DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4528

Diagnóstico de educación financiera de estudiantes de

 educación media superior del sur de México

Mónica Teresa Espinosa Espíndola

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-0247-7323

 

Adolfo Maceda Méndez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-7216-5416

 

Yannet Paz Calderón

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-5787-9763

 

Francisca Adriana Sánchez Meza

[email protected]

Universidad Tecnológica de la Mixteca

Huajuapan de León, Oaxaca, México

 

RESUMEN

El objetivo de esta investigación es realizar un diagnóstico respecto al nivel de conocimientos de educación financiera que tiene una muestra de 70 estudiantes de educación media superior en una localidad situada en la región Sur de México. Esta investigación es original porque evalúa este fenómeno en un contexto no analizado previamente, lo que resulta útil para el diseño de estrategias basadas en necesidades regionales. Además, esta investigación es cualitativa, se realizó investigación documental y se aplicó una encuesta descriptiva diseñada a partir de la metodología utilizada por la OCDE. Se encontró que el 64% de los estudiantes no sabe con claridad qué es la educación financiera y el 100% desconoce los intereses, comisiones o recargos que se deben pagar por utilizar una tarjeta de crédito, un préstamo o el crédito de una tienda departamental. El 60% sí comprende a qué se refiere la inflación y solamente el 48.5% tuvo respuestas correctas respecto al cálculo del interés, mientras que únicamente el 22% de los jóvenes ahorra de manera formal y el 54% se preocupa por ahorrar para acciones futuras. Además, 20% de estudiantes de esta región necesitan una cuenta de banco para recibir envíos de dinero de familiares migrantes.

 

Palabras clave: educación financiera; jóvenes; educación media superior; calidad de vida.

 

 

Correspondencia: ciro. [email protected]

Artículo recibido 26 diciembre 2022 Aceptado para publicación: 26 enero 2023

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Cómo citar: Espinosa Espíndola, M. T., Maceda Méndez, A., Calderón, Y. P., & Sánchez Meza, F. A. (2023). Diagnóstico de educación financiera de estudiantes de educación media superior del sur de México. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(1), 1857-1876. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4528

 

Diagnosis of financial education of high school

 students in southern Mexico

 

ABSTRACT

The objective of this research is to make a diagnosis regarding the level of knowledge of financial education that a sample of 70 high school students in a town located in the southern region of Mexico. This research is original because it evaluates this phenomenon in a previously unanalyzed context, which is useful for the design of strategies based on regional needs. In addition, this research is qualitative, documentary research was carried out and a descriptive survey designed based on the methodology used by the OECD was applied. It was found that 64% of the students do not know clearly what financial education is and 100% are unaware of the interest, commissions or surcharges that must be paid for using a credit card, a loan or credit from a department store. 60% do understand what inflation refers to and only 48.5% had correct answers regarding the calculation of interest, while only 22% of young people save formally and 54% worry about saving for future actions. In addition, 20% of students in this region need a bank account to receive money transfers from migrant relatives.

 

Keywords: financial education; youths; high school; quality of life.

 

 


INTRODUCCIÓN

La administración de recursos financieros es un tema que suele despertar interés en las personas y ha ido cobrando mayor importancia porque se sabe que el manejo que tenga una persona sobre sus finanzas repercutirá en su calidad de vida promoviendo una cultura del ahorro; desarrollando una mayor conciencia sobre cuándo y cómo es conveniente endeudarse y aumentando la capacidad para comparar productos financieros o solicitar mayor transparencia en estos (Oficina de Información Científica y Tecnológica para el Congreso de la Unión [INCYTU], 2018).

En países desarrollados como Suecia, Noruega y Dinamarca el porcentaje de adultos que cuenta con una educación financiera adecuada llega hasta el 71%, mientras que, en el caso de México, únicamente 32% de los adultos cuenta con una cultura financiera básica (Klapper, Lusardi y Oudheusden, 2015). Lusardi y Mitchell (2011) han reconocido que existen menores conocimientos al respecto entre la población joven y las personas de la tercera edad. Por esta razón, Villagómez (2016), ha señalado la necesidad de brindar educación financiera a los jóvenes desde la preparatoria, “antes de que cumplan la mayoría de edad y empiecen a tener contacto formal e individual con el mundo financiero, como se hace en algunos países desarrollados” (p. 678).

En esta investigación se reconoce la necesidad de diseñar programas de educación financiera para aumentar los conocimientos de los jóvenes en esta materia, pero se identificó el problema de que la mayor parte de las investigaciones que se han generado al respecto, suelen enfocarse en entornos urbanos (García, 2021, p. 148) y para atender las necesidades reales de cada grupo poblacional “se debe conocer las carencias, características y brechas en segmentos específicos de la población, de tal forma que las intervenciones que se lleven a cabo sean oportunas y significativas” (Montaña y Ferrada, 2021, p. 126).

A partir de tales antecedentes, el objetivo de esta investigación es realizar un diagnóstico respecto al nivel de conocimientos de educación financiera que tiene una muestra de 70 jóvenes estudiantes de educación media superior en una localidad de la región Sur de México.

La investigación se realiza en la Ciudad de Huajuapan de León, Oaxaca, ubicada en la Región sur de México y tiene 78,313 habitantes (INEGI, 2020), de los cuales el 52.5% son mujeres y el 47.5% son hombres (Data México, 2022). Las principales actividades son el comercio al por menor (45.1%) y los servicios de alojamiento temporal y de preparación de alimentos y bebidas (13.8%). Se ubica en la región Mixteca, que presenta los mayores niveles de migración en el país (Gobierno del Estado de Oaxaca, 2020).

La relevancia de esta investigación se debe a que se centra en la Región Sur del país, que de acuerdo con la encuesta ENIF 2021, es la que tuvo un menor porcentaje de productos financieros formales y también debido a que como se señaló anteriormente es necesario realizar más investigaciones a nivel local que ayuden a conocer mejor a los diferentes grupos poblacionales, sus características y necesidades.

Por ello, será de gran utilidad, realizar este diagnóstico sobre el nivel de conocimientos de educación financiera en un contexto poco analizado, que será de utilidad también para quienes deseen revisar planes educativos ya existentes en los que se aborden temas de educación financiera o diseñar políticas públicas al respecto.

El diagnóstico se realiza a partir de una investigación cualitativa basada en la revisión de la literatura y la aplicación de una encuesta a una muestra de alumnos de educación media superior para evaluar sus conocimientos, comportamientos y actitudes respecto al uso y administración de sus recursos financieros.

La estructura del artículo es la siguiente: en la segunda sección se presenta el Marco Teórico de la investigación recuperando el concepto de educación financiera, los planteamientos teóricos en los que se basa la investigación y la revisión de investigaciones previas enfocadas en la medición de la educación financiera en jóvenes. En la tercera sección se explica la metodología utilizada y se presentan los temas del instrumento de investigación utilizado. En la cuarta sección se exponen los resultados y se realiza la discusión de la investigación y finalmente se presentan las conclusiones.

II. MARCO TEÓRICO DE LA INVESTIGACIÓN

2.1 Enfoque teórico de la investigación

Esta investigación está basada en los planteamientos teóricos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que reconoció la importancia de la educación financiera desde 2002, cuando lanzó un primer proyecto enfocado a este tema. Posteriormente, en 2008, amplió el proyecto y creó la Red Internacional de Educación Financiera (INFE), en la que colaboran más de 260 instituciones públicas con experiencia en educación financiera procedentes de más de 120 países “para desarrollar metodologías, datos, análisis e investigaciones que conduzcan al desarrollo de instrumentos de política relevantes para mejorar la educación y el bienestar financieros”(Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE]/Banco de Desarrollo de América Latina [CAF], 2020, p. 3).

De igual manera, la OCDE ha reconocido la existencia de una problemática originada a partir del creciente acceso a los servicios financieros, impulsado por las tecnologías digitales, por lo que han señalado la necesidad de brindar educación financiera a los jóvenes para evitar que sean vulnerables a fraudes (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE], 2017).

Los acercamientos más importantes que se han realizado en América Latina y el Caribe “para medir la educación financiera, fueron realizados a partir de cuestionarios desarrollados por la Red Internacional de Educación Financiera (INFE por sus siglas en inglés) de la OCDE para medir capacidades e inclusión financieras” (OCDE y CAF, 2020, p. 17). Por esta razón, en este artículo se tomó como base la metodología de la OCDE para diseñar la encuesta que se aplicó en el trabajo de campo.

2.2. Concepto de Educación financiera

De acuerdo con la OCDE (2005), la educación financiera, puede ser entendida como un proceso por el cual “los consumidores/inversores financieros mejoran su entendimiento de los productos, conceptos y riesgos financieros y, mediante información, instrucción y/o asesoramientos objetivos, desarrollan las habilidades y la confianza para llegar a ser más conscientes de los riesgos y oportunidades financieras” (p.4). Este organismo internacional también ha señalado que este tipo de educación permite a los jóvenes tomar decisiones informadas, saber a dónde dirigirse en caso de requerir ayuda y realizar acciones efectivas para mejorar su bienestar financiero (OCDE, 2005).

2.3 Estudios previos sobre educación financiera en los jóvenes

Los estudiantes han sido retomados ampliamente como sujetos de estudio, ejemplo de ello es la investigación realizada por Danes y Hira (1987), quienes analizaron el nivel de conocimientos financieros que tenían los estudiantes universitarios.  Encontraron un bajo nivel de conocimiento sobre aspectos financieros e identificaron diferencias como las siguientes: los hombres, sabían un poco más que las mujeres, los estudiantes casados también respecto a quienes se encontraban solteros y los estudiantes próximos a terminar su carrera sabían más que quienes se encontraban en los primeros años.

Otra investigación de este tipo fue la realizada por Bernheim, Garrett y Maki (1997), en la que evaluaron los efectos de brindar información financiera a los jóvenes de hogares ubicados en algunos de los 29 estados en los que, como parte de una legislación obligatoria, se había brindado lo que ellos llamaron educación al consumidor como parte de los planes de estudio de algunas escuelas de secundaria por un periodo de veintiocho años. Bernheim et al., (1997) encontraron que en los hogares que se había recibido esa información, se registraron efectos perceptibles en las decisiones de los adultos con respecto al ahorro, además de una acumulación de activos una vez que los estudiantes expuestos a tales contenidos alcanzaron la edad adulta.

En otra investigación realizada igualmente a finales de los años noventa, Chen y Volpe (1998), aplicaron una encuesta a estudiantes universitarios, para identificar relaciones entre aspectos como el género, la raza, o la carrera de los estudiantes con los conocimientos de educación financiera. Como parte de sus resultados encontraron que por cuestiones como la etnia o el género, había grupos que tenían menores conocimientos financieros que otros. Desde entonces se empezó a hacer énfasis en la importancia de brindar educación financiera a través de la escuela para hacerles llegar estos conocimientos a todos los grupos poblacionales de manera general.

En este mismo sentido, Lusardi, Mitchell y Curto (2009), realizaron un análisis de la Encuesta Longitudinal Nacional de la Juventud realizada en 2007-2008 en Estados Unidos y encontraron que la tercera parte de los adultos jóvenes tenían conocimientos muy elementales sobre tasas de interés, inflación y riesgo. Además, encontraron que la educación financiera está fuertemente relacionada con las características sociodemográficas y las costumbres financieras de la familia, por lo que concluyeron que “un hombre con educación universitaria cuyos padres tenían acciones y los ahorros para la jubilación, tienen alrededor de 50 puntos porcentuales más de probabilidades de conocer el riesgo de diversificación que una mujer con educación secundaria cuyos padres no fueron ricos” (p. 1).  

La investigación de Lusardi, Mitchell y Curto (2009), también coinciden con lo reportado por Jorgensen y Sayla (2010), quienes midieron el alfabetismo financiero en estudiantes universitarios y confirmaron que tanto los factores socioeconómicos como la situación familiar, particularmente de los padres, explican el 17% de la actitud y el alfabetismo financiero de los jóvenes.

A partir de tales hallazgos, Lusardi, Mitchell y Curto (2009) concluyen que “brindar educación financiera en la escuela secundaria puede ser particularmente beneficioso para los niños de entornos desfavorecidos” (p.21), es decir, antes de que participen en contratos financieros y comiencen a tomar decisiones de este tipo.

De manera similar, en una investigación realizada en Nueva Zelanda, Cameron, Calderwood, Cox, Lim and Yamaoka (2014), analizaron una muestra de estudiantes de secundaria y encontraron que la educación financiera es más baja entre estudiantes con menores recursos financieros, que también tenían menores habilidades en inglés y en matemáticas. A partir de esta investigación se concluye que es conveniente brindar educación financiera desde el nivel secundario para mejorar la toma de decisiones financieras de la población en general.

En el caso de América Latina y el Caribe, Méndez, Zambrano, M., Zambrano, S., Chiluiza, Everaert y Valcke (2022) señalan que en diferentes estudios realizados en esta región se reconocen bajos niveles de alfabetización financiera, lo que representa una debilidad y constituye un problema, debido al contexto económico de cambios e incertidumbre que predomina en la región. También encontraron una falta de enfoque de investigación respecto a las necesidades regionales de alfabetización financiera e identificaron brechas de género.

Por otra parte, el Programa de Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA) es un proyecto de la OCDE cuyo objetivo es evaluar la formación de los alumnos a los 15 años, cuando llegan al final de la etapa de enseñanza obligatoria. Este programa mide su capacidad para utilizar sus conocimientos y habilidades de lectura, matemáticas y ciencias para afrontar los retos de la vida real. Además, a partir de 2012 incorporó un nuevo módulo con temas relacionados con la cultura financiera (Domínguez y López, 2020, p. 2).

En el nuevo módulo se recuperaron aspectos relacionados con el dinero, la economía y las finanzas en reactivos voluntarios para los países y territorios participantes, ya que la OCDE ha tomado como un punto importante en su agenda el estudio y promoción del alfabetismo financiero entre los jóvenes de educación media superior. Esto se debe a la consideración de que el tema será crecientemente considerado como una habilidad esencial para la vida y que sería adecuado educar a los jóvenes tan pronto como sea posible. Esto debido a la rápida incorporación de las herramientas tecnológicas y la creciente oferta de productos y servicios financieros que en el futuro enfrentarán los jóvenes, debido a condiciones y mercados más complejos, por lo que podrían enfrentar también mayores riesgos comparados con los de sus padres.

México ha participado en todos los ciclos de PISA que se han instrumentado cada tres años desde el año 2000 y en los resultados del informe PISA 2018, desarrollado por la OCDE, Domínguez y López (2020) analizan los pormenores de ese informe en el que se destaca nuevamente la necesidad de cultivar la educación financiera de toda la población, poniendo énfasis en quienes disponen de presupuestos ajustados y carecen de margen de maniobra para afrontar con un mínimo de solvencia las tensiones generadas por situaciones como la pandemia de COVID-19, o por el proceso de transformación digital y tecnológico.

Por otra parte, Arceo-Gómez y Villagómez (2017) plantean que el tema de la alfabetización financiera ha cobrado gran importancia en el complejo mundo actual y destacan el hecho de que los jóvenes se encuentran entre los grupos demográficos con menor alfabetización financiera. Los autores presentan resultados de una investigación realizada entre estudiantes de educación media superior de la Ciudad de México y entre los resultados sobresale que los jóvenes tienen bajos niveles de alfabetización financiera, sin embargo, el 60% de ellos entendió el concepto de inflación, mientras que el 34% contestó correctamente preguntas relacionadas con la diversificación del riesgo y solamente el 31.7% contestaron correctamente preguntas relacionadas con interés compuesto. Los autores no encontraron diferencias de género ni tampoco encontraron diferencias significativas entre los resultados de estudiantes procedentes de escuelas públicas con respecto a escuelas privadas.

Por otra parte, García (2021) analiza los determinantes del alfabetismo financiero en México, haciendo énfasis en las diferencias regionales a nivel nacional, a partir de las actitudes, comportamientos y conocimientos financieros. Este autor confirma que, si bien la educación financiera resulta esencial, hay otros factores que influyen y estos varían de una región a otra y subraya la importancia de estudiar más sobre el tema haciendo énfasis en la situación que impera en cada región y destaca que el tema ha sido poco investigado México.

 

 

III. METODOLOGÍA

Esta investigación es de tipo cualitativo, realizada a partir de investigación documental y la aplicación de una encuesta descriptiva, cuyos resultados se analizan posteriormente mediante estadística descriptiva. La encuesta se diseñó a partir de la metodología propuesta por la OCDE, en esta se incluyeron 37 preguntas sobre conocimientos, comportamientos y actitudes (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos [OCDE]/Banco de Desarrollo de América Latina [CAF], 2020). En la primera parte, se incluyeron preguntas para conocer el perfil sociodemográfico de los participantes, así como sobre las personas que los jóvenes consideran como su referente a seguir al tomar decisiones financieras.

En la segunda sección se incluyeron preguntas sobre conocimientos de algunos conceptos (educación financiera, inflación e interés). En la tercera sección se realizaron preguntas relacionadas con comportamientos financieros (ahorro, análisis de las compras, realización de un presupuesto, registro de ingresos o egresos, tenencia de una cuenta de ahorros, crédito, préstamo y los intereses ligados a estos). Finalmente, en la cuarta sección se incluyeron preguntas sobre actitudes financieras para evaluar si los estudiantes prefieren gastar sus ingresos presentes o ahorrarlos para algún proyecto futuro.

Esta tuvo un enfoque cualitativo, un alcance descriptivo y un diseño no experimental ya que no se manipularon las variables analizadas. Fue una investigación transversal, ya que la investigación se realizó en 2022 y posteriormente se analizaron los datos. La metodología se diseñó de acuerdo con los criterios de Hernández, Fernández y Baptista (2014) y Malhotra (2008) para investigaciones cualitativas.

La población objeto de estudio fueron los estudiantes de una institución de educación media superior del Municipio de Heroica Ciudad de Huajuapan de León, Oaxaca, México. Se diseñó una muestra aleatoria simple en la que se partió de una población de 250 alumnos del último año de educación media superior[1] y de ahí se calculó una muestra estadísticamente representativa con un 95% de confianza y un margen de error de 10%, resultando una muestra de 70 alumnos.

Una limitante de la investigación es que solamente se consideró a los estudiantes de una región de México, aunque los resultados pueden compararse con los obtenidos en otras regiones del país, ya que en la encuesta se consideraron los aspectos de educación financiera que normalmente se incluyen en las investigaciones de la OCDE para evaluar conocimientos de educación financiera.

IV RESULTADOS Y DISCUSIÓN

4.1. Resultados

A partir de la encuesta aplicada a los 70 jóvenes, se encontró que el 54% de los estudiantes que la contestaron fueron mujeres y el 46% fueron hombres. Las edades de los encuestado fueron 17 años (37.1%), 18 años (61.4%) y 19 años (1.4%).

En cuanto al padre o tutor a quien consideran como ejemplo cuando tienen que tomar decisiones relacionadas con el uso de su dinero, se encontró que el 30% de ellos reciben ese ejemplo de su papá, el 19% de su mamá y el resto identificaron a diferentes familiares en menores proporciones.

Respecto al nivel de escolaridad de quienes constituyen ese ejemplo, el 15.7% de los estudiantes señalaron que se trata de una persona con estudios de posgrado (maestría, doctorado o postdoctorado), el 45.7% señaló que se trata de alguien con estudios a nivel licenciatura, el 8.5% mencionó que es alguien con estudios a nivel preparatoria y el 30.1% señaló que se trata de una persona con estudios a nivel preparatoria trunca o secundaria.

En cuanto a los conocimientos que tienen los estudiantes de distintos conceptos relacionados con educación financiera, se encontró que el 64% no sabe qué es la educación financiera, pero el 60% sí entiende a qué se refiere la inflación. En cuanto al concepto de interés, solamente el 48.5% de los jóvenes tuvieron respuestas correctas al respecto. En relación con la manera a través de la cual les fue posible adquirir las bases de conocimiento sobre educación financiera que ahora tienen, el 80% señaló que no ha tomado cursos que traten temas de educación financiera de manera específica, pero el 17% mencionó que en algunas materias les hablaron de temas como consumo inteligente, interés, crédito o seguros.   

En cuanto al ahorro, como lo muestran las respuestas de la Tabla 1, la mayor parte de los estudiantes sí suelen ahorrar, pero la mayoría lo hace en una alcancía y el ahorro formal es únicamente del 22%.  Además, llama la atención que una tercera parte de los jóvenes que ahorran, lo hacen para realizar futuras compras. Por otra parte, el 48.5% de los jóvenes tienen la costumbre de analizar las cosas que van a comprar antes de tomar su decisión de compra.

En cuanto a las actitudes, se encontró que el 30% de los jóvenes ahorran pensando en algún imprevisto, mientras que el 14% lo hace teniendo en mente el contar con una reserva para apoyar sus estudios, ya sea presentes o futuros. Finalmente, el 12% de los encuestados señaló que ahorra teniendo en mente la meta de iniciar un negocio posteriormente. Como puede verse, el 56% de los estudiantes tiene una actitud inclinada hacia ahorrar su dinero para algún proyecto futuro.

En cuanto a las preguntas relacionadas con presupuesto y con el registro por escrito de sus ingresos y gastos, se encontró que 45.1% sí suele hacer un presupuesto informalmente, señalando cuánto dinero necesitan para cubrir sus gastos. Por otra parte, más de la mitad de los estudiantes respondieron que no llevan registro de sus ingresos y gastos, como se muestra en la Tabla 1, y quienes sí lo llevan, acostumbran a realizar registros semanales. La práctica que sí realiza el 77.1% de los estudiantes es ordenar sus ingresos y gastos para usarlos de acuerdo con su grado de importancia.

Tabla 1.

Preguntas y respuestas sobre presupuesto y ahorro.

Pregunta

Respuesta Predominante

Otras respuestas

Presupuesto

¿Llevas registros de tus ingresos y gastos?

55.7%: No

44.2%: Sí

Respecto a los que sí llevan un registro:

¿Cada cuándo registras tus ingresos y gastos?

45.1%: Semanalmente

25.8%: Diariamente

22.5%: Mes

6.4%: Ocasionalmente

 

¿Ordenas tus ingresos y gastos para usarlos de acuerdo con el grado de importancia?

77.1%: Sí

22.8%: No

 

 

 

Ahorro

¿Tienes el hábito del ahorro?

71.4%: Sí

28.6%: No

De los que sí ahorran

¿Dónde ahorras?

72%: Alcancía.

18%: Cuenta en una Caja de Ahorro y Préstamo.

6%: Se lo da a un familiar para que se lo guarde.

4%: Cuenta de banco.

¿Qué te motiva a ahorrar?

34%: Futura compra.

30%: Para algún imprevisto.

14%: Para sus estudios actuales y futuros.

12%: Para iniciar algún negocio en el futuro.

¿Qué porcentaje de tus ingresos ahorras?

40%: Entre el 10 y el 20%.

26%: Menos del 10%.

18%: Hasta el 50%.

¿Tus padres hablan en casa sobre el ahorro?

50%: Sí, pero muy pocas veces.

41.4%: Sí con mucha frecuencia

8.6%: No.

Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados de la encuesta.

Nota: las preguntas relacionadas con el ahorro solamente las contestaron los alumnos que de entrada señalaron que sí ahorran y consideran que tienen ese hábito.

 

En cuanto al uso de servicios financieros, la mayor parte de los jóvenes actualmente tienen una cuenta bancaria que les fue solicitada para recibir un apoyo económico gubernamental, pero tienen otras razones por las que ellos abrieron una cuenta. De acuerdo con los resultados, algunos la abrieron para ahorrar (15.7%) y otros para recibir dinero de un familiar migrante (19%). Esto se debe a que, como se mencionó anteriormente, esta es una región con alta migración y aunque los apoyos suelen enviarse a él o la jefa de familia, por las respuestas de los alumnos, en algunas ocasiones se envían directamente a los jóvenes. Por último, el 5.7% de los jóvenes mencionó que usa su cuenta bancaria para poder hacer compras en línea. Llama la atención que ninguno de los estudiantes supo cuáles eran los intereses y comisiones que se debían pagar por una cuenta de ahorro como la que ellos tienen.

En cuanto al tema de inversión, el 62.8% considera que sabe la diferencia entre una cuenta de ahorro y una de inversión, pero ninguno de los estudiantes sabe qué tasa de rendimiento le daría su dinero si lo deposita en un Banco o en una Caja de Ahorro y Préstamo y solamente el 4.3% señaló concretamente bonos o criptomonedas cuando se les pidió que mencionaran algún instrumento de inversión.

En cuanto a su percepción de la inversión, el 71.4% de los jóvenes considera que la mayor parte de los estudiantes no invierten sus ahorros porque no saben cómo hacerlo o consideran que se necesita mucho dinero para hacer algo así, o bien que es muy difícil.

En relación con el tema de crédito, como se muestra la Tabla 2, el 70% de los encuestados mencionó que alguno de sus familiares sí tiene una tarjeta de crédito, pero no conocen cuál es la tasa de interés o comisiones que cobran por su uso y solamente el 4.3% proporcionó respuestas aproximadas.

Por otra parte, al preguntar a los estudiantes si alguno de sus familiares se había endeudado con un crédito de alguna tienda departamental que ofrece compras a crédito, solo el 35.7% dijo que su familia había pasado por una situación así. En cuanto a los créditos que otorgan las tiendas departamentales, los estudiantes nuevamente mostraron que no tienen conocimientos claros al respecto, pues ninguno supo qué interés se paga por utilizar ese tipo de crédito.

Tabla 2. Respuestas obtenidas respecto a las preguntas de crédito

Pregunta

Respuesta Predominante

Otras respuestas

Crédito

¿Alguno de tus familiares tiene tarjeta de crédito?

70%: Sí

30%: No

¿Sabes cuál es la tasa de interés que cobran los Bancos por usar su tarjeta de crédito?

95.7%: No saben.

4.3%: Dieron respuestas aproximadas.

¿Alguno de tus familiares se ha endeudado luego de utilizar el crédito de alguna tienda que vende a crédito?

64.3%: No

35.7%: Sí

¿Conoces los cargos e intereses de las tiendas que ofrecen crédito?

100%: No

 

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Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados de la encuesta.

Otro tema que se abordó en la encuesta estuvo relacionado con los préstamos, A este respecto, como se puede ver en la Tabla 3, la mayor parte de los jóvenes conocen instituciones que otorgan préstamos y saben que en su familia los han solicitado, principalmente en bancos, aunque también acuden a cajas de ahorro y préstamo. Puede apreciarse que la mayoría aún no ha contraído deudas personales, pero tampoco saben cuánto es lo que tendrían que pagar de intereses por un préstamo personal.

Tabla 3. Respuestas obtenidas respecto a las preguntas relacionadas con los Préstamos.

Pregunta

Respuesta Predominante

Otras respuestas

Préstamos

¿Conoces algunas instituciones que ofrecen préstamos?

70%: Sí

30%: No

¿Alguno de tus familiares ha solicitado algún préstamo?

71.4: Sí

28.6%: No

Si tu respuesta fue Sí ¿Dónde lo consiguió?

40%: en un Banco

30%: en una Caja de Ahorro y Préstamo.

14%: con un familiar o amigo.

10%: en una casa de empeño.

6%: tienda departamental.

¿Te has endeudado con algún familiar, amigo u otra persona que se dedique a prestar dinero por su cuenta?

88.6%: No

11.4%: se han endeudado con familiares o amigos.

¿Sabes qué interés te cobraría una institución financiera por otorgarte un préstamo de $3,000 pesos para iniciar un negocio?

100%: No saben

 

 

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Fuente: Elaboración propia a partir de los resultados de la encuesta.

4.2. Discusión

De acuerdo con los planteamientos de la OCDE, la importancia de brindar educación financiera a la población y particularmente a los jóvenes, está ligada al hecho de que, con la incorporación de las tecnologías digitales, se presenta una necesidad creciente de guiarlos, para evitar que sean vulnerables a fraudes. Los resultados de esta investigación muestran que una de las razones por las que los jóvenes decidieron abrir una cuenta bancaria fue porque realizan compras en línea, lo que confirma los planteamientos de la OCDE.

Sin embargo, dado que los jóvenes no tienen un entendimiento claro de algunos conceptos, ni de los riesgos y oportunidades que pueden tener, resulta de gran importancia brindarles más educación al respecto para que puedan tomar decisiones informadas desde esta primera etapa en la que están iniciando la mayoría de edad.

A partir de los resultados obtenidos de la encuesta aplicada a estos jóvenes de la Región Sur se puede ver una coincidencia en relación con que tienen un bajo conocimiento de algunos conceptos como el de educación financiera, inflación e interés, en comparación con los resultados de algunas investigaciones realizadas anteriormente en la Región R4 de la Ciudad de México (Arceo-Gómez y Villagómez 2017; Villagómez, 2016).

Por otra parte, hay algunos resultados de la investigación que son diferentes a lo reportado en otras investigaciones. Por ejemplo, poco más del 60% de los familiares que los jóvenes tienen de ejemplo a seguir para su propia toma de decisiones respecto a la manera de administrar, ahorrar e invertir su dinero, tienen un nivel de escolaridad alto, es decir de nivel licenciatura o posgrado. Esto contrasta con el poco conocimiento que tienen los estudiantes sobre educación financiera, lo que lleva a suponer que tal vez los padres o tutores no comparten con ellos sus conocimientos en esta área.

También existe la posibilidad de que ellos no tengan una comprensión total de estos temas. En todo caso, es evidente la necesidad de impulsar la educación financiera de los jóvenes, complementándola con algunas pláticas a los padres, en las que se les brinde información sobre educación financiera, pero también donde se les externe la importancia de transmitir los conocimientos de estos temas a sus hijos, dado que como lo han señalado Domínguez y López (2020), los padres son responsables del 17% de la actitud y el alfabetismo financiero.

De acuerdo con la problemática identificada y con el objetivo de la investigación, esta investigación muestra algunos aspectos de la región Sur del país que no están presentes en otras regiones. Ejemplo de ello es el hecho de que una quinta parte de los jóvenes tiene una cuenta para recibir dinero de un familiar migrante, por lo que debe contar con educación financiera que le permita hacer un buen uso de su dinero, ya que en ausencia de los padres, ellos deben tener los conocimientos necesarios para administrar sus recursos y ahorrar, ya que pueden presentarse circunstancias que cambien inesperadamente para sus familiares migrantes y eso puede modificar repentinamente sus ingresos y poner en riesgo sus estudios.

Los resultados de la investigación también muestran que más de la mitad de los estudiantes tiene una preocupación por ahorrar para el futuro, lo que probablemente se ha visto reforzado tanto por enseñanzas escolares como por los padres o tutores. Cabe mencionar que hay alumnos que son originarios de poblaciones pequeñas en las que solamente hay instituciones para realizar estudios de primaria y secundaria, por lo que viven solos y deben aprender a administrar su presupuesto desde que ingresan a realizar sus estudios de educación media superior. Probablemente eso explica porque los estudiantes encuestados comprenden qué es la inflación.

CONCLUSIONES

A nivel nacional e internacional se han realizado esfuerzos por incrementar la educación financiera de los jóvenes desde el ámbito escolar, ya que se ha reconocido la importancia de contar con esta base para desempeñar tareas comunes de la vida cotidiana. También hay coincidencia en que los conocimientos de este tipo serán cada vez más importantes para los jóvenes sin importar su género, etnia o clase social.

En las investigaciones revisadas se pudo identificar el señalamiento común respecto a que es conveniente que a los jóvenes se les brinde educación financiera cuando se encuentran cursando la educación media superior y están próximos a iniciar sus estudios universitarios, ya que en ese periodo están cercanos a iniciar su vida adulta y con ello a empezar a tomar decisiones propias en cuanto al manejo de su dinero.

Para poder implementar estrategias que permitan aumentar la educación financiera de los jóvenes, es necesario realizar diagnósticos que permitan conocer más sobre su contexto, necesidades y temáticas más importantes que deben ser abordadas. Por ello, con el interés de generar más información sobre la región Sur de México, se realizó un diagnóstico sobre los conocimientos de educación financiera de los jóvenes que se encuentran cursando el último año de sus estudios de educación media superior, lo cual se hizo con un instrumento acorde con los temas que analiza la OCDE para evaluar los conocimientos de educación financiera.

Los resultados muestran que los estudiantes de este último año de educación media superior, en su mayoría tienen 18 años, lo que significa que en el corto plazo serán sujetos de crédito y sin embargo, tienen un bajo nivel de educación financiera, lo que significa que están en la última etapa para recibir educación financiera que les permita evitar riesgos y perjudicar su calidad de vida.

La mayor parte de los jóvenes encuestados tiene algún familiar con estudios a nivel licenciatura o posgrado a quien consideran como ejemplo al momento de tomar decisiones respecto a la administración de su dinero. Esto indica que cuentan con alguien que sin duda ha utilizado los servicios financieros y conoce un poco más sobre las comisiones, intereses y cargos que estos conllevan.

Por otra parte, resulta lamentable que la mayor parte de los jóvenes no tengan claridad respecto a lo que es la educación financiera ni sobre los temas implícitos en esta definición, ya que esto podría permitirles comprender la importancia del ahorro formal y los costos, beneficios y riesgos de las diferentes decisiones financieras que tomen como parte del uso y administración de sus recursos financieros.

Algo particular de los jóvenes de la región analizada es que algunos de ellos necesitan una cuenta para recibir envíos de dinero por parte de sus familiares, ya que esta es una zona de alta migración, por lo que resulta muy importante apoyar a estos jóvenes a fin de que sepan administrar sus recursos financieros y comparen las condiciones que ofrecen las diferentes instituciones financieras, a fin de que no corran riesgos, ni paguen comisiones o intereses excesivos.

De igual manera, será importante brindarles información que les permita realizar una toma de decisiones que no solo se base en el presente, sino que considere también el futuro, a fin de que aprendan a administrar de mejor manera su dinero y tomen en cuenta incluso opciones para invertir sus ahorros.

Los resultados de esta investigación serán de utilidad para el diseño de estrategias de educación financiera para la región Sur de México, así como para que las instituciones de educación media superior de la región cuenten con elementos para diseñar actividades que complementen las enseñanzas curriculares formales para seguir promoviendo la educación financiera.

Es importante seguir realizando esfuerzos de investigación como este tanto en las principales ciudades como en contextos rurales y urbanos de menor tamaño, para identificar necesidades específicas de cada región y mostrar en qué temas es necesario poner más énfasis al momento de impartir las materias o temas de educación financiera, o bien para facilitar el diseño de estrategias de educación financiera para cada región.

En investigaciones futuras se puede profundizar en el análisis de los conocimientos que tienen los estudiantes sobre habilidades matemáticas y comprensión de lectura, ya que en investigaciones previas se encontró que estas habilidades se encuentran ligadas con el entendimiento de temas de educación financiera.

 

Esta investigación forma parte del proyecto de investigación Inclusión Financiera en América Latina (ICSH/F002), actualmente en desarrollo en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Tecnológica de la Mixteca.

 

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[1] Estos alumnos se encuentran cerca de terminar sus estudios y están por alcanzar la mayoría de edad, por lo que en el corto plazo serán sujetos de crédito y tomarán decisiones de manera independiente.