Ecosistema del conocimiento: Combinando investigaci�n y docencia

 

Rosa Elizabeth Pazmi�o S�enz

[email protected]

Universidad Cesar Vallejo

Guayaquil - Ecuador�

 

Iliana Joan Cabezas Alejandro

[email protected]

Universidad Cesar Vallejo

Guayaquil � Ecuador

 

Mar�a Gabriela Oca�a Hern�ndez

[email protected]

Universidad C�sar Vallejo

Guayaquil-Ecuador

 

Edgar Alc�var Gallegos Mart�nez

[email protected]

Lic. Universidad T�cnica de Babahoyo����

MSc. Universidad Cesar Vallejo

Daule Guayas � Ecuador

 

Sully Anabel Mart�nez Moncayo

Universidad de Guayaquil

 

RESUMEN

El uso de la tecnolog�a en la promoci�n del conocimiento ha generado redes comunicativas en los procesos formativos, comprendiendo el papel fundamental que cumple las funciones docente-investigaci�n para trascender lo cotidiano y los espacios de aprendizaje, aunado al hecho de c�mo las aplicaciones tecnol�gicas son un espacio que posibilitan la producci�n del conocimiento. La presente investigaci�n tuvo como intencionalidad contribuir al estado del conocimiento por los ecosistemas actuales y su impacto en la docencia e investigaci�n, a trav�s de su manifestaci�n en los aprendizajes de forma anal�tica. La metodolog�a realizada correspondi� a una investigaci�n documental en su fase heur�stica-hermen�utica, cuyos descriptores de b�squeda utilizados fueron: el conocimiento y aprendizaje, sociedad del conocimiento, ecosistema de conocimiento y relaci�n docencia-investigaci�n. Del proceso investigativo surgi� la premisa de un ecosistema de conocimiento con docentes comprometidos como investigadores de su propia praxis es lo que se necesita para evitar el pensamiento acr�tico y pasivo; el conocimiento no est� limitado al �mbito acad�mico, pues involucra todos los �mbitos elementales de la sociedad; los diversos escenarios que se presentan bajo un eje investigativo docente debe manejar las posibilidades de conexiones, comunicaciones y socializaciones seg�n los intereses y necesidades de la red

 

Palabras clave: ecosistemas; conocimiento; docencia; investigaci�n; redes.

 


 

Knowledge ecosystem: Combining research and teaching

 

ABSTRACT

The use of technology in the promotion of knowledge has generated communicative networks in the training processes, understanding the fundamental role that the teaching-research functions fulfill to transcend the everyday and the learning spaces, coupled with the fact that technological applications are a space that enable the production of knowledge. This research was intended to contribute to the state of knowledge by current ecosystems and its impact on teaching and research, through its manifestation in learning analytically. The methodology carried out corresponded to a documentary research in its heuristic-hermeneutic phase, whose search descriptors used were: knowledge and learning, knowledge society, knowledge ecosystem and teaching-research relationship. From the research process emerged the premise of an ecosystem of knowledge with teachers committed as researchers of their own praxis is what is needed to avoid uncritical and passive thinking; knowledge is not limited to the academic sphere, since it involves all the elementary spheres of society; the various scenarios that are presented under a teaching investigative axis must handle the possibilities of connections, communications and socializations according to the interests and needs of the network

 

Keywords: �ecosystems; knowledge; teaching; research; networks.

 

 

 

Art�culo recibido:� 20 marzo 2022

Aceptado para publicaci�n: 15 abril 2022

Correspondencia: [email protected]

Conflictos de Inter�s: Ninguna que declarar

 

 


 

1. INTRODUCCI�N

En la actualidad la tecnolog�a ha abarcado diversos espacios de la sociedad, las redes comunicacionales son el eje principal de todo, consider�ndose como parte del ecosistema del conocimiento, es decir, redes de informaci�n, de conversaciones, una red tecnol�gica en bases de conocimiento y v�nculos de comunicaci�n.� En este sentido, el �mbito educativo ha sido impactado por este c�mulo informativo digital, por ello surge el inter�s de realizar un acercamiento al estado del conocimiento respecto a ecosistemas de conocimiento tecnol�gico y su manifestaci�n en la investigaci�n y la docencia.

En este contexto, la inquietud se basa en las observaciones sobre el uso de la tecnolog�a en la promoci�n del conocimiento, generando redes comunicativas en los procesos formativos, de la misma forma comprender las maneras en el papel fundamental que cumple la funci�n docente de la mano de la funci�n investigativa para trascender lo cotidiano y los espacios de aprendizaje, como se transforma la comunicaci�n y la interacci�n, aunado al hecho de c�mo las aplicaciones tecnol�gicas son un espacio que posibilitan la producci�n del conocimiento.

Por ello, se hace relevante reconocer el auge del uso de la tecnolog�a educativa, desde redes sociales, web 2.0, aplicaciones especializadas, hasta plataformas educativas; todo esto posibilita la investigaci�n en tem�ticas espec�ficas de contenidos desde diversas fuentes, diferentes formatos con acceso instant�neo a la informaci�n para de esta manera, configurar servicios que puedan utilizarse para adaptase o des-adaptarse como un ecosistema natural.

En este sentido, (Siemens, 2010) indica que la ecolog�a son entornos de conocimiento compartido, donde se fomentan conexiones y fuentes de conocimiento para que �ste circule, siendo din�mico, adaptable libre, inarticulado, confuso y ca�tico, por eso se le llama organismo vivo. De tal manera, el mencionado autor indica que un ecosistema del aprendizaje o del conocimiento esta dado por la libertad de escoger sistemas y/o herramientas seg�n la necesidad de cada quien, desarroll�ndose todos -incluido el docente- como aprendices dentro de un ecosistema institucional; todo esto posibilita las conexiones entre personas a trav�s de distintos medios y formas siendo de suma importancia para mantener la motivaci�n y un esp�ritu investigativo.

De esta forma, (Garc�a Pe�alvo, 2016) indica que las tecnolog�as tienen influencia en la cotidianidad de las personas trayendo consigo una transferencia inconsciente hacia los entornos en que se desenvuelven y por tanto en la manera en que se gestiona el conocimiento individual y socialmente.� En dicho contexto, el ingreso de la tecnolog�a de la informaci�n y la comunicaci�n (TIC) supone un punto de desviaci�n conceptual y procedimental en cuanto las instituciones y sistemas organizaciones afrontan el proceso de promoci�n y administraci�n del conocimiento; sin embargo, las herramientas no tienen el protagonismo pues pasan a formar parte de un ecosistema de conocimiento digital.

En este orden de ideas, las tecnolog�as se han convertido en un puente entre la educaci�n conjuntamente con las fortalezas y debilidades que van m�s all� del �mbito acad�mico y se sumergen en las instituciones convirti�ndose de esta manera, en herramientas de gesti�n de conocimiento, as� como tambi�n, del capital humano de la misma. Basado en lo anteriormente mencionado, (Cabero, 2015) menciona que las TIC pueden fragmentar los estadios cl�sicos de las maneras en c�mo se aprende ya sea formal o informal y esto da paso a la construcci�n del conocimiento y la interacci�n social; por tanto,� el conocimiento se sit�a en redes y conexiones profundas y de confianza entre las personas, reconociendo de esta forma participar en ciertas practicas con el conocimiento, aumentando la probabilidad de que se obtengan nuevos modelos en un ecosistema cambiante (Siemens, 2010).

Tal como se ha mencionado, los ecosistemas de aprendizaje posibilitan que los aprendices construyan su propia trayectoria de aprendizaje seg�n sus particularidades, implicando algunos riesgos para aquellos que poseen condiciones de vida que limitan las oportunidades, recursos o experiencia de aprendizaje que se encuentren a su alcance (Coll, 2016). En base a esto, se necesita comprender la profundidad de las TIC y su inmersi�n en los distintos contextos, para realizar abordajes de manera integral que permitan comprender los desaf�os, el desarrollo, la ejecuci�n y gesti�n de las estrategias que permitan conocer el crecimiento que trae consigo su utilizaci�n, apropiaci�n y aprovechamiento de las mismas, tal como indica (Siemens, 2010) en un compendio de relaciones e interacciones que se crean, cambian y mueren.

En este sentido, la presente investigaci�n tiene como intencionalidad contribuir al estado del conocimiento sobre los ecosistemas actuales y su impacto en la docencia e investigaci�n, a trav�s de su manifestaci�n en los aprendizajes desde un punto de vista anal�tico. De tal forma, la metodolog�a realizada correspondi� a una investigaci�n documental en su fase heur�stica-hermen�utica cuyo criterio de selecci�n estuvo basada en diversos art�culos cient�ficos en espa�ol y traducidos al espa�ol, cuyos descriptores de b�squeda utilizados fueron: el conocimiento y aprendizaje, sociedad del conocimiento, ecosistema de conocimiento y relaci�n docencia-investigaci�n.

2. ESTRATEGIAS METODOL�GICAS O MATERIALES Y M�TODOS

2.1. Proceso de investigaci�n

Para realizar una aproximaci�n a la intencionalidad del estudio, se sigui� un proceso de b�squeda, recuperaci�n y an�lisis de la informaci�n primaria, producto de un esquema investigativo registrando diversos autores que manejan tem�ticas espec�ficas de conocimiento en publicaciones cient�ficas y literatura reconocida en idioma espa�ol, correspondiendo esto a la fase heur�stica de la investigaci�n.

Aunado a esto, durante la fase hermen�utica se clasifico a trav�s del an�lisis y la interpretaci�n los documentos estudiados sobre el conocimiento y aprendizaje, sociedad del conocimiento, ecosistema de conocimiento y relaci�n docencia-investigaci�n; de tal manera, se presenta en la tabla 1 las tem�ticas m�s relevantes utilizadas durante el an�lisis de la informaci�n y que son las que conforman el conocimiento construido en la presente investigaci�n.

Tabla 1.

Selecci�n de la informaci�n

Teor�a abordada

Autores

A�o

Documento

Visiones te�ricas del conocimiento y el aprendizaje.

Siemens, G.

2010

Libro: Conociendo el conocimiento

Educaci�n formal de los formadores de la era digital

Cabero Almenara, J.

2017

Revista: Notandum

Ecosistema para la gesti�n del conocimiento en organizaciones

�lvarez-Arregui, E. y otros

2017

Revista: Comunicar: Revista cient�fica iberoamericana de comunicaci�n y educaci�n

Reflexiones de las TIC

Cabero Almenara, J.

2015

Revista: CEF

La educaci�n formal en la nueva ecolog�a del aprendizaje

Coll, C.

2013

Compilado: Aprendizaje y educaci�n en la sociedad digital

Cambios en la ecolog�a del aprendizaje, personalizaci�n del aprendizaje

Coll, C.

2016

Compilado: Reportes de la educaci�n en Catalu�a, anuario de educaci�n 2015

Innovaci�n educativa

Garc�a Pe�alvo, F.J.

2016

Compilado: I Congreso internacional de tendencias en innovaci�n educativa

La universidad y el aprendizaje ubicuo

Sevillano, M.; V�squez, E.

2013

Revista: EDITANIA

Nativos y migrantes digitales

Prensky, M.

2011

Libro: Ense�ando a nativos digitales

La nueva educaci�n

Wesch, M.

2007

Multimedia: Educaci�n del siglo 21

Redes de conocimiento

Benkler, Y.

2015

Libro: La riqueza de las redes

Docencia e investigaci�n universitaria

Perdomo, H.

2011

Revista: Tecnolog�a, gerencia y educaci�n

V�nculo docencia-investigaci�n

Glazman, R.

2003

Revista: Docencia e investigaci�n en el aula

Relaciones necesarias en docencia

Orler, J.

2012

Revista: Ense�anza del derecho

 

3. TEORIZANDO LOS ECOSISTEMAS DE CONOCIMIENTO

Es v�lido comenzar con la premisa de que el conocimiento no esta en lo que sabes sino en lo que haces, por tanto, el problema no viene dado por no saber sino por no saber hacer, ya que hacer es una forma de saber (Siemens, 2010); tal como lo indica el mencionado autor en su aproximaci�n te�rica, el saber donde sustituye al �saber d�nde� sustituye el �saber qu� y al �saber c�mo� debido a que la forma en que se mueve el conocimiento es r�pido y continuo y no puede quedar atrapado en la mente, por ello se hace uso de herramientas que lo prolonguen como las personas con las que se interact�an, los dispositivos electr�nicos, bases de datos y otros.

De tal forma, si el conocimiento es esparcido en otros entes fuera de la mente de una persona, el aprendizaje se producir� en una variedad de contextos de actividad as� como tambi�n en momentos vitales de la persona, sustent�ndose en las herramientas que las TIC facilitan para espacios de formaci�n de manera formal o informal. Desde este punto de vista, (Coll, 2016) indica que se a�aden nuevos enlaces de aprendizaje al reforzar los contextos tradicionales educativos, no solo en la escuela sino tambi�n la comunidad, la familia, entornos culturales, laborales y sociales.

Por tanto, se observan cambios en lo que se concibe como conocimiento, ya no es est�tico, organizado o definido por la ciencia, sino que a ser una rama m�s din�mica y multifac�tica. De esta afirmaci�n, (Benkler, 2015) a trav�s de sus indagaciones sobre el crecimiento de las redes en la sociedad, indica que el conocimiento es cambiante poniendo de manifiesto que en conjunto con la informaci�n y la cultura son es fundamental para el desarrollo humano; debido a que la manera en que se producen e intercambian en la sociedad, afectan las maneras en que se percibe el mundo y como debe ser.

En este sentido, m�ltiples autores� han definido a su manera los modelos de conocimiento, como S�crates y Plat�n que lo concibieron como una creencia verdadera y contrastada; como un abanico de informaci�n, datos, comprensi�n, conocimiento y sabidur�a (Guill�n Navarro & L�pez Ayuso, 2015); como espirales tacitas y explicitas a trav�s de la socializaci�n -t�cito a t�cito-,� interiorizaci�n -expl�cito a t�cito-, combinaci�n -expl�cito a expl�cito- y externalizaci�n -t�cito a expl�cito-�(Tanaka, 2008); visto como las esferas de conocimiento f�sico-material, psicol�gico- subjetivo y cultural-artificial (Brice�o R�os, 2015) y; como organizaci�n creadora de sentido (Weik y otros, 2005)

En este orden de ideas, dichos cambios generalmente son interpretados por aquellas creencias cobre el deber ser de las estructuras organizativas y el significado de saber y aprender; de tal forma, (Siemens, 2010) menciona un ciclo del conocimiento que surge de la creaci�n del conocimiento en alg�n �mbito, y pasa por las siguientes fases:

�  Co-creaci�n: es el lo que se genera por el usuario final, siendo �ste un agregado del ciclo, incluyendo la posibilidad de construir a partir del conocimiento de otro, para as� innovar, creando ideas y conceptos.

�  Distribuci�n: es el an�lisis, la evaluaci�n y filtrado de elementos a trav�s de redes, siendo �ste el siguiente paso del ciclo de conocimiento.

�  Comunicaci�n: es la informaci�n comunicativa restante de la difusi�n creando ideas claves que se esparzan a trav�s de la red.

�  Personalizaci�n: es la etapa en donde se integra el conocimiento con el capital cultural de la persona, producto de la interiorizaci�n, dialogo y reflexi�n.

�  Implementaci�n: es la ultima etapa del ciclo, cuando se produce la acci�n y se obtiene una respuesta de la personalizaci�n

En base a esto, se observa como comienza la creaci�n de conocimiento a trav�s de una idea y cambia en cada interacci�n al entrar en red, la comprensi�n de un concepto cambia cuando se act�a sobre �l, no es solo teorizar o aprender sino ejercer acci�n sobre el mismo. Aunado a esto, el conocimiento tiene muchas formas de verse y analizarse ya sea como proceso, como entidad o como secuencias que dependen de nivel, aplicaci�n o tipo; es decir que el conocimiento depende en gran parte de los individuos, aunque se encuentra en grupos.

En este contexto, con el concepto del conocimiento cambiante a trav�s de la red social del individuo, se conceptualiza la ecolog�a del conocimiento a trav�s de ciertas premisas indicando que esta centrado en las redes sociales de las personas haciendo �nfasis en el �mbito tecnol�gico que manejen, donde no solo implica una comprensi�n al intercambiar conocimientos y las relaciones que se obtienen a trav�s de dichos intercambios, comprendiendo como el conocimiento influye en el accionar (Malhotra, 2002). La referida autora maneja el termino en base a la ecolog�a natural, indicando que as� como se prospera con diversidad de especies, la ecolog�a del conocimiento se nutre� de la diversidad de conocimientos, que esta dada por la competencia cooperativa colaborando con nodos de conocimiento diferente, es decir competencias adecuadas de conocimiento con respecto a las diferencias de cada individuo.

De la misma forma, cuando en un ambiente de ecolog�a del conocimiento esta dado por cambios imprevistos de manera general, la manera de mantenerse es la adaptaci�n en lugar de buscar la optimizaci�n. Tal como menciona (Malhotra, 2002), la ecolog�a del conocimiento se conforma por nodos, intercambio y flujos de conocimiento, donde la base para cooperar son las diferencias y similitudes entre nodos de conocimientos, mientras mayor sea la diferenciaci�n permiten realizar acciones espec�ficas que se disolver�n luego.

�Desde ese punto de vista, la ecolog�a del aprendizaje presenta retos en la educaci�n formal puesto que se necesitan realizar las transformaciones adecuadas para que el ecosistema del conocimiento se mantenga en constante movimiento e de esta manera, se obtenga una personalizaci�n del aprendizaje con diversidad de experiencias, oportunidades y recursos seg�n el contexto de cada individuo. De tal forma, el concepto de ecolog�a del aprendizaje esta dado por los contextos con diversas de actividades sean f�sicas o virtuales, que permiten obtener diversas posibilidades que generen aprendizajes y sean mostrados en las pr�cticas de los individuos a trav�s de las destrezas, relaciones, exigencias o recursos�(A�azco, 2015)

El mencionado autor, menciona que la ecolog�a del aprendizaje es concebida desde su �mbito te�rico con la visi�n ecol�gica que indica la relaci�n entre los individuos con su entorno impulsando cambios del desarrollo donde la persona, es quien organiza su propio avance, as� como tambi�n la perspectiva hist�rica y cultural; de esta forma, los elementos del �mbito cultural son los que surten de mediadores en las actividades psicol�gicas y practicas sociales siendo este un cambio profundo en los lineamientos del proceso de aprendizaje; cu�ndo aprende, con qui�n, d�nde, c�mo, de qui�n, qu� y para qu� se aprende.

En este sentido,� (Motz & Rod�s, 2013) mencionan las implicaciones pedag�gicas que tiene en la ecolog�a del aprendizaje, debido a que las actividades que se realizan se dan espont�neamente a trav�s de un proceso formativo, producto de las interacciones entre los aprendices y los tutores, contenidos y tecnolog�a; todo lo anteriormente mencionado interact�a entre ellos lo que causa una evoluci�n en los paradigmas pedag�gicos, desde una perspectiva grupal y no individual.

En base a lo planteado, (Garc�a Pe�alvo, 2016) se refiere al termino de ecosistemas digitales como un avance de los sistemas de informaci�n que presenta un compendio de posibilidades y oportunidades que permite abarcar las necesidades diversas que surgen en un contexto especifico debido a que posee una estructura modular, a la relevancia del movimiento de la informaci�n dentro del contexto, establecido entre m�dulos y base procesual que sustenta el ecosistema.

Como es sabido, dicha terminolog�a se ha utilizado en biolog�a y se ha tomado para describir entornos de producci�n, sistemas de software de adaptaci�n, reutilizaci�n de informaci�n, y otros; todos estos entornos son sometidos a un ciclo de realimentaci�n por tiempos determinados, lo que produce la evoluci�n de las especies con el flujo de aceptaci�n, obsolescencia, innovaci�n y consolidaci�n (Garc�a Pe�alvo, 2016)

En consideraci�n a lo anterior, (Siemens, 2010) menciona el termino de redes de conocimiento, explicando que los individuos son activos en la ecolog�a del aprendizaje en cuanto a la utilizaci�n de recursos y herramientas, es decir el consumo de ellas; de tal manera, los aprendices contribuyen activamente en la red o ecolog�a siendo cada uno de ellos, un nodo visible. En este sentido, el tiempo dentro de la red se traduce en el proceso de c�mo se desarrolla el individuo, en este caso el aprendiz, de manera creciente seg�n lo que ocurra en todo el conjunto dentro de la red; por lo tanto, los aprendices ser�n m�s competentes de reconocer nuevos modelos o cambios significativos en la informaci�n de conocimiento que se les presente.

En dicho orden, los individuos de la red tienen la capacidad de comprender el significado de los patrones emergentes que ingresan; toda situaci�n que ocurre en el entorno promueve la reflexi�n activa sobre como luce la ecolog�a y de esta forma son participes de las transformaciones de �sta, mas all� de la red a la que pertenecen. En base a lo expuesto, para la pr�ctica de ideas ecosist�micas de aprendizaje, se indican tres aspectos fundamentales: el ser adaptativo, ser integral y estar centrado en los resultados (Siemens, 2010); dichos aspectos pueden considerarse el punto de partida para sustentar la forma de ver una ecolog�a del conocimiento, cultivar el ecosistema a partir de un contexto flexible.

3.1. Ecosistemas en la sociedad del conocimiento

Se comenzar� aclarando, que la sociedad del conocimiento se puede caracterizar como aquella en que sus miembros, poseen las capacidades para transformar el conocimiento en la principal herramienta para el beneficio propio (Pescador, 2014); por tanto, principalmente lo que emana del concepto es la construcci�n del saber como una forma de desarrollo, con el fin de la producci�n de conocimiento en contextos sociales. En este sentido, el conocimiento hoy en d�a no est� limitado al �mbito acad�mico, pues involucra todos los �mbitos elementales de la sociedad, siendo esto el alcance del saber; es por ello, que crean los escenarios para que aparezcan sociedades del conocimiento con la intencionalidad del bienestar de las personas a trav�s de la capacitaci�n de los docentes y estudiantes al emplear las herramientas necesarias para mejorar las habilidades competitivas.

Como se indic�, aquellos individuos que se encuentran inmersos en las sociedades ahora m�s que en tiempos anteriores, no aprenden solamente en �mbitos formales educativos sino por medio de entornos, espacios y aplicaciones donde pueden interactuar con diversos est�mulos con un intercambio de informaci�n multicanal y multisensorial (Sevillano Garc�a & V�squez Cano, 2013), todo este planteamiento muestra los cambios que se est�n produciendo en los cimientos del fen�meno educativo, suscitando nuevas formas de sustentar el conocimiento y los diversos procesos que permiten su adquisici�n.

De tal manera, la sociedad del conocimiento se establece como un entorno diferente donde todos sus elementos convergen con la intromisi�n de las tecnolog�as en todos los contextos, tanto gerencial como educativo, lo que trae como resultado, estudiantes con caracter�sticas diferentes a sus profesores, que nacieron en una era llena de tecnolog�a donde ven y perciben el mundo de forma distinta. Ante esta visualizaci�n, (Siemens, 2010) indica que hoy en d�a nace una clasificaci�n de los individuos en dos grupos: los migrantes y los nativos digitales, los nativos son los que han vivido con tecnolog�a, que han crecido con computadoras, simuladores y entornos de tercera dimensi�n; ellos viven y hacen tecnolog�a y as� van aprendiendo, los migrantes que no han crecido en este entorno, deben hacer lo mismo, hacer tecnolog�a para aprender, es decir, cambios de conocimiento desde la pr�ctica.

Por su parte, (Wesh, 2007) explica que en muchos pa�ses a los estudiantes de hoy se les conoce como nativos digitales y a los educadores de hoy como inmigrantes digitales, a su vez afirma que los docentes est�n trabajando con los estudiantes cuyas vidas han estado inmersos en la cultura de los medios del siglo XXI, estos son estudiantes digitales que literalmente, toman el mundo a trav�s del filtro de los dispositivos inform�ticos: los tel�fonos celulares, juegos de dispositivos de mano y ordenadores port�tiles que llevan a todas partes.

En este orden de ideas, la sociedad ha estado inmersa en diversos cambios con tendencia a la globalizaci�n, la utilizaci�n de las TIC, conversi�n de conceptualizaciones de espacio -tiempo, la anchura y rapidez con que se genera la informaci�n y se muestra, logrando as� una din�mica del proceso de aprendizaje en una nueva sociedad sustentada por contenidos y conocimientos proporcionado por la red (Cabero, 2015). De esta manera, la necesidad de comunicar y la b�squeda de nuevas formas de interacci�n que est�n acompa�adas de las tecnolog�as ha estado generando una cultura de conocimiento donde los individuos tienen mas opciones de crear, interpretar y reinterpretar la sociedad.

En este contexto, la sociedad en la actualidad maneja un c�mulo de oportunidades representado en los ecosistemas de conocimiento de la mano de las tecnolog�as, abriendo espacios para recursos humanos diferentes al de las anteriores generaciones, detectando la necesidad de una apropiaci�n de manera descentralizada, con nuevas competencias que permitan la interrelaci�n conjuntamente con el cambio de actitud y perspectiva del desarrollo de las personas y sus relaciones�(Prensky, 2011). Basado en lo expuesto, el nuevo entorno tecnol�gico y social conlleva a experimentar nuevas formas, participar en redes de aprendizaje, an�lisis de indicadores estudiantiles individuales para determinar como mejorar y avanzar, considerar el inter�s por aplicaciones m�viles y virtualidad, rob�tica y otras; la sociedad del conocimiento se expande con la rapidez que emergen los pensamientos facilitando un mejor procesamiento de informaci�n.

En este sentido, como se ha estado describiendo, la docencia es la rama que debe guiar y potenciar el cambio desde la administraci�n, desde el curr�culo y sobre todo emerger en las aulas de clases como impulsor de la producci�n de la nueva sociedad del conocimiento; por ello, se necesitan docentes empoderados y estudiantes nativos digitales. Tal como indica la Fundaci�n para la educaci�n del futuro global (GFE, 2021), para apropiarse de estas nuevas formas de conocimiento se deben considerar los siguientes objetivos:

�  Inventar, crear y promover una educaci�n diferente para los ni�os y j�venes que los prepare para el siglo 21 y todo lo que prosiga a �ste.

�  Educaci�n orientada al futuro: involucra una pr�ctica de flujo constante de transformaciones conscientes con una perspectiva que orienten hacia un futuro educativo real.

�  Educaci�n basada en retos y logros: realizar proyectos asociados al mundo real y contextual del individuo para que sientan que se sumergen en su propio entorno para aprender.

�  Un nuevo curr�culo: elemento de suma importancia con necesidad de cumplimiento, un plan de estudio que se oriente al nuevo conocimiento, el pensamiento eficaz, la acci�n, relaciones y logros en lugar de asignaturas; esto es un cambio profundo que necesita tiempo y verdadera direcci�n.

Como se indica anteriormente, el conocimiento en la actualidad est� dado por una educaci�n que forma individuos para la resoluci�n de problemas del contexto real, actual y futuro; considerando las competencias que necesita en la vida, donde la tecnolog�a se hace m�s din�mica, considerando esto como una necesidad para una persona preparada adecuadamente. De tal forma, la ecolog�a del aprendizaje comprende para la sociedad del conocimiento un modelo educativo interconectado que prevea una educaci�n universal permitiendo m�ltiples escenarios educativos en los que distintos agentes participen seg�n el d�nde se aprende y con quien; de igual manera, perpetuar el aprendizaje en la vida y que siempre se encuentre aprendiendo, es decir formaci�n plena que enfrente a los individuos en situaciones cotidianas donde se apliquen las habilidades b�sicas que se requiere en el siglo 21.

En base a esto, (Coll, 2016) menciona que los individuos se encontrar�n preparados para mantenerse en un continuo proceso de aprendizaje participando abiertamente en distintos entornos con intereses comunes, con una diversidad de formatos de presentaci�n de la informaci�n que se encontrar�n disponibles en su mayor�a desde las tecnolog�as como rutas de acceso al conocimiento y la informaci�n. Aunado a esto, el termino de ecosistema digital se hace presente cuando los elementos que lo constituyen permiten tener una realidad compartida en la que el conocimiento fluya de manera constante desde distintos canales comunicativos, conjuntamente con las interacciones que se generan con los individuos que conforman la sociedad cuyo desarrollo esta sustentado en una construcci�n compartida de conocimiento.

Por otra parte (C�ceres y otros, 2017), mencionan que la influencia de las tecnolog�as desde redes sociales hasta web 2.0 conducen a una participaci�n social y un exceso cognitivo donde los aprendices quieren participar, conocer y aportar; por ello la comunicaci�n se hace masiva generando nuevas organizaciones de puestos de poder y participaci�n, observando autonom�as en grupos, existiendo sin ser una entidad fija, sin un espacio f�sico que los establezcan. En este sentido, las transformaciones manifiestas de concepci�n y organizaci�n demuestran la necesidad de vigilancia y observaci�n detallada que debe darse en la sociedad del conocimiento a aquellos que integran la tecnolog�a a su cotidianidad; es decir, aquellos que se han mantenido interconectados de manera ubicua como un estilo de visa que resulta necesaria y desconocen los limites tecnol�gicos, puesto que son pocos los espacios de conocimiento y sociabilidad que no hayan sido acaparados por la tecnolog�a, cambiando de esta manera las condiciones de los procesos y entornos de los individuos.

De tal manera, emerge la premisa que el conocimiento en la sociedad evoluciona a trav�s de la interacci�n sociocultural en que se desarrolla y converge, como ocurre con los ecosistemas territoriales que se conectan en rede para entregar a los ciudadanos de esa comunidad recursos, oportunidades e instrumentos que les permitan aprender sobre lo que pueden disponer (Coll, 2016).

3.2. Ecosistema, docencia e investigaci�n

Los enfoques ecosist�micos han sido abordados desde distintos campos de conocimiento, desde las teor�a general de sistemas de (Bertalanffy, 1976), pasando por el an�lisis de sistemas en la investigaci�n ecol�gica (Bunge, 1985), con (Bronfenbrenner, 1987) el desarrollo resultante de las interacciones entre los individuos y los elementos del entorno ecol�gico� din�mico en que se encuentran, las dimensiones comunicativas y procesos de negociaci�n, teor�as de curr�culo y la visi�n hologr�fica de la aproximaci�n a la complejidad� de la realidad de (Morin, 1990).

Aunado a esto, como se ha mencionado anteriormente se ha observado la aparici�n de los ecosistemas digitales en el aprendizaje de los individuos que esta dado por la afirmaci�n de que las tecnolog�as web 2.0, aplicaciones, entornos virtuales y dispositivos electr�nicos, ofrecen a la sociedad del conocimiento un abanico de posibilidades donde los aprendices pueden elegir que aprender, cuando y como en concordancia con los tiempos y ritmos que se adapten a ellos, eliminando de esta forma ciertas barreras que pudiesen presentarse (Reyna, 2011)

Todos los ecosistemas mencionados, confrontan la visi�n reduccionista y disciplinar del curr�culo puesto que su intencionalidad esta alejada de objetivos, contenidos, recursos y evaluaciones; esto se debe a que todos los elementos deber�an converger como interacciones y relaciones que son generadas internamente, buscando un enfoque global, local o contextual para dar soluciones a la complejidad educativa y se puedan dar procesos de aprendizaje de calidad (�lvarez-Arregui y otros, 2017)

En este sentido, los ecosistemas se han convertido en la alternativa id�nea para dar respuestas a la sociedad del conocimiento en cuanto a los procesos formativos desde la complejidad, abordando aspectos relevantes sobre la autogesti�n del aprendizaje desde las habilidades individuales, disponiendo de elementos y procesos de aprendizaje flexibles, compartiendo y comunicando sin barreras para enriqueces de esta manera, la incorporaci�n de capital humano a las instituciones y luego a espacios virtuales que den respuestas a las demandas tecnol�gicas actuales.

En este orden de ideas, la docencia y la investigaci�n juega un papel fundamental en los ecosistemas de conocimiento al tener alcances substanciales en una educaci�n de calidad, entendi�ndose su relaci�n como un conjunto integrado de actividades interconectadas (Perdomo, 2011). De tal manera, el perfil competencial del docente universitario est� ligado a estas dos grandes funciones de docencia e investigaci�n, por lo que no puede estar ajeno al escenario donde se dar�n, como se�ala (Glazman, 2003) la premisa entre el vinculo establecido en un ecosistema con docencia e investigaci�n, consiste en crear y compartir el conocimiento.

En este sentido, un investigador construye conocimientos y los docentes surten de mediadores de este conocimiento con los aprendices en el contexto donde interact�en, por ello estas dos funciones integradas generan interacciones positivas. De tal forma, los profesores activos en la investigaci�n son los que dirigen el conocimiento cient�fico, promueven contenido actual y relevante, siendo investigaci�n inmediata y no de segunda mano; al mismo tiempo, de manera reciproca el proceso de ense�anza y aprendizaje influye positivamente en dichas investigaciones, puesto que lo docente pueden conseguir vac�os y obtengan ideas para investigar o las ideas de los aprendices generan nuevos flujos investigativos �(Coate y otros, 2001)

En base a lo mencionado, la docencia-investigaci�n es necesaria en la educaci�n luego de pasar por debates constructivistas del proceso de ense�anza y aprendizaje, all� se mencionaba la b�squeda del conocimiento y su construcci�n; con la inmersi�n de la tecnolog�a como ya se ha mencionado, se hace referencia a la generaci�n del conocimiento producto de la interacci�n de los individuos con diversos est�mulos, en diversos espacios a trav�s de la red y otros sistemas donde se intercambia informaci�n multisensorial (Siemens, 2010). En este contexto, la denominada teor�a conectivista prosigue al constructivismo al plantear sus procesos educativos inmersos u afectados por la tecnolog�a, la sociedad red muestra como la digitalizaci�n altera el fen�meno educativo y demanda fundamentar los cimientos del conocimiento y los procesos para su adquisici�n.

Por otra parte, para (Molina Padr�n, 2010) el punto de vista de ecosistema, docencia e investigaci�n permite entrever tres tipos de enfoques: el primero dado por la investigaci�n para la docencia correspondiendo a las reflexiones que se pueden realizar sobre la actividad docente, su proceso de aprendizaje y el proceso de mediador actualmente; el segundo es la investigaci�n como docencia basada en introducir a los aprendices de todos los niveles la curiosidad por investigar, evitando la pasividad en la reconstrucci�n del conocimiento dando soluci�n a diversas situaciones reales: por su parte, el tercer tipo es la investigaci�n para la producci�n y aplicaci�n del conocimiento, que converge por la posici�n ideol�gica de la mano de m�todos, teor�as� y t�cnicas.

En este sentido, un docente comprometido como investigador de su propia praxis, que promueve un ambiente investigativo desde el aula en cualquier nivel es lo que se necesita para evitar el pensamiento acr�tico y pasivo para lograr el desarrollo de m�ltiples situaciones sociales y acad�micas. As� mismo, en un ecosistema en movimiento el docente debe ver como el verdadero aprendizaje aquel que surge al analizar las situaciones de cuestionamiento, reflexi�n y b�squeda, d las interacciones y los entornos en que se desarrollan.

Finalmente, en una sociedad interconectada en red se hace necesario las maneras como se adquiere la informaci�n, evaluar la virtud de aprender algo es considerado como una meta habilidad que se inicia antes de que se produzca el aprendizaje; por ello cuando el conocimiento no tiene fuentes que lo nutran, el proceso evaluativo es intr�nseco al aprendizaje. Por su parte, cuando el conocimiento tiene m�ltiples escenarios, herramientas, ideas, informaci�n abundante, entonces la evaluaci�n r�pida del conocimiento es lo mas relevante

4. CONCLUSI�N O CONSIDERACIONES FINALES

En la sociedad actual, se esta gestando un flujo de informaci�n diversa, la globalizaci�n cultural, econ�mica, aunado a la capacidad ubicua de la tecnolog�a y el crecimiento de la simbolizaci�n de las diversas maneras de comunicarse, requieren ecosistemas de conocimiento donde la docencia y la investigaci�n converjan en fortalecer las competencias que necesitan los aprendices para manejarse en un mundo colmado de tecnolog�a, donde el preguntarse acerca de las situaciones, indagar en un cumulo de respuesta a velocidad y ritmo acelerado, debe ser el fin �ltimo y el innovar, debe� mantenerse como premisa.

En este sentido, los diversos escenarios que se presentan bajo un eje investigativo docente debe manejar las posibilidades de conexiones, comunicaciones y socializaciones que fragmenten las capacidades cognitivas y destrezas evitando la linealidad, demandando formaci�n fuera de entornos cerrados, llevando a expandir el aprendizaje para todos los momentos la vida, utilizando competencias de autoaprendizaje, responsabilidad , selecci�n y discriminaci�n de informaci�n, de manera que se generen espacios de aprendizaje seg�n los intereses y necesidades de la red.

As� mismo, en los ecosistemas las interacciones no se dan �nicamente entre entidades sino tambi�n con los componentes contextuales, culturales y tecnol�gicos que se a�aden como efecto de cascada para los elementos del ecosistema. De la misma forma, como implicaci�n pedag�gica, los ecosistemas de conocimiento digital en el aprendizaje promueven nuevos esquemas y estructuras, para gestar la autonom�a de los estudiantes analizando su entorno contextual con experiencias significativas para ellos, interactuando con otros aprendices siendo parte de su propio proceso de formaci�n.

Ante los supuestos planteados, debe promoverse llevar a cabo investigaciones en el marco de los ecosistemas de conocimiento considerando las tecnolog�as, docencia e investigaci�n, puesto que son pocos los estudios cos fundamentos emp�ricos cualitativos o cuantitativos que permitan la evaluaci�n de los ecosistemas. En este sentido, se hace importante conocer hasta donde los ecosistemas pueden llegar a la madurez y como se observar� la diversidad que �stos poseen, en beneficio de la investigaci�n y del aprendizaje en s� mismo.

Aunado a lo anterior, para conocer un ecosistema de conocimiento debe cambiarse las representaciones que se tienen sobre el aprendizaje y para esto es necesario conocerlas, es por ello que el docente debe asumirse como investigador de su praxis para de esa manera analizar las experiencias; todo esto, les permitir� replantearse y modificar su hacer, es la manera de mantener interconectada la red de conocimiento y de reconocer dichas conexiones.

Finalmente, reiterando las palabras del autor del conectivismo �el cambio fuerza el cambio�, sumergido en un mundo de tecnolog�a es natural que se predisponga a la falta de proceso investigativo en la educaci�n, sin embargo, con docentes que promuevan la investigaci�n considerando la tecnolog�a podr�a considerarse el flujo perfecto del conocimiento; puesto que el cambio requiere valor, impulsarlo en un proceso que a�n falta por recorrer.

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