TIPOLOGÍA DE HOGARES Y
POBREZA EN MÉXICO
HOUSEHOLD TYPES AND
POVERTY IN MEXICO
Gerardo Núñez Medina
El Colegio de la Frontera Norte, México
Omar Stabridis Arana
El Colegio de la Frontera Norte, México
pág. 16411
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.21052
Tipología de Hogares y Pobreza en México
Gerardo Núñez Medina1
gnunez@colef.mx
https://orcid.org/0000-0001-8038-091X
El Colegio de la Frontera Norte
Tijuana BC. México
Omar Stabridis Arana
ostabridis@colef.mx
https://orcid.org/0000-0001-9070-6311
El Colegio de la Frontera Norte
Tijuana BC. México
RESUMEN
Se analiza la relación entre la tipología de hogares y la pobreza en México, utilizando datos de la
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022 (ENIGH22). Los hogares se clasifican
como familiares (nucleares, ampliados y compuestos) y no familiares (unipersonales y corresidentes),
donde los hogares nucleares son los más comunes (61.4%), seguidos por los ampliados (24.6%) y los
unipersonales (13%). Los hogares compuestos y corresidentes tienen una representación marginal. El
objetivo es evaluar el efecto de la estructura de los hogares sobre el nivel de pobreza de los mismos. La
pobreza en México se mide considerando ingresos y seis dimensiones de rezago social. En 2022, 36.3%
de la población estaba en situación de pobreza, con variaciones según tipo de hogar. Mientras los
hogares ampliados tienden a compartir recursos y reducir gastos, los unipersonales enfrentan mayor
vulnerabilidad al depender de un único ingreso. El análisis revela que los hogares unipersonales y
ampliados son los que más modifican su estructura para enfrentar la pobreza, no así los nucleares. Se
concluye que las estrategias para enfrentar la pobreza incluyen ajustes en gastos, diversificación de
ingresos, uso de redes de apoyo y cambios en la estructura del hogar. Las políticas públicas deben
adaptarse para atender las necesidades específicas de cada tipo de hogar, especialmente los hogares más
vulnerables.
Palabras clave: estructura de hogares, pobreza, jefatura femenina, vulnerabilidad
1
Autor principal
Correspondencia: gnunez@colef.mx
pág. 16412
Household Types and Poverty in Mexico
ABSTRACT
The relationship between household type and poverty in Mexico is analyzed using data from the 2022
National Household Income and Expenditure Survey (ENIGH22). Households are classified as family
(nuclear, extended, and composite) and non-family (single-person and co-resident), with nuclear
households being the most common (61.4%), followed by extended households (24.6%) and single-
person households (13%). Composite and co-resident households have marginal representation. The
objective is to assess the effect of household structure on poverty levels. Poverty in Mexico is measured
by income and six dimensions of social deprivation. In 2022, 36.3% of the population was living in
poverty, with variations according to household type. While extended households tend to share
resources and reduce expenses, single-person households face greater vulnerability as they depend on
a single income. The analysis reveals that single-person and extended households are the ones that most
change their structure to cope with poverty, unlike nuclear households. It concludes that strategies to
combat poverty include spending adjustments, income diversification, use of support networks, and
changes in household structure. Public policies must be adapted to meet the specific needs of each type
of household, especially the most vulnerable ones.
Keywords: household structure, poverty, female heads of household, vulnerability
Artículo recibido 20 octubre 2025
Aceptado para publicación: 15 noviembre 2025
pág. 16413
INTRODUCCIÓN
La tipología de hogares hace referencia a la clasificación de hogares según su composición, estructura
y tamaño, por otro lado, la pobreza se refiere a la falta de recursos económicos y sociales para satisfacer
las necesidades básicas de una persona o un grupo de personas. Así, relación entre la tipología de
hogares y la pobreza es compleja (Tuirán, 1993). La estructura de los hogares define su fuerza laboral
y, por tanto, su capacidad para generar ingresos, de manera que cierto tipo de hogares, por su estructura
y composición serán evidentemente más vulnerables la pobreza (Kuznets, 1978).
Así, el documento tiene por objeto analizar la correlación entre pobreza y la estructura de los hogares
en México, en el entendido que los hogares mexicanos se adaptan a las condiciones económicas
estructurales y coyunturales, es decir, la estructura de los hogares se modifica en función del nivel de
pobreza (Lamo de Espinosa, 1995). La información utilizada, para estimar la pobreza como la tipología
de los hogares proviene de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares de 2022
(Enigh22), levantada por INEGI.
Tipología de Hogares
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) es la institución encargada de hacer el
levantamiento de la ENIGH, es decir, se encarga de recabar información sobre el volumen y tamaño de
la población de México, además del tipo de los hogares que conforman. Así, la definición que hace el
INEGI del concepto de hogar y su estructura es la definición oficial con base en la cual sistematiza toda
información recopilada.
INEGI define un hogar como la unidad formada por una o más personas, vinculadas o no por lazos de
parentesco, que residen habitualmente en la misma vivienda particular, y la estructura bajo la cual
identifica y clasifican los hogares se basa en dos grandes categorías: hogares familiares y hogares no
familiares:
Hogares Familiares
Nuclear: Formados por una pareja con o sin hijos, o por uno de los padres con hijos. También
incluye parejas sin hijos.
Ampliado: Incluye un hogar nuclear más otros parientes, como tíos, primos, hermanos, etc.
pág. 16414
Compuesto: Formado por un hogar nuclear o ampliado, y al menos una persona sin parentesco con
la jefa o el jefe del hogar.
Hogares No Familiares
Unipersonal: Integrado por una sola persona.
Corresidente: Formado por dos o más personas sin relaciones de parentesco con el jefe del hogar
(Hammel & Laslett, 1974).
A lo largo de las últimas dos décadas el número de hogares, así como el tamaño de la población ha
venido creciendo, debido a distintos cambios demográficos producto de las secuelas de la transición
demográfica por la que México atraviesa (Zavala de Cosio, 1992). Así, puede verse en la gráfica 1, que
el número de hogares paso de 22.2 millones en el año dos mil a 37.5 millones en el año 2022. Sin
embargo, a pesar de este hecho general, los hogares familiares, es decir aquellos construidos sobre la
presencia de una pareja con hijos mantienen el predominio.
En particular, en 2022 la estructura predominante en México era de hogares familiares 86.7%
desagregado principalmente en nucleares y ampliados. El restante 13.3 corresponde a hogares no
familiares, donde predominan los unipersonales. La estructura más común sigue siendo el hogar
familiar nuclear, seguido del ampliado, aunque comienzan a ganar importancia los hogares
unipersonales.
La distribución de los tipos de hogar muestra diferencias significativas respecto del porcentaje de
personas que habitan en los mismos, si bien, los hogares nucleares representan el 61.4% del total de
hogares, en ellos habita el 60.2% de la población, en contraste con lo que ocurre en los hogares
ampliados que representan el 24.6% de los hogares, pero acogen al 34.9% de las personas. En el caso
de los hogares unipersonales, estos representan el 13% de los hogares y en ellos habita solo el 3.8% de
la población (ver tabla 1). Es importante recalcar que el incremento de los hogares unipersonales es en
general, resultado de la combinación de mejores condiciones económicas, cambios en la estructura por
edad y sexo de la población y del surgimiento de nuevos patrones socioculturales (Pliego, 2014).
En los hogares mexicanos habitan un promedio de 4.3 personas. Sin embargo, existen importantes
contrastes por tipo de hogar, mientras que en los hogares compuestos encontramos un promedio de 5.9
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personas, en los hogares corresidentes el promedio llega a penas a 2.8 personas, tal y como puede verse
en la tabla 2 y en la gráfica 1.
Gráfica 1: evolución del número de hogares en México
En cualquier caso, resulta evidente que el tipo más común de hogar es el nuclear seguido por el ampliado
y el unipersonal tal y como se muestra en la tabla 1.3. resulta evidente que los hogares compuestos y
corresidentes conforma categorías marginales dado que entre ambos no representan ni el uno por ciento
del total de hogares (0.6% los compuestos y 0.3 los corresidentes) y que lo son también en términos de
población, ya que en los mismos habita sólo el 1.1% de la población total del país (Reher, 1997). Debido
a su baja representatividad, a que el tamaño de muestra tiende a carecer de significancia estadística al
realizar distintas segmentaciones y a reducir el número de categorías permite presentar modelos
parsimoniosos, se recomienda en enfocar el análisis estadístico-económico a los hogares nucleares,
ampliados y unipersonales.
Tabla 1: Hogares y población según tipología de hogar
Tipo de
Hogares
Población
hogar
Porcentaje
Número
Porcentaje
Nuclear
61.4
77,609,370
60.2
Ampliado
24.6
44,998,302
34.9
Compuesto
0.6
1,184,948
0.9
Unipersonal
13.0
4,906,119
3.8
Corresidente
0.3
300,299
0.2
Total
100.0
128,999,038
100
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIGH22
2000 2005 2010 2015 2020 2022
Hogares 22.268.916 24.803.625 28.159.373 31.949.709 35.219.141 37.560.123
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Millones
Hogares
pág. 16416
Es importante destacar que si bien, el peso relativo de la familia ampliada como lugar de residencial de
los individuos, no es como podía esperarse de una sociedad tradicional como la mexicana el tipo más
importante de familia, esta continúa siendo muy importante, ya que representa 34.9% de los hogares en
México, sin embargo, la transformación del México rural y agrícola con residencias
multigeneracionales (familias grandes y extendidas) en favor de un México más urbano e industrial
impulsa la nuclearización de hogares, e incluso favorece el crecimiento de hogares unipersonales
(Conde, 1983).
Tabla 2: Número medio de habitantes por tipo de hogar
Tipo de Hogar
Estimador
D.E.
li
ls
Unipersonal
1
0
1
1
Núclear
3.791
0.01
3.775
3.807
Ampliado
5.595
0.025
5.554
5.637
Compuesto
5.979
0.2
5.649
6.308
Corresidente
2.778
0.152
2.528
3.028
Promedio
4.332
0.014
4.31
4.355
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIGH22
Otro aspecto importante por destacar resulta de la vulnerabilidad económica derivada del tamaño y la
estructura de los hogares, donde el incremento de los hogares unipersonales resulta evidentemente de
un mayor nivel de riqueza de la población, dado que el comprar o rentar una vivienda, así como su
manutención requiere de un flujo constante de ingresos, lo que implica que las crisis económicas
tenderán a reagrupar hogares (Hernández, 1992).
Hogares Nucleares
Los hogares nucleares son los más comunes en México. Están formados por una pareja (con o sin hijos)
o por uno de los padres con sus hijos (hogares monoparentales). En la mayoría de los hogares nucleares
está formado por entre dos y cinco miembros (ver gráfica 1.4), lo que evidencia la presencia de entre
dos y cuatro hijos, sin embargo, como puede verse en la estructura por edad y sexo de los hogares
nucleares, son estos los que encabezan el descenso de la fecundidad, ya que en los hogares ampliados
se observa una menor reducción de población en el grupo de 0-4 años (Esteinou, 2004), tal y como
puede verse en las gráficas 1.5 y 1.6. En las mismas gráficas es posible observar que en ambos tipos de
hogar habita una mayor proporción de mujeres.
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Gráfica 2: estructura por edad y sexo de hogares nucleares
Hogares Ampliados
Este tipo de hogares suele estar compuesto, por lo menos, de tres generaciones: abuelos, padres e hijos.
Asimismo, pueden agregar también a algún miembro de otra generación como un tío o primo soltero,
un sobrino que esté bajo el cuidado o potestad de la familia o un nieto nacido o adoptado por alguno de
los miembros del hogar. Así, existe muy variadas combinaciones de parentescos que se pueden
combinarse para formar un hogar ampliado. La forma más tradicional es cuando distintas unidades
familiares se combinan producto de diferentes arreglos al interior de una misma vivienda; otra también
ocurre en momentos de crisis económicas o de salud que orillan a la formación de un núcleo compartido
por cada serie de hermanos o parientes consanguíneos a formar un núcleo ampliado (Santelices, 2001);
otra posibilidad, que comúnmente se coaliga de alguna manera con los anteriores, es cuando de dos
tipos de familia cuyos descendientes residen en una misma vivienda.
Así, los hogares ampliados en México representan el 24.6% de los hogares del país, al tiempo que dan
cobijo al 34.9% de las personas, lo que implica en el 95% de la población vive ya sea en un hogar
nuclear o ampliado, véase tabla 2. por su importancia solo restaría considerar a los hogares
unipersonales que concentran al 3.8% de la población.
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Gráfica 3: estructura por edad y sexo de la población que habita en hogares ampliados
Es importante señalar que hogares ampliados presenta una de las estructuras por edad más homogéneas
de todos los tipos de hogar, lo que implica que da cabida a personas de todos los grupos de edad y sexo,
a diferencia de los hogares corresidentes o compuestos que dan preferencia a población masculina en
edad laboral, ver gráfica 1.6. en este punto debe señalarse también que los hogares ampliados presentan
una menor reducción porcentual de la base de la pirámide poblacional lo que implica que este tipo de
arreglos familiares tiende a dedicar mayores recursos al cuidado tanto de menores como de adultos
mayores, hecho que resulta fundamental para el diseño de escalas de equivalencia (Levy, 1965).
Hogares Compuestos
Aunque los hogares compuestos en México representan un pequeño porcentaje del total (0.6%) y en
ellos reside el 0.9% de la población total, estos tienen una importancia significativa en la estructura
familiar del país, dado que capturan una parte muy importante de la diversidad y adaptabilidad de la
población. Reflejan la capacidad de las familias para adaptarse a diversas circunstancias, como la
migración, las crisis y los cambios económicos y sociales, fundamentados en el apoyo mutuo entre
personas no emparentadas. Este tipo de hogares están formados por unidades nucleares o ampliadas que
además incluyen personas que no tienen parentesco con el jefe del hogar (Cochinero, 1982; Tuirán,
1993).
pág. 16419
La importancia de los hogares compuestos radica en aspectos relacionados con la existencia de redes
de apoyo. Estos hogares suelen establecerse en base a la presencia de redes de apoyo más amplias y
diversas, lo que puede ser crucial en situaciones de crisis o necesidad económica, estar basados en la
inclusión social que promueven la inclusión de personas que, de otro modo, podrían estar aisladas, como
amigos cercanos, compañeros de trabajo o personas en situaciones vulnerables y capturas nuevas formas
de innovación en la convivencia que representan formas organización familiar que pueden influir en la
creación de políticas públicas más inclusivas y adaptadas a nuevas realidades (Burgos, 2004).
La estructura por edad y sexo de los hogares compuestos captura las relaciones anteriormente expuestas.
Uno de los puntos a resaltar sería la notoria carencia de población en edades laborales/reproductivas
tanto de hombres como de mujeres, tal y como se observa en la gráfica 4. también resulta notoria la baja
presencia de niños, en especial del grupo de 0 a 4 años que pudiera ser reflejo de la ausencia de hombres
y mujeres en edades reproductivas.
Gráfica 4: estructura por edad y sexo de la población que habita en hogares compuestos
Hogares Unipersonales
Se espera que en los próximos años los hogares unipersonales en México experimenten un crecimiento
importante, dado que los hogares unipersonales son considerados un indicador de la modernización y
diversificación de las formas de vida. Representan una mayor independencia y autonomía de las
pág. 16420
personas, especialmente en las áreas urbanas (Hernández, 1992). Este tipo de hogares se conforma más
comúnmente por adultos jóvenes o mayores hombres. En el caso de los mayores, puede estar
relacionado con la viudez o la decisión de vivir solos en la vejez, mientras que para los jóvenes, puede
ser una etapa antes de formar una familia (Pliego, 2014).
Gráfica 5: estructura por edad y sexo de la población en hogares unipersonales
Los hogares unipersonales tienen un impacto importante en el mercado inmobiliario y en el consumo.
La demanda de viviendas más pequeñas y servicios personalizados ha aumentado, lo que ha llevado a
la creación de complejos habitacionales optimizados para una sola persona. Sin embargo, este tipo de
hogares desafía las nociones tradicionales de familia y promueve una visión menos inclusiva y amplia
de lo que constituye un hogar. La existencia de hogares unipersonales contribuye a una menor
diversidad en la estructura familiar y presenta importantes niveles de vulnerabilidad social ante cambios
los ingresos, la salud y/o el empleo, de manera que el crecimiento de hogares unipersonales requiere
del diseño de políticas públicas se adapten para atender sus necesidades específicas, como la seguridad
social, la salud y la vivienda (Burgos, 2004).
De acuerdo con las cifras presentadas, los hogares unipersonales representan el 13 por ciento del total
de hogares, pero en ellos habita únicamente el 3.8% de la población nacional, debido básicamente a que
este tipo de hogares tiene solo un residente.
pág. 16421
En específico, en México, se puede reconocer que esta tendencia de vida más individual tiene su raíz
principalmente en los cambios que ha experimentado la pirámide poblacional, con una cada vez mayor
presencia de adultos y adultos mayores, en especial de personas que se encuentran en la fase final de su
vida laboral o de retiro, lo que les permite vivir solos, en especial para el caso de los hombres, tal y
como puede verse en la gráfica 5.
Hogares Corresidentes
Los hogares corresidentes en México representan una minoría de los hogares y tienen por tanto una
importancia marginal en la estructura social y económica del país, sin embargo, presentan algunas
características clave que hacen relevante su análisis. La corresidencia, que implica compartir vivienda
con personas no emparentadas, puede resultar de una estrategia para enfrentar los altos costos de
vivienda y otro tipo de gastos. Esto es especialmente relevante en áreas marginadas o con altos niveles
de pobreza y/o pobreza extrema, o donde los costos de vida son relativamente más elevados (Cochinero,
1982).
Gráfica 6: estructura por edad y sexo de la población que habita en hogares corresidentes
Los hogares corresidentes pueden ofrecer redes de apoyo más amplias y diversas, lo que puede ser
crucial en situaciones de crisis o necesidad económica. Estas redes incluyen amigos, compañeros de
trabajo y otros individuos, al tiempo que este tipo de hogares puede proporcionar una mayor flexibilidad
pág. 16422
y movilidad, permitiendo a las personas una mayor movilidad por razones de trabajo, estudio o cambios
personales. Representan también nuevas formas de innovación en la convivencia. La corresidencia
fomenta nuevas formas de convivencia y organización social, lo que puede influir en la creación de
políticas públicas más inclusivas y adaptadas que promueven la inclusión social de personas que, de
otro modo, podrían vivir aisladas, como estudiantes, trabajadores migrantes o personas en situaciones
vulnerables (Levy, 1965; Santelices, 2001).
Es importante aclarar que, en los hogares corresidentes la mayoría parte los bienes y servicios tienen
carácter de exclusividad, por lo que en general, no deberían considerarse la utilización de escalas de
equivalencia, ni de economías de escala (en este tipo de hogares suelen dividirse básicamente el gasto
en renta y servicios básicos, agua, gas, internet, etc.). En términos generales en este tipo de hogares
habitan personas en edad laboral, principalmente hombres, tal y como se observa en la gráfica 6. A pesar
de que los hogares corresidentes se conforman por la cohabitación de diversos individuos, la existencia
de lazos consanguíneos resulta crucial para el cuidado tanto de niños como de adultos mayores, lo que
se refleja en la ausencia de niños en la pirámide de población correspondiente (gráfica 6).
La Pobreza en México
Con base en lo señalado en la Ley General de Desarrollo Social (LGDS), el CONEVAL establecer los
criterios para la medición de la pobreza en México, con base en 6 indicadores de rezago social y un
indicador de ingreso monetario. Así, la medición de la pobreza considera además del ingreso
dimensiones como: (1) rezago educativo, (2) falta de acceso a los servicios de salud, (3) falta de acceso
a la seguridad social, (4) vivienda de calidad inadecuada o de espacios insuficientes, (5) indisponibilidad
de algún servicio básico en la vivienda y (6) falta de acceso a la alimentación (CONEVAL, 2010).
De esta manera, la evaluación de la pobreza toma en cuenta los ingresos y seis dimensiones, con un
enfoque que pone en primer plano los derechos sociales. Esta aproximación se enriquece con la
inclusión de la cohesión social, con el fin de reconocer la relevancia de los factores contextuales y
relacionales. Si bien estos pueden ser examinados desde la perspectiva de su influencia sobre la sociedad
y sus efectos, solo es posible medirlos a nivel territorial o comunitario (INEGI-CEPAL, 1993).
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Tabla 3: Proporción nacional de población en pobreza
Indicador
Porcentaje
2016
2018
2020
2022
Población en situación de pobreza
43.2
41.9
43.9
36.3
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIGH22
Para analizar el impacto de la pobreza sobre los hogares se analiza el tipo de hogar, dado que hogares
ampliados pueden tener mayores gastos, pero también más fuentes de ingresos, mientras que los hogares
unipersonales enfrentan una mayor vulnerabilidad económica al depender de un único generador de
ingresos. Mientras los hogares ampliados pueden compartir recursos y reducir gastos a través de la
utilización de economías de escala e incrementar sus fuentes de ingreso cuando cuentan con la
posibilidad de enviar a un mayor número de miembros al mercado laboral (Ariza & Orlandina, 2007),
sin embargo, en algunos casos, es importante considerar la carga de dependientes (niños, ancianos, o
personas con alguna minusvalía) lo que puede efectivamente incrementar el riego de pobreza.
Tabla 4: Pobreza por Tipo de Hogar 2022
Tipo de Hogar
Estadístico
Pobreza
Pobreza Extrema
Unipersonal
Media
0.16685
0.02533
d. estándar
0.37284
0.15713
Nuclear
Media
0.30765
0.05912
d. estándar
0.46152
0.23585
Ampliado
Media
0.37198
0.06882
d. estándar
0.48333
0.25315
Compuesto
Media
0.35817
0.05717
d. estándar
0.47946
0.23217
Corresidente
Media
0.09198
0.00869
d. estándar
0.28900
0.09284
Total
Media
0.30482
0.05695
d. estándar
0.46033
0.23174
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIGH22
Otro aspecto importante por considerar sería la jefatura del hogar. Cuando la jefatura es femenina, esta
suele asociarse a mayores tasas de pobreza (debido a brechas salariales, menor acceso a empleo formal,
etc.), de manera que hogares con determinados tipos de jefatura tales como femenina, adultos mayores
o jóvenes pueden ser consideradas como más vulnerables (Boltvinik & Araceli, 2003).
pág. 16424
METODOLOGÍA
El análisis de la relación entre la proporción de hogares en pobreza y el porcentaje de hogares según
tipología, se basó en el ajuste de un modelo de regresión lineal simple, tal y como se presenta en la
siguiente ecuación:
𝑌
𝑖= 𝛽0+ 𝛽1𝑋𝑖+ 𝜖𝑖
𝑌
𝑖 = Proporción de hogares (unipersonales, nucleares o ampliados, según el caso) por entidad federativa.
𝑋𝑖 = Proporción de hogares en pobreza por entidad federativa.
𝛽0 = Intercepto (proporción de hogares; tipo correspondiente cuando (X = 0)).
𝛽1 = Coeficiente que mide el cambio en (Y) por unidad de cambio en (X).
𝜖𝑖 = Término de error.
Los modelos de regresión se ajustaron empleando la función lm() de lenguaje de programación R (R
Core Team, 2016). Los resultados del ajuste de los modelos de regresión correspondientes a los hogares
unipersonales, nucleares y ampliados se presentan en la tabla 5. Estos señalan que cuando β_1<0 la
pobreza ejerce un efecto negativo sobre la conformación de hogares del tipo analizado y cuando β_1>0
la pobreza ejerce un efecto positivo sobre la formación de hogares analizada.
El modelo de regresión lineal se basa en el supuesto de que existe relación lineal entre la variable X y
Y lo que se verifica en la gráfica 8(a, b y c). Otros supuestos que debe verificarse, al utilizar modelos
de regresión lineal, son la independencia de errores, la homocedasticidad, la varianza constante de los
residuos y la normalidad de los residuos, estos son analizados en la gráfica 9(a, b y c). La
implementación de los modelos de regresión en R y los resultados obtenidos puede verse en la tabla 5.
RESULTADOS
Las familias emplean diversas tácticas para sobrellevar las crisis económicas, variando según su
composición (como familias individuales, monoparentales, nucleares, extensas o compuestas). Dichas
estrategias pueden categorizarse en: Ajustes en gastos y consumo, que incluyen la reducción de gastos
prescindibles, como entretenimiento, vestimenta, restaurantes, etc.; la Sustitución de productos,
cambiando a marcas más económicas o bienes básicos; y el Autoconsumo, mediante el cultivo de
alimentos en huertos familiares o la cría de animales para consumo propio.
pág. 16425
Otras estrategias involucran la diversificación de ingresos, buscando empleos informales, trabajos
temporales o freelance; la Pluriactividad, donde múltiples miembros del hogar generan ingresos
(incluyendo adolescentes o personas mayores); o la migración laboral, que implica el envío de un
miembro a trabajar a otra región o país.
El uso de redes de apoyo familiar o comunitario posibilita el intercambio de bienes o servicios, así como
el acceso a comedores comunitarios o bancos de alimentos. Las adaptaciones en la estructura del hogar
se centran en modificar la estructura familiar, uniendo familias para compartir gastos (por ejemplo,
abuelos, hijos y nietos viviendo juntos), y el envío de miembros a otros hogares, enviando a los hijos a
vivir con familiares para reducir gastos. Dependiendo del tipo de hogar, las familias nucleares tienden
a depender más de redes externas y empleos informales, mientras que las familias extendidas exhiben
una mayor capacidad de apoyo mutuo. Contrariamente, las familias individuales pueden verse más
perjudicadas al carecer de redes familiares cercanas.
Tabla 5: Modelos de regresión lineal
(a) hogares unipersonales
pág. 16426
(b) Hogares nucleares
(c) Hogares ampliados
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIGH22
Estas estrategias de supervivencia difieren según el entorno socioeconómico, el acceso a redes de apoyo
y la gravedad de la crisis económica (Hernández, 1992). La vulnerabilidad de cada tipo de familia varía
debido a factores como la composición familiar, la capacidad de generar ingresos y el acceso a redes de
apoyo. Las familias más propensas a caer en la pobreza son las nucleares, especialmente aquellas
encabezadas por mujeres, dado que a menudo dependen de un solo ingreso, usualmente menor debido
a las disparidades salariales de género, además de factores agravantes como la dificultad para equilibrar
el trabajo y el cuidado de los hijos, sumado a la ausencia de apoyo económico de la pareja.
Gráfica 8: rectas del modelo de regresión
Unipersonal
Nuclear
Ampliado
Fuente: elaboración propia con datos de la ENIGH22
0.075
0.100
0.125
0.150
0.175
0.1 0.2 0.3
pobreza
hogares unipersonales
0.57
0.60
0.63
0.66
0.2 0.4 0.6
población en pobreza
hogares nucleares
0.200
0.225
0.250
0.275
0.2 0.3 0.4 0.5 0.6
población en pobreza
hogares ampliados
pág. 16427
Otro factor que incrementa la vulnerabilidad familiar tiene que ver con su composición etaria, en
particular la presencia de niños, adolescentes o adultos mayores dependientes, debido a la mayor
proporción de miembros inactivos (dependientes) frente a una menor proporción de miembros que
generan ingresos, lo cual se agrava con los gastos asociados a la educación, la salud y la alimentación.
CONCLUSIÓN
El análisis revela que los hogares que modifican su tipología para paliar los efectos de la pobreza son
los unipersonales y los ampliados. Aunque otros estudios señalan que la jefatura del hogar tiene un
impacto significativo sobre el nivel de pobreza de los hogares, los resultados parecen indicar que los
hogares nucleares no modifican su estructura para hacer frente a las presiones económicas, de manera
que sería recomendable analizar más detenidamente el efecto que el sexo de los perceptores tiene sobre
la probabilidad de que un hogar sea pobre. Debido a que diferentes estudios señalan que los hogares
con jefatura femenina tienen una probabilidad de pobreza más baja en comparación con los hogares
cuyo jefe es hombre.
Las familias unipersonales, especialmente aquellas con adultos mayores que dependen de pensiones,
que a menudo son bajas, y que adicionalmente deben enfrentar gastos en salud no cubiertos, así como
las familias ampliadas con alta densidad, donde muchos de sus miembros deben compartir recursos
limitados, son evidentemente más vulnerables. Otro tipo de factores que aumentan la vulnerabilidad de
las familias incluye, desde luego, el bajo nivel educativo de los padres lo que limita su acceso a empleos
mejor remunerados. Finalmente, es importante señalar que existen factores como la discriminación
hacia familias indígenas o afrodescendientes que deben ser analizados con mucho mayor detalle.
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