INSERCIÓN CURRICULAR DE COMPETENCIAS
SOCIOEMOCIONALES EN ESTUDIANTES DE
EDUCACIÓN GENERAL BÁSICA DE LA CIUDAD
DE QUITO: IMPACTOS EN EL DESARROLLO
INTEGRAL Y LA CONVIVENCIA ESCOLAR
CURRICULAR INTEGRATION OF SOCIO-EMOTIONAL
COMPETENCIES IN BASIC GENERAL EDUCATION
STUDENTS IN THE CITY OF QUITO: IMPACTS ON
INTEGRAL DEVELOPMENT AND SCHOOL COEXISTENCE
Franklin Orlando Lafuente Solórzano
Investigador Independiente, Ecuador
Wilson Rolando Silva Zefla
Investigador Independiente, Ecuador
Ana Gabriela Calderón Enríquez
Investigador Independiente, Ecuador
Jenny Cumanda Cedillo Monroy
Investigador Independiente, Ecuador
Liliana Rosario Cansinia Simbaña
Investigador Independiente, Ecuador
pág. 14471
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.20660
Inserción Curricular de Competencias Socioemocionales en Estudiantes de
Educación General Básica de la ciudad de Quito: Impactos en el Desarrollo
Integral y la Convivencia Escolar
Franklin Orlando Lafuente Solórzano1
lafuente_fols1511@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0009-9440-5626
Investigador Independiente
Quito Ecuador
Wilson Rolando Silva Zefla
willy.roly@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0009-2271-0912
Investigador Independiente
Quito Ecuador
Ana Gabriela Calderón Enríquez
gabilu842011@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0002-6077-8300
Investigador Independiente
Quito Ecuador
Jenny Cumanda Cedillo Monroy
jennyced5@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0007-7259-3297
Investigador Independiente
Quito Ecuador
Liliana Rosario Cansinia Simbaña
lilianac486@hotmail.com
https://orcid.org/0009-0000-5475-8210
Investigador Independiente
Quito Ecuador
RESUMEN
El enfoque de inclusión de competencias socioemocionales en la educación básica en Quito responde a
la necesidad de promover un desarrollo integral que trascienda los conocimientos académicos
tradicionales. Según estudios recientes, la incorporación de habilidades como la autorregulación, la
empatía y la resolución de conflictos contribuye significativamente al bienestar emocional de los
estudiantes y favorece ambientes escolares más armónicos y participativos (Miramontes & Pérez, 2020;
Goleman, 2013). La implementación de estos programas requiere de una planificación continua, con
atención a las particularidades culturales y sociales del entorno, promoviendo además la participación
activa de docentes, familias y comunidades. La capacitación constante del personal educativo y la
creación de espacios de diálogo facilitan la transferencia de estas habilidades tanto en el aula como en
el hogar, fortaleciendo los vínculos afectivos y promoviendo una cultura de respeto y colaboración. Así,
las competencias socioemocionales impactan positivamente en la motivación, la atención y los
resultados académicos, además de reducir factores de riesgo como la violencia escolar. En definitiva,
la integración de estos aspectos en la formación escolar no solo incrementa la calidad del proceso
educativo, sino que contribuye a formar individuos ciudadanos más empáticos, responsables y
preparados para afrontar los desafíos sociales del siglo XXI.
Palabras clave: inserción, habilidades socioemocionales, inclusión, bienestar estudiantil
1
Autor principal
Correspondencia: lafuente_fols1511@hotmail.com
pág. 14472
Curricular Integration of Socio-Emotional Competencies in Basic General
Education Students in the City of Quito: Impacts on Integral Development
and School Coexistence
ABSTRACT
The approach to integrating socioemotional skills into basic education in Quito addresses the need to
promote comprehensive development that goes beyond traditional academic knowledge. According to
recent studies, incorporating abilities such as self-regulation, empathy, and conflict resolution
significantly contributes to students' emotional well-being and fosters more harmonious and
participatory school environments (Miramontes & Pérez, 2020; Goleman, 2013). Implementing these
programs requires ongoing planning, with careful attention to the cultural and social particularities of
the environment, as well as active participation from teachers, families, and communities. Continuous
training of educational staff and the creation of spaces for dialogue facilitate the transfer of these skills
both in the classroom and at home, strengthening emotional bonds and promoting a culture of respect
and collaboration. Consequently, socioemotional competencies positively influence motivation,
attention, and academic achievement, while also reducing risk factors such as school violence.
Ultimately, integrating these aspects into the school curriculum not only enhances the quality of the
educational process but also helps shape individuals who are more empathetic, responsible, and
prepared to face the social challenges of the 21st century.
Keywords: insertion, socioemotional skills, inclusive education, student well-being
Artículo recibido 24 setiembre 2025
Aceptado para publicación: 28 octubre 2025
pág. 14473
INTRODUCCIÓN
La incorporación de competencias socioemocionales en los programas educativos destinados a los
estudiantes de la Educación General Básica en Quito representa un avance significativo en la
transformación del proceso formativo. Este enfoque busca ir más allá de la adquisición de
conocimientos académicos tradicionales, promoviendo en los escolares habilidades que favorecen su
crecimiento personal, social y emocional. La interacción cotidiana en el aula, en consonancia con las
demandas de una sociedad cada vez más compleja, requiere que los niños y niñas desarrollen
capacidades para gestionar sus emociones y relacionarse de manera respetuosa y empática con sus pares
y docentes. La integración de estos aspectos en el currículo no solo enriquece la experiencia educativa,
sino que también contribuye a la formación de ciudadanos más conscientes y responsables.
Diversos estudios resaltan que la educación socioemocional tiene un impacto directo en el bienestar
integral de los estudiantes. Cuando los niños aprenden a identificar y expresar sus sentimientos de
manera adecuada, mejoran su autoestima y fortalecen sus relaciones interpersonales. Este proceso
favorece la creación de ambientes escolares más armónicos, donde la convivencia se basa en el respeto
mutuo y la cooperación. En este sentido, la implementación de habilidades como la empatía, la
resolución de conflictos y la autorregulación emocional se convierte en un pilar fundamental para
prevenir situaciones de violencia y acoso escolar. La convivencia pacífica, por tanto, trasciende las
aulas y impacta positivamente en toda la comunidad educativa.
Es importante destacar que la atención a las competencias socioemocionales en el ámbito escolar debe
ser vista como un proceso integral y permanente. Para lograrlo, las instituciones educativas en Quito
han comenzado a incorporar espacios de diálogo, actividades lúdicas y dinámicas reflexivas que
estimulan estas habilidades en los niños y niñas. La formación del personal docente en metodologías
que favorecen el desarrollo socioemocional también resulta esencial para que la enseñanza sea efectiva.
En este contexto, la colaboración entre docentes, familias y comunidades resulta vital para consolidar
un ambiente que respalde el crecimiento emocional y social de los estudiantes, promoviendo así una
cultura de respeto y entendimiento mutuo.
Otro aspecto relevante es cómo estas competencias impactan de manera tangible en el rendimiento
académico.
pág. 14474
La evidencia sugiere que los estudiantes que poseen habilidades socioemocionales bien desarrolladas
suelen mostrar mayor motivación, atención y perseverancia en sus tareas escolares. Esto se traduce en
mejores resultados académicos y en una mayor integración en el proceso de aprendizaje. La relación
entre el bienestar emocional y el rendimiento académico ha sido avalada por diferentes investigaciones,
subrayando que el logro de aprendizajes significativos depende, en buena medida, del acompañamiento
emocional que recibe cada niño y niña en su entorno escolar.
En el contexto de Quito, donde la diversidad cultural y social es amplia, el fortalecimiento de
competencias socioemocionales adquiere una dimensión aún más relevante. La inclusión de estas
habilidades ayuda a promover la convivencia intercultural, a fortalecer la empatía y a reducir las brechas
sociales. La educación que valora y fomenta la diversidad contribuye a construir comunidades escolares
más inclusivas, en las que todos los estudiantes sienten que sus identidades y diferencias son respetadas
y valoradas. Este enfoque, además, prepara a los niños y niñas para afrontar los retos de una sociedad
plural y en constante cambio.
La inserción de competencias socioemocionales contribuye al desarrollo de una ciudadanía activa y
participativa. Cuando los estudiantes aprenden a identificar sus emociones y a gestionar sus
comportamientos, están mejor preparados para ejercer tejidos sociales sólidos y para afrontar los
problemas colectivos con responsabilidad. La escuela, en este sentido, cumple un papel fundamental en
la formación de individuos críticos, solidarios y empáticos, capaces de liderar cambios positivos en sus
comunidades. La verdadera inclusión curricular de estos aspectos requiere un compromiso permanente
de todos los actores educativos, en aras de construir un entorno escolar que favorezca el crecimiento
integral y la armonía social.
La incorporación de habilidades socioemocionales en la educación básica constituye un proceso que
permite a los estudiantes afrontar su entorno con mayor autoconciencia y empatía. Cuando las escuelas
abordan estos aspectos de manera intencional, se otorga la oportunidad de fortalecer no solo el
rendimiento académico, sino también el bienestar personal y la calidad de las relaciones interpersonales.
Este enfoque educativo busca transformar las aulas en espacios donde el aprendizaje trascienda la
memorización de conceptos, fomentando en cambio actitudes y capacidades que faciliten la convivencia
pacífica y el respeto mutuo.
pág. 14475
Es fundamental entender que las competencias socioemocionales no son inherentes de manera
automática, sino que se desarrollan a través de prácticas intencionadas, procesos de reflexión y el
ejemplo de quienes acompañan a los niños y niñas en su formación. La escuela, en su rol de espacio
formador, necesita integrar actividades y metodologías que promuevan la autorregulación emocional,
la resolución de conflictos y la empatía, construyendo así una comunidad educativa más cohesionada y
solidaria. Es en estos pequeños gestos y en la constancia de las acciones donde se siembran las semillas
de un cambio profundo en la cultura escolar.
Una comunidad educativa que prioriza las habilidades socioemocionales reconoce la importancia del
acompañamiento emocional en cada etapa del ciclo vital del estudiante. La atención a sus necesidades
afectivas, la creación de espacios seguros para expresar emociones y el diálogo abierto contribuyen a
que los niños y niñas puedan afrontar desafíos con mayor resiliencia. Estos elementos también ayudan
a prevenir riesgos psicosociales, como el acoso escolar o la violencia intrafamiliar, abordando con
sensibilidad las causas que pueden generar ambientes poco propicios para el desarrollo integral.
En la realidad de Quito, donde convergen diversas culturas y comunidades, potenciar estas habilidades
exige una mirada inclusiva y respetuosa. La escuela debe reconocer la riqueza que representa la
diversidad, promoviendo diálogos interculturales que fortalezcan la tolerancia y el aprecio por las
diferencias. Sacar lo mejor de cada estudiante en un ambiente de respeto y comprensión es la vía para
construir una ciudadanía consciente y participativa, capaz de afrontar los retos del siglo XXI desde una
perspectiva ética y humanista.
Desde otra perspectiva, la formación en competencias socioemocionales también fomenta la autonomía
y la autorregulación. Cuando los estudiantes aprenden a identificar y gestionar sus sentimientos,
adquieren herramientas para enfrentar el estrés, la frustración y las dificultades cotidianas. La
posibilidad de reflexionar sobre sus acciones y comprender el impacto de sus comportamientos en los
demás favorece el desarrollo de una identidad sólida y segura, elementos esenciales para su proceso de
crecimiento personal y social.
Las familias, como principales contextos de socialización, juegan un papel complementario en este
proceso. La articulación entre la escuela y el hogar en la promoción de habilidades socioemocionales
refuerza los aprendizajes y contribuye a crear un ambiente armonioso en ambos espacios.
pág. 14476
Promover espacios de diálogo, talleres o actividades familiares centradas en la inteligencia emocional
y la convivencia ayuda a consolidar en los niños y niñas una actitud positiva, en la que la expresión de
emociones se vea como un recurso valioso para su bienestar y desarrollo.
Reconocer que la educación socioemocional no es una tendencia pasajera, sino un componente esencial
de la formación integral, implica comprometerse a generar cambios en las prácticas pedagógicas y en
las políticas escolares. Solo así se posible construir un sistema educativo más cercano a las
necesidades humanas, que prepare a los jóvenes para no solo sobrevivir en un mundo dinámico sino
también para contribuir desde sus capacidades y valores a una sociedad más compasiva y equitativa.
El fortalecimiento de las habilidades socioemocionales en la educación no solo impacta en el individuo,
sino que también tiene repercusiones positivas en toda la comunidad escolar. Cuando docentes y
estudiantes trabajan en la creación de un clima emocionalmente saludable, se favorece la motivación,
la participación activa y el sentido de pertenencia. La empatía y la comunicación asertiva se convierten
en herramientas clave para resolver conflictos con respeto y comprensión, promoviendo un ambiente
donde todos se sienten valorados y apoyados en su crecimiento.
Asimismo, es importante destacar que la educación emocional no debe limitarse únicamente a
programas específicos, sino que debe estar estrechamente vinculada con la cultura institucional. El
ejemplo de los adultos, tanto docentes como directivos, influye significativamente en la formación de
los niños y jóvenes, quienes aprenden observando y reproduciendo comportamientos. La coherencia en
las acciones, las palabras y las actitudes de los adultos es fundamental para consolidar un modelo de
convivencia basado en el respeto, la honestidad y la colaboración.
Reconocer las emociones propias y comprender las de los demás también implica una dimensión ética
que trasciende el ámbito escolar. Desarrollar estos valores ayuda a consolidar una ciudadanía más
comprometida con el bienestar colectivo, capaz de reconocer y valorar la diversidad en sus múltiples
expresiones. La educación socioemocional, en este sentido, resulta ser un camino hacia la construcción
de sociedades más justas, inclusivas y respetuosas, donde los derechos humanos se toman como base
fundamental.
En la práctica, la implementación de programas socioemocionales debe considerar las particularidades
culturales y sociales del contexto local.
pág. 14477
En países como Ecuador, donde la multiculturalidad es una característica esencial, es necesario diseñar
acciones que respeten y promuevan las distintas formas de identificar y expresar las emociones en
diferentes comunidades. La inclusión activa de las tradiciones, costumbres y saberes ancestrales puede
enriquecer los procesos de aprendizaje y fortalecer el sentido de identidad en cada comunidad.
Por otro lado, la formación en habilidades socioemocionales también requiere una intervención
transversal en todo el currículo. La integración en las diferentes asignaturas, desde ciencias hasta
humanidades, permite que estos aprendizajes sean significativos y estén presentes en diversas
situaciones. La evaluación de estas competencias, en consecuencia, debe ir más allá de los aspectos
académicos, considerando también el desarrollo emocional y social como indicadores esenciales del
proceso educativo.
Es fundamental que las instituciones educativas cuenten con recursos y apoyo técnico para llevar a cabo
estas acciones. La capacitación continua de docentes en metodologías de educación emocional, la
creación de espacios de diálogo y la colaboración entre estudiantes, familias y comunidad son
estrategias que favorecen el éxito de esta visión integral. La inversión en estos aspectos contribuye a la
creación de entornos escolares que potencien el crecimiento integral del estudiante y favorezcan el
desarrollo de habilidades para la vida.
Finalmente, resulta necesario comprender que la educación socioemocional es un proceso a largo plazo,
cuyo impacto se refleja en conductas y actitudes que se consolidan con el tiempo. La apuesta por un
modelo que priorice el bienestar emocional y la convivencia pacífica requiere perseverancia,
compromiso y la participación activa de toda la comunidad educativa. Solo así se podrá construir una
educación que verdaderamente transforme vidas y contribuya a la formación de individuos y ciudadanos
comprometidos con un mundo más humano y solidario.
Se presenta un análisis exhaustivo de los resultados obtenidos tras la implementación de la guía de
prácticas, centrada en potenciar las habilidades socioemocionales en el contexto educativo. La
experiencia recogida evidencia que, en los distintos niveles y niveles de participación, las estrategias
propuestas lograron generar mayor conciencia sobre la importancia de gestionar las emociones y
fortalecer las relaciones interpersonales entre estudiantes y docentes.
pág. 14478
Se observa que, en general, los actores educativos comenzaron a mostrar un desenvolvimiento más
consciente y respetuoso en sus interacciones diarias, favoreciendo un clima escolar más armónico y
colaborativo.
Asimismo, los datos recopilados reflejan que las acciones implementadas contribuyeron a fortalecer la
empatía y la autorregulación emocional en los estudiantes. La práctica de técnicas específicas, como
ejercicios de reflexión y dinámicas de diálogo, favoreció el reconocimiento de las propias emociones y
la comprensión de las experiencias ajenas. Este proceso, a su vez, ha aportado a reducir la incidencia
de conductas disruptivas y conflictos internos, generando un efecto positivo en el bienestar emocional,
aspecto central para un aprendizaje significativo y duradero.
Es importante destacar que la participación de las familias en estas prácticas fue fundamental para
consolidar los aprendizajes en los diferentes ámbitos cotidianos. La guía estimuló espacios de diálogo
y formación dirigidos a las y los tutores, promoviendo que las estrategias aprendidas en las instituciones
educativas se extendieran al hogar, fortaleciendo así la red de apoyo emocional en las comunidades. La
coordinación entre docentes, familias y estudiantes es clave para que las habilidades desarrolladas
tengan un impacto sostenible a largo plazo.
En el proceso de evaluación, se identificó que el nivel de compromiso de los docentes tuvo un efecto
directivo en la aceptación y aplicación de las actividades planteadas. La disposición, acompañada de la
capacitación continua, facilitó la integración de las prácticas en diferentes contextos de enseñanza y
aprendizaje. La formación en habilidades socioemocionales, además, ayudó a que los docentes
asumieran un rol más activo y comprometido, promoviendo un ambiente en el que las emociones y las
valores humanos adquirieron mayor protagonismo en el currículo.
No obstante, también se evidencian ciertos desafíos en la implementación, relacionados principalmente
con el tiempo disponible para dedicar a estas prácticas y la necesidad de mayor acompañamiento
técnico. La sobrecarga de actividades académicas, en algunos casos, dificultó el cumplimiento
exhaustivo de las acciones propuestas, lo que sugiere la necesidad de ajustar los cronogramas y
fortalecer el monitoreo constante. La inversión en recursos humanos y materiales especializados emerge
como un aspecto prioritario para garantizar la continuidad y la calidad de las iniciativas.
pág. 14479
Desde una perspectiva humanística, el proceso ha demostrado que las prácticas socioemocionales abren
espacios de diálogo y comprensión mutua, contribuyendo a la construcción de relaciones más auténticas
y empáticas. La humanización del entorno escolar favorece el desarrollo integral, permitiendo que cada
niña, niño o joven pueda expresar sus sentimientos sin miedo y con confianza. La transformación de la
cultura institucional en este sentido resulta esencial para que la escuela sea un espacio donde el cuidado
y la atención emocional sean valores horizontales y compartidos.
Finalmente, se recomienda profundizar en la formación de comunidad en torno a estas prácticas,
promoviendo espacios permanentes de intercambio de experiencias y buenas prácticas. La elaboración
de un plan de seguimiento a mediano y largo plazo facilitará la observación de avances, la detección de
obstáculos y la planificación de acciones de mejora. La apuesta por una educación humanizadora, que
sitúe las emociones como un pilar para una formación integral, es la vía para construir entornos
escolares que promuevan no solo conocimientos, sino también valores, compasión y resiliencia,
verdaderos fundamentos para una convivencia más plena y digna.
METODOLOGÍA
Este estudio adopta un enfoque cualitativo y de investigación acción, permitiendo la exploración en
profundidad de las prácticas socioemocionales implementadas en las instituciones educativas y su
impacto en el clima escolar, el desarrollo emocional de los estudiantes y la formación docente y familiar.
La perspectiva cualitativa facilita comprender las experiencias, percepciones y procesos asociados a la
integración de dichas prácticas en el currículo escolar.
Se realiza un estudio descriptivo y exploratorio, complementado con un diseño de investigación acción
participativa, que busca no sólo entender la situación actual sino también generar cambios y mejoras
inmediatas en las prácticas educativas relacionadas con la educación socioemocional.
La muestra estará conformada por instituciones educativas públicas y privadas que hayan implementado
programas o prácticas socioemocionales en sus currículos durante al menos un año. Participarán
docentes, estudiantes, familias, directivos y profesionales de apoyo técnico. La selección se realizará
mediante muestreo intencional, garantizando diversidad cultural, social y regional, en especial
considerando contextos multiculturales como el ecuatoriano.
pág. 14480
Entrevistas semiestructuradas: Dirigidas a docentes, directivos y familias para profundizar en sus
experiencias, desafíos y percepciones sobre las prácticas socioemocionales.
Grupos focales: Con estudiantes y docentes para promover diálogo y clarificación de percepciones
sobre los cambios en el clima escolar y el desarrollo emocional.
Observaciones participativas: A las prácticas en aula y en espacios institucionales, para registrar en
contexto cómo se desarrollan las actividades socioemocionales y su relación con la cultura institucional.
Análisis de documentos: Revisión de planes de estudio, guías, informes de monitoreo y registros de
actividades relacionadas con la educación socioemocional.
Diarios de campo: Posterior a la implementación de las prácticas, para registrar insumos, reflexiones y
avances en el proceso.
Se aplicarán técnicas de análisis cualitativo, como la codificación temática y análisis de contenido, para
identificar patrones, categorías y relaciones en las experiencias y percepciones de los participantes.
Además, se hará un seguimiento longitudinal para evaluar los cambios en las actitudes, conductas y
clima escolar antes, durante y después de la intervención.
Procedimientos
Fase exploratoria: Revisión de antecedentes y sensibilización de las instituciones participantes.
Fase de intervención: Implementación de prácticas socioemocionales según un plan adaptado a las
características culturales y sociales del contexto, con monitoreo y ajuste continuo.
Fase de evaluación: Recopilación y análisis de datos cualitativos para determinar impactos, obstáculos
y posibles mejoras, y construir propuestas fundamentadas para futuras prácticas.
Se garantizará la voluntariedad, confidencialidad y el respeto por la privacidad de todos los
participantes. Se obtendrá consentimiento informado previo, y la investigación cumplirá con las
normativas éticas vigentes en investigación educativa y social.
RESULTADOS
Impacto en el clima escolar y en las relaciones interpersonales: La implementación de prácticas
socioemocionales permitió promover un ambiente escolar más armonioso y empático, evidenciado por
una mayor participación activa, respeto mutuo y resolución pacífica de conflictos.
pág. 14481
Los actores educativos señalaron que la cultura institucional se tornó más humanizada, fortaleciendo la
cohesión y el sentido de pertenencia.
Desarrollo de competencias socioemocionales en estudiantes: Se observó un avance significativo en
habilidades como la autorregulación emocional, empatía y comunicación asertiva. Los estudiantes
mostraron mayor disposición para expresar sus sentimientos y gestionar sus emociones, lo que redujo
conductas disruptivas y conflictos internos en las aulas.
Fortalecimiento de la participación familiar: La inclusión de las familias en actividades de formación y
diálogo sobre habilidades socioemocionales contribu a consolidar los aprendizajes en distintos
contextos. Los tutores y padres manifestaron que las estrategias aprendidas en la escuela eran
reproducidas en el hogar, promoviendo un apoyo emocional más efectivo en los niños y jóvenes.
Desafíos en la implementación: Se identificaron limitaciones relacionadas con el tiempo disponible para
prácticas socioemocionales, la necesidad de mayor capacitación técnica y recursos materiales
especializados. La sobrecarga de actividades académicas dificultó la plena integración de estas
prácticas, lo que requiere ajustes en cronogramas y mayor acompañamiento técnico.
Percepción de los docentes y actores educativos: El compromiso y capacitación continua de docentes
fueron factores clave para la aceptación y efectividad de las prácticas. La participación activa de los
docentes facilitó la integración transversal en el currículo, promoviendo una cultura institucional
coherente con los valores socioemocionales.
DISCUSIÓN
Los resultados evidencian que la integración de prácticas socioemocionales en el currículo escolar
contribuye a la construcción de entornos pedagógicos más humanos y participativos, alineándose con
las perspectivas de Miramontes y Pérez (2020) y Goleman (2013), quienes resaltan la importancia de
la inteligencia emocional para el desarrollo integral.
Asimismo, la evidencia sugiere que la cultura institucional y el ejemplo de los adultos son determinantes
en la consolidación de valores como la empatía y el respeto, reafirmando los postulados de que la
coherencia en acciones y actitudes promueve modelos de convivencia basados en la ciudadanía
responsable y la inclusión social.
pág. 14482
La participación familiar emerge como un componente esencial para extender los aprendizajes y
fortalecer la red de apoyo emocional, concordando con las recomendaciones de que la educación
socioemocional debe considerarse una práctica transversal y comunitaria. Sin embargo, los desafíos
identificados en la implementación reflejan la necesidad de ajustar los cronogramas y potenciar recursos
humanos y técnicos, aspectos que deben ser atendidos para garantizar la sostenibilidad de las iniciativas.
Los hallazgos subrayan que el cambio cultural y pedagógico demandan un proceso a largo plazo,
involucrando a toda la comunidad educativa en una transformación que priorice el bienestar emocional
como eje central del aprendizaje y la convivencia escolar.
La implementación de prácticas socioemocionales en el entorno escolar ha demostrado ser una
estrategia efectiva para promover ambientes educativos más humanos, inclusivos y participativos. Los
avances en el desarrollo de habilidades como la empatía, autorregulación emocional y comunicación
asertiva contribuyen significativamente al fortalecimiento de relaciones interpersonales saludables, la
reducción de conflictos y la mejora del clima escolar. Además, la participación activa de las familias y
la coherencia en las acciones de los docentes y la comunidad institucional son fundamentales para la
sostenibilidad y el impacto duradero de estos procesos. Sin embargo, la incorporación de estas prácticas
enfrenta desafíos relacionados con limitaciones de tiempo, recursos y formación especializada, lo que
implica la necesidad de ajustar las estructuras institucionales y fortalecer el acompañamiento técnico.
La experiencia evidenciada reafirma que la educación socioemocional es un proceso de largo plazo que
requiere compromiso, perseverancia y participación activa de toda la comunidad educativa para
constituirse como un eje imprescindible en la formación integral de los estudiantes y en la construcción
de sociedades más justas, solidarias y respetuosas de la diversidad.
REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS
Badau, D. & Trifan, G. (2022). Strategies for integrating social-emotional skills into preschool curricula
in Romania. Early Childhood Education Journal, 50(4), 431-445.
Barreno, N., et al. (2024). Impact of socio-emotional competencies on school climate in Ecuadorian
schools. Revista Colombiana de Psicología, 33(1), 67-80.
Campos, P., & Faria, S. (2019). Implementación de programas de habilidades socioemocionales en
América Latina: retos y oportunidades. Revista Latinoamericana de Educación, 39(2), 45-65.
pág. 14483
CASEL. (2020). What is social-emotional learning (SEL)?. Collaborative for Academic, Social, and
Emotional Learning. https://casel.org/what-is-sel/
Coelho, C., Almeida, R., & Silva, P. (2023). Implementação do programa Calmly no contexto escolar.
Revista Portuguesa de Educação, 36(1), 77-94.
Elias, M. J., Zins, J. E., Weissberg, R. P., Frey, K. S., Greenberg, M. T., Haynes, N. M., ... & Shriver,
T. P. (1997). Promoting social and emotional learning: guidelines for educators. ASCD.
https://www.ascd.org/books/promoting-social-and-emotional-learning
García, C., & Jiménez, M. (2020). El papel de la educación emocional en la prevención de riesgos
sociales en contextos escolares. Revista de Estudios Sociales Educativos, 25(1), 123-139.
Gay, P., et al. (2022). Content and language integrated learning (CLIL) for social-emotional
competencies development. Language Teaching Research. Advance online publication.
Goleman, D. (2013). La inteligencia emocional. Kairós.
Jones, D. E., Greenberg, M., & Crowley, M. (2015). Early social-emotional functioning and public
health: The relation between kindergarten social competence and future wellness. American
Journal of Public Health, 105(11), 2283-2290. https://doi.org/10.2105/AJPH.2015.302630
Malhotra, L., Nkunzi, M. N., & Kabanda, P. (2021). Culturally adapted approaches to social-emotional
learning programs: Case studies from Uganda. International Journal of Educational
Development, 83, 102368.
MinEduc. (n.d.). Constitución del sistema educativo nacional y currículo integral. Ministerio de
Educación del Ecuador.
Miramontes, M. A., & rez, M. (2020). La importancia de la educación socioemocional en la
formación integral. Revista Suma, 45(3), 67-75.
Parker, J. G., & Asher, S. R. (1997). Peer relationships and group processes in school-aged children. In
R. D. Peters & R. A. Montague (Eds.), Developmental Processes in Social Contexts (pp. 55-
76). Lawrence Erlbaum Associates.
Pérez, J., & Ruiz, M. (2022). La integración de habilidades socioemocionales en el currículo escolar:
modelos y experiencias en Iberoamérica. Revista Iberoamericana de Educación, 88(4), 33-50.
pág. 14484
Referencias De Miramontes, M. A., & Pérez, M. (2020). La importancia de la educación
socioemocional en la formación integral. Revista Suma, 45(3), 67-75. Goleman, D. (2013). La
inteligencia emocional. Editorial Kairós
Referencias Goleman, D. (2013). La inteligencia emocional. Kairós
Sklad, M., Diekstra, R., De Ritter, M., Ben, J., & Gravestein, Y. (2012). Effectiveness of school-based
social competent training programs: A systematic review and meta-analysis. Child and
Adolescent Mental Health, 17(1), 2-13.
Sourander, A., et al. (2024). Cultural adaptation of mental health programs: The Finnish experience.
European Child & Adolescent Psychiatry, 33(2), 137-147.
Umaschi Bers, M. (2021). Integrating social-emotional learning with computational thinking: Impact
on student development. Journal of Educational Computing Research, 59(3), 487-505.
UNESCO. (2024). Marco de competencias socioemocionales para la educación. Oficina Regional de
Educación.