METODOLOGÍAS ACTIVAS EN LA INCLUSIÓN
EDUCATIVA DE ESTUDIANTES CON DIFICULTADES
ESPECÍFICAS DEL APRENDIZAJE EN CUARTO AÑO
DE EDUCACIÓN GENERAL BÁSICA

ACTIVE METHODOLOGIES IN THE EDUCATIONAL INCLUSION

OF STUDENTS WITH SPECIFIC LEARNING DIFFICULTIES IN

THE FOURTH YEAR OF BASIC GENERAL EDUCATION

Julyssa Katherine Robles Armijos

Universidad Nacional de Loja, Ecuador

Efraín Fernando Muñoz Silva

Universidad Nacional de Loja, Ecuador
pág. 2544
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i6.21382
Metodologías Activas en la Inclusión Educativa de Estudiantes con
Dificultades Específicas del Aprendizaje en Cuarto Año de Educación
General Básica

Julyssa Katherine Robles Armijos
1
julyssa.robles@unl.edu.ec

https://orcid.org/0009-0003-5367-7162

Universidad Nacional de Loja

Ecuador

Efraín Fernando Muñoz Silva

efrain.munoz@unl.edu.ec

https://orcid.org/0000-0002-6806-8146

Universidad Nacional de Loja

Ecuador

RESUMEN

El artículo analiza el uso de metodologías activas como recurso pedagógico para fortalecer la inclusión
educativa de estudiantes con dificultades específicas del aprendizaje (DEA) en la Unidad Educativa
Fiscal Cristóbal Colón, ubicada en el cantón Olmedo, provincia de Loja. El estudio se desarrolló bajo
un enfoque cualitativo, con alcance descriptivo y diseño no experimental de corte transversal.
Participaron 10 docentes de Educación General Básica, quienes completaron una entrevista estructurada
integrada por preguntas cerradas y abiertas. Los resultados evidencian que los docentes reconocen la
importancia de las metodologías activas como el aprendizaje cooperativo, el trabajo por proyectos y el
aprendizaje basado en problemas para favorecer la participación, motivación y comprensión de los
estudiantes con DEA. No obstante, se identifican limitaciones vinculadas a la falta de capacitación,
tiempo, recursos didácticos y acompañamiento institucional, lo cual dificulta su aplicación sistemática
en el aula. Se concluye que, aunque existe una valoración positiva hacia estas estrategias, su
implementación requiere fortalecerse mediante procesos de formación docente continua, disponibilidad
de recursos y una gestión escolar orientada al trabajo inclusivo.

Palabras clave: formación docente, dificultades específicas de aprendizaje, estrategias pedagógicas

1 Autor principal

Correspondencia:
julyssa.robles@unl.edu.ec
pág. 2545
Active Methodologies in the Educational Inclusion of Students with

Specific Learning Difficulties in the Fourth Year of Basic General

Education

ABSTRACT

The article analyzes the use of active methodologies as a pedagogical resource to strengthen the

educational inclusion of students with specific learning difficulties (SLD) at the Cristóbal Colón Public

Educational Unit, located in the Olmedo canton, Loja
province. The study was conducted using a
qualitative approach with a descriptive scope and a non
-experimental, cross-sectional design. Ten Basic
General Education teachers participated, completing a structured interview composed of closed and

open
-ended questions. The results show that teachers recognize the importance of active methodologies
such as cooperative learning, project
-based learning, and problem-based learning in promoting
participation, motivation, and understanding among students with SLD.
However, limitations related to
the lack of training, time, teaching resources, and institutional support were identified, which hinder

their systematic application in the classroom. The study concludes that although these strategies are

viewed positively,
their implementation needs to be strengthened through continuous teacher training,
resource availability, and school management oriented toward inclusive practices.

Keywords:
teacher training, specific learning difficulties, pedagogical strategies
Artículo recibido 20 octubre 2025

Aceptado para publicación: 15 noviembre 2025
pág. 2546
INTRODUCCIÓN

La educación inclusiva se ha consolidado en los últimos años como un componente primordial en los
sistemas educativos que buscan garantizar el derecho universal a una educación de calidad, equitativa
y empática. Esta perspectiva resulta ser promovida por organismos internacionales como la UNESCO
y la Organización de las Naciones Unidas, sostiene que las escuelas deben constituirse en espacios
donde todos los estudiantes (UNESCO, 2020), independientemente de sus características individuales,
puedan participar plenamente y desarrollar al máximo sus capacidades (Organización de las Naciones
Unidas, 2006). En consecuencia, la inclusión educativa no se limita únicamente a integrar físicamente
a los estudiantes en las aulas, sino que implica transformar la cultura, las políticas y las prácticas
pedagógicas para eliminar barreras y construir entornos democráticos, accesibles y respetuosos de la
diversidad.

En América Latina, la inclusión educativa se reconoce como un objetivo prioritario y muy esencial,
aunque continúa enfrentando profundas desigualdades estructurales que limitan el acceso, la
permanencia y el aprendizaje significativo de los estudiantes. La Declaración de Salamanca impulsó
desde 1994, se ha esforzado por cumplir su compromiso internacional para responder a la diversidad
mediante prácticas inclusivas en los sistemas educativos (UNESCO, 1994); sin embargo, los avances
en la región han sido desiguales y dependen en gran medida de las condiciones socioeconómicas,
políticas y culturales de cada país. Estudios recientes evidencian que, pese a los esfuerzos normativos,
persisten brechas relacionadas con la distribución de recursos, la formación docente, la infraestructura
escolar y la implementación real de prácticas inclusivas en el aula (García-Huidobro, 2022). Estas
limitaciones muestran que la inclusión en América Latina sigue siendo un desafío complejo que requiere
transformaciones profundas en las políticas educativas, las prácticas pedagógicas y la gestión
institucional.

En este marco regional, diversos países han desarrollado lineamientos específicos para fortalecer la
atención a la diversidad y orientar la práctica docente hacia modelos más inclusivos. Un ejemplo de ello
es Chile, cuyo Ministerio de Educación ha elaborado documentos técnicos y directrices que promueven
la construcción de ambientes educativos accesibles, participativos y centrados en las necesidades del
estudiantado (Ministerio de Educación de Chile, 2023).
pág. 2547
Estos lineamientos se complementan con las orientaciones del Ministerio de Educación del Ecuador,
que promueven la implementación del DUA y el uso de estrategias flexibles y accesibles en todos los
niveles educativos (Ministerio de Educación del Ecuador, 2024; UNESCO, 2022). Además, estas
orientaciones nacionales evidencian que, más allá de los compromisos internacionales, los sistemas
educativos requieren políticas claras, estrategias didácticas concretas y acompañamiento institucional
para avanzar hacia una inclusión efectiva en las aulas.

Las dificultades específicas del aprendizaje representan uno de los desafíos más comunes del ámbito
escolar. La American Psychiatric Association (2022) clasifica estas dificultades como trastornos del
neurodesarrollo que inciden en la adquisición y uso adecuado de habilidades básicas de lectura, escritura
y razonamiento matemático. Su origen neurobiológico implica que no son sinónimo de bajo rendimiento
intelectual, falta de motivación o escasa dedicación, sino que responden a variaciones en los procesos
cognitivos que requieren metodologías específicas para ser atendidas adecuadamente. Asimismo, la
dislexia, una de las DEA más frecuentes, afecta directamente los procesos de decodificación y
comprensión lectora (Hemingway, 2023). Investigaciones recientes (Jiménez & O’Shanahan, 2021;
Geary, 2020) coinciden en señalar que la falta de estrategias diferenciadas, la ausencia de apoyos
multisensoriales y el desconocimiento docente sobre las características de las DEA pueden generar
rezago académico, frustración y disminución significativa de la autoestima en estos estudiantes.

La necesidad de transformar las prácticas pedagógicas tradicionales adquiere una importancia crucial.
En los últimos años, las metodologías activas han emergido como una alternativa eficaz para promover
la participación de todos los estudiantes y favorecer un aprendizaje significativo y contextualizado
(Guaita-Oña, 2024). Desde sus fundamentos constructivistas y socioculturales, estas metodologías
plantean que el estudiante debe convertirse en protagonista de su propio proceso de aprendizaje,
mediante actividades que fomenten la interacción, la colaboración, la indagación, la creatividad y la
resolución de problemas reales. Entre las metodologías activas más destacadas se encuentran el
aprendizaje cooperativo, el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje basado en problemas, el
aula invertida (Flipped Classroom Evaluation, 2025) y la gamificación, las cuales han demostrado ser
eficaces para fortalecer habilidades cognitivas y socioemocionales en diversos contextos educativos.
pág. 2548
Su aplicación ha demostrado ser altamente pertinente para estudiantes con dificultades específicas del
aprendizaje, ya que permiten integrar actividades multisensoriales, apoyo visual, recursos tecnológicos
y dinámicas que reducen la ansiedad académica. Por ejemplo, la gamificación favorece la motivación
y la participación; el aprendizaje cooperativo promueve el apoyo entre pares; los proyectos permiten
articular conocimientos desde experiencias reales; y el aula invertida ofrece oportunidades para revisar
materiales con diferentes modalidades, tiempos y ritmos. De este modo, las metodologías activas se
constituyen en herramientas fundamentales para construir aulas inclusivas que ofrezcan múltiples
formas de representación, acción, expresión y participación.

La pertinencia de las metodologías activas se potencia cuando se articulan con el enfoque del Diseño
Universal para el Aprendizaje (DUA) (Chick, Morello y Vance, 2025), el cual propone flexibilizar el
currículo para atender a la diversidad mediante tres principios esenciales: múltiples medios de
representación, múltiples formas de acción y expresión, y múltiples formas de participación (CAST,
2018). Desde esta perspectiva, el DUA permite diseñar experiencias educativas accesibles desde el
inicio, evitando modificaciones posteriores que suelen llegar tarde o resultar insuficientes (Nin Piriz &
Tamayo-Ancona, 2024). Así, su integración con metodologías activas contribuye a generar entornos
educativos equitativos donde todos los estudiantes incluidos aquellos con DEA pueden acceder al
conocimiento mediante distintos canales sensoriales y demostrar su aprendizaje según sus fortalezas,
como lo evidencian estudios recientes sobre su aplicación en estudiantes con discapacidad intelectual
(Saini et al., 2024).

En este escenario teórico y práctico, la presente investigación se desarrolla en la Unidad Educativa
Fiscal Cristóbal Colón, cantón Olmedo, provincia de Loja. Durante el acercamiento inicial a la
institución, se identificó que, si bien existe interés en promover procesos inclusivos, las prácticas
pedagógicas continúan siendo mayoritariamente tradicionales, lo que genera barreras para los
estudiantes con dificultades específicas del aprendizaje de cuarto año de Educación General Básica.
Los docentes reconocen las limitaciones de sus estrategias actuales, pero también manifiestan que
requieren formación, recursos, tiempo de planificación y acompañamiento técnico para implementar
metodologías activas de manera sistemática.
pág. 2549
Se constató además que los estudiantes con dislexia, disgrafía y discalculia enfrentan dificultades para
participar activamente en el aula, lo que repercute en su rendimiento, su motivación y su seguridad
emocional. Muchos de ellos expresan temor a equivocarse, evitan participar en actividades que implican
lectura o cálculos matemáticos, y presentan menor disposición para intervenir cuando las actividades
están basadas exclusivamente en la copia o en la exposición oral del docente. Estos hallazgos reflejan
la necesidad de implementar estrategias más dinámicas, participativas y accesibles que permitan
transformar la experiencia educativa de estos estudiantes.

El presente artículo tiene como propósito analizar cómo las metodologías activas contribuyen al proceso
inclusivo de estudiantes con dificultades específicas del aprendizaje en el cuarto año de Educación
General Básica de la Unidad Educativa Fiscal Cristóbal Colón. Este análisis se realiza desde un enfoque
mixto, que permite comprender la experiencia docente, identificar las prácticas implementadas,
reconocer las barreras que aún están presentes en el aula y proponer alternativas orientadas a fortalecer
la inclusión educativa.

La relevancia de este estudio radica en que ofrece una lectura crítica y contextualizada de la realidad
educativa de una institución pública ecuatoriana, articulando marcos teóricos contemporáneos,
evidencia empírica actual y un análisis profundo de las prácticas docentes. Su aporte es doble: por un
lado, contribuye al campo investigativo sobre metodologías activas e inclusión educativa en América
Latina; y por otro, ofrece orientaciones concretas a la comunidad educativa para mejorar la atención de
estudiantes con DEA mediante estrategias accesibles, sostenibles y adaptadas a las características de su
entorno.

Este artículo pretende visibilizar la importancia de transformar la práctica pedagógica desde una
perspectiva inclusiva y centrada en el estudiante. En un mundo donde la diversidad es la norma, las
escuelas están llamadas a construir entornos flexibles que celebren las diferencias, reconozcan el
potencial de cada individuo y garanticen oportunidades reales de aprendizaje. Las metodologías activas,
articuladas con el Diseño Universal para el Aprendizaje, representan un camino viable, pertinente y
necesario para avanzar hacia una educación inclusiva, equitativa y empática, especialmente para
estudiantes con dificultades específicas del aprendizaje, quienes merecen un entorno donde puedan
aprender, participar y crecer plenamente.
pág. 2550
METODOLOGÍA

El estudio se realizó desde un enfoque cualitativo con el propósito de obtener una comprensión amplia
y profunda sobre el uso de metodologías activas en la inclusión educativa de estudiantes con dificultades
específicas del aprendizaje (DEA). Este enfoque permitió analizar las experiencias, percepciones y
valoraciones de los docentes respecto a su aplicación de estas estrategias en el aula.

El alcance de la investigación fue descriptivo, dado que se buscó caracterizar el nivel de implementación
de las metodologías activas, su efectividad percibida y las barreras asociadas a su uso. El diseño fue no
experimental y de corte transversal, ya que no se manipularon variables y la recolección de datos se
realizó en un único momento del periodo académico.

La población del estudio estuvo conformada por los docentes de Educación General Básica de la Unidad
Educativa Fiscal Cristóbal Colón, ubicada en el cantón Olmedo, provincia de Loja. La muestra fue
intencional y no probabilística, integrada por 10 docentes que participaron voluntariamente en el
estudio. Esta selección permitió obtener información contextualizada y pertinente sobre las prácticas
pedagógicas desarrolladas en la institución.

La técnica principal utilizada para la recolección de datos fue la entrevista, compuesta por dos tipos de
preguntas:

Preguntas cerradas: Permitieron obtener datos cuantitativos sobre la frecuencia de uso de
metodologías activas, su pertinencia, efectividad percibida y las barreras presentes en el aula.

Preguntas abiertas: Posibilitaron profundizar en las percepciones, experiencias y sugerencias
aportadas por los docentes en torno a la aplicación de estas metodologías.

El instrumento fue diseñado a partir de las categorías centrales del estudio metodologías activas,
inclusión educativa, barreras pedagógicas, formación docente y recursos didácticos y se aplicó mediante
la plataforma Google Forms. Antes de la participación, se obtuvo el consentimiento informado de
manera presencial, garantizando el respeto a los principios éticos de voluntariedad, confidencialidad y
anonimato.

El procedimiento inició con la solicitud de autorización a las autoridades de la Unidad Educativa Fiscal
Cristóbal Colón, a quienes se explicó el objetivo, propósito y alcances de la investigación.
pág. 2551
Posteriormente, se realizó una reunión informativa con los docentes participantes para socializar la
finalidad del estudio y aclarar inquietudes sobre el proceso.

Una vez aplicado el instrumento, los datos cuantitativos fueron organizados en gráficos y tablas para su
análisis descriptivo, mientras que las respuestas cualitativas fueron categorizadas y analizadas bajo un
enfoque interpretativo que permitió identificar patrones, tendencias y significados relevantes para la
investigación.

La investigación respetó los principios éticos fundamentales: consentimiento informado,
confidencialidad en el manejo de la información y participación voluntaria. No se recopilaron datos
personales sensibles y los resultados fueron utilizados únicamente con fines académicos.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Los resultados obtenidos a partir de la encuesta aplicada a los docentes de la Unidad Educativa Fiscal
Cristóbal Colón permiten comprender con mayor profundidad el nivel de implementación, percepción,
efectividad y barreras asociadas al uso de metodologías activas en la inclusión educativa de estudiantes
con necesidades educativas específicas. La información presentada se estructura en cinco secciones,
cada una respaldada por los porcentajes resultantes de los gráficos proporcionados. Esta ampliación
presenta un análisis más detallado y contextualizado.

Sección A: Frecuencia de uso de metodologías activas

Los resultados evidencian que el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) y el trabajo colaborativo son
las metodologías activas más utilizadas por los docentes, alcanzando el 35% cada una. Este predominio
no solo revela una preferencia pedagógica, sino también una relación directa con las condiciones reales
del entorno escolar. Estas metodologías suelen requerir menos recursos tecnológicos y pueden
integrarse a la dinámica tradicional del aula sin grandes modificaciones, lo que las convierte en
estrategias accesibles y familiares para la mayoría de docentes. Esto coincide con lo sostenido por
López-Torrijo (2023), quien plantea que las metodologías con mayor flexibilidad estructural tienden a
consolidarse en instituciones con formación docente limitada o con infraestructura restringida.
Asimismo, estas estrategias potencian la interacción social, el desarrollo de habilidades cognitivas y la
co-construcción del conocimiento, elementos cruciales en procesos de inclusión educativa (Lara-Lara
et al., 2023).
pág. 2552
En contraste, metodologías innovadoras como la gamificación, el aula invertida y las adaptaciones por
ritmos de aprendizaje obtuvieron únicamente un 10% de presencia. Este bajo porcentaje no debe
interpretarse únicamente como falta de interés, sino como una consecuencia de múltiples factores
institucionales. En muchos centros educativos, el acceso a dispositivos electrónicos, plataformas
digitales y conectividad es limitado, lo que obstaculiza la ejecución de estas prácticas. Además, estas
metodologías suelen demandar tiempo adicional de planificación, elaboración de recursos y
capacitación docente, elementos que muchas veces no forman parte de las dinámicas laborales
cotidianas. Ainscow (2020) advierte que la innovación pedagógica no se sostiene únicamente en la
voluntad docente, sino en un sistema institucional que provea condiciones reales para su
implementación. Por tanto, la baja presencia de estas metodologías sugiere la necesidad de fortalecer la
cultura institucional y el acceso a recursos para avanzar hacia prácticas más diversas y tecnológicamente
integradas.

Sección B: Percepción sobre la pertinencia de las metodologías activas

Diversos estudios sostienen que las metodologías activas fortalecen la participación y accesibilidad
cuando se aplican en contextos inclusivos (Educare, 2024). La percepción docente constituye un
indicador clave para comprender la viabilidad de las metodologías activas en el aula. El 50% de los
docentes considera que estas estrategias favorecen de manera directa la inclusión de estudiantes con
dificultades específicas del aprendizaje, lo que demuestra una comprensión sólida del valor pedagógico
de la participación activa. Esta percepción se alinea con la propuesta del Diseño Universal para el
Aprendizaje (DUA), que sostiene que los estudiantes requieren múltiples formas de representación,
expresión y participación para lograr aprendizajes equitativos (Meyer, Rose y Gordon, 2014). Desde
esta perspectiva, la inclusión no se limita a adaptar materiales, sino a transformar la estructura del
proceso de enseñanza para garantizar la participación efectiva de todos.

Por otro lado el 25% de los docentes reconoce que las metodologías activas incrementan la motivación
y el compromiso estudiantil, aspecto fundamental en estudiantes con DEA, quienes frecuentemente
presentan dificultades de atención, frustración o desmotivación ante metodologías tradicionales. La
literatura señala que la participación activa fortalece la autoestima académica y promueve un clima de
aula más positivo y colaborativo (Ainscow, 2020).
pág. 2553
Sin embargo, la percepción positiva contrasta con otro hallazgo crítico: solo el 15% de los docentes se
siente preparado para aplicar estas metodologías y únicamente un 10% percibe apoyo institucional
suficiente. Esta brecha evidencia que, aunque los docentes reconocen los beneficios y tienen disposición
para innovar, aún existen limitaciones formativas y estructurales que dificultan la aplicación sostenida
de las metodologías activas. Por ende, la valoración favorable necesita ser acompañada por procesos de
capacitación continua, acompañamiento pedagógico y políticas institucionales que faciliten la
experimentación docente.

Sección C: Efectividad percibida

Los docentes consideran que las metodologías activas tienen un impacto significativo en la inclusión
educativa, lo cual se refleja en que el 40% las vincula con la participación efectiva de estudiantes con
DEA. Este dato es relevante, ya que demuestra que las estrategias activas no solo se perciben como
innovadoras, sino como herramientas que responden a necesidades reales de accesibilidad y equidad.
Dunn y Walker (2020) destacan que la participación activa permite desarrollar habilidades cognitivas,
metacognitivas y socioemocionales, esenciales para estudiantes que presentan dificultades en lectura,
escritura o razonamiento matemático. Al promover experiencias de aprendizaje dinámicas,
colaborativas y significativas, estas metodologías facilitan que estudiantes con DEA puedan expresar
ideas, participar desde sus fortalezas y recibir apoyos diferenciados dentro de la misma actividad.

Asimismo un 30% de los docentes identifica que estas metodologías mejoran el rendimiento académico,
mientras otro 30% señala beneficios en el desarrollo socioemocional. Esta combinación de beneficios
confirma que su impacto es integral, abarcando tanto dimensiones cognitivas como afectivas del
aprendizaje. Es importante señalar que estudiantes con DEA suelen enfrentar desafíos emocionales
asociados a la frustración, la ansiedad académica y la baja autoestima; por ello, la participación en
actividades dinámicas donde pueden experimentar éxito y reconocimiento es fundamental para su
adaptación escolar (Morton & Pilgrim, 2023). No obstante, aunque la percepción de efectividad es
positiva, esta depende directamente de las condiciones reales de implementación. Es decir, la
efectividad no se determina únicamente por la metodología en sí, sino por el contexto: acompañamiento
docente, recursos disponibles y cultura institucional.
pág. 2554
Sección D: Barreras identificadas

La identificación de barreras permite comprender las limitaciones que enfrentan los docentes para
implementar metodologías activas. La falta de recursos didácticos y tecnológicos (29%) aparece como
la restricción más frecuente y refleja las desigualdades en infraestructura educativa. Booth y Ainscow
(2021) argumentan que la inclusión requiere condiciones materiales que faciliten la participación de
todos los estudiantes, lo que implica disponer de recursos variados y accesibles. Sin embargo, en
muchos centros educativos, especialmente en contextos rurales o con limitaciones presupuestarias, el
acceso a materiales manipulables, plataformas digitales o herramientas para diversificar la enseñanza
aún es insuficiente, lo que reduce las posibilidades de implementar metodologías activas de manera
sostenida.

A ello se suma la falta de tiempo para planificar (28%), otro de los obstáculos más relevantes. Las
metodologías activas requieren diseño anticipado, elaboración de materiales, planificación diferenciada
y ajustes constantes según las necesidades del estudiantado. Esta carga de planificación, sumada a las
responsabilidades administrativas y a la multiplicidad de asignaturas, dificulta que los docentes puedan
incorporar estas estrategias con regularidad. Además, la escasa formación docente (19%) revela la
necesidad urgente de fortalecer procesos de capacitación continua que no solo enseñen nuevas
estrategias, sino que acompañen su implementación progresiva en el aula. Finalmente, la dificultad de
adaptación por parte del estudiantado (24%) refleja que los estudiantes han sido formados en modelos
tradicionales y aún requieren procesos de adaptación gradual hacia un aprendizaje más autónomo y
participativo. Estas barreras confirman que la transición hacia metodologías activas requiere una
transformación institucional y no solo esfuerzos individuales del docente.

Sección E: Aportes de las preguntas abiertas

Las respuestas abiertas permiten profundizar en la percepción docente y evidencian que el trabajo
colaborativo, el ABP y el aula invertida son consideradas las metodologías más útiles y significativas
para promover inclusión. Estas estrategias permiten a los estudiantes explorar, construir y aplicar
conocimiento desde acciones concretas y colaborativas, lo que es especialmente beneficioso para
estudiantes con DEA.
pág. 2555
Espada-Chavarría et al. (2023) sostienen que la integración del DUA en estas metodologías incrementa
la accesibilidad, dado que permite ofrecer múltiples formas de representación y expresión, adaptándose
así a las necesidades individuales de cada estudiante. Esto confirma que los docentes reconocen el valor
práctico y pedagógico de estas estrategias como herramientas inclusivas.

Además, los docentes enfatizan la necesidad de recibir mayor apoyo institucional en cuanto a recursos,
materiales y capacitación continua. Este aspecto es fundamental, ya que evidencia que la sostenibilidad
de las metodologías activas depende directamente de la disponibilidad de recursos y de la existencia de
políticas escolares que fomenten la innovación y la actualización pedagógica. Sin un respaldo
institucional sólido, las buenas prácticas tienden a diluirse con el tiempo. Por tanto, los aportes de los
docentes no solo enriquecen la interpretación de los resultados, sino que también permiten identificar
áreas prioritarias para fortalecer la implementación de metodologías activas como parte de una cultura
escolar inclusiva.

ILUSTRACIONES, TABLAS Y FIGÚRAS

Figura 1: Sección A: Frecuencia de uso de metodologías activas.

Nota: Elaborado por Julyssa Katherine Robles Armijos

35%
35%
10%
10%
10%
Sección A: frecuencia de uso de metodologías
activas
Aprendizaje Basado en Proyectos
Trabajo Colaborativo
Gamificaciòn
Aula Invertida
Distintos Ritmos y Estilos de Aprendizaje
pág. 2556
Figura 2: Sección B: Percepción sobre pertinencia.

Nota: Elaborado por Julyssa Katherine Robles Armijos

Figura 3: Sección C: Efectividad percibida

Nota: Elaborado por Julyssa Katherine Robles Armijos

50%
25%
15%
10%
Sección B: Percepción sobre pertinencia
Inclusión de estudiantes con NEE
Participación y motivación del
alumnado
Formación suficiente para aplicar
metodologías activas
Institución brinda apoyo y recursos
para la implementación de
estrategias activas

30%
30%
40%
Sección C: Efectividad Percibida
Mejoran el rendimiento académico
Desarrollo de habilidades
socioemocionales en los estudiantes
Inclusión real de los estudiantes con
NEE no asociadas a la discapacidad
pág. 2557
Figura 4: Sección D: Barreras.

Nota: Elaborado por Julyssa Katherine Robles Armijos

Figura 5: Sección E: Preguntas abiertas

Nota: Elaborado por Julyssa Katherine Robles Armijos

28%
29%
19%
24%
Sección D: Barreras
Falta de tiempo para planificar
metodologías activas
Carencia de recursos o
materiales didácticos
Escasa formación en
metodologías activas
Dificultades de los estudiantes
para adaptarse al trabajo activo

50%50%
Sección E: Preguntas Abiertas
Metodologías Activas mas útiles en
la docencia: Trabajo grupal,ABP,
Clase Invertida
Apoyo institucional para mejorar la
implementación de metodologías
activas: Implementos deportivos,
didácticos
pág. 2558
CONCLUSIONES

Los resultados del estudio evidencian que las metodologías activas constituyen una herramienta
pedagógica clave para fortalecer la inclusión educativa de estudiantes con necesidades educativas
específicas en el nivel de Educación General Básica. La investigación muestra que, aunque existe un
reconocimiento sólido por parte de los docentes sobre la utilidad de estas estrategias, su implementación
aún es limitada y se encuentra condicionada por factores institucionales, formativos y materiales.

En cuanto al uso de metodologías activas, se identificó una mayor recurrencia del Aprendizaje Basado
en Proyectos y del trabajo colaborativo, prácticas que alcanzaron un porcentaje significativo de uso y
que se consolidan como las estrategias más accesibles dentro del aula. Sin embargo, metodologías como
la gamificación, el aula invertida y la adaptación a ritmos y estilos de aprendizaje registraron porcentajes
significativamente menores, evidenciando una escasa diversificación metodológica. Esta brecha sugiere
la necesidad de fortalecer la capacitación docente para incorporar prácticas más innovadoras y alineadas
con los principios de la educación inclusiva.

La percepción docente confirma que las metodologías activas favorecen la inclusión y la participación
estudiantil, siendo reconocidas por la mayoría de los docentes como facilitadoras del acceso educativo
de estudiantes con NEE. Además, otro porcentaje de maestros considera que estas prácticas mejoran el
rendimiento académico y el desarrollo socioemocional, así mismo evidencian que estas metodologías,
se vinculan directamente con la inclusión real de estudiantes con necesidades no asociadas a
discapacidad. Estos hallazgos subrayan el impacto positivo de estrategias activas en múltiples
dimensiones del aprendizaje.

Sin embargo, persisten barreras que limitan su uso sistemático. Entre ellas destacan la carencia de
recursos didácticos, la falta de tiempo para la planificación y la limitada formación docente. Estas
dificultades revelan la necesidad de un compromiso institucional más firme para garantizar condiciones
adecuadas de implementación. Sin un acompañamiento permanente, la aplicación de metodologías
activas depende en gran medida de esfuerzos individuales, lo que debilita su sostenibilidad en el tiempo.

De manera general se concluye que las metodologías activas contribuyen de manera significativa a la
construcción de ambientes inclusivos y participativos; sin embargo, su impacto real depende de la
articulación coherente entre las prácticas docentes, la formación profesional y el apoyo institucional.
pág. 2559
El estudio refuerza la necesidad de promover programas de capacitación continua, ampliar la dotación
de recursos y fomentar una cultura escolar orientada a la innovación pedagógica y a la atención a la
diversidad. Finalmente, se recomienda desarrollar investigaciones futuras que permitan comparar
instituciones o niveles educativos, con el fin de profundizar en la relación entre metodologías activas e
inclusión en diversos contextos.

Además los hallazgos permiten confirmar que la articulación entre metodologías activas y los principios
del Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA) constituye una vía efectiva para garantizar la
participación equitativa del estudiantado, especialmente de quienes presentan dificultades específicas
del aprendizaje. La flexibilidad metodológica y la diversificación de estrategias facilitan que los
estudiantes accedan a la información desde sus fortalezas y reciban apoyos ajustados a sus necesidades.
Por ello se reafirma que la inclusión no depende únicamente de la selección de estrategias didácticas,
sino de la capacidad institucional para promover ambientes de aprendizaje accesibles y culturalmente
responsivos.

Fortalecer la formación docente continua y el apoyo institucional mediante la dotación de recursos
didácticos, tecnológicos y espacios de acompañamiento pedagógico que permitan implementar las
metodologías activas de forma sostenida. También se sugiere que futuras investigaciones amplíen el
análisis comparando diferentes niveles educativos o explorando la relación entre metodologías activas
y el desempeño académico específico de estudiantes con DEA. Estos aportes permitirían profundizar
en la comprensión del impacto de estas estrategias y contribuirían al desarrollo de prácticas más
inclusivas e innovadoras en el sistema educativo.

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