Aguaiza Pichazaca, Mar�a Erlinda
Docente/investigadora,
Universidad Cat�lica de Cuenca,
Extensi�n Ca�ar.
Ecuador. Licenciada en Enfermer�a.
Pamela Lissette Alarc�n M�ndez
Estudiante de la Carrera
de Enfermer�a
�Universidad Cat�lica de Cuenca, extensi�n
Ca�ar-Ecuador.
Palabras clave:
bulimia nerviosa, enfermer�a, revisi�n sist�mica.
Bulimia and nursing care: a
systematic review
Key Words: bulimia nervosa, nursing.
Art�culo
recibido:� 03 marzo 2022
Aceptado para
publicaci�n: 20 marzo 2022
Correspondencia: �maria@gmail.com
Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar
La
bulimia es un trastorno mental que se enmarca dentro de los trastornos
alimenticios del comportamiento, de acuerdo a la Organizaci�n Mundial de la
Salud (OMS) estos trastornos se caracterizan por un consumo de alimentos
inseguro para la salud de la persona. Problemas como la bulimia nerviosa son de
car�cter agresivo, y pueden alcanzar estados cr�nicos poniendo en riesgo la
vida (1).
La
Federaci�n Espa�ola de Asociaciones de Ayuda contra anorexia y bulimia, define
a la bulimia como �la ingesta excesiva de alimentos que despu�s se intentan
compensar con conductas an�malas como v�mitos, abuso de laxantes y diur�ticos,
o dietas restrictivas (�)� (2). Por su parte, Camarillo, et. al (2016), definen
la bulimia como �(�) episodios repetidos de ingesti�n elevada de alimentos y
preocupaci�n excesiva por el control del peso corporal, lo que origina adopci�n
de medidas extremas para mitigar el aumento de peso� (3). Sumado a este tipo de
comportamiento, se describe tambi�n excesiva preocupaci�n por la imagen
corporal, lo que conduce a conductas poco saludables como provocarse el v�mito
y actividades f�sicas severas que pueden causar lesiones (4). En este marco,
los cuidados de enfermer�a son relevantes para garantizar la seguridad y
adecuada recuperaci�n de los pacientes.�
Algunas
investigaciones han demostrado que la evoluci�n de los pacientes con bulimia es
significativamente mejor cuando �stos poseen cuidados de enfermer�a que
garantizan el consumo adecuado de alimentos, una dieta controlada y los niveles
normales en cuanto al funcionamiento del organismo, por ejemplo Gonz�lez,
(2017), menciona proceso de recuperaci�n controlado f�sica y psicol�gicamente
en pacientes bul�micos con prescripci�n de dieta; Pe�alba, C. menciona tambi�n
la existencia de un �ndice de recuperaci�n m�s alto con diferencia
significativa p<0,002 en relaci�n a pacientes bul�micos con tratamiento
completo excepto prescripci�n espec�fica nutricional (5)(6).
Los
estudios epidemiol�gicos relacionados a esta tem�tica consideran que la
prevalencia de BN es relativamente alta y que var�a, de acuerdo al contexto,
existiendo reportes que van desde el 0,1% de poblaci�n adolescente, hasta el 2%
en algunos casos (7). Resulta sin embargo preocupante el considerar que el
n�mero de casos de bulimia se han multiplicado hasta 10 veces durante los
�ltimos 15 a�os (8).
La
prevalencia de los trastornos de la conducta alimenticia (TCA) var�a de acuerdo
a diferentes pa�ses. Una investigaci�n llevada a cabo en las Islas Canarias
(Espa�a), indic� que la prevalencia de TCA alcanz� el 4,11%; en t�rminos
generales se determin� que la bulimia es m�s prevalente que la anorexia en este
contexto (0,57% y 0,19% respectivamente) (9)
Por
su parte, Zerpa et. al (2020), enfocan el cambio del comportamiento de los TCA
en adolescentes entre los a�os 2012 y 2018, en un estado de M�xico. Los
resultados de la investigaci�n indican un incremento en la prevalencia del 6,4%
al 15,3%, es decir, la cantidad de casos incrementados excedi� el doble;
representando un porcentaje significativo de la poblaci�n adolescente que se
encuentra en riesgo a causa de este tipo de trastornos (10).
Se
conoce tambi�n que la bulimia est� vinculada al sexo femenino, ya que ha sido
reportada en el 90 � 95% de los casos. La edad de aparici�n es tambi�n
altamente frecuente entre los 18 y 20 a�os de edad; los factores de riesgo de
la enfermedad est�n asociados con factores biol�gicos emocionales, psicol�gicos
y sociales. Se ha encontrado tambi�n asociaci�n de la bulimia con otros
trastornos conductuales como la autolesi�n, abuso de sustancias; paralelamente,
muchas de las veces la bulimia se presenta ligada a problemas como ansiedad y
depresi�n (11) (12).
Se
alude que afecta m�s significativamente al sexo femenino a causa de la
influencia del medio social y los excesivos est�ndares de belleza que se
fomentan en los medios como ideales, resultando muchos de ellos poco saludables
por la imagen de extrema delgadez femenina. La vinculaci�n de estos modelos
insanos con la idea de belleza genera una b�squeda de alcanzar estos
estereotipos al punto de poner en riesgo la salud de las adolescentes (13).
En
cuanto al contexto local, no se conocen datos espec�ficos de la prevalencia a
nivel nacional, por lo que se citan estudios localizados. Un estudio realizado
en la ciudad de Cuenca, indican que el riesgo de bulimia es de un 2,7% en
adolescentes de bachillerato. Investigaciones m�s recientes como la de Lema y
Jara (2018), apuntan a considerar que la prevalencia en el pa�s, de trastornos
alimenticios en adolescentes, puede ser m�s alta, oscilando entre el 2 y 8% de
esta poblaci�n (14).
Teniendo
en cuenta la prevalencia y gravedad de la enfermedad, es relevante llevar a
cabo una revisi�n sist�mica que permita analizar y evaluar las investigaciones
que se han producido en los �ltimos a�os en torno a cuidados de enfermer�a en
pacientes bul�micos. El objeto de esto es destacar aquellas gu�as
estandarizadas y protocolos de actuaci�n de enfermer�a en pacientes bul�micos.
Resulta
de inter�s especialmente la b�squeda de estandarizaci�n de protocolos para
garantizar mejores cuidados. Es evidente que los protocolos deber�n acomodarse
tambi�n a los contextos en los que ser�n utilizados, ya que las normativas
internacionales pueden diferir en disponibilidad de insumos y recursos para los
cuidados de enfermer�a.
En
este sentido, se citan revisiones como la de Pe�alba (2018), quien propone una
gu�a de cuidados de enfermer�a general en el diagn�stico de enfermer�a por
patrones de salud, extendi�ndose los cuidados desde la percepci�n, nutrici�n,
actividad, descanso, autopercepci�n y roles de relaci�n entre el enfermero y
paciente; cada uno de estos puntos con especificaciones de cuidados descritas
(5).
En
la misma l�nea de propuestas, la revisi�n de Rodao y Diz (2016), refiere un
proceso de estandarizaci�n de cuidados en pacientes con trastornos de conducta
alimenticia estructurada en la siguiente valoraci�n por patrones funcionales:
percepci�n, nutricional, eliminaci�n, actividad f�sica, reposo, sexualidad,
cognitivo, autopercepci�n, relaciones, adaptaci�n y tolerancia al estr�s,
valores y creencias. Los autores afirman que, de acuerdo a la observaci�n de
casos, se determin� que es muy dif�cil que los pacientes de BM logren superar
su condici�n sin ayuda profesional y cuidados (15).
Consecuentemente,
se ha planteado como objetivo de la revisi�n sist�mica para el an�lisis de los
protocolos y gu�as de actuaci�n desde la enfermer�a en el cuidado de pacientes
con bulimia nerviosa, con miras a orientar gu�as estandarizadas para este tipo
de cuidados que permitan mejorar el desempe�o profesional.
Protocolo y registro
En
la actualidad no existe a nivel local un protocolo previo sobre los cuidados de
enfermer�a en pacientes con bulimia basado en una revisi�n sist�mica.
Se
llev� a cabo una revisi�n sist�mica, siguiendo las normas o directrices
establecidas en la declaraci�n PRISMA 2010, para la realizaci�n revisiones y
metaan�lisis. La b�squeda se realiz� en bases de datos digitales relacionadas
con la producci�n acad�mica y cient�fica tales como revistas indexadas y
repositorios universitarios, enfocando la tem�tica de cuidados de enfermer�a en
bulimia nerviosa.
Criterios de elegibilidad
La
selecci�n de documentos se llev� a cabo teniendo en cuenta los criterios de
elegibilidad tanto de inclusi�n como de exclusi�n.
Los
documentos seleccionados debieron cumplir con los criterios de inclusi�n que a
continuaci�n se describen:
�
A�o de publicaci�n entre
2016 y 2020.
�
Estudios que abarquen
pacientes bul�micos y el abordaje desde la enfermer�a.
�
Estudios basados en
revisi�n sist�mica o estudios de caso.
�
Estudios que muestren resultados
cualitativos o generen directrices para la atenci�n de pacientes bul�micos
desde la enfermer�a.
�
Investigaciones en
espa�ol.
�
Investigaciones que, a
criterio del autor, se enmarquen en los intereses investigativos.
De
igual manera, se descartaron los art�culos y publicaciones que se enmarcaron en
los siguientes criterios de exclusi�n:
�
Art�culos que no est�n
vinculados con los cuidados de enfermer�a.
�
Art�culos que no cuentan
con el respaldo de revistas o entidades que garanticen la confianza de la
informaci�n que proveen.
�
Art�culos que, a
criterio del autor, no responden a los intereses de b�squeda.
�
Art�culos duplicados.
Fuentes de informaci�n
La
revisi�n sist�mica se realiz� mediante la b�squeda bibliogr�fica en bases de
datos acad�micas, entre los meses de junio y agosto de 2020. Estas fuentes de
datos fueron: Google Schoolar, Scopus, Medline, Elsevier; sumado a las
publicaciones en repositorios universitarios nacionales e internacionales. Se
tom� en cuenta tambi�n informaci�n y documentos de p�ginas web de
organizaciones como la OMS, Organizaci�n Panamericana de la Salud (OPS),
La
indagaci�n en las fuentes de informaci�n descritas se llev� a cabo entre los
meses de junio � agosto de 2020.
B�squeda
La
estrategia de b�squeda se bas� en el uso de palabras clave que orientaron la
filtraci�n inicial de los archivos. Las palabras clave se seleccionaron de
acuerdo a la relaci�n directa con la tem�tica de investigaci�n: cuidados de
enfermer�a, bulimia nerviosa (nursing care bulimia nervosa), sus combinaciones,
as� como relativos (sobre todo se evidenci� m�ltiples investigaciones que
enfocan los trastornos de la conducta alimenticia, y entre �stos se trata la
bulimia).
Se
aplic� filtro de b�squeda en relaci�n al a�o de publicaci�n de los art�culos.
En este sentido, se estim� pertinente considerar los art�culos de los �ltimos
cinco a�os; es decir, las publicaciones filtradas fueron aquellas publicadas
entre 2016 y 2020.
Una
vez filtrada la informaci�n, se procedi� a seleccionar de acuerdo a la lectura
de sus t�tulos; descart�ndose art�culos repetidos, publicaciones carentes de
rigurosidad cient�fica, a�os de publicaci�n, y descartados por no tener
relaci�n con la tem�tica de investigaci�n.
En
el proceso inicial se identificaron un total de 312 art�culos con potencial
aporte a la investigaci�n. Posteriormente, se procedi� a filtrar los documentos
mediante lectura de sus t�tulos. Este proceso dio como lugar a una
clasificaci�n de un total de 53 documentos. Finalmente, tras la lectura de los
res�menes de las investigaciones seleccionadas, se alcanz� un total de 21
art�culos, que formaron parte de la sistematizaci�n. Este proceso se ilustra en
la figura 1.
Proceso de extracci�n de los datos
Una
vez seleccionada la informaci�n, se procedi� a su lectura completa, an�lisis y
s�ntesis. La informaci�n fue clasificada en diferentes indicadores considerados
relevantes para la investigaci�n: A�o de publicaci�n, t�tulo de la publicaci�n,
objetivos, metodolog�a, resultados, variables de investigaci�n; los cuales
fueron sistematizados en una plantilla de Excel para su posterior an�lisis.
Finalmente, la informaci�n fue comparada, contrastada y discutida desde un
enfoque cualitativo expreso en un texto narrativo.
Figura 1. Selecci�n de
art�culos para Revisi�n Sistem�tica.
Scopus N= 58 Google Schoolar N=� 192 Art�culos de an�lisis N=250 Art�culos duplicados N= 23 Art�culos descartados
tras lectura de t�tulo N= 145 Art�culos descartados
tras lectura del resumen N=63 Art�culos
seleccionados para la R.S. N=19
Fuente: Autor�a
propia
Elaborado por: El investigador
Lista de datos
Las
variables utilizadas en el proceso de b�squeda fueron: bulimia, cuidados de
enfermer�a. Si bien, estas variables se utilizaron inicialmente como
indicadores de b�squeda, posteriormente se sum� el t�rmino Trastornos de la
Conducta Alimentaria (TCA), debido a que muchas investigaciones abordan todos
los trastornos, considerando que algunos de ellos est�n estrechamente
relacionados; por lo que se sumaron investigaciones basadas en estas variables,
focalizando en su contenido lo referente a la bulimia.
Selecci�n de los estudios:
Del
proceso de b�squeda, se encontr� un total de 19 investigaciones que formaron
parte de la sistematizaci�n.
Caracter�sticas de los estudios:
De
los estudios seleccionados, se obtuvieron las siguientes caracter�sticas:
�
Autor
�
T�tulo de publicaci�n
�
A�o de publicaci�n
�
Pa�s
�
Objetivo
�
M�todo
�
Resultados de la
investigaci�n
�
Variables de la
investigaci�n.
Resultados de los estudios individuales:
Tras
la selecci�n, se obtuvieron los aspectos m�s relevantes de cada investigaci�n
los cuales se presentan en el apartado de la discusi�n. �Los resultados individuales se describen en la
tabla 1.
Tabla
1. Sistematizaci�n de resultados
individuales
N�mero |
Titulo/autor/a�o/pa�s |
Objetivo |
M�todo |
Resultados |
Interpretaci�n |
Variables |
1 |
Manifestaciones cl�nicas y tratamiento de anorexia y la
bulimia nerviosa: perspectiva enfermera. Valdayo, B,; Cruz, E.; Almenta, R.
(2016) El Salvador |
Analizar las manifestaciones cl�nicas y tratamiento de
la anorexia y bulimia nerviosa |
Revisi�n sist�mica |
Se requieren tratamientos multidisciplinares:
enfermer�a, nutrici�n y psiqui�tricos. Focalizados en fases de normalizaci�n
de peso y prevenci�n de reca�das. |
El tratamiento de los TCA se aborda desde m�ltiples
disciplinas, las cuales trabajan coordinadamente para lograr los objetivos
planteados. |
atenci�n enfermer�a-bulimia |
2 |
Intervenciones de enfermer�a para el manejo de la ansiedad
en personas con TCA, Piqueras, Silvia (2016), Espa�a |
Identificar intervenciones de enfermer�a basadas en
evidencias cient�ficas para el manejo de la ansiedad en pacientes con TCA |
Revisi�n bibliogr�fica |
Escasez de investigaciones sobre las intervenciones de
enfermer�a para el manejo de ansiedad en pacientes con TCA. |
Las investigaciones referentes al papel de la enfermer�a
en bulimia son todav�a escasas. |
TCA - Ansiedad - manejo de enfermer�a |
3 |
Efectividad de las intervenciones comunitarias en adolescentes
para la prevenci�n de trastornos de la conducta alimentaria, Campos, M.;
Pino, R.; (2016), Espa�a |
Analizar las intervenciones preventivas de TCA sobre
adolescenets, para evidenciar cuales son efectivas y ofrecer el equipo de
enfermer�a multidisciplinar una visi�n clara sobre las mismas |
Revisi�n sist�mica cuantitativa sin meta-an�lisis |
Los programas preventivos contribuyen a incrementar el
conocimiento de la dieta, pero no se refleja en h�bitos pr�cticos. |
Las intervenciones comunitarias permiten garantizar la
continuidad del abordaje y tratamiento en trastornos como la bulimia. |
TCA - intervenci�n comunitaria - enfermer�a |
4 |
Efectividad de las intervenciones para los Trastornos de
la Conducta Alimentaria en hospitalizaci�n completa: Revisi�n bibliogr�fica,
Moreno, Roc�o, (2016), Espa�a |
Analizar la efectividad de tratamientos complementarios
a la obligaci�n de alimentaci�n, prohibici�n del ejercicio y confinamiento de
los pacientes durante las crisis del TCA. |
Revisi�n bibliogr�fica con estrategia PICO |
Se est� experimentando con tratamientos derivados de la
terapia cognitivo conductual en pa�ses europeos. Muestra efectividad pero
esto puede ser mejorable. |
Los tratamientos experimentales muestran resultados positivos
pero todav�a no se obtienen resultados satisfactorios al 100%, por lo que es
necesario buscar nuevas alternativas. |
TCA-Intervenci�n-medicina |
5 |
Trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes:
prevenci�n primaria, detecci�n precoz y papel enfermero, Gil, L.; G�mez, N.,
(2016), Espa�a |
Dado el aumento de las conductas de riesgo de los
trastornos de la conducta alimentaria en adolescentes y las consecuencias de
comorbilidad, ingresos hospitalarios y mortalidad que conllevan, el objetivo
del trabajo es conocer los modelos de programas de prevenci�n y detecci�n
precoz y el papel que la enfermera lleva a cabo. |
Revisi�n bibliogr�fica |
Los programas que m�s se usan son los que buscan un
cambio de h�bitos y conductas. Es necesario implementar registros y
seguimientos a largo plazo por m�todos de screening como: SCOFF, EDI-3 y
EAT-26. El enfermero debe tomar conciencia de la importancia de su actividad
en la prevenci�n y promoci�n. |
El rol del enfermero en atenci�n primaria es
fundamental, sobre todo en casos de bulimia ya que son de dif�cil detecci�n y
requieren tratamientos de largo plazo, por lo que es mejor prevenirlos. |
TCA-enfermero-prevenci�n |
6 |
Protocolo de actuaci�n Enfermera frente a un diagn�stico
de Trastorno por Atrac�n en centros de salud mental de atenci�n ambulatoria,
Gonz�lez, Alicia, (2016), Espa�a |
Facilitar un protocolo de actuaci�n para la enfermer�a
especializada en salud mental en centros de salud mental de atenci�n
ambulatoria. |
Revisi�n bibliogr�fica |
Los protocolos descritos son posibles aplicar en la
pr�ctica cl�nica y extender su uso a la enfermer�a de atenci�n primaria. |
Los protocolos se aplican tanto en el �mbito cl�nico
como ambulatorio, se focaliza como prioridad la atenci�n primaria. |
TCA-enfermer�a - protocolos de actuaci�n |
7 |
Un reto pendiente para la enfermer�a de atenci�n
primaria: la detecci�n precoz de los trastornos de la conducta alimentaria,
Vega, I. (2019), Espa�a |
Analizar la existencia de programas de detecci�n
temprana en los trastornos de la conducta alimentaria en atenci�n primaria |
Revisi�n sist�mica |
Actualmente no se llevan a cabo de forma organizada
estrategias de atenci�n primaria que deben ser inculcados en el proceso de
formaci�n de enfermer�a |
La formaci�n del enfermero no es completa en referencia
a este tipo de trastornos, por lo que es fundamental modificar los programas
educativos para incluirlos. |
Atenci�n primaria - TCA - enfermer�a |
8 |
Proceso de atenci�n de enfermer�a en paciente con
s�ndrome de Mallory Weiss, Loaiza, L.; Chamba, L.; Maldonado, K., (2019),
Ecuador. |
Analizar un caso cl�nico de S�ndrome de Mallory Weiss
mediante el proceso de atenci�n de enfermer�a |
Cualitativa, estudio de caso |
Los cuidados prioritarios fueron: desequilibrio
hidroelectrol�tico, dolor agudo y termorregulaci�n |
Las manifestaciones cl�nicas de la bulimia son varias,
siendo las m�s relevantes el desequilibrio hidroelectrol�tico. |
S�ndrome M.W. - Enfermer�a - Estudio de caso |
9 |
Proceso de atenci�n de enfermer�a en una adolescente con
trastorno de la conducta alimentaria: bulimia. Eras, J.; Pastor, V., (2019),
Ecuador. |
Identificar los factores de riesgo asociados a los
trastornos alimentarios en adolescentes, el rol de enfermer�a ante la
prevenci�n y manejo |
Retrospectiva, revisi�n sist�mica de art�culos |
Es
recomendable realizar el proceso de atenci�n mediante el modelo de patrones
funcionales de Marjory Gordon, favoreciendo as� la calidad de vida del
paciente. |
Los
modelos de patrones funcionales son recomendables para el seguimiento desde
la enfermer�a, enfocando la calidad de vida. |
TCA-Bulimia-Enfermer�a |
10 |
Cuidados de enfermer�a en los trastornos de la conducta
alimentaria, Cuevas, M. (2016), Espa�a. |
Realizar una b�squeda sist�mica de las investigaciones
realizadas sobre las actuaciones de enfermer�a que se han de llevar a cabo en
los trastornos de la conducta alimentaria |
Revisi�n bibliogr�fica |
El personal de enfermer�a est�
capacitado en cuidados b�sicos en pacientes bul�micos, sin embargo no posee
conocimientos espec�ficos para estos trastornos. |
Es necesario fomentar el estudio
de cuidados de enfermer�a en TCA, ya que se evidencia que no existen
conocimientos espec�ficos. |
cuidados-enfermer�a-TCA |
11 |
Consenso sobre la evaluaci�n y el tratamiento
nutricional de los trastornos de la conducta alimentaria: bulimia nerviosa,
trastorno por atrac�n y otros., G�mez, et. al (2018), Chile |
Analizar las publicaciones referentes a la B.A. en
referencia a evaluaci�n y tratamiento |
Revisi�n bibliogr�fica |
Existe variedad de tratamientos
y evaluaci�n que no tienden a un consenso, adem�s, se observa que el impacto
econ�mico sobre el paciente es significativo, siendo necesario que se tienda
a la reducci�n de costos de los mismos a trav�s de optimizaci�n de costos y
procesos, mismos que derivan de la generaci�n de protocolos validados. |
Los costes generados por este
tipo de enfermedades para un tratamiento �ntegro, son significativamente
altos lo que limita su adecuado abordaje desde la salud p�blica. |
Tratamiento nutricional - TCA |
12 |
Revisi�n narrativa de la literatura sobre Trastornos de
la Conducta Alimentaria (TCA) en Colombia 2005-2015 y an�lisis de expertos
Mu�oz, B. (2016), Colombia |
Analizar desde una revisi�n narrativa los estudios
publicados entre 2005 y 2015 en Colombia sobre TCA. |
Revisi�n bibliogr�fica |
La investigaci�n sugiere introducir el estrato
socioecon�mico como una variable de an�lisis en las investigaciones, ya que
se considera un factor importante a tener en cuenta en este tipo de
trastornos. Desde la enfermer�a, es recomendable dar seguimiento y prestar
atenci�n a los patrones de consumo alimenticio adolescente. |
Los factores sociales como indicadores en TCA, son
relevantes ya que condicionan tanto la aparici�n de la bulimia, como la
posibilidad de ejercer su tratamiento y recuperaci�n. |
TcA-enfermer�a-factores asociados |
13 |
Abordaje de la enfermer�a en los trastornos de la
conducta alimentaria, S�ez, I.; Hern�ndez, B.; Abad, J. (2016), El Salvador. |
Determinar la importancia del diagn�stico precoz de los
trastornos de la conducta alimentaria. |
Revisi�n Bibliogr�fica |
El diagn�stico precoz favorece la eficacia en el
tratamiento. Es necesario dise�ar gu�as b�sicas que orienten los cuidados
fundamentales en este tipo de enfermedades. |
Uno de los principales problemas de la bulimia es la
dificultad de detecci�n, por lo que el diagn�stico precoz favorece el
tratamiento. |
TCA-enfermer�a |
14 |
Acciones de enfermer�a en la prevenci�n de los
trastornos de la conducta alimentaria en los adolescentes del noveno a�o de
la Unidad Educativa San Juan, Puebloviejo, Los R�os, octubre 2018-abril
2019., Ruiz, V.; Oquendo, I., (2019), Ecuador. |
Analizar el nivel de influencia de las acciones de
enfermer�a que incide en la prevenci�n de los trastornos de la conducta
alimentaria en los adolescentes del noveno a�o de la unidad educativa �San
Juan�, Puebloviejo |
bibliogr�fica-documental e investigaci�n de campo |
Todav�a existe desconocimiento sobre la idea de una
saludable imagen corporal en adolescentes. Desde la enfermer�a y en atenci�n
primaria se debe trabajar tanto desde la atenci�n espec�fica, as� como
reforzar los conocimientos que permiten la prevenci�n. |
La idealizaci�n corporal err�nea es uno de los factores
de riesgo m�s relevantes en la adolescencia para dar paso a TCA como la
bulimia, por lo que es fundamental la educaci�n preventiva. |
Atenci�n primaria - TCA - enfermer�a |
15 |
Rol del profesional de enfermer�a en la prevenci�n de
trastornos alimentarios en adolescentes del octavo a�o b�sica de la Unidad
Educativa Emigdio Esparza Moreno, Cant�n Babahoyo, mayo-septiembre 2019.
Murillo, S.; Sol�s, J. (2019), Ecuador. |
Determinar la prevenci�n de trastornos alimentarios en
adolescentes de octavo a�o de b�sica |
Cuantitativa-cualitativa, explicativa correlacional |
El rol
activo del profesional de enfermer�a en prevenci�n influye en la capacidad
escolar de los estudiantes. Los factores a tener en cuenta son la educaci�n
alimentaria y la relevancia sobre la prevenci�n en el personal de enfermer�a.
|
Las
pr�cticas preventivas y de atenci�n primaria por parte del enfermero, enfocan
la educaci�n alimentaria y el fomento de la auto-valoraci�n saludable. |
Prevenci�n - TCA - enfermer�a |
16 |
Prevalencia de conductas alimentarias de riesgo en
adolescentes de Caracas. Zerpa, E.; Ram�rez, A. (2020), Venezuela. |
Comparar la prevalencia de las conductas alimentarias de
riesgo sugestivas de trastornos del comportamiento alimentario en
adolescentes de un municipio de Caracas |
Investigaci�n de Campo |
Existe
incremento en la prevalencia de TCA, por lo que es importante focalizar la
prevenci�n desde la detecci�n de factores de riesgo, aspecto que compete al
personal m�dico y de enfermer�a. |
La
atenci�n primaria cobra relevancia cuando se constata un incremento de TCA en
adolescentes. |
TCA-enfermer�a-prevenci�n |
17 |
Proceso de atenci�n de enfermer�a en trastornos
alimenticios, Gaona, J. (2017), Ecuador. |
Identificar si enfermer�a aplicada los protocolos de
intervenci�n en los trastornos alimenticios como anorexia, bulimia, as� como
la utilizaci�n de la valoraci�n, diagn�stico, planificaci�n y ejecuci�n. |
Descriptivo � documental |
Se destaca el papel de la atenci�n de enfermer�a en
pacientes con TCA, tambi�n la valoraci�n mediante observaci�n, entrevista y modos
sist�micos. Los planes de cuidado fue la taxonom�a NANDA, NOC (resultados),
NIC (evaluaci�n). |
Los planes de cuidados se basan en NANDA, NOC, NIC, de
acuerdo al proceso de intervenci�n del personal. La cercan�a del personal de
enfermer�a con el paciente es relevante y contribuye significativamente en
garantizar resultados positivos. |
TCA-enfermer�a |
18 |
Abordaje de la bulimia en adolescentes: una revisi�n
bibliogr�fica. Tabernero, A. (2017), Colombia. |
Conocer que son los trastornos de conducta alimentaria,
aportar informaci�n actualizada sobre la bulimia y analizar el papel de
enfermer�a ante el manejo y prevenci�n de este trastorno |
Revisi�n bibliogr�fica |
Los
programas de enfermer�a deben ser de dos tipos: dirigido a los adolescentes y
dirigido a padres o cuidadores. Se tratan temas nutricionales, aspectos
emocionales, manejo de las conductas y mejorar las conexiones sociales. La
intervenci�n de la enfermera puede generar cambios significativos en los
pacientes. |
La
intervenci�n de enfermer�a no enfoca solamente al paciente, sino tambi�n a su
entorno familiar ya que este incide tanto positiva, como negativamente en
fomentar la enfermedad, as� como permitir su persistencia. |
TCA-Enfermer�a-Bulimia |
19 |
Proceso de atenci�n de enfermer�a en una adolescente con
trastornos de la conducta alimentaria: bulimia, Pastor, V., (2019), Ecuador. |
Identificar los factores de riesgo asociados a los
trastornos de conducta alimentarios en una adolescente, el rol de� enfermer�a ante la prevenci�n y manejo de
este trastorno. |
Estudio de caso |
la valoraci�n en base a patrones funcionales de Marjory
Gordon favorece la salud y calidad de vida, permitiendo abordar de forma
sist�mica desde la enfermer�a. |
Los patrones de Marjory Gordon son recomendables en el
abordaje desde la enfermer�a. |
Bulimia-enfermer�a |
Fuente:
Revisi�n sist�mica
Autor:
Investigadora
De
los art�culos analizados, se distinguen dos corrientes fundamentales de
investigaci�n en cuanto a la bulimia nerviosa en adolescentes: atenci�n
primaria y cuidados de enfermer�a; los cuales se discuten a continuaci�n.
En
referencia a atenci�n primaria, Ruiz y Oquendo (2019), refieren que es
fundamental que se trabaje de forma preventiva desde el �rea de enfermer�a en
cuanto al correcto consumo de alimentos y la promoci�n de una alimentaci�n
saludable en adolescentes, ya que esto permite una reducci�n significativa de
gastos y complicaciones que pueden derivar de la aparici�n de trastornos de la
conducta alimentaria. En este sentido, los autores sugieren que se brinde mayor
atenci�n de forma recurrente en etapas formativas pre-adolescentes y
adolescentes, siendo estas las edades de riesgo m�s significativas para los TCA
(16).
En
la misma l�nea, S�ez, et. al (2016), refieren que el abordaje preventivo
requiere tener en cuenta la poblaci�n de riesgo, focalizando el grupo
adolescente y con m�s enfoque en el grupo femenino, ya que m�s del 90% de casos
de bulimia se presentan en este. En este sentido, los autores indican que la
existencia de co-morbilidad de patolog�as psicol�gicas son los principales
indicadores de riesgo: trastornos como ansiedad, depresi�n, baja autoestima y
muestras de insatisfacci�n que se manifiestan en la capacidad adaptativa, son
factores a tener en cuenta para focalizar grupos potenciales que puedan
desarrollar TCA como la bulimia (17). Efectivamente, otros autores concuerdan
en que la naturaleza de trastornos como la bulimia responden a la convergencia
de factores sociales, culturales, psicol�gicos y biol�gicos (gen�ticos); por lo
que las acciones preventivas deben abarcar todas estas dimensiones de manera
que se tenga un impacto favorable (18).
Las
investigaciones en cuanto a atenci�n primaria para TCA indican que las
instituciones educativas son puntos estrat�gicos para prevenir, ya que se
estima que aproximadamente el 19% de la poblaci�n universitaria tiene riesgo de
desarrollar alg�n problema de TCA. Particularmente, se indica que el riesgo de
suicidio en este tipo de trastornos es m�s alto en pacientes con bulimia, de
donde se comprende la complejidad de la atenci�n a la enfermedad, que
necesariamente requiere abordaje bio-psico-social y de largo plazo para evitar
reca�das (19).
Resulta
de inter�s para la atenci�n primaria el enfocar el entorno familiar, ya que las
investigaciones se�alan que la disfunci�n familiar es un factor que predispone
trastornos de conducta alimentaria, de manera especial la bulimia. No solamente
participa la familia de forma que exista predisposici�n a la aparici�n de la
enfermedad, sino que esta inclusive puede contribuir a mantener las conductas
alimentarias inadecuadas del adolescente con objeto de evitar conflicto, por lo
que las intervenciones multidisciplinares son necesarias (20,21).
Resulta
de inter�s el abordaje primario ya que la bulimia nerviosa puede resultar
dif�cil de detectar, alcanzando niveles graves para que tanto el adolescente
como su familia admita que requieren ayuda profesional para superarla. En este
sentido, cabe distinguir dos tipos: purgativa y no purgativa. La primera se
caracteriza por usar m�todos que permitan la compensaci�n de la ingesta
excesiva, ya sea mediante laxantes, diur�ticos, entre otros; y la no purgativa,
que se caracteriza por comportamientos excesivos destinados a compensar el
exceso de alimento, tales como dietas excesivas recurrentes o episodios
intensos de actividad f�sica que resultan graves para la salud (20).
En
referencia a la etapa de tratamiento y atenci�n, la misma est� dividida en dos
fases: recuperaci�n del peso y normalizaci�n de la conducta, y prevenci�n de
reca�das. Generalmente, los episodios de bulimia est�n asociados con
antecedentes de sobrepeso u obesidad, por lo que la b�squeda de normalizaci�n
de peso puede orientarse estrat�gicamente de mejor manera que en casos de anorexia,
en los que es m�s complejo restituir el peso normal y establecer h�bitos
alimenticios saludables (22).
El
proceso de restituci�n del peso normal es progresivo y acompa�ado de apoyo
psicol�gico y nutricional. Es fundamental que el profesional de enfermer�a se
enfoque en establecer una relaci�n buena con el paciente, de forma que esta
relaci�n afectiva positiva contribuya a mejores resultados. De acuerdo a la
gravedad de la bulimia, el v�mito puede darse de forma inducida, o, cuando
estos episodios han sido practicados frecuentemente, se dan en forma de reflejo
(23).
Las
manifestaciones cl�nicas frecuentes est�n relacionadas con alcalosis
hipopotas�mica, generada a causa de los v�mitos, y alteraciones electrol�ticas
en el caso de uso de laxantes, por lo que es fundamental tener en cuenta estos
factores al momento de abordar al paciente y orientar sus cuidados de
enfermer�a. Los casos m�s severos presentan pancreatitis aguda y efectos
generados por la alteraci�n electrol�tica tales como arritmias card�acas (20).
En cuanto a las complicaciones cl�nicas, se destacan: prolapso mitral,
alteraciones en el EGC, alteraciones renales como hidroelectrol�ticas, fracaso
renal agudo, nefropat�a hipopotas�mica, cailosidades en nudillos (Signo de
Russell), alteraciones del tracto digestivo como: erosi�n del esmalte dental,
gingivitis, hipertrofia de gl�ndulas salivales, esofagias, pancreatitis aguda
(24) (25).
Generalmente
la atenci�n en bulimia se lleva a cabo en procesos ambulatorios, sin embargo,
cuando estas no son eficaces o no dan resultados en relaci�n al lapso de
tiempo, se requiere hospitalizaci�n. La focalizaci�n en la dieta debe ser
rigurosa. La estimaci�n de la necesidad de hospitalizaci�n est� vinculada con
la valoraci�n de gravedad de la manifestaci�n cl�nica; misma que est� en
funci�n de la frecuencia de los eventos compensatorios (v�mitos, uso de
laxantes o ejercicio excesivo), consider�ndose que entre 1 � 3 episodios
semanales se considera leve, entre 4 y 7 episodios semanales, se considera de
nivel moderado, entre 8 y 13 episodios compensatorios semanales, se considera grave
y cuando excede estas cifras, se considera un caso extremo.
Si bien gran parte de los casos se tratan de forma
ambulatoria, los tratamientos requieren la coordinaci�n multidisciplinar. De
acuerdo a Gil y G�mez (2016), el equipo multidisciplinar puede estar conformado
por: psiquiatras, m�dico familiar, m�dico nutricional, enfermeras (26) (en
casos de ni�os, se debe sumar la atenci�n pedi�trica, sin embargo, los casos
son poco frecuentes) (27). Es preciso una coordinaci�n coherente y comunicaci�n
contin�a entre los equipos de trabajo, generalmente estos est�n orientados de
acuerdo a las recomendaciones dadas por el psiquiatra, quien es el principal
encargado de orientar el tratamiento. La inadecuada coordinaci�n puede traer
consecuencias negativas en la evoluci�n de los pacientes (28).
Espec�ficamente,
en referencia a las labores de enfermer�a, las mismas est�n enfocadas en el
control nutricional y farmacol�gico. Cuando el paciente presenta desnutrici�n,
previo avance del tratamiento psiqui�trico, es fundamental restablecer el
estado nutricional, en funci�n de tener un buen resultado del tratamiento
nutricional. Paralelamente a la atenci�n espec�fica requerida seg�n el caso, es
fundamental que se brinde educaci�n nutricional, funciones que pueden estar
asignadas al personal de enfermer�a, sin embargo, se requieren altos niveles de
capacitaci�n y especializaci�n en la tem�tica (29) (30) (24).
Las
investigaciones apuntan a considerar como el m�s adecuado, el modelo de Marjory
Gordon, desarrollado por Perea et al (2007), para TCA; el cual se enfoca en
tres aspectos a destacar en cuanto a la intervenci�n de enfermer�a: valoraci�n
f�sica, h�bitos y conductas alimentarias y conocimientos sobre una alimentaci�n
saludable y h�bitos sanos para control de peso, como parte del proceso de
diagn�stico y evaluaci�n del paciente (10,12,30).
En
cuanto a la valoraci�n f�sica, la misma se focaliza con el IMC, si bien los TCA
est�n asociados con problemas manifiestos en el peso de las personas, en el
caso de la bulimia nerviosa la persona puede presentarse normopeso u
antecedentes de obesidad o sobrepeso; por lo que el deterioro generado por las
actitudes compensatorias son factores a tener en cuenta (31). En referencia a
la valoraci�n de h�bitos nutricionales, se enfocan observaciones relacionadas
con la manipulaci�n de alimentos, la respuesta que presenta ante cierto tipo de
alimentos y la dieta que habit�a (24). Si bien, esta observaci�n puede brindar
indicios, es tambi�n recomendable el uso de instrumentos ya validados que
pueden orientar de forma m�s precisa sobre la gravedad del paciente, entre los
que de acuerdo a Cuevas (2016), se destacan:
�
Bulimia
Test of Edimburg (BITE)
�
Eating attitudes test
(EAT 40).
Se
puede resumir el proceso de atenci�n de enfermer�a en un proceso sistem�tico
que parte de la valoraci�n nutricional, diagn�stico, identificaci�n de factores
relacionados (tales como el conocimiento de la dieta, pautas alimenticias,
autonom�a, factores econ�micos que potencian o limitan la capacidad de
recuperaci�n), criterios e intervenci�n. El proceso de intervenci�n se
focalizar� en: ense�anza sobre nutrici�n, t�cnicas de relajaci�n y potenciar la
imagen corporal (20,21).
La
bulimia nerviosa es una enfermedad compleja que requiere un abordaje
multidisciplinar. El papel de la atenci�n de enfermer�a es fundamental, y va
desde la valoraci�n, hasta el proceso de intervenci�n que puede ser de largo
plazo. Considerando la complejidad de esta patolog�a, es fundamental el trabajo
de atenci�n primaria, en funci�n de prevenirla.
Se
observa que es tanto compleja la detecci�n como la intervenci�n en bulimia, ya
que al no existir indicadores espec�ficos como s� sucede con la anorexia (el
peso corporal), es necesario que exista una valoraci�n longitudinal del medio,
de los h�bitos y el entorno familiar, de forma que se detecten factores de
riesgo para determinar la complejidad del problema. La valoraci�n f�sica es
fundamental, ya que a trav�s de estos indicadores se comprende la complejidad y
severidad del trastorno que afronta el o la adolescente.
La
intervenci�n est� focalizada en la restauraci�n de la dieta hacia h�bitos
normales de consumo, as� como generar consciencia sobre la imagen corporal
normal y la erradicaci�n de actitudes compensatorias, que son las que afectan
el estado f�sico. A m�s de esto, es necesario educaci�n en referencia a
alimentaci�n saludable e imagen corporal; puntos que tendr�n resultados
positivos mediante intervenciones en lapsos de tiempo relativamente
prolongados. En este sentido, la relaci�n del profesional de enfermer�a con el
paciente, es fundamental para garantizar mejores resultados.
Los
equipos multidisciplinares que intervienen en trastornos de bulimia nerviosa
estar�n generalmente dirigidos por especialistas en psiquiatr�a, la adecuada
coordinaci�n entre los equipos multidisciplinares es fundamental para
garantizar buenos resultados, por lo que el canal comunicativo utilizado entre
el equipo de profesionales debe ser eficiente.
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