DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2267
Estudio documental de las competencias profesionales docentes en educación superior mediante la cartografía conceptual
Dayam Guerrero-Pulido
dayam.guerrero@tectijuna.edu.mx
Paula Flora Aniceto-Vargas
Centro Universitario CIFE
Morelos, México
RESUMEN
En el presente artículo, se analizó el concepto de competencias profesionales docentes en educación superior, en donde se resaltó las competencias predominantes y las necesarias que favorezcan la profesionalización docente. El método de investigación empleado fue un análisis documental en donde se recopiló información de artículos científicos y libros, se analizaron a través de la estrategia cartografía conceptual, desarrollando los ocho ejes que la caracterizan. Los resultados indican que el docente debe poseer capacidades intelectuales, inter e intrapersonales y sociales que le permitan un desempeño satisfactorio en su práctica profesional. Se concluyó que las competencias principales que los docentes deben dominar en su desempeño profesional son: la planificación, comunicación, evaluación, tutorizar, formación continua y la enseñanza significativa del conocimiento.
Palabras clave: cartografía conceptual; competencia del docente; competencia profesional; educación superior.
Correspondencia: dayam.guerrero@tectijuna.edu.mx
Artículo recibido: 20 abril 2022. Aceptado para publicación: 05 mayo 2022.
Conflictos de Interés: Ninguna que declarar
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Como citar: Guerrero-Pulido, D., & Aniceto-Vargas, P. F. (2022). Estudio documental de las competencias profesionales docentes en educación superior mediante la cartografía conceptual. Científica Multidisciplinar, 6(3), 947-970. DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2267
Documentary study of professional teaching competencies in higher education through by conceptual cartography
ABSTRACT
In this article, the concept of professional teaching competencies in higher education was analyzed, where the predominant competencies and those necessary that favor teacher professionalization were highlighted. The research method used was a documentary analysis where information was collected from scientific articles and books, they were analyzed through the conceptual mapping strategy developing the eight axes that characterize it. The results indicate that the teacher must have intellectual, inter and intrapersonal and social capacities that allow them to perform satisfactorily in their professional practice. It was concluded that the main competences that teachers must possess in their professional performance are: planning, communication, evaluation, tutoring, continuous training and meaningful teaching of knowledge.
Keywords: conceptual cartography; teacher competence; professional competence; higher education.
En las instituciones de nivel superior, existe una preocupación latente por identificar cómo los docentes aprenden a enseñar. Para Gamboa (2017) esta preocupación, tiene su razón de ser, debido a los cambios en el mundo de la educación, especialmente a partir de la llamada era de la sociedad de la información y el conocimiento, que exigen a las universidades nuevos retos relacionados con la enseñanza, cuyo proceso es liderado por el profesor, por lo que su actuación resulta fundamental a la hora de favorecer o no, las transformaciones para la mejora de su práctica en el aula.
Se espera que el profesorado, más que transmitir abundante información, promueva el desarrollo de competencias como garantía para que los estudiantes puedan seguir aprendiendo a lo largo de su vida y se desempeñen de manera pertinente y satisfactoria en un mundo cambiante y complejo. De ahí, la necesidad de definir un nuevo perfil docente que garantice un desempeño profesional eficiente, eficaz y satisfactorio.
Zabalza (2003) considera que las vivencias, sentimientos y expectativas con las que el docente desarrolla su trabajo tienen impacto en la calidad de la enseñanza, debido a que la capacidad de influencia en los estudiantes se deriva precisamente de la personalidad, forma de presentarse y de las modalidades de relación con ellos.
Existen supuestos que indican que enseñar se aprende a través de la experiencia y del bagaje procedente de la observación de otros profesores; que enseñar es una cuestión individual, de cada profesor; aspectos que hacen que no se perciba aún con mayor fuerza, como realmente necesaria otra formación adicional a la que fue obtenida a nivel disciplinar. Estos aspectos se deben considerar a la hora de realizar el análisis sobre lo que se entiende del conocimiento profesional y en todo caso, consistente con la naturaleza práctica de la enseñanza universitaria, considerando la dificultad que conlleva el trazar una nítida distinción, entre conocimiento personal y profesional, ya que ambos residen en la misma persona y se evidencian en la actividad de enseñanza. (Gamboa 2017).
Desde la perspectiva de González (2008) una competencia incluye una serie de cualidades personales, una caracterización de las funciones y tareas en las que se pondrán en acción cualidades y una serie de condiciones de realización. La persona competente se conoce a sí misma, conoce las funciones que tiene que cumplir y las condiciones en las que debe hacerlo en cada caso, y regula el proceso de cumplimiento de sus funciones.
Las competencias profesionales del profesorado universitario se pueden definir como el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para realizar una docencia de calidad. Esto es, lo que han de saber y saber hacer los profesores/as para abordar de forma satisfactoria los problemas que la enseñanza les plantea. Para el desarrollo de estas competencias será necesario que el profesorado reflexione y que en la medida de lo posible, se implique en la construcción del cuerpo de conocimientos para poder afrontar con eficacia y calidad el tratamiento de los problemas del aula (Bozu, 2009).
La carencia de un perfil basado en competencias que se espera posean los docentes de educación superior, dificulta la creación óptima de programas de capacitación del personal docente basados en la socioformación. Para Prado (2018) este concepto significa un desarrollo integral de las personas en distintos ámbitos desde el pensamiento complejo, a través de proyectos socioformativos, con una visión ética, de reflexión constante y el apoyo de las tecnologías de la información para sentar las bases de una sociedad del conocimiento. También menciona que la socioformación se diferencia de otros modelos por su carácter de aplicación en la realidad, abordando problemas del contexto dado que es un enfoque aplicable en una institución educativa, una empresa, ámbitos comunitarios y que abordan problemáticas de acuerdo a su naturaleza.
La mayoría de las investigaciones se centran en el proceso de enseñanza- aprendizaje, dejando a un lado los perfiles de los facilitadores del proceso. Torres (2014) menciona que, en el marco de la globalización y la expansión acelerada de la innovación científica y tecnológica, la naturaleza de la educación se ha transformado, por lo tanto, el papel de los docentes también debe de cambiar. De estos cambios se deriva la necesidad de identificar las nuevas competencias que los docentes deben poseer y de estas necesidades se debe buscar el medio para lograr una capacitación adecuada.
Tobón (2017) hace mención que desde la socioformación se proponen estrategias concretas para orientar a las personas y organizaciones en el proceso de transformación hacia el conocimiento, que se caracterizan por la metacognición, la aplicación de los principios del pensamiento complejo, el trabajo en comunidad, la resolución de problemas y la co-construcción de los saberes para afrontar los retos del entorno.
Una de estas estrategias socioformativas es la cartografía conceptual, que de acuerdo a Tobón (2012) consiste en gestionar información y construir conocimiento entorno a un concepto o teoría altamente relevante siguiendo ocho ejes como mínimo y se aplica haciendo un análisis detallado de un concepto o teoría, considerando tanto los saberes previos como los referentes teóricos más actuales en el área. Tal como lo indica Vivas (2010) permite representar información estructurada por categorías y permite tener una visión global del estado de los conocimientos y una visión particular de la posición de cada componente en relación a los otros y a sus enlaces, en consecuencia, desarrolla competencias cognitivas, facilitando el aprendizaje y la adaptación a nuevos contextos.
De acuerdo con la información anterior, el presente estudio tiene como propósito analizar el concepto de competencias profesionales docentes en educación superior, para ello se tienen las siguientes metas:
1. Recopilar información teórica de fuentes confiables relacionadas con los temas competencias, docentes de educación superior y cartografía conceptual.
2. Realizar una cartografía conceptual de las competencias profesionales docentes que permitan organizar y asimilar la información recopilada.
3. Identificar con la información recopilada las competencias profesionales docentes que deben predominar en el profesorado de educación superior.
2. ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS O MATERIALES Y MÉTODOS
Tipo de estudio
El presente estudio es un análisis documental porque consiste en la búsqueda de información en determinadas fuentes para resolver un determinado problema a partir de una serie de criterios, la organización de esta información por categorías y el análisis de los aspectos positivos y negativos de lo que se encuentra (Tobón, 2018). Este tipo de análisis contribuye a acortar la distancia entre las fuentes de información cada vez más abundantes y la limitada capacidad humana para aprovechar estos contenidos (Peña, 2007).
Técnica de análisis
El estudio documental se realizó aplicando la estrategia de cartografía conceptual que consiste en la búsqueda y análisis de la información para comprender o construir un concepto, teoría o metodología, mediante ocho ejes esenciales: noción, categorización, caracterización, diferenciación, división, vinculación, metodología y ejemplificación (Tobón, 2017).
El proceso de trabajo con la cartografía conceptual implica revisar primero los saberes previos frente al concepto o teoría, tratando de responder las preguntas planteadas. A partir de esto se inicia un trabajo colaborativo de indagación, análisis y respuesta a cada pregunta; después se elabora el mapa de la cartografía Conceptual, indicando el concepto en el centro, seguido de esto se responden las preguntas clave de cada eje (Tobón, 2013). En la tabla 1 se presentan las preguntas claves a considerar para analizar el concepto de competencias profesionales docentes desde la cartografía:
Tabla 1.
Ejes de la cartografía conceptual
Categoría |
Pregunta clave |
1.Noción |
¿Cuál es la etimología de las competencias profesionales docentes, su desarrollo histórico y su definición actual desde la socioformación? |
2.Categorización |
¿A qué categoría o clase superior pertenecen las competencias profesionales docentes? |
3. Caracterización |
¿Cuáles son las características centrales de las competencias profesionales docentes? |
4. Diferenciación |
¿De cuáles otros conceptos cercanos y que estén dentro de la misma categoría se diferencian las competencias profesionales docentes? |
5.Subdivisión |
¿En qué subclases o tipos se clasifican las competencias profesionales docentes? |
6.Vinculación |
¿Con que se vinculan las competencias profesionales docentes con determinadas teorías, procesos sociales-culturales o referentes epistemológicos que están por fuera de esta categoría? |
7. Metodología |
¿Cuál es la metodología esencial de aplicación de las competencias profesionales docentes? Describir los pasos y acciones para aplicarlas? |
8. Ejemplificación |
¿Cuál podría ser un ejemplo relevante y pertinente de aplicación de las competencias profesionales docentes? |
Elaboración propia con datos de Tobón (2014)
Para el análisis de la información documental con base en las categorías de la cartografía conceptual, se inició con la búsqueda a través de Google Académico y libros con palabras clave: Cartografía conceptual, competencia del docente, competencia profesional, educación superior. Se continuó con la comparación y selección de las aportaciones de los autores que dieran respuesta a las interrogantes que son necesarias para abordar un constructo desde la cartografía conceptual y por último se desarrollaron los ocho ejes de la cartografía con la información seleccionada.
3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
A continuación se desarrolla cada uno de los ejes de la cartografía conceptual desde el concepto de competencias profesionales docentes:
§ Noción ¿Cuál es la etimología de las competencias profesionales docentes, su desarrollo histórico y su definición actual desde la socioformación?
El Diccionario de la Real academia Española (RAE, 2021) define los conceptos:
Competencia: Del lat. competentia; cf. competente; Pericia, aptitud o idoneidad para hacer algo o intervenir en un asunto determinado.
Profesional: relativo a la profesión, del lat. professio, -ōnis, significa empleo, facultad u oficio que alguien ejerce y por el que percibe una retribución.
Docente: Del lat. docens, -entis, part. pres. act. de docēre 'enseñar'; que enseña o relativo a la enseñanza, es decir instruir o guiar para obrar en lo sucesivo.
Derivado de esto, se puede definir las competencias profesionales docentes como las aptitudes ejercidas que posibilitan la enseñanza.
Para Tobón (2008) las competencias son un enfoque para la educación y no un modelo pedagógico, pues no pretenden ser una representación ideal de todo el proceso educativo, determinando cómo debe ser el tipo de persona a formar, el proceso instructivo, el proceso desarrollador, la concepción curricular, la concepción didáctica, la concepción epistemológica y el tipo de estrategias didácticas a implementar. Al contrario, las competencias son un enfoque porque sólo se focalizan en unos determinados aspectos conceptuales y metodológicos de la educación y la gestión del talento humano.
Al respecto, en México el enfoque por competencias está presente en todos los niveles educativos, de tal forma que es considerado como una propuesta pedagógica importante para el cambio de las instituciones escolares en la sociedad del conocimiento, así como un medio para lograr una formación integral, con equidad y para toda la vida (Zabala, 2008).
García (2008) menciona que las competencias profesionales pueden ser un conjunto identificable y evaluable de capacidades (conocimientos, habilidades y actitudes) que permiten desempeños satisfactorios en situaciones reales de la práctica profesional, de acuerdo con los estándares vigentes. Tanto en las competencias profesionales como en las laborales, se distinguen las genéricas (generales o “transversales”), que son las comunes a todas las profesiones u ocupaciones y constituyen en su conjunto el perfil profesional de un egresado. Por su parte, las competencias específicas o particulares son las que distinguen a cada una de las profesiones u ocupaciones del resto.
Según Barrón (2009 p.)
“La competencia profesional del docente, entendida más como una competencia intelectual, trasciende el sentido puramente técnico del recurso didáctico. Las competencias docentes se caracterizan por ser complejas: combinan habilidades, principios y conciencia del sentido y de las consecuencias de las prácticas pedagógicas; así como una reflexión y análisis sobre los contextos que las condicionan y que van más allá del aula”
Los docentes deben seguir principios éticos relacionados a calidad, justicia, respeto mutuo, honestidad, e integración de la diversidad, así como demostrar un comportamiento coherente y consistente a través del tiempo con estos valores. Adicionalmente, la motivación del docente por la enseñanza fue frecuentemente enfatizado, lo que les permite involucrarse en el proceso, invertir tiempo y esfuerzo en sus estudiantes, y transmitir a estos la pasión por el área o disciplina particular que enseñan (Villaroel, 2017). De esta concepción se pueden derivar las competencias específicas o pedagógicas de los docentes de educación superior.
§ Categorización ¿A qué categoría o clase superior pertenecen las competencias profesionales docentes?
Para comprender las competencias profesionales docentes es importante distinguir la procedencia de las mismas. Tobón (2013) hace mención que las competencias proceden de la gestión del talento humano, el cual consiste en el proceso por medio del cual se busca el desarrollo armónico de las diferentes potencialidades de la persona, acorde con unas necesidades vitales de crecimiento y metas, con el fin de tener una plena calidad de vida, considerando los retos y posibilidades del contexto familiar, social, económico, político, ambiental y jurídico en el cual se vive.
Se considera que el concepto de competencia docente se encuentra dentro del área de estudio de la didáctica, que se puede definir como el estudio y reflexión sobre la enseñanza, tanto en los aspectos relativos al “qué enseñar”, como a los de “por qué”, “para qué” y “cómo enseñar”. Actualmente la educación ha tenido diversos cambios en la forma de cómo enseñar y transmitir el conocimiento; es por ello que se plantean diseños curriculares para fortalecer las competencias básicas, por lo cual se aplican procesos que deben contar de diferentes estructuras diseñadas para el aprendizaje como herramientas que tengan la finalidad de destacar el desarrollo de habilidades, destrezas y actitudes (Gómez, 2017).
Para Gómez (20l5) la competencia profesional alude directamente a las capacidades y habilidades de una persona que son necesarias de desarrollar a través de la formación, es decir, el grado de utilización de los conocimientos y el buen juicio asociados con la profesión en todas las situaciones que se pueden enfrentar en el ejercicio de la práctica profesional.
§ Caracterización ¿Cuáles son las características centrales de las competencias profesionales docentes?
Cada competencia exige una cantidad variada de desempeños que pueden ser específicos y globales, que definen tareas concretas que están incluidas en una competencia global (Barrón, 2009). El docente que desarrolla su tarea profesional en un contexto complejo, cambiante y multicultural como el actual, necesita dominar los conocimientos propios de esa realidad contextual. Éstos deben abarcar ámbitos tan dispares como conocimientos del trabajo y sus formas organizativas, de los agentes sociales, de la movilidad laboral, de la incidencia de la globalización en los procesos de formación, de los procesos migratorios y sus repercusiones sociolaborales y socioculturales, del desarrollo tecnológico y científico o las investigaciones realizadas en otros contextos (Torelló, 2016).
Galvis (2007) distinguió cuatro competencias del docente universitario, las que llamó: intelectuales, inter e intrapersonales, sociales y profesionales.
Las competencias intelectuales se vinculan al ‘’conocer’’, cómo dominar conceptos y teorías actualizadas sobre las disciplinas educativas y de su especialidad, poseer una cultura general propia de la educación superior y conocer técnicas de recolección de información. Las competencias inter e intrapersonales se relacionan con el ‘’ser’’, como son, la apertura hacia las nuevas experiencias, la responsabilidad de sus acciones, la habilidad de adaptarse a los cambios, y de mostrar consistencia.
Las competencias sociales están asociadas con la habilidad de ‘’convivir con otros’’, lo que implica practicar la tolerancia, establecer relaciones de diálogo a nivel interpersonal e institucional, y respetar el pensamiento divergente. Finalmente están las competencias profesionales que se relacionan con el ‘’hacer’’, como son, el planificar y evaluar situaciones de aprendizaje significativo, manejar técnicas de trabajo grupal, y aplicar metodologías de evaluación activas que promuevan el aprendizaje.
§ Diferenciación ¿De cuáles otros conceptos cercanos y que estén dentro de la misma categoría se diferencian las competencias profesionales docentes?
Hay diversos enfoques para abordar las competencias debido a las múltiples fuentes, perspectivas y epistemologías que han estado implicadas en el desarrollo de este concepto, así como en su aplicación tanto en la educación como en las organizaciones.
Se diferencian las competencias docentes con las prácticas pedagógicas. Las primeras se conciben como conjuntos de actitudes, conocimientos y habilidades que poseen los docentes para promover el aprendizaje en los alumnos, articulan diferentes saberes, se desarrollan a partir del aprendizaje y se evalúan mediante evidencias. Las prácticas pedagógicas, por su parte, difieren en que no son exclusivas de los docentes, sino que las implementan diversos actores (docentes, alumnos, padres, directores, supervisores, formadores de formadores, trascienden el contexto escolar y se presentan en los diversos entornos sociales, enfatizan en las acciones concretas para promover su formación y no abordan las planeaciones curriculares (Tobón, 2018).
Distinguir las competencias docentes de las competencias básicas como un enfoque formativo nos lleva a tomar en cuenta las siguientes características: a) articulación sistémica y tejido de las actitudes, los conocimientos y las habilidades procedimentales; b) actuación ante el análisis y resolución de problemas; y c) referencia a la idoneidad en el actuar (Tobón, García, et al., 2006). Basando esto en un punto referente desde el aprendiz y no desde el educador.
Por lo que la definición más acertada y de fuerte impresión para la transformación de la educación con base en una política de calidad, es la proporcionada por Tobón (2010), quien plantea que las competencias son “actuaciones integrales ante problemas del contexto externo con idoneidad y compromiso ético”. En este sentido, las competencias básicas son actuaciones esenciales para resolver problemas de la vida personal, de la sociedad y del contexto en diferentes áreas (Tejada, 2006).
§ Subdivisión ¿En qué subclases o tipos se clasifican las competencias profesionales docentes?
Zabalza (2003) en su libro “Competencias docentes del profesorado universitario” señala 10 competencias que todo docente universitario debe poseer:
1. Planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje. -Significa tomar en consideración las determinaciones legales, los contenidos básicos de la disciplina, el marco curricular en que se ubica la disciplina, la visión de la disciplina y de su didáctica y las características de los alumnos.
2. Seleccionar y preparar los contenidos disciplinares.
Significa escoger los contenidos más importantes del ámbito disciplinar, acomodarlos a las necesidades formativas de los estudiantes, adecuarlos a las condiciones de tiempo y de los recursos con los que se cuentan y organizarlos de tal manera que sean accesibles para los estudiantes y que les abran las puertas a aprendizajes post-universitarios.
3. Ofrecer informaciones y explicaciones comprensibles y bien organizadas (competencia comunicativa).
Esto tiene como interpretación que el docente sabe explicar bien su materia desde una competencia profesional que tiene que ver con la capacidad para gestionar didácticamente la información y/o las destrezas que pretende transmitir a sus estudiantes.
4. Manejo de las nuevas tecnologías.
Las fuentes de información y los mecanismos para distribuirlas se han informatizado y resulta difícil poder conseguir un proceso didáctico en la universidad sin considerar esta competencia docente. La incorporación de las nuevas tecnologías debería constituir una nueva oportunidad para transportar la docencia universitaria, para hacer posibles nuevas modalidades de enseñanza- aprendizaje, sobre todo la enseñanza a distancia o semipresencial, pero requieren igualmente de nuevas competencias en profesores y alumnos para que resulten exitosas.
5. Diseñar la metodología y organizar las actividades.
Toma de decisiones de los profesores para gestionar el desarrollo de las actividades docentes.
Organización de los espacios. Otorgar una gran importancia a las condiciones ambientales en que se desarrolla la interacción didáctica. La variedad de los espacios tiene que ver también con la diversidad de actividades que se puedan realizar en ellos. La aparición de diferentes escenarios para llevar a cabo el aprendizaje ha sido una bendición para la didáctica universitaria.
6. Comunicarse- Relacionarse con los alumnos.
Uno de los componentes básicos de la enseñanza es el encuentro. Y es justamente ese encuentro la condición que define buena parte de su sentido formativo. En un encuentro que favorezca el reforzamiento de lo aprendido y construido en el contexto en el que se desenvuelve el alumnado.
Lo que implica mantenerse en constante actualización de temas culturales, educativos, de tecnología, etc.
7. Tutorizar
La tutoría ha pasado a formar parte de la idea generalizada de que enseñar no es sólo explicar unos contenidos, sino dirigir el proceso de formación de los alumnos. La función de la tutoría consiste en orientar a los estudiantes con problemas específicos o en situaciones irregulares, sobre todo en aquellas carreras en que los estudiantes no acuden a clase con frecuencia.
8. Evaluar.
La evaluación juega una función de auto afirmación y de arma profesional. La evaluación es una parte sustantiva y necesaria del proceso formativo puede parecer una obviedad. La evaluación constituye un mecanismo necesario para constatar que los estudiantes poseen las competencias básicas precisas para el correcto ejercicio de la profesión que aspiran a ejercer.
9. Reflexionar e investigar sobre la enseñanza.
Análisis de la propia docencia: reflexionar sobre la docencia (en el sentido de analizar documentalmente el proceso de enseñanza- aprendizaje desarrollado), investigar sobre la docencia (someter a análisis controlados los distintos factores que afectan a la didáctica universitaria en cada uno de los ámbitos científicos), publicar sobre la docencia (presentar dossieres e informes sobre las distintas cuestiones relacionadas con la enseñanza universitaria).
10. Identificarse con la institución y trabajar en equipo.
Saber y querer trabajar juntos en un contexto institucional determinado y trabajo cooperativo como una cualidad moral. Lo importante es que cada profesor esté en condiciones de equilibrar sus cualidades personales y su pertenencia a un grupo que desarrolla un proyecto, que para ser eficaz precisa estar bien integrado.
Por su parte, Pimienta (2012) en su libro “Las competencias de la docencia universitaria” menciona que las competencias que enuncia Perrenoud (2004) se pueden aplicar a los docentes de educación superior:
1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje. Conocer los contenidos que hay que enseñar y su traducción en objetivos de aprendizaje, así como planificar dispositivos, secuencias didácticas y trabajar a partir de los errores y de los obstáculos en el aprendizaje.
2. Gestionar la progresión de los aprendizajes. Adquirir una visión longitudinal de los objetivos de la enseñanza, observar, evaluar a los alumnos en situaciones de aprendizaje, según un enfoque formativo y establecer controles periódicos de competencias y tomar decisiones de progresión
3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación. Extender las clases a un espacio más amplio, desarrollar la cooperación entre alumnos y algunas formas simples de enseñanza mutua y trabajar con alumnos con grandes dificultades.
4. Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo.
5. Trabajar en equipo. Confrontar y analizar conjuntamente situaciones complejas, prácticas y problemas profesionales, haciendo frente a conflictos interpersonales.
6. Participar en la gestión de la escuela. Organizar, administrar, elaborar o coordinar la participación de los alumnos en proyectos institucionales.
7. Informar e implicar a los padres (aunque esto puede tener menor importancia en la educación superior). Fomentar reuniones informativas
8. Utilizar las nuevas tecnologías. Explotar los potenciales didácticos y digitales de los programas en relación con los objetivos de la enseñanza.
9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión. Participar en la aplicación de reglas de vida en común referentes a la disciplina en la escuela, las sanciones y la apreciación de la conducta y desarrollar el sentido de la responsabilidad, la solidaridad y el sentimiento de justicia.
10. Organizar la propia formación continua. Establecer un balance de competencias y un programa personal de formación continua propios, así como negociar proyectos de formación común con los compañeros.
Mas-Torelló (2011) creó otra clasificación de competencias que debe poseer el profesor de educación superior es propuesta por:
1. Diseñar la guía docente de acuerdo con las necesidades, el contexto y el perfil profesional, todo ello en coordinación con otros profesionales.
El conocimiento y la consideración del contexto tienen repercusiones directas en la formación, de lo contrario, difícilmente el docente tendrá elementos para organizar y diseñar estrategias metodológicas que tengan como referente las problemáticas actuales relacionadas con el entorno y con la práctica profesional del alumno, viéndose del mismo modo afectada negativamente, por este desconocimiento y falta de referentes, su capacidad de reflexión sobre la práctica profesional.
2. Desarrollar el proceso de enseñanza aprendizaje propiciando oportunidades de aprendizaje tanto individual como grupal. El docente se convierte en una figura mediadora, facilitadora, orientadora, asesora, motivadora, del citado proceso de aprendizaje, es imprescindible que posean habilidades comunicativas y estén capacitados para gestionar grupos, favorecer dinámicas participativas, motivar y fomentar la interrelación de los alumnos, desarrollar y potenciar los procesos de reflexión y crítica en sus estudiantes, y para generar un ambiente de trabajo colaborativo, de respeto e implicación.
3) Tutorizar el proceso de aprendizaje del alumno propiciando acciones que le permitan una mayor autonomía. Resaltar la importancia del trabajo autónomo por parte de los alumnos y la responsabilidad que tienen éstos en la construcción de su propio conocimiento y en la conducción de su aprendizaje nos lleva, incuestionablemente, a la necesidad de guiar, orientar y estimular dicho proceso.
4) Evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje. La competencia se centra en la selección y validación de los instrumentos más adecuados para cada situación, la elección de las variables e indicadores que definan mejor los aspectos escogidos del objeto a evaluar, la metodología y referentes utilizados o en qué momentos y con qué finalidad se llevará a cabo dicha evaluación.
5) Contribuir activamente a la mejora de la calidad de la docencia.
El docente tendrá que desarrollar actitudes de apertura al cambio, de flexibilidad, de reflexión, de crítica y evaluación constante para introducir las innovaciones pertinentes, ya que únicamente la investigación y la reflexión continua garantizan una innovación que dé respuestas y se adecue a las necesidades del contexto.
6. Participar activamente en la dinámica académico organizativa de la institución (Universidad, Facultad, Área, Departamento, titulaciones...)
El profesor universitario en ejercicio de la función docente debe participar activamente en los diversos grupos de trabajo, comisiones o reuniones que tengan como finalidad coordinar las programaciones de las diferentes asignaturas pertenecientes a un área de conocimiento, departamento, titulación, etcétera y, paralelamente, participar y promover el desarrollo de jornadas, seminarios o mesas redondas que completen su propia formación y la de sus alumnos. (Adaptado de Mas-Torelló, 2016)
Tabla 2
Listado de competencias profesionales del docente de educación superior
Miguel Zabalza (2003) |
Philippe Perrenoud (2004) |
Oscar Mas-Torelló (2011) |
1. Planificar el proceso de enseñanza-aprendizaje. |
1. Organizar y animar situaciones de aprendizaje. |
1.Diseñar la guía docente de acuerdo con las necesidades, el contexto y el perfil profesional, todo ello en coordinación con otros profesionales. |
2. Seleccionar y preparar los contenidos disciplinares. |
2. Gestionar la progresión de los aprendizajes |
2.Desarrollar el proceso de enseñanza aprendizaje propiciando oportunidades de aprendizaje tanto individual como grupal |
3. Ofrecer informaciones y explicaciones comprensibles y bien organizadas (competencia comunicativa). |
3. Elaborar y hacer evolucionar dispositivos de diferenciación. |
3.Tutorizar el proceso de aprendizaje del alumno propiciando acciones que le permitan una mayor autonomía |
4. Manejo de las nuevas tecnologías |
4. Implicar a los alumnos en sus aprendizajes y en su trabajo. |
4. Evaluar el proceso de enseñanza-aprendizaje. |
5. Diseñar la metodología y organizar las actividades. |
5. Trabajar en equipo. |
5.Contribuir activamente a la mejora de la calidad de la docencia. |
6. Comunicarse- Relacionarse con los alumnos. |
6. Participar en la gestión de la escuela |
6. Participar activamente en la dinámica académico organizativa de la institución |
7. Tutorizar |
7.Informar e implicar a los padres |
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8. Evaluar |
8.Utilizar las nuevas tecnologías. |
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9. Reflexionar e investigar sobre la enseñanza. |
9. Afrontar los deberes y los dilemas éticos de la profesión |
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10. Identificarse con la institución y trabajar en equipo. |
10. Organizar la propia formación continua. |
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Elaboración propia. fuentes
§ Vinculación ¿Con qué se vinculan las competencias profesionales docentes con determinadas teorías, procesos sociales-culturales o referentes epistemológicos que están por fuera de esta categoría?
Uno de los vínculos de las competencias profesionales docentes son los procesos de formación y se traduce en el desarrollo de la práctica docente en el aula, lugar donde se articulan los procesos de enseñanza y aprendizaje. En este sentido, Salazar (2018) indica que el proceso actual de formación, es decir, la socioformación surge como una nueva perspectiva que orienta a la formación integral de los ciudadanos, a partir de la solución a problemas de contexto; esto se lleva a cabo en un marco de trabajo colaborativo, en el que se refleje la interacción en la construcción de los conocimientos, es decir, que el individuo trascienda en los saberes cognitivos, afectivos y conductuales.
También se puede realizar una vinculación directa con la calidad educativa, la cual Martínez (2016) la describe como la optimización de los recursos con que cuenta la institución para que los alumnos puedan construir aprendizajes, desarrollar habilidades y valores, que les permita seguir aprendiendo fuera de la escuela, así como resolver las diferentes problemáticas a que se enfrenten aceptadas sus consecuencias, es decir el participar activamente en una sociedad democrática y global. Por tal motivo es importante que la administración tome más en cuenta las opiniones de los docentes para poder conocer y valorar el estado de la formación de los mismos, ya que en ocasiones los intereses y demandas del profesorado no se corresponden con lo que los centros de formación ofertan (Iglesias, 2018).
La didáctica y el currículo son también elementos importantes a vincular con las competencias profesionales docentes, Tobón (2013) lo afirma que el papel de la didáctica consistirá en hacer que la adquisición de conocimientos para resolver un conjunto de problemas presentes en el sistema social sea más efectiva, eficaz y eficiente y el currículo por su parte, buscará implementar estrategias que faciliten esta asimilación de información basado en aspectos esenciales tales como la autorreflexión, la autocrítica, la contextualización del saber, la multidimensionalidad de la realidad, la comprensión de aquello que se quiere conocer e intervenir, y el afrontamiento estratégico de la incertidumbre.
§ Metodología ¿Cuál es la metodología esencial de aplicación de las competencias profesionales docentes? Describir los pasos y acciones para aplicarlas.
Montoya (2017) menciona que el docente debe asumir su superación profesional como parte misma de su quehacer laboral y reconocer que los cambios son de una rapidez tal y de una evolución constante que precisan atenderlos. Sin embargo, para ello también precisa del análisis continuo de la práctica educativa, de su reinterpretación como un todo que necesita ser organizado, armónico y del acomodo a las nuevas exigencias no solo del entorno laboral, sino también de los contextos donde se origina y desenvuelve el proceso formativo: social, institucional, grupal, y encontrar mejores vías en cooperación con otros, de forma que docentes, estudiantes, teoría, práctica y contextos profesionales se integren y se complementen.
Pasos metodológicos para el desarrollo de competencias (Adaptado de Aguiar, 2018):
§ Primero: partir del diagnóstico para establecer las competencias que se necesitan formar.
§ Segundo: diseñar las acciones de formación pedagógica continua teniendo determinados las competencias, las unidades de competencias y los elementos de competencias a formar.
§ Tercero: para formar la competencia debe partirse de un problema desde el desempeño profesional, para que en su proceso de solución se forme la competencia (unidad competencia-desempeño).
§ Cuarto: trabajar las acciones de formación diseñadas de manera interrelacionada y promover el trabajo metodológico, superación y posgrado, investigación y extensión; desde estos, contribuir a la formación de una competencia. En la sistematicidad y diversidad de actividades es que ella se forma.
§ Quinto: evaluar las evidencias de desempeño para comprobar la formación de la competencia.
Ejemplificación ¿Cuál podría ser un ejemplo relevante y pertinente de aplicación de las competencias profesionales docentes?
El docente como orientador ha de ser capaz de diseñar situaciones de aprendizaje que potencien en el estudiante la construcción autónoma y responsable de conocimientos, valores y habilidades profesionales en un ambiente de participación y diálogo. Para ello, el docente ha de generar competencias didácticas, motivación y compromiso profesional que le permitan desarrollar sus clases a través de metodologías participativas de enseñanza que posibiliten vincular la teoría con la práctica profesional en un contexto de diálogo, con el empleo de métodos y técnicas de evaluación que centren la atención en el estudiante como sujeto de aprendizaje. García (2018) menciona que existen factores condicionantes para el desarrollo y aplicación de las competencias como son la formación previa, la experiencia docente, la categoría profesional, los estudios y el tipo de asignatura en el que se ejerce la docencia.
4. CONCLUSIÓN O CONSIDERACIONES FINALES
El estudio de las competencias profesionales del docente de educación superior se orienta en el conocimiento de aquellos aspectos del desempeño profesional en los que el profesorado presenta insuficiencias o considera irrelevante para acometer su labor diaria y que por tanto han de constituir el centro de atención en los programas de formación docente. Reiban (2018) identifica que es insuficiente la teorización coherente y acuerdo entre autores, sobre los aspectos que caracterizan la competencia profesional y su estructura y los elementos que la integran en el docente de la Educación Superior, esto significa que se tiene mucha información al respecto, pero difiere bastante por autores, lo que dificulta crear un perfil generalizado de las competencias profesionales que debe poseer un docente.
Este documento permitió identificar las competencias profesionales básicas que deben dominar los docentes de educación superior, entre las cuales destacan la planificación, la comunicación, evaluación, tutorizar, formación continua y la participación de las instituciones en sus procesos de capacitación e innovación. Ante esto Esteban (2012) coincide en la necesidad de procesos formativos que favorezcan la profesionalización docente para enaltecerla y rescatarla de la vieja idea que la vincula al mero vocacionalismo o amateurismo.
Después de investigar sobre el tema, Nova (2011) creó una definición del docente profesional competente que encaja perfectamente en los análisis planteados en este documento:
“Un profesor profesional competente, debe ser capaz de transferir y adaptar, en el marco de su desempeño laboral, uno o varios esquemas de actividad a diversas situaciones o problemas que se le presentan, ya que la competencia no es tanto una característica del trabajo en sí, sino de quienes lo ejecutan bien. Por esto, las competencias no se adquieren en una etapa de formación inicial y se aplican sin más, sino que se crean y se recrean continuamente en la práctica profesional, y además de todo lo anterior, contienen un fuerte componente reflexivo y ético relacionado con la ejecución profesional a la que se vincula.”
Más que un instructor, el docente debe convertirse en un mediador que genere ambientes de formación flexibles, dinámicos, retadores y estimulantes centrados en la resolución de problemas del contexto real, para que los estudiantes puedan lograr la formación integral y desarrollar las competencias con sostenibilidad. Específicamente, el docente debe fortalecer su rol como acompañante, asesor y apoyo continuo; buscando que los estudiantes resuelvan los problemas articulando saberes de varias disciplinas (Para, 2015).
El profesorado necesita conocer y reconocer las competencias docentes que posee, para así poder generar una nueva necesidad de solución manifestada en su problematización contextual, solución que dará origen a nuevos conocimientos y nuevas situaciones profesionales, en un proceso de desarrollo continuo de sus competencias docentes y transmitir la información de los programas de estudio de tal manera que el estudiante se convierta en el creador de su propio aprendizaje.
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