pág. 1743
CÓMO LA PROMOCIÓN DE LECTURA DE
LITERATURA INFANTIL Y JUVENIL
FORTALECE LOS PROCESOS Y
HABILIDADES DE PENSAMIENTO

HOW PROMOTING READING OF CHILDREN'S AND YOUNG

ADULT LITERATURE STRENGTHENS THINKING

PROCESSES AND SKILLS

Carlos Humberto Gallego Escobar

Universidad metropolitana de educación ciencia y tecnología (umecit)
pág. 1744
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i6.21200
Cómo la promoción de lectura de literatura infantil y juvenil fortalece los
procesos y habilidades de pensamiento

Carlos Humberto Gallego Escobar
1
carlosgallego1234@gmail.com

https://orcid.org/0009-0008-4042-9692

Universidad metropolitana de educación ciencia y tecnología (umecit)

Panamá.

RESUMEN

La lectura de libros para niños y jóvenes resulta ser un recurso invaluable para mejorar las habilidades
cognitivas, emocionales y sociales. Este estudio cualitativo exploró cómo la literatura infantil y juvenil
estimula el desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad y la empatía a través del análisis de estudios
previos acompañados de una experiencia práctica. Los resultados sugieren que los textos literarios
preparatorios, diseñados para estas etapas de desarrollo, no solo fortalecen el vocabulario y la
comprensión lectora, sino que también fomentan la reflexión ética, la lectura crítica y el desarrollo
adicional de habilidades socio-emocionales. Además, la mediación adulta y las estrategias pedagógicas
efectivas también son muy importantes para maximizar el impacto positivo de la literatura, pero también
existen algunas dificultades, como la falta de métodos activos y materiales apropiados. Se puede
argumentar que superar estos desafíos facilitará el fortalecimiento de la posición de la literatura como
una herramienta muy importante para la educación integral de los adolescentes
.
Palabras clave: literatura infantil, pensamiento crítico, desarrollo cognitivo, empatía, mediación
educativa.

1 Autor principal

Correspondencia:
carlosgallego1234@gmail.com
pág. 1745
How promoting reading of children's and young adult literature

strengthens thinking processes and skills

ABSTRACT

Reading books for children and young people turns out to be an invaluable resource to improve

cognitive, emotional and social skills. This qualitative study explored how children's and youth literature

stimulates the development of critical thinking, creat
ivity and empathy through the analysis of previous
studies accompanied by practical experience. The results suggest that preparatory literary texts, designed

for these stages of development, not only strengthen vocabulary and reading comprehension, but als
o
encourage ethical reflection, critical reading, and the further development of social
-emotional skills.
Furthermore, adult mediation and effective pedagogical strategies are also very important to maximize

the positive impact of literature, but there are
also some difficulties, such as the lack of active methods
and appropriate materials. It can be argued that overcoming these challenges will facilitate strengthening

the position of literature as a very important tool for the comprehensive education of ad
olescents.
Keywords:
children's literature, critical thinking, cognitive development, empathy, educational
mediation.

Artículo recibido 20 octubre 2025

Aceptado para publicación: 15 noviembre 2025
pág. 1746
INTRODUCCIÓN

La lectura de literatura infantil y juvenil es importante para el desarrollo holístico de los niños y jóvenes,
particularmente en relación con el fortalecimiento de las habilidades de pensamiento flexible. Además,
y aún más importante, este tipo de literatura sirve como una herramienta educativa vital para mejorar el
pensamiento crítico, creativo y reflexivo, que es profundamente necesario en un mundo que es cada vez
más complejo y cambiante. La lectura de literaturas de ficción para las etapas tempranas y medias del
desarrollo debe ser fomentada porque no solo amplía las capacidades cognitivas de los jóvenes lectores,
sino que también profundiza su comprensión y capacidad para enfrentar problemas sociales, culturales
y académicos.

En las últimas décadas, la evolución de las tecnologías digitales y la expansión de los medios de
comunicación han cambiado radicalmente los hábitos de lectura, tanto en términos de fomento como en
desafíos para la promoción de la literatura en las nuevas generaciones. A pesar de que los formatos
digitales han permitido una mayor variedad de acceso a los contenidos, han logrado establecer de forma
predominante el uso de formatos breves y audiovisuales que tienden a reducir el tiempo destinado a la
lectura profunda. Este fenómeno ha hecho que muchos sistemas educativos reconsideren auténticamente
la forma en que se inserta la literatura infantil y juvenil dentro de los procesos de enseñanza y
aprendizaje, así como la forma creativa en que garantizan su vigencia.

El desarrollo lector está estrechamente relacionado con el desarrollo de razonamientos más complejos,
tales como inferencia y síntesis, así como también la resolución de problemas y el análisis.
Adicionalmente, la literatura infantil y juvenil es un valioso recurso para fomentar la empatía, la
autoconciencia y la apreciación de la diversidad cultural. Estas habilidades se pueden categorizar dentro
de las competencias necesarias en el ámbito de la educación integral. Y son desarrolladas a través de la
lectura. Sin embargo, la práctica de la promoción de la lectura parece tener barreras a todo este potencial,
como el currículum centrado en la evaluación estandarizada y la visión limitada de la lectura y la
literatura como pasatiempo.

Es preciso redefinir el valor de la literatura infantil y juvenil en la educación, ya que su aporte puede ser
crítico en el desarrollo del pensamiento y las competencias socioemocionales. La promoción de la
lectura no debería ser una actividad esporádica, sino una práctica sistemática que se aplique en varias
pág. 1747
áreas del conocimiento para facilitar la construcción del aprendizaje y lograr que los jóvenes establezcan
lazos permanentes con la literatura. Por esto, es vital hacer una planificación didáctica que responda a
las demandas de los alumnos de una manera innovadora y que incluya tanto las estrategias clásicas como
los medios que la tecnología pone a disposición para favorecer la lectura.

El presente estudio busca, principalmente, argumentar cómo la lectura de literatura infantil y juvenil
puede ser beneficiosa para el fortalecimiento de las habilidades de pensamiento de los adolescentes. A
través de una lectura de la experiencia práctica y el marco teórico anterior, este trabajo está orientado a
demostrar la manera como la literatura puede ser usada en forma benéfica para los procesos de desarrollo
cognitivo, emocional y social en la infancia y adolescencia. A su vez, se plantea una reflexión sobre las
dificultades que los sistemas educativos y las familias deben encarar para fomentar la lectura y se
presentan propuestas concretas que eliminen estas barreras para que la literatura infantil y juvenil
continúe siendo formativa en el siglo XXI.

Así, este estudio aporta relevante información tanto a la comunidad académica como a los educadores,
al sustentar sus argumentos por medio de ficción pero a su vez ofreciendo estrategias en las que se puede
lograr la promoción de la lectura en diferentes contextos. Los resultados aquí expuestos no solo muestran
la literatura infantil y juvenil como una herramienta importante para la formación de las habilidades de
pensamiento; también se destaca su uso como un recurso que potencia las experiencias de aprendizaje
logrando el desarrollo integral de los jóvenes lectores.

La lectura como herramienta de desarrollo cognitivo y socioemocional.

La lectura es una actividad de profundo significado para la raza humana, ya que va más allá de solo la
palabra balística, pues también es una ayuda para el desarrollo cognitivo y socioemocional. Enfocándose
en la literatura infantil y juvenil, es mucho más pronunciada debido a la estructura de las narrativas, los
personajes y los contextos representados en los libros infantiles en comparación con otros libros que son
apropiados para la edad. Aparte de ofrecer entretenimiento, este género de libros participa activamente
en el desarrollo de la comprensión, las habilidades de resolución de problemas, el análisis crítico y otras
competencias y herramientas emocionales necesarias para el desempeño en la interacción social
(Škarić
& Salhab, 2024)
.
pág. 1748
Desde una perspectiva cognitiva, la literatura infantil y juvenil permite a los lectores enfrentar tareas
intelectualmente estimulantes apropiadas para su nivel de desarrollo. Las narrativas complejas y los
conflictos en las historias mejoran la capacidad de los lectores para pensar críticamente, ya que los
desafían en cómo interpretar y reflexionar sobre las acciones realizadas por los personajes y sus
consecuencias. Este proceso no solo implica la comprensión de tramas, sino también la habilidad de
comparar las obras literarias con las propias experiencias, lo cual es un aspecto importante que se enfoca
en la mejora de la síntesis y la transferencia de conocimiento. De esta manera, la lectura fomenta la
formación de estructuras mentales que permiten a los jóvenes enfrentar situaciones reales que son
intrincadas
(Nikolajeva, 2019).
El impacto socioemocional de la lectura también es relevante, ya que permite a los lectores jóvenes
explorar emociones, valores y dilemas morales en un entorno seguro y controlado. De la misma manera
en que los personajes y los lectores se conectan a través de sus experiencias, estos personajes y sus
vivencias permiten a los lectores comprender el valor de argumentar y abordar diferentes puntos de
vista, lo que en definitiva ayuda a una mejor apreciación del multiculturalismo y del pluralismo que
impera en el mundo. Este mecanismo ayuda en la autoevaluación razonando que esas experiencias sirven
a los lectores para conocer e identificar sus sentimientos y actitudes, el primer paso en el desarrollo de
la inteligencia emocional
(Ding, 2019).
A su vez, la lectura en y sobre la literatura infantil y adolescente estimula la creatividad, ya que las
historias a leer contienen una gran cantidad de mundos imaginativos que empoderan a los lectores para
ver y crear nuevos mundos. Tal estimulación potencia la imaginación y permite a los jóvenes resolver
problemas predominantes de una manera más creativa. Por eso, la literatura infantil y adolescente se
convierte en un lugar para el aprendizaje activo y los niños y adolescentes se convierten en lectores que
construyen activamente significado
(Zhou & Lu, 2024).
La interacción con textos literarios también promueve habilidades de comunicación elaboradas y, como
resultado, los lectores mejoran su vocabulario, su poder de articulación y sus habilidades lingüísticas.
Estos desarrollos en la comunicación no solo sirven a propósitos académicos, sino que también permiten
a los alumnos construir una comunicación y relaciones interpersonales mejores y más significativas, lo
cual es crucial para el desarrollo social
(Manola y otros, 2022).
pág. 1749
La visualización de la literatura infantil y juvenil actúa como una ayuda multidireccional que mejora
tanto las habilidades cognitivas como las socioemocionales de los jóvenes lectores. Sus efectos van más
allá de la educación y hacen posible que el individuo se convierta en globalmente educado y capacitado
para enfrentar los desafíos de una sociedad en evolución. Al facilitar el pensamiento crítico, la
imaginación y la compasión, la literatura emerge como una piedra angular invaluable en la construcción
de habilidades que son necesarias para navegar en cualquier lugar y en cualquier otro momento
(Faria
et al., 2024)

Habilidades de pensamiento y su relación con la literatura.

Las competencias de pensamiento son habilidades cognitivas que habilitan a las personas para examinar,
entender, interpretar y producir nuevas ideas basándose en la información obtenida. Estas competencias
comprenden procedimientos como el análisis, la síntesis, la solución de problemas, la valoración crítica
y la creatividad, todos ellos esenciales para el crecimiento completo del individuo. En el ámbito
educativo, estas habilidades no solo resultan imprescindibles para el triunfo en el ámbito académico,
sino también para afrontar retos complicados en la vida diaria. La literatura para niños y jóvenes juega
un papel vital en el desarrollo de estas habilidades, dado que ofrece un ambiente rico y variado donde
los lectores jóvenes pueden interactuar con textos relevantes que fomentan su habilidad para razonar de
forma profunda
(Da Silva Cabral, 2023).
El análisis, considerado una de las capacidades esenciales de pensamiento, se beneficia especialmente
mediante la lectura de literatura para niños y jóvenes. Los escritos literarios muestran escenarios,
personajes y conflictos que incitan a los lectores a desglosar las narraciones en sus componentes
fundamentales para entender de manera más efectiva las acciones, motivaciones y efectos que suceden
en el argumento. Este procedimiento no solo potencia la habilidad para detectar vínculos causales y
patrones en un texto, sino que también capacita a los lectores en el uso de esta destreza en situaciones
más extensas, como la solución de problemas o la toma de decisiones basadas en información
(Nadir,
2019)
.
Por otro lado, la síntesis se intensifica cuando los lectores tienen que fusionar ideas y conceptos de
distintas secciones de un texto para formar un significado integral y consistente. La literatura para niños
y adolescentes, con sus narrativas vinculadas y mensajes subyacentes, reta a los lectores jóvenes a
pág. 1750
fusionar información dispersa para construir una comprensión completa de la obra. Esta capacidad, al
ser utilizada más allá de la literatura, facilita a los alumnos la articulación de conceptos complejos y su
vinculación con vivencias anteriores, promoviendo un aprendizaje relevante y perdurable
(Osidak &
Nesterenko, 2021)
.
La solución de problemas también se fomenta de manera significativa al interactuar con textos literarios,
dado que los relatos a menudo presentan conflictos que demandan soluciones innovadoras o elecciones
complicadas por parte de los personajes. Al ver cómo los personajes principales afrontan y vencen sus
retos, los lectores no solo adquieren tácticas útiles para tratar problemas, sino que también practican su
propia habilidad para anticipar efectos, valorar opciones y escoger la alternativa más adecuada. Este tipo
de razonamiento crítico es esencial para la vida cotidiana y para el fortalecimiento de habilidades
fundamentales en cualquier contexto laboral o personal
(Neranjani, 2020).
Adicionalmente, la literatura para niños y jóvenes promueve la valoración crítica, una competencia que
conlleva valorar la calidad, pertinencia y veracidad de la información expuesta. Mediante la lectura, los
lectores jóvenes aprenden a interrogar las acciones de los personajes, las elecciones de la narrativa y los
principios contenidos en las narrativas. Este ejercicio no solo les facilita el desarrollo de un pensamiento
más autónomo, sino que también los capacita para interactuar críticamente con la información en
distintos escenarios, como el académico, el mediático o el social
(Susanti, 2024).
Finalmente, la creatividad se fortalece al interactuar con textos literarios, dado que las narrativas a
menudo muestran universos imaginativos, personajes singulares y contextos no tradicionales que incitan
a los lectores a descubrir nuevas maneras de razonar y interpretar la realidad. Este incentivo no solo
promueve la generación de ideas creativas, sino que también potencia la habilidad de los lectores para
identificar opciones distintas y tratar situaciones desde puntos de vista distintos
(Afash, 2024).
pág. 1751
Importancia de la promoción de la lectura en contextos educativos.

La lectura en un contexto escolar tiene que ir más allá de un ejercicio de memorización y la adquisición
de habilidades lingüísticas. La lectura es un medio poderoso para el desarrollo del estudiante y un día
puede convertirse en un motor para la formación de competencias emocionales, sociales y cognitivas.
En un entorno seccional, la lectura también es un recurso que puede ser utilizado para adquirir
conocimientos, incluyendo el fortalecimiento del pensamiento crítico, la creatividad, la empatía y la
solución de problemas. Para poder disfrutar los beneficios mencionados, es necesario implementar
eficazmente la lectura dentro del currículo escolar, y todos los componentes del aprendizaje
(Medina &
Villarreal, 2020).

El desafío de los sistemas educativos es cambiar la comprensión de la lectura de una actividad aislada
asociada solo con el lenguaje o la literatura a una que sea aplicable en todas las materias. El currículo
unificador de la lectura implica su incorporación en ciencias, historia, matemáticas e incluso arte, para
que los estudiantes puedan entender el verdadero concepto de enfoque interdisciplinario del aprendizaje.
Este método ayuda a los estudiantes a ver el uso práctico de la lectura en diferentes campos y aumenta
su interés y motivación hacia ella
(Laškova & Ročāne, 2023).
Las estrategias para la promoción de la lectura deben considerarse en función de la realidad particular y
las dimensiones del estudiantado, como su edad, su grado de instrucción, el medio sociocultural y los
medios disponibles. A este respecto, resulta imprescindible establecer programas que desarrollen hábitos
de lectura desde la niñez, pues los primeros años de educación son lapso decisivo para el establecimiento
fomente de hábitos que se mantendrán el resto de la vida. Tales como: las bibliotecas escolares activas,
círculos de lectura, lectura en voz alta y escritura de clases literarias creativas han sido eficaces a la hora
de motivar el interés por la lectura activa y significativa
(Garach-Gómez y otros, 2021).
Para estas acciones la tecnología puede colaborar también activamente en el fomento de la lectura dentro
de la educación actual. El uso de libros digitales, aplicaciones, y sitios web posibilitan a los alumnos y
alumnas el abordaje de los textos de forma distinta al ya conocido, ya que se integran métodos
tradicionales de lectura con otros que les permiten interactuar con el contenido. Estas acciones
tecnológicas no solo aumentan la disponibilidad de acceso a literatura, sino también a la atención de casi
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todas las nuevas generaciones que están adaptadas a un mundo digital
(Tabernero-Sala & Colón-
Castillo, 2023)
.
No obstante, la promoción de la lectura dentro de los contextos educativos plantea problemas graves.
Por ejemplo, la falta de recursos en un gran número de escuelas e instituciones, incluyendo bibliotecas,
materiales actualizados e incluso la capacitación docente. Este problema parece empeorar en
comunidades que tienen bajos estándares económicos, donde la lectura se ve como un lujo en lugar de
una necesidad básica. Al hacerlo, también ignora el hecho de que existe una necesidad apremiante de
educadores eficaces y políticas que garanticen que se cumplan las pautas de calidad de lectura. Además,
el problema real es que hay una grave falta de maestros de calidad, lo que significa que se ignora la
mediación efectiva de la lectura, llevando a una crisis nacional dentro de la educación
(Aidalkilani,
2022)
.
Con respecto a la capacitación docente, hay otro problema considerable. Para que los educadores sean
defensores eficaces de la lectura, necesitan tener un conocimiento pedagógico que les permita preparar
e implementar planes que sean sensibles a las necesidades de sus alumnos. ¿Significa esto que hay una
necesidad instantánea de maestros efectivos, o guías que ayuden en la lectura y escritura adecuadas y
eficientes en el aula? En última instancia, sí, pero aún existe una brecha, y esa brecha radica en si él o
ella se convierte, se involucra y motiva al estudiante a entender la lectura como un medio para aprender
y crecer personalmente
(Delgado et al., 2020).
Características de la literatura infantil y juvenil en el desarrollo de habilidades

La literatura infantil y juvenil cuenta con una serie de particularidades que la convierten en un potente
medio de estimulación social, cognitiva y emocional dentro de las diferentes etapas de la vida de una
persona. Su lenguaje comprensible y su narrativa adaptada a los valores de la sociedad permiten que
adolescentes y niños se sientan identificados con el texto, mejorando su experiencia lectora e impulsando
el desarrollo de habilidades de pensamiento que son vitales para su educación
(Nikolajeva, 2019).
Una de las características más llamativas de la literatura para niños y adolescentes es el lenguaje
comprensible. Este lenguaje se elabora tomando en cuenta las etapas de desarrollo y, por lo tanto, facilita
la decodificación de palabras y frases, y a la vez permite que los menores adquieran gramática, amplíen
su vocabulario, y se vuelvan más fluidamente prácticos del idioma. Este tipo de estructura lingüística es
pág. 1753
de suma importancia y debe ser desarrollada y comprendida. Con el progreso del lector, también lo hace
el tipo de texto a los que se les expone, facilitando mayor estimulación a su anatomía y otros aspectos
mentales. En tales casos, el lector aprenderá a interpretar significados, establecer ideas y comprender la
intención dentro de las palabras. De esta manera, ejercitará su tejido y sus sentidos
(Škarić & Salhab,
2024)
.
Otro aspecto importante de la literatura para niños y adolescentes radica en la forma en que sus narrativas
están adaptadas a las preocupaciones y desafíos de los niños o adolescentes. Tales narrativas suelen
centrarse en temas principales como amistades, familia, autodesarrollo y superación de desafíos, lo que
facilita a los lectores adolescentes conectarse con los personajes y situaciones. Al hacer conexiones con
estas experiencias, los lectores no solo comienzan a tener compasión por las experiencias de otras
personas, sino que también pueden pensar acerca de sus elecciones de vida y emociones, mejorando su
pensamiento crítico y emocional al mismo tiempo
(Manola y otros, 2022).
Lo que es más, la literatura para menores y adolescentes contiene valores y enseñanzas que son relatados
de forma directa o indirecta en su historia. Estos valores van desde los que inculcan la honestidad y la
responsabilidad hasta el respeto a la diversidad y la justicia e integra una base ética en el joven lector.
Asimilar tales ideas en una forma literaria le permite a un niño o un joven no solo aprender algunos
principios importantes, sino que al mismo tiempo puede analizar situaciones desde una posición moral,
mejorando así sus capacidades para la toma de decisiones
(Putu & Sari, 2024).
La estructura narrativa de las obras de literatura infantil y juvenil es uno de los aspectos que también
influye en la formación de las competencias del pensamiento. Este tipo de relatos normalmente se
componen de tres actos: la introducción, el desarrollo y la conclusión, lo que facilita que el lector procese
la información ordenadamente. Este estilo de contar historias ayuda a los jóvenes a establecer relaciones
de causa y efecto, hacer conjeturas y encontrar patrones, no solo en la lectura, sino en la solución de
problemas en una gran variedad de situaciones
(Savitz y otros, 2021).
La literatura infantil y los libros para niños también se distinguen de sus contrapartes tradicionales por
su inclusión de componentes visuales, particularmente ilustraciones y gráficos que acompañan el texto
para mejorar la experiencia de lectura. Tales ilustraciones no solo atraen a audiencias más jóvenes, sino
que también ayudan a comprender conceptos que de otro modo son difíciles, encienden la creatividad y
pág. 1754
fomentan el pensamiento imaginativo. La combinación de texto e imagen permite a los lectores construir
una comprensión más matizada de las historias, lo que les facilita sintetizar y evaluar información desde
diferentes ángulos
(Tisnawijaya & Kurniati, 2024).
Como se puede observar, la literatura infantil y juvenil se distingue por el uso de un lenguaje apropiado,
adaptaciones en las narraciones, el uso de imágenes, y unos valores que son claramente comprensibles.
Estas disposiciones impactan el desarrollo cognitivo de los niños, y como resultado, los niños pueden
aprender fácilmente a aprovechar el poder de la lectura. Este tipo de literatura no solo ayuda a fomentar
una apreciación por la lectura entre niños y adolescentes mayores, sino que también los equipa con
soluciones prácticas a algunos de los desafíos emocionales y sociales que enfrentan. Así, la literatura
para niños y jóvenes sirve como un componente vital en el desarrollo infantil en lo que respecta a la
lectura
(Afash, 2024).
METODOLOGÍA

El trabajo ha sido realizado a partir de un enfoque cualitativo porque se buscó estudiar a fondo cómo la
literatura infantil y juvenil ayuda al desarrollo de las habilidades de pensamiento en los niños lectores.
En este sentido, se aplicaron técnicas de análisis documental y se realizó una revisión pormenorizada de
la literatura disponible en el campo de la literatura infantil y juvenil, el desarrollo cognitivo y el fomento
de la lectura, entre otros. Estas fuentes permitieron recopilar y sistematizar la información teórica y
empírica necesaria para alcanzar los objetivos del estudio.

El proceso comenzó con la recolección de materiales que comprendieran libros, artículos científicos y
educativos, y todo tipo de publicaciones relacionadas con los asuntos de interés. Se establecieron
criterios de selección para asegurar la pertinencia y la calidad de las fuentes, llevando a cabo una
búsqueda de textos que exclusivamente cualificaban las características de la literatura infantil y juvenil,
su relación con las habilidades de pensamiento, y la promoción de la lectura en contextos educativos.
Este procedimiento permitió consolidar un corpus documental que fue la base para el análisis.

A continuación, se realizó un análisis en profundidad del contenido de las fuentes elegidas, utilizando
procesos de codificación y categorización del contenido. Este esfuerzo llevó a la identificación de
patrones y de conceptos clave en la relación existente entre la literatura infantojuvenil y el desarrollo
pág. 1755
del pensamiento crítico, creativo y reflexivo. Los datos obtenidos fueron agrupados en categorías de
modo que fueran fáciles de interpretar y que la presentación de los resultados fuera ordenada y lógica.

Además, se tuvo en cuenta estudios anteriores sobre la práctica de la promoción de la lectura. Esto se
realizó para compararse con los hallazgos en la teoría y así profundizar el análisis desde el enfoque y
los casos prácticos. La triangulación de la información obtenida en las diferentes fuentes y enfoques
permitió mayor certeza y validez de los resultados obtenidos.

Los hallazgos fueron finalmente sintetizados en un marco interpretativo que vinculó la literatura infantil
con las habilidades de pensamiento en los jóvenes lectores. Con este método, fue posible establecer
relaciones claras entre las características de los textos literarios y los beneficios cognitivos y
socioemocionales que proporcionan, lo que a su vez hizo posible evaluar el impacto de la literatura en
el desarrollo de niños y adolescentes desde una perspectiva integrada.

A lo largo de este proceso, se tuvo cuidado en observar un rigor metodológico que fuera aplicable al
análisis y construcción de la presentación de los resultados. Las características del estudio, que
incluyeron una revisión documental y análisis cualitativo, permitieron cumplir con las estrategias y
objetivos y llegar a conclusiones dentro de marcos teóricos relevantes y sólidos.

RESULTADOS

La adaptación de los estudios a las capacidades e intereses de los lectores jóvenes influye de manera
positiva en el desarrollo de sus competencias lingüísticas, pensamiento crítico, empatía y resolución de
conflictos.

Desde el punto de vista lingüístico, el trabajo con la poesía infantil y juvenil promueve la adquisición
de lenguaje a través del aumento de vocabulario, el desarrollo de la lectura comprensiva y la
interpretación de textos. Ello puede ser especialmente significativo cuando los textos literarios son
accesibles y apropiados para la etapa de desarrollo de los lectores. Por igual, resulta de gran importancia
la realización de actividades de lectura en voz alta por parte de niños y niñas con el apoyo adulto que
ayuda a enriquecer la interacción con los textos y brinda un contexto de aprendizaje colaborativo
(Cárdenas et al., 2020; Ding, 2019). Este enfoque no solo facilita el manejo del idioma, sino que
incrementa las destrezas de análisis y síntesis de la información sobre los contenidos literarios.
pág. 1756
En el contexto socioemocional, la literatura infantil y juvenil proporciona una plataforma en relatar
historias que abordan los dilemas éticos, las emociones humanas o los conflictos entre personas. Tales
narrativas permiten que los niños y los jóvenes reflexionen sobre sus experiencias y desarrollen más
empatía por los puntos de vista y sentimientos de los personajes en la literatura. Esto mejora así su
comprensión de las relaciones sociales y los procesos emocionales, lo que ayuda a fortalecer su
inteligencia emocional
(Nikolajeva, 2019). En particular, las actividades de lectura en forma de diálogo
han demostrado ser útiles para promover actitudes prosociales y desarrollar la capacidad de cooperar,
prestar atención y apreciar los puntos de vista de otras personas
(Cárdenas et al., 2020).
La literatura infantil y juvenil es importante en el sector ya que desempeña un papel crítico en aumentar
el interés y la motivación de los alumnos hacia el aprendizaje. Las estrategias educativas que incluyen
alguna forma de actividad de lectura y contemplación sobre los textos involucran a los estudiantes y los
hacen más responsables. A su vez, esto les permite leer, entender y analizar información de una manera
más crítica
(Guartatanga et al., 2020). Sin embargo, la falta de métodos activos por parte de los docentes
ha demostrado minimizar el potencial impacto positivo de estas prácticas, ya que los estudiantes tienden
a ser más pasivos con su aprendizaje cuando no hay estrategias adecuadas en marcha (Ramón
Guartatanga et al., 2020).

Además, el fomentar la lectura literaria por parte de la escritura para la juventud ayuda a desarrollar una
cultura del análisis y una ética del pensamiento crítico a una edad temprana. Incluir narrativas y
personajes con los que los adolescentes se logran identificar facilita el ascenso en el placer por la lectura
y su aptitud de asociar lo que se lee con situaciones reales. Esto les permite ejercer el pensamiento crítico
y la reflexión, mejorando sus destrezas mentales y sociales
(Martin-Chang et al., 2020). También, esta
clase de literatura permite el aumento de su comprensión sobre temas mundiales y de ética mucho más
complejos, potenciando su capacidad para participar de forma activa y reflexiva en su contexto social.

De este modo, el entorno familiar y escolar es importante para aprovechar los beneficios que aporta la
literatura en el desarrollo infanto juvenil. El acompañamiento por parte de los adultos junto con la
disponibilidad de materiales apropiados fomenta la creación de climas propicios para la formación y el
desarrollo integral de los jóvenes lectores (Cárdenas et al., 2020; Ding, 2019). Estas condiciones son
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claves para garantizar un acceso equilibrado a materiales de calidad y para estimular los hábitos de
lectura que van de acuerdo con las necesidades y particularidades de cada etapa del desarrollo.

Discusión

Los resultados obtenidos permiten establecer vínculos importantes entre los enfoques teóricos y los
hallazgos prácticos sobre el impacto de la literatura para niños y jóvenes en el desarrollo de habilidades
cognitivas, emocionales y sociales. Varios autores han contribuido a la comprensión de cómo este tipo
de literatura desarrolla habilidades básicas, aunque las interpretaciones y perspectivas cambian con el
contexto y los motivos de cada estudio.

Por un lado, Cárdenas et al. (2020) afirman que la participación activa de los adultos en ejercicios de
lectura colectiva es crítica para desarrollar habilidades de comunicación y cognitivas en las etapas
iniciales del desarrollo. Este punto de vista amplifica la importancia de los entornos participativos donde
la mediación no solo tiene como objetivo facilitar la comprensión del texto, sino también fomentar
habilidades sociales como la empatía. Este reclamo también está respaldado por Nikolajeva (2019) quien
señala que la lectura de obras de ficción permite a los jóvenes lectores aprender más sobre emociones y
las perspectivas de otras personas en un entorno social. Así mismo Nikolajeva presta mucha más
atención al contenido literario, argumentando que características narrativas como la profundidad de los
personajes y los dilemas morales son lo que realmente fomenta el desarrollo socioemocional.

En otro aspecto, Ding (2019) destaca que factores como los libros seleccionados por los padres y los
profesores pueden limitar el impacto positivo de leer en los niños. A juicio de Ding, el enfoque que
tienen los adultos sobre introducir literatura que no es de gusto de los menores no produce un efecto
positivo en la motivación y el interés de las personas. Esto es contrario a lo que sostienen Ramón
Guartatanga et al. (2020), quienes argumentan que, aunque existen restricciones de orden metodológico
en prácticas de enseñanza, un entorno educativo que facilite la participación activa y el uso de
determinados recursos literarios puede superar estos problemas y mejorar significativamente el
aprendizaje.

Del mismo modo, Martin-Chang et al. (2020) notan que la lectura constante de libros para jóvenes
adultos mejora no solo las habilidades lingüísticas, incluida la velocidad de lectura y la comprensión,
sino que también agudiza las habilidades analíticas de los adolescentes. Este enfoque cuantitativo
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complementa las perspectivas cualitativas ofrecidas por otros autores, enfatizando cómo la frecuencia
de la lectura y el acceso a una variedad de textos pueden influir directamente en el desarrollo de
habilidades particulares. No obstante, esta visión sería problemática en cuanto a su aplicación global
porque los hallazgos de Ding (2019) sugieren que factores culturales y sociales, incluidos los entornos
familiares y escolares, también son muy importantes en el impacto de la literatura.

Lo que se plantea en este punto es que los autores coinciden con la necesidad de determinar estrategias
pedagógicas apropiadas que articulen la selección de textos literarios con las técnicas de mediación que
permitan a los niños y adolescentes leer de forma activa. Nikolajeva (2019) y Cárdenas et al (2020)
coinciden en que una mediación adecuada no solamente potencia los beneficios de la lectura en la vida
de las personas, sino que transforma las experiencias literarias en recursos de aprendizaje emocional y
social. Sin embargo, mientras Nikolajeva enfatiza en el contenido literario como motor del desarrollo,
Cárdenas et al. en el contexto del proceso de formación hacen énfasis en la relación del lector, el texto
y el mediador.

Los hallazgos evidencian que existe un consenso general sobre los efectos positivos de la literatura
infantil y juvenil, aunque hay discrepancias sobre las formas particulares a través de las cuales fomenta
el desarrollo integral. Las discrepancias entre los autores se encuentran principalmente en el énfasis que
se pone en los factores contextuales, como la mediación de un adulto, en oposición a las características
de los textos literarios en sí. Esto indica la necesidad de enfoques más integrados donde los componentes
narrativos más ricos se combinen con estrategias de enseñanza más activas para maximizar los
beneficios de la literatura para los jóvenes lectores. Esta discusión ilustra la importancia de futuras
investigaciones que se centren en la correlación de estas variables para permitir una comprensión más
amplia sobre cómo la literatura puede mejorar el desarrollo cognitivo y emocional.

CONCLUSIONES

Como parte de un análisis integrador, se evidenció que el solo hecho de leer textos literarios
específicamente escritos para estas etapas, no solo mejora las habilidades lingüísticas como el uso y
comprensión de vocabulario y la lectura de textos, sino que también ayuda a desarrollar lo más básico
que se necesita como el pensamiento crítico, la empatía, y la resolución de problemas. Estos hallazgos
resaltan la importancia de la literatura en el desarrollo integral de los lectores jóvenes.
pág. 1759
Un aspecto importante es el rol que juegan los adultos en la mediación de la lectura. Las interacciones
de los niños con los adultos y con los textos literarios posibilitan la creación de entornos de aprendizaje
colaborativo que favorecen la internalización de valores, análisis de situaciones problemáticas, y
reflexión sobre la ética. Este proceso, además de enriquecer la lectura, ayuda en el desarrollo social y
emocional que es necesario para la participación activa en la sociedad. Entonces, la figura del mediador
se consolida como una pieza clave para aumentar el impacto positivo de los textos literarios.

De la misma manera, se confirma que los elementos narrativos de la literatura infantil y juvenil, por
ejemplo la presencia de personajes familiares y/o narraciones apropiadas para los lectores, son
importantes en el proceso de captar la atención del público y estimular su aprendizaje relevante. Estas
narraciones no solo sirven para el pensamiento y la educación, pero también el análisis de un variado
rango de emociones y experiencias dentro la vida les ayuda a mejorar la percepción del mundo y las
relaciones personales.

Sin embargo, también se identificaron barreras importantes relacionadas a la implementación de
metodologías de enseñanza efectivas. La falta de métodos activos y el uso de materiales literarios que
no coinciden con los intereses de los lectores son limitaciones que restringen el potencial de cambio
literario. Estas limitaciones enfatizan la necesidad de fortalecer la formación de los docentes en las
prácticas de mediación de la lectura y garantizar equidad en la disponibilidad de materiales literarios de
buena calidad.

De igual forma, la literatura juvenil se vuelve un recurso fundamental para el desenvolvimiento de
habilidades superiores en los adolescentes. Los textos que abordan temas de actualidad y que presentan
niños en edades relevantes a los menores tienen un doble beneficio: ayuda a mejorar el lenguaje y
también les ayuda a pensar en problemas morales y mundiales, que los preparan para actuar de manera
crítica y activa en su entorno. Este hallazgo enfatiza la importancia de seleccionar textos que están
relacionados con objetivos e intereses del desarrollo de esta edad.

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