DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i6.4140
Estrés Académico y su relación con la Resiliencia en Adolescentes
Holguer Geovanny Corrales Fernández
https://orcid.org/0000-0003-3628-460X
Universidad Técnica de Ambato
Facultad de Ciencias de la Salud
Carrera de Psicología Clínica
Ambato-Ecuador
Ismael Alvaro Gaibor Gonzalez
https://orcid.org/0000-0001-9360-3123
Universidad Técnica de Ambato
Grupo de Investigación Nutrigenx
Ambato- Ecuador
El estrés académico es conocido como un aumento de la tensión en los estudiantes debido a diferentes factores presentes al momento del aprendizaje, causando daños en la salud mental de los mismos. Por otro lado, la resiliencia es la capacidad de afrontamiento de dificultades que posee la persona la cual podría tener relación con el estrés académico. Siendo el objetivo del presente estudio determinar si existe una relación entre estas variables en adolescentes. Para lo cual, se contó con 120 estudiantes adolescentes participantes de la ciudad de Salcedo - Ecuador, de entre 14 y 17 años, se utilizó el Inventario Sistémico Cognoscitivista (Inventario SISCO SV-21) y la Escala de Resiliencia de Wagnild & Young. En los resultados se encontró que la mayoría de los adolescentes presentaron niveles de estrés académico entre moderado y severo, además se observaron diferencias significativas en el género puesto que el género femenino presentó mayor estrés, por otro lado, se halló que la mayoría de adolescentes presentaron grados de resiliencia entre muy bajo y medio. Finalmente, se obtuvo una correlación positiva leve entre las dos variables, lo que quiere decir que mientras el estrés académico sube, la resiliencia también lo hace
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Palabras clave: Adolescentes; estrés académico; estudiantes; resiliencia.
Correspondencia: gato_fer1999@hotmail.com
Artículo recibido 28 noviembre 2022 Aceptado para publicación: 28 diciembre 2022
Conflictos de Interés: Ninguna que declarar
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Cómo citar: Corrales Fernández, H. G., & Gaibor Gonzalez, I. A. (2022). Estrés Académico y su relación con la Resiliencia en Adolescentes. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 6(6), 10435-10449. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v6i6.4140
Academic stress is known as an increase of tension in students due to different factors present at the time of learning, causing damage to their mental health. On the other hand, resilience is a person's ability to cope with difficulties, which could be related to academic stress. The aim of this study was to determine whether there is a relationship between these variables in adolescents. For this purpose, 120 adolescent students from the city of Salcedo - Ecuador, between 14 and 17 years of age, used the Systemic Cognitive Inventory (SISCO SV-21 Inventory) and the Wagnild & Young Resilience Scale. In the results it was found that most of the adolescents presented levels of academic stress between moderate and severe, in addition, significant differences were observed in gender since the female gender presented greater stress, on the other hand, it was found that most adolescents presented degrees of resilience between very low and medium. Finally, a slight positive correlation was obtained between the two variables, which means that as academic stress increases, so does resilience.
Keywords: Adolescents; academic stress; students; resilience.
Alrededor del mundo, un tercio de los estudiantes universitarios padecen estrés extremo, y casi un 50% de los mismos padecen dificultades a la hora de desempeñarse en distintas áreas, generando una interrupción en su descanso individual además de afecciones en su vida tanto familiar, como personal y académico (Organización Mundial de la Salud, 2015). En algunos países de Latinoamérica se identificó que las personas más jóvenes que poseían más síntomas físicos, menos resiliencia y tuvieron un impacto significativo de la pandemia por la COVID-19 presentaron más sintomatología ansiosa, depresiva y estrés (Palomera et al., 2021). Además, debido a la pandemia antes mencionada, se evidenció síntomas de depresión, estrés y ansiedad en las personas pertenecientes a las principales provincias del Ecuador (Tusev et al., 2020).
Se conoce al estrés académico como el aumento de la tensión en los estudiantes como en el maestro al momento del aprendizaje, el cual puede ocurrir en el aula de clases o en el estudio individual debido a exigencias y demandas que resultan excesivas y desbordan la capacidad de afrontar del estudiante (Orlandini, 2001; Barraza, 2018). En cambio, Silva et al., (2020) menciona que dicho estrés se produce por las demandas de su entorno, cuando estas le resultan angustiantes durante la formación del alumno y pierde el control para afrontarlas provocando además síntomas físicos como ansiedad, insomnio, cansancio, entre otras.
Zumba (2021), encontró en adolescentes que existen niveles elevados de somatización, estrés, insomnio, ansiedad y disfunción social, además de que el estrés se encuentra relacionado con los problemas de salud mental, observando también diferencias por género en el mismo. Así también, Silva et al., (2020) determinaron que un 86.3% de los estudiantes de ingreso universitario presentaron un nivel moderado de estrés, obteniendo también una independencia entre el sexo y el nivel de estrés de los evaluados, mientras Alvarez et al., (2018) detectaron que un 97% de estudiantes universitarios presentaron estrés académico. Por otro lado, en estudiantes adolescentes se determinó que el 63.1% no están en las puntuaciones normales de estrés y mientras los síntomas aumentan, la proporción de estudiantes disminuye (Bermúdez, 2018), también se pudo identificar que el factor más alto de estrés académico es el provocado por el docente seguido por el estrés que provoca la tensión por saber el resultado de evaluaciones, la presión auto-infligida, el producido por los compañeros y el relacionado con la gestión de horario o tiempo (Herdian & Nurrahma, 2021), incluso Chávez & Peralta (2019) concluyeron que mientras más nivel de estrés académico exista, la autoestima será menor.
El estrés académico se encuentra relacionado inversamente con el rendimiento académico debido a una acumulación de actividades (Suárez & Ramírez., 2020). Además, se ha podido evidenciar que el estrés académico es producido por responsabilidades tales como sobrecargas de trabajo, malos hábitos en la alimentación, presión por porte de la familia, miedo a fracasar, entre otras (Guajira, 2022). Por su parte Indacochea et al., (2021), encontraron que durante la emergencia sanitaría un 30,48% de los estudiantes presentaban un estrés alto el cual afectaba de gran manera sus estudios. Se ha determinado también que el estrés académico tuvo una correlación negativa con el rendimiento escolar, lo que quiere decir que mientras más estrés académico tenga la persona, el rendimiento escolar va a disminuir (Castro & Luévano, 2018).
Por otro lado, se define a la resiliencia como la capacidad para afrontar los momentos de dolor emocional, situaciones adversas y los traumas, teniendo la capacidad de desarrollarse exitosamente sin importar que tan fuerte sea la circunstancia adversa que atraviesa, lo opuesto la resiliencia es la indefensión aprendida, la cual significa que la persona se resigna a lo que sucede (Méndez, 2020; Becoña, 2006). Al parecer existen diferencias de acuerdo a la edad y genero respecto a la resiliencia pues los adolescentes del género masculino tienden a ser más resilientes que las del género femenino, en cambio, en los adultos se observó que, las mujeres tienen más resiliencia que los hombres (Gínez et al., 2019). Por otro lado, se ha encontrado que la residencia también se relaciona con el clima social familiar, en el cual están inmersos el desarrollo personal y las relaciones interpersonales (Moya & Cunza, 2019). En otro estudio, en cambio se observó que la mayoría de adolescentes y adultos presentaron un nivel de resiliencia moderado y que el apoyo familiar es el factor más importante de protección para estas personas, la perdida de algún familiar y el encierre se convierten en los factores de riesgo más importantes y la resiliencia en el factor que les permite sobrellevar este impacto (Vargas et al., 2020). Por otra parte se ha determinado que no existe una correlación entre la disposición resiliente y el apoyo social en adolescentes (Coppari et al., 2018), pero se presenta una correlación de índole positivo entre el autoconcepto académico y social y la resiliencia (Pinel et al., 2019). Además se ha identificado que la resiliencia tiene una correlación positiva con las habilidades sociales y una correlación inversa con los eventos vitales estresantes (Sosa & Salas, 2020; Narváez et al., 2021).
Tipo Investigación
La presente investigación es de tipo no experimental y de campo porque no se manipulan las variables del estudio además de ser realizada en una situación natural; tiene un nivel correlacional ya que busca la relación entre dos variables.
Participantes
El presente estudio se encuentra conformado por una muestra de 120 adolescentes de una Unidad Educativa de la ciudad de Salcedo-Cotopaxi-Ecuador con edades de 14 a 17 años, (M= 15.0) respecto al género, 58,3% fueron masculino y 41,7% femenino, la selección de la muestra se dio a través de un muestreo no probabilístico por conveniencia. Los criterios de inclusión que se tomaron en cuenta son el haber aceptado el consentimiento informado por parte de su representante, acceder voluntariamente a participar en dicha investigación y que se encuentren legalmente matriculados
Instrumentos
Para evaluar el estrés académico se utilizó la segunda versión del Inventario Sistémico Cognoscitivista (Inventario SISCO SV-2) de Arturo Barraza Macías, el cual consta de 21 ítems y puede ser aplicado a estudiantes de educación media superior y posgrado de mínimo 14 años y máximo 54 años. Evalúa 3 dimensiones en los estudiantes: estresores, síntomas y estrategias de afrontamiento, las cuales pueden ser calificadas con dos baremos, un normativo y un indicativo dependiendo de la necesidad del investigador. El baremo normativo consta de 3 niveles de estrés, que son: de 0 a 48% leve, 49% a 60% moderado, 61% al 100% severo; por otro lado, el baremo indicativo, también posee 3 niveles que son: de 0 a 33% nivel leve, de 34% a 66% moderado y del 67% al 100% severo, obteniendo este instrumento una totalidad de confiabilidad en alfa de Cronbach de .85 (Barraza, 2018).
Por otro lado, para la variable de la resiliencia se utilizó la Escala de Resiliencia de Wagnild, G.M. y Young, H. M. (1993), adaptada a la versión peruana de Castilla (2014), la cual mide 2 dimensiones: (1) la competencia personal y (2) la adaptación de sí mismo y de su vida tanto en adolescentes como en adultos. Este instrumento evalúa 4 factores con sus respectivos ítems como son: el factor 1 de confianza y sentirse bien solo, con los ítems 2-3-4-5-6-8-15-16-17-18, y con una puntuación mínima de 10 y máxima de 70; el factor 2 de perseverancia, con los ítems 1-10-21-23-24, y con una puntuación mínima de 5 y máxima de 35; el factor 3 de ecuanimidad, con los ítems 7-9-11-12-13-14, y con una puntuación mínima de 6 y máxima de 42; por último, el factor 4 de aceptación de uno mismo, con los ítems 19-20-22-25, y con una puntuación mínima de 4 y máxima de 28. Además, posee un baremo general con 4 niveles: nivel alto que va desde los 148 a 175 puntos, nivel medio/promedio desde los 140 a 147 puntos, el nivel bajo desde los 127 a 139 puntos y el nivel muy bajo desde el 1 hasta los 126 puntos, con un Alfa de Cronbach de .91 (Castilla, 2018).
Procedimiento
Para llevar a cabo la investigación se contactó con la Unidad Educativa para tener los permisos de acceso a la misma, posteriormente se envió el consentimiento informado a los padres mediante un link de google forms para obtener la autorización de evaluar a sus hijos. Luego se aplicó de los instrumentos psicológicos de forma presencial enviando un link que contenía los instrumentos psicológicos para que sean respondidos en ese momento por los participantes, de esta manera de solventaron las dudas que tenían en ese instante. Posteriormente se procesaron los resultados en el programa Jamovi 2.3.18, se realizaron pruebas de normalidad, luego se obtuvo los niveles de estrés y el grado de resiliencia de los participantes, para proseguir con una prueba de comparación de medias de estrés académico de acuerdo al género luego de la verificación de los supuestos y, finalizando con la correlación de las variables.
Tabla 1: Nivel de estrés |
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Nivel de estrés |
Frecuencias |
% del Total |
|
||||
Nivel severo |
63 |
52.5 % |
|
||||
Nivel moderado |
44 |
36.7 % |
|
||||
Nivel leve |
13 |
10.8 % |
|
El 52,5% de los adolescentes evaluados presentan un nivel severo de estrés, el 36,7% tiene un nivel moderado de estrés y el 10,8% de los evaluados poseen un nivel leve. (Tabla 1).
Tabla 2: Grado de resiliencia |
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Grado de resiliencia |
Frecuencias |
% del Total |
|
||||
Muy bajo |
56 |
46.7 % |
|
|
|||
Bajo |
22 |
18.3 % |
|
|
|||
Medio |
23 |
19.2 % |
|
|
|||
Alto |
19 |
15.8 % |
|
|
El 46,7% de los adolescentes evaluados tienen un nivel muy bajo de resiliencia, el 19,2% posee un nivel medio, el 18,3% presenta un nivel bajo y el 15,8% tiene un nivel alto (Tabla 2).
Tabla 3: Comparación de Estrés Académico por género: Prueba T de Student |
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|
Estadístico |
Gl |
P |
|||||
Estrés Académico |
T de Student |
-2.80 |
118 |
0.006 |
|||||
Dado que la distribución de las puntuaciones de estrés académico de acuerdo a la aplicación de la prueba Shapiro Wilk fueron normales y que sus varianzas fueron homogéneas de acuerdo a la prueba de Levene, se aplicó la prueba T de Student (Tabla 3) encontrando que si existen diferencias estadísticamente significativas entre las medias de hombres (M=158, N= 70,) y de mujeres (M=172, N= 50) (T (118) = -2.80, p<0.05) en estas puntuaciones
Tabla 4: Correlación |
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Resiliencia |
|
||||
Estrés Académico |
Rho de Spearman |
0.231 |
|
||||
|
valor p |
0.011 |
|
Se empleó la prueba de normalidad de Shapiro Wilk, en la cual se encontró que la distribución de la puntuación de Estrés Académico fue normal (P= 0.813) pero la de Resiliencia no lo fue (P= 0.003). Por lo que se aplicó la prueba de correlación de Spearman hallando que con un 95% de confianza existe relación positiva leve entre Estrés Académico y Resiliencia (Rho= 0.231, p<0,05) (Tabla 4)
Tabla 5: Nivel de estrés académico y grado de resiliencia |
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Grado de resiliencia |
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Nivel de estrés |
|
Muy bajo |
Bajo |
Medio |
Alto |
Total |
|||||||
Nivel leve |
Observado |
9 |
1 |
2 |
1 |
13 |
|||||||
|
% de columna |
16.1 % |
4.5 % |
8.7 % |
5.3 % |
10.8 % |
|||||||
Nivel moderado |
Observado |
23 |
6 |
10 |
5 |
44 |
|||||||
|
% de columna |
41.1 % |
27.3 % |
43.5 % |
26.3 % |
36.7 % |
|||||||
Nivel severo |
Observado |
24 |
15 |
11 |
13 |
63 |
|||||||
|
% de columna |
42.9 % |
68.2 % |
47.8 % |
68.4 % |
52.5 % |
|||||||
Total |
Observado |
56 |
22 |
23 |
19 |
120 |
|||||||
|
% de columna |
100.0 % |
100.0 % |
100.0 % |
100.0 % |
100.0 % |
Los participantes que presentan un bajo nivel de resiliencia el 16.1% tiene estrés leve, 41.1% moderado y 42.9% severo, de los que tienen bajo nivel de resiliencia el 4.5% tiene estrés leve, 27.3% moderado y 68.2% severo, los del medio nivel de resiliencia el 5.3% tiene estrés leve, 26.3% moderado y 68.4% grave, finalmente en el alto nivel de resiliencia el 10.8% tiene estrés leve, 36.7% moderado y 52.5% severo (Tabla 5).
En el presente estudio se encontró que los adolescentes evaluados obtuvieron un nivel de estrés académico entre moderado y severo, de la misma manera en el estudio de Rodríguez & Cotonieto (2022) realizado en adolescentes universitarios de primer ingreso de una universidad privada en México, se encontró que la mayoría de adolescentes presentó un nivel de estrés académico severo y moderado, igual que en el estudio realizado por Chiluisa & Gaibor (2022) el cual se llevó a cabo en una Unidad Educativa ecuatoriana de modalidad privada con una población similar a la del actual estudio, además, Herdian & Nurrahma (2021) por su parte, efectuó un estudio en similar en Indonesia encontrando resultados parecidos, por lo que posiblemente éstos niveles de estrés académico podrían ser característicos de esta etapa de la vida, al parecer sin que haya una decisiva influencia del contexto, lo cual se podría esclarecer en varias investigaciones en el futuro .
Respecto a la resiliencia se halló en este estudio que la mayoría de adolescentes presentaron un nivel muy bajo, contrastando así con los resultados de Tovar et al., (2021) el cual fue realizado contextos similares en estudiantes colombianos de unidades educativas públicas, encontrado que los mismos poseían un alto nivel de resiliencia, sin embargo dicho estudio se realizó en una población menor, y con características clínicas y de vulnerabilidad, por lo que se podría plantear una variación de la resiliencia cuando los adolescentes se encuentran en condiciones de vulnerabilidad así también, Rodríguez & Cotonieto (2022) encontraron que su población poseía una resiliencia alta, discrepando con el presente estudio, posiblemente esta diferencia obedezca a que en dicho estudio los participantes tenían mayor edad.
Con respecto a las diferencias por género en estrés académico, Geetha & Abraham (2020) observaron en post adolescentes que no tenían una diferencia significativa de acuerdo al sexo, lo que discrepa con este estudio posiblemente debido a que con el paso del tiempo estas diferencias tiendan a disminuirse lo que se debería analizar en futuras investigaciones. Por su parte, Chiluisa & Gaibor (2022) aunque realizaron en su estudio en un contexto similar a este, no encontraron estas diferencias, lo cual puede atribuirse a variables propias y específicas de cada contexto educativo.
Finalmente, en el presente estudio se encontró en adolescentes una correlación positiva leve entre el estrés académico y la resiliencia, es decir que a medida que sube el estrés también lo hace la resiliencia, lo cual no concuerda con el estudio de Trigueros et al., (2020) quien identificó una correlación negativa entre estas variables, algo similar a lo hallado en el estudio de Hernández et al., (2019), es posible que esta diferencia obedezca a que estos estudios fueron realizados con participantes de mayor de edad, lo que al parecer indicaría una posible variación de la relación entre resiliencia y estrés académico con el paso del tiempo, lo que podía orientar nuevas investigaciones al respecto
Referentes a los niveles de estrés académico se pudo identificar que los estudiantes poseen un nivel entre moderado y severo, por lo que se podría decir que la mayoría de los estudiantes poseen un estrés académico alto el cual les podría causar problemas a la hora del aprendizaje y problemas en su salud mental.
Además, se pudo concluir que el grado de resiliencia de la mayoría de los estudiantes se encuentra entre muy bajo y medio, observando que solo unos pocos poseen un nivel alto de resiliencia, aunque ellos mismos tienen un nivel severo de estrés académico mostrando que, aunque la resiliencia sea alta, el estrés también puede serlo.
Respecto al género, obtuvo que, si existe una diferencia significativa en el estrés académico, debido a que el género femenino presenta más estrés académico que los del género masculino.
Finalmente, en el presente estudio se pudo determinar una correlación positiva leve entre las variables del estrés académico y la resiliencia en adolescentes de una Unidad Educativa de la ciudad de Salcedo.
Como limitaciones en este estudio se puede indicar que el mismo se realizó en una educativa privada, por lo que se sugiere realizar estudios similares en otros contextos y con un mayor número de participantes para identificar posibles diferencias con los resultados encontrados en el presente estudio.
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