DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4516

Revisión de literatura sobre la práctica reflexiva pedagógica

 del docente, como un camino a la innovación

en la apropiación de saberes

 

 Yolman Alexis Vásquez Cuevas

https://orcid.org/0000-0002-0249-1195

[email protected]

[email protected]

Estudiante de doctorado Umecit

Aguazul, Casanare – Colombia

 

 

RESUMEN

El propósito de este artículo es demostrar la revisión e interpretación profunda de la literatura que se tiene en cuenta para el desarrollo de la tesis doctoral del autor, sobre el tema de prácticas reflexivas, en el curso del programa: Doctorado en Ciencias de la Educación con énfasis en Investigación, Evaluación y Formulación de proyectos educativos, cursándolo en la Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología (UMECIT) de Panamá. La investigación se centra en el enfoque cuantitativo, con una orientación básica y de estudio referencial, analizando diversas investigaciones y textos generalmente actualizados que abordaron el tema en sus diversas ramas académicas, y en especial en la educación escolar. El objetivo del estudio es comprender, cómo los maestros pueden mejorar su práctica pedagógica a través de la reflexión, analizando el uso de técnicas y procesos, así como el impacto en el aprendizaje y el desempeño de los estudiantes. Este trabajo académico surgió después de investigar exhaustivamente sobre el tema, y se determinó que es esencial realizar este proceso pudiendo ser entre pares académicos (trabajo en equipo) así como fomentar en el docente la investigación de aula partiendo desde sus prácticas pedagógicas, siempre buscando el beneficio del educando y por supuesto que, también el educador gana para su vida como para su profesión y para ello hay que estar en constante innovación en pedagógica y didáctica, haciendo llamativo el desarrollo de su proceso académico.

 

Palabras claves: práctica reflexiva; formación docente, observación pedagógica, innovación pedagógica y didáctica; evaluación.

 

 

 

Correspondencia: ciro. [email protected]     

Artículo recibido 25 diciembre 2022 Aceptado para publicación: 25 enero 2023

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Cómo citar: Vásquez Cuevas , Y. A. (2023). Revisión de literatura sobre la práctica reflexiva pedagógica del docente, como un camino a la innovación en la apropiación de saberes. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(1), 1691-1714. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4516

Literature review on reflective pedagogical practice

of the teacher, as a path to innovation in the

appropriation of knowledge

 

ABSTRACT

The purpose of this article is to demonstrate the profound review and interpretation of the literature that is taken into account for the development of the author’s doctoral thesis, on the topic of reflective practices, in the course of the program: PhD in Education Sciences with emphasis on Research, Evaluation and Formulation of educational projects, studying at the Metropolitan University of Education, Science and Technology (UMECIT) of Panama. The research focuses on the quantitative approach, with a basic orientation and reference study, analyzing various research and texts generally updated that addressed the subject in its various academic branches, and especially in school education. The objective of the study is to understand how teachers can improve their pedagogical practice through reflection, analyzing the use of techniques and processes, as well as the impact on the learning and performance of students. This academic work emerged after exhaustive research on the subject, and it was determined that it is essential to carry out this process being able to be among academic peers (teamwork) as well as encouraging teachers to conduct classroom research based on their pedagogical practices, always seeking the benefit of the learner and of course that, The educator also earns for his life as for his profession and for this we must be in constant innovation in pedagogical and didactic, making the development of his academic process striking.

 

Keywords: reflexive practice; teacher training; pedagogical observation; pedagogical and didactic innovation; evaluation.


INTRODUCCIÓN  

Cuando se hace análisis de los estudiantes en su desempeño académico y su proceso de formación, como educadores entendemos que varios factores infieren en dichos resultados, entre estos factores hay uno que muy poco se toma en consideración, este es el de la praxis del maestro (parte desde una planeación estratégica del macro y meso currículo, alineado al enfoque pedagógico institucional); los cuales, son indispensable revisar dichos procesos que se puede enmarcar en la práctica reflexiva (las evidencias que me muestra el estudiante) correlacionadas con el ámbito del docente, que consiste en una serie de acciones que buscan mejorar continuamente la efectividad y calidad de la enseñanza. Esta depende directamente del accionar, como lo es la ruta de aprendizaje establecida que puede ser a largo o a corto plazo, la metodología que impacta en la transferencia del aprendizaje a través del análisis y la reflexión crítica sobre la propia práctica docente, identificando aspectos que funcionan bien y aquellos que pueden y deben ser mejorados.

Esta investigación gira en torno al contexto educativo, tocando un aspecto importante como lo es la práctica reflexiva. La reflexión de la práctica pedagógica es el proceso de evaluar y analizar la propia metodología de enseñanza de un maestro con el fin de identificar áreas de fortaleza y oportunidades de mejora. Esto puede incluir la evaluación de la efectividad de la metodología y la planificación de lecciones, así como la consideración de factores externos como el entorno del aula y la diversidad cultural de los estudiantes. La reflexión de la práctica pedagógica es importante porque permite a los maestros ajustar su enfoque de enseñanza de manera efectiva para satisfacer las necesidades de los estudiantes y mejorar sus resultados académicos. Por lo tanto, el objetivo del presente estudio es comprender cómo los maestros pueden mejorar su práctica pedagógica a través de la reflexión pudiendo incluir el estudio de algunas variables indispensable en el ejercicio docente, como de las técnicas y procesos que utilizan ellos para reflexionar sobre su práctica, así como el impacto de la reflexión en el aprendizaje y el desempeño de los estudiantes. La investigación sobre las prácticas reflexivas también puede ayudar a identificar los factores que facilitarían o dificultarían la reflexión de la práctica pedagógica y a desarrollar estrategias para promover la este ejercicio entre los maestros. Además, otro de los objetivos de la investigación sobre las prácticas reflexivas, es contribuir a la mejora de la educación en general y a la formación de maestros más efectivos.

Como pilar fundamental entramos validando que la práctica reflexiva, se enfoca en validar las experiencias de la enseñanza-aprendizaje, donde el profesional en su accionar continuo como educador, identifica las variables directas e indirectas que se dan en el entorno educativo y en el desarrollo de habilidades pedagógicas que le permitan adaptarse a las necesidades de sus estudiantes y al contexto de aprendizaje, al final se caracteriza el tipo de saberes al que accedió el estudiante. El filósofo, psicólogo y pedagogo estadunidense John Dewey, a la vez escritor y catedrático fue uno de los pioneros en darle importancia al carácter del profesor reflexivo en la edad contemporánea, aportando “la pedagogía basada en la acción y la reflexión, el pensamiento reflexivo en el proceso de aprendizaje, la acción docente ha de unir teoría y práctica, la inclusión de la emoción en el proceso de aprendizaje” (Domingo y Serés 2014, p.56). Dewey manifiesta que el educador se distingue por su mente abierta y su sinceridad en su práctica y reflexión. El maestro se pregunta acerca de las causas que determinan sus acciones y las consecuencias de las mismas asumiendo la responsabilidad por los resultados obtenidos. Además, este maestro no se conforma con el simple logro de objetivos, sino que cuestiona si los resultados obtenidos son realmente satisfactorios haciendo una interiorización constante desde el inicio, desarrollo y el término de la acción.

El docente que está sujeto a realizar ajustes en sus prácticas pedagógicas, reflexiona sobre su labor buscando alternativas, es decir, revisa tanto los acuerdos como los desacuerdos existentes en lo pedagógico como didácticos y en general en el ámbito educativo. Esto conlleva a dichos maestros a dudar expresamente de lo no verificado y lo predefinido en los planes y programas que enmarca lo educativos y les permite ver estas oportunidades de mejora para el desarrollo de su praxis, desde una perspectiva de soluciones plurales, definidas por el mismo docente y contextualizadas, basadas en sus propias experiencias. Por consiguiente, la disposición del profesor reflexivo para revisar sus prácticas de su quehacer en el aula sugiere que está comprometido con la responsabilidad, desarrollando una esencia enmarcada en la palabra pedagogía, Dewey (1989).

Ruiz (2013), analizó la importancia de los postulados en la experiencia relacional en el marco de la pedagogía por Dewey, alineando concepciones donde la educación es un proceso continuo de reinterpretación, el repensar y hasta la reconstrucción de la experiencia gracias a la reflexión de su práctica. En este sentido, el objetivo de la educación estaría en el propio proceso de aprendizaje, y estaría estrechamente relacionado con las necesidades de la vida. Este repensar de las experiencias confrontadas en educación, aumenta la capacidad de guiar futuras prácticas educativas. Esto implica analizar las practicas pedagógicas para repensar e integrar los procesos educativos en el contexto de los procesos sociales, en el marco de una comunidad más competitiva y a la vez más democrática; se sugiere concebir la escuela como una reconstrucción del orden social más amplio. De acuerdo con John Dewey, la educación implica no solo reproducir conocimiento, al contrario, es un proceso de determinante para transformar algo. El verdadero valor de cualquier práctica y la finalidad principal de la vida radican en lo que se aprende durante todas las etapas del quehacer docente. Desde esta perspectiva, la educación se puede concebir como la reorganización de la experiencia que da sentido a esa experiencia actual y aumenta la capacidad para afrontar procesos más acertados en un futuro.

Para que estas prácticas reflexivas del quehacer docente sean más efectivas, propongo tener alineados los siguientes elementos y procesos preliminares. Por lo tanto, Cabe resaltar que hay un pilar muy importante que encierra estas prácticas reflexivas de los maestros, ese pilar es la pedagogía, su significado etimológicamente nace desde la palabra griega paidos que hace referencia a niño y ago que significa guiar/conducir a; o sea, paidagogo es quien conduce al niño; quiere decir que, el pedagogo era el esclavo que llevaba el estudiante desde la casa a la escuela Di Caudo (2013), se interpreta la palabra pedagogía hoy en día como el accionar del aprendizaje, la vivencia del concepto a la validación de la habilidad entorno a una teoría, “El nacimiento de la pedagogía como conocimiento autónomo y sistematizado tuvo su origen a fines del siglo XVIII y sus comienzos del XIX, con obras alemanas como las de Kant, tratado de pedagogía o Federico Herbart, Pedagogía general” (P. 35).  Abordando a Villa (2019), en ¿Qué es eso que se llama pedagogía?, manifiesta que el discurso pedagógico es una herramienta crucial para establecer la identidad, relación y orden entre individuos y grupos sociales en la pauta de la enseñanza-aprendizaje, generando significados de competencias categorizadas que se manifiestan en la interacción social y es un medio para transmitir esos significados. El discurso pedagógico, es una forma de comunicación que aborda una teoría basada en un tema específico y puede variar en forma y contenido según el contexto. Por ejemplo, el orden, la relación y la identidad que se establecen en el contexto cultural de base como (el núcleo familiar, el entorno y la región) pueden ser diferentes al orden, la relación y la identidad que se establecen en la escuela.

 Las escuelas pedagógicas establecieron lineamientos del aprendizaje para los estudiantes en  forma de rutas didácticas, las escuelas se instrumentalizaron mediante sílabos, registros de seguimientos  y demás documentos que buscan una mejor enseñanza. Estas escuelas pedagógicas se toman como base de aportes sobre la reflexión en la práctica de la pedagogía, que en este campo es común la falta de comprensión de los principios que rigen las acciones e interacciones del accionar docente, así como de la diferencia entre la teoría y la práctica de la del quehacer pedagógico. Esto puede llevar a una aplicación ineficiente de los principios pedagógicos y a una menor efectividad en el aprendizaje de los estudiantes. Es importante que los profesionales del campo pedagógico se esfuercen por comprender mejor estos conceptos y aplicarlos de manera adecuada en su práctica profesional. A juzgar lo expuesto en este apartado, se puede inferir que el concepto de praxis pedagógica, se relaciona con la teoría y se pone en práctica a través de un proyecto de formación. Los profesionales de la educación que llevan a cabo esta praxis pedagógica son formadores de maestros y docentes y tienen una formación social específica en la praxeología pedagógica. Además, estos profesionales deben ser críticos consigo mismos y con su entorno, y deben buscar transformar su realidad a través de la investigación y el conocimiento libremente elegido. Todo esto debe hacerse de acuerdo con la filosofía institucional (Acosta, 2004). En resumen, la praxis pedagógica es un enfoque en la educación que combina teoría y práctica, se basa en una formación específica y en la crítica, así como la transformación constante.

Evaluar el proceso de enseñanza – aprendizaje del maestro ha sido un tema complicado, debido a que existen muchos prejuicios sobre este referente y no se ha caracterizado el impacto al desarrollar una evaluación desde todos los ámbitos, debido a que se estigma la evaluación como elemento contradictorio del desempeño de la práctica docente y a la vez, un desafío en la política educativa a nivel nacional como en general; por lo tanto, el propósito de este escrito es examinar la literatura para determinar las variables que influyen en la práctica pedagógica y que conducen a ajustes y cambios en el aprendizaje, y prácticas pedagógicas innovadoras, así como el desarrollo de nuevas metodologías. Debido a ello, se genera la importancia de analizar si en realidad existe una constancia en la práctica reflexiva de los docentes para entender cómo se puede mejorar la retroalimentación, así como también se menciona la necesidad de replantear los procesos formativos en la educación para adaptarse a las condiciones actuales (Medina & Mollo 2021).    

Seguidamente se tienen que las prácticas reflexivas pedagógicas son importantes porque permiten a los docentes llegar a generar una toma de decisión sobre los aciertos y desaciertos sobre su propia práctica pedagógica y mejorar constantemente su forma de enseñanza, esto puede llevar a una mayor efectividad en la transmisión de conocimientos y en la motivación de los estudiantes. Además, las prácticas reflexivas pedagógicas también pueden ayudar a los docentes a ser más conscientes de sus propias decisiones y prejuicios del impacto didáctico y del desarrollo del saber, sin dejar complementos educativos del ser inclusivos y ecuánimes en los resultados finales de desempeños. Al mismo tiempo, la práctica reflexiva también implica considerar la opinión y feedback de los estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje como aportes de retroalimentación y a su vez ser complementos en la aplicación de las matrices de aprendizaje, ya que su perspectiva puede ser valiosa para identificar áreas de mejora y para adaptar la estrategia educativa en función de sus necesidades y habilidades. Cuando se definen estrategias para mejorar la calidad de la educación, estamos desarrollando más enfáticamente la gestión pedagógica desde la toma de decisiones para conllevar acciones de mejora que garanticen un impacto amplio en todos los niveles de saberes de los estudiantes.

Dando continuidad a lo anterior, Peralta et al. (2022) en su publicación: evaluación de programas, el camino hacia la calidad educativa, refiere a la mencionada gestión pedagógica en la práctica de aula de cómo el docente lleva a cabo el proceso de enseñanza - aprendizaje, y a su vez aborda la planificación como la implementación y la evaluación del currículum desde lo macro, meso hasta el micro currículo. Esto incluye la selección de estrategias didácticas adecuadas y la creación de un entorno de aprendizaje que sea atractivo y significativo para el educando. Además, la gestión pedagógica también involucra la evaluación de los conocimientos y las habilidades adquiridas por los estudiantes, así como la colaboración de los padres, tutores o cuidadores para involucrarlos en su proceso académico. Esto quiere decir, que la gestión pedagógica es un proceso integral que abarca todos los aspectos del proceso, enseñanza y aprendizaje. Que se centra en asegurar que el educando adquiera conocimientos y al mismo tiempo habilidades de manera efectiva y trascendental.

Dentro de la gestión pedagógica, el maestro debe manejar durante su proceso la evaluación, apoyados en el artículo escrito por Niño (2017) denominado: ¿por qué evaluamos como evaluamos? en una de sus conclusiones generadas de su investigación en la institución educativa sujeto de estudio y en general sugiere que, las prácticas evaluativas son una parte importante del proceso de enseñanza-aprendizaje y se centran en la comprensión de conceptos. Además, se menciona la importancia de que los docentes incorporen elementos prácticos e innovadores en sus prácticas de aula para fomentar el empoderamiento de los estudiantes en sus procesos de aprendizaje. En estas prácticas se podría incluir la utilización de metodologías activas, el trabajo por medio de proyectos, la integración de tecnologías en el aula, entre otras opciones.

Cerrando esta línea, Hernández-Nordase (2017), demanda que la evaluación en la actualidad se ha enfocado más en juzgar a los estudiantes que en favorecer su aprendizaje. Se puede percibir que en las aulas se ha distorsionado el carácter formativo de la evaluación y ha llevado a la necesidad de visibilizar el aprendizaje en los procesos evaluativos para reflexionar sobre su importancia en la práctica docente. Esto sugiere que, en lugar de enfocarse en medir el rendimiento de los estudiantes, es necesario tener una perspectiva más amplia y considerar el proceso de aprendizaje en sí mismo.

Ahora, cabe resaltar que se encuentra, se produce y reproduce mucho contenido académico digitalizado y que se utiliza en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) para interactuar con ellos; por lo tanto, no es de desconocer que el maestro debe estar familiarizado con esta estrategia en la actualidad, esto quiere decir que, en lo posible también deben existir prácticas reflexivas en competencias pedagógicas y las TIC. Aquí se refiere a la capacidad de un maestro de reflexionar sobre su propio uso de las TIC en el aula y cómo esto afecta el aprendizaje y el desarrollo de habilidades tecnológicas de los estudiantes. Esto incluye considerar cómo se pueden utilizar las TIC de manera efectiva y pedagógicamente apropiado para apoyar la didáctica, la enseñanza y el aprendizaje como también evaluar el impacto de su uso en el aula (Leal, 2020).

La reflexión pedagógica es una parte importante de cualquier práctica profesional, ya que permite a los docentes examinar y evaluar su propio trabajo y buscar formas de mejora continua para incrementar los indicadores de desempeño en el aprendizaje de los estudiantes. Al reflexionar sobre su uso de las TIC, los docentes pueden asegurarse de que están implementado estas herramientas de manera efectiva y pedagógicamente acertada, que pueden adaptar su enfoque de enseñanza según sea necesario de acuerdo con requerimientos previos de abordaje de los saberes. Además, al reflexionar sobre su uso de las TIC, los docentes pueden desarrollar competencias pedagógicas y TIC más avanzadas y estar preparados para integrar estas herramientas en la didáctica del aula para que garanticen una enseñanza efectiva y un buen resultado del aprendizaje desde la transferencia pedagógica. Pero, para que haya una adecuada transferencia pedagógica que va de la mano con las practicas pedagógicas, (Núñez et al, 2018) menciona un estudio realizado por Yıldırım y Yıldız (2010), donde dieron parte en su investigación realizada en algunas regiones de Antioquia que, en su momento, se ha confirmado que la mayoría de los docentes carecen de información adecuada para abordar algunas dificultades de los estudiantes en los procesos de lectura y escritura en las aulas, además que su formación pedagógica y disciplinar no los preparó para satisfacer dichas necesidades y dificultades educativas de los estudiantes, cabe resaltar que aquí se toca el tema de lectura y escritura, ya que estos procesos son dos de las principales habilidades de una lengua y que son esenciales entre otras cosas para interactuar con las relaciones personales, el trabajo y demás aspectos y situaciones que confronte la vida.

Tal motivo, Casas et al, (2022) en su investigación relacionada con las prácticas de los profesionales, en “estudiantes en educación” y en relación a los saberes conceptuales, procedimentales y actitudinales para lograr un sistema educativo de calidad, tienen que enfocarse en la formación, capacitación y perfil profesional adecuado. Por lo tanto, se espera una transformación caracterizada por la capacidad de análisis reflexivo como teórico y práctico, con una profunda convicción de adaptar la práctica docente a los avances y cambios en la teoría pedagógica y el conocimiento apoyado desde de la ciencia e innovación. 

Conectando con la idea anterior, respecto a la innovación en pedagogía y didáctica Segura D. (2018), manifiesta que es común que los jóvenes no encuentren interesantes las propuestas de la escuela, esto no se debe a la pereza, sino a posibles repeticiones en las acciones y actividades pedagógicas impartidas en el aula. Cuando se presentan propuestas atractivas, incluso si son difíciles o complicadas, los estudiantes son capaces de comprometerse y las desarrollan. Además, con la creciente comunicación y la disponibilidad de bases de datos cada vez más amplias, hay una mayor conciencia de la diversidad de realidades, intereses, culturas y posibilidades en general.

Otro aspecto determinante en la práctica reflexiva es la innovación en la pedagogía y didáctica y más cuando nos tocó vivir una pandemia, donde recurrimos al apoyo de las TIC para avanzar en diversos campos y específicamente en nuestro contexto. Por ejemplo, para nuestras clases nos valimos de las diversas plataformas donde nos reinventamos para seguir adelante con los procesos académicos desde casa. Para agregar a este último aspecto, como lo es la pedagogía y didáctica se determina que, si es importante ya que permite adaptarnos a los cambios y demandas del entorno, aprovechando en lo posible las nuevas tecnologías y recursos disponibles, mejorando la calidad y el sentido atractivo de nuestra enseñanza. Los métodos de enseñanza tradicionales pueden ser poco llamativos para la mayoría de los educandos, especialmente aquellos con estilos de aprendizajes diferentes, por lo que la innovación nos permite desarrollar métodos de enseñanza más flexibles y adaptados a las posibles necesidades de los estudiantes. Es esencial que los maestros estemos abiertos a explorar nuevas formas de enseñanza, en líneas generales, que estén dispuestos a tomar riesgos y aprender de sus errores en el proceso, recordando que en la acción pedagógica circula en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Sharkey te al, (2016), nos comparte una experiencia enriquecedora de un grupo de docentes que han desarrollado un plan de estudios impresionante. Sin embargo, el estudio tiene varias limitaciones significativas, los profesores tienen años de trabajo y muy comprometidos con su propio desarrollo profesional para mejorar la educación de sus estudiantes. Tienen fortalezas en contenido, desarrollo curricular, administración de aulas y prácticas reflexivas críticas y colaborativas. La evidencia del aprendizaje y compromiso de los estudiantes se basa principalmente en sus propios informes. Como podemos apreciar los docentes eran profesionales reflexivos, con algo muy importante como lo es la motivación que valoran la colaboración y la oportunidad para aprender de sus pares.

La presente investigación se justifica ya que denota la importancia de la práctica reflexiva, apoyado en variables que infieren directamente en el quehacer docente dentro de establecimientos educativos escolares, en suma la innovación en la pedagogía y didáctica es importante porque permite adaptarnos a los cambios y necesidades del mundo actual, aprovechar al máximo las nuevas tecnologías y recursos disponibles, mejorar la calidad y atractivo de nuestra enseñanza y fomentar el pensamiento crítico y la creatividad en nuestros estudiantes.

METODOLOGÍA    

Se ha utilizado la investigación cualitativa apoyándome en la técnica del análisis de contenidos que fueron publicados y de libre acceso acerca de diversas investigaciones, centrado en lo referencial recopilando, clasificando y examinando documentación pedagógica y de metodología, confrontando exhaustivamente dicha información, sobre temas relacionados con la práctica reflexiva en acciones pedagógicas del docente y sus diferentes variables que lo definen. Se analiza la literatura existente de otros autores, que permiten conocer mejor el entorno de la práctica del docente y su reflexión a la misma. Se propone la investigación científica ya que es la herramienta clave para comprender lo que nos rodea, Hernández & Mendoza (2018); así mismo, el autor nos expresa que uno de los propósitos fundamentales de la investigación es: “producir conocimientos y teorías” (pp. XXXIII).

Lo que se quiere mostrar en este artículo atendiendo a la revisión y reflexión sistemática de las diversas investigaciones consultadas es que, la práctica reflexiva en el ámbito docente es una acción de mejora continua en la búsqueda de la calidad de la enseñanza a través del análisis pedagógico y el desarrollo profesional del docente, en su práctica de aula desde la gestión didáctica de aula, de acuerdo con los niveles de saberes planteados y generados en los estudiantes en su meso y micro currículo validante, conllevando a acciones de la  calidad de la educación. Esto permite adaptarse a las necesidades de los estudiantes y al contexto educativo, logrando una enseñanza efectiva, desde la trascendencia del aprendizaje.

Pero, ¿Qué tan importante puede resultar el realizar la práctica reflexiva pedagógica?  

Los docentes desempeñan un papel fundamental en la educación y en la formación de las nuevas generaciones. Sin embargo, a menudo se han encontrado enmarcados en una práctica pedagógica tradicional y rutinaria que no fomenta el trabajo colaborativo con sus colegas ni la reflexión sobre su propio que hacer en el aula. Este enfoque tradicional de enseñanza puede tener limitaciones y no siempre es efectivo para promover el aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes.

Al no desarrollar dentro de su gestión la reflexión sobre su práctica docente, es posible que no se esté considerando otras formas de enseñar que pueden ser más efectivas para los estudiantes en el desarrollo de sus sabres específicos. Además, al no colaborar con nuestros colegas, estamos perdiendo la oportunidad de aprender y crecer profesionalmente a través del diálogo y la reflexión con otros profesionales de la educación (Montero & Loyola2021).

Por lo tanto, reflexionar sobre la práctica docente es esencial para mejorar nuestro desempeño y fortalecer nuestras competencias profesionales. Esto implica analizar en grupo cómo enseñamos y hacer un análisis de sí mismo a través de diálogos críticos. Esto nos permite evaluar nuestro propio desempeño y reflexionar sobre cómo podemos mejorar nuestra forma de enseñar y apoyar a nuestros estudiantes. En síntesis, reflexionar sobre la práctica docente es una herramienta clave para mejorar nuestro desempeño y fortalecer nuestras competencias profesionales. Al analizar colectivamente con nuestros pares, cómo enseñamos y participar en diálogos críticos y propositivos, podemos evaluar nuestro propio desempeño y considerar otras formas de orientar el aprendizaje que pueden ser más efectivo para nuestros estudiantes. Además, al colaborar con nuestros colegas podemos aprender algo nuevo, así como seguir creciendo profesionalmente a través del diálogo y la reflexión.

Atendiendo el artículo trabajado por (Sevilla et al. 2021) donde manifiesta que los resultados de su investigación indican que hay una escasa relación entre el acompañamiento pedagógico y las variables práctica, la reflexión pedagógica y la reflexión crítica. Esto se debe a la necesidad de reforzar la estrategia de acompañamiento pedagógico y el compromiso de los docentes para crear espacios de autorreflexión, así como evaluar su trabajo pedagógico en relación con los nuevos enfoques de la educación y el contexto cultural donde los estudiantes realizan sus aprendizajes. De lo anterior se infiere que, se necesita reforzar la estrategia de acompañamiento pedagógico y comprometer al profesorado para fomentar el desarrollo de habilidades reflexivas, autorreflexivas y evaluativas en relación con la práctica pedagógica, para que se adecúen a las nuevas teorías educativas y al contexto sociocultural en el que se desarrollan los aprendizajes.

Por otro lado, un proceso muy importante es la colaboración entre pares, según lo estipulado por Krichesky & Murillo (2018), la colaboración es una estrategia que se basa en el abordaje de soluciones o planteamientos de acuerdo con las necesidades comunes en un entorno educativo, de apoyo para el docente porque le permite obtener nuevas acciones pedagógicas y soluciones pertinentes basadas en las matrices de las situaciones problemas que enfrenta en su práctica de enseñanza aprendizaje. Al trabajar en entornos colaborativos donde hay un mutuo apoyo y responsabilidades compartidas, el docente puede beneficiarse de las nuevas prácticas y la experiencia de otros profesionales de la educación. Además, la reflexión sistemática en estos entornos es esencial para mejorar la práctica docente y aumentar la capacidad de innovación en las instituciones educativas y sus contextos.  

La colaboración también puede ser beneficiosa para los estudiantes, ya que les permite abordar las necesidades de su entorno y en equipo generar aportes donde todos se beneficien. Se debe tener en cuenta que, cuando los docentes trabajan en entornos colaborativos, pueden desarrollar habilidades en la búsqueda de soluciones de común acuerdo, para beneficios transversales y totalitarios en una comunidad que conlleven a su vez el de generar liderazgos que son esenciales para el éxito de su carrera docente. Sin embargo, la colaboración no es el único factor que contribuye al éxito de los docentes y de las escuelas, también debe existir la formación continuada y el apoyo institucional desde un plan permanente de formación pedagógica que debe estar alineado con las políticas nacionales de empoderamiento de la carrera docente el cual, ya está establecido en cada uno de los planes decenales de educación, en el plan actual que vence en el año 2026 denominada “Hacia una educación de equidad y calidad”. Por lo tanto, es importante que los docentes tengan acceso a todas las herramientas y recursos que necesitan para mejorar su práctica y ofrecer una educación de calidad a sus estudiantes. En de Educación, S. (2016) refiriéndose al Plan Nacional de Educación (PNDE) 2016-2026  en Colombia, la comisión académica ha propuesto 10 desafíos estratégicos, entre ellos abordamos el cuarto refiriéndose a la construcción de una política pública para la formación de educadores, reza lo siguiente, “Se requiere definir un conjunto de planes, programas y acciones dirigidas a consolidar la calidad y pertinencia en todos los ciclos y modalidades de la formación docente, garantizando presupuestalmente la misión de las instituciones públicas.” (p. 40). Se deduce que, el éxito del sistema educativo depende en gran parte de la calidad de los profesores, por lo tanto, es necesario mejorar la selección de los docentes y su formación para lograr una mejor educación y garantizar un desarrollo humano individual y colectivo, así como su ayuda en la construcción ciudadanía y paz. Cuando se refiere al trabajo colectivo, es válido hablar del trabajo coordinado por ejemplo entre pares, esta estrategia puede resultar estratégico para el docente en la medida en que se nutra de nuevas pautas, acciones y rutas pedagógicas, que refuercen su autonomía y capacidad de decisión y promueva la innovación en las escuelas. Los maestros necesitan trabajar en entornos colaborativos donde haya apoyo mutuo, con responsabilidades compartidas y reflexión sistemática para poder aprovechar al máximo estos beneficios.

Se viene la contraparte del trabajo colaborativo, ya que también puede ser un desafío, especialmente cuando se trata de trabajar de forma colectiva. Aunque los profesores pueden trabajar juntos, esto no necesariamente implica que existan intercambios profundos, sustanciales y transparentes sobre los objetivos de la educación, los dilemas de la práctica o las demandas de aprendizaje. Estas dinámicas del que hacer de cada docente donde la mayoría se consideran islotes dentro de la institución del ejercicio profesional, a su vez que esto afecta la concreción coherente del desarrollo del currículo. 

Retomando la estrategia del trabajo colaborativo, se sabe que es esencial para el éxito de cualquier proyecto educativo institucional, ya que permite a los profesores compartir ideas, estrategias y enfoques para mejorar la calidad del aprendizaje de los estudiantes. Este compartir de ideas e iniciativas debe estar estipulado desde el plan operativo anual (POA) de trabajo de la institución educativa, así permite que cada experiencia sea trascendental en el accionar pedagógico y que aporte sobre el impacto de las matrices de mejoramiento educativo.  Sin embargo, es importante tener en cuenta que el trabajo colaborativo no siempre es fácil de lograr, puede ser difícil coordinar agendas ocupadas, encontrar tiempo para trabajar juntos y asegurarse de que todos estén alineados en términos de objetivos, metas hasta de intereses profesionales o de comunidad. Este accionar requiere que los profesores sean transparentes y compartan sus conocimientos y experiencias de manera abierta y honesta, no solo eso; además que su observación sea de común acuerdo y de búsqueda de necesidades sobre situaciones que suceden dentro de la enseñanza aprendizaje y que no se deje llevar por eventos momentáneos que no presentan una frecuencia dentro del desarrollo pedagógico del aula. Esto puede ser difícil, ya que muchos profesores pueden sentirse vulnerables al compartir su trabajo y tener que enfrentar críticas o sugerencias. También puede haber desafíos culturales o personales que dificulten dicho trabajo pedagógico, como diferencias de opinión o falta de confianza. Sin embargo, se reitera la importancia de que los profesores trabajen juntos de forma activa y comprometida para superar estos obstáculos y desarrollar una colaboración efectiva. Esto puede incluir la creación de un entorno de trabajo seguro y respetuoso, el establecimiento de metas y objetivos claros y la promoción de una comunicación abierta y honesta. Con el tiempo y el esfuerzo, los profesores pueden desarrollar una colaboración sólida y efectiva que beneficie a todos los involucrados y, sobre todo a los educandos.

Una estrategia importante es la ruta didáctica, donde se conoce que es una estrategia de enseñanza-aprendizaje que consiste en un recorrido guiado por una unidad de aprendizaje. Esta unidad de aprendizaje se compone de diversos recursos y herramientas, como libros, material audiovisual y diapositivas, entre otros, con el objetivo de orientar, guiar y coordinar la enseñanza-aprendizaje para que los estudiantes alcancen las metas previstas. Estas rutas didácticas son muy útiles para ayudar a los estudiantes a desarrollar sus habilidades de pensamiento crítico, comprensión de contenidos y habilidades de autogestión.

Para comprender mejor las rutas didácticas, tenemos la teoría de Vygotsky que dice: "La educación debe ser una actividad social, una interacción entre el educador y el educando, basada en la lógica de la realización de tareas y el desarrollo de habilidades" (Vygotsky, 1978). Esta teoría establece que el aprendizaje se produce a través del diálogo entre el educador y el educando, y que la enseñanza-aprendizaje se basa en la realización de tareas específicas. Esta teoría se aplica de forma directa dichas rutas didácticas, ya que éstas proporcionan un marco estructurado de enseñanza-aprendizaje que promueve el diálogo entre el educador y el educando. En efecto, una ruta didáctica es una herramienta útil para guiar a los estudiantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje, proporcionando un marco para la realización de tareas, el diálogo entre el educador y el educando, y el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y autogestión, donde lo ideal es que este último es un proceso fuese que el estudiante como el docente establezcan objetivos realizables como colaborativos para que se pueda regular su propio trabajo, sobre los contenidos para integrarlos aun conocimiento más acertado.

Una de las estrategias pedagógicas que coadyuva a la práctica reflexiva, es la observación pedagógica en la práctica docente, que busca mejorar la calidad de la enseñanza a través del análisis, reflexión y evaluación de la actividad educador. Se trata de un proceso sistemático de recolección de datos de la práctica docente, basado en la observación de las clases, los contenidos curriculares, las interacciones entre los estudiantes y el profesor, el uso de los recursos didácticos, entre otros. Esta información se recoge para su posterior análisis con el objetivo de identificar elementos que influyen en el éxito de la enseñanza, y así mejorar el proceso de aprendizaje. La observación pedagógica debe tener su momento de reflexión en la práctica, pudiendo ser una de las la estrategia del desarrollo en la ruta didáctica como en otras estrategias que atañen para generar reflexión pedagógica. Sánchez et al (2021) describió que hay que darle mayor importancia y prestigio académico al proceso de observación pedagógica para mejorar la experiencia educativa de los involucrados, esto logrará construir un conjunto de teorías a partir de una rúbrica de observación para un análisis crítico y propicio para la reflexión. Lo descrito tiene relación y complementa con lo definido por Tagle (2016), refiriéndose el tener competencia en el ámbito profesional de la educación, lo que significa conocer su desempeño y estar actualizado realizando investigación sobre la población estudiantil que atiende. Aunque se necesita contar con los conocimientos necesarios como base, también hay que tener en cuenta el entorno real para reconocer la competencia. Por esta razón, se necesita que una persona competente sepa interpretar la situación, detectar los recursos a disposición y llevar a cabo una acción, combinando y utilizando adecuadamente todos los elementos, esto se denomina formación docente continua.

Por otro lado, Ruffinelli (2017) indica que, en los últimos cinco años a la fecha de su publicación, se ha podido observar un cambio hacia la construcción teórica del campo, basado en evidencias empíricas. Aún hay pocas pruebas de los métodos mediante los cuales se logra un pensamiento reflexivo, crítico y transformador. Asimismo, hay un escaso análisis sobre cómo la reflexión sobre la experiencia se transforma en conocimiento profesional y se aplica a la práctica pedagógica. Por lo tanto, es fundamental contar con modelos teóricos, derivados de la investigación empírica, para entender y sistematizar el enfoque, permitiendo así su transferencia a la formación de docente reflexivos.  Cuando se aborda la temática de prácticas pedagógicas, Guerrero y Rangel (2004) citados en (Núñez et al, 2018) exponen que se lleva a cabo una reflexión crítica sobre las acciones planteadas, lo que genera una actividad intelectual rigurosa que comienza con la identificación de las tareas y actividades que son capaces de realizar los estudiantes, con el fin de determinar el impacto del enfoque educativo.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN   

En cuanto a la investigación de la literatura, se puede argumentar que, cuando se habla de práctica reflexiva educativa, denotamos su importancia porque permite a los educadores examinar y evaluar su propia práctica de enseñanza-aprendizaje de una forma crítica y consciente, mejorando la calidad en los resultados en los saberes de los educandos. Este proceso también promueve el desarrollo profesional continuo de los docentes y ayudan a fomentar una cultura de aprendizaje continua dentro y fuera de las aulas, dicho estudio se complementa y coincide respecto a la actuación de las instituciones educativas. Palomino et al. (2022) al respecto, relaciona que es importante que las instituciones educativas gestionen y hagan un adecuado acompañamiento al personal docente, para lograr los objetivos establecidos en los planes y programa que tengan en curso los establecimientos educativos. Este proceso requiere dedicación y esfuerzo por parte del educador, denotando su compromiso institucional y sobre todo siendo un coadyuvador en la formación integral de los futuros actores de la sociedad, acompañándolos en este caso, desde una formación inicial hasta la secundaría. En lo concerniente al pensamiento reflexivo, Jerez (2008), menciona un referente como lo es, que la Universidad Distrital promueve la reflexión sobre el desempeño profesional de los docentes permitiendo realizar ajustes en sus practica docentes (p.98). Esto implica utilizar el nuevo conocimiento y comprensión para mejorar la enseñanza futura. La reflexión mencionada anteriormente enfatiza la importancia de la experiencia profesional en el proceso de "auto reflexión y comprensión" fue al comprender el significado de sí mismos que los participantes en este estudio que comenzaron un proceso de conciencia; reflexionaron sobre su práctica, lo que les obligó a recordar cosas y a cuestionarse a sí mismos para encontrar explicaciones a sus actividades. Al tratar de comprender cómo los profesores manejaban las dimensiones de la enseñanza, era necesario examinar las creencias y procesos de pensamiento subyacentes a las acciones de los profesores en el aula, las creencias de los profesores sobre el tipo de educadores que ellos mismos creían ser, sirvieron como un punto de partida para comenzar a explorar su práctica docente, que concuerda con el trabajo de Domingo (2021), sugiriendo que el docente crítico-reflexivo, debe reflexionar sobre la enseñanza conlleva grandes dilemas y procesos de toma de decisiones, no se trata simplemente de pensar en medios para alcanzar fines que no se cuestionan. La formación de este tipo de profesorado se vuelve más compleja, más profunda y menos técnica, más humana, lo que permite un desarrollo profesional y personal del docente más consciente y significativo. Se puede inferir y recordar que estas prácticas también pueden incluir la reflexión sobre el impacto de la enseñanza en los estudiantes y la reflexión sobre cómo pueden adaptar su enseñanza para abordar las necesidades de todos los estudiantes. Las prácticas reflexivas pedagógicas son un componente importante del desarrollo profesional y personal de los docentes, y pueden mejorar significativamente la calidad de la enseñanza. Se tiene correlación con lo publicado el texto denominado: memorias del III encuentro de pedagogía, enfocado en (Pensar y proyectar la escuela), desarrollado por la Universidad Pedagógica Nacional y su Instituto Pedagógico Nacional. En lo referente a la reflexión sobre el ejercicio pedagógico en el contexto de la enseñanza escolar, se destaca la importancia de cuestionar el diseño didáctico de las disciplinas y de explorar la creatividad de los maestros para motivar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Asimismo, señala la necesidad de repensar continuamente, cómo está estructurado el currículo escolar, prestando atención a aspectos como la lúdica, la pertinencia, la problematización de los contenidos y la integralidad de la evaluación. En este sentido, se propone una reevaluación de los saberes escolares desde la perspectiva de los intereses y formas de entender el mundo de los estudiantes. 

Un grupo de estudiantes de formación para docentes a mitad de carrera saben que son buenos y competentes hasta el momento, pero en la práctica encuentran que los estudiantes e incluso colegas no responden a maneras de saberes que valgan la pena aportar en el contexto denotando los colegas ya mayores se han vuelto muy cómodos con las rutinas y prácticas de aula, Allison et all, (2021). En la situación planteada, los autores realizaron un estudio para formadores de docentes y según el análisis de sus conjuntos de datos individuales y combinados, arrojaron las siguientes variables: a) las consecuencias inquietantes del cambio; b) renovada energía y entusiasmo por la enseñanza; c) nuevas habilidades y perspectivas; y d) percepciones de la participación, el aprendizaje y las relaciones de los estudiantes (P.34)  Este estudio fue beneficioso para los formadores de docentes, para que se alejasen de sus prácticas de enseñanza establecidas y volver a ser experimentales. Esto les hizo sentirse vulnerables al probar cosas desconocidas y pedir a sus alumnos que evaluaran sus esfuerzos. Esta vulnerabilidad forma parte de la investigación de autoaprendizaje, lo que les ayudó a conectar con las emociones, el de sus estudiantes y a reflexionar sobre sus pedagogías casi desde cero.

CONCLUSIONES

En la revisión literaria se percibió que, aunque la práctica reflexiva no tan novedosa, ya que Dewey abordó este proceso de práctica reflexiva en el siglo XX, enfocando el ser como persona, que está en constante evolución y que se desarrolla a través de su interacción con el mundo que le rodea, tampoco es una práctica común que se desarrolle en las instituciones educativas. La práctica reflexiva rechaza la visión tradicional del conocimiento y otorga gran importancia a la experiencia y práctica en la teoría del aprendizaje. Cree que todos los seres humanos tienen la capacidad de aprender y crecer a través de dichas experiencias, y que la educación consiste en la reorganización continua de estas prácticas para darles sentido y para poder enfrentar y organizar las experiencias futuras.

Por otro lado, se tiene que gracias al proceso de la investigación acción en este contexto, se han desarrollado algunos instrumentos para incentivar la practica reflexiva en el profesorado, ellos son innovadores, gratos, colaboradores y efectivos para el desarrollo profesional del educador y que, a la vez, los fines de estos instrumentos son: despertar la flexibilidad docente, activar los procesos reflexivos y desarrollar la competencia reflexiva en la profesión (Domingo y Serés, 2014). En este sentido, un instrumento es una herramienta que se puede incluir y ajustar en la planificación, sistematización y desarrollo de actividades específicas por parte del docente, a manera de estrategia para apoyar en su práctica de aula, a fin de que reflexione acerca del proceso de enseñanza-aprendizaje y mejore su praxis profesional.

Como complemento a las practicas reflexivas, se hila con la idea y el hecho de que hay que recurrir a la investigación y esta se debe fortalecer y mantener en proceso continuo desde la formación universitaria, para que se den las herramientas necesarias en la formación de cualquier profesional y más en el profesional de la educación, para tenga suficiente criterio y poder de decisión en abordar un tema de estudio que salga desde su interacción en el aula, hasta llevarlo a una posible solución y porque no, una experiencia más que contar como referente del avance en la investigación educativa. Valle et all, (2022) en su investigación refleja que, hay que contar con docentes universitarios cualificados que contribuyan a la formación de profesionales competentes para el curso de la actualidad. Se destaca la importancia de formar la competencia científica en los docentes investigadores, para que sean capaces de actuar como agentes transformadores de la realidad profesional en la que se encuentren. De igual forma, hace hincapié en la necesidad de proponer soluciones prácticas para la enseñanza, enfocándose en los procesos de construcción y comunicación en el ámbito educativo.

Como resultado de un docente investigador que está en constante practica reflexiva, me atrevo a decir que este maestro puede llegar a ser un educador en constante innovación tanto en pedagogía como en didáctica. De igual forma me acerco exponiendo 5 razones que el profesional en educación genera como resultante de dicha práctica:

1.      Ayuda a mejorar el aprendizaje de los estudiantes, proporcionando nuevas formas de enseñanza que pueden ser más efectivas y motivadoras.

2.      El docente puede adaptarse a las necesidades y habilidades individuales de cada estudiante, lo que puede llevar a un mejor rendimiento escolar y a una mayor satisfacción en sus resultados académicos por parte de los educandos.

3.      Contribuye a la preparación de los estudiantes para la sociedad y el futuro, proporcionando el desarrollo de habilidades y adquisición de herramientas necesarias para enfrentar desafíos y solucionar problemas de su entorno.

4.      Propicia la creatividad y la capacidad de pensamiento crítico, esenciales para el desarrollo personal y profesional de los estudiantes.

5.      Muestra y enseña una educación actualizada y más atractiva para el estudiante.

En definitiva, la práctica reflexiva puede contribuir a una mayor comprensión y aceptación de cómo funcionan los procesos de enseñanza-aprendizaje y cómo pueden ser optimizados para el beneficio de los estudiantes, garantizando que la práctica educativa y la apropiación de saberes por parte de los estudiantes, sea más eficiente.

 

 

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