DOIhttps://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i4.2973

Aspectos elementales para el adecuado uso de traductores automáticos

Jessica Vianey Hernández-Jiménez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-5680-9832

 

Rodolfo Hernández-Gómez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-6251-0418

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

Villahermosa, México

RESUMEN

Este artículo presenta los resultados de un estudio documental con enfoque cualitativo en el cual se realizó una revisión de literatura acerca de los aspectos elementales necesarios para que los futuros profesionales de la traducción y los aprendices de lenguas hagan un uso adecuado de los traductores automáticos. Dicha revisión reveló aspectos básicos cuyo dominio es ineludible por parte de los estudiantes de traducción, ya que conforman una serie de cualidades requeridas para ejercer esta profesión que se encuentran relacionadas con el conocimiento lingüístico, pero también se identificaron aspectos directamente ligados con el uso de la herramienta tecnológica antes mencionada por parte de la comunidad en general que utiliza este recurso para su aprendizaje de idiomas. 

Palabras clave: tecnología; traducción automática; traducción humana.

Correspondencia: [email protected]

Artículo recibido: día mes 2022. Aceptado para publicación: día mes 2022.

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

Todo el contenido de Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, publicados en este sitio están disponibles bajo Licencia Creative Commons .

Como citar: Hernández Jiménez, J. V., & Hernández Gómez, R. (2022). Aspectos elementales para el adecuado uso de traductores automáticos. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(4), 4734-4749. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i4.2973

Elementary aspects for the proper use of automatic translators

ABSTRACT

This article presents the results of a documentary study with a qualitative approach in which a literature review was carried out on the basic aspects necessary for future translation professionals and language learners to make proper use of automatic translators. This review revealed basic aspects whose mastery is unavoidable for translation students, since they make up a series of qualities required to practice this profession that are related to linguistic knowledge, but aspects directly linked to the use of language were also identified of the aforementioned technological tool by the community in general that uses this resource for their language learning.

 

Keywords: technology; automatic translation; human translation.

 

 

 

 


 

INTRODUCCIÓN

La mecanización de la traducción ha sido un proceso paulatino que desde la década de 1950 quiso introducirse y con el paso del tiempo se volvió inevitable debido a la urgencia de la sociedad postmoderna para comunicarse entre naciones de diferentes idiomas (Cuadrado y Ferrer, 2011), hasta convertirse en lo que hoy se conoce como traducción automática.

En palabras de Gamal (2017), la traducción automática: “es un área de la lingüística computacional que investiga el uso de software para traducir texto o habla de un lenguaje natural a otro tanto con o sin ayuda humana” (p. 4).

Actualmente, el uso de traductores automáticos es un tema cuya disyuntiva se resume en si es apropiado o no utilizarlos durante un proceso de traducción profesional, debido principalmente a lo imprecisos que pueden ser en ciertas traducciones. Sin embargo, autores como Fredholm (2022) señalan que el éxito al recurrir a la traducción automática dependerá de que durante la enseñanza se imparta un conocimiento adecuado acerca de su uso, lo cual conlleva estar al tanto de cómo se utiliza por los alumnos. No obstante, se presupone que no existe suficiente investigación acerca del tema y que en realidad aún no hay un nivel adecuado de capacitación al respecto. Mientras que la seguridad digital y la automatización son las competencias que más sobresalen, la planificación de proyectos y la traducción asistida por computadora son menos dominadas (Marín-Marín y Hernández, 2021).

Por lo anterior, al acudir a la traducción automática durante la formación como traductores o como aprendices de lenguas, los estudiantes pueden tener dificultades si no son plenamente conscientes acerca de los usos apropiados de los traductores automáticos existentes, así como de las posibles dificultades que conllevan y las estrategias que se pueden aplicar para solucionarlas, puesto que todo recurso tecnológico debe implementarse de manera informada, lo cual se sugiere que puede lograrse a través de la instrucción académica.

Por esta razón, analizar los diferentes estudios que se han realizado en los últimos años acerca de la traducción automática durante la formación para estas disciplinas es imprescindible para ampliar la perspectiva en torno a este tipo de herramientas que pueden resultar optimizadoras o, por lo contrario, ser contraproducentes.

Ahora bien, a principios del presente siglo se consideraba que aún no existía una lingua franca que pudiera permitir el acceso global a la información y que, por tanto, la traducción automática era la respuesta para derrumbar las barreras entre idiomas y permitir así la libre comunicación gracias a la tecnología (Hernández, 2002).

Ya entonces se planteaba que el traductor profesional del siglo XXI debía incorporar una serie de contenidos y metodologías para desarrollar las competencias necesarias para esta profesión, en las cuales debían estar presentes el saber, el saber hacer, las competencias lingüística, cultural, teórica y práctica, así como la competencia técnica. Esta última de vital importancia debido al avance inminente de las tecnologías de información con la visión de mejorar la calidad y eficiencia de su labor (Diéguez, 2001).

Empero, actualmente el idioma inglés se ha considerado la lengua global por excelencia (Marlina y Xu, 2018) dado su predominio en los sectores económico y cultural; por ende, la traducción automática ha pasado a estimarse útil desde otras perspectivas. En concordancia con lo mencionado por Lizenberg (2015), las competencias para los traductores actuales no pueden reducirse a las tradicionales (el conocimiento de aspectos semánticos, lingüísticos, discursivos y culturales de las lenguas con las que trabajan), sino también tienen que poseer las competencias digitales funcionales para ejercer su profesión de manera que su desempeño sea óptimo en las dimensiones socioeconómicas, tecnológicas y conductuales.

En suma, las competencias de cualquier futuro profesional de hoy incluyen el conocimiento básico para manejar los distintos recursos tecnológicos que existen, independientemente de su área de formación (Martínez, Botella y Llorens, 2018). Esta situación inclusive se ha visto reflejada a través de la implementación de estrategias en el sistema educativo, como lo han promovido en México al impartir capacitaciones para suscitar la competencia tecnológica en el nivel superior (Cortés-Vera, 2019).

En este sentido, en la década anterior se identificó el uso de traductores automáticos como parte inminente de los recursos que los estudiantes de traducción utilizan para simplificar su formación, pero también en el área de enseñanza-aprendizaje de lenguas. Así, además de diccionarios en línea y otros sitios de consulta, los alumnos recurren a los traductores automáticos, a pesar de que en muchas ocasiones esto no está permitido en clases precisamente para no entorpecer sus procesos de aprendizaje (Cliford, Merschel y Munné, 2013). Lo anterior, en otras palabras, argumenta que la traducción automática puede simplificar de tal forma las tareas de los aprendices que con ello evita el razonamiento lingüístico necesario para la adquisición de una lengua.

Este planteamiento ha sido una de las principales posturas en contra de la traducción automática sobre todo en el campo de aprendizaje de lenguas. Sin embargo, la necesidad de optimizar muchos de los procesos sociales, incluyendo la educación, ha hecho que la tecnología forme parte cotidiana de cada una de las esferas funcionales del mundo globalizado actual. Por ello, se ha tenido que ceder ante este tipo de recursos desde un enfoque flexible en el cual se contemplen los beneficios que pueden ofrecer tanto para la enseñanza como para el aprendizaje. De esta manera, algunos autores han esbozado perspectivas mucho más prácticas y objetivas al respecto en las que han tratado de determinar cómo implementar los traductores automáticos sin comprometer el proceso de aprendizaje de los estudiantes.

Según Roiss y Zimmermann (2020), en la era actual el sector tecnológico avanza a tal velocidad que exige un enorme esfuerzo en el campo de la enseñanza, especialmente la que se centra en la formación de traductores profesionales dada la abundancia de recursos que se ofrecen como los diccionarios en línea, los corpus multilingües y los traductores automáticos. Inclusive se han establecido parámetros para el uso de la traducción automática en las empresas dedicadas a la traducción profesional, dando una especial atención a los procesos de post-edición de textos y con ello a la capacitación del personal encargado de esta tarea (Arevalillo, 2012), añadido al hecho de que la instrucción oportuna durante la preparación académica permite un avance más rápido en el desarrollo de competencias profesionales para el traductor (Basich, Cortez y Figueroa, 2012).

De igual manera, derivado de la introducción de la traducción automática en las empresas de traducción ha surgido la necesidad de incorporarla a las aulas de formación de esta profesión para empezar a familiarizar a los estudiantes y controlar los procesos de calidad de los productos traducidos (Gonzáles y Rico, 2021).  Si bien, para el campo de la enseñanza-aprendizaje de lenguas, en donde también se usan los traductores automáticos, existen opiniones aun más fragmentadas al respecto (Vázquez-Calvo y Cassany, 2017).

Es por ello que en este artículo se reflexiona acerca de la diversidad de usos que los estudiantes de dos áreas afines, la traducción y el aprendizaje de lenguas, les dan a los traductores automáticos más usuales, así como de las principales dificultades que se pueden presentar con ello y las estrategias que se han señalado de utilidad para mejorar esta problemática y obtener un aprovechamiento de este recurso, con el fin de determinar los aspectos elementales que deben saberse para hacer un adecuado uso de la traducción automática dentro de ambos campos disciplinares.

Esta revisión de literatura se desarrolló dentro de un contexto que abarca dichos campos profesionales mencionados, ya que la Licenciatura en Idiomas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco comprende tanto el estudio en lenguas modernas como un campo disciplinar específico de Traducción e Interpretación. De este modo, a razón de la experiencia obtenida durante la carrera y gracias a la observación de las diferentes problemáticas que puede suscitar el uso de los traductores automáticos tanto durante la formación como traductores como durante el aprendizaje de lenguas, se decidió llevar a cabo este estudio con el objetivo de concentrar distintas posturas al respecto y brindar una reflexión oportuna para los egresados de dichas áreas académicas.

Metodología

En esta revisión de literatura se partió desde un enfoque cualitativo con el fin de obtener diferentes elementos característicos de esta temática que se encuentran involucrados entre sí, en tanto se analizaban los hallazgos pertenecientes a cada estudio seleccionado y se identificaban los aspectos más sobresalientes a detalle. Para ello, se realizó un análisis de contenido de artículos científicos publicados durante el periodo 2013-actualidad referentes a la temática de la traducción automática durante la formación para la traducción profesional y dentro del campo de aprendizaje de idiomas, dado que la instrucción en torno a las lenguas modernas es comúnmente una de las bases para la formación especializada de traductores en las instituciones académicas.

Lo anterior se desarrolló mediante el uso de matrices de análisis en las cuales se separaron categorías previamente determinadas para vaciar la información encontrada: 1) Traductores automáticos y usos; 2) Dificultades; 3) Estrategias. Así, para la primera categoría se buscaron en cada artículo revisado los planteamientos centrales sobre los principales traductores automáticos y los usos que se les dan durante el ejercicio de traducción. Seguidamente, se señalaron las principales dificultades con las que se encuentran los usuarios. Posteriormente, se incluyeron las estrategias propuestas en cada estudio para solucionar dichas dificultades.

 

Resultados y discusión

Traductores Automáticos Y Usos

De acuerdo con Fredholm (2022), el traductor automático al que más recurren los estudiantes es Google Traductor y lo usan para traducir textos completos desde su lengua materna a su L2. Es decir, para sustituir el proceso de redacción en su nueva lengua, resultados que coinciden en parte con otras investigaciones anteriores.

Algo similar se muestra en el trabajo de Cliford, Merschel y Munné (2013), donde se pudo identificar que la mayoría de los estudiantes utilizan con gran frecuencia los traductores automáticos durante sus asignaciones de redacción al aprender español como L2, en especial Google Traductor y no solo usan la traducción inversa sino también la traducción directa.

No obstante, a diferencia del trabajo de Fredholm (2022), en Cliford, Merschel y Munné (2013) se pudo conocer que los alumnos usan la traducción automática con tareas cotidianas en clases, proyectos, composiciones escritas (corroborar vocabulario, revisar gramática, estructurar oraciones), para prepararse antes de pruebas orales e incluso sin propósitos esencialmente académicos si quieren saber algo en su L2. Añadido a lo anterior, las razones para su uso no son simplemente reducir tiempo al hacer las asignaciones, sino verificar sus propias traducciones (traducción humana), ya que consideran los traductores automáticos como herramientas precisas, o para poder comprender mejor las instrucciones de los profesores.

Por otro lado, para Roiss y Zimmermann (2020) el traductor automático más utilizado es DeepL, cuya aceptación por parte de los alumnos la atribuyen al lema que lo define como el mejor traductor automático del mundo y su uso se enfoca principalmente en la traducción inversa. Estos resultados se vinculan con los trabajos de Fredholm (2022) y Cliford, Merschel y Munné (2013) al mostrar que los aprendices suelen poner altas expectativas en la confiabilidad de la traducción automática para realizar redacciones en su segunda lengua (L2), lo cual subraya la influencia que la instrucción oportuna puede tener para concientizar a los usuarios al respecto.

Desde las perspectivas de Vázquez-Calvo y Cassany (2017), la traducción automática ha cobrado un valor diferente dentro de los estudios sobre traducción profesional y en el campo laboral es utilizada como un aprovechamiento de los recursos tecnológicos al alcance. A pesar de ello, para el campo de la enseñanza-aprendizaje de lenguas sigue siendo un recurso que hace dudar a docentes y administrativos de los sistemas académicos, pues se considera una herramienta imprecisa que puede inclusive entorpecer los procesos de aprendizaje de los alumnos, aun si es bien sabido por los docentes que los aprendices la utilizan para completar tareas y acompañarse en clases (búsqueda de vocabulario, expresiones, revisión de redacciones y comprensión de textos, además de la producción escrita directa), siendo los más utilizados Google Traductor y Traductor Bing de Microsoft. Por ello, no suele ser objeto de atención para los maestros quienes los vinculan con una cultura de mínimo esfuerzo ni son asumidos como recursos formalmente permitidos para los cuales se deba instruir, ya que únicamente tienden a autorizar su uso como diccionario, algo totalmente distinto a lo que sucede en el campo de la traducción donde se promueve recurrir a esta herramienta siempre y cuando se sigan métodos adecuados que incluyan procesos de pre-edición y post-edición.

Tanto DeepL como Google Traductor se mencionan en el estudio de Schmidhofer y Mair (2018), en el que se destacan las posturas acerca del uso de este recurso tecnológico durante la formación de los traductores. Al respecto, se pudo comprobar que los aprendices de esta profesión utilizan la traducción automática para cumplir diversas tareas durante su formación.

Desde otro punto de vista, Rico (2017) menciona en su texto sobre la traducción automática en la era actual que esta es contemplada como la industrialización de la traducción que produce resultados masivos para una sociedad con necesidades emergentes. Es decir, los traductores automáticos se usan como artefactos que producen textos en diversos idiomas y se aíslan de los traductores humanos.

Una idea similar se continúa en el trabajo de Gonzáles y Rico (2021), en el que se hace hincapié en la traducción profesional dentro de las empresas ahora como un sistema de post-edición controlado y cuya asunción de la traducción automática como sistema de productividad en masa es ineludible e incuestionable, cuya utilidad se enfoca especialmente en los grandes volúmenes de textos como correos electrónicos, mensajes instantáneos, foros, reseñas, blogs, entre otros.

Por último, en el trabajo de Maldonado y Liébano (2021) se mencionan los tres traductores automáticos aludidos por otros autores: Google Traductor, DeepL y el Traductor Bing de Microsoft. En esta investigación se expone que los motores de traducción automática se usan para traducir unidades léxicas aisladas en lugar de recurrir a los diccionarios en bilingües, dada su rapidez y accesibilidad.

Dificultades

En el estudio de Fredholm (2022) se identificó que al recurrir a los traductores automáticos con el objetivo de que este solucione la tarea traductora estos se suelen utilizar de manera inadecuada, puesto que se introducen textos sin realizar una revisión previa de la redacción, así como tampoco se corrigen errores lingüísticos en el texto obtenido.

Por otra parte, Roiss y Zimmermann (2020) argumentan que, si los estudiantes cometen errores al utilizar el traductor automático DeepL, se debe a que ponen una confianza ciega en su funcionalidad, incluso mayor a la que colocan en la traducción humana, lo cual se presupone un error proveniente de una instrucción académica deficiente sobre el tema.

Estos resultados son diferentes a los obtenidos en la investigación de Cliford, Merschel y Munné (2013), en la que se resalta la consciencia que los alumnos tienen acerca de las limitaciones de la traducción automática y se pudieron hallar dificultades por las diferencias entre las construcciones lingüísticas que arrojan los traductores automáticos y las estructuras fijas que aprenden usualmente los estudiantes en clases. Es decir, las distintas formas de expresar algo que no son reconocidas por los aprendices porque aprendieron otras formas por lo general más simples e incluso automatizadas.

Vázquez-Calvo y Cassany (2017) argumentan que las mayores dificultades para aprendices de lenguas al usar traductores automáticos, de acuerdo con los resultados en su estudio, es obtener traducciones imprecisas e incoherentes debido al uso indiscriminado de esta herramienta para traducir textos completos sin revisar previamente los textos en su lengua materna ni verificar las traducciones obtenidas.

Lo anterior, al igual que lo mencionado en el trabajo de Roiss y Zimmermann (2020), puede vincularse con una confianza desmedida acerca de este recurso y una carencia durante la instrucción, siendo esto último algo explícitamente señalado en el estudio de Vázquez-Calvo y Cassany (2017). En otras palabras, si se toma en cuenta que los aprendices harán uso inevitablemente de los traductores automáticos, la enseñanza de lenguas debería contemplar una capacitación oportuna para obtener el mejor provecho de tal herramienta, como se ha debido aplicar en el campo de la traducción profesional.

Esta postura se enfatiza por Schmidhofer y Mair (2018), quienes indican que la inclusión de la traducción automática como parte de la instrucción elemental debe asumirse y controlarse de forma que sea parte de la educación integral del traductor para evitar dificultades propiciadas por un uso inadecuado de esta herramienta como las traducciones literales, el inadecuado uso de vocabulario como verbos o expresiones muy específicas y la variedad de estructuras sintácticas que pueden ofrecer.

Ahora bien, Rico (2017) señala que uno de los principales problemas al utilizar la traducción automática como el mecanismo contemporáneo para la productividad es el desapego entre la máquina y el traductor humano, lo que convierte a la traducción automática en un producto en sí mismo y no en un proceso, ya que esto último debería ser el enfoque adecuado para este recurso. Partiendo de esta idea, las dificultades que pueden encontrarse en un producto elaborado automáticamente pueden ser amplias, pero la mayoría están ligadas a una falta de sentido en diferentes grados, lo cual es opuesto al fin de la traducción profesional, en la que se debe procurar el traslado del sentido desde una lengua a hasta otra.

Seguidamente, para Gonzáles y Rico (2021) las dificultades cuando la traducción automática forma parte consumada de la traducción profesional se tornan asuntos relacionados con la capacitación necesaria para adecuar las producciones automáticas sin perder la calidad de la traducción humana, las habilidades de post-edición y el dominio de terminología especializada, tal y como han enfatizado diversos autores. 

Por su parte, Maldonado y Liébano (2021) aseveran que las dificultades que surgen al usar los traductores automáticos para la traducción de unidades léxicas se resumen en la insuficiencia para obtener una idea clara y precisa de lo que se busca, situación que con los diccionarios especializados sería distinta, pues aportarían información lexicográfica adecuada para los usuarios.

Estrategias

En el estudio de Fredholm (2022) se pudo notar que los estudiantes recurren a la traducción bidireccional, la cual plantea la contemplación de un idioma como lengua de partida y también como lengua de llegada (Ahumada, 2017), para corroborar sus redacciones en una L2, puesto que al invertir la traducción pueden notar errores lingüísticos derivados de las diferencias entre idiomas. De esta manera, como estrategia se reescriben las frases en el traductor en línea de forma que la redacción sea mucho más similar sintácticamente a la L2 para que en el proceso automático no ocurran errores de interferencia lingüística. Esto es, inconsistencias derivadas de las diferencias entre las estructuras de la lengua materna y la L2 y que el traductor automático no siempre es capaz de detectar.

Dicha estrategia también se demostró de utilidad en Cliford, Merschel y Munné (2013), dado que al crear una redacción en la L2 los aprendices pueden invertir el proceso y traducir sus escritos para verificar si sus construcciones lingüísticas son adecuadas. Esto, a su vez, también se enfatiza como una estrategia para mejorar el vocabulario, las expresiones, frases y estructuras que los alumnos dominan en sus producciones lingüísticas tanto orales como escritas; pero, desde la perspectiva de los maestros se sugiere consultar diccionarios en línea para obtener variedad de léxico que después sea aplicable en sus traducciones y no recurrir siempre a los traductores automáticos. En suma, al considerar que en este estudio se demuestra un razonamiento más objetivo por los estudiantes respecto a los inconvenientes que pueden presentarse al usar traductores automáticos, se puede sugerir que la instrucción mediante la práctica para detectar los errores en las traducciones es vital como una estrategia para estar preparado, de acuerdo con los resultados obtenidos en la encuesta para docentes de este mismo estudio.

Por otra parte, una estrategia similar la mencionan Roiss y Zimmermann (2020), quienes conceden a la enseñanza casi la totalidad del peso para que la traducción automática sea un recurso de utilidad que puedan usar los estudiantes, a través de una serie de ejercicios en clase en los que se concientice a los alumnos respecto al valor de la traducción humana y asimismo acerca de los posibles errores que puede contener una traducción automática mediante traducciones supervisadas en las que se distingan las equivocaciones de sintaxis, ortografía, entre otras ocasionadas por las estructuras construidas. Esto es, la pre-edición para saber cómo conviene escribir un texto que será procesado por un traductor automático y la reflexión acerca de las diferencias lingüísticas entre las lenguas en cuestión durante una post-edición.

Seguidamente, la pre-edición es una de las estrategias que se mencionan en el trabajo de Vázquez-Calvo y Cassany (2017) para poder optimizar los resultados de un traductor automático. Dichos autores hacen hincapié en la necesidad de capacitar a los aprendices para que puedan hacer un uso apropiado de esta herramienta tecnológica cuando es destinada directamente a la traducción de textos completos y no solamente para revisión, consulta o comprensión durante sus asignaciones. Además, se mencionan como factores clave el conocimiento de la interfaz y el manejo de este recurso, así como las estrategias de verificación de la información mediante la práctica. Es decir, los alumnos deben analizar los grados de coincidencia con el idioma de salida del traductor automático utilizado con varios idiomas de entrada, experimentar con la traducción bidireccional, conocer distintos traductores automáticos para contrastar sus resultados, realizar una post-edición meticulosa y aportar información a las bases de datos que utilicen los traductores automáticos para mejorar estas herramientas en línea. 

Desde la visión de Schmidhofer y Mair (2018) y sobre todo de Rico (2017), el traductor debe administrar el funcionamiento de la máquina que realiza la traducción con el fin de que el proceso de la traducción humana no quede desplazado ni la traducción como profesión sea reducida a un sistema mecánico de sustitución de palabras y frases aisladas en un contexto determinado que es supervisado por una persona con la tarea de darle sentido al producto. Para ello, es necesario contar con corpus especializados, entrenar los motores estadísticos basándose en reglas lingüísticas, evaluar los sistemas de traducción automáticos, realizar la pre-edición de los textos originales y la post-edición de los productos traducidos.

Como una estrategia para mejorar el manejo de la traducción automática a nivel profesional, Gonzáles y Rico (2021) resaltan las técnicas y herramientas informáticas con una instrucción previa durante la formación académica para que los estudiantes comiencen a dominar las tecnologías aplicadas a la traducción profesional. Así también, se sugieren prácticas que simulen los trabajos formales y la post-edición que estos necesiten al usar la traducción automática.

Finalmente, la estrategia por excelencia para no tener dificultades por la imprecisión de los traductores automáticos al buscar términos aislados es la consulta en diferentes diccionarios bilingües, el uso de repositorios de recursos lexicográficos, agregadores de diccionarios, redes de diccionarios y portales virtuales que puedan aportar distintas perspectivas y sugerencias para una unidad léxica en concreto (Maldonado y Liébano, 2021).


 

CONCLUSIONES

En esta revisión de literatura se obtuvieron las siguientes conclusiones:

En primer lugar, resulta evidente que la traducción automática forma parte ineludible de los sistemas actuales de conversión de textos a otros idiomas, debido a su fácil acceso y a la productividad que prometen como herramientas laborales. Debido a esto, la idea de excluir los traductores automáticos de la formación en los campos de traducción y aprendizaje de lenguas no es factible, porque sería contraproducente orillar a los estudiantes a utilizar los motores de traducción automática sin una instrucción previa.

En segundo lugar, es claro que debido al impacto de Google como empresa a nivel mundial es Google Traductor el motor de traducción automática que más se conoce y utiliza tanto por futuros traductores como por estudiantes de idiomas, debido a que está al alcance de la mano en sus dispositivos móviles y no necesariamente recurren a su uso para realizar traducciones completas de textos, sino para consultar términos, corroborar construcciones lingüísticas e incluso obtener más ideas de frases y expresiones.

 

También se pudo determinar que el conocimiento y uso adecuado de los traductores automáticos depende en gran medida de la instrucción académica que reciban acerca de ello, ya que en los estudios donde se demostró que la traducción automática no era bien vista por los docentes y no concebían su uso por los alumnos existía un mayor desconocimiento y una menor consciencia sobre las limitaciones que estas herramientas poseen, ocasionando por ende un mayor número de incorrecciones. Por lo contrario, en los estudios donde se demostró que la traducción automática es asumida como un complemento novedoso que puede facilitar los procesos académicos y profesionales, se obtuvo un mejor aprovechamiento de las funciones que ofrecen y se pudieron identificar perspectivas informadas de los estudiantes en torno a sus restricciones.

 

Otro aspecto de suma relevancia es la distancia que existe entre las opiniones sobre la traducción automática en el campo de la traducción y las que aún se debaten con gran frecuencia en el campo de la enseñanza-aprendizaje de lenguas, puesto que, mientras en el primero se asume la necesidad de una metodología informada que incluya el dominio de terminología, el manejo experimentado de la tecnología, los procesos de pre-edición y post-edición; en tanto en el segundo existen grados de aceptación para utilizarlos que van desde la corroboración de traducciones humanas y la práctica de la traducción bidireccional, aunque se prefiere el uso de diccionarios especializados cuando solamente se requiere la consulta de términos.

Si bien, la traducción automática forma parte de las realidades actuales, es necesario recalcar que, como todo recurso tecnológico, su uso requiere de la experiencia y sobre todo la constante capacitación para que su aplicación en las tareas realizadas sea óptima, independientemente de la disciplina profesional para la que se implemente.

 

LISTA DE REFERENCIAS

Ahumada Lara, I. (2017). La traducción especializada bidireccional como línea de investigación. Hikma, 16, 59-72. http://hdl.handle.net/10396/19438 

Arevalillo Doval, J. J. (2012). La traducción automática en las empresas de traducción. Tradumàtica: tecnologies de la traducció, (10), 179-184.  https://dx.doi.org/10.5565/rev/tradumatica.19

Basich, K., Cortez, J. y Figueroa, I. (2012). Competencia traductora vs. subcompetencia tecnológica: el caso Facultad de Idiomas Mexicali. En Memorias del XIII Encuentro Nacional de Estudios en Lenguas 2012. Universidad Autónoma de Tlaxcala. https://www.academia.edu/44858526/Competencia_Traductora_vs_Subcompetencia_tecnol%C3%B3gica_El_caso_Facultad_de_Idiomas_Mexicali

Clifford, J., Merschel , L., y Munné , J. (2013). Surveying the Landscape: What is the Role of Machine Translation in Language Learning?. @tic. revista d'innovació educativa,  (10),108-121. https://doi.org/10.7203/attic.10.2228

Cortés-Vera, J. (2019). La alfabetización informacional, Bastión en tiempos de la posverdad. Bibliotecas Anales de Investigación, 15(3), 412-420. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=8320388

Cuadrado Gutiérrez. y Ferrer Figueroa, D. (2011). Traducción automática. Técnicas y aplicaciones. En  J. Villena Román y R. M. Crespo García (Eds.), Inteligencia en redes de comunicaciones (pp.53-60). Universidad Carlos III de Madrid.https://www.it.uc3m.es/~jvillena/irc/practicas/11-12/libro1112.pdf

Diéguez M., M I. (2001). Aciertos y errores en la traducción automática: metodología de la enseñanza-aprendizaje de la traducción humana. Onomázein, (6),203-221.  https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=134518177011

Fredholm, K. (2015). El uso de traducción automática y otras estrategias de escritura digital en español como lengua extranjera. Estudios de Lingüística Aplicada33(62), 9-31. http://urn.kb.se/resolve?urn=urn:nbn:se:kau:diva-83426


 

Gamal Othman, M. (2018). Resumen de la traducción automática (Trabajo de grado, Universidad Nacional de Educación a Distancia). https://www.researchgate.net/publication/323273904_Resumen_de_la_Traduccion_Automatica

González Pastor, D.  y Rico, C. (2021). POSEDITrad: la traducción automática y la posedición para la formación de traductores e intérpretes. Revista Digital de Investigación en Docencia Universitaria15(1), e1213. https://dx.doi.org/10.19083/ridu.2021.1213

Hernández Mercedes, P. (2002). En torno a la traducción automática. Cervantes1(2), 101-117. https://www.infoamerica.org/documentos_pdf/bar07.pdf

Hernández-Romero, M. I. y Marín-Marín, A. (2021). Las competencias digitales del traductor contemporáneo en México. Revista Lengua y Cultura,2(14),1-8. https://doi.org/10.29057/lc.v2i4.6941

Lizenberg, N. (2015). Desarrollo de competencias digitales para traductores. En el Congreso Internacional de Traductores e Intérpretes: CITI 2015, San Miguel de Tucumán, Argentina. https://www.academia.edu/14874709/Desarrollo_de_Competencias_Digitales_para_Traductores

Maldonado González, M. C. & Liebana González, M.  (2021). Los motores de traducción automática y su uso como herramienta lexicográfica en la traducción de unidades léxicas aisladas. Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 88, 189-211. https://dx.doi.org/10.5209/clac.77002

Marlina, R. y Xu, Z. (2018). English as a Lingua Franca en Liontas JI (Ed.), TESOL Encyclopaedia of English Language Teaching: Teaching English as An International Language (1ra ed., pp.1–13). John Wiley & Sons, Inc. https://dx.doi.org/10.1002/9781118784235.eelt0667

Martínez, I. B., Botella, C. T., y Llorens, E. S. (2018). Estudio de la Aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) al Aula de Traducción: ¿Fantasía o Realidad? En R. Roig-Vila, El compromiso Académico y Social a Través de la Investigación e Innovación Educativas en la Enseñanza Superior. Barcelona, España. Octaedro. https://rua.ua.es/dspace/handle/10045/88031?locale=es

Rico Pérez, C. (2017). La formación de traductores en Traducción Automática.  Tradumàtica: tecnologies de la traducció, (15), 75-96. https://dx.doi.org/10.5565/rev/tradumatica.200

Roiss Fröstl, S., y González Zimmermann, P. (2020). DeepL y su potencial para el desarrollo de la capacidad de análisis crítico en la clase de Traducción inversa. Hermēneus. Revista de traducción e interpretación, (22), 363-382. https://doi.org/10.24197/her.22.2020.363-382

Schmidhofer, A., y Mair, N. (2018). La traducción automática en la formación de traductores. CLINA, 4(2),163-180. http://hdl.handle.net/10366/141609

Vazquez-Calvo,B. y Cassany, D. (2017) Aprender lengua con el traductor automático en la escuela secundaria: un diálogo necesario. Calidoscópio, 15(1),180-189. https://doi.org/10.4013/cld.2017.151.14