USO EXTENDIDO DE LA CAFEÍNA
EN NEONATOLOGÍA: NUEVAS
INDICACIONES, CONTROVERSIAS Y
RECOMENDACIONES ACTUALES

EXTENDED USE OF CAFFEINE IN NEONATOLOGY:
EMERGING INDICATIONS, CONTROVERSIES, AND
CURRENT RECOMMENDATIONS

Karol Silvana Quintero Molano

Investigador independiente, Colombia

Andrea Paola Castillo Castellar

Investigador independiente, Colombia

Diana Paola Martínez Blanco

Investigador independiente, Colombia

Jhon Molinares. Gordon

Investigador independiente, Colombia

María José Carmona Marrugo

Investigador independiente, Colombia
pág. 17123
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i5.21236
Uso Extendido de la Cafeína en Neonatología:

Nuevas Indicaciones, Controversias y Recomendaciones Actuales

Karol Silvana Quintero Molano1

Kasiquimolano@hotmail.com

https://orcid.org/0009-0006-0274-2624

Investigador independiente

Colombia

Andrea Paola Castillo Castellar

Castillocastellarandrea@gmail.com

https://orcid.org/0009-0004-6586-6734

Investigador independiente

Colombia

Diana Paola Martínez Blanco

dpmb18@gmail.com

https://orcid.org/0009-0002-2713-3279

Investigador independiente

Colombia

Jhon Molinares. Gordon

Jhonmolinares95@gmail.com

https://orcid.org/0009-0009-1791-3336

Investigador independiente

Colombia

María José Carmona Marrugo

mjoseca21@gmail.com

https://orcid.org/0009-0005-9414-4199

Investigador independiente

Colombia

RESUMEN

La cafeína, un metilxantínico ampliamente utilizado en el tratamiento de la apnea en la prematuridad,
ha emergido en la última década de manera análoga como una terapia multifuncional en neonatología
más allá de su indicación tradicional. El ensayo multicéntrico CAP (Caffeine for Apnea of Prematurity)
marcó un punto de inflexión al demostrar que la administración temprana de cafeína disminuye
significativamente la necesidad de ventilación mecánica y la incidencia de displasia broncopulmonar,
además de mejorar la supervivencia libre de discapacidad neurológica a los 18-21 meses de edad
corregida. Diversos estudios sugieren que el tratamiento con cafeína en recién nacidos prematuros
puede prevenir o reducir complicaciones respiratorias crónicas como la displasia broncopulmonar
(DBP), ejercer efectos neuroprotectores que mejoran el desarrollo neurológico a mediano plazo y
favorecer la estabilidad hemodinámica, sin embargo, junto con estos beneficios emergentes han surgido
controversias clínicas sobre la dosis óptima, el momento de inicio, la duración adecuada del tratamiento
y posibles efectos secundarios. La literatura actual consolida a la cafeína como un pilar terapéutico de
la neonatología moderna, su perfil de eficacia y seguridad la distingue entre las intervenciones
farmacológicas más valiosas del cuidado intensivo neonatal. Sin embargo, la heterogeneidad de los
estudios subraya la necesidad de ensayos controlados adicionales que definan con precisión las
estrategias óptimas de uso, permitan individualizar la terapia y fortalezcan las recomendaciones basadas
en evidencia para el manejo integral del recién nacido prematuro

Palabras clave: recién nacido prematuro, cafeína, apnea, displasia broncopulmonar, presión de las vías
aéreas positiva continúa

1
Autor principal
Correspondencia:
Kasiquimolano@hotmail.com
pág. 17124
Extended Use of Caffeine in Neonatology: Emerging Indications,
Controversies, and Current Recommendations

ABSTRACT

Caffeine, a methylxanthine widely used in the treatment of apnea of prematurity, has emerged over the
past decade as a multifunctional therapy in neonatology that extends beyond its traditional indication.
The multicenter CAP trial (Caffeine for Apnea of Prematurity) represented a turning point by
demonstrating that early administration of caffeine significantly reduces the need for mechanical
ventilation and the incidence of bronchopulmonary dysplasia, while improving survival free of
neurodevelopmental disability at 1821 months of corrected age. Several studies suggest that caffeine
therapy in preterm infants may prevent or mitigate chronic respiratory complications such as
bronchopulmonary dysplasia (BPD), exert neuroprotective effects that enhance medium-term
neurological outcomes, and promote hemodynamic stability. However, alongside these emerging
benefits, clinical controversies have arisen regarding the optimal dosage, timing of initiation,
appropriate duration of therapy, and potential adverse effects. Current evidence consolidates caffeine
as a cornerstone of modern neonatal pharmacotherapy; its favorable efficacy and safety profile
distinguish it as one of the most valuable pharmacologic interventions in neonatal intensive care.
Nevertheless, the heterogeneity among studies underscores the need for additional controlled trials to
precisely define optimal treatment strategies, enable individualized therapy, and strengthen evidence-
based recommendations for the comprehensive management of preterm infants

Keywords: infant, premature, caffeine, apnea, bronchopulmonary dysplasia, continuous positive airway
pressure

Artículo recibido 15 setiembre 2025

Aceptado para publicación: 25 octubre 2025
pág. 17125
INTRODUCCIÓN

La apnea de la prematuridad es una afección común en neonatos pretérmino, caracterizada por episodios
recurrentes de apnea, bradicardia y desaturación, debida a la inmadurez del centro respiratorio(Schmidt
et al., 2006). Desde finales del siglo XX, la cafeína se consolidó como el tratamiento de elección para
esta entidad, desplazando a otras metilxantinas gracias a su eficacia y perfil de seguridad
superior(Alhersh et al., 2020; Amponsah et al., 2025). El ensayo aleatorizado internacional CAP
(Caffeine for Apnea of Prematurity), publicado en 2006, demostró que la cafeína reducía
significativamente la frecuencia de apnea y la necesidad de ventilación mecánica en
prematuros(Schmidt et al., 2006). De manera inesperada, este estudio y sus seguimientos revelaron
beneficios adicionales más allá del control de la apnea como los pacientes que recibieron cafeína
tuvieron menor incidencia de displasia broncopulmonar y una mejor evolución neurológica a los 18-21
meses de edad corregida(Schmidt et al., 2006). Estos hallazgos pioneros suscitaron un cambio de
paradigma, desde entonces la cafeína pasó de considerarse únicamente un estimulante respiratorio a ser
investigada como una intervención con potencial impacto multisistémico en el prematuro(Schmidt et
al., 2006).

En la última década, la literatura neonatológica se ha volcado a explorar nuevos usos y efectos de la
cafeína en poblaciones neonatales vulnerables, se han propuesto y evaluado indicaciones profilácticas,
como la administración temprana para prevenir la DBP o facilitar la extubación, asimismo posibles
efectos neuroprotectores por la reducción de la hipoxia intermitente cerebral(Oliphant et al., 2024).
También, se han documentado impactos favorables en la hemodinamia, incluyendo menor incidencia
de persistencia del ductus arteriovenoso (DAP), además se investiga su influencia en otras morbilidades
del prematuro como la retinopatía del prematuro y la lesión cerebral por hemorragia
intraventricular(O’Shea et al., 2025; Oliphant et al., 2024).

En paralelo, el uso ampliado de la cafeína en la neonatología ha generado importantes controversias
clínicas. Entre los neonatólogos se debate la dosificación óptima: mientras algunos centros emplean
dosis estándar (510 mg/kg/día de cafeína base o su equivalente en cafeína citrato), otros abogan por
dosis más altas para maximizar los beneficios, aunque con preocupaciones relativas a efectos
secundarios(Oliphant et al., 2024; Storm et al., 2025).
pág. 17126
De modo similar, el momento ideal de inicio en recién nacidos de prematuridad extrema, así como la
duración óptima del tratamiento, siguen siendo objeto de estudios(O’Shea et al., 2025; Storm et al.,
2025). En este contexto, resulta imperativo revisar de manera integral la evidencia científica más
reciente para guiar un uso racional de la cafeína en neonatología que vaya más allá del tratamiento de
la apnea(O’Shea et al., 2025). En esta revisión se sintetizan los hallazgos de la literatura reciente, junto
con las recomendaciones de guías internacionales, con el fin de ofrecer una perspectiva actualizada y
equilibrada sobre los beneficios emergentes y las controversias en torno a la terapia con cafeína en el
recién nacido pretérmino(Oliphant et al., 2024).

METODOLOGÍA

Se llevó a cabo una revisión narrativa de la literatura científica con el propósito de sintetizar la evidencia
actual disponible sobre las nuevas indicaciones, beneficios emergentes, controversias y
recomendaciones clínicas relacionadas con el uso de la cafeína en neonatología. El proceso
metodológico se desarrolló entre julio y septiembre de 2025 y se ajustó a las directrices del International
Committee of Medical Journal Editors (ICMJE) y las recomendaciones del marco PRISMA-ScR para
revisiones no sistemáticas.

La estrategia de búsqueda incluyó las bases de datos PubMed/MEDLINE, Scopus, Web of Science,
Embase y Cochrane Library. Se utilizaron combinaciones de descriptores controlados y términos libres
en inglés y español: “caffeine”, “neonates”, “apnea of prematurity”, “bronchopulmonary dysplasia”,
“neurodevelopment”, “hemodynamic effects”, “dose”, “safety” y sus equivalentes en español. Se
limitaron los resultados a publicaciones entre enero de 2000 y septiembre de 2025, priorizando ensayos
clínicos aleatorizados, revisiones sistemáticas, metaanálisis y guías de práctica clínica de alta calidad.
También se consideraron estudios observacionales relevantes y revisiones narrativas recientes que
abordan efectos multisistémicos de la cafeína en neonatos pretérmino. La selección de artículos se
realizó de forma independiente por dos revisores, quienes evaluaron títulos, resúmenes y texto completo
con base en criterios de pertinencia temática y validez metodológica. Se excluyeron duplicados, reportes
de casos aislados, revisiones no fundamentadas y publicaciones sin acceso a texto completo. Los
desacuerdos se resolvieron por consenso. Los datos extraídos se organizaron en matrices de evidencia
que incluyeron año, diseño del estudio, tamaño muestral, población objetivo, dosis, duración del
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tratamiento, desenlaces principales y limitaciones. La información recopilada fue analizada
cualitativamente, agrupando los hallazgos según los dominios clínicos: efectos respiratorios y
prevención de la displasia broncopulmonar, neuroprotección y desarrollo neurológico, impacto
hemodinámico, aspectos de seguridad y controversias sobre dosis y duración. Se priorizó la coherencia
entre los resultados descritos y las recomendaciones actuales de guías internacionales (European
Consensus on RDS, AAP, Cochrane, y otras). Los aspectos éticos se adaptaron conforme a la normativa
de citación y propiedad intelectual, citando todas las fuentes primarias y secundarias

Bases farmacológicas y fisiopatológicas del uso de cafeína

La cafeína es una metilxantina empleada de rutina en neonatos pretérmino y ejerce múltiples
mecanismos de acción de relevancia clínica. En primer lugar, actúa como antagonista no selectivo de
los receptores de adenosina de tipo A₁ y A₂A, lo que en el sistema nervioso central atenúa el efecto
depresor de la adenosina sobre la actividad respiratoria y la vasodilatación cerebral, favoreciendo así la
estimulación del centro respiratorio, el aumento de la sensibilidad periférica al CO₂ y la mejora de la
contractilidad diafragmática(Schmidt et al., 2006; Yang et al., 2021).En segundo lugar, la cafeína inhibe
débilmente diversas fosfodiesterasas, con el consiguiente aumento del AMP cíclico intracelular, lo que
potencia vías de señalización celulares. Además, modula la movilización de calcio intracelular (por
ejemplo mediante efecto sobre los canales de rianodina) y podría influir sobre la actividad de otros
neurotransmisores y canales iónicos, contribuyendo a su efecto estimulante en el sistema
respiratorio(Mota-rojas et al., 2023)

En recién nacidos pretérmino, la farmacocinética de la cafeína se caracteriza por una vida media
prolongada, atribuible a la inmadurez del metabolismo hepático (principalmente vía CYP1A2) y de la
excreción renal, lo cual permite administrar dosis única diaria de mantenimiento(Aranda & Beharry,
2020). Por otra parte, su buena biodisponibilidad oral y amplio margen terapéutico la convierten en un
fármaco versátil en la unidad de cuidados intensivos neonatales(Aranda & Beharry, 2020). Más allá de
su efecto estimulante sobre la respiración, se ha planteado que la cafeína ejerce efectos
inmunomoduladores/antiinflamatorios a las dosis habituales, por ejemplo, se ha observado reducción
de citocinas proinflamatorias (IL-6, TNF-α) y aumento de la citocina antiinflamatoria IL-10, lo cual
podría contribuir a la protección pulmonar y neurológica del neonato(Ramos et al., 2008). No obstante,
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algunos datos indican que a niveles séricos muy elevados la cafeína podría adoptar un perfil
proinflamatorio, lo que subraya la importancia de no sobrepasar el rango terapéutico seguro(O’Shea et
al., 2025).

Además de sus efectos respiratorios y neurológicos, la cafeína ejerce acciones fisiológicas sistémicas
relevantes en el neonato pretérmino. Su efecto diurético se relaciona con el antagonismo de los
receptores de adenosina a nivel renal, lo que incrementa el flujo sanguíneo renal, el filtrado glomerular
y la excreción de sodio y agua, resultando en un aumento moderado del gasto urinario(Aranda &
Beharry, 2020). Este fenómeno, junto con un posible incremento de la tasa metabólica basal mediado
por la estimulación de la termogénesis y el metabolismo lipídico, podría explicar la ligera reducción de
la ganancia ponderal temprana observada en algunos lactantes tratados con cafeína (Hussain et al.,
2024)

Asimismo, al antagonizar los receptores de adenosina en el miocardio y el sistema vascular, la cafeína
puede inducir un modesto aumento de la frecuencia cardiaca y de la presión arterial sistólica y media,
aunque estos efectos suelen ser transitorios y clínicamente bien tolerados en el contexto neonatal
(Mathusudhanan, 2025).

En conjunto, la cafeína se configura como una intervención multifacética, capaz de mejorar la
ventilación espontánea, optimizar la función pulmonar, ejercer efectos neuroestimulantes y modular la
respuesta inflamatoria, lo que justifica su papel central en el manejo integral del neonato
pretérmino(O’Shea et al., 2025).

Prevención de la displasia broncopulmonar y mejora respiratoria

La displasia broncopulmonar (DBP) es una de las principales secuelas de la prematuridad extrema,
resultante de la interrupción del desarrollo pulmonar normal junto con agresiones posnatales
(ventilación mecánica, oxigenoterapia, inflamación). Dado que la cafeína mejora la ventilación
espontánea del neonato, se ha planteado que su uso precoz podría acortar la duración de la ventilación
mecánica y la exposición a hiperoxia, mitigando el daño pulmonar. Efectivamente, en el ensayo
aleatorizado internacional CAP Trial (Caffeine for Apnea of Prematurity), se observó una menor
incidencia de DBP a las 36 semanas de edad postmenstrual en el grupo tratado con cafeína (36 % frente
a aproximadamente 47 % en placebo; OR ~ 0,63)(Abdel-Hady, 2015; Schmidt et al., 2006).
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Un metaanálisis reciente por Elizabeth A. Oliphant y colaboradores (2024) confirmó que en neonatos
muy prematuros la terapia con cafeína “probablemente” disminuye la tasa de DBP (RR 0,77; IC 95 %
0,69-0,86) con certeza moderada(Oliphant et al., 2024). Además, varios estudios observacionales han
asociado la administración temprana de cafeína con desenlaces pulmonares más favorables (menor
duración de ventilación, menor necesidad de oxígeno, menor incidencia de PDA tratada)(Review,
2024).

El inicio temprano o profiláctico de la cafeína en neonatos pretérmino se ha asociado con una menor
necesidad de intubación y una reducción en la duración del soporte ventilatorio invasivo. Un
metaanálisis de Kim y colaboradores (2015), que incluyó más de 59 000 prematuros, demostró que la
administración de cafeína en las primeras 48 horas de vida se asoció con una reducción significativa
del riesgo de displasia broncopulmonar (DBP) en comparación con su inicio después del tercer día (OR
0.51; IC 95 % 0.460.57; p < 0.001)(Park et al., 2015).

Desde el punto de vista fisiológico, esta protección se explica porque la estimulación respiratoria
temprana favorece la ventilación espontánea y permite evitar o acortar la ventilación mecánica,
reduciendo así la lesión pulmonar inducida por presión y oxígeno. En coherencia con esta evidencia,
las Guías Europeas de 2019 para el Manejo del Síndrome de Dificultad Respiratoria Neonatal (European
Consensus Guidelines on the Management of Respiratory Distress Syndrome) recomiendan considerar
la administración precoz de cafeína en todo prematuro con alto riesgo de falla respiratoria o que requiera
soporte respiratorio no invasivo(Sweet et al., 2023).

Asimismo, múltiples estudios han documentado que la cafeína incrementa la tasa de éxito en la
extubación hacia CPAP o ventilación no invasiva. Por ejemplo, se ha observado que su administración
previa a la extubación aumenta significativamente las probabilidades de mantener al neonato sin
reintubación durante las primeras 4872 horas(Rub & Eichenwald, 2025).

Otro efecto respiratorio relevante es la reducción de los episodios de hipoxemia intermitente. Dado que
las pausas de apnea y las desaturaciones repetidas generan inestabilidad en la oxigenación y estrés
oxidativo pulmonar, se ha demostrado que la terapia con cafeína disminuye la frecuencia de episodios
de hipoxia intermitente hacia las 3536 semanas de edad postmenstrual, lo que podría contribuir
indirectamente a una menor inflamación y daño pulmonar(Poets et al., 2015; Rhein et al.,
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2014).Actualmente se investiga si dosis más altas de cafeína podrían potenciar aún más estos beneficios
pulmonares, varios metaanálisis han comparado regímenes de dosis alta; definidas usualmente como
10-20 mg/kg/día de cafeína base, frente a 5 mg/kg estándar); los resultados sugieren que las dosis
elevadas podrían reducir adicionalmente la incidencia de DBP y la falla de extubación, sin embargo,
debido a la heterogeneidad de los estudios y preocupaciones de seguridad, no existe aún recomendación
universal de usar altas dosis de rutina(Poets et al., 2015). La evidencia GRADE de Cochrane indica con
certeza moderada que las dosis altas probablemente reducen la tasa de DBP en comparación con dosis
estándar, a falta de evidencia muy limitada de un aumento de efectos adversos como taquicardia. En la
práctica, algunos centros individualizan la dosis según monitoreo de niveles plasmáticos para
maximizar eficacia evitando toxicidad(Rhein et al., 2014).

Efectos neuroprotectores y desarrollo neurológico

La inmadurez del sistema nervioso central en los recién nacidos de extrema prematuridad los hace
particularmente vulnerables a lesiones neurológicas, como la hemorragia intraventricular (HIV) y la
leucomalacia periventricular, así como a déficits posteriores en el neurodesarrollo motor y cognitivo.
En este contexto, ha surgido un creciente interés por el potencial rol neuroprotector de la
cafeína(Schmidt et al., 2006).

Inicialmente utilizada para prevenir la hipoxia cerebral secundaria a la apnea, la cafeína ha pasado a
investigarse como una intervención capaz de ofrecer beneficios directos o indirectos sobre el desarrollo
neurológico, tanto a corto como a largo plazo(McPherson et al., 2022). Diversas hipótesis
fisiopatológicas sustentan este efecto, incluyendo la reducción de episodios de hipoxemia intermitente,
la mejoría del flujo sanguíneo cerebral, la disminución de la exposición a ventilación mecánica e
inflamación sistémica, y posibles acciones neuroquímicas moduladoras a nivel de receptores de
adenosina en el cerebro inmaduro (Ostrem et al., 2025).

Los primeros indicios del posible efecto neuroprotector de la cafeína provienen del ensayo aleatorizado
internacional CAP. Además de mejorar la supervivencia sin displasia broncopulmonar (DBP), el
seguimiento de la cohorte a los 1821 meses de edad corregida demostró que la terapia con cafeína
incrementó la tasa de supervivencia sin discapacidad neurológica significativa, en comparación con
placebo(Schmidt et al., 2006). En términos específicos, los lactantes del grupo cafeína presentaron
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menor incidencia de parálisis cerebral (4.4 % vs 7.3 %; OR 0.58, IC 95 % 0.390.87; p = 0.009) y
menor frecuencia de retraso cognitivo moderado o grave (33.8 % vs 38.3 %; OR 0.81, IC 95 % 0.66
0.99; p = 0.04)(Schmidt et al., 2006).

Estos hallazgos sugieren que la cafeína podría reducir la exposición del cerebro inmaduro a episodios
hipóxicos intermitentes, frecuentes en la apnea del prematuro, y así mitigar el daño neuronal durante
periodos críticos del desarrollo. Dicha acción protectora probablemente sea multifactorial, involucrando
la estabilización de la oxigenación cerebral, la disminución de la inflamación sistémica y la modulación
de la excitabilidad neuronal(McPherson et al., 2022).

Cabe destacar que uno de los mecanismos principales por los que la cafeína protege el neurodesarrollo
es indirecto, al prevenir las fluctuaciones de oxígeno y flujo sanguíneo cerebral causadas por apneas y
bradicardias(Poets et al., 2015). La hipoxia crónica intermitente se ha vinculado con lesión de la
sustancia blanca y peores resultados cognitivos, al reducir significativamente la frecuencia de apneas,
la cafeína atenuaría este factor de riesgo(Rhein et al., 2014). Adicionalmente, la ligera elevación de la
presión arterial sistémica que produce puede mejorar la perfusión cerebral en límites bajos. Por otro
lado, estudios de neuroimagen proponen que la cafeína puede influir en la estructura cerebral, ya que
se ha descrito que los prematuros tratados muestran diferencias en el crecimiento de la sustancia blanca
en resonancias magnéticas, aunque se necesita más evidencia para atribuir cambios anatómicos
funcionales(Schmidt et al., 2006).

Efectos hemodinámicos y otras aplicaciones sistémicas

Un hallazgo repetido en estudios es que la cafeína se asocia con menor incidencia de ductus arterioso
persistente, una complicación frecuente en prematuros extremos, las razones no están del todo
dilucidadas, pero se postulan algunos mecanismos: La cafeína, al mejorar la ventilación, disminuye la
necesidad de ventilación con presión positiva y altas FiO₂, factores que contribuyen a mantener el ductus
abierto(Park et al., 2015). También, como antagonista de adenosina, podría favorecer la
vasoconstricción del músculo liso ductal(Abdel-Hady, 2015). En cualquier caso, menos DAP implica
menos uso de fármacos como indometacina o ibuprofeno. Aunque algunos autores sugieren que la
cafeína podría considerarse parte del manejo integral para cerrar el ductus en prematuros, no reemplaza
a la terapéutica específica anti-DAP en casos que la requieran(Benitz, 2016).
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En cuanto a la estabilidad hemodinámica, la cafeína ejerce un efecto inotrópico y cronotrópico
moderado, por ello en algunos centros se aprovecha la cafeína como coadyuvante en prematuros
hipotensos borderline, retrasando o evitando el uso de vasopresores, sin embargo, no hay
recomendaciones formales de emplear cafeína primariamente para tratar hipotensión(O’Shea et al.,
2025). Cabe señalar que la cafeína no parece comprometer la perfusión cerebral documentada por
investigaciones con Doppler transcraneal no hallaron cambios significativos en el flujo sanguíneo
cerebral tras dosis estándar(Dix et al., 2018).

Otros beneficios sistémicos atribuidos al uso de cafeína en prematuros incluyen retinopatía del
prematuro, este efecto posiblemente se deba a menos exposición al oxígeno suplementario y menor
fluctuaciones de saturación en los bebés tratados con cafeína, a pesar que sea de uso exclusivo para esta
patología, pero este dato apoya su impacto multisistémico positivo(Kua & Lee, 2017). Respecto a la
función renal tiene un efecto como diurético débil, la cafeína incrementa la diuresis y la tasa de filtración
glomerular en neonatos, tampoco se han observado desequilibrios electrolíticos significativos
asociados, y aunque aumenta la excreción urinaria de calcio, no se han reportado efectos clínicos
adversos sobre la mineralización ósea a corto plazo(Ali et al., 2018).

Controversias actuales: Dosis, duración y seguridad

A pesar de los beneficios mencionados, existen controversias y variaciones en la práctica clínica
respecto al uso óptimo de la cafeína, las principales áreas de debate incluyen la dosificación ideal, edad
gestacional, momento de inicio del tratamiento, duración de este y la gestión de potenciales efectos
adversos. A continuación, se discuten estas controversias a la luz de la evidencia y opiniones
actuales(Rub & Eichenwald, 2025).

1. Dosificación (Estándar vs Alta): La dosis tradicional de mantenimiento de cafeína citrato en apnea
del prematuro es 5 mg/kg/día, generalmente precedida de una dosis de carga de 20 mg/kg el primer día,
sin embargo, varios centros han adoptado dosis de mantenimiento más elevadas (10-20 mg/kg/día)
buscando reducir apnea refractaria y mejorar la ventilación, no obstante, la evidencia no es de alta
calidad y surge la preocupación de efectos secundarios dosis-dependientes(Mohammed et al., 2015).
Entre estos, la taquicardia es el más reportado. Otros posibles efectos dosis-dependientes son los
temblores y la diuresis excesiva(Schmidt et al., 2006). Por ahora, no hay consenso unánime, algunas
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guías sugieren usar dosis estándar y escalar solo si persisten apneas, mientras que en unidades con
experiencia en altas dosis se emplean regímenes intensificados bajo monitoreo(Nakaoka et al., 2017).
Una alternativa emergente es individualizar la dosis mediante niveles plasmáticos objetivo para
asegurar eficacia con seguridad(Nakaoka et al., 2017).

2. Momento de inicio y edad gestacional: Actualmente, las guías difieren en el umbral de EG para
iniciar cafeína, el consenso europeo 2019 recomienda cafeína en <32 semanas que requieran ventilación
positiva, las guías británicas sugieren indicarla en todos los <30 semanas de gestación
independientemente de signos clínicos, por su parte, la AAP (Academia Americana de Pediatría) en
línea con expertos canadienses, plantea iniciarla en <28 semanas siempre y entre 28-32 semanas solo si
el neonato necesita soporte respiratorio (CPAP o intubación)(O’Shea et al., 2025). Estas discrepancias
reflejan la incertidumbre para los prematuros moderados, además algunos neonatólogos optan por
observar si desarrollan apnea antes de iniciar fármaco(Storm et al., 2025). En lo que sí hay consenso es
que mientras antes se administre dentro de los primeros 2-3 días de nacimiento en quienes van a
requerirla, mejor serán los resultados respiratorios(Storm et al., 2025).

3. Duración del tratamiento: No existen pautas universales sobre hasta qué edad gestacional suspender
la cafeína, la práctica común es mantenerla hasta que la probabilidad de apnea significativa disminuya,
típicamente alrededor de las 3436 semanas, muchos neonatólogos continúan la cafeína cuando el bebé
lleva varios días sin apnea importante y ha alcanzado 34 semanas, sin embargo, algunos prematuros
tardíos pueden aún presentar apnea residual, por lo que en ocasiones se extiende hasta las 37-40 semanas
si los eventos persisten debido a que no hay evidencia de daño por prolongar la cafeína hasta el término
si fuese necesario, salvo la posible interferencia con el sueño madurativo, tema aún por
estudiar(Eichenwald, 2016).

4. Efectos secundarios y seguridad: En términos generales, la cafeína es considerada una de las
intervenciones farmacológicas más seguras en neonatología, el ensayo CAP y su seguimiento a años
mostraron ausencia de efectos adversos graves a corto o largo plazo atribuibles a la cafeína, no se
observaron aumentos en complicaciones mayores en el grupo tratado, de hecho, varias de esas
complicaciones fueron menos frecuente(Schmidt et al., 2006). Los efectos adversos comunes son
generalmente transitorios y manejables, la taquicardia sinusal leve a moderada es la más típica
pág. 17134
apareciendo poco después de la dosis y resolviendo espontáneamente, hipertensión arterial leve en
algunos casos(Lodha et al., 2019). A nivel neurológico, dosis altas pueden provocar irritabilidad,
temblores o hipertono transitorios, signos de estimulación del SNC(Lodha et al., 2019). Un aspecto
relevante es la seguridad en dosis altas, aunque no se han visto diferencias importantes en eventos
adversos mayores, sí se debe vigilar la frecuencia cardíaca y signos de sobreestimulación neurológica,
se recomienda precaución especial en neonatos con cardiopatías o en aquellos concomitantemente
tratados con otros estimulantes(Nakaoka et al., 2017). La literatura también sugiere monitorear niveles
séricos si se usan dosis inusualmente altas o en caso de función renal/hepática comprometida, para
evitar acumulación excesiva(Nakaoka et al., 2017).

RESULTADOS

La evidencia compilada en esta revisión confirma que la cafeína ha trascendido su rol tradicional para
el manejo de la apnea, consolidándose como una terapia multifacética esencial en el manejo del
prematuro, los beneficios en distintos órganos y sistemas abarcan desde la reducción de la DBP y la
mejora del neurodesarrollo, hasta efectos favorables en la hemodinamia y otras morbilidades en
neonatología(Poets et al., 2015). Pocos fármacos en el cuidado intensivo neonatal ofrecen un espectro
tan amplio de impactos positivos con un perfil de seguridad tan alto(Rub & Eichenwald, 2025). Un
hallazgo fundamental es la importancia de la administración temprana de cafeína, iniciarla en los
primeros días de vida en prematuros de muy bajo peso se asocia consistentemente con menor incidencia
de DBP, menor duración de ventilación mecánica e incluso reducción de la mortalidad neonatal en
algunos análisis, lo cual, ha llevado a un cambio de paradigma de esperar a la aparición de apnea para
tratar, se ha pasado a una actitud proactiva o profiláctica en los más inmaduros, anticipándose a los
eventos apneicos y protegiendo al neonato desde el inicio(Park et al., 2015). Respecto a la dosis, la
discusión sigue abierta, mientras las dosis estándar han demostrado eficacia notable, las dosis altas
podrían optimizar ciertos desenlaces pero requieren confirmación, la ausencia de diferencias claras en
efectos adversos en estudios publicados es alentadora, pero dada la heterogeneidad de criterios en la
literatura, muchos clínicos se mantienen en la zona de confort de las dosis convencionales, es posible
que en el futuro se adopte un enfoque personalizado monitoreando en algunos pacientes niveles séricos
mientras que mantener dosis estándar en otros, por ende la tecnología de monitorización terapéutica de
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fármacos podría facilitar esta individualización, aunque actualmente no es de uso rutinario para cafeína
en la mayoría de centros(Sweet et al., 2023).

En cuanto a los efectos secundarios, esta revisión tranquiliza sobre la seguridad de la cafeína no se
hallaron evidencias de daños permanentes atribuibles al fármaco y los efectos agudos son controlables,
la monitorización básica de signos vitales y clínica suele ser suficiente, es importante educar al equipo
de salud y a los padres que síntomas como temblores leves o aumento de diuresis son esperables y no
peligrosos(Alhersh et al., 2020). También, si un paciente muestra taquicardia persistente o irritabilidad
inusual, considerar ajustar la dosis o descartar otras causas(Nakaoka et al., 2017).

CONCLUSIÓN

La utilización de la cafeína en neonatología se ha expandido más allá de la apnea de la prematuridad,
convirtiéndose en una terapia de múltiples beneficios para los recién nacidos prematuros. La evidencia
actual demuestra que el tratamiento con cafeína en estos pacientes se asocia con disminución de la
incidencia de displasia broncopulmonar, menor necesidad y duración de ventilación mecánica, efectos
neuroprotectores relevantes, impacto hemodinámico beneficioso, otros efectos sistémicos favorables.
La seguridad de la cafeína en neonatos prematuros está bien establecida, sus efectos adversos comunes
son generalmente leves y transitorios y no se han vinculado eventos adversos graves al uso rutinario
dentro de rangos terapéuticos, esto confiere un amplio margen de confianza para su empleo extensivo
en las unidades neonatales.

En conclusión, nos encontramos en una etapa en la que la cafeína se ha transformado en una terapia
central en la neonatología contemporánea, con efectos beneficiosos más allá de lo inicialmente
esperado. Si bien aún hay detalles por definir, las tendencias apuntan a incorporar la cafeína como parte
del manejo estándar integral del prematuro, casi al mismo nivel que otras intervenciones ya
consagradas. Continuar generando evidencia de calidad y compartir experiencias entre unidades
neonatales ayudará a resolver las controversias restantes y asegurar que todos los recién nacidos
prematuros que puedan beneficiarse de la cafeína la reciban de la manera más segura y eficaz posible.

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