EVALUANDO LA EFICACIA DE LA TERAPIA DE
ACEPTACIÓN Y COMPROMISO EN IMAGEN
CORPORAL: REVISIÓN DESCRIPTIVA
EVALUATING THE EFFICACY OF ACCEPTANCE AND
COMMITMENT THERAPY IN BODY IMAGE.
DESCRIPTIVE REVIEW
Evelyn Aislyn Torres Quintero
Universidad Nacional Autónoma de México
Rafael Vázquez Romo
Universidad Nacional Autónoma de México
Antonio Lozoya Martínez
Universidad Nacional Autónoma de México
Verónica Neri Flores
Universidad Nacional Autónoma de México
Liliana Rivera Fong
Universidad Nacional Autónoma de México
pág. 14312
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.20593
Evaluando la Eficacia de la Terapia de Aceptación y Compromiso en
Imagen Corporal: Revisión Descriptiva
Evelyn Aislyn Torres Quintero1
evelyntorresquintero6@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-5564-3375
Instituto Nacional de Cancerología
Universidad Nacional Autónoma de México
México
Rafael Vázquez Romo
vrrafa@yahoo.com.mx
https://orcid.org/0009-0002-8063-9367
Instituto Nacional de Cancerología
Universidad Nacional Autónoma de México
México
Antonio Lozoya Martínez
psic.antonio.lozoya@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-5342-4788
Instituto Nacional de Cancerología
Universidad Nacional Autónoma de México
México
Verónica Neri Flores
vero.psic94@gmail.com
https://orcid.org/0000-0001-7998-5559
Programa MICAELA
Intituto Nacinal de Cancerología
Universidad Nacional Autónoma de México
México
Liliana Rivera Fong
lmeylenf@hotmail.com
https://orcid.org/0000-0003-4155-9954
Instituto Nacional de Cancerología
Universidad Nacional Autónoma de México
México
RESUMEN
La insatisfacción con la imagen corporal (IC) es común en mujeres y en personas con diferencias físicas
visibles; se asocia con malestar psicológico. La Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) puede ser
una terapia útil para abordar la IC, ya que está enfocada en la aceptación, en no juzgar pensamientos y
emociones y en guiar el comportamiento con base en valores personales. Esta revisión tuvo como
objetivo evaluar la eficacia de la ACT en personas con problemas de IC. Se realizó una búsqueda no
sistemática en Pubmed, Redalyc, Psychinfo, y Proquest, usando los motores de búsqueda “Acceptance
and Commitment Therapy” AND “body image,” NOT “eating disorders”. Los estudios obtenidos fueron
evaluados usando el método PICO. Se identificaron 12 artículos y 6 fueron incluidos en la fase de
análisis. Las intervenciones incluyeron mujeres adultas y pacientes con alopecia, cáncer u otras
enfermedades. Las intervenciones de ACT incluyeron técnicas como mindfulness, defusión cognitiva,
acción comprometida, metáforas, psicoeducación. En 5 estudios se mostró que ACT redujo problemas
con la IC. La evidencia sugiere que, al incluir más de un componente, las intervenciones ACT son
efectivas para mejorar la IC en población general y en personas con diferencias físicas visibles.
Palabras clave: imagen corporal, insatisfacción con la imagen corporal, terapia de aceptación y
compromiso, intervención psicológica
1
Autor principal
Correspondencia: evelyntorresquintero6@gmail.com
pág. 14313
Evaluating the Efficacy of Acceptance and Commitment Therapy in Body
Image. Descriptive Review
ABSTRACT
Body Image Dissatisfaction (BID) is common in women and people with visible physical differences
and is associated with psychological distress. Acceptance and Commitment Therapy (ACT) may be a
useful therapy for addressing BID, as it focuses on acceptance, nonjudgment of thoughts and emotions,
and guiding behavior based on personal values. This review aimed to evaluate the efficacy of ACT in
people with BID. A nonsystematic search was conducted in PubMed, Redalyc, PsycINFO, and
ProQuest, using the search terms “Acceptance and Commitment Therapy” AND “body image,” NOT
“eating disorders”. The studies obtained were evaluated using the PICO method. Twelve articles were
identified, and six were included in the analysis phase. Interventions involved adult women and patients
with alopecia, cancer, or other conditions. ACT interventions included techniques such as mindfulness,
cognitive defusion, committed action, metaphors, and psychoeducation. Five studies have shown that
ACT reduces BID problems. Evidence suggests that by including more than one component, ACT
interventions are effective in improving BID in the general population and in people with visible
physical differences.
Keywords: body image, body image dissatisfaction, acceptance and commitment therapy, psychological
intervention
Artículo recibido 02 setiembre 2025
Aceptado para publicación: 29 setiembre 2025
pág. 14314
INTRODUCCN
La Imagen Corporal (IC) se define como las percepciones, pensamientos y sentimientos de una persona
sobre su cuerpo y lo que éste proyecta, dichos componentes se describen en un continuo que va desde
la satisfacción a la insatisfacción con él mismo (Grogan, 2022). La conformación o desarrollo de la IC
depende de diversos factores que incluyen componentes biológicos (como la edad de la menarca y de
la menopausia, número de embarazos o uso de hormonas), psicológicos (como el grado de flexibilidad
psicológica, o la percepción del cuerpo), históricos (experiencias de la persona como abuso sexual o
comentarios sobre la apariencia) y culturales (Pearson et al., 2010). Respecto a la cultura
específicamente, ésta brinda significados a características físicas, que se asocian a salud, estatus
socioeconómico, disciplina y atractivo sexual (Cash et al., 2004). Estos significados y estándares se
transmiten a diferentes niveles; de manera masiva mediante medios de comunicación o en interacciones
cotidianas a través de la presión de familia y de pares (Villegas-Moreno y Londoño-Pérez, 2021).
La apariencia sica ha adquirido tal importancia en las sociedades que, aquellas personas que no
cumplen con los estándares de belleza de la comunidad pueden ser segregadas o enfrentar mayores
desafíos sociales en comparación con quienes sí cumplen con dichos estándares. Esto se manifiesta en
el hecho de que aquellos que son considerados más atractivos; tienden a tener más posibilidades de
conformar un círculo social más amplio y, asociado a ello, mejorar sus habilidades sociales; lo que se
considera un recurso para acceder a trabajos mejor pagados, alcanzar niveles educativos y niveles
socioeconómicos más altos, establecer relaciones de parejas con personas con mejor posición social o
tener más posibilidades de reproducirse (Takáč, 2020; Hamermesh, 2010).
Bajo este contexto, no es de extrañar que las personas desarrollen preocupación por su apariencia física.
Tan sólo en México, cerca del 19% de población femenina en general reconoce una preocupación
moderada por su IC, mientras que el 12.5% tiene una preocupación extrema (Luna-Rojas, 2021). Estas
preocupaciones se intensifican en personas con diferencias visibles en la apariencia por motivos como
padecer condiciones médicas como vitíligo, alopecia o deformidades cráneo-encefálicas; en quienes
cerca del 80% desarrollan ansiedad social asociada a la IC con diversas intensidades (Fang et al, 2022).
En este sentido, el presentar insatisfacción con la IC puede afectar la calidad de vida de las personas de
manera integral, ya que se relaciona con otros problemas de salud mental, tales como ansiedad social,
pág. 14315
estrés psicológico, depresión, trastornos de la conducta alimentaria y afectaciones a la vida sexual; por
lo que problemas severos con la IC pueden desencadenar problemas en su funcionamiento social
causando deterioro social, laboral, familiar y de pareja (Lara Men & Hernández-Manchado, 2024).
Debido a los componentes cognitivos, afectivos y conductuales de la IC, las intervenciones psicológicas
pueden ayudar mediante la modificación de pensamientos, emociones y conductas relacionadas con la
insatisfacción de la IC. Las intervenciones existentes son variadas, por ejemplo, ejercicio físico,
psicoeducación, actividades para mejorar el autoestima o el estilo de vida; pero la evidencia actual
señala a las intervenciones con técnicas cognitivas, conductuales y las de mindfulness/autocompasión
cuentan con evidencia más sólida (Guest et al., 2019). Las técnicas cognitivas favorecen el
reconocimiento de distorsiones cognitivas que dan origen a la insatisfacción con la IC y aportan
estrategias para reestructurarlas. Por su parte, las técnicas conductuales ayudan a disminuir las
conductas de evitación (tales como el aislamiento o evadir mirarse en el espejo) que mantienen la IC
negativa, y ponen a prueba la credibilidad de pensamientos relacionados con la IC. Finalmente, las
intervenciones basadas en mindfulness y autocompasión ayudan a mejorar la flexibilidad en imagen
corporal, la cual se relaciona con una imagen corporal positiva (Alleva et al., 2015). Si una persona con
niveles elevados de inflexibilidad psicológica tiene pensamientos como me veo mal”, tomará este
pensamiento como un hecho y actuará en consecuencia, en cambio, al incrementar los niveles de
flexibilidad psicológica, la relación con el pensamiento será diferente, y probablemente presente
pensamientos más orientados al cuidado del cuerpo (Pearson et al., 2010; Policardo et al., 2025).
De manera específica, entre las opciones de la Terapia Cognitivo Conductual, se encuentra la Terapia
de Aceptación y Compromiso (ACT, por sus siglas en inglés), perteneciente a la tercera ola de este
enfoque. Está basada en la Teoría de los Marcos Relacionales del lenguaje humano y cognición, así
como de la filosofía del contextualismo funcional, el cual incluye seis aspectos: aceptación, defusión
cognitiva, vivir en el momento presente, yo como contexto, valores y acción comprometida (Xu et al.,
2024). Bajo este enfoque, se promueve el afrontamiento de emociones y pensamientos mediante su
aceptación, además, ayuda a las personas a identificar valores personales y comprometerse a ellos
mediante acciones (Tunç et al. 2021); es por ello que se considera una alternativa de tratamiento que
puede ser eficaz para atender problemas de IC al no cuestionar, evitar o confrontar los pensamientos y
pág. 14316
su impacto emocional, además de ayudar a los pacientes a disminuir su énfasis en su imagen corporal,
y a clarificar lo que les importa en la vida, guiándolos a una vida más significativa (Pearson, 2010)
La ACT tiene sus orígenes en 1984, cuando Hayes describió por primera vez la filosofía de la ACT. A
partir de esa fecha, sus principios comenzaron a emplearse en una gran diversidad de problemas
psicológicos, como lo son desórdenes psicóticos, estrés laboral, ansiedad, depresión, consumo de
sustancias, manejo de conflictos familiares y desórdenes alimenticios (Hayes, 2002).
La mayoría de las investigaciones de la ACT sobre IC se han enfocado en desórdenes alimenticios. Las
intervenciones reportadas en la literatura son variadas; con una duración entre 5 y 20 sesiones, y pueden
trabajar o no con los 6 componentes de ACT, las modalidades pueden ser individuales o grupales,
algunas incluyen a los cuidadores primarios de las pacientes. Las técnicas usadas suelen ser la
exposición a la comida temida y a la imagen corporal, la aceptación de emociones displacenteras, el
entrenamiento en habilidades de defusión y en mindfulness, así como la clarificación de valores y acción
comprometida (Onnink et al., 2022).
No obstante, es importante también su atención en otras condiciones de IC no relacionadas con la
preocupación a la comida y el peso, como es el caso de pacientes que presentan alteraciones corporales
visibles; quienes pueden desarrollar sintomatología ansiosa, depresiva, problemas en toma de
decisiones y problemas en su sexualidad derivado de ello. En este sentido, la ACT es una terapia breve
y flexible que puede ser efectiva para trabajar con las variables de resultado o transdiagnósticas de IC
(Pearson, 2010). Es por ello que esta revisión se enfocó en evaluar la eficacia de la ACT o sus
componentes en el tratamiento de problemas con la IC no relacionada a desórdenes alimenticios.
METODOLOGÍA
Para la revisión de literatura, se realizó una búsqueda no sistemática en bases de datos especializados
en el área de la salud (Pubmed, PsychInfo, Redalyc y Proquest). Se tomó como base el modelo PICO
(Population, Intervention, Comparison y Outcome) para la búsqueda de términos dirigidos a los
objetivos de este estudio; lo que llevó a la identificación de los siguientes descriptores clave:
“Acceptance and Commitment Therapy”, “ACT”, “Body Image” NOT “Eating Disorders”.
Se revisaron e incluyeron artículos que fueran intervenciones basadas en ACT y que la variable
dependiente fuese IC, intervenciones llevadas a cabo en adultos y que fueran artículos escritos en
pág. 14317
español o inglés. Se excluyeron aquellos estudios que en su muestra incluyeran participantes con
trastornos de la conducta alimentaria, que fueran protocolos de intervención sin implementación, meta-
análisis o revisiones sistemáticas (Figura 1).
Figura 1. Diagrama de la selección de artículos
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Se identificaron 12 artículos, de los cuales, se excluyeron seis, puesto que cuatro no eran intervenciones,
otro era un metaanálisis y otro era en población con trastorno dismórfico corporal (Figura 1).
Respecto a las características reportadas en las intervenciones, tres fueron realizadas en Europa (Powell
et al., 2023; Velasco et al., 2023; Selvi et al., 2021;), dos en Asia (Tunç et al., 2023; Fang et al., 2022)
y dos en América (Velasco et al., 2023; Margolis & Orsillo, 2016)
En cuanto a los participantes incluidos, el 90.1% fueron mujeres entre los 19 a 56 años. El 45% de los
participantes residían en Europa, el 32.2% en Norteamérica, el 17.5% en Asia, el 1.6% en Australasia y
el 3.2% en otros lugares. El 32.8% era población sana, en su mayoría estudiantes; mientras que el 25.3%
había sido diagnosticado con cáncer de mama, el 13.1% tenía alopecia, el 4.5% tenía cicatrices y el
24.1% algún otro tipo de padecimiento, como como marcas de nacimiento, vitíligo, psoriasis o eczema
que ocasionaba diferencias visibles en la apariencia. Todos los participantes de los estudios refirieron
niveles de moderados a severos en insatisfacción con su IC.
pág. 14318
En cuanto a las variables estudiadas y su medición, la IC se midió con los siguiente instrumentos: Escala
Breve de Miedo a la Evaluación Negativa II (BFNE-II; Powell et al., 2023), Escala de Percepción de la
Imagen Corporal (BIPS; Tunç et al., 2023), Escala de Imagen Corporal de Hopwood (Velasco et al.,
2023), Escala del Yo Físico Negativo (NPSS; Fang et al., 2022), Test de Asociación Implícita (IAT;
Fang et al., 2022), Escala de 9 ítems de Insatisfacción Corporal del Inventario de Desórdenes
Alimenticios (Margolis y Orsillo, 2016), Cuestionario de Forma Corporal (BSQ; Selvi et al., 2021) y
la Escala de Autoestima de Rosenberg (RSES; Selvi et al., 2021).
Para medir las dimensiones trabajadas en ACT, los investigadores emplearon instrumentos como la
Evaluación Comprensiva de los procesos de la Terapia de Aceptación y Compromiso (Powell et al.,
2023), el Cuestionario de Aceptación y Acción II (AAQ-II; Fang et al., 2022) y el Cuestionario de
Fusión Cognitiva (CFQ; Fang et al., 2022).
Los estudios que midieron calidad de vida y funcionalidad lo hicieron con los siguientes instrumentos:
versión española del Cuestionario de Calidad de Vida (EORTC QLQ-C30; Velasco et al., 2023), el
módulo para pacientes con cáncer de mama de la versión española del Cuestionario de Calidad de Vida
(EORTC QLQ-BR23; Velasco et al., 2023), Inventario de Calidad de Vida (QOLI; Selvi et al., 2021) y
la Escala de Ajuste Laboral y Social (WSAS; Powell et al., 2023).
Para la evaluación de cambios emocionales, se usaron los siguientes instrumentos: CORE-10 para medir
distrés general (Powell et al., 2023), Escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria (HADS; Velasco et
al., 2023), Escala de Calificación de Depresión de Montgomery-Åsberg – Autoevaluación (MADRS-S;
Selvi et al., 2021), y la Escala de Satisfacción con la Vida (SWLS; Selvi et al., 2021).
Finalmente, para la evaluación de variables relacionadas a relación de pareja y sexualidad, se usaron la
Escala de Ajuste Diádico (DAS; Tunç et al., 2023) y la Escala de Calidad de Vida Sexual Femenina
(SQOL-F; Tunç et al., 2023).
Con relación a la modalidad de las intervenciones, 50% fueron en línea (Powell et al., 2023; Tunç et al.,
2023; Selvi et al., 2021), 50% presencial (Velasco et al., 2023; Fang et al., 2022; Margolis y Orsillo,
2016); 66.6% fueron individuales (Powell et al., 2023; Velasco et al., 2023; Margolis y Orsillo, 2016;
Selvi et al., 2021) y 33.3% fueron grupales (Tunç et al., 2023; Fang et al., 2022)
pág. 14319
Sobre la duración de las intervenciones, el promedio fue de 10 sesiones, con un rango de 1 a 16 sesiones.
Tres intervenciones contenían todos los componentes del modelo hexaflex, a saber: momento presente,
aceptación, defusión, yo como contexto, acción comprometida e identificación de valores (Tunç et al.,
2023; Fang et al., 2022; Selvi et al., 2021), mientras que una contenía cuatro componentes (momento
presente, defusión cognitiva, identificación de valores y acciones comprometidas; Powell et al., 2023)
y dos solo se enfocaron en aceptación (Velasco et al., 2023; Margolis & Orsillo, 2016). Los materiales
usados en algunas intervenciones fueron guías o libros de autoayuda (Powel et al., 2023; Selvi et al.,
2021) y grabaciones de audio (Margolis & Orsillo, 2016; Selvi et al., 2021). Por último, la tasa de
deserción varió en cada estudio, de mayor a menor: 54.9% (Powell et al., 2023), 23% (Selvi et al.,2021),
6.9% (Fang et al., 2022), 6% (Tunç et al., 2023). En dos estudios no se reportaron deserciones (Velasco
et al., 2023; Margolis y Orsillo, 2016). En ningún estudio se detallaron las razones de las deserciones
de los participantes.
En la tabla 1 se muestran los principales hallazgos o resultados de las intervenciones, donde resaltan
que cinco estudios reportaron mejorías estadísticamente significativas en la imagen corporal y en otras
variables evaluadas como ansiedad, depresión, vida sexual, fatiga y componentes del hexaflex al
compararlas con lista de espera o psicoeducación. Los niveles de evidencia se obtuvieron mediante los
criterios de la Escala Modificada de Shekelle (Barrera-Cruz et al., 2016)
Tabla 1. Características de las intervenciones
Cita
Participantes
(P)
Intervención
(I)
Resultados
(O)
Nivel de
evidencia
Powell,
et al.
(2023).
n=381
participantes, x40
años,
Mu=90.5%
Ho=8.8%
Og=0.7%
70.1% residentes
del Reino Unido
89 tenían alopecia,
31 cicatrices, 125
otros
padecimientos
GC=139
GACT=145
Intervención de
autoayuda basado en
ACT, con una
Duración de 4 semanas,
consistió en una guía
escrita, que se conformó
de 3 secciones:
1. Conciencia de
las sensaciones
internas
2. Promover el
distanciamiento de los
pensamientos
relacionados con la
piel
3. Ayudar a los
individuos a
identificar acciones
basadas en valores y
Diferencia estadísticamente
significativa en el
funcionamiento entre
grupos (GC: 14.11, GACT:
12.62, p=.001), y en el
miedo a ser evaluados de
manera negativa entre pre y
postest en el grupo
experimental (pre: 34.56,
post: 30.11, p<.01)
El 73 - 77% de los
participantes describieron la
autoayuda como útil
Ib
pág. 14320
estrategias prácticas
para manejar la
estigmatización
Tunç et
al.
(2023).
n=31 mujeres
𝑥=44.6 años
𝑥=19.5 años en
matrimonio
𝑥= 14 meses
desde la cirugía.
13 contaban con
escolaridad media
superior, 17
estaban
desempleadas y
17 estaban en
menopausia.
Psicoeducación sobre
imagen corporal, calidad
de vida sexual y ajuste
diádico
Sesión 1. Estar en el
momento presente.
Sesión 2:
descubrimiento de
valores.
Sesión 3: Viaje a las
acciones
comprometidas.
Sesión 4: hacia la
sabiduría en la
aceptación.
Sesión 5: defusión
emocional.
Sesión 6:
autoobservación.
-
Diferencias
estadísticamente
significativas en la escala
de percepción de imagen
corporal (pre: 129.67, post:
165.93, p<001), en la escala
de ajuste diádico (pre:
83.45, post: 108.03, p<001)
y en la escala de calidad de
vida sexual femenina (pre:
64.44, post: 83.01, p<001)
IIb
Velasco
et al.
(2023).
n=139 mujeres
x=52 años 73.2%
mexicanas, 55.1%
casadas, 39.4% en
etapa IIA-IIB,
41.1% con
tratamiento de
quimioterapia y
60.7% cirugía
conservadora.
GP=55
GACT=86
La intervención
consistió en 16 sesiones
semanales y fue dividida
en los siguientes
módulos:
Manejo de estrés
Aceptación de la
enfermedad
Regulación
emocional
Apoyo social
Psicoeducación
La imagen corporal
correlacionó con fatiga
(r=.355, p<.001), dolor
(r=.341, p<.001), ansiedad
(r=.301, p<.001) y
depresión (.483, p<.001)
No se encontraron efectos
estadísticamente
significativos de la ACT
sobre ninguna de las
variables
Ib
Fang et
al.
(2022).
N=86 estudiantes
x=19.57años
Mu=53%, 30.2%
eran recién
ingresados a la
universidad.
GACT= 42
GC= 44.
La intervención
consistió en 10 sesiones:
Presentación
Vivir en el presente
Autoaceptación
Defusión cognitiva
Yo como contexto
Mira tus
pensamientos
Valores
Acción
comprometida
Haz lo mejor
Resumen
Lista de espera
Reducciones
estadísticamente
significativas en fusión
cognitiva (GC=43.67,
GACT=33.20, p<.05),
inflexibilidad psicológica
(GC=27.53, GACT=21.07,
p<.05), actitud negativa
hacia la apariencia general
(GC=2.75, GACT=2.25,
p<.001), en el GACT, a
comparación del GC.
Correlaciones positivas
entre fusión cognitiva e
imagen corporal negativa
(r=.464, p=.002),
flexibilidad psicológica y
defusión cognitiva (r=.568,
p=.001), y entre
inflexibilidad psicológica e
imagen corporal negativa
(r=.389, p=.011; la
inflexibilidad psicológica
impacta en la imagen
IIb
pág. 14321
corporal mediante la fusión
cognitiva)
Margolis
&
Orsillo.
(2016).
n=67
participantes
x=20.15 años
GACT= 21
GTCC=21
GC=24
Intervención de 1 sesión.
Se abordaron los
siguientes temas:
Normalización de
pensamientos.
Psicoeducación de
los efectos de
suprimir o cambiar
los pensamientos y
emociones.
Aceptación como
una alternativa de
afrontamiento.
Actividad de
mindfulness para la
compasión con la
imagen corporal
Control
Reestructuración
cognitiva
La insatisfacción corporal
en el GC se volvió peor con
el tiempo [F(1.63)=10.57,
p<.005].
Sin diferencias
significativas entre el
GACT y el GTCC [F(1,
63)=.62, p=.43, ηp2= .01],
[F(1, 63)=.90, p=.35,
ηp2=.01],
Diferencias significativas
entre el GACT y el GTCC
[F(2,63)=3.78, p<.05]
GC empeoró con el tiempo,
aumentando el distrés
[F(1.63)=4.49=.99, p<.05]
Ib
Selvi et
al.
(2021).
N=54
Solo mujeres
G1= 16
G2= 14
G3= 15
GC= 9
Cuatro condiciones
Autoayuda pura de
16 semanas (G1)
Autoayuda guiada
de 16 semanas (G2)
Autoayuda guiada
de 12 semanas (G3)
Lista de espera
(GC)
Los grupos G1 [t(134) =
2.62, p = 0.01] G2 [t(134) =
2.65, p = 0.009] y G3
[t(134) = 2.87, p = 0.005]
tuvieron cambios a través
del tiempo estadísticamente
significativos y diferentes
de la lista de espera.
G2 no tuvo diferencias de
la lista de espera (x = 91.12,
SD = 27.75, p = 0.056) a
pesar del tamaño de efecto
mediano (d = 0.73). No se
encontraron diferencias
estadísticamente
significativas entre las
condiciones activas
(p<0.97).
En G1 el 37.5% (n = 6)
permaneció igual, 31.3% (n
= 5) mejoró y 31.3% (n = 5)
se recuperó. En G2 el
35.7% (n = 5) permaneció
igual, 21.4% (n = 3) mejoró
y 42.9% (n = 6) se recuperó.
En G3 el 40.0% (n = 6)
permaneció igual, 6.7% (n
= 1) mejoró y 53.3% (n = 8)
se recuperó. En la lista de
espera, 11.1% (n = 1) se
deterioró y el resto (88.9%,
n = 8) permaneció igual.
Ib
Nota: Mu: mujeres, Ho: hombres, Og: otro género, G: grupo, GC: grupo control, GACT: grupo ACT, GP: grupo
psicoeducación, GTCC: grupo terapia cognitivo-conductual, ACT: Terapia de Aceptación y Compromiso, r: coeficiente de
correlación, ηp2: tamaño del efecto, F: prueba de Fischer, Ib: estudio controlado aleatorizado, IIb: cuasiexperimento
pág. 14322
El presente estudio tuvo como objetivo evaluar la eficacia reportada en la literatura de la ACT como
intervención para la IC. Cuatro de los estudios revisados tienen un nivel de evidencia Ib (Powell et al.,
2023; Velasco et al. 2023; Margolis et al., 2016; Selvi et al., 2021), es decir, cuentan con una buena
validez interna al tener dos o más grupos de comparación, aleatorizar a los participantes y confirmar si
los grupos son homogéneos antes de iniciar la intervención, por lo tanto, podemos concluir que las
mejoras observadas en las variables medidas se deben a la intervención.
Sin embargo, dos estudios de la revisión tienen un nivel de evidencia IIb (Tunç et al., 2023; Fang et al.,
2022), debido a que los estudios carecen de grupo de comparación y que se evaluó la eficacia de las
intervenciones mediante la diferencia en las medidas pre y post-intervención, por lo tanto, la eficacia
de la intervención debe tomarse con cautela, puesto que al carecer de grupo control, hay menor certeza
de garantizar que los cambios se debieron a la intervención o al paso del tiempo.
Los estudios sugieren que la ACT es eficaz para población asiática, estadounidense y europea, sin
embargo, su eficacia no es clara en población hispanohablante, ya que solo un estudio incluyó a esta
población (Velasco et al., 2023) y no se observaron efectos significativos sobre ninguna de las variables.
Sin embargo, dicho estudio solo tenía el componente de aceptación, por lo que se necesitan más estudios
que integren más componentes de ACT para conocer su eficacia en población latina.
Los resultados de dicho estudio también pueden sugerir que la aceptación podría no ser suficiente para
aumentar la satisfacción con la IC, ya que aquellas intervenciones que integran más componentes
resultan más eficaces para abordar problemas con la IC. Tal como lo menciona Hayes (2014) el tomar
algunos componentes del modelo no proporciona todos los beneficios de la ACT. La defusión cognitiva,
por ejemplo, ayuda a disminuir el impacto de los pensamientos sobre el cuerpo, el componente de yo
como contexto ayuda a abordar las ideas rígidas mediante las cuales una persona se define a sí misma,
la consciencia en el momento presente ayuda a ampliar el repertorio conductual, con base en
experiencias y no en pensamientos, por último la clarificación de valores y la acción comprometida
ayudan a identificar aquellas cosas -además de los estándares de belleza- que les resultan valiosas para
la persona y que son una guía para el cambio conductual (Pearson et al., 2010).
Los resultados arrojados por el resto de los estudios muestran que la ACT es efectiva para disminuir los
niveles de insatisfacción con la IC. Esto puede deberse a que, de acuerdo con el modelo teórico, la
pág. 14323
inflexibilidad psicológica se correlaciona directamente con malestar psicológico y el desarrollo de
trastornos, por lo tanto, al incrementar los niveles de flexibilidad psicológica, se decrementan los niveles
de insatisfacción con la IC, gracias a que las habilidades que se desarrollan con la ACT ayudan a
disminuir el impacto de los pensamientos evaluativos sobre el cuerpo (Fang et al., 2022; Hayes et al.,
2014).
De esta manera, los resultados de la revisión apuntan a la ACT como una alternativa eficaz para
disminuir la insatisfacción con la IC, no obstante, la generalización de los resultados se ve limitada por
distintos factores que se mencionarán a continuación.
En primer lugar, la muestra total estuvo conformada por un 90.1% de mujeres, por lo que se necesitan
más estudios para evaluar la eficacia de ACT en hombres con insatisfacción en su IC, ya que, al igual
que las mujeres, ellos también perciben presión para cumplir ciertos estándares, que varían de acuerdo
con la cultura, pero que suele considerar que la expresión de la masculinidad está relacionada con el
atractivo de los hombres, y que está dada en gran medida por características corporales, como lo son la
estatura, musculatura, tono de voz, juventud, o bien, en discurso y gestualidad (Mendieta-Izquierdo,
2014). Por otra parte, tres estudios se enfocaron en estudiantes universitarias, que representan el 32.8%
de la muestra total, lo cual puede restringir la generalización de los resultados a población que no cuente
con ese nivel educativo y/o se enfrenten a desafíos sociales diferentes a los de un estudiante como la
búsqueda de empleo. En el caso de México, 78.4% de la población mayor a 15 años no cuenta con grado
de escolaridad a nivel superior (INEGI, 2020) y en América Latina y el Caribe la educación promedio
corresponde a 9.07 años, lo que equivale al primer año de secundaria (Arias et al., 2023).
Asimismo, el 71% de los participantes contaba con alfabetización digital (de las intervenciones que
fueron en línea), lo que también puede limitar la generalización de resultados en personas que no tengan
conocimientos prácticos en tecnología o no cuenten con acceso a internet, como el 28.3% de hogares
en México que no tienen computadora con internet en casa (INEGI, 2023).
Siguiendo la misma lógica, podemos explicar la disminución de los niveles de ansiedad social, distrés
psicológico y depresión después de la intervención con ACT, ya que las técnicas de este modelo teórico
ayudan a disminuir el apego hacia los pensamientos, al disminuir conductas de evitación, incrementar
la conexión con el momento presente y a realizar acciones acordes a valores personales (Hayes et al.,
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2015), de esta manera, el malestar puede disminuir al decrementar las conductas de evitación y el
impacto de pensamientos anticipatorios comunes en la ansiedad, reducir los niveles de rumia y de falta
de acción que suele presentarse en la depresión.
Los resultados de los estudios revisados también arrojaron mejoría en funcionamiento social, calidad
de vida y satisfacción con la vida. Por una parte, estos resultados pueden deberse a la reducción en la
sintomatología ansiosa y depresiva (Valderrama y Sánchez, 2018), como se señaló anteriormente, y por
otra, a que las técnicas de ACT son útiles como estrategias de regulación emocional ya que tiene
similitudes con el modelo de Gross, el cual tiene cinco componentes: selección de la situación,
modificación de la situación, despliegue atencional, cambio cognitivo y modulación de la respuesta. En
el caso de ACT, los dos primeros componentes implican cambios conductuales, que, en el caso de ACT,
se manifiestan con la clarificación de valores, acción comprometida y mindfulness; en el despliegue
atencional se ven involucrados procesos cognitivos, parecidos a las estrategias de aceptación,
orientación al presente y mindfulness de la ACT, finalmente, el cambio cognitivo se ve facilitado
mediante la defusión, mindfulness y el yo-como -contexto, finalmente, la modulación de la respuesta
(Howell & Passmore, 2019).
Otro punto importante que considerar es el de la adherencia a las intervenciones. Un estudio (Powell et
al., 2023) reportó una tasa de deserción del 55%. Los autores mencionan que los participantes refirieron
sentirse abrumados por la longitud del libro de trabajo, tener dificultades con la intervención por ser
auto-dirigida, o el preferir una guía más personalizada. Un metaanálisis asoció tasas de deserción bajas
con características de los participantes; aquellos más jóvenes, con mayor nivel educativo y con mayor
preocupación por su salud permanecían más tiempo en aplicaciones para el cuidado de la salud
(Meyerowitz-Katz, et al., 2020)
Si bien, los estudios analizados en el presente artículo permiten asegurar que la ACT ha mostrado
resultados consistentes hacia la mejoría de los problemas de IC en diversas poblaciones, se debe señalar
que cuentan con limitaciones como la falta de instrumentos confiables que midan todos los componentes
de flexibilidad psicológica, adherencia a los programas online e insatisfacción con la IC. De igual forma
resalta la falta de seguimientos como una limitación importante, ya que esto impide determinar la
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duración o mantenimiento a través del tiempo de los efectos de la intervención, por lo que futuras
investigaciones podrían incluir diseños longitudinales para observar la estabilidad de los resultados.
El muestreo también representa otra limitación, ya que aquellas intervenciones que se realizaron vía
online no incluyeron participantes con poca alfabetización digital o que no contaran con acceso a
internet. Por su parte, los resultados de aquellas intervenciones que se centraron en estudiantes pueden
ser difíciles de generalizar a personas que no pertenezcan a ese grupo etario o que no cuenten con un
nivel de escolaridad superior, por lo que se tendría que evaluar realizar ciertas modificaciones a las
intervenciones con el fin de que las personas con niveles de escolaridad más bajos puedan entenderlas
y completarlas.
Asimismo, cabe señalar que una intervención solo incluyó pacientes de un centro de salud y otra solo
personas con condiciones dermatológicas, lo cual también podría limitar la validez externa de los
resultados. Finalmente, en lo que respecta al muestreo, algunas intervenciones tuvieron un tamaño de
la muestra pequeño, debido a poca adherencia a la intervención y a que un instrumento no tenía la
suficiente sensibilidad para detectar insatisfacción con la IC.
Por otro lado, en cuanto a la revisión realizada, caben señalar algunas como que en primer lugar, la
búsqueda se llevó a cabo solo en cuatro bases de datos, se usaron los términos MeSH “Acceptance and
Commitment Therapy” AND “Body Image” NOT “Eating Disorders”; lo que dista de ser una revisión
sistemática que permitiera identificar toda la literatura disponible sobre esta temática, lo que nos impide
ser categóricos al señalar que la ACT es una intervención eficaz para problemas de IC, pero si permite
mostrar una tendencia que evidencia su eficacia.
CONCLUSIONES
A manera de conclusión, la Terapia de Aceptación y Compromiso muestra evidencia de que ayuda a
disminuir problemas con la imagen corporal, tanto en modalidades individuales y grupales como
presenciales y en línea. Muestra buena eficacia en población asiática, europea y estadounidense, en
estudiantes y en personas con enfermedades que ocasionan diferencias en la apariencia física, como lo
es el cáncer de mama, alopecia, vitíligo, etc.
Sin embargo, son necesarias más investigaciones para saber su eficacia en hombres, y en población
latinoamericana, donde la evidencia es más bien controversial, lo cual podría deberse a que la única
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investigación en mujeres hispanas parecía solo incluir el componente de aceptación. De igual modo, se
necesitan más estudios que evalúen cuándo es más recomendable último, debido a la falta de claridad
sobre el efecto que tiene cada componente en la IC, futuras investigaciones podrían evaluar la eficacia
de cada uno.
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