionales y de creatividad.
Fuente: Elaboración propia
Juegos de
movimiento: Correr,
saltar y trepar desarrollan
la motricidad gruesa.
Manipulación de
objetos: Dibujar,
ensartar o usar bloques
de construcción
desarrollan la motricidad
fina.
Juegos con
equilibrio: Saltar a la
cuerda o la rayuela
mejoran la
coordinación.
Juegos de roles y
teatrales: Permiten a los niños
desarrollar la empatía, la
imaginación y la expresión
emocional.
Creación de títeres: Se pueden
crear títeres a partir de calcetines u
otros materiales, lo que fomenta el
desarrollo del lenguaje, la
imaginación y la socialización.
Cuentos e historias: Contar
cuentos y dramatizarlos estimula el
lenguaje, la imaginación y la
sensibilidad.
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Figura N° 4 Juegos de atención y concentración
Fuente: Elaboración propia
Para (Espinoza & Arteaga, 2023), los docentes están reconsiderando la manera de guiar a los niños
pequeños en la exploración de su gran potencial educativo. Por medio del juego, los infantes obtienen
destrezas y habilidades esenciales. Esta es la razón por la que las oportunidades de juego y los entornos
que fomentan el juego, la investigación y el aprendizaje práctico son esenciales en programas efectivos
de educación infantil.
Una parte crucial del juego es la capacidad de los niños para actuar y manejar sus propias experiencias.
La capacidad de actuar se refiere a la iniciativa que toman los niños, su proceso de tomar decisiones y
el nivel de autonomía que tienen en sus actividades lúdicas. En resumen, el juego debería incluir un
cierto nivel de capacidad de acción, lo que permite a los niños ser participantes activos y tomar control
sobre sus propias vivencias, además de ayudarles a reconocer y confiar en su capacidad, independencia
y rol como agentes en su aprendizaje a través del juego. Por lo tanto, se debe tomar en cuenta que el
juego:
Laberintos: Arrastr
ar objetos por
laberintos ayuda a
mantener la
atención y a seguir
instrucciones.
Búsqueda del
tesoro: Estimula la
memoria, el
pensamiento lógico
yla resolución de
problemas mediante
pistas y acertijos.
Juegos de seguir el
patrón: Implicar a
los niños en la
creación de
patrones de colores,
formas o sonidos.
pág. 14296
Figura N° 5
Fuente: Elaboración propia
A través del juego, los niños obtienen habilidades y destrezas fundamentales para el proceso de
enseñanza-aprendizaje.
Cuando los niños optan por jugar, no se cuestionan: "Voy a obtener conocimiento de esto", pero su juego
genera valiosas ocasiones de aprendizaje en todos los aspectos de su crecimiento. El aprendizaje y el
desarrollo son intrincados y completos; no obstante, el juego puede estimular todos los aspectos de este
crecimiento, incluidas las habilidades motrices, cognitivas, sociales y emocionales. De hecho, en las
actividades recreativas, los niños emplean una variedad de habilidades a la vez. Esto a menudo sucede
en las “actividades de estaciones de juego” o en las “actividades de juego en el centro”, en el marco de
programas de educación infantil o preescolar. Las actividades de estaciones de juego, cuando se
planifican adecuadamente, promueven el desarrollo y las habilidades de aprendizaje de los niños de
manera más efectiva que cualquier otra actividad en educación preescolar. Al optar por jugar con lo que
les gusta, los niños fortalecen sus habilidades en todas las dimensiones del desarrollo: cognitiva, social,
emocional y física.
Desde el punto de vista de (UNICEF, 2018), se debe tomar en cuenta que en este siglo XXI, para mejorar
los procesos de enseñanza-aprendizaje se debe realizarlo mediante estrategias lúdicas que ayuden al
crecimiento mental de los estudiantes, perdiendo desde los mas pequeños e ir avanzando en todo
momento para que puedan alcanzar un aprendizaje significativo y les ayude a ser independientes, sin
miedo al éxito ya sea profesional o personal. Es por esto que, jugando, los niños aprenden a:
Establecer un plan y seguirlo.
Es
aprovechos
o
Es divertido
Invita la
participació
n activa
Es iterativo
Es
socialmente
interactivo
pág. 14297
Experimentar a través de prueba y error, empleando la fantasía y habilidades para
resolver problemas.
Implementar ideas de cantidad, ciencia y movimiento en situaciones cotidianas.
Pensar de una manera lógica y analítica manipulando objetos.
Intercambiar ideas con los compañeros y resolver discrepancias.
Fomentar la originalidad y explorar la belleza y la habilidad artística.
Tipos de juego y su influencia en el crecimiento infantil.
Según (Ponce & Arroyo, 2022), el juego infantil se presenta en varias modalidades, cada una con un
objetivo y un impacto determinado en el desarrollo integral del niño. Entre los tipos más destacados de
juego se encuentran el juego simbólico, el juego físico y el juego con reglas. Estas actividades no solo
proporcionan diversión, sino que también ayudan a desarrollar habilidades cognitivas, sociales,
emocionales y físicas esencialmente en las primeras etapas del crecimiento.
El juego simbólico aparece aproximadamente a los dos años y se distingue por la habilidad del niño de
representar objetos, personas o situaciones ausentes, tal como explican (Tuarez & Tarazona, 2022). Por
ejemplo, al fingir ser un médico, un maestro o un animal, el niño investiga roles sociales, mejora su
lenguaje y potencia su imaginación. Este tipo de actividad también favorece la expresión de sentimientos
y conflictos internos, actuando como un medio de comunicación y regulación emocional, según lo
expuesto por (Bedón & Cedeño, 2023).
En cambio, el juego físico implica el movimiento corporal y está conectado directamente con el
desarrollo físico y la coordinación motora, tanto gruesa como fina. Ejercicios como correr, saltar, escalar
o lanzar una pelota estimulan el equilibrio, la fuerza muscular y la conciencia corporal, como lo destacan
(Ponce & Cedeño, 2023). Además, este tipo de juego fomenta la interacción social, ya que generalmente
se realiza en grupo, promoviendo así la colaboración, el respeto por turnos y la solución de conflictos.
Por último, el juego con reglas que, según (Cruz , Palma, Cacoango, & Zúñiga, 2024) comienza a
desarrollarse entre los cuatro y cinco años, implica entender y aceptar normas previamente establecidas.
Este tipo de juego favorece la función ejecutiva, la concentración, la memoria y la habilidad para seguir
instrucciones. También inculca valores como la equidad, el respeto y la tolerancia ante las derrotas.
pág. 14298
Rol del educador como facilitador en el juego educativo
En la educación inicial, el maestro desempeña un papel esencial como facilitador del juego, ya que no
simplemente observa de manera pasiva, sino que se involucra de manera activa con un propósito
pedagógico claro. (Zambrano, Vélez, & Zambrano, 2022) indican que, aunque el juego surge de forma
natural en los niños, se convierte en una herramienta de aprendizaje valiosa cuando el docente sabe
cómo orientarlo y enriquecerlo.
(Martillo & Zambrano,, 2022)también señalan que una de las funciones más importantes del maestro
es observar el juego infantil para comprender los intereses, requerimientos y el desarrollo de cada niño.
Mediante una observación cuidadosa, el educador puede detectar momentos clave para intervenir, ya
sea mediante preguntas, la introducción de materiales nuevos o el planteamiento de desafíos que
estimulen el pensamiento y la creatividad, incrementando su valor educativo y crea oportunidades para
un aprendizaje significativo.
El juego como estrategia para el crecimiento socioemocional
A lo largo de las actividades lúdicas, los niños asumen diferentes papeles, ya sea en juegos simbólicos
o con reglas, lo que les permite ponerse en el lugar de otros y entender diferentes puntos de vista,
fortaleciendo la empatía, ya que los niños sienten emociones y situaciones ajenas como si fueran suyas.
Al interactuar con sus compañeros, se sienten incentivados a entender y respetar diferentes sentimientos,
lo que contribuye a una convivencia más armoniosa y respetuosa (García, Izquierdo, Aquino, & Silva ,
2021).
Además, el juego crea un entorno seguro donde los niños pueden mostrar emociones intensas como
frustración, alegría o enojo y aprender a gestionarlas de forma gradual. Asimismo, la repetición de
experiencias en el juego les ayuda a desarrollar mecanismos de autorregulación emocional, como esperar
turnos, aceptar la pérdida o encontrar alternativas frente a la frustración; estas habilidades luego se
aplican en contextos distintos, como en el aula o en casa.
El juego y el desarrollo del lenguaje en la primera infancia
El juego es una de las maneras más naturales y efectivas a través de las cuales los niños pequeños
aprenden a comunicarse. En las experiencias lúdicas, los niños se sumergen en ambientes ricos en
interacción, donde se promueve tanto la comunicación verbal como la no verbal. Estas interacciones, lo
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que permite que el lenguaje se desarrolle de manera más fluida, práctica y contextualizada, favoreciendo
así el crecimiento de habilidades comunicativas fundamentales desde muy temprana edad (Cano &
Quintero, 2022).
Existen varios puntos de vista donde señalan que, durante el juego simbólico, los niños adoptan
diferentes personajes e inventan conversaciones, lo cual promueve la creación de oraciones, el uso de
vocabulario y la forma del discurso. Por otro lado, el juego también refuerza la comunicación no verbal,
especialmente en las etapas tempranas. Los gestos, las expresiones faciales, las miradas y los
movimientos del cuerpo son parte del repertorio comunicativo de los niños antes y durante la adquisición
del habla. A través del juego, los pequeños aprenden a interpretar estas señales en otras personas y a
usarlas para complementar o reemplazar la comunicación verbal, promoviendo una interacción más
completa (Guerrero & Tejeda, 2022).
Diseño de espacios lúdicos para el aprendizaje significativo
El entorno físico donde ocurren las experiencias educativas en la infancia temprana tiene un impacto
significativo en el aprendizaje de los pequeños. (Anduvire, Avalos, Godoy, & Rosas, 2023), indican que
un espacio bien planificado, que promueva la curiosidad, la creatividad y la interacción, es esencial para
alentar tanto el juego libre como el dirigido. Los lugares de juego deben ser seguros, accesibles y
organizados de tal manera que motiven al niño a involucrarse de forma activa en su proceso de
aprendizaje, siendo fundamental equilibrar la libertad de los niños con actividades guiadas que los
estimulen y apoyen su crecimiento.
Integración del juego en el currículo de educación inicial
Incluir el juego en el plan de estudios de educación inicial es una técnica pedagógica esencial para
alcanzar aprendizajes significativos en los niños. (Dìaz & Alay, 2023), manifiestan que el juego, en lugar
de ser una actividad aislada de los contenidos educativos, debe estar conectado a los objetivos del
currículo, puesto que ofrece a los niños la oportunidad de aprender de forma activa, gratificante y
adecuada a su desarrollo, para lograr esto es vital que el catedrático elabore propuestas lúdicas con un
propósito educativo, tomando en cuenta los aprendizajes deseados en cada asignatura.
Otra táctica es estructurar el aula en rincones de juego, donde cada área esté vinculada a una función
pedagógica particular. Los rincones de escritura, dramatización, ciencias o arte permiten abordar
pág. 14300
diversos contenidos mediante experiencias lúdicas y prácticas. Estas actividades deben ser adaptables,
ajustándose a los intereses del grupo y fomentando la participación colaborativa de los niños, (Ludeña
& Zambrano, 2022).
Evaluación del aprendizaje mediante el juego
Valorar el aprendizaje en la educación inicial requiere reconocer que los niños aprenden de manera
diferente a los adultos, siendo el juego una de sus expresiones y formas de conocimiento más
fundamentales. A través del juego, los niños demuestran habilidades, intereses, progresos y obstáculos,
lo que convierte esta práctica en una valiosa fuente de información para el docente. En este mismo
ámbito, (Peñafiel, Neira, Alvear, & Tacle, 2024), afirman que evaluar a través del juego no significa
interrumpirlo, sino observar de forma deliberada y sistemática lo que sucede durante estas experiencias
lúdicas.
Uno de los métodos más comunes en este procedimiento es la observación directa, que permite capturar
comportamientos, interacciones, actitudes y logros mientras los niños participan en actividades de juego,
ya sean libres o estructuradas. Sin embargo, para (Chujandama, Castillo, Rengifo, & Cutipa, 2023), estas
observaciones pueden ser organizadas con registros anecdóticos, listas de verificación o escalas de
evaluación, lo que facilita la colección de información sobre el avance cognitivo, lingüístico, motriz y
socioemocional. Es fundamental que el educador observe sin intervenir de manera innecesaria,
permitiendo que el juego se desarrolle de carácter originario.
Otras de las herramientas que se implementan en una evaluación de aprendizaje es el portafolio, donde
se agrupan fotografías y anotaciones de actividades lúdicas que demuestran el desarrollo de cada infante.
También es posible utilizar rúbricas adaptadas a la etapa infantil, con criterios básicos que permitan
valorar elementos como la colaboración, la creatividad, el uso del lenguaje o la solución de problemas.
Estas tácticas deben ser complementadas con la autoevaluación y la coevaluación, ajustadas a la
capacidad de comprensión de los niños.
En definitiva, la evaluación del aprendizaje a través del juego requiere una perspectiva sensible,
respetuosa y cuidadosa por parte del educador. Al considerar el juego como un método legítimo de
aprendizaje, se subraya la relevancia de observar y registrar los avances de los niños en situaciones
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significativas y auténticas, así, la evaluación se transforma en un proceso holístico que apoya y refuerza
el desarrollo infantil, (Torres, 2025).
Barreras y desafíos en la ejecución del juego como táctica educativa
La implementación adecuada del juego como enfoque educativo enfrenta una serie de obstáculos y
dificultades, en numerosos entornos todavía existe la creencia incorrecta de que jugar es una actividad
secundaria o únicamente recreativa, lo que hace complicado su incorporación completa en los métodos
de enseñanza. Esta visión restrictiva puede llevar a que el juego se limite a momentos sueltos,
disminuyendo su potencial pedagógico (Ramírez & Herrera, 2024).
Entre los obstáculos más frecuentes se encuentran la falta de recursos y tiempo. Muchos educadores
deben seguir estrictas y extensas demandas curriculares, lo que limita la oportunidad para realizar
actividades lúdicas. Además, en algunas escuelas no hay materiales adecuados ni espacios diseñados
que faciliten el juego libre o estructurado, lo que restringe la posibilidad de proporcionar experiencias
lúdicas que sean diversas y enriquecedoras (Barahona, Muñoz, Bastidas, & Alvarado, 2024) .
En este panorama, un desafío clave es iniciar un cambio en el paradigma que valore el juego como
esencial para el aprendizaje en la infancia temprana. Para lograrlo, es necesario ofrecer formación
continua a los docentes, respaldar a las instituciones y sensibilizar a las familias sobre las ventajas del
juego educativo. Solo mediante estos esfuerzos se podrá eliminar las barreras existentes y asegurar que
el juego ocupe el lugar que merece en la educación inicial (Berrones, Espinoza, Moyano, & Congacha,
2023).
Impacto de la tecnología en las actividades recreativas
El desarrollo tecnológico ha generado un efecto notable en las actividades recreativas, brindando nuevas
oportunidades y retos en el sector educativo. Las herramientas digitales y los recursos tecnológicos, tales
como los videojuegos educativos y las aplicaciones interactivas, han incrementado la disponibilidad y
la diversidad de las experiencias recreativas accesibles para los niños. Estas tecnologías proporcionan
experiencias de juego que pueden ser extremadamente interactivas y ajustadas a los intereses y
capacidades particulares de los estudiantes.
Los videojuegos educativos, por ejemplo, ofrecen simulaciones envolventes y ambientes de aprendizaje
que permiten a los niños investigar conceptos de manera activa y atractiva. Frecuentemente, estos juegos
pág. 14302
incluyen componentes de gamificación, como premios y niveles, que pueden elevar la motivación y la
participación de los alumnos. No obstante, es crucial que la selección y uso de videojuegos educativos
se realice de manera crítica, garantizando que estén en sintonía con los objetivos de aprendizaje y que
no reemplacen las interacciones sociales y el juego físico.
Las aplicaciones educativas también han surgido como recursos valiosos para el aprendizaje lúdico.
Estas herramientas pueden facilitar actividades que promuevan habilidades específicas, tales como la
lectura, matemáticas y resolución de problemas. La posibilidad de personalizar las actividades y ofrecer
retroalimentación instantánea puede ser beneficioso para el aprendizaje individualizado, aunque los
educadores deben vigilar que estas aplicaciones sean adecuadas y de buena calidad.
Pese a las ventajas potenciales, el uso de tecnología en el juego trae consigo retos. La dependencia
excesiva de dispositivos digitales puede restringir las oportunidades para el juego físico y la interacción
social cara a cara. Además, la desigualdad en el acceso a la tecnología puede provocar disparidades en
las oportunidades de aprendizaje, lo que pone de relieve la necesidad de considerar la equidad al
incorporar tecnología en las actividades recreativas.
La influencia de la tecnología en las actividades recreativas resalta la importancia de mantener un
enfoque equilibrado. Aunque las herramientas digitales pueden enriquecer el juego y el aprendizaje, es
fundamental combinar estas experiencias con actividades sicas y sociales que promuevan un desarrollo
integral. Los educadores deben ser conscientes de mo la tecnología puede complementar, en vez de
suplantar, las metodologías tradicionales de juego y aprendizaje (Candela Borja & Benavides Bailón,
2020).
Juego y aprendizaje interdisciplinario
El juego presenta una oportunidad valiosa para el aprendizaje interdisciplinario, permitiendo a los niños
utilizar y conectar conocimientos de diversas áreas del currículo de manera integrada. Las actividades
recreativas frecuentemente involucran elementos de múltiples disciplinas, como matemáticas, ciencias,
arte y lenguaje, creando contextos donde los niños pueden investigar y entender conceptos de forma
holística.
Además, El juego de roles y las simulaciones proporcionan igualmente oportunidades para el
aprendizaje interdisciplinario. Al asumir diferentes personajes y contextos, los niños pueden indagar en
pág. 14303
conceptos históricos, culturales y sociales, mientras desarrollan habilidades de comunicación y
resolución de problemas. Este tipo de juego permite a los niños explorar y experimentar con temas de
manera inmersiva, propiciando una comprensión más profunda y contextualizada de los conceptos.
Asimismo, el aprendizaje que abarca diversas disciplinas mediante el juego puede estimular la
imaginación y la invención. Los pequeños que participan en juegos que unen varias áreas del saber
frecuentemente descubren nuevas maneras de enfrentar desafíos y crear conceptos. Esta forma de
aprender es beneficiosa no solo para la educación formal, sino también para la formación de habilidades
de análisis crítico y resolución de conflictos en su vida diaria.
Para maximizar el aprovechamiento del juego en el aprendizaje de distintas disciplinas, los docentes
necesitan planificar actividades que efectivamente junten varias materias y que se alineen con los
objetivos de enseñanza. La preparación y la ejecución cuidadosas son fundamentales para asegurar que
las actividades de juego ofrezcan experiencias de aprendizaje ricas y pertinentes en diversas áreas del
conocimiento.
El juego como método para la inclusión educativa
La actividad lúdica se presenta como una herramienta efectiva para fomentar la inclusión en el ámbito
educativo, brindando oportunidades para que todos los alumnos participen y aprendan en conjunto. Las
dinámicas de juego pueden ser ajustadas para adaptarse a las diferentes habilidades y orígenes de los
estudiantes, creando un ambiente educativo más justo y accesible.
Las dinámicas inclusivas permiten que los niños con discapacidades o necesidades particulares se
involucren de forma significativa en el proceso de aprendizaje. Por ejemplo, se pueden diseñar juegos
adaptados que sean accesibles para niños con movilidad limitada o problemas sensoriales, asegurando
que cada estudiante tenga la oportunidad de participar y beneficiarse del juego. Adaptar los juegos y
dinámicas para incluir a todos los alumnos es fundamental para cultivar un sentido de pertenencia y
participación (González Marrero, Veloz Morales, Reyes Gonzàlez, & Mar Cornelio, 2023).
También, el juego puede facilitar la empatía y la comprensión entre alumnos de diversas culturas y
contextos sociales. Las actividades lúdicas que celebran la diversidad y promueven la colaboración
pueden ayudar a los niños a reconocer diferencias y a desarrollar habilidades de comunicación
pág. 14304
intercultural. Este tipo de juego inclusivo favorece la creación de un ambiente de respeto y apoyo en el
aula (Arencibia, Cornelio, & Fortuna, 2024).
Incorporar el juego en la educación inclusiva también puede favorecer el desarrollo de competencias
sociales y emocionales. Los juegos que requieren colaboración y trabajo en equipo permiten a los
estudiantes aprender a relacionarse de manera positiva y respetuosa entre sí. Este desarrollo de
habilidades interpersonales es vital para el éxito en los estudios y en la vida en general.
Para que el juego funcione como estrategia para la inclusión educativa, es esencial que los docentes
reciban formación en métodos inclusivos y en la adaptación de actividades lúdicas. Una planificación
cuidadosa y considerar las necesidades individuales de los alumnos son clave para asegurar que el juego
se convierta en una herramienta efectiva para la inclusión y el aprendizaje equitativo.
DISCUSIÓN
Al momento de finalizar los resultados, se determina la siguiente discusión basado en la relevancia de
las actividades lúdicas en la educación infantil es crucial, sobre todo para ayudar a los pequeños a
entender conceptos abstractos. Estas actividades proporcionan un entorno práctico y concreto que
facilita la visualización y experimentación de ideas complejas, que de otro modo serían difíciles de
captar para los niños. A través de juegos y simulaciones, se favorece la asimilación de conceptos
matemáticos, científicos y lingüísticos de una manera accesible y significativa, lo que da lugar a una
comprensión más profunda y duradera.
Además de su efecto en la comprensión mental, las actividades recreativas son fundamentales para
cultivar competencias sociales. Las dinámicas de juego en el aula actúan como una herramienta valiosa
para enseñar a los niños a trabajar en equipo, negociar y solucionar disputas de forma constructiva. La
interacción que surge en el juego promueve el respeto mutuo y la empatía, las cuales son habilidades
clave para la socialización y el crecimiento personal de los infantes. Este enfoque lúdico en la enseñanza
no solo refuerza los vínculos interpersonales, sino que también capacita a los niños para que interactúen
de manera efectiva en diferentes contextos sociales.
Otro factor importante de las actividades recreativas es su habilidad para elevar la motivación y el interés
de los niños en su educación. La naturaleza entretenida e interactiva de estas actividades atrae la atención
de los pequeños y los anima a involucrarse activamente en su proceso de aprendizaje. Esta motivación
pág. 14305
interna es crucial para que el aprendizaje sea significativo y perdurable, ya que alienta una actitud
positiva hacia la educación y un deseo constante de aprender.
El juego también juega un papel esencial en el desarrollo físico de los niños. A través de juegos y
actividades que requieren movimiento, los niños mejoran sus habilidades motoras grandes y pequeñas,
perfeccionan su coordinación y refuerzan su musculatura. Este desarrollo físico es fundamental para un
crecimiento saludable en los niños y sienta las bases para habilidades motoras más complejas en el
futuro. En el ámbito de la comunicación y el lenguaje, los juegos educativos son ventajosos para
fortalecer las habilidades infantiles. A través de actividades que incluyen narraciones, descripciones y
diálogos, los niños amplían su léxico, perfeccionan su pronunciación y aprenden a expresarse con más
claridad y coherencia. Este enfoque divertido del lenguaje no solo favorece la comunicación eficiente,
sino que también enriquece el desarrollo cognitivo y emocional de los pequeños.
Las actividades recreativas brindan a los infantes la oportunidad de manifestar su creatividad y explorar
su imaginación. Mediante el juego, los niños pueden inventar historias, desarrollar personajes y
escenarios, lo que les ayuda a mejorar su pensamiento creativo y su capacidad para resolver problemas
de manera original. Esta libertad creativa es crucial para desarrollar la confianza en mismos y la
autonomía intelectual. Además, las dinámicas lúdicas en el aula contribuyen a disminuir el estrés y la
ansiedad en los niños. Este entorno es fundamental para el bienestar emocional de los pequeños y
favorece un aprendizaje saludable y equilibrado.
Por lo tanto, resulta fundamental revisar y modificar con frecuencia las actividades recreativas para
optimizar sus ventajas en el aprendizaje. La revisión constante ayuda a detectar cuáles actividades
ofrecen mejores resultados y mo se pueden ajustar para atender las necesidades particulares de cada
niño, garantizando un aprendizaje adaptado y efectivo. Esta estrategia reflexiva y flexible en la ejecución
de las actividades lúdicas asegura que los niños obtengan la experiencia educativa más efectiva,
subrayando su importancia en el desarrollo holístico cognitivo, social, emocional y físico.
CONCLUSIONES
Mediante la exploración científica se pudo constatar que las bases teóricas del juego en la educación
infantil evidencian que jugar no es simplemente un entretenimiento, sino una metodología educativa de
gran efectividad, respaldado por múltiples enfoques psicológicos y pedagógicos, el juego emerge como
pág. 14306
un recurso vital para fomentar un aprendizaje completo, activo y relevante en las etapas más tempranas
de la vida.
La función del docente como intermediario en el juego educativo es fundamental para convertir una
actividad espontánea y natural en un enfoque pedagógico planificado. Su habilidad para observar,
intervenir de manera sensible y diseñar ambientes de juego apropiados tiene un impacto significativo en
la calidad del aprendizaje. De este modo, el juego se transforma de ser simplemente una forma de
esparcimiento a ser una herramienta efectiva para la enseñanza en la etapa inicial.
El juego durante la primera infancia no solo fomenta el desarrollo del lenguaje, sino que también lo
nutre con un aspecto social y emocional esencial. Es un entorno en el que se practica el lenguaje de
manera natural, significativa y motivadora. Por lo tanto, incorporar el juego en las metodologías de
enseñanza es crucial para respaldar la adquisición y el fortalecimiento del lenguaje desde los primeros
años de vida.
Un espacio de juego bien diseñado optimiza el aprendizaje significativo porque se ajusta a las
necesidades e intereses de los niños. No se trata únicamente de adornar con colores y juguetes, sino de
crear un entorno intencionadamente estructurado donde cada experiencia de juego se convierta en una
oportunidad educativa. Así, se promueve la creatividad, la iniciativa y el desarrollo integral desde un
enfoque activo y participativo.
Integrar el juego en el currículo de educación inicial no implica sustituir el contenido por diversión, sino
emplear el juego como un medio para enseñar de manera coherente con las características del desarrollo
infantil. Cuando se planifica con un propósito pedagógico, el juego potencia el aprendizaje, fortalece el
vínculo afectivo con el contexto escolar y favorece el desarrollo integral del niño, convirtiéndose en una
herramienta educativa crucial.
Las actividades lúdicas mejoran la comprensión de los temas, fomentan la creatividad, el pensamiento
crítico y las habilidades para resolver problemas. Esto se logra mediante la exploración y la
experimentación en un entorno seguro.
El juego, al ser una estrategia didáctica, desarrolla habilidades cognitivas como la atención, la memoria,
el pensamiento lógico, la planificación y la flexibilidad cognitiva. Asimismo, el desarrollo mental está
intrínsecamente ligado a otras áreas. La lúdica promueve el desarrollo integral, abarcando lo social,
pág. 14307
corporal, psicomotor, psicoafectivo, y la imaginación, lo que permite un aprendizaje más completo y
significativo.
Para que la lúdica sea efectiva, los docentes deben implementar estrategias adecuadas y los padres deben
participar activamente, mostrando una actitud positiva y ofreciendo espacios de juego seguros y
estimulantes. La colaboración entre escuela y hogar es clave para maximizar los beneficios.
En conclusión, el juego se presenta como el recurso ideal para el aprendizaje en la educación inicial,
facilitando no solo la adquisición de conocimientos específicos, sino también el desarrollo de
habilidades cruciales para el crecimiento mental y personal de los pequeños. Sin embargo, se debe tomar
en cuenta que el juego es el lenguaje natural del niño y un pilar fundamental para su crecimiento mental
equilibrado, proporcionando una base sólida para futuros aprendizajes y habilidades para la vida.
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