APRENDIZAJE DESDE LA INTEGRACIÓN DE LOS
CANALES VISUAL, AUDITIVO Y KINESTÉSICO EN

LA EDUCACIÓN SECUNDARIA COLOMBIANA:

UNA MIRADA DESDE LA NEUROEDUCACIÓN

THE INTEGRATION OF VISUAL, AUDITORY, AND

KINESTHETIC CHANNELS IN COLOMBIAN SECONDARY

EDUCATION: A NEUROEDUCATIONAL PERSPECTIVE

Jefferson Cetina Pinilla

Universidad Experimental Simón Bolívar
pág. 2782
DOI:
https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v9i6.21408
Aprendizaje desde la Integración de los Canales Visual, Auditivo y
Kinestésico en la Educación Secundaria Colombiana: Una Mirada desde la
Neuroeducación

Jefferson Cetina Pinilla
1
cetinatenis@gmail.com

https://orcid.org/0009-0001-0067-2240

Universidad Experimental Simón Bolívar

RESUMEN

La educación contemporánea requiere estrategias que respondan a la diversidad de estilos de
aprendizaje presentes en el aula. Este ensayo analiza el uso de los canales visual, auditivo y kinestésico
en la educación secundaria colombiana, revisando la literatura nacional e internacional desde la
perspectiva de la neuroeducación. Se aborda el conocimiento que tienen los docentes sobre los canales
de aprendizaje, la prevalencia del canal visual en aulas tradicionales, los beneficios de incorporar el
canal kinestésico y la importancia de combinar los tres canales para mejorar la comprensión, retención
y motivación de los estudiantes. Finalmente, se destacan los modelos pedagógicos que favorecen el
aprendizaje multimodal y sus impactos positivos en el desarrollo integral del alumnado.

Palabras clave: canales de aprendizaje, neuroeducación, aprendizaje multimodal, educación
secundaria, Colombia

1
Autor principal
Correspondencia:
cetinatenis@gmail.com
pág. 2783
The Integration of Visual, Auditory, and Kinesthetic Channels in

Colombian Secondary Education: A
Neuroeducational Perspective
ABSTRACT

Contemporary education requires strategies that address the diversity of learning styles present in the

classroom. This essay analyzes the use of visual, auditory, and kinesthetic channels in Colombian

secondary education, reviewing both national and inter
national literature from a neuroeducational
perspective. It examines teachers’ knowledge about learning channels, the predominance of the visual

channel in traditional classrooms, the benefits of incorporating the kinesthetic channel, and the

importance of
combining all three channels to enhance comprehension, retention, and student
motivation. Finally, it highlights pedagogical models that support multimodal learning and their positive

impacts on students’ overall development.

Keywords
: learning channels, neuroeducation, multimodal learning, secondary education, Colombia
Artículo recibido 20 octubre 2025

Aceptado para publicación: 15 noviembre 2025
pág. 2784
INTRODUCCIÓN

La educación en Colombia ha enfrentado el desafío de adaptarse a las diversas necesidades de
aprendizaje de los estudiantes en los últimos años. La neuroeducación ha aportado herramientas y
conocimientos que permiten comprender cómo el cerebro procesa información mediante diferentes
canales sensoriales: visual, auditivo y kinestésico. Este ensayo pretende analizar cómo se utilizan estos
canales en la educación secundaria colombiana, cuál es el conocimiento que tienen los docentes al
respecto, y los beneficios de integrar estos canales para mejorar el aprendizaje.

Marco teórico: los tres canales de aprendizaje desde la neuroeducación

La comprensión del aprendizaje humano ha transitado históricamente desde modelos conductistas
centrados en la respuesta observable, hacia perspectivas cognitivas y neuroeducativas que reconocen la
complejidad del cerebro como órgano dinámico, plástico y multisensorial (Tokuhama-Espinosa, 2011).
En este contexto, el modelo de los canales de aprendizaje visual, auditivo y kinestésico (VAK) ha
constituido una herramienta teórica y práctica que permite a los docentes identificar la forma preferente
en que los estudiantes perciben, procesan y almacenan la información (Fleming & Mills, 1992; Dunn
& Dunn, 1993).

1. Origen y fundamentos del modelo VAK

El modelo VAK se origina en los trabajos de Rita y Kenneth Dunn en la década de 1970, quienes
estudiaron los estilos de aprendizaje y las variables que influían en el rendimiento académico.
Posteriormente, Fleming (2001) adaptó y simplificó esta clasificación, proponiendo que la mayoría de
las personas tienden a aprender de manera preferente a través de uno o más de tres canales:

Visual, basado en la observación de imágenes, diagramas, colores, lecturas y organización espacial
de la información.

Auditivo, centrado en la escucha, la discusión, la entonación y la palabra hablada.
Kinestésico, que privilegia la manipulación, el movimiento, la experimentación y la interacción
corporal con el entorno.

La neurociencia moderna ha aportado evidencias que sustentan este modelo, al demostrar que el
aprendizaje se fortalece cuando la información se procesa mediante múltiples vías sensoriales
simultáneamente, activando regiones cerebrales interconectadas que facilitan la consolidación de la
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memoria a largo plazo (Sousa, 2016; Immordino-Yang, 2018). Por ejemplo, estudios de resonancia
funcional han mostrado que cuando un estudiante lee en voz alta y escribe lo aprendido, se activan
redes visuales, auditivas y motoras que promueven una codificación más profunda del conocimiento
(Tokuhama-Espinosa, 2020).

2. Neuroeducación y canales de aprendizaje

Desde la perspectiva de la neuroeducación, los canales de aprendizaje no deben entenderse como
categorías rígidas o exclusivas, sino como preferencias sensoriales flexibles que pueden combinarse y
fortalecerse mediante la práctica. La plasticidad cerebral permite que, al estimular diferentes sistemas
sensoriales, el cerebro reorganice sus conexiones y mejore la eficacia de los procesos cognitivos
asociados con la atención, la memoria de trabajo y la comprensión (Caine & Caine, 1995; Dehaene,
2020).

Tokuhama-Espinosa (2011) destaca que la enseñanza multisensorial estimula una mayor participación
del sistema límbico vinculado con la emoción y la motivación, facilitndo que el aprendizaje sea
significativo y duradero. De este modo, la integración de los canales visual, auditivo y kinestésico se
alinea con la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner (1983) y con los principios del aprendizaje
significativo de Ausubel (1983), que plantean que la comprensión se consolida cuando el estudiante
relaciona los nuevos conocimientos con experiencias previas, emocionales y sensoriales.

En términos neurobiológicos, el canal visual implica la activación de las áreas occipitales y parietales
del cerebro, responsables del procesamiento espacial y gráfico; el canal auditivo involucra regiones
temporales y del lóbulo frontal asociadas con la decodificación fonológica; mientras que el canal
kinestésico activa el cerebelo, la corteza motora y las vías somatosensoriales (Sousa, 2016). Esta
distribución multisistémica demuestra que el aprendizaje no es una función localizada, sino una red
dinámica que se optimiza mediante la interacción sensorial.

3. Limitaciones del uso unisensorial en la enseñanza tradicional

A pesar de los avances conceptuales, la práctica educativa en América Latina y, particularmente en
Colombia, se continúa privilegiando metodologías que se centran casi exclusivamente en los canales
visual y auditivo, mediante clases magistrales, exposición verbal y lectura de textos (González &
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Ospina, 2019; Morales & Restrepo, 2020). Esta tendencia genera una brecha entre la forma en que el
cerebro aprende naturalmente y las estrategias que los docentes aplican en el aula.

El canal kinestésico, frecuentemente subvalorado, es esencial para el desarrollo del pensamiento
procedimental, la memoria motora y la autorregulación emocional (Jensen, 2008). Los estudiantes de
secundaria, en particular, presentan una mayor necesidad de movimiento y experimentación activa, pues
se encuentran en una etapa neurobiológica de alta plasticidad y búsqueda de estímulos novedosos
(Blakemore & Choudhury, 2006). La falta de experiencias que integren el cuerpo y la acción con el
pensamiento puede limitar el desarrollo integral y reducir la motivación escolar.

Por ello, la neuroeducación promueve un aprendizaje multisensorial e integrado, en el que los tres
canales se conjugan para fortalecer tanto la cognición como la emoción y la acción. Esta visión plantea
un reto fundamental para la educación colombiana: pasar de modelos tradicionales centrados en la
transmisión verbal, hacia ambientes de aprendizaje activos, experimentales y significativos.

Los canales de aprendizaje en el aula colombiana

El sistema educativo colombiano ha experimentado transformaciones importantes durante las últimas
décadas, especialmente con la implementación de políticas orientadas a la inclusión, la calidad y la
flexibilidad curricular. Sin embargo, persisten prácticas pedagógicas que privilegian métodos
tradicionales de enseñanza centrados en la transmisión verbal del conocimiento, lo cual limita la
atención a la diversidad sensorial y cognitiva de los estudiantes (MEN, 2017; Zamora, 2021). En este
contexto, el uso de los canales de aprendizaje visual, auditivo y kinestésico en las aulas colombianas
refleja una tendencia aún desigual y predominantemente unisensorial.

1. Predominio del canal visual y auditivo

Diversos estudios realizados en instituciones educativas de Colombia evidencian que los docentes
tienden a favorecer el uso de materiales visuales como: diapositivas, textos, mapas conceptuales y
videos y, estrategias auditivas como: la exposición magistral, el dictado o la explicación verbal
(González & Ospina, 2019; Jaramillo, 2020). Esto coincide con lo reportado por Bonilla y Serrano
(2018), quienes encontraron que más del 70 % de los docentes encuestados en colegios públicos de
Medellín manifestaron basar sus clases principalmente en el uso de recursos visuales, mientras que un
20 % recurría al canal auditivo y solo un 10 % al kinestésico.
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Esta tendencia responde, en parte, a la tradición escolar heredada de modelos pedagógicos
academicistas que priorizan la lectura y la escucha como medios legítimos del conocimiento (Zuluaga,
2006). Aunque la incorporación de herramientas tecnológicas ha permitido diversificar las estrategias,
su uso sigue orientado mayormente al refuerzo visual (por ejemplo, presentaciones digitales o videos
explicativos), sin integrar la experiencia corporal o el aprendizaje activo.

El predominio de los canales visual y auditivo en la práctica docente colombiana también está
relacionado con factores estructurales del sistema educativo: la sobrecarga curricular, el tamaño de los
grupos, la falta de materiales didácticos y la escasa formación del profesorado en neuroeducación y
diseño multisensorial (Aristizábal & Martínez, 2020). En consecuencia, el aula se configura como un
espacio donde la estimulación sensorial se encuentra restringida, afectando la motivación y la
participación de los estudiantes, en especial de aquellos que presentan un perfil kinestésico o
multimodal.

2. Hacia una comprensión más integral del aprendizaje

Desde la neuroeducación, se plantea que ningún canal de aprendizaje funciona de manera aislada: todos
participan de forma complementaria en los procesos de percepción, atención y memoria (Sousa, 2016).
No obstante, en la práctica docente colombiana, las actividades que integran simultáneamente los tres
canales, por ejemplo, la combinación de lectura (visual), explicación oral (auditiva) y experimentación
o dramatización (kinestésica) siguen siendo escasas (Gómez & Castaño, 2022).

Esta situación limita el desarrollo de aprendizajes significativos y de competencias transversales como
la creatividad, la resolución de problemas o el pensamiento crítico, que requieren de la interacción entre
acción, emoción y cognición (Tokuhama-Espinosa, 2020). Cuando los estudiantes son expuestos a
experiencias multisensoriales, se fortalecen las conexiones neuronales entre las áreas visuales, auditivas
y motoras, lo que facilita la codificación profunda y la retención del conocimiento (Dehaene, 2020).

3. Percepciones docentes sobre los canales de aprendizaje

Investigaciones realizadas por Morales y Restrepo (2020) en instituciones educativas de Bogotá y Tunja
revelaron que la mayoría de los docentes reconoce la existencia de diferentes estilos o canales de
aprendizaje, pero no cuenta con una formación sólida para aplicarlos de manera sistemática. Muchos
docentes asocian el canal kinestésico exclusivamente con actividades deportivas o motricidad gruesa,
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sin considerar su potencial cognitivo en áreas como las ciencias, las matemáticas o la literatura (López
& Pineda, 2021).

A pesar de ello, algunos proyectos innovadores en colegios oficiales y privados han comenzado a
incorporar enfoques multisensoriales. Por ejemplo, el trabajo de Rodríguez y Calderón (2022) en el
Valle del Cauca mostró que el uso de talleres experimentales, dramatizaciones y aprendizaje basado en
proyectos aumentó la motivación y el rendimiento académico en estudiantes de secundaria con
predominancia kinestésica. Estos hallazgos sugieren que, cuando los docentes reconocen y aplican los
tres canales de aprendizaje, el proceso educativo se vuelve más inclusivo y efectivo.

4. Desafíos actuales

Uno de los mayores retos para la educación colombiana es superar la fragmentación entre teoría y
práctica pedagógica. Aunque el discurso educativo reconoce la diversidad de los estilos de aprendizaje,
las estrategias implementadas en el aula no siempre reflejan ese reconocimiento (MEN, 2017). La falta
de formación continua en neuroeducación y en diseño multisensorial limita la capacidad de los docentes
para adaptar su enseñanza a las características sensoriales de sus estudiantes (Jaramillo, 2020).

Además, la evaluación escolar continúa enfocada en pruebas escritas y orales, lo que perpetúa el sesgo
hacia los canales visual y auditivo. Incorporar formas de evaluación que contemplen la acción, la
manipulación y la experimentación permitiría visibilizar el valor del canal kinestésico y promover un
aprendizaje más equitativo y significativo.

Qué saben los maestros colombianos sobre los canales de aprendizaje

El papel del docente es determinante en la activación de los canales de aprendizaje dentro del aula. La
comprensión que poseen los maestros sobre las diferencias sensoriales y cognitivas de sus estudiantes
influye directamente en la calidad del diseño pedagógico, en la selección de estrategias didácticas y en
la efectividad del proceso de enseñanza-aprendizaje. En el contexto colombiano, diversos estudios han
evidenciado una brecha entre el discurso educativo que promueve la atención a la diversidad y la
práctica real de los educadores en relación con los canales de aprendizaje (González & Ospina, 2019;
Morales & Restrepo, 2020; López & Pineda, 2021).
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1. Conocimientos generales y concepciones docentes

Las investigaciones recientes muestran que la mayoría de los docentes colombianos reconoce la
existencia de diferentes estilos o canales de aprendizaje, pero su comprensión del modelo VAK (visual,
auditivo y kinestésico) suele ser superficial y, en muchos casos, se basa en nociones empíricas o
intuitivas (Bonilla & Serrano, 2018; Jaramillo, 2020). En el estudio de Morales y Restrepo (2020), más
del 65 % de los docentes encuestados afirmaron conocer el concepto de “canales de aprendizaje”, pero
solo un 22 % pudo describir con precisión las características y estrategias específicas asociadas a cada
canal.

Este panorama refleja que, aunque los maestros están sensibilizados frente a la diversidad de sus
estudiantes, aún no disponen de un marco conceptual sólido que les permita integrar los canales de
manera planificada y coherente dentro del currículo. En muchos casos, se confunden los conceptos de
canales, estilos o modalidades de aprendizaje, y se tiende a etiquetar a los alumnos como “visuales”,
“auditivos” o “kinestésicos”, sin considerar la naturaleza complementaria y dinámica de dichos sistemas
sensoriales (Tokuhama-Espinosa, 2011; Sousa, 2016).

2. Formación inicial docente y neuroeducación

La formación inicial de los docentes en Colombia, tanto en universidades públicas como privadas, ha
incorporado de manera incipiente los fundamentos de la neuroeducación, aunque su desarrollo
curricular sigue siendo limitado (Aristizábal & Martínez, 2020). Los programas de licenciatura en
educación se concentran en teorías pedagógicas clásicas como: el constructivismo, el aprendizaje
significativo o la pedagogía crítica, pero no profundizan en la base neurocientífica del aprendizaje ni en
los aportes de la neurodidáctica contemporánea (MEN, 2019).

Según un diagnóstico realizado por la Universidad Pedagógica Nacional (UPN, 2021), menos del 30 %
de los docentes en ejercicio ha recibido formación formal en neuroeducación o en metodologías
multisensoriales. Este déficit formativo repercute en la falta de estrategias diversificadas en el aula y en
la escasa comprensión del potencial cognitivo del canal kinestésico, el cual suele subestimarse frente a
los canales visual y auditivo (Rodríguez & Calderón, 2022).
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En este sentido, la incorporación de la neuroeducación en la formación docente no solo permitiría
comprender la base biológica del aprendizaje, sino también revalorizar el cuerpo como mediador
cognitivo, promoviendo prácticas pedagógicas más activas, inclusivas y emocionalmente significativas.

3. Creencias y actitudes hacia la diversidad sensorial

Las actitudes de los docentes frente a los canales de aprendizaje están mediadas por sus creencias
pedagógicas y por las condiciones institucionales en las que desarrollan su labor. Un estudio realizado
por Gómez y Castaño (2022) en instituciones educativas de Antioquia evidenció que, aunque los
maestros reconocen la importancia de atender los diferentes estilos de aprendizaje, muchos perciben
que la falta de tiempo, recursos y apoyo institucional dificulta la aplicación de estrategias
multisensoriales.

Además, se observa una tendencia a considerar el canal kinestésico como menos “académico” o
“disciplinado”, asociándolo a comportamientos disruptivos o a estudiantes con dificultades de atención
(López & Pineda, 2021). Esta percepción errónea refuerza prácticas de exclusión sensorial, donde los
estudiantes que aprenden mejor mediante el movimiento o la manipulación de objetos se ven
desmotivados o mal evaluados.

Superar estas concepciones requiere de una transformación cultural y pedagógica en el sistema
educativo, en la que los docentes comprendan que el movimiento y la acción no se oponen al
pensamiento, sino que lo potencian (Jensen, 2008). La evidencia neuroeducativa demuestra que el
aprendizaje se consolida cuando se involucra el cuerpo, las emociones y los sentidos de manera
integrada (Immordino-Yang, 2018).

4. Estrategias para fortalecer el conocimiento docente

Para cerrar la brecha entre teoría y práctica, resulta necesario fortalecer la formación continua del
profesorado colombiano en neuroeducación y metodologías multisensoriales. Programas de
capacitación que incluyan talleres vivenciales, análisis de casos, diseño de ambientes multisensoriales
y prácticas reflexivas podrían favorecer el desarrollo de competencias docentes más acordes con las
necesidades cognitivas de los estudiantes (Aristizábal & Martínez, 2020).
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Asimismo, la creación de comunidades de aprendizaje docente, apoyadas por universidades y
secretarías de educación, permitiría socializar experiencias exitosas en el uso integrado de los canales
de aprendizaje y generar una cultura pedagógica basada en la evidencia neurocientífica.

El conocimiento docente sobre los canales de aprendizaje no puede reducirse a la simple identificación
de preferencias sensoriales, sino que debe traducirse en una praxis transformadora que reconozca la
diversidad cerebral y promueva el aprendizaje significativo para todos los estudiantes.

El valor del canal kinestésico en la educación secundaria colombiana

El canal kinestésico ha sido históricamente el menos explorado y comprendido dentro del ámbito
educativo, a pesar de su enorme potencial para el aprendizaje significativo. Este canal se basa en la
percepción y procesamiento de información a través del cuerpo, el movimiento, la manipulación de
objetos y la acción física (Fleming, 2001). Desde la neuroeducación, se reconoce que la interacción
corporal con el entorno activa procesos sensoriomotores que fortalecen la memoria, la atención y la
comprensión conceptual (Jensen, 2008; Immordino-Yang, 2018).

En el contexto colombiano, donde la educación secundaria enfrenta altos niveles de desmotivación y
deserción escolar (MEN, 2019), la incorporación del canal kinestésico se presenta como una alternativa
pedagógica eficaz para reactivar el interés, la participación y la creatividad de los adolescentes.

1. Fundamentos neurobiológicos del aprendizaje kinestésico

El aprendizaje kinestésico se sustenta en la activación del sistema somatosensorial, la corteza motora y
el cerebelo, estructuras que intervienen en la coordinación del movimiento, la planificación de acciones
y la memoria procedimental (Sousa, 2016). Desde la perspectiva neuroeducativa, el cuerpo actúa como
un mediador cognitivo: las experiencias físicas permiten construir representaciones mentales más
sólidas y duraderas (Dehaene, 2020).

Por ejemplo, estudios de neuroimagen han demostrado que al manipular objetos o representar conceptos
mediante gestos, se activan simultáneamente áreas del lóbulo parietal vinculadas con la percepción
espacial y del lóbulo frontal asociadas al razonamiento abstracto (Immordino-Yang, 2018). Esto
sugiere que el aprendizaje kinestésico no solo involucra la motricidad, sino también la integración de
funciones cognitivas complejas.
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En la adolescencia, esta conexión entre movimiento y cognición es particularmente relevante. El
cerebro adolescente atraviesa una fase de reorganización sináptica y alta plasticidad, en la que las
experiencias multisensoriales y emocionales tienen un fuerte impacto en la consolidación de redes
neuronales (Blakemore & Choudhury, 2006). Por tanto, ofrecer oportunidades de aprendizaje que
integren el cuerpo, la acción y la emoción resulta esencial para promover un desarrollo integral y
equilibrado.

2. Implicaciones pedagógicas del canal kinestésico

En la práctica educativa colombiana, el canal kinestésico se ha asociado tradicionalmente con
actividades deportivas o artísticas, relegando su valor en áreas académicas como las ciencias naturales,
las matemáticas o las humanidades (Gómez & Castaño, 2022). Sin embargo, diversos estudios y
experiencias pedagógicas demuestran que incorporar la dimensión corporal en el aprendizaje puede
potenciar significativamente la comprensión y la retención del conocimiento.

Rodríguez y Calderón (2022), en una investigación realizada en el Valle del Cauca, encontraron que los
estudiantes de secundaria que participaron en proyectos de aprendizaje basado en el movimiento
como dramatizaciones científicas, laboratorios experimentales y simulaciones de fenómenos
naturales mostraron un aumento del 25 % en su rendimiento académico y una mejora notable en su
actitud hacia el aprendizaje. Estos resultados coinciden con los hallazgos de Jensen (2008), quien
plantea que la acción física refuerza la memoria al vincular el aprendizaje con experiencias sensoriales
y emocionales.

El aprendizaje kinestésico también promueve la autorregulación emocional y la empatía, al permitir que
los estudiantes canalicen su energía de manera constructiva y comprendan el conocimiento desde la
experiencia vivida. En aulas de secundaria, donde las emociones juegan un papel determinante en la
motivación y la conducta, integrar el movimiento al aprendizaje contribuye a reducir la ansiedad
académica y a fortalecer el sentido de pertenencia (Immordino-Yang, 2018; Sousa, 2016).

3. Estrategias kinestésicas en la educación secundaria colombiana

Algunas experiencias educativas en Colombia ya han incorporado estrategias kinestésicas con
resultados positivos. En el departamento de Antioquia, Gómez y Castaño (2022) documentaron un
programa piloto en el que se integraron actividades de dramatización histórica, laboratorios interactivos
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y aprendizaje basado en retos físicos. Los docentes reportaron un aumento significativo en la
participación estudiantil y una mejora en la comprensión conceptual, especialmente en estudiantes con
predominancia kinestésica.

Asimismo, proyectos de aprendizaje-servicio y aprendizaje basado en proyectos (ABP) han demostrado
ser herramientas eficaces para activar el canal kinestésico en secundaria, al vincular la acción práctica
con la reflexión teórica. Estas metodologías permiten a los estudiantes aprender “haciendo”, resolver
problemas reales y aplicar los conocimientos en contextos significativos (Kolb, 1984; MEN, 2019).

La neuroeducación respalda estas prácticas, pues cada experiencia corporal se convierte en una “huella
neural” que refuerza la comprensión y facilita la transferencia del conocimiento a nuevas situaciones
(Tokuhama-Espinosa, 2020). Así, el canal kinestésico no solo mejora la motivación, sino que potencia
la plasticidad cerebral y el aprendizaje profundo.

4. Retos y oportunidades

El desafío principal para ampliar el uso del canal kinestésico en la educación secundaria colombiana
radica en la cultura escolar tradicional, que asocia el aprendizaje con la quietud, el silencio y la atención
pasiva. Romper con esta visión requiere transformar las concepciones docentes y reorganizar los
espacios escolares para permitir la exploración, el movimiento y la experimentación.

Asimismo, la incorporación de estrategias kinestésicas exige una formación docente sólida en
neurodidáctica del movimiento, planificación de actividades multisensoriales y evaluación de
aprendizajes no convencionales. Si el cuerpo y el movimiento son reconocidos como herramientas
cognitivas legítimas, la escuela colombiana podría avanzar hacia una educación más inclusiva,
motivadora y coherente con los principios de la neurociencia moderna.

En definitiva, el canal kinestésico representa una puerta de entrada a la experiencia significativa. En los
adolescentes, este canal no solo estimula el aprendizaje académico, sino también la autoconfianza, la
creatividad y el desarrollo socioemocional, elementos clave para una educación transformadora en el
siglo XXI.

Investigaciones en Colombia sobre los tres canales de aprendizaje

El interés por los estilos y canales de aprendizaje ha ido creciendo progresivamente en la comunidad
educativa colombiana durante las dos últimas décadas, impulsado por la búsqueda de estrategias que
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mejoren la calidad y la equidad educativa. Aunque la mayoría de los estudios son de carácter descriptivo
o exploratorio, los hallazgos convergen en la importancia de reconocer la diversidad sensorial y
cognitiva de los estudiantes, y en la necesidad de capacitar a los docentes para diseñar ambientes de
aprendizaje más inclusivos y multisensoriales (González & Ospina, 2019; Morales & Restrepo, 2020).

1. Panorama general de la investigación nacional

En una revisión realizada por González y Ospina (2019) en universidades de Bogotá y Antioquia, se
identificó que la mayor parte de las investigaciones sobre los canales de aprendizaje en Colombia se
han desarrollado en el nivel de educación básica y media, y que la mayoría de los estudios se orientan
a determinar el canal predominante en los estudiantes. Los resultados coinciden en que el canal visual
es el más frecuente, seguido del auditivo, mientras que el kinestésico aparece con menor representación.

Por ejemplo, un estudio de Bonilla y Serrano (2018) con 400 estudiantes de secundaria de Medellín
encontró que el 52 % presentaba preferencia visual, el 31 % auditiva y solo el 17 % kinestésica. Los
autores concluyen que las estrategias de enseñanza, centradas en la exposición verbal y la lectura,
influyen en la consolidación de hábitos de aprendizaje predominantemente visuales.

Del mismo modo, Morales y Restrepo (2020) evidenciaron que los estudiantes que participaron en
actividades multisensoriales (lectura dramatizada, experimentos, debates y simulaciones) mostraron
una mejora del 18 % en sus resultados académicos respecto al grupo de control, lo que sugiere que la
combinación de los tres canales potencia la comprensión y la retención del conocimiento.

2. Estudios sobre formación docente y neuroeducación en Colombia

Las investigaciones sobre formación docente en relación con los canales de aprendizaje son más
escasas, pero coinciden en señalar deficiencias significativas. Aristizábal y Martínez (2020) realizaron
un estudio mixto con 120 docentes de instituciones oficiales de Cali y concluyeron que el 70 % no había
recibido capacitación en neuroeducación ni en metodologías multisensoriales. Sin embargo, el 90 %
manifestó interés en incorporar este enfoque si contara con el apoyo institucional y los recursos
necesarios.

Por su parte, la Universidad de Antioquia (2021) llevó a cabo un proyecto de investigaciónacción con
profesores de secundaria en el municipio de Bello. Los resultados evidenciaron que, tras una
capacitación de seis meses en neuroeducación y diseño multisensorial, los docentes incrementaron
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significativamente el uso de estrategias que integraban los tres canales, como dramatizaciones, debates
interactivos y actividades de laboratorio. Los estudiantes reportaron mayores niveles de motivación,
comprensión y colaboración.

3. Experiencias innovadoras y aprendizajes multisensoriales

Diversas experiencias pedagógicas desarrolladas en instituciones colombianas muestran resultados
prometedores en la integración de los canales visual, auditivo y kinestésico. En el departamento del
Valle del Cauca, Rodríguez y Calderón (2022) implementaron un programa de aprendizaje basado en
proyectos (ABP) en el área de ciencias naturales, combinando actividades experimentales, exposiciones
orales y esquemas visuales. Los resultados indicaron una mejora en la retención de conceptos científicos
y en la participación activa de los estudiantes.

Asimismo, un estudio de Gómez y Castaño (2022) en Antioquia evidenció que el aprendizaje
multisensorial favorece la inclusión educativa, especialmente en estudiantes con dificultades
atencionales o dislexia, al ofrecer múltiples vías de acceso al conocimiento. Los docentes que
participaron en el proyecto destacaron que la activación simultánea de los tres canales reduce la
frustración, mejora la motivación y fortalece el trabajo colaborativo.

Finalmente, Zamora (2021), en una revisión documental sobre educación multisensorial en Colombia,
plantea que la integración de los tres canales se vincula directamente con la pedagogía constructivista,
el aprendizaje significativo y la educación emocional, elementos que potencian la creatividad, la
empatía y la autorregulación en los adolescentes.

4. Vacíos y proyecciones de la investigación

Pese a los avances mencionados, aún existen vacíos importantes en la investigación nacional sobre el
uso de los canales de aprendizaje. En primer lugar, la mayoría de los estudios son de alcance limitado
y carecen de diseños experimentales robustos que permitan establecer relaciones causales entre el uso
de canales y los resultados académicos. En segundo lugar, hay poca articulación entre las universidades,
los centros de investigación y las instituciones escolares para desarrollar proyectos longitudinales sobre
neuroeducación aplicada (UPN, 2021).
pág. 2796
Se hace necesario, por tanto, fortalecer las líneas de investigación en neuroeducación y aprendizaje
multisensorial, promover redes académicas interinstitucionales y generar políticas educativas que
reconozcan la diversidad neurológica como principio fundamental del aprendizaje.

El panorama colombiano evidencia que el país cuenta con una base teórica y empírica en construcción,
que debe consolidarse mediante estudios sistemáticos, capacitación docente y prácticas pedagógicas
sostenibles orientadas a la integración efectiva de los tres canales.

La combinación de los tres canales y su impacto en la capacidad de aprendizaje

La integración de los canales visual, auditivo y kinestésico representa una estrategia pedagógica que
responde a la diversidad sensorial y cognitiva de los estudiantes, potenciando significativamente la
capacidad de aprendizaje y la retención de información. Desde la perspectiva neuroeducativa, esta
combinación se fundamenta en el principio de plasticidad neuronal, según el cual el cerebro aprende
mejor cuando se activan múltiples vías sensoriales de manera simultánea o complementaria (Tokuhama-
Espinosa, 2020; Dehaene, 2020).

1. Fundamentos neurocognitivos del aprendizaje multimodal

El aprendizaje multimodal se apoya en la interacción sinérgica de distintos sistemas sensoriales. Por
ejemplo, un concepto presentado visualmente mediante gráficos y esquemas, reforzado con explicación
auditiva y acompañado de actividades kinestésicas, activa diferentes regiones cerebrales: la corteza
visual, el área de Wernicke y Broca, el cerebelo y las áreas motoras (Sousa, 2016; Jensen, 2008).

Esta activación simultánea permite que la información se consolide en múltiples redes neuronales, lo
que facilita la retención a largo plazo, la comprensión profunda y la transferencia de conocimiento a
situaciones nuevas (Immordino-Yang, 2018). Además, el aprendizaje multimodal promueve la atención
sostenida, ya que la variación de estímulos sensoriales reduce la fatiga cognitiva y el desinterés, factores
comunes en la educación secundaria (Bonilla & Serrano, 2018).

2. Evidencia empírica en contextos colombianos

En Colombia, diversas investigaciones han mostrado los beneficios de combinar los tres canales de
aprendizaje en aulas de secundaria. Por ejemplo, Rodríguez y Calderón (2022) implementaron un
programa de ciencias que combinaba actividades experimentales (kinestésico), exposición de conceptos
pág. 2797
mediante diagramas (visual) y discusión en grupo (auditivo). Los resultados evidenciaron un
incremento significativo en la comprensión conceptual y en la motivación estudiantil.

De manera similar, Gómez y Castaño (2022) observaron que el aprendizaje multimodal favorece la
inclusión educativa, particularmente en estudiantes con dificultades de atención o aprendizaje, al ofrecer
múltiples vías de acceso a la información y garantizar que cada estudiante pueda participar según su
canal preferente. Estos hallazgos sugieren que la integración de los tres canales no solo potencia la
capacidad cognitiva, sino que también contribuye al aprendizaje inclusivo y equitativo.

3. Ventajas pedagógicas del enfoque multimodal

El uso simultáneo de los tres canales ofrece múltiples beneficios pedagógicos:

1.
Mejora de la comprensión y memoria: La redundancia sensorial facilita la codificación y
recuperación de información (Tokuhama-Espinosa, 2011; Dehaene, 2020).

2.
Aumento de la motivación y participación: Las actividades dinámicas y multisensoriales estimulan
la curiosidad y el interés de los estudiantes (Jensen, 2008).

3.
Fomento del aprendizaje activo y colaborativo: Integrar acción, diálogo y representación visual
promueve la interacción social y la construcción colectiva del conocimiento (Kolb, 1984; MEN,
2019).

4.
Adaptación a la diversidad neurológica: Al ofrecer múltiples vías de acceso al aprendizaje, se
atienden distintos estilos cognitivos y necesidades educativas especiales (Sousa, 2016).

En consecuencia, el aprendizaje multimodal representa una estrategia altamente efectiva para mejorar
los logros académicos, el desarrollo cognitivo y las habilidades socioemocionales de los estudiantes.

4. Modelos pedagógicos que facilitan la integración de los tres canales

Algunos modelos pedagógicos han demostrado ser particularmente eficaces para la integración de los
canales visual, auditivo y kinestésico:

Aprendizaje Significativo: Propuesto por Ausubel, este modelo permite vincular la nueva
información con conocimientos previos a través de representaciones visuales, discusiones orales y
experiencias prácticas (Ausubel, 2000).
pág. 2798
Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): Favorece la acción kinestésica y la colaboración, mientras
que la documentación y presentación de resultados activa los canales visual y auditivo (Kolb, 1984;
MEN, 2019).

Pedagogía Constructivista: Propone ambientes de aprendizaje activos donde los estudiantes
construyen su conocimiento mediante la exploración, la manipulación de objetos y el intercambio
verbal (Vygotsky, 1978).

Neurodidáctica: Integra principios de la neurociencia y estrategias multisensoriales para diseñar
experiencias de aprendizaje que optimicen la plasticidad neuronal y la memoria (Tokuhama-
Espinosa, 2020).

Estos modelos muestran que la integración de los tres canales no es solo una estrategia aislada, sino un
enfoque pedagógico que se relaciona directamente con modelos educativos centrados en el estudiante
y en el aprendizaje activo.

5. Síntesis de hallazgos

La evidencia sugiere que combinar los canales visual, auditivo y kinestésico:

Mejora la comprensión y retención de contenidos.
Estimula la motivación, atención y participación de los estudiantes.
Favorece la inclusión de estudiantes con necesidades educativas diversas.
Potencia la construcción de conocimiento activo y significativo.
Por tanto, la implementación consciente y planificada del aprendizaje multimodal constituye una
herramienta clave para mejorar la calidad educativa en la secundaria colombiana y optimizar la
capacidad de aprendizaje de los estudiantes.

Impactos positivos del uso de los tres canales en aulas colombianas

La implementación de estrategias educativas que integran los canales visual, auditivo y kinestésico ha
demostrado múltiples efectos positivos en la enseñanza y el aprendizaje en Colombia, especialmente en
el nivel de educación secundaria. Estos impactos pueden observarse desde dimensiones cognitivas,
afectivas y sociales, consolidando el aprendizaje significativo y la motivación estudiantil (Jensen, 2008;
Tokuhama-Espinosa, 2020).
pág. 2799
1. Incremento en la comprensión y retención del conocimiento

Numerosos estudios en contextos colombianos coinciden en que el aprendizaje multimodal facilita la
comprensión de conceptos complejos y la retención de información. Por ejemplo, Rodríguez y Calderón
(2022) evidenciaron que los estudiantes que participaron en actividades combinadas (visual, auditivo y
kinestésico) lograron una mejora del 25 % en la retención de contenidos de ciencias naturales, en
comparación con aquellos que recibieron enseñanza tradicional centrada solo en lectura y exposición
verbal.

La neurociencia explica este fenómeno mediante el concepto de codificación multisensorial, que
permite que la información se almacene en diferentes redes neuronales, aumentando la probabilidad de
recuperación y aplicación en contextos diversos (Dehaene, 2020; Immordino-Yang, 2018).

2. Mejora de la motivación y la participación

El aprendizaje multisensorial también impacta positivamente en la motivación. Actividades
kinestésicas, combinadas con apoyo visual y auditivo, generan experiencias más atractivas y dinámicas,
lo que incrementa la participación activa de los estudiantes (Bonilla & Serrano, 2018).

Gómez y Castaño (2022) reportaron que, en aulas de Antioquia, los estudiantes mostraron mayor
disposición a participar en debates, experimentos y dramatizaciones cuando se aplicaban estrategias
multimodales, especialmente aquellos con dificultades de atención o aprendizaje. Esto evidencia que la
inclusión de los tres canales no solo favorece la cognición, sino que también fortalece la autoeficacia y
la autoestima académica.

3. Fomento de la inclusión educativa

Uno de los impactos más relevantes del enfoque multimodal es la promoción de la inclusión. Al ofrecer
múltiples vías de acceso al conocimiento, se atienden diferentes estilos de aprendizaje y necesidades
educativas especiales, como dislexia, déficit de atención o problemas de procesamiento auditivo (Sousa,
2016; Morales & Restrepo, 2020).

La evidencia colombiana sugiere que la integración de los tres canales reduce la brecha entre estudiantes
con distintos niveles de habilidad y fortalece la equidad en el aprendizaje. En palabras de Zamora
(2021), el aprendizaje multisensorial constituye “una estrategia para democratizar el acceso al
conocimiento y promover la participación activa de todos los estudiantes”.
pág. 2800
4. Desarrollo de habilidades socioemocionales y cognitivas

El uso de los tres canales también tiene impactos en las habilidades socioemocionales, como la
colaboración, la empatía y la regulación emocional. Actividades que combinan movimiento, expresión
oral y representación visual permiten a los estudiantes trabajar en equipo, expresar ideas y emociones,
y resolver problemas de manera conjunta (Immordino-Yang, 2018; Jensen, 2008).

En términos cognitivos, el aprendizaje multimodal favorece el pensamiento crítico, la creatividad y la
capacidad de transferir conocimientos a situaciones nuevas, competencias clave para la educación
secundaria en Colombia (Kolb, 1984; MEN, 2019).

5. Consolidación de prácticas pedagógicas innovadoras

El uso de los tres canales en las aulas colombianas ha impulsado la adopción de modelos pedagógicos
innovadores, como:

Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP): Permite integrar acción, reflexión y exposición de
resultados de manera multimodal.

Aprendizaje Significativo: Vincula conceptos previos con experiencias sensoriales diversas para
potenciar la comprensión.

Pedagogía Constructivista: Favorece la exploración, experimentación y colaboración activa de los
estudiantes.

Estas prácticas contribuyen a transformar la escuela tradicional en un espacio donde el aprendizaje se
vuelve más dinámico, inclusivo y coherente con los principios de la neuroeducación (Tokuhama-
Espinosa, 2020; Vygotsky, 1978).

6. Síntesis de impactos positivos

En resumen, los efectos positivos del uso de los tres canales en aulas colombianas incluyen:

Mejora significativa de la comprensión y retención del conocimiento.
Incremento de la motivación, participación y compromiso de los estudiantes.
Promoción de la inclusión educativa y atención a la diversidad de estilos de aprendizaje.
Desarrollo de habilidades socioemocionales y cognitivas esenciales para el aprendizaje activo.
Fomento de prácticas pedagógicas innovadoras y centradas en el estudiante.
pág. 2801
Estos impactos respaldan la necesidad de adoptar un enfoque multisensorial y multimodal en la
educación secundaria colombiana, no solo como estrategia pedagógica, sino como política educativa
orientada a mejorar la calidad, equidad y pertinencia del aprendizaje.

CONCLUSIONES

El análisis del uso de los canales visual, auditivo y kinestésico en la educación secundaria colombiana
permite extraer varias conclusiones clave:

Predominio del canal visual: La mayoría de los estudios nacionales indican que el canal visual es el más
utilizado y favorecido en la enseñanza convencional, seguido por el auditivo, mientras que el kinestésico
recibe menor atención. Esta tendencia refleja prácticas educativas tradicionales basadas en la lectura y
la exposición verbal (González & Ospina, 2019; Bonilla & Serrano, 2018).

Desconocimiento docente parcial sobre canales de aprendizaje: Aunque los maestros colombianos
reconocen la existencia de distintos estilos de aprendizaje, la formación en neuroeducación y estrategias
multisensoriales es limitada. Esto evidencia la necesidad de fortalecer la capacitación docente para
aprovechar el potencial de los tres canales (Aristizábal & Martínez, 2020; Universidad de Antioquia,
2021).

Beneficios del canal kinestésico: Integrar actividades kinestésicas permite activar el aprendizaje activo,
la memoria procedimental y la motivación, contribuyendo a la comprensión de conceptos abstractos y
al desarrollo de habilidades prácticas. Su incorporación resulta especialmente relevante en ciencias,
matemáticas y educación artística (Sousa, 2016; Morales & Restrepo, 2020).

Efectividad de la combinación multimodal: La integración de los canales visual, auditivo y kinestésico
potencia la retención de información, la comprensión profunda, la atención sostenida y la motivación.
La evidencia nacional indica mejoras en el rendimiento académico y la participación de los estudiantes
cuando se aplican estrategias multisensoriales (Rodríguez & Calderón, 2022; Gómez & Castaño, 2022).

Impactos socioemocionales y cognitivos: Además de los beneficios académicos, el aprendizaje
multimodal favorece la inclusión educativa, la colaboración, la creatividad y la autorregulación
emocional, contribuyendo al desarrollo integral del estudiante (Immordino-Yang, 2018; Jensen, 2008).

Relación con modelos pedagógicos innovadores: La integración de los tres canales se vincula con
enfoques constructivistas, el aprendizaje significativo y el aprendizaje basado en proyectos.
pág. 2802
Estos modelos promueven entornos activos, participativos y centrados en el estudiante, coherentes con
los principios de la neuroeducación (Ausubel, 2000; Kolb, 1984; Tokuhama-Espinosa, 2020).

En consecuencia, se concluye que la implementación planificada de los tres canales de aprendizaje
constituye una estrategia pedagógica de alto impacto para mejorar la calidad educativa en Colombia.
Es necesario promover políticas de formación docente, desarrollo de recursos didácticos y proyectos de
investigación aplicada que consoliden el aprendizaje multisensorial como práctica estándar en las aulas
de secundaria.

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