Sin título-2 


DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2460      

 

Relación entre la conducta antisocial y delictiva con la funcionalidad familiar en adolescentes

 

Karol Michelle Balladares Fiallos

                                                                                  [email protected] https://orcid.org/0000-0003-1200-5370  

Universidad Técnica de Ambato

Ambato-Ecuador.

 

Mg. Agueda del Rocío Ponce Delgado

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-3624-0455  

Universidad Técnica de Ambato

Ambato-Ecuador.

 

RESUMEN

Las conductas antisociales y delictivas tienen sus orígenes en la funcionalidad familiar que desde la infancia los adolescentes toman como modelo el círculo familiar en el que se desenvuelven. El objetivo de esta investigación consistió en determinar la relación entre las conductas antisociales y delictivas y la funcionalidad familiar en los adolescentes. Las estrategias metodológicas constituyeron un enfoque cuantitativo, transversal y con un diseño no experimental y correlacional. De esta manera se emplearon los instrumentos como el Cuestionario de Conductas Antisociales y Delictivas (A-D) y la Escala de Funcionamiento Familiar (APGAR Familiar). La muestra estuvo conformada por 164 adolescentes de entre 12 a 17 años. Los resultados demostraron correlación significativa entre APGAR y Conducta Antisocial (Rho= -0.265 p<0.05) y entre APGAR y Conducta Delictiva Antisocial (Rho= -0.182 p<0.05) y la presencia de disfuncionalidad familiar leve en los adolescentes que participaron en esta investigación.

 

Palabras clave: conductas antisociales; conductas delictivas; adolescencia.

 

 

 

 

Correspondencia: [email protected]

Artículo recibido: 02 mayo 2022. Aceptado para publicación: 25 mayo 2022.

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Como citar:  Balladares Fiallos, K. M., & Ponce Delgado, A. R. (2022). Relación entre la conducta antisocial y delictiva con la funcionalidad familiar en adolescentes. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(3), 3267-3285. DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i3.2460       

Relationship between antisocial and criminal behavior

with family functionality in adolescents

 

ABSTRACT

 Antisocial and delinquent behaviors have their origins in the family functionality that, since childhood, adolescents take as a model the family circle in which they develop. The objective of this research was to determine the relationship between antisocial and delinquent behaviors and family functionality in adolescents. The methodological strategies constituted a quantitative, cross-sectional approach with a non-experimental and correlational design. Instruments such as the Antisocial and Delinquent Behavior Questionnaire (A-D) and the Family Functioning Scale (Family APGAR) were used. The sample consisted of 164 adolescents between 12 and 17 years of age. The results showed significant correlation between APGAR and Antisocial Behavior (Rho= -0.265 p<0.05) and between APGAR and Antisocial Delinquent Behavior (Rho= -0.182 p<0.05) and the presence of mild family dysfunctionality in the adolescents who participated in this research.

 

Keywords: antisocial behaviors; delinquent behaviors; adolescence.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

1.INTRODUCCIÓN

La adolescencia según Eguiarte (2018) es un periodo de transición en donde se presenta cambios a nivel emocional, conductual y cognitivo caracterizado por el proceso de crecimiento, desarrollo y adaptación del individuo, así también aparecen sentimientos de ambivalencia, aislamiento, egocentrismo, búsqueda de identidad y la necesidad de experimentar nuevas cosas. Además, surge la necesidad de pertenecer y ser reconocido por sus pares y para ello el adolescente imita el actuar de su entorno, reproduciendo conductas inapropiadas, delictivas y antisociales lo que repercute de manera negativa en el funcionamiento familiar, personal, escolar, social, económico y legal del menor (Gutiérrez et al., 2012).

Según Orosco & Pomasunco (2020)  las  conductas delictivas y antisociales en la población juvenil aparecen influenciadas por el entorno sociodemográfico, el bajo nivel socioeconómico y la falta de control por parte de las figuras paternas, a su vez estos factores generan problemas intrafamiliares y académicos, además señalan que el fácil y excesivo consumo de redes sociales, televisión o videojuegos fomentan la violencia y en situaciones extremas conlleva a los adolescentes a pertenecer a pandillas, emplear armas blancas, destruir bienes, provocar peleas y comportamientos ilícitos.

La Asociación Americana de Psiquiatría en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-V, 2014)  hace referencia al trastorno de la conducta  que incluye aspectos más hostiles en donde la agresión hacia las demás personas llega a un grado superior, generando síntomas de crueldad, engaño, falta a las normas, disturbios, enfrentamientos con policías o las  figuras de autoridad, daño a instituciones públicas o privadas que aparecen  en los últimos 12 meses antes de cumplir los 10 años y otros de 10 a 18 años, no obstante si estos episodios se muestran más violentos pueden generar un trastorno antisocial, piromanía o la cleptomanía. Así también Kazdin & Buela (1999) señalan que la conducta antisocial incluye sucesos que van en contra de las normas sociales dentro del contexto sociocultural manifestando acontecimientos agresivos y transgresión a las reglas establecidas dentro del hogar, así como el de la institución educativa y dado la gravedad de este comportamiento puede llevar al adolescente a cometer actos criminales, sin embargo es prioritario impartir los principios éticos y morales desde que son niños siendo una herramienta que ayuda a concientizar y disminuir la frecuencia de estos actos Peña & Graña (2006).

De acuerdo con (Rivera et al., 2019) cualquier conducta que afecte a la persona tiene relación con la historia personal infantil, es decir que el individuo desde su infancia adopta diferentes conductas como la negligencia y el abandono, además la conducta antisocial no solo se  determina por los patrones hereditarios sino también por el aprendizaje y la interacción en donde el sujeto se desenvuelve. Del mismo modo Bandura (1983) en su teoría de Aprendizaje por observación menciona que al igual que los niños, los adolescentes aprenden, imitan y recrean conductas buenas o intransigentes que son observadas en su contexto próximo como la familia, escuela, lugar de residencia, amigos, etc.

Frente a esto la conducta delictiva (Uribe Rodríguez et al., 2016) se asocia al riesgo social debido a que un sujeto que realiza actos prohibidos por los ordenamientos jurídicos, que han sido establecidos en un determinado lugar puede convertirse en un infractor existiendo un desajuste a nivel familiar , laboral y personal , además  pueden desencadenar problemas psicológicos como el consumo y/o venta de sustancias psicoactivas y desbalance en la dinámica familiar siendo esto un factor que impide el desarrollo normal de los adolescentes.

La funcionalidad familiar (Romero et al., 2020) tiene como punto de partida a la familia, la misma que está considerada como la unidad primaria de la sociedad que sirve de soporte para el individuo, los cuales no siempre comparten lazos sanguíneos, pero si aspectos emocionales y funcionan como un vínculo de apoyo, protección cubriendo todas las necesidades básicas de cada uno de los integrantes como son la educación, la salud y la alimentación a fin de garantizar su bienestar.

En los últimos años se han desarrollado diversas investigaciones que permiten identificar las conductas antisociales y delictivas, así como la comunicación familiar presente en los adolescentes, de esta manera un estudio realizado por (Garaigordobil & Maganto, 2016) dirigido a 3026 adolescentes de España para analizar la incidencia de la conducta antisocial y explorar diferencias en función de variables socio-demográficas, mediante la aplicación del Cuestionario de Conductas Antisociales y Delictivas AD permitió identificar que el 16,6% presenta un nivel elevado de conductas antisociales, el 10% perfil alto de riesgo y el 6.6% en perfil antisocial. Además, no existe mayor diferencia entre el sexo debido a que tanto hombres como mujeres cometen actos antisociales, aunque este tipo de comportamientos aumenten con la edad, por tal motivo se requiere supervisión desde la infancia para evitar la incidencia de estas conductas.

Un estudio realizado por (Sánchez et al.,2018) en México, empleando el Cuestionario de conductas antisociales y delictivas con el fin de indagar la existencia de dichas conductas con la estructura familiar y la repetición del grado escolar aplicado a 30 estudiantes determino que el    86.6% de los adolescentes presentan un grado de conductas antisociales y delictivas, el 53,3 % conducta antisocial baja, el 30% conducta antisocial moderada y el 16,6% actos graves, además el 60% repitió el curso, el 66,7% viven con ambos padres, el 33.3% solo con uno de ellos. Señalando que los estudiantes que han repetido el año escolar cometen actos delictivos y antisociales independientemente si viven o no con los padres.

En el informe realizado por Chong & Rivera (2018) en Perú, se da a conocer el análisis estadístico de diferentes variables del sistema de reinserción social del adolescente que presentan conflictos con la ley, en donde se obtuvo que el 28.83% de la población total de adolescentes infractores tienen 17 años de edad, el 23.78% 18 años y el 16.65% tienen 16 años.  Además, que el 6.01% son mujeres, mientras que el 93.99% son hombres. Por lo tanto, manifiestan la necesidad de rehabilitar y reinsertar a la sociedad a los menores que presenten estos comportamientos a través de varias actividades enfocadas en el desarrollo personal y laboral.

En un contexto más próximo, las estadísticas dadas por el Consejo de la Judicatura del Ecuador (2020) identificó que el 69% de la población juvenil de entre 12 a 17 años han cometido actos antisociales y delictivos recalcando que la mayoría de adolescentes que han cometido un delito pertenecen a la provincia de Esmeraldas y Guayas. Lo cual indica que el estado deberá establecer medidas de psicorehabilitación frente a esta problemática y que la familia debe ser un eje fundamental en la promoción de los valores para que el adolescente asuma con responsabilidad su rol dentro la sociedad.

De esta manera, un estudio elaborado por (Wang et al.,2020) en China para identificar las correlaciones entre la disfuncionalidad en el hogar, la angustia y depresión a 921 adolescentes de 12 a 15 años utilizando una subescala familiar, la escala Rosemberg y la escala de autoevaluación para la depresión determinaron una correlación significativa y además la disfuncionalidad familiar se asocia con la incidencia de ansiedad y depresión por lo cual el adolescente debe ser intervenido tomando en consideración todo su contexto sin embargo los padres son quienes deben llevar con responsabilidad el cuidado del adolescente y motivar a la comunicación familiar cuando la familia presente crisis , de manera que disminuyan los niveles de angustia y mejoren su relación familiar.

En Colombia, un estudio llevado a cabo por (Moreno & Chauta, 2012) con la finalidad de describir la relación entre a funcionalidad familiar, conductas externalizadas y el rendimiento académico en 63 adolescentes de 12 a 16 años, utilizaron el Apgar familiar obteniendo que el 39% manifiesta buena funcionalidad familiar, el 44% disfuncionalidad familiar moderada y el 15% disfuncionalidad severa. Identificando la importancia de adecuar un ambiente idóneo para que la familia binde un estilo de crianza respetuoso y adecuado al adolescente.

Un estudio realizado en Ecuador por Romero Giniebra (2022) para conocer la relación entre la funcionalidad familiar y la autoestima de 35 adolescentes durante la pandemia (COVID-19) aplicando el test de funcionamiento familiar (FF- SIL) y Rosemberg determinó que no existe correlación entre ambas variables sin embargo la mayoría de adolescentes se ubicó en el rango de familia moderadamente funcional y autoestima media, el 94,3% percibe que el autoconcepto y el autoestima tiene relación con la estructura familiar y concluyen que existe carencias en la dinámica familiar que influyen en la falta de autoestima en adolescentes que no les permite desarrollar sus capacidades e interfieren en la adaptación de su etapa, por tal razón el hogar debe ser un lugar seguro y estable que les permita sentirse identificados para que a futuro no desencadenen problemas comportamentales.

De esta manera el presente estudio tiene como objetivo identificar la relación entre la conducta antisocial y delictiva con la funcionalidad familiar en adolescentes, determinar el nivel de conductas antisociales y delictivas que predominan en adolescentes, así también describir describir el nivel de funcionalidad familiar en adolescentes y por último comparar la conducta antisocial y delictiva con la funcionalidad familiar según el sexo.

2.METODOLOGÍA

Diseño

Se realizo una investigación de enfoque cuantitativo, de alcance descriptivo correlacional de corte transversal, el mismo que permitió obtener datos numéricos en relación a las conductas antisociales y delictivas, así como su relación con la funcionalidad familiar en adolescentes, en un periodo de tiempo establecido, sin un seguimiento posterior(Sánchez, 2019).

Participantes  

La población de este estudio estuvo conformada por 400 estudiantes de octavo a tercero de bachillerato pertenecientes a una institución particular educativa de la ciudad de Salcedo. La muestra fue seleccionada mediante un muestro aleatorio simple y por conveniencia, la misma que estuvo conformada por 163 adolescentes (45,9% hombres y el 54,1% mujeres) Las edades estuvieron comprendidas en un rango de 12 a 17 años, de ellos el 17,8% pertenecen a 8vo, el 23,6% a 9no y a 10mo año de educación general básica, mientras que el 6,1% se ubican en primero de bachillerato, el 22,3% en segundo de bachillerato y el 5,7% se encuentran en tercero de bachillerato dentro del año lectivo 2021-2022. La selección de los participantes se realizó mediante los siguientes criterios de inclusión:

§  Aceptación del consentimiento informado por parte de los padres­­-tutores o representantes.

§  Adolescentes de 12 a 17 años de edad.

§  Adolescentes quienes accedan a participar de manera voluntaria en la investigación.

§  Adolescentes que se encuentren matriculados legalmente en la Institución Educativa dentro del año 2021-2022.

§  Adolescentes que no se encuentren en un proceso de tratamiento psicológico o psicofarmacológico.

Instrumentos

Se empleo el Cuestionario de Conductas Antisociales y Delictivas (A-D) elaborado por Nicolas Seisdedos Cubero (1985). Tiene como objetivo medir conductas antisociales y delictivas en menores de 11 a 19 años de edad. Posee una confiabilidad en cada sexo y escala, 0.866 varones en la escala A y 0.8.92 en la escala D, 0.860 en mujeres de la escala A y 0.860 en la escala D ,0.90 es la confiabilidad del cuestionario a nivel general del alfa de Cronbach (Molero Jurado et al., 2017) está conformada por 40 ítems con respuestas dicotómicas ‘’sí’’ y ‘’no’’, las cuales están divididas en dos subescalas con 20 preguntas cada una, la primera es la escala de conductas antisociales, mientras que la segunda escala abarca conductas delictivas y según el puntaje se califican mediante los siguientes niveles:  Bajo ( 0-25),medio (26-74) y alto (75-99 )   (Uribe Rodríguez et al., 2016).

Para determinar el  funcionamiento familiar se empleó el Cuestionario (APGAR FAMILIAR) realizado por  Smilkstein en 1978, posee una  confiabilidad de 0,86 en alfa de Cronbach, el cual permite conocer la satisfacción que tiene el sujeto con el funcionamiento de su familia (Esteves Villanueva et al., 2020).El instrumento consta de cinco dimensiones: adaptabilidad, cooperación, crecimiento, afectividad y capacidad resolutiva, el mismo está compuesta por una escala tipo Likert :(0) nunca, (1) casi nunca, (2) algunas veces, (3) casi siempre, (4) siempre y según el puntaje se califican mediante los siguientes niveles:  buena funcionalidad familiar (18-20 ),disfunción familiar leve (14-17),disfunción moderada ( 10-13),disfunción severa ( 9 o meno) (Nuñez Ariza et al., 2020).

Procedimiento

La presente investigación contó con el permiso y autorización de su máxima autoridad de la Unidad Educativa a participar, mediante un oficio en donde se estableció la información objetivos del estudio, el mismo que se llevó a cabo bajo las normas éticas internacionales de investigación con seres humanos de la declaración de Helsinki con el fin de proteger la autonomía y el bienestar de los menores Manzini (2000).

Una vez obtenido el consentimiento informado por parte de los padres de familia o tutores legales de los estudiantes se informó sore la confidencialidad y anonimato de los datos recolectados, se procedió a evaluar virtualmente a los participantes por medio de Google forms con un total 20 minutos dando a conocer las instrucciones de los reactivos para que puedan completar las preguntas sin ninguna dificultad.

Una vez realizada la matriz de datos en excel, se codificaron y sistematizaron informáticamente para ingresar los resultados al programa estadístico SPSS.

3.RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Tabla 1 Prueba de normalidad

 

Kolmogorov-Smirnova

Estadístico

gl

Sig.

Puntuación Conductas Antisociales

,097

163

,001

Puntuación Conductas Delictivas

,314

163

,000

APGAR

,167

163

,000

Nota: Se describe la prueba de normalidad.

Se aplico la prueba de normalidad y se determinó que las puntuaciones de las conductas antisociales y delictivas y el apagar familiar no fueron normales.

Tabla 2

Correlaciones

Correlaciones

 

APGAR

Rho de Spearman

Conductas Antisociales

Coeficiente de correlación

-,265**

Sig. (bilateral)

,001

N

163

Conductas delictivas

Coeficiente de correlación

-,182*

Sig. (bilateral)

,020

N

163

**. La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral).

*. La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).

 

Nota: Se describe la correlación de Spearman.

 

Se aplicó la prueba de correlación de Spearman encontrando que existe correlación entre APGAR y Conducta Antisocial (Rho= -0.265 p<0.05) y entre APGAR y Conducta Delictiva Antisocial (Rho= -0.182 p<0.05).

Esto significa que existe una correlación negativa, es decir que a medida que las conductas antisociales y delictivas aumentan, la funcionalidad familiar disminuye y del mismo modo si la funcionalidad familiar muestra un valor mas alto las conductas antisociales y delictivas se asocian a un nivel más bajo.

Tabla 3

Frecuencia y porcentaje del nivel de conductas antisociales

 

Frecuencia

Porcentaje

Nivel

no presenta

140

85,9

presenta

23

14,1

Total

163

100,0

Nota: Se describe el nivel de conductas antisociales en adolescentes.

Los resultados obtenidos demuestran que el 85.9% no presenta conductas antisociales, sin embargo, el 14,1% si manifestó conductas antisociales. Esto nos quiere decir que la mayoría de los adolescentes no presentan comportamientos desadaptativos en la sociedad

Tabla 4

Frecuencia y porcentaje del nivel de conductas delictivas

 

Frecuencia

Porcentaje

Nivel

no presenta

163

100,0

Nota: Se describe el nivel de conductas delictivas en adolescentes.

Los resultados obtenidos demuestran que el 100 % no presentan nivel de conductas delictivas. Es decir que la mayoría parte de los participantes no presentan problemas con la justicia.

Tabla 5

Frecuencia y porcentaje del Apgar.

 

Frecuencia

Porcentaje

Nivel

Disfunción familiar severa

2

1,2

Disfunción familiar moderada

42

25,8

Disfunción familiar leve

101

62,0

Buena funcionalidad familiar

18

11,0

Total

163

100,0

Nota: Se describe el nivel de Apgar familiar en adolescentes.

 

Según los resultados obtenidos, mediante la escala Apgar aplicados a los adolescentes del presente estudio se observa que la mayoría presenta nivel de disfunción familiar leve con el 62,0%, seguido del 25,8% quienes manifestaron nivel disfunción familiar moderada, mientras que el 11,0% se observa nivel de buena funcionalidad familiar y el 1,2% presenta nivel de disfunción familiar severa. Esto quiere decir que la mayor parte de los adolescentes presentan conflictos en el contexto familiar que pueden ser resueltos adecuadamente.

 

 

Tabla 6

Tabla de contingencia entre conductas antisociales y Apgar familiar

Nivel de Conductas antisociales * Nivel Apgar

APGAR

 

Disfunción familiar severa

Disfunción familiar moderada

Disfunción familiar leve

Buena funcionalidad familiar

Total

CONDUCTAS ANTISOCIALES

no presenta

Recuento

2

33

88

17

140

% nivel de conductas antisociales

1,4%

23,6%

62,9%

12,1%

 

100,0 %

presenta

Recuento

0

9

13

1

23

% nivel de conductas antisociales

0,0%

39,1%

56,5%

4,3%

 

100,0 %

Total

Recuento

2

42

101

18

163

% nivel de conductas antisociales

1,2%

25,8%

62,0%

11,0%

 

100,0 %

Nota: Se describe el nivel de conductas antisociales y el nivel de Apgar familiar en adolescentes

 

Según los resultados estadísticos obtenidos los adolescentes que no presentan conductas antisociales el 62,9% tiene nivel de disfunción familiar leve mientras que el 23,6% moderada, el 12,1% tienen nivel de buena funcionalidad familiar y el 1,4% manifestó nivel de disfuncionalidad familiar severa. En cuanto a los adolescentes que presentan conductas antisociales el 56,5% presenta nivel de disfunción familiar leve, seguido del 39,1% que presenta disfuncionalidad familiar moderada y tan solo el 4,3% presenta nivel de buena funcionalidad familiar. Destacando que al existir en la mayoría de participantes disfuncionalidad familiar leve existe menor presencia de conductas antisociales.

 

 

 

 

 

Tabla 7 Tabla de contingencia entre conductas delictivas y el nivel de Apgar familiar

Nivel de Conductas delictivas * Nivel Apgar

 

Nivel Apgar

Disfunción familiar severa

Disfunción familiar moderada

Disfunción familiar leve

Buena funcionalidad familiar

TOTAL

CONDUCTAS DELICTIVAS

no presenta

Recuento

2

42

101

18

163

% nivel de conductas delictivas

1,2%

25,8%

62,0%

11,0%

 

100,0%

Total

Recuento

2

42

101

18

163

% nivel de conductas delictivas

1,2%

25,8%

62,0%

11,0%

100,0%

Nota: Se describe el nivel de conductas delictivas y el nivel de Apgar familiar en adolescentes.

 

De acuerdo a los resultados estadísticos de la presente investigación se determinó que los participantes que no presenta conductas delictivas el 62% presenta nivel de disfuncionalidad familiar leve, seguido el 25,8% que presenta nivel de disfuncionalidad familiar moderada, mientras que el 11% presenta nivel de buena funcionalidad familiar y el 1,2% disfuncionalidad familiar severa. Es decir que la mayor parte de los participantes tienen disfuncionalidad familiar leve y no presentan conductas delictivas.

Tabla 8 Relación entre las conductas antisociales y delictivas y el Apgar según el sexo

Rangos

 

sexo

N

Rango promedio

Suma de rangos

Conductas Antisociales

mujer

88

70,01

6161,00

hombre

75

96,07

7205,00

Total

163

 

 

Conductas Delictivas

mujer

88

62,91

5536,50

hombre

75

104,39

7829,50

Total

163

 

 

APGAR

mujer

88

82,58

7267,00

hombre

75

81,32

6099,00

Total

163

 

 

Estadísticos de contraste

 

Conductas Antisociales

Conductas Delictivas

APGAR

U de Mann-Whitney

2245,000

1620,500

3249,000

W de Wilcoxon

6161,000

5536,500

6099,000

Z

-3,542

-6,396

-,172

Sig. asintót. (bilateral)

,000

,000

,864

Sig. exacta (bilateral)

,000

,000

,865

Sig. exacta (unilateral)

,000

,000

,432

Probabilidad en el punto

,000

,000

,001

a. Variable de agrupación: sexo

Nota: Se establece una comparación entre las variables de estudio según el sexo en adolescentes.

Dado que la distribución de las puntuaciones no es normal se aplicó la prueba U de Mann Whitney encontrando que existen diferencias estadísticamente significativas entre hombres RM = 96.07 y mujeres RM = 70.01 en Conducta Antisocial (U =2245,000 p<0,01) y también en Conducta Delictiva hombres RM =104.39 y mujeres RM = 62.91 (U =1620,500 p<0,01)

Mientras que en APGAR no hubo diferencias significativas entre mujeres RM =82.58 y hombres RM= 81.32 (U =3249.000, p>0,05). Estos datos estadísticos reflejan que los adolescentes de sexo masculino presentan predominancia de conductas antisociales y delictivas y también tanto hombres como mujeres presentan niveles de disfuncionalidad familiar leve.

Discusión

La presente investigación determinó correlación entre APGAR y Conducta Antisocial (Rho= -0.265 p<0.05) y entre APGAR y Conducta Delictiva Antisocial (Rho= -0.182 p<0.05), estos resultados se asemejan a la investigación expuesta por  Estévez & Emler ( 2011) aplicado a 4890 participantes de edades entre 10 a 25 años quienes  encontraron correlación estadísticamente significativa entre el comportamiento ofensivo y comportamiento antisocial según el sexo masculino, además señalan que el consumo de sustancias y haber sido víctima de un proceso de justicia son factores predictivos de las conductas delictivas de en adolescentes.

Los resultados aplicados a los participantes demostraron que  el 62% manifiesto disfuncionalidad familiar leve , el 25,8% nivel disfunción familiar moderada, mientras que el 11,0%  tiene nivel de buena funcionalidad familiar y el 1,2% presenta nivel de disfunción familiar severa, los cuales son similares a los resultados desarrollados Esteves (2020) en Perú, para determinar la asociación entre habilidades sociales y el Apgar familiar  a 251 adolescentes destacando que la mayoría con el  29,9 % presentan nivel alto  de disfuncionalidad familiar, el 25,1% nivel alto promedio de disfuncionalidad familiar, el 18,3% nivel promedio, el 11,2% bajo promedio y el 3,6% nivel bajo de disfuncionalidad familiar, así también el 33,9% presenta nivel promedio de comunicación familiar, por lo cual señalan que la disfunción familiar determina la comunicación en los adolescentes.

En relación a la frecuencia de conductas antisociales en adolescentes se demostró que el 85,9% no presenta este tipo de conductas y el 14,1% si presenta conductas antisociales  , en relaciona las conductas delictivas  el 100% no presentaba estaba característica por lo que estos resultados se contrastan con Peralta & Torres (2020) en Perú para determinar la relación entre video juegos y las conductas delictivas en adolescentes , destacando que el 42,86% presenta nivel promedio de conductas antisociales, el 71,43% presenta nivel bajo de conductas delictivas y el 54,08% presenta nivel leve para el uso de videojuegos, destacando que si existe relación entre ambas variables y añaden que los adolescentes que emplean su tiempo libre en los vídeos juegos que promueven violencia, tienden a desarrollar comportamientos antisociales ,por ello es necesario que los adolescentes realicen actividades recreativas y utilicen su tiempo libre de manera adecuada .

De acuerdo con los resultados obtenidos  en relación a las conductas antisociales (U =2245,000 p<0,01)  y delictivas(U =1620,500 p<0,01) se demostró que existen diferencias significativas más  en hombres que en mujeres, estos resultados son similares a Gaeta y Galvanovskis (2011) en México aplicado a 150 estudiantes de edades entre 12 y 20 años para investigar la prevalencia de las conductas antisociales y delictivas en adolescentes destacando que diferencias relevantes en relación al sexo evidenciando que las conductas antisociales  (t=2.83; p<.01) frente a  conductas delictivas (t=5.48; p<.01) por ello recalcan la necesidad que tanto el hogar como el ámbito educativo se elabore temas preventivos en relación a este tipo de conductas para mejorar el medio en el cual se desarrollan.

Según los resultados   en relación al APGAR familiar se evidencia que no hay diferencia según el sexo (U =3249.000, p>0,05) estos datos coinciden con Pérez (2007) en España realizado a 386 adolescentes entre 12 a 17 años de edad, el 51%varones y el 49% mujeres, con el objetivo de conocer la estructura y funcionalidad familiar en adolescentes, manifestaron que no existe relación de la estructura familiar con el sexo y edad.

4.CONCLUSIONES

La adolescencia constituye una época de cambio radical en donde pasan de ser niños a jóvenes y adultos realizando su vida por su propia cuenta en base a sus propias decisiones, por ello el rol de los padres, la educación, la prevención de conductas inadecuadas son elementos importantes para el proceso de maduración, del control emocional, social y biológico de los adolescentes. Además, la interacción de su entorno familiar son situaciones forjadoras de valores, normas y costumbres porque definen su comportamiento habitual y  crear un gran impacto en su psique.

Los resultados evidenciaron que existe correlación negativa entre el APGAR y Conducta Antisocial (Rho= -0.265 p<0.05) y entre APGAR y Conducta Delictiva Antisocial (Rho= -0.182 p<0.05), de manera que a mayor funcionalidad familiar, las conductas  antisociales y delictivas  aparecen en menor medida y viceversa, de esta manera debemos considerar los factores problemáticos que aparecen desde la infancia para abordar el contexto en el que vive el menor y ser capaces de predecir los acontecimientos que propician estas conductas.

Se demostró que la mayoría de los adolescentes presentan disfuncionalidad familiar leve, por lo que es importante realizar charlas psicológicas al ambiente familiar y social para gestionar herramientas efectivas de manera que aprendan a desarrollar capacidades para afrontar su existencia, por ello la función de los padres significa ser una referencia de autoridad que brinda amor y respeta su autonomía.

Los resultados destacaron que no existe predominancia de las conductas antisociales y delictivas en los adolescentes por lo que es necesario mantener medidas preventivas a nivel comunitario basados en los factores de riesgo para reducir la probabilidad de crear un victimario y a su vez una  víctima , por tal razón la salud mental es prioritaria para generar oportunidades de mejora que fomenten valores prosociales y el autocontrol a los adolescentes que presenten o no estas conductas.

Se encontró que existen diferencias significativas más en hombres que en mujeres entre las conductas antisociales y delictivas, esto nos indica que el sexo masculino y femenino tienen distintas maneras de gestionar sus acciones frente a su vida cotidiana, esto sin duda constituye un factor de riesgo que no es causal sino real y esta relacionado a nivel macrosocial evidenciándose en los altos índices de violencia en los hombres sin embargo esto nos permite identificar la necesidad de trabajar en las creencias personales, conductuales y cognitivos que motiva al adolescente actuar en contra de la ley.

Finalmente, no se encontraron diferencias significativas según el sexo y el Apgar familiar debido a que el inadecuado estilo parental de crianza afecta tanto a hombres como mujeres, por ello, se debe reconocer que el rol asertivo de la familia en la sociedad erradica y previene las diversas afectaciones emocionales y conductuales por las que atraviesa el adolescente.

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