DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i6.3704

Un modelo de dirección del proceso de enseñanza y aprendizaje centrado en el trabajo cooperativo en el aula inclusiva

 

Jackeline Daysi Chiqui Llangari

[email protected]

Unidad Educativa Zoila Aurora Palacios UEZAP

Cuenca - Ecuador

 

 

RESUMEN

El discurso de la diversidad, en nombre de la tan ansiada “integración”, “inclusión”, se ha manifestado por muchos años, a través de prácticas educativas y sociales excluyentes con pensamientos sutiles,  poco visibles que patologizan y naturalizan realidades que clasifican, unifican, normalizan y moldean a los seres humanos, desencadenando además la tendencia que tienen muchos sistemas educativos de asignar un sesgo biologicista y atribuir de manera lineal y excluyente a razones de orden médico como por ejemplo las dificultades de aprendizaje, de conducta, familiares, etc., (Dueñas, 2013),  grupos, a los cuales se los tolera “democráticamente” y se los acepta en cumplimiento a normativas legales, gubernamentales, artículos y apartados numéricos que nos obligan a reconocer al “diferente”.      La inclusión es un proceso de cambios constantes, se pretende crear espacios de innovación educativa, de cada vez ser mejores para estar preparados para atender a la diversidad de estudiantes que formamos, con el fin de lograr una educación de calidad y calidez.

Si bien la educación inclusiva es un término que actualmente está presente a nivel mundial, puesto se pretende lograr una equidad de género, etnia, idioma, así lo señala la UNESCO, que lo único que se desea alcanzar es una Educación para todos.

El reto del profesorado es trabajar de forma inclusiva y cooperativa con el fin de alcanzar a desarrollar ciertas estrategias y metodologías con el único propósito de lograr un aprendizaje significativo inclusivo.

 

 

 

Correspondencia: [email protected]

Artículo recibido 15 octubre 2022 Aceptado para publicación: 15 noviembre 2022

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

Todo el contenido de Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, publicados en este sitio están disponibles bajo Licencia Creative Commons https://revistacientifica.uamericana.edu.py/public/site/images/aduarte/cc2.png.

Cómo citar: Chiqui Llangari , J. D. (2022). Un modelo de dirección del proceso de enseñanza y aprendizaje centrado en el trabajo cooperativo en el aula inclusiva. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(6), 2616-2626. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i6.3704

 


 

A management model of the teaching and learning process centered on cooperative work in the inclusive classroom

 

ABSTRACT

The discourse of diversity, in the name of the long-awaited "integration", "inclusion", has been manifested for many years, through excluding educational and social practices with subtle, inconspicuous thoughts that pathologize and naturalize realities that classify, unify , normalize and shape human beings, also triggering the tendency that many educational systems have to assign a biologist bias and attribute in a linear and exclusive way to reasons of a medical nature such as learning, behavioral, family difficulties, etc. , (Dueñas, 2013), groups, which are tolerated "democratically" and are accepted in compliance with legal and governmental regulations, articles and numerical sections that force us to recognize the "different". Inclusion is a process of constant changes, it is intended to create spaces for educational innovation, to be better each time to be prepared to attend to the diversity of students that we train, in order to achieve a quality and warm education.

Although inclusive education is a term that is currently present worldwide, since it is intended to achieve equality of gender, ethnicity, language, as pointed out by UNESCO, that the only thing that is desired is Education for all.

The challenge for teachers is to work in an inclusive and cooperative way in order to reach the development of certain strategies and methodologies with the sole purpose of achieving meaningful inclusive learning.

 

 


INTRODUCCIÓN

El sistema educativo, enfocado a una escuela inclusiva y “para todos” tiene su punto de partida en la conferencia internacional de Jomtien en 1990, donde se planteaba que los llamados “deficientes” deberán tener los mismos derechos y oportunidades educativas que los también conocidos como “normales”. De tal forma, que esta premisa debía pretender la instancia gubernamental cumpla con una educación de calidad y calidez en igual medida sin importar la necesidad educativa que represente.

Sin embargo,  la inclusión educativa va más allá que un mirar a todos desde una perspectiva igualitaria; es respetar y un poner en práctica un currículo que se adapte a cada una de las necesidades que representa los estudiantes, ya sea este desde un enfoque de sus derechos como ser humano y de sus valores o creencias, en otras palabras, es tratar de brindar igual oportunidades a cada uno de los niños y niñas dentro del sistema educativo con el objetivo de que se desenvuelvan y sean partícipes de la sociedad sin ser excluidos.

La educación plantea el trabajar en forma conjunta, resaltar ese valor de la enseñanza como un reto a seguir y no una obligación que cumplir, por el mismo hecho contamos con un currículo flexible y adaptable a las necesidades de niños y niñas de diferentes edades educativas. Según Tovar, (2001).  El proceso de enseñanza-aprendizaje “es todo un conjunto de relaciones que va más allá de la transmisión y la recepción de información”. (p. 11). El docente es quien incentiva a los estudiantes para lograr dicho aprendizaje, y entre otras cosas más es quien también fomenta el trabajo cooperativo, “El trabajo cooperativo se puede definir como aquella actividad realizada por dos o más personas conjuntamente de forma equitativa o proporcional, para alcanzar unos objetivos y, en definitiva, aprender”. Gutiérrez, (2009). Lograr desarrollar las habilidades o cualidades que posee cada estudiante es una tarea fuerte que el docente posee en su labor.

Como bien menciona Gutiérrez, (2009) “fomentar la motivación, la creatividad, la responsabilidad y autonomía individual del alumno, y en definitiva lo prepara para la vida profesional, en la que con casi total seguridad tendrá que escuchar opiniones distintas, intercambiar información y experiencias, y llegar a acuerdos”. (p. 3). Es por esa razón que el papel del docente juega un rol importante en la formación de niños y niñas en la actualidad se debe de fomentar el trabajo cooperativo sin dejar de lado la realidad de cada uno de los niños y niñas que son diversos a la hora de aprender.

Para hablar de una escuela moderna se nos puede venir a la mente sobre una educación libre de expresión y racionalista así mismo lo menciona Ferrer, (2006)  “todo el valor de la educación reside en el respeto de la voluntad física, intelectual y moral del niño. Así como en ciencia no hay demostración posible más que por los hechos, los niños y las niñas tendrán una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre”. (pag.12).  En el Ecuador la inclusión educativa le ha dado un giro, como ha sido planteado por la UNESCO desde el año 2005, definición que acoge el Ministerio de Educación: “Inclusión es el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, en las culturas y en las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación”. UNESCO (2005).

DESARROLLO

La escuela inclusiva constituye una comunidad donde todos sus miembros se ponen de mutuo acuerdo para organizarse, para que todos participen, cooperen y se apoyen para satisfacer las necesidades individuales. En este contexto, las estrategias organizativas propias de las aulas inclusivas inciden en la aceptación social de los niños con necesidades especiales en tanto que favorecen la participación social en el tiempo libre con sus iguales (Wendenlberg y Oyvind, 2010 citado por Dueñas, 2010 p. 363).

En la educación actual, para lograr una calidad de formación debe realizarse de forma cooperativa, ya que experimentan “sentimientos de pertenencia, de aceptación y de apoyo, y se pueden enseñar, y practicar, las habilidades y los roles sociales que se necesitan para mantener unas relaciones interpersonales positiva” (Pujolas, 2010, p. 74).

Desde siempre se ha creído que un trabajo en conjunto trae mejores resultados en la hora de resolver conflictos es así que las cooperativas escolares a más del beneficio económico que presentan a sus asociados, constituyen valiosas fuentes de ayuda para la enseñanza (Izquierdo, 1975).  Trabajar conjuntamente ayuda a descubrir nuevos roles tanto en docentes como estudiantes, fortalece la moral y se puede descubrir a los nuevos lideres del mañana; así también como aptitudes de solidaridad, decisión, dominio de si mismo autoestima y respeto al próximo, en fin, se puede manifestar que el trabajo en cooperación es una preparación para una vida práctica social.

Si bien el trabajar en equipo me trae muchos beneficio no es simplemente el organizar la clase de tres o cuatro miembros y dar un tema para trabajar y presentar al resto de la clase, el trabajar cooperativamente conlleva más que eso, es necesario que se enseñe una forma sistemática, estructurada, ordenada y persistente (Pérez, 2015), es por esta razón que el docente debe de tener claro lo que desea alcanzar en el momento de elaborar grupos de trabajo para que este rinda al máximo y pueda beneficiarse; es decir el trabajo cooperativo no es un simple método de educación sino un contenido más que debe de ser aplicado correctamente, es así que Medaura, (1994) propone alguno métodos para el trabajo cooperativo:

1.      En el preescolar los niños de 4 y 5 años trabajan, juegan y aprenden alrededor de una mesa, sentados en pequeñas sillas con libertad para relacionarse entre si.

2.      En los talleres técnicos, donde los estudiantes estas alrededor de una máquina, o construyendo algún objeto, agrupados de maneras diversas. En estos llamados aula-talleres pretende que los estudiantes aprendan los conocimientos de modo activo, que se desarrollen destrezas y los estudiantes sean los protagonistas de su crecimiento intelectual.

3.      Agrupar de 4,6 u 8 a fin de realizar tareas grupales. Así el docente puede caminar alrededor de los grupos y poder apoyar en lo que se requiera.

4.      Formación de semicírculo, es redondear un poco el aula para que el docente pueda exponer alguna demostración, dirigir una discusión o realizar algúna dramatización.

Los diferentes métodos que propone el autor es sin duda el salir de la monotonía de las filas del sentarse el uno tras el otro, con el docente al frente que dicta la clase mientras los estudiantes con sus cuadernos solo deben escribir lo que escuchan.  Es así que Pérez, (2015) expone que el trabajar cooperativamente es como una construcción de un edificio, lo importante es que cada uno realice muy bien su trabajo y que cada opinión o cada aporte que se realice dará un acabado exitoso en la hora de presentar la obra terminada. Así bien se puede decir que actualmente en el Ecuador se aplica una asignatura que se llama trabajo en proyectos escolares, donde los estudiantes deben de trabajar cooperativamente sobre un tema de interés e investigación, es así que el ministerio de educación manifiesta que “El modelo de aprendizaje basado en proyectos compromete activamente a los estudiantes, porque valora las experiencias de primera mano y fomenta el aprender haciendo de una manera flexible, lúdica, con múltiples oportunidades, tareas y estrategias. Se promueven diferentes estilos de aprendizaje para que los estudiantes tengan mayores probabilidades de realización personal”. (Ministerio de Educacion, 2018).

Además, según el acuerdo Ministerial Nº 020-A16  establece Los proyectos escolares deberán estar encaminados a obtener como resultado un producto interdisciplinario relacionado con los intereses de los estudiantes, que evidencie los conocimientos y destrezas obtenidas a lo largo del año lectivo, y transversalmente fomente valores, colaboración, emprendimiento y creatividad. Las áreas que servirán como eje para la formulación de estos proyectos son Ciencias Naturales y Ciencias Sociales.

De este modo, la colaboración y la cooperación son dos acciones de base que no se excluyen al mismo tiempo que podemos mencionar que tenemos aulas diversas con estudiantes con realidades diferentes y con necesidades distintas es por esa razón que nos encaminamos a el trabajo cooperativo en las aulas inclusivas.   Pero si hablamos de inclusión estamos hablando que todos somos diversos y poseemos diferentes maneras de aprender. La educación inclusiva debe partir desde el reconocimiento de la sociedad, del otro, a través de la reflexión de lo que significa vivir la cultura de la diversidad.

Hemos olvidado que cada individuo tiene un ritmo de aprendizaje distinto, propósitos, motivaciones, expectativas e ideas personales diferentes. Se ha entendido la diferencia como una desventaja y no como una fortaleza, como un obstáculo y no como un estímulo; “existe una cultura de la queja, del lamento, del masoquismo. Suele ser demoledora para el buen vivir del docente y destructora del compromiso y del esfuerzo” (Santos Guerra, 2011, p.4).

Actualmente hablar de diversidad es mirar con ojos de igualdad a todas las personas pertenecientes a este planeta, es así que a nivel del mundo se ha establecido que la diversidad y la inclusión debe estar presente en la ideología de todas las personas.

En la Conferencia Internacional sobre "Educación para Todos" (EPT) de Jomtien, en 1990, (…) todos los habitantes del mundo tienen derecho a la educación y a la satisfacción de sus necesidades básicas de aprendizaje. (Unesco, 2010).  El objetivo primordial que tuvo la iniciativa de crear una escuela para todos niños y niñas es disminuir el analfabetismo a nivel mundial, por eso la UNESCO invita a todos los países del mundo a unirse en este programa de diversidad e inclusión educativa, ya que con esto se puede involucrar a padres de familia, docentes, estudiantes y sociedad en general para crear una comunidad educativa. Luego en el 2015 se propone la escuela primaria de libre acceso y gratuita.

Desde 1999, en la mayoría de los 94 países de ingresos bajos y medios, sobre los que se dispone de información, la legislación garantiza la gratuidad del primer ciclo de la enseñanza secundaria. De esos países, 66 la han establecido mediante garantías constitucionales y los 28 restantes mediante otras disposiciones jurídicas. En 2015 solo unos pocos países siguen cobrando tasas escolares en el primer ciclo de la secundaria, entre ellos Botswana, Guinea, Papua Nueva Guinea, la República Unida de Tanzanía y Sudáfrica. (Declaración mundial de escuela para todos, 1990)

Más de 100 millones de niños y de niñas, de los cuales 60 por lo menos son niñas, no tienen acceso a la enseñanza primaria. • Más de 960 millones de adultos dos tercios de ellas mujeres son analfabetos, y, el analfabetismo funcional es un problema importante en todos los países, tanto industrializados como en desarrollo. (Educación para todos, 2015) De allí la problemática que presenta la sociedad ante tal desigualdad de formación y falta de preparación, las cifras que presenta la UNESCO son de tal importancia que a nivel mundial se decide a tomar cartas sobre el asunto y dar un cambio a la escuela tradicional y mirar hacia una escuela nueva, una escuela donde todos podamos formarnos de manera igualitaria donde sea una escuela para todos.

Segùn la UNESCO en su propuesta de educación para todos es que “Cada persona niño, joven o adulto deberá estar en condiciones de aprovechar las oportunidades educativas ofrecidas para satisfacer sus necesidades básicas de aprendizaje.” con el fin de poder brindar las mismas oportunidades a todas las personas de vivir una vida plena y con dignidad.  Es así que desde la escuela se pretende establecer esa normativa de igualdad de una posibilidad de trasmitir conocimientos específicos y morales a través de la enseñanza aprendizaje en una manera equitativa e igualitaria, se pretende formar seres dignos de compartir no solo conocimientos sino también costumbres y tradiciones, la inclusión también nos hace llamado a la diversidad de pueblos y ciudades que desde siempre ha existido la expansión o migración en donde las personas se ven obligados a compartir unas con otras idiomas y costumbres.

Para alcanzar dichos objetivos, la UNESCO pide a los gobiernos que redoblen sus esfuerzos por impartir enseñanza a todos los que enfrentan dificultades, ya sea debido a la pobreza, a cuestiones de género, al lugar en donde viven o a otros factores. Desde la educación se ha de promover, entonces, de forma intencional, la aceptación y la valoración de las diferencias de cualquier tipo para “aprender a vivir juntos”, lo que implica la comprensión del otro como un “legítimo otro” y el desarrollo de nuevas formas de convivencia basadas en el pluralismo, el entendimiento mutuo y las relaciones democráticas. Esto significa que la educación intercultural ha asumido también el compromiso de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, no sólo de las minorías y de los pueblos autóctonos, sino de toda la población (Declaración Universal Diversidad Cultural, 2001).

En el Ecuador La inclusión educativa le ha dado un giro, definición que acoge el Ministerio de Educación: “Inclusión es el proceso de identificar y responder a la diversidad de las necesidades de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, en las culturas y en las comunidades, y reduciendo la exclusión en la educación”.

Además, el Artículo 47 de la Constitución de la República establece que el Estado garantizará políticas de prevención de las discapacidades y, de manera conjunta con la sociedad y la familia, procurará la equiparación de oportunidades para las personas con discapacidad y su integración social. Se reconoce a las personas con discapacidad, los derechos a: (7.-) Una educación que desarrolle sus potencialidades y habilidades para su integración y participación en igualdad de condiciones. Se garantizará su educación dentro de la educación regular. Los planteles regulares incorporarán trato diferenciado y los de atención especial la educación especializada.

Por tanto, fomentar una educación igualitaria en base a una formación inclusiva es lo que se pretende a nivel mundial es así que la creación de un aula inclusiva no significa que todos los estudiantes tengan que estar en el mismo espacio y hacer las mismas cosas de la misma manera. Significa permitir que todos los estudiantes de la clase alcancen las mismas metas, incluso si el método que se utiliza es diferente. Las aulas inclusivas se centran en el objetivo de aprendizaje en lugar de la actividad para medirlo. Requieren que todos los alumnos cumplan con los mismos objetivos de aprendizaje mediante el uso de las evaluaciones creadas para cubrir las necesidades de cada alumno.


 

CONCLUSIÓN

Lo que se pretende que el ro que desempeña el docente se centre más en la forma cooperativa de una manera inclusiva, por tanto, es de vital importancia que se deba promover ambientes optimas de integración, la aceptación, apreciar y valorar cada uno de los potenciales de los estudiantes sin distinción alguna.  Según Winebrenner, (2007) uno de los estilos para entender los aprendizajes en los estudiantes con necesidades especiales es conocer el cerebro humano ya que los niños funcionan de distinta manera y son diferentes en la forma de aprender, así lo confirma la especialista Leslie Hart, investigadora cerebral, el plan de estudio deber ser “compatible con el cerebro” o de lo contrario, no podemos aprender.

Igualmente es importante el ambiente donde se desenvuelve el estudiante pues este debe ser confortable y adaptado a la realidad que requiera.  La educación en Ecuador tiene como desafío actualizar y fortalecer su currículo, y responder a las necesidades del país, esta nueva forma de pensar nos sitúa ante una nueva racionalidad inclusiva, participativa, dialógica, comunitaria y propositiva, que busca en la comunión de la diferencia una vía de realización y de alcanzar el bien común. (Balladares, 2013).

 En definitiva, la educación inclusiva pertenece, en palabras de Escudero y Martínez, citados por Haya y Rojas (2016, p. 158) al “universo de la ética, la justicia social, la democracia profunda y la equidad”. Indiscutiblemente, se convierte en la inspiración y motor de cambios educativos en los que las escuelas se interrogan a sí misma sobre su organización y pedagogía para responder positivamente a la diversidad, garantizando el derecho a una educación de calidad para todos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Balladares, J (2013) “Una racionalidad emergente en la educación Sophia”, Colección de Filosofía de la Educación, núm. 14, 2013, pp. 141-153 Universidad Politécnica Salesiana.

Dueñas Buey, M. L., (2010). EDUCACION INCLUSIVA. Revista Española de Orientación y Psicopedagogía, 21(2),358-366. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=338230785016   

Dueñas, M, Escorcia, R, y Gutiérrez, A (2010) La cooperación en educación: una visión organizativa de la escuela. Educación y Educadores,  <http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=83411512009> 

Gutiérrez, M, (2009) el trabajo cooperativo, su diseño y su evaluación. Dificultades y propuestas. https://dugidoc.udg.edu/bitstream/handle/10256/1956/217.pdf?sequence=1

            Izquierdo, A (1975) Manual de cooperativism0 estudiantil, Quito- Ecuador

Lobato. F. (1997) Hacia una comprensión del aprendizaje cooperativo. Revista de Psicodidáctica. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=17517797004 

            Narváez, A,  Padilla, J, Villagómez, M, (2011) Experiencias de trabajo cooperativo en la    Universidad Politécnica Salesiana. ALTERIDAD. Revista de Educación, ,   http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=467746230008 

Orga, J (1994) Una Didactica para un profesor diferente, Editorial Hvmanitas.      Buenos Aires- Argentina.

            Pinto, M. C. (2010). El trabajo cooperativo en la docencia de una maestría en comunicación social. la adaptación al espacio europeo de educación superior. Signo y Pensamiento, 29(56), 140-159.http://biblioteca.unae.edu.ec/glype/docview/899184618?accountid=176861

Perez, M. (2015) 9 ideas clave para el aprendizaje cooperativo, Impresión Arvato Services Iveria S.A. Impreso España.

Pujolas, P 2010, Aprender juntos alumnos diferentes los equipos de trabajo cooperativo en el aula, Ediciones Octaedro, Barcelona España.

Prova, A (2017). La práctica del aprendizaje cooperativo: propuestas operativas para el grupo-clase, Narcea Ediciones. ProQuest Ebook Central, http://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliounaesp/detail.action?docID=5102436

Reynés, M (2012) ¿Un estilo cooperativo en los grupos de trabajo? Salud en Tabasco, 18, (1). 1-2          Santos, M, Lorenzo, M,  y Priegue, D, (2009) Aprendizaje cooperativo: práctica     pedagógica para el desarrollo escolar y cultural. Magis. Revista Internacional de    Investigación en Educación, 1

Tovar, A. (2001). Constructivismo en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Instituto Politécnico Nacional, 1° Edición. https://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliounaesp/reader.action?docID=319199            0&query=ense%C3%B1anza-aprendizaje

Winebrenner, S (2007) Como enseñar a niños con diferencias de aprendizaje en el salón de clase, Editorial Pax Mexico.