ENFERMEDADES EN LA NIÑEZ:
SABERES ESCOLARES, CUIDADORES Y
PROFESORES MAYAS DE YUCATÁN
CHILDHOOD ILLNESSES: KNOWLEDGE OF
MAYAN SCHOOLCHILDREN, CAREGIVERS, AND
TEACHERS IN YUCATÁN
Didier Francisco Aké Canul
Universidad Autónoma de Yucatán, México
Maria del Sagrario Vargas Espadas
Universidad Autónoma de Yucatán, México
Erika del Rosario Huacal Cruz
Universidad Autónoma de Yucatán, México
Ivana Monserrat Martínez Medina
Universidad Autónoma de Yucatán, México
Maricela Balam Gómez
Universidad Autónoma de Yucatán, México

pág. 2705
DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i6.21403
Enfermedades en la Niñez: Saberes Escolares, Cuidadores y Profesores
Mayas de Yucatán
Didier Francisco Aké Canul1
didier.ake@correo.uady.mx
https://orcid.org/0000-0001-8089-9156
Facultad de Enfermería
Universidad Autónoma de Yucatán
México
Maria del Sagrario Vargas Espadas
sagrario.vargas@correo.uady.mx
https://orcid.org/0000-0001-6101-7859
Facultad de Enfermería
Universidad Autónoma de Yucatán
México
Erika del Rosario Huacal Cruz
A22214374@alumnos.uady.mx
https://orcid.org/0009-0002-6143-8551
Facultad de Enfermería
Universidad Autónoma de Yucatán
México
Ivana Monserrat Martínez Medina
A22214370@alumnos.uady.mx
https://orcid.org/0009-0004-6309-2077
Facultad de Enfermería
Universidad Autónoma de Yucatán
México
Maricela Balam Gómez
maricela.balam@correo.uady.mx
https://orcid.org/0000-0002-0546-7887
Facultad de Enfermería
Universidad Autónoma de Yucatán
México
RESUMEN
Introducción: Las enfermedades durante la niñez son una preocupación constante para los padres,
madres, tutores e incluso para los profesores. Cuando un niño se enferma, es natural que los adultos que
lo cuidan busquen una solución para aliviar el sufrimiento y garantizar la recuperación. Los saberes de
las comunidades indígenas han evolucionado durante siglos y desarrollaron conocimientos específicos
sobre la identificación, tratamiento y prevención de enfermedades infantiles. Objetivo: reconocer y
valorar los saberes de niños, niñas, cuidadores y profesores de una comunidad maya dentro del sistema
de salud comunitaria para promover un diálogo intercultural que permita desarrollar estrategias de salud
más inclusivas. Metodología: estudio cualitativo interpretativo, centrado en comprender los
significados de las realidades subjetivas desde el punto de vista de los participantes, en este caso 162
escolares, 94 padres de familia y 14 profesores de una comunidad maya de Yucatán. Se utilizaron
diferentes técnicas de acuerdo con las edades de los participantes. La información recolectada se analizó
hasta alcanzar la saturación teórica. Resultados: Se identificó que las enfermedades más prevalentes en
la infancia son las respiratorias y diarreicas. En cuanto a las enfermedades respiratorias, se considera
que tienen una mayor incidencia durante la temporada de invierno, debido a factores como el frío y la
humedad. Acerca de las enfermedades diarreicas, padres de familia y docentes señalaron que los
síntomas más comunes son la diarrea, el vómito y la calentura. En general, tanto escolares, padres de
familia y docentes, coinciden en los signos y síntomas de las enfermedades. Sin embargo, lo que puede
variar es la intensidad o gravedad con la que se presentan estos síntomas; esto dependerá de la edad del
niño. Conclusión: Es necesario implementar estrategias efectivas para prevenir y controlar estas
enfermedades, asegurando así el bienestar y salud de los niños. En el contexto de una comunidad
indígena, la etiología de sus enfermedades y el conocimiento de estas son muy importantes porque
permiten conocerlas desde puntos de vista diferentes al contexto biomédico que conocemos.
Palabras clave: niñez, enfermedad, mayas
1 Autor principal
Correspondencia: sagrario.vargas@correo.uady.mx

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Childhood Illnesses: Knowledge of Mayan Schoolchildren, Caregivers, and
Teachers in Yucatán
ABSTRACT
Introduction: Childhood illnesses are a constant concern for parents, guardians, and even teachers.
When a child falls ill, it is natural for the adults who care for them to seek a solution to alleviate their
suffering and ensure their recovery. The knowledge of indigenous communities has evolved over
centuries and developed specific expertise in the identification, treatment, and prevention of childhood
illnesses. Objective: To recognize and value the knowledge of children, caregivers, and teachers in a
Mayan community within the community health system in order to promote intercultural dialogue that
will enable the development of more inclusive health strategies. Methodology: Interpretive qualitative
study focused on understanding the meanings of subjective realities from the participants' point of view,
in this case 162 schoolchildren, 94 parents, and 14 teachers from a Mayan community in Yucatán.
Different techniques were used according to the ages of the participants. The information collected was
analyzed until theoretical saturation was reached. Results: Respiratory and diarrheal diseases were
identified as the most prevalent childhood illnesses. Respiratory diseases are considered to have a higher
incidence during the winter season due to factors such as cold and humidity. Regarding diarrheal
diseases, parents and teachers indicated that the most common symptoms are diarrhea, vomiting, and
fever. In general, schoolchildren, parents, and teachers agree on the signs and symptoms of the diseases.
However, what may vary is the intensity or severity with which these symptoms present themselves;
this will depend on the age of the child. Conclusion: Effective strategies must be implemented to prevent
and control these diseases, thereby ensuring the well-being and health of children. In the context of an
indigenous community, the etiology of their diseases and knowledge of them are very important because
they allow us to understand them from perspectives other than the biomedical context we are familiar
with.
Keywords: childhood, illness, Mayans
Artículo recibido 20 octubre 2025
Aceptado para publicación: 15 noviembre 2025

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INTRODUCCIÓN
En la actualidad, existen múltiples factores que afectan negativamente el desarrollo y crecimiento
saludable de la niñez, uno de los desafíos más significativos son las enfermedades, las cuales pueden
afectar a cualquier niño, independientemente de su origen, nacionalidad o sexo, lo anterior significa que
esta vulnerabilidad es relevante porque es universal y trasciende fronteras geográficas y culturales
(Ramírez-Hernández et al., 2018). La diversidad cultural en América Latina es un ejemplo emblemático
de cómo las enfermedades afectan a los niños y niñas de diferentes contextos.
Las enfermedades durante la niñez son una preocupación constante para los padres, madres, tutores e
incluso para los profesores. Cuando un niño se enferma, es natural que los adultos que lo cuidan busquen
una solución para aliviar el sufrimiento y garantizar la recuperación. En áreas urbanizadas es
relativamente más fácil acceder a centros médicos y hospitales donde los profesionales de salud pueden
diagnosticar y tratar las enfermedades de manera efectiva. Sin embargo, en las comunidades rurales,
alejadas e indígenas, la situación es muy diferente; la falta de acceso a servicios de salud de calidad y
la escasez de profesionales de salud calificados pueden hacer que la atención médica sea inaccesible o
ineficaz (Perroni Ana, 2021).
Las comunidades indígenas representan aproximadamente el 5% de la población mundial, pero albergan
el 80% de la biodiversidad del planeta y poseen sistemas de conocimientos milenarios sobre salud y
medicina que han sido transmitidos de generación en generación. A decir de las poblaciones indígenas
infantiles, éstas enfrentan desafíos de salud significativamente mayores comparados con poblaciones
no indígenas. Por mencionar un ejemplo, la población infantil indígena cuenta con menor proporción
de cartilla de inmunizaciones en comparación con la población infantil no indígena (49 vs. 59%), lo que
evidencia disparidades en el acceso a servicios básicos de salud preventiva (Pelcastre Villafuerte et al.,
2020).
Durante siglos, las comunidades indígenas han desarrollado saberes y prácticas tradicionales para
prevenir, identificar y tratar las enfermedades con la intención de evitar complicaciones en los niños.
La cultura maya, con sus comunidades aún vibrantes y activas, ilustra cómo las tradiciones y creencias
influyen en la forma en que se abordan las enfermedades infantiles; como los niños mayas no están
exentos de contraer enfermedades; la manera en que se tratan y se perciben los padecimientos puede

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diferir significativamente de las prácticas urbanizadas, incluso puede existir un choque cultural en el
proceso salud-enfermedad-atención cuando los conocimientos de los profesionales de salud se
contraponen con los saberes locales. (Jiménez D, Alcalá L., 2023).
De acuerdo con las comunidades indígenas, los saberes son un tipo de conocimiento local que representa
la base para la toma de decisiones en aspectos de la vida cotidiana como, por ejemplo, el tratamiento de
enfermedades. Este conocimiento forma parte integral de un sistema cultural que combina lengua,
sistemas de clasificación, prácticas, recursos, interacciones sociales, simbólicas, rituales y
espiritualidad. Los saberes son sistemas únicos de sabiduría que forman parte importante de la
diversidad cultural mundial, se adaptan y evolucionan en la vida local de los diferentes contextos
(Blanco y Valencia, 2021).
Los saberes de las comunidades indígenas han evolucionado durante siglos y desarrollaron
conocimientos específicos sobre la identificación, tratamiento y prevención de enfermedades infantiles.
Estos saberes, transmitidos principalmente a través de la observación y tradición oral, constituyen una
forma integral de entender la salud que trasciende la perspectiva biomédica occidental, incluso la
Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce la importancia de estos conocimientos tradicionales,
estableciendo en 2022 el Centro Mundial de Medicina Tradicional para promover una medicina
tradicional basada en evidencia científica (OMS, 2024).
En el contexto contemporáneo, caracterizado por las brechas en el acceso a servicios de salud y
disparidades sanitarias que afectan desproporcionadamente a las poblaciones indígenas, resulta crucial
examinar cómo estos saberes contribuyen a mejorar la salud infantil. La integración de los saberes
tradicionales sobre enfermedades infantiles en los sistemas de salud modernos requiere desarrollar
modelos de atención intercultural. Tal como destaca la Organización Panamericana de la Salud (OPS),
"abordar los determinantes sociales de la salud y asegurar un enfoque intercultural son vitales para
garantizar la salud de las poblaciones indígenas" (OPS, 2023). Este enfoque implica el reconocimiento
de la validez y complementariedad de diferentes sistemas médicos.
La recuperación, preservación y revitalización de estos conocimientos no solo es importante para las
comunidades indígenas, sino para la humanidad en su conjunto, ya que representan formas alternativas
de entender y abordar la salud que pueden enriquecer la comprensión global de los procesos de salud-

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enfermedad-atención en la infancia. En el contexto de la salud infantil, estos saberes tradicionales
constituyen un patrimonio invaluable que no solo refleja una comprensión profunda del cuerpo humano
y su relación con el entorno, sino que también ofrece alternativas terapéuticas que pueden complementar
la medicina occidental moderna.
En lo que respecta a los niños y niñas de las comunidades mayas de Yucatán, éstos se caracterizan
porque desde edades tempranas se relacionan con la naturaleza y reciben aprendizajes a través de la
convivencia con los adultos. Por ello es importante tener en cuenta sus saberes sobre las principales
enfermedades que los afectan; recuperar los saberes permitirá tomarlos en cuenta, resaltar sus
tradiciones y cosmovisión (Cabezas Vargas y Escalante Escobar, 2022). Asimismo, este estudio busca
reconocer y valorar los saberes de niños, niñas, cuidadores y profesores de una comunidad maya dentro
del sistema de salud comunitaria para promover un diálogo intercultural que permita desarrollar
estrategias de salud más inclusivas. Con este estudio se contribuye al bienestar infantil y a fortalecer el
derecho de niños y niñas para crecer en condiciones de salud óptimas, respetando y preservando la
identidad de la cultura maya yucateca.
METODOLOGÍA
Estudio con enfoque cualitativo interpretativo, centrado en comprender los significados de las
realidades subjetivas desde el punto de vista de los participantes (Hernández et al., 2010), en este caso
escolares, padres de familia y profesores de una comunidad maya ubicada al sur de Yucatán. El estudio
se realizó en 2022 y participaron tres grupos: a) 162 niñas y niños matriculados en los seis grados de la
escuela primaria. Cabe mencionar que, sólo el segundo grado cuenta con dos grupos. Las actividades
realizadas fueron incluyentes y todos los escolares podían participar sin distinción. b) 94 Padres, madres
y/o tutores de los escolares matriculados. Se lanzó una convocatoria dirigida a los cuidadores
principales, los que acudieron a la sesión fueron los que participaron. c) 14 personas de la planta
académica integrada por un director, siete docentes encargados de las aulas, dos profesores suplentes,
dos personas encargadas de la limpieza y dos encargadas de la cocina; a quienes se les extendió una
invitación para participar en el estudio.
La recolección de la información, en el caso de los escolares, fue a través de la técnica de dibujo. En
cada aula se organizaron grupos pequeños de trabajo, la actividad inició con las preguntas detonadoras:

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¿Cómo es un niño sano? y ¿Cómo es un niño enfermo? Posteriormente, se profundizó sobre las causas
de esas enfermedades y las medidas para prevenirlas. Algunos escolares prefirieron dibujar, otros
escribieron sus respuestas, en todos se respetó la modalidad que eligieron. La actividad la condujo un
moderador con apoyo de dos observadores y presencia del profesor titular del grupo. Se requirió de
cartulinas de 50x65cm, colores, plumones, lápices y mesas de trabajo.
En el caso de los padres de familia y personal de la escuela, se realizó la técnica de lluvia de ideas; con
la ayuda de unas papeletas, los cuidadores respondieron cuatro preguntas principales:
1. ¿De qué se enferman los niños?
2. ¿Por qué se enferman los niños?
3. ¿Cómo es un niño enfermo?
4. ¿Qué medidas implementan para prevenir las enfermedades?
Adicionalmente se realizó la siguiente pregunta: ¿Qué otras enfermedades, que no se curan con
medicamentos, pueden padecer los niños? La pregunta se apoyó del cuento titulado: “Aj Ka ́ anan
ts ́ ono ́ ot y los cuatro hermanos” (ver cuento). El cuento relata cómo unas personas mayas se enfermaron
a causa de un “viento malo”, también relata la forma en que atendieron dicho padecimiento. El cuento
tuvo la finalidad de que los padres de familia y docentes entraran en confianza y proporcionen
información sobre las enfermedades de filiación cultural.
La información recolectada se analizó hasta alcanzar la saturación teórica, es decir, hasta no obtener
datos nuevos en el análisis (Ortega-Bastidas, 2020). Posteriormente se asignaron códigos por grupo y
las categorías de análisis. En cuanto a la interpretación de los datos, se realizó el análisis de los discursos
bajo la propuesta de Taylor & Bogdan (1987) el cual incluyen tres fases: descubrimiento, codificación
y relativización de los datos. Los criterios de calidad que abonaron rigor metodológico a esta
investigación son: consistencia lógica, correspondencia, autenticidad, transferibilidad, neutralidad y
triangulación de técnicas (Bravo y Osorio, 2017).
Las sesiones con escolares (técnica de dibujo), padres de familia y docentes (lluvia de ideas con
papeletas) se grabaron en formato audio. La confidencialidad de la información se aseguró con el uso
de nombres ficticios tanto de los participantes como de la comunidad.

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Únicamente los investigadores principales tienen acceso a la información, dibujos y grabaciones, los
cuales fueron resguardadas durante el análisis y posteriormente destruidas. El estudio tiene aprobación
del Comité de Ética e Investigación de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de
Yucatán, se cuenta con el asentimiento informado de los escolares y los consentimientos informados de
los padres de familia y profesores que participaron libremente en la investigación.
Cuento: Aj Ka´anan ts´ono´ot y los cuatro hermanos
Hace unos años, en un pueblo de Yucatán, había una hacienda próspera, muy grande y poco explorada.
Un día, el dueño de la hacienda, don Jesús Alpuche, junto con Pedro, el capataz, descubrieron un gran
depósito de agua oculta por una caverna, ¡era un cenote!, este era muy grande, profundo y oscuro, lleno
de maleza creciente e infestado de murciélagos y otros animales.
Imagen 1
Don Jesús exclamó; Pedro, necesito que busques gente que quiera trabajar, me gustaría que este cenote
quede limpio; pronto vendrán las sequías y de aquí podremos sacar agua para los animales y para regar
los sembrados. Claro patrón, mañana mismo los traigo, sé quiénes pueden hacer ese trabajo- dijo Jesús
En el pueblo, había una familia que recientemente terminó de vender su cosecha por lo cual no tenían
donde trabajar, eran cuatro hermanos, primos de Jesús: José, Alberto, Manuel y Adolfo, todos mayores
de edad y conocedores de la milpa.

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Al día siguiente de haber descubierto el cenote, Jesús llevó a los cuatro hermanos a conocerlo. Al llegar,
los hermanos comenzaron a limpiar la caverna, quitaron maleza muerta, gajos de matas que impedían
el paso y espantaron a los murciélagos, sacaron mucha basura y la fueron reuniendo a un lado para
después llevarla a otro lugar. Entre ellos hacían turnos de dos a tres horas para poder limpiar el cenote,
nunca entraban solos, siempre estaban acompañados uno de otro.
El tercer día cuando limpiaban el cenote, dentro del agua encontraron varios objetos, como vasijas,
conchas y figuras tipo estatuillas. Ese mismo día, José comenzó a convencer a sus hermanos de sacar
los objetos que se encontraban bajo el agua, ya que el color dorado y brillante que tenían sólo podía
significar una cosa, que eran de oro, que los podían vender a buen precio y serían ricos.
Yo sí le entro, dijo Alberto, Manuel poco convencido dijo que estaba de acuerdo con lo que hiciera el
resto de sus hermanos y que, si no se podían llevar todas las cosas porque eran muchas, al menos se
podían llevar el “muñequito de oro”. Se ve que es el que vale más dinero si los vendemos, a de ser de
oro macizo, dijo Manuel.
Imagen 2
Por su parte Adolfo temeroso expresó: Yo la mera verdad no estoy de acuerdo con lo que están haciendo,
si tomamos algo Ka´anan ts´onóot no vas a castigar, este no es un lugar cualquiera, y sí, ¡tengo miedo!
Los tres hermanos de Manuel sólo se burlaron de él y planearon la hazaña sin decirle nada

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El cuarto y último día de trabajo en el cenote, José llevó a Adolfo fuera del cenote, con la excusa de
tomar un poco de pozole para refrescarse, mientras esto sucedía, Manuel y Alberto entraron rápidamente
al cenote y tomaron al “Muñequito de Oro”, lo envolvieron en una ropa y lo escondieron dentro del
sabucán de José, quien se llevó la figura hasta su casa y escondió en un ropero. De un momento a otro,
Adolfo entró al cenote, ya que sospechaba algo y detrás de una piedra se escondió, observó cómo sus
hermanos llevaban a cabo su plan, pero se quedó callado y no dijo nada.
Después de dos días, los hermanos comenzaron a sentirse mal, iniciaron con calentura, malestar general,
dificultad para respirar, diarrea, dolor de cabeza y pérdida del apetito, Adolfo fue el primero en presentar
los síntomas, después Alberto, siguió José y por último Manuel, los tres primeros fueron los más
afectados, quedando graves en el hospital, por su parte Manuel tenía los mismos síntomas, pero en
menor grado.
Habían pasado 3 días hospitalizados y aún no encontraban la causa de la extraña enfermedad. Los
médicos daban el diagnóstico de Neumonía viral a causa de inhalación del excremento de los
murciélagos, pero los papás de los hermanos y la gente del pueblo no consideraban que esa fuera la
causa de la enfermedad.
El papá de los hermanos, no convencido de la versión de los médicos, decidió ir a visitar a Fulgencio,
el j´men del pueblo, quien le reveló que sus hijos habían hurtado algo en el cenote y que Ka´anan
ts´ono´ot, el guardián del lugar se estaba manifestando, y que sus hijos no se iban a curar hasta que
devolvieran lo que ellos habían sacado, además de liberarse del mal aire que cargaron.
Fulgencio se preparó y atendió primero a Manuel, porque él aún seguía en el pueblo – Manuel,
Manuelito, no seas terquito – Dijo Fulgencio, mientras sacudía las ramas de ruda y Albahaca sobre su
cuerpo. Se repitió este mismo ritual con los otros hermanos, menos con Alberto, ya que él no quiso que
le realizaran la limpia, -No necesito nada de eso, con la medicina que me dan los doctores me voy a
curar, expresó muy convencido Alberto.

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Imagen 3
5 días seguidos de limpias, un rezo en lengua maya donde se pedía perdón a Ka´anan ts´ono´ot, y la
devolución del ”Muñequito de oro” al cenote formaron el tratamiento para curar a los hermanos,
tristemente, Alberto empeoró de la enfermedad y falleció, por su parte, José llorando pidió perdón a su
familia, porque él tuvo la idea de robar el “Muñequito de oro”, Manuel arrepentido exclamó que nunca
más haría algo que fuera a molestar a los dioses, Adolfo a pesar de no haber participado en la hazaña,
aprendió a no quedarse callado, porque al no decir lo que sucedió, formó parte de lo que sus hermanos
hicieron.
Esta y otras muchas historias más, forman parte de la cultura maya, nos brindan enseñanzas,
aprendizajes y ayudan a comprender que existen enfermedades que no necesariamente requieren de
medicamento para curarse, que debemos conocer los saberes de los pueblos, y respetar las diversas
formas del proceso salud-enfermedad-atención.
Creado por Dariel Tec Cab; Didier Aké Canul. Ilustraciones: Ximena Raudes Domínguez
RESULTADOS
Caracterización de los informantes y la comunidad.
La comunidad de estudio destaca por su cultura, leyendas, tradiciones, arquitectura colonial y
gastronomía. Se ubica en el estado de Yucatán; aproximadamente a 90 km de Mérida, capital del estado.
De acuerdo con datos de DATA MÉXICO, en 2020 contaba con 5,968 habitantes, dentro de los cuales
un 49.3% (2,944) son hombres y 50.7% (3,024) son mujeres.

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Los rangos de edad con mayor población son los escolares de 5 a 9 años (554 habitantes), 0 a 4 años
(519 habitantes) y 25 a 29 años (512 habitantes). Entre ellos concentran el 26.6% de la población total.
Dentro de la comunidad, los habitantes mayores de 3 años que hablan una lengua indígena son 4,040
individuos, lo que corresponde a 67.6% del total de la población. La lengua indígena que hablan es el
maya yucateco.
Respecto a la educación, los principales grados académicos de la población fueron primaria con 1,720
personas (43.3% del total), secundaria con 1,220 personas (30.8% del total) y preparatoria o bachillerato
general con 633 personas (15.9% del total). La tasa de analfabetismo fue 12.6%; del total de población
analfabeta, 44.1% correspondió a hombres y 55.9% a mujeres.
Percepción sobre las enfermedades más comunes en escolares.
Se determinó que las enfermedades son una de las principales causas que interfieren en la vida diaria
de los niños, limitando su participación en actividades escolares, sociales y recreativas. Respecto a la
actividad de las papeletas, muchos padres y docentes coincidieron en que cuando un niño se muestra
‘decaído, desmejorado, acostado en su hamaca sin hacer nada, con sueño constante, lloroso y triste’,
es porque está enfermo. De acuerdo con los informantes, se identificó que las enfermedades más
prevalentes en la infancia son las respiratorias y diarreicas. En cuanto a las enfermedades respiratorias,
se considera que tienen una mayor incidencia durante la temporada de invierno, debido a factores como
el frío y la humedad. Es importante destacar que estas enfermedades pueden adquirirse en cualquier
momento del año. Según los padres de familia y docentes, los signos y síntomas pueden variar
dependiendo de la edad, la salud del niño y tipo de enfermedad, los más representativos son la calentura
y la tos, con solo presentar uno de estos se sabe que se está ante la presencia de una afección del sistema
respiratorio. A medida que la enfermedad avanza pueden presentarse más signos y síntomas como el
moquillo, dolor de garganta, ojos llorosos y estornudos.
Acerca de las enfermedades diarreicas, padres de familia y docentes señalaron que los síntomas más
comunes son la diarrea, el vómito y la calentura. Han identificado también otros signos y síntomas que
pueden indicar la presencia de este tipo de enfermedad; un padre de familia mencionó que cuando su
hijo tiene diarrea se ve decaído, sin ganas de nada, deshidratado, sin ánimo y con mucho dolor de
barriga.

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A partir de las respuestas obtenidas de los padres de familia y docentes, se pudo adquirir una visión de
las características y síntomas que presentan los niños cuando están enfermos. Sin embargo, para obtener
una perspectiva más completa, también se consideró la opinión de los propios niños. Durante la
recolección de información, se pidió a los escolares que realizaran dibujos que representaran cómo se
ve un niño enfermo y un niño sano.
A pesar de las diferencias en el grado escolar, hubo características que coincidieron con las
observaciones de los padres y docentes. Los niños enfermos fueron representados en los dibujos con
expresiones de dolor y tristeza, lo que refleja el cambio en su estado de ánimo cuando están ante algún
padecimiento. Esta actividad permitió a los escolares plasmar sus vivencias y percepciones sobre la
enfermedad, lo que concuerda con la idea inicial de que la enfermedad afecta no solo el cuerpo sino
también el estado emocional de los niños.
Los dibujos de los niños enfermos, mostraron signos y síntomas como moco que sale por la nariz, tos,
calentura, ojos llorosos, catarro y debilidad, los cuales se asocian con las enfermedades respiratorias.
Por otro lado, se encuentra la presencia de “dolor de barriga” por evacuaciones frecuentes, náuseas,
pérdida del apetito y calentura, los cuales se pueden asociar a las enfermedades diarreicas. En general,
tanto escolares, padres de familia y docentes, coinciden en los signos y síntomas de las enfermedades.
Sin embargo, lo que puede variar es la intensidad o gravedad con la que se presentan estos síntomas;
esto dependerá de la edad del niño.
Etiología de las Infecciones Respiratorias Agudas (IRAs) y Enfermedades Diarreicas Agudas
(EDAs)
Con respecto a las IRAs. Las respuestas de los padres y docentes sobre las causas por las que sus hijos
se enferman revelan un patrón común que gira en torno a la relación entre el clima (condiciones
climatológicas), la higiene, el cuidado personal y otros aspectos como la exposición a temperaturas frías
sin el abrigo adecuado. Referente a las respuestas por los niños se evidencian una preocupación por las
prácticas de higiene y las condiciones ambientales en las que se encuentran. Estos factores están
interrelacionados con la exposición a condiciones climáticas adversas y a la falta de cuidados básicos
que pueden influir en su salud como por ejemplo “la exposición al sol, la humedad y el frío”.

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Además, la falta de uso de elementos de protección, como el cubrebocas resalta una conexión entre su
comprensión de salud y las prácticas recomendadas para protegerse adecuadamente.
En el caso de las EDAs. La mayoría de las respuestas de padres y docentes apuntaron a prácticas
inadecuadas de higiene personal y factores climatológicas. Las respuestas de los niños sugieren que son
conscientes de la importancia de la higiene en la prevención de enfermedades. Las referencias a comer
alimentos en mal estado y comer muchos dulces indica una relación entre la alimentación y la salud
digestiva, donde los niños asocian el consumo de alimentos no saludables con malestar estomacal. Otro
aspecto esencial mencionado fue la interacción con el entorno, como “jugar con animales” lo que
supone un conocimiento sobre los peligros de jugar en entornos con poca higiene y los riesgos de estas
actividades. Los niños creen que estas causas provocan diarrea debido a su experiencia directa con la
enfermedad y su observación con comportamiento que asocia con el malestar.
El tema del lavado de manos es un factor importante en las causas de ambas enfermedades (IRAs y
EDAs) que la mayoría de los participantes mencionó, específicamente el no lavárselas o no saber cómo
hacerlo. Una de las razones más destacadas fue la falta de enseñanza sobre la técnica correcta de lavado
de manos, a pesar de que la comunidad reconoce la importancia de utilizar jabón, agua y frotar
vigorosamente las manos, muchos desconocen si están realizando la técnica adecuada.
Por otro lado, existen personas que conocen la técnica correcta, pero enfrentan obstáculos como la falta
de un lavamanos funcional con acceso al agua y jabón y la dificultad para acceder a estos lavabos a
pesar de su presencia, lo que dificulta la práctica adecuada del lavado de manos. Igualmente, la
comunidad informó que en ciertos momentos del día no hay suministro de agua en el poblado, lo que
obliga a las personas a hacer lo mejor posible con los recursos limitados disponibles. Esto hace que sea
fácil perder este hábito, especialmente cuando las consecuencias de no hacerlo no son inmediatas o
visibles. Los padres mencionaron que otro motivo recurrente es por “flojera”, sin embargo, este término
no debe interpretarse únicamente de manera negativa ya que pueden estar lidiando con estrés, fatiga o
una sobrecarga de responsabilidades, lo que hace que acciones aparentemente sencillas, como lavarse
las manos, sean olvidadas o pasen a segundo plano.
En este contexto, omitir el lavado de manos puede ser más una indicación de disidencia que de simple
pereza, la falta de costumbre también es un factor significativo, si desde la niñez no se ha instaurado el

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hábito de lavarse las manos, es comprensible que en la vida adulta esta práctica no sea parte de la rutina
diaria. Otras razones para la omisión del lavado de manos incluyen la falta de tiempo, el olvido y la
creencia incorrecta de que el gel antibacterial es suficiente. Los padres mencionaron que en ocasiones
se considera que “las manos no están realmente sucias” o que “el gel antibacterial reemplaza el lavado
con agua y jabón” contribuyendo así a este problema.
En el cuadro 1 se plasma la etiología de las IRAs y EDAs desde la perspectiva de niños, padres de
familia y profesores, el cuadro se organizó en función de elementos que corresponden a conocimientos
provenientes del modelo hegemónico y por otro lado saberes de la comunidad.
Cuadro 1. Etiología de IRAs y EDAs desde la perspectiva de niños, padres de familia y profesores
IRAs Modelo hegemónico Saberes de la comunidad
Niños ▪ “Falta de higiene”
▪ “Cambios bruscos de temperatura
▪ “No ponerse el cubrebocas”
▪ “Estar mucho tiempo en el sol, la humedad o el
frío”
▪ “No usar gorra para cubrirse del frío”
▪ “No usar suéter para protegerse del frío”
Padres ▪ “Toser en la cara de las personas”
▪ “Defensas bajas”
▪ “Vacunas incompletas”
▪ “No lavarse las manos”
▪ “Tomar agua helada”
▪ “Cambios bruscos del clima”
Docentes • “Poca higiene”
• “Falta de anticuerpos”
▪ “Salir temprano de la casa cuando hay sereno”
▪ “Bañarse con agua fría”
▪ “No abrigarse correctamente”
EDAs Modelo hegemónico Saberes de la comunidad
Niños ▪ “Jugar con mascotas”
▪ “Jugar con tierra”
▪ “Tener virus en la barriga”
▪ “Jugar con animales de la calle”
▪ “Comer dulces con refresco”
▪ “Comer algo que sabes que te hace mal”
Padres ▪ “Comer cosas en la calle”
▪ “Tener las manos sucias”
▪ “Una mala alimentación”
▪ “Mala preparación de los alimentos”
▪ “Mal de ojo”
Docentes ▪ “Tener las uñas largas”
▪ “No lavarse las manos”
▪ “No saber cómo lavarnos las manos de
manera correcta”
▪ “Mala manipulación de los alimentos”
Fuente: Niños, padres de familia y profesores

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Tratamiento de las IRAs y EDAs
Con respecto al tratamiento de las enfermedades respiratorias, es fundamental considerar el contexto
cultural de los participantes, comenzando por los padres. Como habitantes del territorio mexicano, se
tiene acceso a distintos tipos de servicios de salud, tanto públicos como privados. Sin embargo, estos
servicios se concentran en las ciudades con mayor flujo económico y, a medida que se alejan de los
centros urbanos, el acceso a la atención médica se vuelve más limitado y poco accesible.
Respecto a las IRAs es interesante resaltar que los niños, aunque siguen las indicaciones de sus padres
en cuanto al tratamiento de estas enfermedades, también han interiorizado ciertos conocimientos
populares. Por ejemplo, muchos niños evitan consumir alimentos frescos/fríos, durante un resfriado,
porque refieren que se podrían “pasmar" o agravar su condición. Esta práctica refleja la influencia
persistente de las creencias tradicionales en la vida cotidiana de las personas.
Por otro lado, las EDAs representan un desafío significativo, especialmente en comunidades rurales
donde la infraestructura sanitaria es deficiente. Estas enfermedades son la tercera causa de muerte en
niños menores de cinco años, a pesar de ser prevenibles y tratables. Sin embargo, al igual que en las
enfermedades respiratorias, los conocimientos tradicionales desempeñan un papel crucial en el manejo
de diversas afecciones. Esto se debe a que la población suele transitar entre dos enfoques: el tratamiento
médico convencional y los saberes adquiridos a lo largo del tiempo. Esta dualidad permite ampliar el
panorama al abordar un tratamiento posibilitando una atención más integral que respete y preserve la
cultura del individuo sin comprometer su bienestar.
Los padres suelen recurrir a tratamientos herbolarios para detener la diarrea, nuevamente dependiendo
de la sintomatología. Una de las afecciones mencionadas por los padres de familia fue el mal de ojo,
este suele manifestarse de distintas formas y el tratamiento depende de la etiología que originó dicho
padecimiento.
El mal de ojo de sol suele manifestarse con calenturas y resequedad en la boca, los informantes
mencionaron que habitualmente lo curan con hojas de distintos árboles de la región que preparan en
forma de té o baño.
Otro tipo de mal de ojo es el de la mujer embarazada, en donde únicamente provoca calentura y se sana
llevando al afectado con el curandero. Otro tipo de mal de ojo que mencionaron es de “borrachos y

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calurosos” el cual ambos coinciden en que el afectado se encuentra en un estado de irritabilidad,
debilidad y calentura, el tratamiento consiste en llevar a la persona con el curandero, santiguarlo y hacer
rezos.
Como se mencionó, los niños siguen el tratamiento que le brindan sus padres, sin embargo también
tienen conocimientos de actividades que pueden ayudarles a tratar la enfermedad que están cursando,
por ejemplo, cuando tienen una infección gastrointestinal evitan comer alimentos que se consideran
comida chatarra, desde el punto de vista biomédico esta acción es correcta ya que estos tienen un aporte
nutricional bajo y cantidades altas de sodio, azúcares y grasas saturadas; por el contrario, consumen
alimentos como caldos de pollo y arroz para “asentar el estómago”.
En síntesis, la medicina tradicional ha sido una práctica ancestral profundamente arraigada en
comunidades indígenas como los mayas, donde a menudo se prioriza sobre la medicina alópata como
primera línea de atención contra enfermedades. En estas comunidades, dependiendo de la naturaleza de
la afección, se usan remedios tradicionales, como tés y baños medicinales diseñados para aliviar los
síntomas y restaurar la salud de manera integral. Estos tratamientos se aplican de forma personalizada,
adaptándose a la sintomatología específica de cada caso, lo que refleja un enfoque cuidadoso y detallado
en el cuidado de la salud.
En el caso de los profesores, éstos desempeñan un papel crucial en la promoción de la salud dentro del
entorno escolar. A través de actividades diarias, enseñan a los niños la importancia de la higiene
personal, como lavarse las manos con frecuencia y evitar compartir alimentos o bebidas para prevenir
el contagio de enfermedades.
Prevención de las IRAs y EDAs
Las EDAs representan un reto importante para la salud y el bienestar de la comunidad. Los padres de
familia y maestros destacaron una serie de medidas preventivas enfocadas en las EDAs, entre estas la
importancia de “lavarse bien las manos”, “lavar los alimentos antes de comerlos”, “tener buena
higiene para evitar enfermarse”, “comer sano y nutritivo (frutas y verduras)”, “cocinar el tiempo
adecuado los alimentos caseros”, “no comprar comidas procesadas”, “cuidar que los niños no coman
algo sucio”, “vitaminar y desparasitar a los niños” y también, mencionaron que “se debe llevar a los

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niños al médico”. Por lo tanto, se observa que la mayoría de las medidas preventivas que se buscan
aplicar se enfocan en una buena alimentación e higiene correcta.
Entre las medidas preventivas respecto a las IRAs se encontraron que se debe abrigar a los niños en
tiempos de frío, cuidarlos de los cambios bruscos de temperatura, “si está lloviendo que no salgan”,
“no dejar que tomen agua helada”, “no bañarse con agua fría”, “ponerles suéter”, “no salir de la
casa hasta que se refresque”, “tomar puntualmente los medicamentos” y reforzar el sistema
inmunológico de los niños con las vacunas adecuadas. Otras medidas preventivas que consideran
importantes están enfocadas en la alimentación, por ejemplo, “comer frutas, verduras, pescado, pollo
y de todo un poco”, “preparar bien los alimentos”, “lavar bien las frutas y verduras”, “tomar jugos
naturales que sean cítricos”, “cuidar que las moscas no se posen en los alimentos”, “consumir miel
con limón de vez en cuando”, “no comer muchos dulces”, “no abrir el refrigerador”, “no tomar cosas
muy frías” y en cuanto a la religión, también consideran que es importante “rezar, pedir por los niños
y tener fe en Dios”.
En los dibujos de los escolares se pudieron identificar algunas medidas preventivas con respecto a sus
respuestas. Entre ellas, la importancia de comer frutas y verduras, tomar mucha agua, “no comer
alimentos que puedan dar diarrea”, “no acercarse a una persona enferma”, “tomar medicamentos”,
“bañarse temprano para no enfermarse por el sereno”, “no salir caluroso a la calle” y “no mojarse
en la lluvia”.
Enfermedades de filiación cultural
Durante la actividad realizada con padres y docentes, se identificó que existen enfermedades que
trascienden el modelo biomédico tradicional y están estrechamente relacionadas con la cultura y saberes
locales, estas son conocidas como enfermedades de filiación cultural, algunas de ellas han sido
mencionadas en el apartado de tratamiento sobre las EDAs, sin embargo, es necesario un análisis más
detallado de las respuestas de los informantes en donde se abarcan los signos y síntomas con su
tratamiento. En el cuadro 2 se aprecia los tipos de mal de ojo que mencionaron los padres de familia,
así como los signos y síntomas característicos de cada tipo y su tratamiento.

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Cuadro 2. Tipos de mal de ojo y signos y síntomas característicos y tratamientos desde la perspectiva
de los padres de familia
Tipo Signos y síntomas Tratamiento
De sol Calentura, dormir mucho, resequedad
de la boca
Se sancochan nueve tipos de hojas para hacer un té.
Se puede beber o usar como enjuague al bañarse.
De mujer
embarazada
Calentura -Llevar con un curandero para que santigüen a la
persona.
-Colocar la orina en un recipiente, colocar una
ramita de ruda, dejar que repose, posteriormente se
baña al niño con el preparado.
Calurosos Calentura y debilidad en el cuerpo del
niño cuando son bebés.
-Llevar con un curandero para santiguarlo.
-Pasar hojas de ruda por todo el cuerpo.
De borracho Calentura e irritabilidad. -Preparar el baño
-Hacer una oración para ofrecer el medicamento a
los santos, especialmente al santo Niño de Atocha.
Fuente: Padres de familia de la comunidad
En el mal de ojo de sol los padres de familia refirieron que se le cura con hojas, entre ellas: hoja de
naranja (Citrus aurantium), hoja de cedro (Cedrus), hoja de pich (Enterolobium cyclocarpum. Jacq.),
hoja de tujaiche (Thuja occidentalis), hoja agua de lluvia (talinum fruticosum) y hoja quiche o chit
(Thrinax radiata); la preparación se realiza de la siguiente manera: de todas las hojas antes mencionadas
se agarran uno de cada uno, en total 9 hojas, y se ponen a sancochar, una vez que hierva este té, se le
puede dar de beber al niño, o se puede usar de enjuague y para el baño. Cuando es del tipo mujer
embarazada, mencionaron que se debe llevar al afectado con un curandero para que lo santigüen, de
igual manera, la práctica incluye la intervención de la mujer embarazada, cuya orina, combinada con la
planta de ruda (Ruta graveolens), se utiliza para bañar a la persona afectada. El procedimiento es colocar
la orina y una ramita de ruda en un recipiente, los cuales se dejan reposar un tiempo, y posterior se baña
al niño con esa agua.
En el caso de mal de ojo de tipo calurosos, indicaron que a la persona afectada se le lleva a un curandero
para pasarle unas hojas para santiguarlo, estas hojas son de ruda, se le pasa por todo el cuerpo, y con un
perfume que usa la curandera, se le pasa en todo su cuerpo, hasta que se sienta mejor.
“A mi hijo lo envolvieron con la camisa de su papá; mi esposo estaba caluroso y con la camisa sudada,
sólo con eso mi hijo quedó bien”.
Fuente: Madre de familia de la comunidad

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Para finalizar, las personas expresaron que el mal de ojo del borracho se da cuando una persona en
estado de ebriedad “borracho” se encuentra caluroso y pide cargar al niño; si los padres esconden al
niño para evitar que lo carguen, le pueden hacer ojo. Recalcaron que no todas las personas en estado de
ebriedad pueden hacer ojo, sólo algunas personas pueden hacerlo y que en la mayoría de los casos es
sin mala intención. Cuando un niño tiene mal de ojo de “borracho” se puede llevar al niño para que lo
cargue la persona que le hizo el mal de ojo, también hay que bañarlo, se recomienda "hacer una oración
para ofrecer el baño a los santos, especialmente al Santo Niño de Atocha, y luego encender una
veladora”. Con los baños se pretende que el niño se tranquilice y mejore.
DISCUSIÓN
Entre los hallazgos más relevantes, destacan las enfermedades prevalentes entre los niños de la
comunidad: las IRAs y las EDAs. Estos resultados coinciden con Olaiz-Fernández, et al (2019) al
mencionar que el sistema de vigilancia epidemiológica en México registró entre 2008 y 2017 de cinco
a seis millones de casos nuevos de EDA por año, lo cual, se considera un problema de salud pública.
Según Ferreira-Guerrero, et al (2023), las IRAs representan la primera causa de morbilidad e ingreso
hospitalario en menores de cinco años con dos a cuatro episodios al año. En su estudio analizaron 2,223
observaciones que representan a 10,158, 688 niñas y niños mexicanos. Se estimó que, en el año 2022,
27.6% de los menores de cinco años presentaron algún episodio de IRAs. La coincidencia entre los
resultados de este estudio y los datos nacionales sugiere que la comunidad enfrenta problemas de salud
similares a los reportados a nivel nacional. Torré Díaz (2016) menciona que en varias comunidades se
tiene un modelo de creencias basados en el frío y calor que también fungen como factores etiológicos
sumamente importantes en las enfermedades que presentan las personas de la comunidad de estudio
Los padres y tutores atienden las IRAs y EDAs en los servicios de salud de las ciudades cercanas, pero,
priorizan que los niños y niñas sean atendidas a través de la medicina tradicional. Esto coincide con
Herrera-López et al (2021) donde en las comunidades de Quisapincha, Pasa y Salasac de Ecuador, el
85.82% de la población indígena opta por los servicios de salud de la medicina tradicional, mientras
que el 14.17% por la medicina convencional. La decisión de dejar en segunda opción la medicina
convencional es porque presenta limitaciones de accesibilidad como tiempos largos de espera, poca
disponibilidad para comprar medicamentos, además que aportan pocas alternativas.

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Vargas (2010 citado en Mayo-Mayo, et al 2024) explica que la cosmovisión de los pueblos indígenas
combina el medio ambiente, su hábitat y el universo en el que se sitúa la vida humana, por ende, los
pueblos indígenas han incluido dentro de su cosmovisión a las plantas. Con las plantas realizan diversos
rituales de sanación, petición, agradecimiento, entre otros, algunos son combinados con la religión
católica. Además de los rituales, los autores identificaron que dentro de la cosmovisión se encuentra el
sistema salud-enfermedad que está relacionado con el binomio frío-caliente.
Mayo-Mayo, et al (2024) identificaron que entre las enfermedades de los indígenas Tu’un savi y
Mé’pháá de la Costa Chica de Guerrero se encuentran la vergüenza, el mal de ojo, la brujería, el cambio
de nahual y la locura o pérdida de memoria. Esto concuerda con los resultados de este estudio donde se
encontró la enfermedad de filiación cultural denominada mal de ojo con diversas variantes. En ambos
casos se utilizaron diferentes especies de plantas, por ejemplo, se registraron 63 especies de plantas, 24
son utilizadas en ambos pueblos, 21 solo por los Tu’un savi y 18 por los Mé’pháá empleadas en diversas
afecciones de salud. Algunas de las plantas identificadas son la sábila (Aloea vera) para las heridas,
quemaduras, gastritis y diarrea; el ajo (Allium stivum) para la gastritis, parásito, gripe, tos y síntomas
de COVID-19; la cebolla morada (Allium cepa) para la tos y síntomas de COVID-19; el gordolobo
(Gnaphalium chartaceum) para la tos y fiebre; la siempreviva (Zebrina pendula) para el espanto,
brujería, mal de ojo y cambio de nahual, entre otras grandes variantes de plantas.
En el estudio de Gallegos-Zurita et al (2021) identificaron en los sectores rurales de la Provincia de los
Ríos en Ecuador, 17 plantas para tratar las afecciones respiratorias, entre las más utilizadas están el
Eucalyptus globulus (eucalipto), Kalanchoe pinnata (hoja del aire), Citrus Limon (limón), Matricaria
chamomilla L. (manzanilla) y Plantago major L. (llantén). Las formas de preparación con cocción,
infusión o jarabe, utilizadas para la afección, como medio de prevención o para desinflamar o aliviar el
dolor. Entre las principales enfermedades a tratar son la tos, gripe, dolor de garganta o resfriados.
Ninguna de las plantas anteriormente mencionadas coincidió con los resultados del estudio, sin
embargo, la similitud es que la comunidad maya estudiada, los Tu’un savi y Mé’pháá y la Provincia de
los Ríos acuden con los curanderos encargados de atender la salud de la comunidad para el tratamiento
de las enfermedades de filiación cultural utilizando las plantas dependiendo del padecimiento. Las
plantas han sido la base de la medicina tradicional para la utilización en los sectores rurales

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convirtiéndose en una alternativa para el cuidado de la salud, ya que los conocimientos han sido
transmitidos de generación en generación (Gallegos-Zurita, 2021).
En otro orden de ideas, Condori-Apaza (2023) refiere que el 54% de los familiares de niños menores
de cinco años no conocen las medidas de prevención de las EDAs, pero el 93% afirma practicar el
lavado de manos y en cuanto a la actitud de los cuidadores para la atención, el 54% prefiere acudir a la
medicina natural. Mientras que Parrales-Cedeño (2025) argumentan que es relevante implementar
estrategias efectivas de vacunación y atención médica para reducir la mortalidad infantil relacionadas
con las IRAs, primordialmente a los grupos vulnerables. En cuanto, al lavado de manos, Campos-
Paredes, et al (2025) hallaron que las intervenciones de enfermería como la vacunación (33.3%), la
educación sobre el lavado de manos (25%), la supervisión de la higiene respiratoria (20%) y material
informativo (13.3%) son acciones más efectivas para la prevención de las IRAs en preescolares desde
la percepción de los cuidadores. El estudio tiene coincidencias con este trabajo puesto que las medidas
preventivas que los padres refirieron son lavarse las manos y reforzar el sistema inmunológico con las
vacunas, comer frutas y verduras, entre otros.
Ortega y Ruiz (2021) encontraron que los hábitos de higiene, insumos inadecuados para el lavado de
manos y la falta de higiene de los juguetes del niño resultaron estadísticamente significativas como
determinantes relacionadas con las EDAs, lo que coincide con las respuestas de los padres, quienes
conocen la técnica correcta del lavado de manos, pero, no cuentan con un lavamanos funcional con
acceso a agua y jabón.
La vacunación fue poco expresada por los padres, madres, tutores o maestros durante las entrevistas,
sin embargo, de acuerdo con la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes (última
reforma 2024), éstos tienen derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud con el fin de prevenir,
proteger y restaurar su salud, lo que incluye contar con el esquema de vacunación acorde a su edad.
CONCLUSIONES
La comunidad con la que se trabajó es una comunidad indígena que destaca por su riqueza en cultura,
tradiciones y creencias; lo que significa que también cuentan con sus propias perspectivas en temas
relacionados a la salud, por ejemplo, en cómo se originan las enfermedades, así como en la prevención,

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etiología, tratamientos, signos y síntomas y las denominadas enfermedades de filiación cultural, que
dan pie a métodos de tratamiento que usualmente no se usarían en la biomedicina.
Un punto importante en esta investigación es que se contó con la participación de padres, docentes y
escolares lo que demostró que combinar diferentes perspectivas puede mejorar significativamente
nuestra comprensión de los problemas y ampliar las posibilidades de intervención futura.
Es necesario implementar estrategias efectivas para prevenir y controlar estas enfermedades,
asegurando así el bienestar y salud de los niños. En el contexto de una comunidad indígena, la etiología
de sus enfermedades y el conocimiento de estas son muy importantes porque permiten conocerlas desde
puntos de vista diferentes al contexto biomédico que conocemos.
La exposición a factores de riesgo puede ser impredecible, lo que lleva a la aparición de enfermedades.
Sin embargo, las comunidades indígenas cuentan con experiencias y conocimientos tradicionales que
les permiten enfrentar diversas patologías de manera efectiva. Entre estas comunidades, los mayas
destacan por su integración exitosa de la medicina alópata y la medicina tradicional. A pesar de tener
acceso a servicios médicos formales, muchas familias mayas confían en la medicina ancestral como
primera opción. Esto refleja la eficacia y confiabilidad de los saberes transmitidos a lo largo de
generaciones.
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