DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4769

Parasitosis como riesgo biológico ocupacional

Michelle Domínguez Hermenejildo

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-6102-0644

Universidad de Guayaquil, Guayaquil – Ecuador

 

Michael Maldonado Gómez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-5137-6978

Universidad de Guayaquil, Guayaquil - Ecuador

 

Tatiana Torres Solís

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-6581-9143

Distrito de Salud 17D10, Ecuador

 

RESUMEN

A pesar que las parasitosis intestinales afectan comúnmente a la población infantil, se ha comprobado que también generan un impacto negativo en la salud de la población adulta y además se considera como un riesgo biológico en el ámbito laboral, debido a su etiopatogenia que se relaciona con factores socio ambientales a los que están expuestos durante sus actividades cotidianas, por lo tanto en este trabajo de investigación se pretende dar a conocer la importancia de tomar medidas preventivas para disminuir la incidencia de las parasitosis intestinales.

 

Palabras clave: parasitosis; infecciones parasitarias; entamoeba histolytica; riesgo ocupacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: [email protected] 

Artículo recibido 05 enero 2023 Aceptado para publicación: 26 enero 2023

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Cómo citar Domínguez Hermenejildo, M., Maldonado Gómez, M., & Torres Solís , T. (2023). Parasitosis como riesgo biológico ocupacional. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(1), 4157-4167. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4769

Parasitosis as an occupational biological risk

 

ABSTRACT

Despite the fact that intestinal parasitosis commonly affects the child population, it has been proven that they also generate a negative impact on the health of the adult population and it is also considered a biological risk in the workplace, due to its etiopathogenesis that is related to socio-environmental factors to which they are exposed during their daily activities, therefore this research work aims to publicize the importance of taking preventive measures to reduce the incidence of intestinal parasitosis.

 

Keywords: parasitosis; parasitic infections; histolytica entamoeba; occupational risk.

 


INTRODUCCIÓN

La parasitosis intestinal se puede considerar como un riesgo biológico porque pueden provocar enfermedades ocupacionales, pero es necesario tomar en cuenta su procedencia, el grado y tipo de exposición específico durante sus actividades laborales, es por eso que al hablar de agentes biológicos de riesgo, la  Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2010) toma en consideración a la Brucelosis, Virus de la hepatitis, VIH, Tétano, Tuberculosis, Síndromes tóxicos asociados a bacterias u hongos, Ántrax, Leptospirosis, entre otros agentes científicamente comprobados que vinculen la exposición directa capaz de originar una enfermedad en el trabajador.

A pesar de tener un impacto negativo en la salud no es una problemática que cobra relevancia, como lo indica Avilés (2021) en Ecuador la parasitosis intestinal es clasificada dentro del grupo de enfermedades desatendidas.

Existen estudios limitados con respecto a la relación de las parasitosis como riesgo biológico, dentro de los cuales se encuentra el trabajo de investigación de Regata (2022) que hace énfasis en la población trabajadora inmigrante, por otro lado, Salcedo et al. (2019) que estudia su relación con la fabricación del ladrillo, en ambos casos lo atribuyen a una mala higiene. Por lo tanto, el presente trabajo tiene como objetivo recopilar y exponer la importancia de tomar medidas de prevención para disminuir la incidencia de parasitosis intestinal en la población trabajadora.

Para la elaboración de este artículo se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de datos como: Scielo, Redalyc, así también se utilizó Google Académico como motor de búsqueda. Mediante la información obtenida, hemos podido revisar, destacar y documentar lo relevante, así como haber alcanzado una mayor comprensión de la relación de la parasitosis como riesgo biológico ocupacional. Se concluye destacando las medidas preventivas que se pueden implementar.

METODOLOGÍA

Para el presente artículo se realizó una búsqueda bibliográfica en bases de dato como Scielo y Redalyc, así también se uso Google Académico como motor de búsqueda. Se investigó sobre la parasitosis intestinal, con mayor énfasis sobre Entamoeba histolytica que es considerada generalmente como la más frecuente. Como criterio de selección se eligió revisiones actualizadas en los últimos 5 años, en el idioma castellano. Las palabras-clave de búsqueda fueron: parasitosis, infección parasitaria, Entamoeba histolytica. Finalmente se realizó un análisis de la información recolectada, poniendo también un énfasis en la relación de la parasitosis como riesgo biológico ocupacional.

RESULTADOS

Los parásitos intestinales infectan el tubo digestivo a través de la ingesta de las formas vegetativas, es decir, quistes o trofozoíto en el caso de los protozoarios y de huevos en el caso de los helmintos, aunque otra puerta de entrada es cutánea, sin embargo, eso dependerá del tipo de parásito y ciclo de vida (Ramos y Fiallos, 2023). Comúnmente afecta a los niños y en algunas ocasiones dichas infecciones son subestimados en la población adulta debido a la ausencia de sintomatología, lo cual representa un importante factor de mortalidad (Taroncher, 2019), aunque suele ser baja, se reportan de forma anual entre 3 000 y 65 000 muertes como agente causal los helmintos y 100 000 por amebas (Morales y Quiroz, 2019).

En un estudio realizado por Durán et al. (2022) se determinó que en Ecuador las especies de protozoarios más comunes son la Entamoeba histolytica con un 24,2% Giardia lamblia 6,3%; Entamoeba coli 6,2%.  Y con respecto a los helmintos, Ascarys lumbricoides 1,08%; Enterobius vermicularis 0,5%. Aproximadamente un 80% de las parasitosis ocurren en áreas rurales y un 40% en áreas urbanas (Avilés, 2021).

El principal mecanismo de transmisión de la Entamoeba histolytica, es mediante el consumo de agua contaminada, alimentos contaminados o malos hábitos de higiene, a pesar de durar años en el intestino, ser asintomático o presentar síntomas leves, es altamente patógena, ya que una vez que progresan a trofozoítos, su efecto es letal porque destruyen la barrera epitelial, liberando enzimas proteolíticas que afectan a los tejidos e invaden mucosas, donde se reproducen y provocan una respuesta inflamatoria, dando origen a los abscesos amebianos (Andrade y Alves, 2020).

Para Avilés (2021) la principal fuente de contaminación es hídrica, puesto que es un eficiente vehículo para que se diseminen los parásitos, ya que son resistentes a las condiciones ambientales y permanecen viables por largos periodo de tiempo, lo que hace posible la infestación a grandes distancias.

Epidemiología

En la actualidad la parasitosis intestinal representa un problema de Salud Pública, puesto que se consideran como una de las principales enfermedades a nivel mundial y se sitúa entre las diez principales patologías de mortalidad, sobre todo en países en vías de desarrollo (Ramos y Fiallos, 2023). Inclusive Brito et al. (2017) lo consideran como agentes que tienen un gran potencial para dar origen a epidemias, mediante el consumo de agua y alimentos.

Se estima que aproximadamente 3.500 millones de personas fueron perjudicados por estas afecciones y 450 millones presentan actualmente dichas infecciones. En América Latina un 20 – 30% adquieren infecciones debido a parásitos que se transmiten por el suelo. (Vanegas et al., 2022).

La fuente de diseminación más común en Ecuador es hídrica, esto se ha demostrado mediante estudios experimentales del análisis de varios tipos de cuerpos de agua, cuyo resultado indica que el agente más frecuente en agua entubada corresponde a Balantidium con un 7.8%, en el agua estancada indica una mayor contaminación por Entamoeba con un 56.67% y en agua de regadío el microorganismo que mayor porcentaje tiene son los flagelados de vida libre con un 89.19%,   esto a la vez se relaciona con la higiene de los alimentos, específicamente de las hortalizas, ya que se determinó la presencia de estos agentes biológicos en productos vegetales en un 68.10%, dentro de los principales parásitos encontrados se encuentran la Entamoeba histolytica 13.79%, Entamoeba Coli 21.83%, Endolimax nana 41.37%  y larvas de Uncinaria 5.74%  (Avilés, 2021).

Factores de riesgo asociados a las actividades laborales.

Generalmente la falta de higiene personal, saneamiento insuficiente, contacto con excretas de animales, nivel socioeconómico y consumo de alimentos o aguas contaminadas son predisponentes para una festación por parásitos (Murillo et al., 2020). Sin embargo, se puede considerar como un factor de riesgo biológico debido a sus actividades laborales.

Tal es el caso delos ladrilleros que producen los ladrillos de forma manual, generalmente los trabajadores se encuentran en constante exposición con la arcilla seca, polvo o aguas residuales, de manera que la mayoría presentan parasitosis intestinal, inclusive el 10% tiene infestación masiva crónica ya que refieren salida de parásitos por el ano, lo cual puede ser por la ingesta accidental de huevecillos o quistes que vuelan al momento del polveo o por manejo de arcilla con aguas contaminadas o por la penetración cutánea de las larvas filariformes. (Salcedo et al., 2019).

Por otro lado, Hernández et al. (2020) refieren que la infección parasitaria se relaciona a las condiciones ambientales, edad, estado inmunológico y factores de higiene, esto lo evidenció en el estudio de la población trabajadora de una florícola, que por lo general consumían agua de tubería sin filtrado y sin hervirla, además de una mala higiene de manos y de alimentos.

Otra de las ocupaciones que por su naturaleza conlleva grandes riesgos de la salud y seguridad en el trabajo son los recolectores de basura, que están en permanente contacto con diversos materiales como desechos domésticos, desechos biológicos, sustancias químicas, tóxicas , inclusive restos de animales descompuestos (Pérez, 2018), que acarrean bacterias, virus, hongos, parásitos, sustancias tóxicas, entre otros y no sólo causan parasitismo sino diversas enfermedades ocupacionales, a pesar de crear procedimientos, en algunas ocasiones ocurren por malas prácticas (Parrilla y Pérez,2019). 

DISCUSIÓN

En los resultados encontrados en los estudios de Salcedo et al. (2019); Hernández et al, (2020); Parrilla y Pérez, (2019) la mayoría de los trabajadores no mantenían adecuadas medidas sanitarias por lo que regularmente introducen bacterias o parásitos en sus comidas y a este panorama se adiciona todos los factores de riesgo a los que están expuestos durante sus actividades laborales.

Por lo tanto mejorar los hábitos de higiene es fundamental, lo que implica un correcto lavado de manos antes de manipular alimentos, después de consumirlos y luego de ir al baño, en caso de no estar a la disposición es recomendable reemplazarlo por gel desinfectante a pesar de no ser tan eficaz como el correcto lavado de manos pero disminuye el riesgo, otros aspectos importantes son lavar adecuadamente las frutas y hortalizas, mantener un buen sistema de eliminación de desechos, consumir agua que sea hervida por al menos 10 minutos, evitar el contacto con el excremento de todo tipo de animales, disminuir el consumo de alimentos que provienen de lugares que no respetan las medidas higiénicas (Hernández et al., 2020).

Por lo que se refiere a la exposición a parásitos u otros agentes biológicos durante la jornada laboral, Parrilla y Pérez, (2019) atribuyen una gran relevancia a el uso del equipo de protección personal adecuado para cada puesto de trabajo, porque disminuyen el riesgo, dentro de los cuales se encuentran los guantes, botas, tapabocas o protector facial, ropa de trabajo, respiradores, botas, entre otros. De esta manera los ladrilleros, los trabajadores de la florícola o los recolectores de basura pueden disminuir el riesgo de adquirir los parásitos ya sea por vía fecal-oral o cutánea.

Valle (2021) propone un plan de mitigación que consiste en implementar campañas para el control de la proliferación de parásitos basados en los factores de riesgo, dentro de las medidas de control se encuentran la descontaminación de suelos a través de la biofumigación, de agua por medio de ebullición, luz ultravioleta o sistemas DOSIS, eliminación de plagas aplicando plaguicidas y telas metálicas, por último, recomienda medidas higiénico- sanitarias.

Aunque en algunas ocasiones pese a administrar el empleador los materiales de protección adecuados, son los trabajadores quienes deciden no utilizarlos, lo cual se debe al desconocimiento de su importancia (Parrilla y Pérez, 2019), es ahí donde juega un papel fundamental el proceso de enseñanza-aprendizaje y por la implementación de turnos rotativos, la mejor metodología es a través del uso de tecnologías de información y comunicación, tal como lo desarrollaron Agüin et al., (2011) mediante un video que incluye la explicación sobre la forma de prevenir una parasitosis. En concordancia, Hernández et al, (2020) también considera que la falta de educación influye por lo que también recomienda educar y concientizar a todos los trabajadores sobre las vías de contagio, signos y síntomas, diagnóstico, tratamiento y medidas preventivas. Del mismo modo es necesario brindar entrenamiento sobre las formas de bioseguridad para que disminuya el contacto directo con los agentes infecciosos (Parrilla y Pérez,2019). Además, Souto y Sánchez (2021) refieren que toda información expuesta de los diferentes riesgos contribuye para mejorar la calidad de vida.

Finalmente es de vital importancia implementar un programa médico-laboral, con la finalidad de mantener un buen estado de salud de los trabajadores, evitando posibles infecciones (Parrilla y Pérez,2019). Por lo tanto, es recomendable realizar exámenes coproparasitarios como mínimo 2 veces al año sobre todo a la población trabajadora con mayor exposición a factores de riesgo, de manera que se brinde un tratamiento oportuno y específico para cada afección, lo cual permite realizar un seguimiento adecuado y de esta manera modificar de ser necesario las medidas preventivas a fin de fortalecerla estrategia de promoción y vigilancia de la salud (Hernández et al., 2020). Además, el control de riesgos en el trabajo permite distinguir si la parasitosis se encuentra relacionada o no con el trabajo (Quezada, 2016). Puesto que los riesgos de mortalidad que se asocian con el trabajo dependen de varios aspectos, que pueden provenir del trabajo en sí, de la región en que se encuentren, del grado de exposición e inclusive de las personas que eligen la aptitud de cada individuo acorde al tipo de ocupación idóneo. (Mamani, 2018).

CONCLUSION

Desde el punto de vista de la salud ocupacional y según las literaturas consultadas las parasitosis se pueden considerar como enfermedades ocupacionales cuando existe exposición directa a estos agentes infecciosos bajo circunstancias prescritas en la legislación. Aunque por lo general estas infecciones se subestiman, es necesario brindarle importancia a fin de disminuir su incidencia y prevalencia, tomando en cuenta que, mejorando los hábitos de salud, manteniendo las medidas de bioseguridad de los trabajadores y a través de la capacitación continua y concientización del impacto negativo que genera en la salud, se puede evitar por completo.

Cabe recalcar que, sin una detección y tratamiento oportuno, las parasitosis contribuyen en el aumento de la morbi- mortalidad de la población trabajadora.

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