Sin título-2DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i6.4127  

Funcionalidad familiar y asertividad en estudiantes de Educación General Básica Superior y Bachillerato

Adriana Elizabeth Carrasco Sánchez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-5424-9173

Universidad Técnica de Ambato

Ambato-Ecuador

 

Diana Carolina García Ramos

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-6005-4532

Universidad Técnica de Ambato

Ambato-Ecuador

RESUMEN

Los estudiantes víctimas de tipo pasivas dentro del acoso escolar tienen dificultades en asertividad, habilidad social aprendida con mayor frecuencia en la familia. El objetivo fue determinar la relación entre funcionalidad familiar y las dimensiones de asertividad en 87 estudiantes de una institución educativa PCEI en Tungurahua. El enfoque de la investigación fue cuantitativo, alcance correlacional, diseño no experimental y de corte transversal. Los instrumentos aplicados fueron el Test de Percepción del Funcionamiento Familiar (FF-SIL) y la Escala Multidimensional de Asertividad (EMA). Los resultados reflejaron una relación positiva moderada entre funcionalidad familiar y una de las dimensiones de asertividad: asertividad (R= 0.605, p < 0.01); el mayor porcentaje (46%) correspondió a individuos que expresan tener una familia moderadamente funcional; en las tres dimensiones de asertividad predominaron sujetos que se encuentran en la normalidad; la media de puntuación de funcionalidad familiar en hombres (H=44.4) no fue significativamente distinta que en mujeres (M=47.2). En conclusión, a mayor funcionalidad familiar mayor asertividad; existió un predominio de familias que desarrollan parcialmente siete categorías; la mayor parte de los estudiantes en cada una de las dimensiones de asertividad reflejaron un grado fluctuante e intermedio y por último el sexo no interfirió en la funcionalidad familiar.

 

Palabras clave: Asertividad; familia; funcionalidad familiar; habilidades sociales.

 

 

 

Correspondencia: [email protected]

Artículo recibido: 27 noviembre 2022. Aceptado para publicación: 27 diciembre 2022.

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar        

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Como citar:  Carrasco Sánchez, A. E., & García Ramos, D. C. (2022). Funcionalidad familiar y asertividad en estudiantes de Educación General Básica Superior y Bachillerato. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(6), 10206-10223. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i6.4127

Family functioning and assertiveness in students of General Basic Education and High School

ABSTRACT

 

Students who are passive victims of bullying have difficulties in assertiveness, a social skill most frequently learned in the family. The objective was to determine the relationship between family functionality and assertiveness dimensions in 87 students of a PCEI educational institution in Tungurahua. The research approach was quantitative, correlational in scope, non-experimental and cross-sectional design. The instruments applied were the Family Functioning Perception Test (FF-SIL) and the Multidimensional Assertiveness Scale (EMA). The results showed a moderate positive relationship between family functionality and one of the dimensions of assertiveness: assertiveness (R= 0.605, p < 0.01); the highest percentage (46%) corresponded to individuals who expressed having a moderately functional family; in the three dimensions of assertiveness there was a predominance of subjects who are in the normal range; the mean family functionality score in men (H=44.4) was not significantly different from that in women (M=47.2). In conclusion, the higher the family functionality, the higher the assertiveness; there was a predominance of families that partially develop seven categories; most of the students in each of the assertiveness dimensions reflected a fluctuating and intermediate degree and finally, sex did not interfere in family functionality.

 

Keywords: Assertiveness; family; family functionality; social skills.


 

1. INTRODUCCIÓN

La asertividad ha sido relacionada con diversos constructos psicológicos, entre estos la funcionalidad familiar (Esteves et al., 2020), por lo que el objetivo del estudio fue determinar el tipo de relación entre estas dos variables. Es importante destacar que el acoso escolar o bullying, es una de las problemáticas relacionadas al funcionamiento familiar (Castro & Castro, 2020) y asertividad (Rodríguez & Noé, 2018).

El acoso escolar son conductas de hostigamiento físico o psicológico de forma repetitiva e intencionada, ejecutada por un estudiante en contra de otro, creándose una relación de dominio – sumisión (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia [UNICEF], 2019). Según la Organización No Gubernamental Internacional Bullying Sin Fronteras (BSF, 2022) los casos de Bullying han aumentado en los últimos años, los países con más incidencia en esta problemática son México, China y Estados Unidos. Los niños y adolescentes hombres sufren en mayor medida de acoso escolar que las niñas y adolescentes mujeres. En Ecuador, 2 de cada 10 estudiantes adolescentes sufren acoso escolar, es decir, un 22.8 % manifestó ser víctima de violencia en su institución educativa más de tres veces en los últimos 5 meses (UNICEF et al., 2018, 2021).

En el acoso escolar intervienen varias personas; la víctima, el victimario y los observadores. Existen dos tipos de víctimas de acuerdo a la reacción en presencia del acoso escolar: víctimas activas, provocadoras o agresivas y pasivas o sumisas. Las primeras son aquellas personas que reaccionan de manera violenta ante el acoso escolar, de modo que esa reacción pasa a ser un justificante del acoso para el agresor y se produce un círculo vicioso de maltrato y humillación (Cano & Vargas, 2018). Las segundas son las más comunes y se caracterizan por la falta de respuesta y tolerancia a los ataques en silencio, poseen baja autoestima, rasgos ansiosos e inseguros y dificultades para defender sus derechos (Avilés, 2019). Las personas que no pueden defender lo que piensan, sienten y quieren de forma apropiada; siendo honestas, claras, directas y a la vez respetar los derechos del otro no son asertivas; la asertividad implica la afirmación de los derechos personales sin violar los derechos de otras personas (Jakubowski & Lange, 1978).

La asertividad es una habilidad social (Diaz-Loving et al., 1999). Las habilidades sociales o conductas socialmente habilidosas (Caballo, 2007) son el grupo de conductas expresadas por un sujeto en un contexto interpersonal, y permiten al individuo relacionarse con otros de manera adecuada (Roca, 2014).

En los estudiantes inmersos y no inmersos en situaciones de acoso escolar, los sujetos con menor promedio en habilidades sociales fueron las víctimas y agresores, por lo cual se determinó que el mejoramiento de las habilidades sociales disminuye la victimización por acoso escolar, es decir que estas habilidades son fundamentales en mediaciones contra el bullying (Silva et al., 2018).

Se evidenció una prevalencia de asertividad baja en estudiantes adolescentes (Bautista-Díaz et al., 2020) y prevalencia de conductas no asertivas en adolescentes tardíos, datos socialmente relevantes ya que el siguiente paso que la mayoría de estos sujetos dan, es el inicio de su vida profesional y se enfrentarán a diferentes situaciones en donde deberán tomar decisiones adecuadas, para un mejor funcionamiento interpersonal (Sacaca & Pilco, 2022).

La asertividad está compuesta de 3 categorías: asertividad indirecta: inhabilidad del sujeto para enfrentar directamente a otro, por lo cual utiliza medios indirectos (teléfono, cartas u otros) para expresar sus pensamientos, opiniones y deseos; no asertividad: inhabilidad del sujeto para expresar lo que piensa, opina y desea; y asertividad: habilidad del sujeto para expresar adecuadamente sus pensamientos, opiniones y deseos ( Flores & Díaz - Loving, 2004).

En definitiva, el acoso escolar o bullying es una problemática preocupante que afecta a estudiantes de todo el mundo, en la que se encuentran inmersas las víctimas de tipo pasivas o sumisas que generalmente no son asertivas.

Una de las causas del comportamiento no asertivo de las victimas pasivas es el aprendizaje de las conductas de otros. Explicado desde la teoría del aprendizaje observacional, el proceso de aprendizaje y desarrollo de nuevas conductas se da por la observación del comportamiento de otra persona que ejerce el rol de modelo (Bandura, 1987). El contexto social más cercano es la familia y por lo tanto este actúa como el modelo de aprendizaje de los individuos.

La familia es definida como el grupo en el cual el individuo desarrolla sus sentimientos de identidad e independencia, el primero de ellos influido por el hecho de sentirse miembro de una familia y el segundo, por el hecho de pertenecer a diferentes subsistemas intrafamiliares y por su participación con grupos extrafamiliares; y también es entendida como la unidad básica de enfermedad y salud (Minuchin, 2004).

Se identificó en adolescentes con baja funcionalidad familiar la relación con ideación suicida, malestar psicológico, cibervictimización, dependencia de las redes sociales y ciberacoso; mientras que en adolescentes con alta funcionalidad familiar un nivel elevado de satisfacción con la vida (Castro & Castro, 2020). Por consiguiente, la funcionalidad familiar es importante en las etapas de vida del individuo y en la consolidación de la estructura social (Santos & Larzabal, 2021).

De modo que, la funcionalidad familiar se refleja cuando la familia hace frente a las crisis que se presentan, aprecia las expresiones de afecto y el crecimiento individual de cada persona que forma el sistema, originándose así la interacción entre los miembros (Chagoya, 1985).

La funcionalidad familiar se explica a partir de dos categorías: adaptabilidad y cohesión. La cohesión es la unión física y emocional que surge de la interacción entre los miembros de la familia y la adaptabilidad es la capacidad del sistema familiar para cambiar sus reglas y roles de acuerdo a los escenarios que se presenten como por ejemplo en situaciones de estrés o enfermedad, entre otros (Olson et al., 1989). Sin embargo, González et al. (1997) menciona cinco categorías adicionales: armonía: reciprocidad de los intereses individuales con los familiares en un equilibrio emocional de tipo positivo; afectividad: capacidad de los miembros de la familia de experimentar y expresar unos a otros sentimientos y emociones de forma positiva; comunicación: los miembros de la familia pueden expresarse de forma clara y directa; permeabilidad: capacidad de ofrecer y aceptar el conocimiento de otros sistemas o instituciones; rol: cada miembro de la familia cumple las responsabilidades y funciones acordadas.  De tal forma que una adecuada funcionalidad familiar se refleja si las siete categorías mencionadas se desarrollan de forma idónea.

Los estudiantes víctimas de tipo pasivas dentro del acoso escolar tienen dificultades en asertividad, habilidad social aprendida con mayor frecuencia en la familia.

La evidencia reciente sobre funcionalidad familiar y habilidades sociales reflejó que el tipo de disfunción familiar establece el nivel de habilidades sociales en los adolescentes y que más de la mitad de estos sujetos tienen algún tipo de disfuncionalidad familiar con déficit en habilidades sociales, sin embargo, la dimensión de asertividad es la que más se desarrolló con un nivel alto (Esteves et al., 2020).

La presente investigación tuvo por objetivo contribuir al incremento del conocimiento al determinar la relación entre funcionalidad familiar y las dimensiones de asertividad. Tuvo relevancia social por el alcance de los resultados a nivel local de una población del sector rural poco indagada como son los estudiantes de Educación General Básica Superior y Bachillerato de una institución educativa para personas con escolaridad inconclusa de la provincia de Tungurahua.

2. METODOLOGÍA

Método

El enfoque de la investigación fue cuantitativo, los datos recolectados fueron medidos mediante instrumentos validados y estandarizados (Baena, 2014) como son el Cuestionario de Funcionamiento Familiar (FF-SIL) para evaluar el grado de funcionalidad familiar, y la Escala Multidimensional de Asertividad (EMA) para evaluar dimensiones y grado de asertividad y analizados mediante el programa estadístico Jamovi 2.3.18.

El alcance fue correlacional porque se estableció asociación entre las variables del estudio (Hernandez-Sampieri, 2014), con diseño no experimental ya que las variables no fueron manipuladas ni controladas y de corte transversal pues se aplicaron los instrumentos antes mencionados en una sola ocasión (Castillo & Orozco, 2014).

Participantes

Los participantes fueron los estudiantes de Educación General Básica Superior y Bachillerato de una institución educativa para personas con escolaridad inconclusa (PCEI) de la provincia de Tungurahua, con un total de 87 sujetos, entre ellos 47 hombres (54 %) y 40 mujeres (46%); con una media de edad de M = 18 y σ = de 1,23; un mínimo de 15 y máximo de 21 años de edad.

Se utilizó a toda la población por conveniencia de accesibilidad, proximidad y aceptación que el investigador tuvo hacia la población. Los criterios de selección fueron a) estar legalmente matriculado en el periodo académico septiembre 2022 – agosto 2023, b) firma de asentimiento del representante legal para la participación en el estudio de su representado en caso de ser menor de edad, c) firma del consentimiento informado y mantenimiento del deseo de participación por parte de los estudiantes mayores de edad; y los criterios de exclusión fueron a) tener discapacidad auditiva o visual que imposibilite el desarrollo de los instrumentos de evaluación, b) encontrarse bajo el efecto de alguna sustancia psicoactiva que altere los resultados de los instrumentos, c) estudiantes diagnosticados con autismo puesto que presentan dificultades en sus habilidades sociales (Cruz & Chacón, 2021), d) instrumentos de evaluación que no hayan sido completados en su totalidad y e) estudiantes que no hayan asistido a clases los días de la evaluación de los instrumentos.

Instrumentos

Se utilizó el Test de Percepción del Funcionamiento Familiar (FF-SIL) versión original creado por González et al. (1997) y posee un alfa de Cronbach de 0.91. Este evaluó a través de 7 categorías (cohesión, armonía, comunicación, permeabilidad, afectividad, roles y adaptación) y 14 situaciones, los grados de funcionalidad familiar: funcional, moderadamente funcional, disfuncional, severamente disfuncional.

Para la calificación e interpretación se sumaron todas las respuestas escogidas por el evaluado según los valores cuantitativos de la escala tipo Likert: casi nunca (1 punto), pocas veces (2 puntos), a veces (3 puntos), muchas veces (4 puntos), casi siempre (5 puntos) y posteriormente según el baremo establecido se determinó el grado de funcionalidad familiar: funcional (57–70), moderadamente funcional (43–56), disfuncional (28–42), severamente disfuncional (14–27).

Por otro lado, el segundo instrumento utilizado fue la Escala Multidimensional de Asertividad (EMA), versión original creada por Flores & Díaz - Loving (2004) y posee un alfa de Cronbach de 0.94. Este evaluó dimensiones (asertividad indirecta, no asertividad y asertividad) y grado de asertividad (arriba de la media, normalidad, debajo de la media) a través de 45 preguntas.

Para la calificación, se sumaron las respuestas escogidas por el evaluado según los valores cuantitativos de la escala tipo Likert: 1 (completamente en desacuerdo), 2 (en desacuerdo), 3 (ni de acuerdo ni en desacuerdo), 4 (de acuerdo), 5 (completamente de acuerdo), según las preguntas asignadas para cada dimensión (15 por cada una) y se obtuvieron puntuaciones crudas que se transformaron según la tabla de “Puntuaciones T lineales” conforme al sexo o nivel escolar según el criterio del investigador, cabe mencionar que se convirtió a puntuaciones T lineales según el nivel escolar por las características de la población. Por último, se estableció el grado de asertividad por cada dimensión: Arriba de la media (>60), normalidad (40-60) y debajo de la media (<40).

Procedimiento

El primer día se explicó a los estudiantes los lineamientos de la investigación, luego los menores de edad que desearon participar en el estudio llevaron a sus casas el asentimiento informado para sus representantes legales, mientras que los mayores de edad firmaron el consentimiento informado. El segundo y tercer día, se procedió a la toma de reactivos de forma presencial con instrumentos físicos. Posteriormente se trasladó las respuestas a una base de datos en Excel y finalmente al programa Jamovi 2.3.18 donde se realizó el respectivo análisis estadístico.


 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La correlación entre funcionalidad familiar y dimensiones de asertividad se puso a prueba mediante el siguiente análisis. Tabla 1 y 2.

Tabla 1

Prueba de Normalidad entre Funcionalidad Familiar y Dimensiones de Asertividad

 

Funcionalidad Familiar

Asertividad Indirecta

No asertividad

Asertividad

N

87

87

87

87

W de Shapiro-Wilk

0.984

0.987

0.980

0.986

Valor p de Shapiro-Wilk

0.351

0.508

0.189

0.486

Se aplicó la prueba de Shapiro- Wilk con el objetivo de ver normalidad entre las dos variables y dio como resultado una puntuación (p0,05), es decir, las puntuaciones de funcionalidad familiar y las dimensiones de asertividad fueron normales.

Se procedió a utilizar la prueba R de Pearson puesto que los datos tienen una distribución normal. Tabla 2.

Tabla 2

Matriz de Correlaciones entre Funcionalidad Familiar y las Dimensiones de Asertividad.

 

 

Funcionalidad Familiar

Asertividad indirecta

R de Pearson

-0.148

 

Valor p

0.171

No asertividad

R de Pearson

-0.097

 

Valor p

0.369

Asertividad

R de Pearson

0.605

 

Valor p

<.001

Se encontró que con un 99% de confianza existe relación positiva moderada entre funcionalidad familiar y asertividad (R= 0.605, p < 0.01); y no existe relación entre funcionalidad familiar y asertividad indirecta (R= -0.148, p  0.05) y tampoco hay relación con no asertividad (R= -0.097, p  0.05).

Tras revisar la evidencia científica disponible de los últimos cinco años, no se encontró muchos datos empíricos sobre la correlación entre funcionalidad familiar y asertividad en estudiantes de Educación General Básica Superior y Bachillerato, sin embargo, en un estudio acerca de la funcionalidad familiar y las habilidades sociales en adolescentes, existió una correlación positiva entre funcionalidad familiar y asertividad (R= 0.549 , p = 0.00) (Esteves et al., 2020); datos que coinciden con esta investigación. No obstante, hay que considerar que se contrastan los resultados entre funcionalidad familiar y asertividad, a diferencia de este estudio, en donde se relacionó a la funcionalidad familiar con las dimensiones de asertividad, y además las poblaciones en ambas investigaciones (n= 251, N= 87) no son representativas para generalizar resultados, pero si forman una base para poder realizar futuras investigaciones.

Cabe destacar que este estudio nació de la problemática sobre el acoso escolar y se relacionó a este con el comportamiento no asertivo de las victimas pasivas, en consecuencia, se halló una correlación negativa entre ciberacoso (r=-.134, p<.01), cibervictimización (r= -.219, p<.01) y funcionalidad familiar (Castro & Castro, 2020);  datos que confirmaron la relación antes mencionada en la revisión de la literatura científica.

Para identificar el grado de funcionalidad familiar se realizó la tabla 3 de frecuencias.


 

Tabla 3

Grado de Funcionalidad Familiar

Grados de Funcionalidad Familiar

Frecuencias

% del Total

Familia severamente disfuncional

5

5.7

Familia disfuncional

25

28.7

Familia moderadamente funcional

40

46.0

Familia funcional

17

19.5

Total

87

100

A partir de estos datos, se puede observar que, del total de la población el mayor porcentaje (46%) correspondió a individuos que expresaron tener una familia moderadamente funcional.

Los resultados observados en este estudio son similares a los encontrados en Santos & Larzabal (2021)  puesto que en ambos existe un predominio de estudiantes que expresan tener familias moderadamente funcionales con la peculiaridad de que en el segundo estudio se presentan los resultados por género, masculino con el 79.9% y femenino con 56.7% en el grado moderado de funcionalidad familiar. También son análogos en cuanto a los resultados de familia severamente disfuncional, puesto que la minoría de los estudiantes corresponden a este grado, perteneciendo masculino a 0% y femenino a 1.1%. Sin embargo, difieren en cuanto a los grados de familia funcional; correspondiendo femenino al 30.3 % y masculino a 17.2 % y se diferencian también en familia disfuncional; correspondiendo femenino a 11.9 % y masculino a 10.9 %.

Para evaluar las dimensiones y grado de asertividad se analizaron los resultados de la tabla 4.

Tabla 4

Resultados de  frecuencias de Asertividad indirecta, No Asertividad, Asertividad

 

Frecuencias

% del Total

Asertividad Indirecta

 

 

Arriba de la media

31

35.6

Normalidad

53

60.9

Debajo de la media

3

3.4

Total

87

100

No Asertividad

 

 

Arriba de la media

24

27.6

Normalidad

58

66.7

Debajo de la media

5

5.7

Total

87

100

Asertividad

 

 

Arriba de la media

3

3.4

Normalidad

44

50.6

Debajo de la media

40

46.0

Total

87

100

Se concluyó que, del total de la población para las tres dimensiones: asertividad indirecta, no asertividad y asertividad, predominan sujetos que se encuentran en la normalidad.

En este estudio se presentaron los resultados en base a tres dimensiones y tres grados, sin embargo, otra investigación arrojó resultados en relación a una clasificación del comportamiento: asertivo, pasivo y agresivo; en el cual predominan individuos con comportamiento agresivo con el 57.5%, le siguen los pasivos con el 22 % y por último están los de tipo asertivo con el 20.5 % (Bautista-Díaz et al., 2020). Estos resultados fueron comentados porque en base al porcentaje de personas que poseen un estilo de comportamiento pasivo se infiere que, en situaciones de acoso escolar, problemática del actual estudio, los individuos pueden actuar de acuerdo a las características mencionadas en la revisión de la literatura científica plasmada en la introducción. Por otro lado, Sacaca & Pilco (2022) concluyó que en estudiantes adolescentes, el mayor porcentaje se encuentra en una categoría promedio bajo de asertividad y corresponden al 43.6%, seguido del 35.9% que pertenece a bajo, 12.8% en la categoría promedio, 5.1 % en promedio alto, 2.6 % en alto y finalmente ningún individuo expresó tener una asertividad muy alta.

Para comparar las medias de puntuación de funcionalidad familiar según el sexo, primero se utilizó la prueba de Levene con el objetivo de comprobar el supuesto de homocedasticidad. Tabla 5.

Tabla 5

Prueba de Levene para Homocedasticidad

 

F

Gl

gl2

P

Total -funcionalidad familiar

0.448

1

85

0.505

La prueba de Levene dio como resultado (p = 0.505), lo que significa que se comprueba el supuesto de homocedasticidad (p  0,05).

Como se observa en la Tabla 1 la prueba de Shapiro-Wilk arrojó normalidad en la distribución de los datos para funcionalidad familiar (p  0,05) y en la tabla 5 se cumple el supuesto de homocedasticidad (p 0,05), por lo que se utilizó la prueba paramétrica T de Student para muestras independientes. Tabla 6.


 

Tabla 6

Prueba T para Muestras Independientes

 

Estadístico

Gl

p

Total - funcionalidad familiar - T de Student

-1.22

85.0

0.226

Con un 95% de confianza la media de puntuación de funcionalidad familiar en hombres (H=44.4) no fue significativamente distinta que en mujeres (M=47.2), (t (85) = -1.22; p0.05).

Los hallazgos de este estudio fueron consistentes con los de Gunaydin & Kumcagiz (2020) en relación a que la funcionalidad familiar en hombres (H=135.56) no es significativamente distinta que en mujeres (M =132.97) en estudiantes adolescentes. Sin embargo, estos resultados difirieren de los encontrados por Núñez et al. (2020) puesto que hallaron diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres en estudiantes adolescentes, es decir, los datos evidenciaron que en las mujeres (M = 5.96%) predomina la disfunción familiar moderada y en hombres (H = 4.99 %) una tendencia a la disfunción familiar leve. Esta disparidad entre los resultados podría ser por los contextos culturales distintos de las poblaciones.

Las limitaciones de este estudio fueron: la autoevaluación de los estudiantes, es decir, ellos expresaron su propia percepción de lo que están viviendo respecto a la funcionalidad familiar y podría existir diferentes perspectivas de los demás miembros de la familia; por otro lado, la presión social por responder según lo que la sociedad espera sobre la asertividad, pudo haber hecho que los estudiantes tergiversen las respuestas incluso en instrumentos anónimos y además el estudio se llevó a cabo en una sola institución educativa para personas con escolaridad inconclusa, por lo que los resultados no se pueden generalizar.

 

CONCLUSIONES

Se determinó una correlación positiva moderada entre funcionalidad familiar y una de las dimensiones de asertividad: asertividad; por lo tanto, a mayor funcionalidad familiar mayor asertividad en la población estudiada, en otras palabras, mientras mejor se desarrollen dentro de la familia siete categorías de forma idónea (cohesión, adaptabilidad, armonía, comunicación, afectividad, permeabilidad y rol) el sujeto expresa de mejor manera sus pensamientos, opiniones y deseos.

Se identificó un predominio de sujetos que expresan tener una familia moderadamente funcional, es decir que, en la mayor parte de esta población las familias desarrollan de forma parcial las siete categorías mencionadas; le siguen las familias disfuncionales, quienes no desarrollan adecuadamente las categorías; luego se encuentran las familias funcionales que desarrollan totalmente las categorías y por último y en menor porcentaje las familias severamente disfuncionales que no permiten el adecuado desarrollo de estas categorías.

Existió prevalencia de sujetos que se encuentran en normalidad según la EMA, en otras palabras, la mayor parte de los estudiantes en cada una de las dimensiones de asertividad (indirecta, no asertividad, asertividad) reflejaron un grado fluctuante e intermedio, por lo que en ocasiones el sujeto expresa asertividad y en otras no es asertivo o se comunica por medios directos o indirectos, dicho de otro modo, no existió predominancia de algún grado. En la dimensión de asertividad indirecta predominaron sujetos que se localizan por arriba de la media, es decir, son incapaces para expresarse directamente y por tal motivo lo hacen a través de medios indirectos como cartas o teléfono; en no asertividad predominó arriba de la media, es decir, sujetos inhábiles para expresarse y, por último, en asertividad prevaleció debajo de la media, es decir, personas no asertivas.

Se concluyó que el sexo no interfirió en la funcionalidad familiar, en otras palabras, el ser hombre o mujer no está relacionado con el desarrollo de las siete categorías en estudiantes de Educación General Básica Superior y Bachillerato.

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