DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2425       

 

Importancia del pensamiento crítico en la labor docente

 

Jacqueline Lupita Espinola Calderón

Jacqueline[email protected] 

https://orcid.org/0000-0001-6209-2885

Universidad César Vallejo

 

 Elizabeth Ana Santos Meza

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-0038-0176

Universidad César Vallejo

 

RESUMEN

Pensar de manera crítica es una necesidad en los docentes de nuestros días, dado que,  nuestra sociedad, urge de seres humanos que piensen y sean capaces de tomar decisiones argumentadas en beneficio propio o de su comunidad. Expresar un punto de vista de manera argumentada, resulta muy complicado y, si el docente no ha logrado desarrollar esta habilidad, le resultará difícil aplicar estrategias adecuadas que le permitan fomentar este tipo de pensamiento en sus estudiantes. En este artículo se presenta una revisión bibliográfica de diversas publicaciones que intenta responder a la interrogante ¿Es importante el pensamiento crítico en los docentes?,  cuyo objetivo es analizar una variedad de estudios teóricos y empíricos sobre la relevancia del pensamiento crítico en el trabajo docente. La metodología utilizada consistió en una revisión sistemática de estudios en bases de datos, seleccionando 32 estudios de 42 hallados, y realizando un análisis a profundidad en 23 de ellos; se utilizó, además, el análisis del contenido temático para las definir, caracterizar y conocer la importancia de esta habilidad. Los resultados señalan la necesidad que tienen  los docentes de apropiarse de estrategias adecuadas que le permitan desarrollar este pensamiento para aplicarlas en los alumnos. Brindar una educación en pensamiento crítico, es preparar para enfrentar los retos del futuro.

 

Palabras clave: pensamiento crítico; labor docente

 

Correspondencia: [email protected]   

Artículo recibido: 02 mayo 2022. Aceptado para publicación: 25 mayo 2022.

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Como citar: Espinola Calderón, J. L., & Santos Meza, E. A. (2022). Importancia del pensamiento crítico en la labor docente. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(3), 2877-2894. DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2425       

Critical thinking in teachers

 

ABSTRACT

Thinking critically is a necessity in today's teachers, since our society urges human beings who think and are capable of making well-argued decisions for their own benefit or that of their community. Expressing a point of view in an argued way is very complicated and, if the teacher has not managed to develop this skill, it will be difficult for him to apply appropriate strategies that allow him to promote this type of thinking in his students. This article presents a bibliographic review of various publications that attempts to answer the question Is critical thinking important in teachers? The objective of which is to analyze a variety of theoretical and empirical studies on the relevance of critical thinking in teaching work. The methodology used consisted of a systematic review of studies in databases, selecting 32 studies out of 42 found, and conducting an in-depth analysis in 23 of them; In addition, the analysis of the thematic content was used to define, characterize and know the importance of this ability. The results indicate the need for teachers to appropriate appropriate strategies that allow them to develop this thinking to apply them to students. Providing an education in critical thinking is preparing to face the challenges of the future.

 

Keywords:  critical thinking; teaching work

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

INTRODUCCIÓN

Hoy, hablamos mucho de propiciar aprendizajes significativos y de calidad en nuestros estudiantes, aprendizajes que les sirvan para la vida. Se pretende formar estudiantes capaces de resolver problemas utilizando el pensamiento, el razonamiento; buscamos formar seres críticos. La sociedad actual, necesita seres humanos con capacidad de tomar decisiones en beneficio personal y en beneficio de las personas que lo rodean. Es necesario personas que analicen situaciones  y asuman una actitud crítica argumentada en relación al punto de vista de los demás, capaces de argumentar sus opiniones, recurriendo a fuentes de información confiables y certeras; sin embargo, con preocupación, observamos que con frecuencia las decisiones que se adoptan a nivel personal o de grupo han sido tomadas sin aplicar el pensamiento crítico a la circunstancia que motivó la decisión o, o en el peor de los casos fueron tomadas sin tener en cuenta  peor aún, han sido tomadas sin tener en cuenta el origen, la causa, la circunstancia o las consecuencias que más adelante pueden provocar decepción, frustración, inseguridad y desazón. El pensamiento crítico no puede desligarse de la argumentación y, en nuestros días varias entidades abogan por trabajar el pensamiento crítico en los diferentes programas educativos de todos los países del mundo, pues es una necesidad de todos los seres humanos (Zelaieta Anta et al., 2019). Investigaciones recientes en educación reflejan que en los últimos años, los procesos educativos no han mostrado avances en el desarrollo de las  habilidades de orden superior, como lo son el aprendizaje autónomo y el razonamiento crítico. (Castillo, 2020)

Por otro lado, la educación, hoy en día, es considerada como el eje para transformar o cambiar a la sociedad. Para lograr este propósito es relevante enfrentarse a situaciones retadoras, a cuestionarse y analizar críticamente los problemas de la sociedad para proponer alternativas de solución; pero esto no es así (Zambrano, 2015), por ello; es urgente la capacitación y formación de profesionales con sentido crítico y reflexivo, es necesario contar con docentes cuya práctica pedagógica esté basada en la reflexión, la criticidad y no solo la transmisión de conocimientos.

Ser capaces de utilizar la criticidad significa asumir un punto de vista individual y defenderlo con argumentos convincentes a favor o en contra, decidiendo,  de manera razonada, en relación a lo que se considere verdad o mentira, aceptable o despreciable deseable o no. Ser  un pensador crítico moviliza una serie de habilidades, actitudes, disposiciones, motivaciones. Involucra el deseo de hacer bien las cosas, de tomar decisiones pensadas teniendo en cuenta la opinión de los demás con el propósito de no atentar en contra de su libertad de pensar y expresarse (Martín et al., 2017).  Los profesionales que han logrado desarrollar este pensamiento son capaces de “asumir una postura, evaluar la calidad y confiabilidad de las fuentes de información para sustentar sus argumentos de tal manera que sean válidos, dan razones, plantean hipótesis, llegan a conclusiones claras y pertinentes. Son profesionales bien informados  y con una mente abierta para aceptar críticas de sus semejantes (Zambrano, 2015). Es de suma importancia, entonces, que los profesores de los diferentes niveles de estudio desarrollen este pensamiento, pero vemos que pese a tener formación universitaria a muchos les ha resultado difícil lograrlo. La misión de la institución educativa no es solo transmitir al estudiante un sinnúmero de conocimientos de las diferentes áreas del saber; sino ante todo, enseñar al estudiante el uso de diferentes estrategias que favorezcan el aprender a aprender desarrollando su autonomía intelectual que le permita encontrar sentido a lo que hace (López Aymes, 2013). Es importante un maestro práctico, reflexivo, investigador, crítico, que autoevalúe su práctica pedagógica, que identifique aciertos y errores y que sea capaz de tomar decisiones para la mejora de los aprendizajes. Para ello, los docentes debemos utilizar variedad de estrategias metodológicas que permitan lograr aprendizajes de calidad en los estudiantes.

Es urgente y trascendental que los docentes posean estas habilidades de pensamiento crítico para que, haciendo uso de estrategias metodológicas adecuadas,  las puedan movilizar en sus alumnos; estas habilidades deben desarrollarse en los niños desde temprana edad, y ni que decirlo durante toda la carrera profesional del futuro docente. (Ossa Cornejo et al., 2018). Urge también la necesidad de que el profesor logre propiciar en el aula una atmósfera que motive a los estudiantes en la investigación, la argumentación, el debate, en suma, los alumnos deben adquirir herramientas que les permitan construir su propio aprendizaje y no solo a recibir conocimientos.

Si este pensamiento nos acompaña en nuestro día a día, pues forma parte de nuestra vida,  entonces ¿Qué importancia tiene para el docente de este siglo el pensamiento crítico? ¿Por qué los docentes tienen limitaciones al asumir una postura y defenderla a través de argumentos?

Es importante clarificar que toda actividad humana involucra alguna forma de pensamiento. Ninguna actividad, por rutinaria que haya llegado a ser, puede prescindir del funcionamiento de la mente en cierta forma. Los seres humanos utilizan con frecuencia el pensamiento crítico. La mayoría de las competencias en el pensamiento crítico se superponen, de manera que cuando se desarrolla una habilidad, también se movilizan otras porque todas están en estrecha relación y se complementan en una relación dinámica (Zambrano, 2015) Por otro lado, el pensamiento crítico es parte del ser humano. Cada individuo desarrolla su pensamiento crítico de diferente manera, en grados diferentes. Este se estudia como un proceso cognitivo que nos lleva al análisis y la reflexión (Pacheco-Cortés & Alatorre-Rojo, 2018) De ahí, la necesidad de brindar al docente diversos métodos que le permitan desarrollarlo y aplicarlo en su labor. Estas estrategias metodológicas se centran, en primer lugar, en proporcionar una secuencia de pasos que deben seguirse para alcanzar la meta (Torres Salamea, 2019)

La formación de los docentes debe encaminarse al propósito de brindarles capacidades intelectuales que les permitan comprender, analizar, evaluar, sintetizar, renovar, adaptar, producir y difundir conocimientos, así como reflexionar, convivir, dialogar, compartir, actuar y resolver problemas en contextos marcados por la diversidad social y cultural, todo ello en, para, sobre y desde el campo de la educación (Torres Hernández, 2017).

Por lo expuesto en líneas arriba, es importante analizar los estudios teóricos y empíricos sobre la importancia del pensamiento crítico en el trabajo de los profesionales de la educación.

MARCO TEÓRICO

Definición de pensamiento crítico

Definir al pensamiento crítico es motivo de un análisis, pues hay variedad de concepciones, a lo largo del tiempo numerosos estudiosos han tratado explicar su origen.

La palabra crítico tiene orígenes griegos: kriticos («criterio de discernimiento») y kriterion («estándares»), cuyo significado es noción de entendimiento, razonamiento apoyado en estándares (Deroncele Acosta et al., 2020).

Ennis (1976, citado por Vendrelli & Rodríguez, 2020) dedicado al campo de la investigación del pensamiento crítico, lo considera como un pensamiento que permite el razonamiento y la reflexión y está formado por habilidades (componente cognitivo) y disposiciones (componente afectivo) que se centra en torno a la toma de decisiones: qué hacer y qué creer.

D. Halpern (2005, citado por Morales Bueno, 2018), una de las representantes de la psicología cognitiva y evolutiva,  considera al pensamiento crítico como aquel orientado al logro de un propósito, es pensado y dirigido a una meta. Es aquel pensamiento que busca estrategias para solucionar problemas, aquel que platea hipótesis y realiza inferencias, juega con probabilidades, toma decisiones y evalúa resultados. Es esa forma de pensar en relación a una variedad de temas, contenidos y problemas en la cual el sujeto que piensa mejora su calidad de pensamiento al apropiarse de las estructuras propias del acto de pensar y al someterlas a niveles elevados de reflexión (Paul & Elder, 2003)

En síntesis, un pensamiento sin un propósito y sin una evaluación razonada, no puede considerarse crítico.

Robles Pihuave (2019) afirma que este tipo de pensamiento es la capacidad que tienen las personas para adquirir un juicio autorregulado con un fin especial cuyos hallazgos de interpretación, análisis, evaluación e inferencia se explican en función a la evidencia los conceptos, la metodología, los criterios y la realidad que se tuvo presente para establecerlo. Este tipo de pensamiento está orientado a la comprensión y solución de problemas, a la evaluación de posibles soluciones y a la toma de decisiones. Se basa en dar buenas razones para analizar la realidad, sabe crear y argumentar con solidez a las opiniones vertidas (Nomen, 2019). Tiene su soporte en la fundamentación o argumentación. El pensamiento crítico implica comprender, evaluar y resolver. (Bezanilla-Albisua et al., 2018) Podemos definirlo también como un orientador que facilita  la toma de decisiones cuando la persona se enfrenta a variedad de situaciones con presencia de dilemas éticos por resolver; es ahí, que ayuda, a quien va tomar la decisión, realizar un análisis profundo sobre las causas que originan el problema presentado (Guerrero Bejarano, 2016) Es  un estado de reflexión, analiza de manera sostenida y con argumentos fehacientes las conclusiones de una autorreflexión en relación con la reflexión de otros. En conclusión, es la capacidad inherente al hombre que le permite problematizar su propio pensamiento y el de sus semejantes. (Robles Pihuave, 2019)

Características del pensamiento crítico

Se caracteriza porque está formado por habilidades cognitivas de alto nivel. Para lograrlo, se requiere que el estudiante domine principalmente los procesos de metacognición como, el pensar en su propio pensamiento, conocer sus destrezas y limitaciones y reflexionar en torno a lo que debe hacer para mejorar, pues estas constituyen una de las fortalezas potenciadas cuando se aplican las metodologías propias del logro de aprendizaje significativo que serán claves en el proceso de aprender a aprender y aprender a pensar (Chrobak, 2017) La complejidad del pensamiento crítico viene dada por la gran cantidad de elementos cognitivos que moviliza al momento de generar sus elaboraciones. (Castillo, 2020) Este tipo de pensamiento es considerado como una forma superior de razonamiento y una competencia transversal en todos los niveles de educación (Martín et al., 2017)  Tiene mucho que ver con la capacidad de autoevaluarse que tiene cada ser humano, pues es  un componente indispensable  para solucionar  problemas, tomar decisiones y demostrar su creatividad.

Para Cangalaya, L (2020) otra de las características de este pensamiento es que siempre está ligado al contenido, ambos se complementan, no se separan. No existe un pensar si no hay un motivo, un contenido, debe haber algo que permita el análisis, la síntesis, la reflexión para emitir una reflexión de aceptación o rechazo.

Elementos del pensamiento crítico

Este pensamiento posee ocho elementos básicos (Paul & Elder, 2003) Cada uno de ellos es la base para entender el desarrollo de la criticidad. El primer elemento, propósito del pensamiento, supone que todo lo que se hace está orientado hacia el logro de un objetivo con la finalidad de hallar soluciones. El segundo, pregunta en cuestión, nace de la idea de que siempre se debe partir de una pregunta, un problema, una situación retadora para buscar respuestas a ello. El tercero, información, se basa en el hecho de someter el cuestionamiento a la búsqueda de antecedentes que le permitan entender el problema que necesita una idea u opinión. El cuarto, interpretación de inferencias, involucra el uso de la deducción como vía para arribar a conclusiones adecuadas y coherentes. El quinto, conceptos, pone énfasis en la expresión mediante conceptualizaciones precisas y claras para no caer en confusiones o imprecisiones. El sexto, supuestos, nacen de argumentos que se basan, en principio, en suposiciones, lo cual exige cautela, previsión para evitar equivocaciones. El séptimo, implicaciones y consecuencias, trata de los resultados que podría traen con él todo cuestionamiento y que serán de gran utilidad para tomar decisiones correctas. Por último, puntos de vista, pone énfasis en la idea, opinión a favor o en contra, tesis o postura que asume cada persona en el momento que se enfrenta a una situación problematizadora o retadora; cabe precisar también que pueden existir diferentes puntos de vista para afrontar el mismo problema.

Habilidades del pensamiento crítico

Es muy importante conocer sobre las destrezas que intervienen en el pensamiento crítico, de tal forma que la persona pueda definir o comprender en su totalidad una situación o problema que lo encamine hacia su solución. En este contexto es que el pensador crítico, debe desarrollar capacidades específicas estimuladas constantemente, de tal manera que se puedan potenciar lo suficiente hasta convertirse en una verdadera habilidad. Se reconoce que el pensador crítico presenta cuatro habilidades fundamentales: argumentación, análisis, solución de problemas y evaluación (Cangalaya Sevillano, 2020)

-       Argumentación

Para Leitão ( 2020, citado por (Larraín et al., 2014) la argumentación presenta una triple relación: una postura bien argumentada, una postura opuesta, también argumentada (contrrargumento) y una tercera respuesta.

Partiendo de ello, un buen argumento se sostiene en una o varias razones que permiten respaldar su conclusión final. Por consiguiente, pueden haber varios argumentos y, por ende, varias conclusiones, dependiendo de la situación y forma cómo se entienda el problema en análisis. En conclusión, esta habilidad pretende que las personas que están enfrentadas a discusión argumentativa, presenten sus argumentos o puntos de vista a partir de un problema específico. Deben defender su postura mediante argumentos sustentados en fuentes confiables con la finalidad de convencer y persuadir al lector u oyente, no olvidando mantener la coherencia de su pensamiento.

-       Análisis

Se define como la destreza inherente al pensamiento que se tiene para realizar un examen minucioso de cada una de las partes del problema en cuestión. Este análisis permitirá explicar de manera clara y coherente las características, el origen y las relaciones causa-efecto que permitirán llegar a conocer a profundidad el dilema y servirá como base para alcanzar niveles más complejos de la comprensión.

-       Solución de problemas

Habilidad que debe desarrollarse en las primeras etapas de la vida. Para Nickerson, Perkins y Smith (1990, p. 86), esta se orienta a «los procesos de conducta y pensamiento dirigidos hacia la ejecución de determinada tarea intelectualmente exigente». De esta manera, ante la aparición de un problema, se asume la idea de buscar el logro de un objetivo, a pesar de que no se conoce de antemano el procedimiento para conseguirlo. Consiste en la búsqueda de diferentes rutas o caminos para lograr cambios frente a una situación que produce inconformidad o malestar. Esta habilidad es una de las más difíciles a desarrollar, puesto que es muy exigente porque exige el conocimiento a profundidad de un problema para encontrarle solución. Por lo general, se necesita combinar algunas habilidades, como la percepción, el análisis y la compresión que favorezcan la búsqueda de soluciones claras, adecuadas, y pertinentes. Se pueden considerar como elementos de solución de problemas a la inducción y deducción.

-       Evaluación

Habilidad muy trascendente que permite tomar decisiones adecuadas frente a situaciones difíciles que todo ser humano debe enfrentar durante toda su existencia. Por lo tanto, es importante fortalecerla y usarla de manera pertinente  a través del uso de diversas estrategias para tener resultados apropiados. La evaluación determina el nivel de eficacia de la tesis o postura, los argumentos o puntos de vista en una situación determinada (Ayola Mendoza & Moscote Riveira, 2018)

METODOLOGÍA

Esta investigación tiene como objetivo analizar los estudios teóricos y empíricos, entre los años 2015-2021, sobre la importancia del pensamiento crítico en el trabajo docente con la finalidad de conocer las diferentes estrategias para su aplicación. Se plantearon los siguientes objetivos específicos:

§  Buscar e identificar, en diferentes bases de datos, los estudios teóricos y empíricos sobre la importancia del pensamiento crítico en el trabajo pedagógico correspondientes a los años 2015-2021.

§  Seleccionar y clasificar teniendo en cuenta criterios para la búsqueda de información confiable y la calidad metodológica, los estudios teóricos y empíricos relevantes sobre la trascendencia del pensamiento crítico en el trabajo docente.

§  Organizar la información para que su contenido permita rescatar la importancia de este tipo de pensamiento.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

El uso adecuado del pensamiento crítico en la labor pedagógica es una de las habilidades más necesarias e importantes para el buen desempeño docente en nuestro siglo (Chrobak, 2017)

La educación actual exige fomentar en los estudiantes la autonomía, la creatividad y la criticidad; sin embargo, estos requerimientos desaparecen en el proceso de enseñanza-aprendizaje al no contar los profesores con las estrategias adecuadas que le permitan fomentarlo en sus estudiantes o porque  ellos  mismos no han podido desarrollarlo, pues tienen muchas limitaciones al momento de enfrentarse a una situación que involucre el análisis y la toma de decisiones. Desempeñar la labor docente no solo exige dominio en la disciplina de se enseña o imparte, sino estar preparado para dirigir el desarrollo de la criticidad y reflexión en torno a las exigencias del contexto, de la realidad, de manera que los aprendizajes no queden de manera superficial, sino que resulten significativos y permitan llegar al análisis, toma de decisiones y evaluación que permiten adoptar un pensamiento propio (Alberto Núñez-Lira et al., 2020). Pensar de manera crítica  necesita de disciplina, autorreflexión, autonomía y dominio sobre las habilidades y destrezas de la persona que busca convertirse en un ser crítico, es importante la presencia de estos elementos en los seres humanos (Guerrero Bejarano, 2016) Se afirma que educar en pensamiento crítico es sinónimo de educar para enfrentar los múltiples problemas de la vida, por lo tanto si se logra el desarrollo del pensamiento crítico, la educación habrá cumplido su finalidad transformadora de la sociedad (Bezanilla-Albisua et al., 2018) Si se logra insertar al estudiante en la aventura de pensar críticamente, este sin darse cuenta mirará su contexto de modo tal que será capaz de reconocer sus fortalezas, debilidades, trayectoria, historia y será capaz de cuestionar los problemas. El pensamiento crítico aparece como eje de una educación que implica el diálogo, la liberación y una reflexión continua de la realidad durante toda el proceso educativo y la vida misma, brinda el soporte al ser que piensa en la forma cómo debe enfrentarse a la nueva sociedad del conocimiento que trae múltiples exigencias en relación a la problematización, búsqueda de soluciones y toma de decisiones de manera crítica, lo que permite considerar el pensamiento crítico como una competencia clave que se desarrolla en la escuela (Deroncele Acosta et al., 2020).  Este pensamiento se puede acrecentar en la medida que el estudiante se encuentre dispuesto a ejercitarlo y el docente a propiciarlo (Bocanegra et al., 2020) Para ejercitar el pensamiento crítico de manera adecuada, docentes y estudiantes deben  contar con los recursos necesarios que favorezcan el despliegue de las habilidades que componen este pensamiento; es decir, conocer estrategias adecuadas de análisis y juicio que le permitan sustentar sus opiniones o posturas; también deben de contar con información fehaciente y que alimente la capacidad para interpretar y adquirir nuevos conocimientos  de diferentes áreas del saber (Castillo, 2020). Una persona que piensa de manera crítica tendría una ventaja en comparación a las demás personas cuando se le presente la oportunidad de desempeñar el liderazgo lo que va ocasionar la obtención de resultados eficientes en el proceso de decidir (Guerrero Bejarano, 2016)

Es preciso que los docentes busquen la estrategia de enseñanza más adecuada que permita la potenciación del pensamiento crítico en el sujeto que aprende; esto, implica el buen desempeño docente que camina en la dirección correcta. Tanto el maestro como el alumno son partícipes de lo que pasa en el contexto en que se desenvuelven (Bocanegra et al., 2021) Los docentes deben asumir nuevos retos para desarrollar este pensamiento, en ellos y en los estudiantes, deben tener presente que  la institución educativa es el lugar en el que anidan más los problemas que la soluciones. Entonces, ¿qué interrogantes deben plantear los docentes? ¿De qué tipo? Claramente, buenas preguntas; preguntas que permitan problematizar la situación y promuevan el conflicto cognitivo que va obligar al estudiante a pensar. ¿Y cómo reconocemos estas buenas preguntas? Pues, estas superan la dualidad de lo verdadero y lo falso, propician el cuestionamiento de qué y cómo conocemos lo que conocemos, porque  necesitan una razón amplia y clara, que debe estar formada por acontecimientos y variedad de puntos de vista, argumentados de diferente manera (Nomen, 2019). Se trata de preguntas retadoras que permitan el conflicto cognitivo, la investigación y la reflexión; preguntas que aborden temas sociales relevantes, controversiales y relacionados a las necesidades del ser humano. Potenciar este pensamiento es una necesidad para lograr aprendizajes de calidad perdurables en el tiempo y que sirvan para la vida. La forma en que se da el proceso educativo necesita de manera natural la utilización de herramientas cognoscitivas y de aprendizaje que el estudiante pueda utilizar desde una toma de conciencia de su realidad, métodos y motivaciones con  puntos de vista críticos que le impulsen a contribuir con opiniones argumentadas y asertivas. (Deroncele Acosta et al., 2020)

Se destaca la importancia de formar y desarrollar el pensamiento crítico en quienes tienen la ardua labor de enseñar; es decir desarrollar altos niveles del pensamiento, ya que son vitales para lograr la criticidad en los estudiantes de todas las entidades educativas.

El trabajo de Mejía et al., (2015)  pone énfasis en que el pensamiento crítico debe capacitar a los docentes o futuros docentes para enfrentar con efectividad gran variedad de problemas que se presenten en su paso por la universidad, en su vida profesional o en su vida diaria. Se afirma que las cualidades de un docente competente en pensamiento crítico tienen su soporte en la lectura, pues esta le va permitir argumentar de manera convincente su opinión o postura. Por su parte; Palacios Valderrama et al  (2017) afirman que  el desarrollo y formación de este pensamiento  durante la vida universitaria es importante en la formación y capacitación de los futuros docentes, puesto que permite a quienes terminan la carrera, el fortalecimiento de las competencias y capacidades que van a favorecer un análisis crítico de las dificultades que se les presentarán en su labor y puedan proponer rápidamente soluciones rápidas y prácticas.  Pacheco-Cortés & Alatorre-Rojo (2018) en su trabajo abordan un tema socio-educativo que abre la discusión entre docentes e investigadores sobre el pensamiento crítico y la metacognición en un proceso de formación docente. Para Guerrero Bejarano (2016)  el pensamiento crítico es de vital importancia en el quehacer educativo y se logra desarrollar teniendo en cuenta ciertas prácticas que permitan fortalecer  las costumbres adecuadas para  que las personas se transformen en pensadores críticos, un pensador crítico, no solo ejerce un buen liderazgo; sino también tiene mayor facilidad para manejar habilidades blandas incrementando los niveles de su inteligencia emocional que le van a permitir un mayor conocimiento de sí mismo;  por ende incrementa sus capacidades cognoscitivas y de análisis de problemas. Castillo (2020) afirma que tanto docentes como estudiantes tienen idea de lo que es el pensamiento y crítico y cuál es su importancia; sin embargo, lo confunden con el hecho de solo tener un punto de vista positivo o negativo frente a una situación, desconocen los elementos de este pensamiento, desconocen que sobre la argumentación; de ahí, la urgencia que tenemos hoy de favorecer  desarrollos de pensamientos deliberantes y divergentes que interroguen por  las complejidades que presenta el contexto actual. Finalmente, Guerrero et al., (2018) concluyen que en el momento que el profesor promueve, aunque sea una sola habilidad de razonamiento en sus alumnos, ya está fomentando la criticidad y desde ese momento, el estudiante ya no será el mismo en su forma de pensar.

Por otro lado, (Deroncele Acosta et al., 2020) asumen que este tipo de pensamiento es una competencia clave durante la etapa formativa de quienes se sientan con la capacidad de tomar buenas decisiones en un sociedad globalizada y con cambios cada vez más impredecibles.

García Gonzales, 2020 considera la importancia de formar docentes que respondan a las exigencias y necesidades de aprendizaje de los estudiantes, es urgente formar profesionales   críticos; pues, deben tener la virtud de sobrepasar modelos conceptuales establecidos para dar paso a novedosas formas de aprendizaje que provoquen la movilización de un sinnúmero que habilidades que permitan el crecimiento del pensamiento crítico. Empoderarse de estrategias que permitan la criticidad es una necesidad en todos los profesionales, no solo en los que enseñan, la manera más adecuada es concientizando a los docentes universitarios que tienen la ardua labor de formar futuros profesionales en el uso de metodologías que permitan movilizar las habilidades de orden superior en los estudiantes. Es posible  fomentar el desarrollo del pensamiento crítico en los maestros y a su vez motivarlos para avanzar en el mismo e implementarlo en el aula de clases (Betancourth, 2015)

Bocanegra et al. (2020) refuerza la idea de la trascendencia de la criticidad y manifiesta su preocupación en torno al por qué los docentes no poseen estas habilidades de orden superior, entonces, categoriza el pensamiento crítico en dos aspectos: afirma que en primer lugar, los profesores no acostumbran a utilizar estrategias didácticas, tales como la controversia, la exposición argumentativa, la lluvia de ideas, el juego de roles y los dilemas morales. Segundo, los profesores no hacen una autoevaluación de su labor, son incapaces de relacionar su desempeño con el análisis, la interpretación y la inferencia como habilidades intrínsecas del pensamiento crítico en el instante que va a planificar y desarrollar una actividad de aprendizaje.

Bezanilla-Albisua et al. (2018) resalta la importancia de poseer este pensamiento que acompaña el día a día del trabajo docente y lo vincula a procesos de análisis y razonamiento, a la problematización, evaluación y toma de decisiones donde pocos entienden  su verdadero significado por lo tanto no lo asumen como un compromiso o una exigencia en el fortalecimiento del trabajo docente.

Es importante educar pensadores con actitud crítica que logren cambios relevantes en la sociedad en la que viven. Uno de los elementos del pensamiento crítico que se consideran, hoy, como facilitadores es el lenguaje porque nos va permitir realizar una adecuada argumentación. Durante las actividades de aprendizaje el uso correcto del lenguaje se evidenciaría mediante las prácticas orales de los estudiantes, las que van a involucrar a la argumentación, el conocimiento científico y las estrategias discursivas; por ello, es muy importante los debates, conversatorios y otras técnicas de comunicación oral que fomenten la controversia y desarrollen la criticidad.

Según (Martín et al., 2017) el soporte primordial para el desarrollo del pensamiento crítico es su aplicación  práctica y explícita en la vida cotidiana.  La utilización equivocada del conocimiento no ha permitidos de docentes y estudiantes logren diferenciar entre pensamiento genérico que está basado en conceptos y generalizaciones y pensamiento crítico que va más allá de un simple razonamiento, este implica la toma de decisiones, una postura a favor o en contra la misma que pretende persuadir a través de argumentos.

Zelaieta Anta et al. (2019) Concluye que pensamiento crítico en los seres humanos es importante: así mismo, recomienda que los docentes deben participar en debates académicos utilizando una técnica motivadora  que permita desarrollar las diferentes habilidades de este pensamiento; destaca, también al juego de roles como una estrategia adecuada para implementar su práctica y desarrollo.

 

 

CONCLUSIONES

El pensamiento crítico es el conjunto de habilidades con los que cuenta el profesor para lograr lo mismo en los estudiantes; por consiguiente, debe apropiarse de todas las estrategias que ayuden a desarrollar la criticidad más allá de que él cuente con un amplio conocimiento de la materia que imparte. Es importante utilizar variedad de estrategias y recursos didácticos que van a permitir formar seres reflexivos dentro y fuera del aula de clases.

Pensar de manera crítica, en nuestros días se ha convertido en un verdadero reto, porque permite al ser humano cuestionarse acerca del por qué de las cosas, es muy complejo; por lo tanto, implica determinadas habilidades como la argumentación, el análisis, la solución de problemas y la evaluación; habilidades que todo docente debe poseer y debe movilizar en su práctica diaria; para ello, es necesario que se agencie de diferentes estrategias y herramientas que le permitan lograrlo.

En educación, existen muchas limitaciones, en los estudiantes el desarrollo de de este razonamiento es muy limitado. De acuerdo a la concepción de algunos investigadores, estas se presentan por la poca claridad que tienen los docentes en torno al tema, lo que obliga a investigarlo a profundidad, así mismo, es importante, innovar en el uso de estrategias y nuevos métodos que permitan su implementación y favorezcan la movilización de las cuatro habilidades que comprende este pensamiento: argumentación, análisis, solución de problemas y evaluación, pues si se logra, en el futuro nuestra sociedad tendrá seres críticos, reflexivos, capaces de enfrentarse a variedad de situaciones que requieran tomar una decisión no solo en beneficio personal, sino en beneficio de su comunidad y su país.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Bezanilla-Albisua, M. J., Poblete-Ruiz, M., Fernández-Nogueira, D., Arranz-Turnes, S., & Campo-Carrasco, L. (2018). El Pensamiento Crítico desde la Perspectiva de los Docentes Universitarios. Estudios Pedagógicos (Valdivia), 44(1), 89–113. https://doi.org/10.4067/s0718-07052018000100089

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