DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2286   

 

Nivel de pobreza, alimentación, educación y condiciones

 para un proyecto de inversión en el Perú

 

Franklin Pedro Cieza Paquiyauri

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-4928-4852

 

Abner Hugo, Gutierrez Dueñas

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-1675-8268

 

Jesus Manuel, Paredes Contreras

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-2980-2982

 

Joel Enrique, Ochoa Espiritu

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-9994-1016

 

Universidad César Vallejo, Lima-Perú

 

RESUMEN

En Latinoamérica, la pobreza, la alimentación y la salud son factores que han persistido a pesar de las medidas adoptadas por los países que la conforman, cuya intención ha sido disminuirlas, erradicarlas o eliminarlas. Por esta razón, se considera que en los últimos 20 años la pobreza ha permanecido en una población que asciende a 80 millones de habitantes que hacen vida en zonas rurales, alcanzando un 60% de la población, que incluso evidencia que sus ingresos son insuficientes para cubrir las necesidades básicas como lo demanda una canasta familiar, oscilando una población de 48 millones de personas. Finalmente, entendemos que la carencia de ingresos está vinculada con otras necesidades de vida plena del ser humano que causan la emigración.

 

Palabras clave: pobreza; alimentación; sistema; servicio; inversión pública.

 

 

 

Correspondencia: [email protected]

Artículo recibido: día mes 2022. Aceptado para publicación: día mes 2022.

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Como citar:  Cieza Paquiyauri, F., Gutierrez Dueñas, A., Paredes Contreras, J., & Ochoa Espiritu, J. (2022). Nivel de pobreza, alimentación, educación y condiciones para un proyecto de inversión en el Perú Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6 (3), 1216-1233. DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2286

Level of poverty, food, education and conditions for

an investment project in Perú

 

ABSTRACT

In Latin América, poverty, food and health are factors that have persisted despite the measures adopted by the countries that comprise it, whose intention has been to reduce, eradicate or eliminate them. For this reason, it is considered that in the last 20 years poverty has remained in a population that amounts to 80 million inhabitants who live in rural areas, reaching 60% of the population that even shows that their income is insufficient to cover basic needs as required by a family basket, oscillating a population of 48 million people. Finally, we understand that the lack of income is linked to other needs for a full life of human beings that cause emigration.

 

Keywords: poverty; food; system; service; public investment.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

La pobreza, la alimentación y la salud son puntos críticos que aún persisten en la sociedad y en países de Latinoamérica. Las familias que viven en zona rural viven muchas veces en condiciones precarias. Se considera que, en los años 90 tiempo de mayor crecimiento económico, solo pudieron reducirse en 2% la pobreza rural (Cieza et al., 2022). Por otro lado, los ingresos económicos o el salario vital mínimo impiden satisfacer necesidades básicas como vivienda, salud, alimentación, educación y servicios. La incidencia de la pobreza en zonas rurales involucra también el origen de la emigración, gastos sociales y desempleo (Sapag & Kawachi, 2007). De esta forma, ponemos en evidencia que la pobreza, la alimentación y la salud son puntos declive en los países Latinoamericanos. Es evidente que la pobreza en zonas rurales persiste en los últimos 20 años y que las medidas adoptadas no han sido promisorias (Tuman & Emmert, 2004). Por otro lado, con la finalidad de estudiar las estrategias políticas, proyectos de inversión pública y gestión tomaremos en cuenta a la Organización de la Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) con el proyecto Experiencias exitosas de combate de la pobreza rural en América Latina, con apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y bajo la ejecución de la Red Internacional de Metodologías de Sistemas de Producción (RIMISP) (ONU, 2003). De este modo, consideramos que el objetivo de estos estudios de caso es examinar todos aquellos programas contra la pobreza rural en la década de los 90 con buenos resultados en algunos países de América Latina, con el fin de acogerlos y adaptarlos a nuestro contexto.

METODOLOGÍA

Consideramos que la modalidad de investigación que yace es aplicada, bajo un diseño de estudio de caso, que es parte de una investigación fundamental en la aplicación de nuevas tendencias, que nos aproximan a nuestra cultura y raíces (Kalimullah et al., 2012). Podemos decir también que, tras la determinación del diseño de investigación, nos evocamos en la orientación de un proceso de búsqueda de información, manifestando un interés en particular por indagar o resolver. Siendo los más beneficiados los programas que combaten la pobreza rural en los diversos países de Latinoamérica (De Mola et al., 2012). Esta práctica en el Perú se ve reflejada en dos programas como el Fondo de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES) y el Proyecto Nacional de Manejo de Cuencas Hidrográficas y Conservación de Suelos (PRONAMACHCS) que tienen a bien la opción de trabajar en sus fortalezas y debilidades para la mejora de sus debidos planes (Roa, 2013). El estudio comprende el análisis de estos dos programas debido a la persistencia de la pobreza en zonas rurales, que reflejan en los datos alcanzados la constante emigración en el país y que se pueden comparar con programas similares ejecutados en otras naciones (ONU, 2003). La comprensión de estos programas, tiene por objetivo la selección de los que hayan alcanzado mejores resultados en cuanto a su entorno y contexto. En primera instancia, el programa FONCODES, podemos conocer que la forma de organización parte de las comunidades bajo un pliego de demandas deben ser satisfechas mediante la ejecución de obras (Berdegué et al., 2000). Con el paso del tiempo, los beneficiarios del proyecto y su financiamiento se encarguen del mantenimiento del proyecto, supliendo una necesidad y acercando al Estado con la comunidad debido a su poca presencia al interior del país por el centralismo (Berdegué et al., 2001). Por otro lado, el PRONAMACHCS gesta actividades de mejora, aprovechamiento y manejo de los recursos naturales como la vegetación, partiendo del cuidado del suelo y la necesidad del agua. Este crecimiento busca promover un desarrollo integral en la zona rural integrando las microcuencas en la serranía de Perú con altos índices de pobreza (ONU, 2003). Finalmente, para tener mayor claridad sobre las necesidades poblacionales que buscan combatir estos programas en la zona rural tenemos a FONCODES con la atención a proyectos de infraestructura con carácter social, económico y productivo, como instituciones de educación, centros de salud, sistemas de alcantarillado, electrificación con energía natural, asistencia técnica, sistemas de riego, forestación, comedores públicos, entre otros (Delgado & Cardoso, 2001). De igual forma el PRONAMACHCS socorre con el financiamiento de pequeñas obras de riego e infraestructura, producción agropecuaria, almacenes, plantaciones, reforestación, mecanismos para la conservación de suelos, arborización en zona urbana, entre otros (Durston et al., 2000). Ante ello, surge la interrogante ¿cómo llega la ayuda mediante estos programas? ¿qué procesos intervienen? ¿cómo eligen el direccionamiento de apoyo? Estas preguntas de apertura permitirán su absolución de respuestas mediante el análisis de estudio de caso (Escobal, 2001). En este caso en particular, se identifica como unidades o sujetos de análisis a personas, fenómenos, eventos, casos concretos, que dan como resultado evidencias tangibles para determinar la razón de ser de los programas como el FONCODES y el PRONAMACHCS (Elbers & Lanjouw, 2001). Un periodo avasallador fue en el año 1992, donde los proyectos bajo la mentoría y financiamiento del FONCODES, logró alcanzar una cifra que bordeaba los 120 millones de dólares, teniendo como equivalente el 0.35% del Producto Interno Bruto (PIB), y logró posicionarse en el año 1993 con una cifra de 210 millones de dólares con un equivalente del 0.61% del PIB (Ferreira & Lanjouw, 2001). Tiempo después sufrió una aparatosa caída de 140 millones de dólares, equivalente a 0.39% del PIB en el año 1996. De esta manera, se buscó encontrar el punto de quiebre en virtud del enfoque por participación, y se establezcan actividades que permitan integrar y fortalecer las organizaciones comunales (FONCODES, 1999). Cabe saber que, el PRONAMACHCS es de una escala de financiamiento menor a diferencia de otros programas alrededor de Latinoamérica, aproximadamente un 0.03% del PIB y 0.05% PIB entre 1997-1999, pero a pesar de la escala cuenta con elementos que lo destacan del resto, haciéndolo un caso particular en su análisis (Iwakami et al., 2000). Partimos de la problemática que atañe a estos elementos, como son demostrar la notoriedad de proyectos inconexos que no forman parte de un plan integral o que no surgen desde una estrategia situada, a diferencia de un proyecto individual que son producto de una demanda, de una tentativa de desarrollo integral que beneficia a la población desde su origen o postulado (Reardon, 2000). En siguiente plano, el trabajo de la comunidad es de beneficio múltiple y la razón de considerarla inmersa en el proyecto por cuánto se considera que el manejo sostenible de los recursos naturales se encuentra mejor en sus manos (Reardon et al., 2000). Es importante saber que, en la década de 1980, se evidenció un aumento de la pobreza en zonas urbanas, siendo el sector rural y los pobres de la misma quiénes se quedaron bajo resguardo de ciclos severos de economía estática producto de la crisis y la deuda externa (USAID, 2000). Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la situación logró tener variaciones considerables en la década de 1990, abordando la recuperación de la economía como eje de estabilidad, reduciendo la pobreza considerablemente en ese período y propiamente en las zonas urbanas (Schejtman & Reardon, 1999). Tiempo después, más de la mitad de la población rural se consideró pobre y esa proporción solo se redujo menos de 10% en comparación con la disminución de 20% de la incidencia de la pobreza en las zonas urbanas. El término de pobreza, hace alusión al valor de ingresos que perciben las personas o que permiten la cobertura total o parcial de sus necesidades (Ruerd & Van Den Berg, 2001). Para tener una idea de los ingresos y gastos totales de una familia, se obtiene con la división general acorde al número de integrantes y comparados conforme a la línea de pobreza existente. En ese sentido, el estudio bajo la dirección de programas, ayuda a reducir el nivel de pobreza en la población siempre que genere un puesto laboral y recabe ingresos económicos en los participantes (Moncada, 1999). Los programas de alimentación saludable en la población con recursos del Estado, programas de trabajo masivo o colaborativo, programas municipales, programas de reinserción laboral, entre otros son los agentes propicios para reducir la pobreza en las familias. Por ende, manifestamos que medir la pobreza conforme a la cantidad de ingresos que una persona o familia percibe no es suficiente (Lanjouw, 2001). Lo que se debe trabajar y medir es el nivel de factibilidad de los programas de ayuda a la población. Basados en los programas extendidos a beneficio del ciudadano en cada país Latinoamericano, se permitió conocer que, de toda la muestra analizada, el único programa de transferencia en sentido estricto es el de la previsión social rural de Brasil (Escobal et al., 2000). Y en efecto, todos los demás programas tienen una dirección de inversión, pero que cabe reconocer que tienen diferencias de magnitud importante. Si orientados por el resultado, se establece que los proyectos dirigidos hacia la producción son aquellas que más promueven la inversión pura, porque el proyecto en sí mismo es una inversión (CEPAL, 1999). El componente de inversión es menos evidente en los proyectos de construcción de escuelas, dispensarios o sistemas de abastecimiento de agua potable. En estos casos, la inversión consiste en el aumento del capital humano resultante de un mejoramiento en el nivel de la educación o de la salud (BID, 2002).

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La población investigada se describe en la tabla 1. La población Latinoamericana más influyente en temas de programas de apoyo al ciudadano para disminuir los niveles de pobreza, su nivel de incidencia en el apoyo que provee, tipo de programa que brinda y cómo busca involucrar a las personas en estas condiciones. Es loable decir también que las condiciones de apoyo o de servicio al beneficiario, no siempre se da en óptimas condiciones, en el proceso se van detectando las carencias que impiden que este proceso se ejecute con éxito. Si consideramos los programas que son abordados en el estudio, podemos diferenciar los siguiente: (a) los orientados a invertir en proyectos con la visión de fortalecer la producción agrícola como el PRONAMACHCS y el Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP); (b) los orientados a brindar asistencia económica o especie, como el sistema de Previsión Social Rural de Brasil y el PROGRESA de México; (c) los fondos de inversión social, como el FOSIS, la Red de Solidaridad de México y el FONCODES, que tienen varias líneas de proyectos y objetivos. Finalmente, podemos considerar que el programa PROGRESA es el único que da efectivo a los pobres con hijos menores de edad, en etapa escolar y que los apoderados se comprometen a no permitir su deserción, estar pendientes de su asistencia médica y salud. Ante ello, la prioridad de la mayor parte de estos programas es brindar satisfacción en las necesidades básicas, como abastecimiento de agua, condiciones óptimas de las escuelas, participación y crecimiento del capital humano. Es necesario reconocer aquellos proyectos que incitan la productividad como indicadores paralelos, distinguirlos de entre los programas que mitigan la pobreza, fondos de inversión social, y los implementados como el PRONAMACHCS y el INDAP. La razón de ser de estos programas es mejorar la productividad de pequeños agricultores. El PRONAMACHCS tiene como objetivo trazado, los cuidados del medio ambiente y el desarrollo poblacional. Visto de otro modo, los programas cuyo fin fueron mitigar la pobreza, obtener instrumentos necesarios y disponibles que puedan aplicarse a la población. Esta es una secuencia de lo que se busca establecer dentro de los programas para esta investigación. Considerando la diferencia entre inversiones y transferencias del cuadro anterior, y que la mayor parte de estos programas analizados se posicionan más en transferencias que inversiones. La problemática que atañe las transferencias es su sostenibilidad por largos periodos, la mayor parte de los países involucrados que optan por estos programas sólo tienen una capacidad limitada de recursos que buscan poner fin a la pobreza inyectando ingresos a los pobres. Es más favorable pensar que los programas que combaten la pobreza sean sostenibles, de mayor alcance y de ayuda inmediata a los pobres, pero que no solo proporcione recursos económicos, sino que involucre a todos en ayudarse progresivamente. Hablando ya de cómo hacer sostenible los proyectos a lo largo del tiempo, es necesario saber que los proyectos deben ser viables y partir de una necesidad, un claro ejemplo sería la construcción de sistemas de riego en múltiples regiones pobres o la construcción de escuelas con la finalidad de ayudar a las personas que viven en condiciones de pobreza, y de esta forma generar un incremento de trabajo, producción e ingresos. Un programa que fomente la productividad y que no solo es facilitador de recursos económicos, puede persistir en el tiempo por la dinámica participativa que fomenta. Entre tanto, asegurar que la población de la zona rural o altoandina, cuente con el derecho de tener acceso a una educación buena y de calidad, una atención oportuna de la salud, por ende, es vital del rol que el Estado cumple. Ante ello, surge la idea de una infraestructura social, que da lugar a la transferencia y no visto como inversión. Podemos decir que, es como el equivalente a dar mejores edificios a las comunidades pobres o entregar más recursos económicos sin labor alguna o sin habérselo ganado. Visto de otro modo, la infraestructura social no es aquella que espera ser un fondo que busca generar ingresos extra de forma contundente para los pobres. De manera especial, tampoco busca ser aquella que mida los resultados de la labor que se ejecuta, tampoco es la que vela por los ingresos económicos a una porción de la población, sino que cumple el rol de analizar la importancia de los proyectos, los respectivos fondos de inversión social y determinar las necesidades básicas de las personas más pobres. Otra apreciación, da pie a entender que los fondos orientados a la infraestructura social, es aquella que elimina la oportunidad de generar ingresos a los que menos tienen por medio de la remuneración. Hay un requisito prioritario en todo proyecto de carácter significativo en la población y es ser parte del proyecto brindando como mano de obra que nace desde las comunidades pobres, siendo este requisito vital tanto para el FONCODES como para el PRONAMACHCS. Este camino es legítimo de consolidar bajo la forma de un proyecto y que esté a beneficio de la población aledaña. Evocados en los programas como el PRONAMACHCS vemos que se direccionan en la construcción de pequeños proyectos de riego, y el FONCODES es el que brinda el proyecto a la comunidad local cuando el proyecto concluye, no dirige o delega funciones de operación o gestión. Pero, por otro lado, el PRONAMACHCS lidera la construcción de proyectos, da soporte técnico, asistencia y supervisión a la comunidad una vez finalizada la obra. Un dato importante es que una gran parte de fondos de inversión social funcionan como el FONCODES. En resumen, la participación de las personas en la elección de proyectos para sus comunidades y su integración al trabajo es de forma indirecta, por encargo o tomando como intermediario a asesores políticos. Si tomamos en comparación un programa de talla internacional tenemos la Red de Solidaridad de Colombia que estableció un sistema regional y local de Mesas de Solidaridad. Estas mesas fueron establecidas para dar alcances de los presupuestos y distribución de fondos bajo diversas líneas de proyectos. Finalmente, asociado a nuestra realidad, el FONCODES tiene un enfoque distinto pues se vinculan de forma rigurosa con las asignaciones a nivel regional y bajo el nivel relativo de pobreza. Es de conocimiento que los proyectos son elegidos por la comunidad local, que se encarga de elaborar el trámite correspondiente en las oficinas locales del Fondo. Por último, cerrando la brecha de información sobre los programas y proyectos, se brinda la clasificación mediante varios aspectos técnicos, y dando como veredicto la elección final del mejor proyecto local. De esta manera y bajo estos parámetros, se determina la competencia de la propuesta, la calidad del proyecto y la garantía que satisfacen las necesidades de la población local. El FONCODES redobla sus esfuerzos para la promoción de la descentralización respecto al enfoque por proyectos en beneficio de la población, creando oficinas locales, el 70% o más cuentan con la facultad de tomar decisiones finales sobre los proyectos con montos menores a 60 000 dólares americanos. Tras los resultados de la tabla 2, se evidencia la distribución de los recursos del FONCODES bajo los cuatro tipos de proyectos que dirige. Basados en los registros de 1991 se consideró que un 80% de inversión se orientó a proyectos regulares del sector agropecuario producto de la sequía y la situación de emergencia. Y con el transcurrir del tiempo los proyectos relativos a infraestructura social y económica fueron obteniendo mayor realce. Podemos decir también que los proyectos especiales apuntaron la dirección hacia dos objetivos: (a) asistencia cercana a la población de escasos recursos económicos y extrema pobreza mediante la distribución de bienes y víveres, con la visión de reactivar las pequeñas y microempresas con el consumo de sus productos. Considerando que por encima de un proyecto puede prevalecer el interés en un programa, estos serían el de desayunos escolares, suplementos alimenticios, vestimenta (buzos), calzados y mobiliario escolar. Precisando los datos de la tabla 3, podemos ver que la participación de los proyectos especiales en las actividades diversas del FONCODES ha ido en crecida de manera progresiva hasta ser un tercio del total. Los datos de la tabla 4, muestra el número de proyectos especiales aprobados. Finalmente, en la tabla 5 se detalla la ejecución del gasto de acuerdo a la fuente de financiamiento. Basados en los criterios que se escogieron para estudiar las nueve experiencias exitosas de confrontación a la pobreza rural de América Latina cuyos países fueron: Brasil, México, Chile, Colombia, Nicaragua y Perú. Podemos decir que el objetivo del proyecto de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) fue determinar si el éxito contundente de estas experiencias era producto de la presencia de ciertos elementos comunes, cuyas implicancias se tornaban cercanas al análisis de las diversas experiencias nacionales y que son comparadas entre sí. Esta labor, fue encomendada a un grupo de especialistas con conocimiento en pobreza y desarrollo. La investigación y los casos, sostuvieron lugar en una versión preliminar dado en el “Encuentro de altos directivos sobre la mitigación de la pobreza rural”, dado en el país de Chile, en enero del 2000. Si consideramos los métodos para reducir la pobreza, tenemos a Samuel Morley, quien afirmó que la manera de medir la pobreza, es aquella que se refiere al ingreso o los gastos dentro de los hogares. Es también el criterio y la razón de cubrir las necesidades básicas insatisfechas. Es la misma que busca cercar a la pobreza haciendo énfasis en el incremento de los ingresos y el acceso a los servicios. También Morley, hizo hincapié en dos aspectos importantes como: el impacto de los factores macroeconómicos sobre la pobreza y que en los países Latinoamericanos no se aplican medidas o un plan que busque la unidad y armonía de proyectos que combatan la pobreza en zona rural. Javier Escobal y Carmen Ponce llegaron a la conclusión que, si bien los programas buscan combatir la pobreza, se han transformado y mejorado. Es oportuno citar que es poco probable que sean los medios eficaces (instrumentos) dirigidos por los costos y los fenómenos que lo causan ante una problemática eminente como la pobreza en zona rural o fronteriza. Alexander Schejtman y Soledad Parada manifestaron sus interrogantes mediante el análisis de experiencias aquí estudiadas y si cumplen con los requerimientos básicos de una región. Se debe contar también con los recursos necesarios para adoptar acciones, realizar en conjunto con los beneficiarios desplazamientos de forma focalizada, descentralizada y direccionando el combate a la pobreza rural. Alain de Janvry y Elisabeth Sadoulet manifestaron que, para contrarrestar la pobreza en zona rural, entendido con anterioridad de forma sectorial, es visto ahora desde un enfoque territorial. Se concluye en que los programas de desarrollo rural deben llegar a ser un equilibrio entre las propuestas de inversión, con el único fin de crear activos para la gente pobre y que las inversiones de bienes e instituciones públicas deben verse firmes de acuerdo al nivel de ingresos de cada país. Es de consideración, tomar en cuenta que los programas que buscan confrontar la pobreza a nivel Latinoamérica guardan características similares. Los programas en Perú son el Programa Nacional de Manejo de Cuencas (PRONAMACHCS) y el Fondo de Compensación y Desarrollo Social (FONCODES), citados por Mariana Ballén y Pedro Francke. Haciendo énfasis en lo mencionado, hace falta un plan integral y que algún organismo del Estado asuma con las facultades necesarias la implementación. Dando alcances de la implementación de este organismo, es aquel que tendría la libertad de considerar todas las alternativas de políticas posibles y luego encargar a las agencias especializadas, como los fondos de inversión social, el PRONAMACHCS, los Ministerios de Educación y Agricultura, que pongan en práctica los distintos aspectos del plan.

ILUSTRACIONES, TABLAS, FIGURAS.

Tabla 1. Objetivos de los programas latinos y nivel de incidencia.

País

Programa

Aumentar la productividad

Satisfacer las necesidades básicas

Complementar los ingresos mediante transferencias

Aumentar la participación de los pobres

Brasil

Previsión social rural

 

 

1

 

Chile

FOSIS

1

2

 

2

INDAP

1

 

 

 

Agraria Sur

1

 

 

 

Colombia

PDIC-DRI

2

1

 

3

Red de Solidaridad

3

1

 

1

México

Solidaridad

2

1

 

3

PROGRESA

2

 

1

 

Perú

FONCODES

3

1

 

2

PRONAMACHCS

1

 

 

2

Nicaragua

PNDRa

1

 

 

 

 

Tabla 2. Foncodes: Distribución de recursos para proyectos regulares tanto en dólares como porcentajes del monto total aprobado.

Área de inversión

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

Proyectos regulares

10173

118977

212757

157302

139423

157253

251183

16841

Asistencia social

12.3

11.1

3.2

4.1

4.0

0.7

0.6

-

Nutrición

-

-

-

-

-

-

-

-

Salud

12.3

3.8

2.1

2.5

1.8

0.2

0.6

-

Educación

-

7.3

1.0

1.5

2.2

0.5

0.1

-

Infraestructura social

4.5

39.9

62.4

67.4

64.1

63.3

57.3

69.9

Nutrición

-

0.1

0.2

0.3

0.3

-

0.1

1.0

Salud

-

3.3

3.7

3.6

5.8

2.9

3.0

3.7

Educación

0.4

26.1

40.1

47.0

35.9

18.9

10.4

19.2

Saneamiento

4.1

10.4

18.3

16.5

22.1

41.4

43.8

46.1

Infraestructura económica

4.2

19.2

29.4

25.2

26.7

30.5

32.3

29.8

Sector agropecuario

4.2

12.7

18.0

15.0

16.0

17.4

14.0

13.5

Transportes

-

5.4

5.9

5.0

4.1

6.5

12.1

8.4

Energía

­-

1.1

5.6

5.2

6.6

6.6

6.1

7.9

Desarrollo productivo

78.9

29.8

5.1

3.4

5.2

5.5

9.8

0.3

Agropecuario

78.9

22.4

2.4

2.7

3.3

5.5

9.7

0.3

Multisectorial

-

7.5

2.7

0.7

2.0

-

0.1

-

Total

100

100

100

100

100

100

100

100

 

Tabla 3. Foncodes: Montos de los proyectos aprobados tanto en dólares como porcentajes del monto total aprobado.

Proyectos

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

Total

10173

118977

212757

157302

139423

157254

251183

16841

Regulares

100

94.2

81.3

88.1

78.1

70.1

63.2

100

Especiales

-

5.8

18.7

11.9

21.9

29.9

36.8

-

 

 

 

Tabla 4. Foncodes: Número de proyectos especiales aprobados tanto en números como porcentajes.

Área de inversión

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

Proyectos

52

3254

5978

4683

3211

4404

6046

661

Asistencia social

1.9

11.6

4.2

5.8

2.7

0.7

1.2

-

Infraestructura social

76.9

70.3

78.0

77.7

72.0

70.8

64.0

77.8

Infraestructura económica

17.3

12.6

16.3

14.9

21.0

21.1

25.2

22.2

Desarrollo productivo

3.8

5.5

1.4

1.5

4.2

7.3

9.5

-

Proyectos especiales

-

-

0.1

0.1

0.1

0.1

0.1

-

Total

100

100

100

100

100

100

100

100

 

Tabla 5. Foncodes: Ejecución del gasto por fuente de financiamiento en porcentaje.

Fuente

1996

1997

1998

Tesoro Público

55.7

61.9

38.4

Endeudamiento externo

39.4

33.0

57.0

Donaciones y transferencias

4.9

3.8

3.1

Recursos recaudados directamente

0.0

1.3

1.4

Total

100

100

100

 

CONCLUSIONES

Se busca que los pobres se inserten al mercado laboral y productivo para incrementar sus ingresos mediante los programas o proyectos que son el medio necesario para lograrlo. Los sistemas de riego en pequeña escala, la asistencia técnica, la creación de estaciones de agricultura experimental que buscan mejorar las características de las semillas o cultivos para mejorar su enfoque comercial, la capacitación, el microcrédito y la construcción de almacenes, son maneras de contribuir en la mejora de los ingresos de las personas que más lo necesitan. Incluir a las personas o participantes en actividades de electrificación rural, construcción de carreteras e infraestructura económica es pieza clave en el favorecer de la productividad cuyo fin es mejorar el nivel de pobreza. A pesar de conocer que su objetivo no es ayudar a las familias pobres de manera directa, la mayoría de proyectos tienen como fin ser la inversión que permite aumentar el capital físico, humano o social de los más pobres. La satisfacción de necesidades básicas de los más pobres (escuelas, abastecimiento de agua potable, alimentación, dispensarios y el alcantarillado) se ven inmersa en los proyectos financiados mediante los fondos de inversión social, que nace con el único fin de aportar su situación económica a pesar que sus ingresos no aumenten significativamente. Es posible decir que, un gran porcentaje de estos casos sustentan que los proyectos contribuyen en la mejora de la productividad de los pobres o de sus hijos, mejorando la calidad de educación y salud. Lo penoso es que los resultados se hacen visibles a largo plazo por ser mínimos. Tomando en consideración las transferencias de ingresos en los diversos proyectos estudiados, las jubilaciones del servicio previsional rural en Brasil y el PROGRESA en México, se puede decir que los pobres han recibido transferencias en efectivo o en especie. Siendo esta la única forma más directa para contrarrestar la pobreza de forma anticipada sobre la base de los ingresos. Es difícil ver que otros países que conforman América Latina se dé el efectivo sin condiciones. Por otro lado, los programas como PROGRESA, evidencia que los pagos económicos están condicionados mediante la asistencia a escuelas y la asistencia de forma periódica de las madres con hijos pequeños a los dispensarios. Bajo esta modalidad, el programa asocia el incremento de ingreso de los pobres y al mismo tiempo brinda un incentivo que mejore el capital humano y la capacidad de los menores para generar ingresos. En la medida posible, el análisis de estos estudios buscó acrecentar la participación de los pobres bajo la toma de decisiones, teniendo por objeto el hecho de fortalecer su participación como beneficiarios de los proyectos en selección y su operatividad. Si hablamos en términos de personas potenciales que ofertan préstamos de mayor envergadura, se busca fortalecer la participación de los beneficiarios bajo el sentido de propiedad del proyecto haciéndolo sostenible. Este proceso contribuye al empoderamiento de los que más lo necesitan, enseñándoles mediante el ejemplo, teniendo un gobierno centralizado y no insensible, que busque dar mayores posibilidades de mejorar sus ingresos con la remuneración, poder percibir mediante la ejecución del proyecto y después de los servicios que se presentarán una vez concluido el mismo. Damos lugar a que la razón por la cual proponemos que estos programas puedan extenderse previa evaluación diagnóstica y por expediente técnico, nazcan desde los proyectos de inversión o programas que promuevan la inserción laboral, actividad productiva y la inclusión laboral. La oposición llega cuando se busca exponer la transferencia económica sin labor alguna, ya que puede ser una medida poco sostenible en el tiempo y sometida a erradicar la pobreza en zona rural. Una forma de promoción de estos programas o proyectos se han visto inmersos en financiamiento por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM). En última instancia, nunca han sido los ciudadanos quiénes asumen los costos de los proyectos en beneficio de la comunidad o región. Es importante reconocer que la única forma de lograr que los programas contrarresten la pobreza en zona rural y sean sostenibles es bajo el concepto de inversiones. Finalmente, el BID y el BM se encuentran supeditadas a prohibiciones de proyectos de microcréditos y otros proyectos productivos que se fijan límites precisos. El FONCODES es un buen ejemplo de esta situación, estos bancos no consideran que los fondos de inversión social puedan ser los principales coordinadores de los proyectos de lucha contra la pobreza de un país sino, más bien, uno de los tantos instrumentos que pueden emplearse con este fin. Esto es lo que se observa en los programas de Perú, tanto el FONCODES como el PRONAMACHCS que son apoyados por el BID y el BM. Aparentemente, estas instituciones desean que se produzca una división del trabajo en la que el FONCODES construya escuelas, dispensarios y el PRONAMACHCS se dedique a los proyectos de riego y saneamiento de tierras. A diferencia del FOSIS y el FONAPAZ de Guatemala, los dos fondos de inversión social con mayor proporción de proyectos productivos no dependen del BID o del BM, estos han sido financiados casi por completo con recursos nacionales. Se evidencia también como resultado de la investigación que cuatro países (Colombia, México, Nicaragua y Perú) de seis, se encuentran inmersos, sin dirección y no existe una estrategia en conjunto para la reducción de la pobreza. En consecuencia, no se cuenta con puntos claros sobre el papel que cumplen cada institución para la ejecución de estrategias, al no existir un plan íntegro es necesario saber que cada institución busca afrontar actividades de ayuda a los pobres en diferentes categorías para que no compitan entre sí por proyectos.

LISTA DE REFERENCIAS

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