Castro Genes
Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, Ciudad de México, México.
ISN 2707-2207/ISSN 2707-2215 (en línea), enero-febrero, 2023, Volumen 7, Número 1 p 4553
El tercer nivel es el pedagógico, donde el docente utiliza los elementos de su entorno en
el desarrollo del proceso enseñanza aprendizaje, donde figuran la creatividad y la
innovación. El cuarto es el investigativo, que le permite al docente relacionar la estrategia
pedagógica con la problemática específica del entorno en que labora. El quinto, es el
actitudinal, según el cual el docente debe tener la capacidad de crear un vínculo entre él,
el conocimiento, la motivación y las estrategias pedagógicas TIC, el sexto es el
comunicativo que indica que el docente debe construir una comunicación efectiva que
ayude al ambiente de aprendizaje y la última, es la evaluativa, necesaria para llevar un
control de avances y prioridades en el proceso educativo (Gargallo, 2018).
Recorrido histórico sobre la articulación de las TIC en la educación colombiana
Las tecnologías de la información y la comunicación empezaron su proceso de
articulación con el proceso educativo en Colombia en el año 1957 a través de la llegada
del primer ordenador, un mainframe IBM 6509 obtenido por la empresa Bavaria,
inicialmente, siguiendo el ejemplo Coltejer, luego, al año siguiente lo fueron haciendo
otras entidades como las Empresas Públicas de Medellín y Ecopetrol. Posteriormente,
una década después, según Jalkh (2014) empieza la instalación de computadores en la
Universidad Nacional y Los Andes, localizadas en la ciudad de Bogotá, capital del país,
cuya funcionalidad principal estaba orientada hacia la facultad de ingeniería,
constituyéndose en uno de los primeros entes académicos en crear programas en cuyo
proceso de enseñanza se utilizó una herramienta tecnológica.
Para finales del año 1966 la Universidad Nacional diseño el programa de postgrado
titulado Maestría en Sistemas, convirtiéndose en una pionera en el tema en
Latinoamérica, así en 1967 fue creado el programa de Ingeniería de Sistemas en la
Universidad de los Andes, por lo que, solo faltaron cinco años para que las universidades
instalaran centros de cómputo, los cuales se caracterizaban por ser de un tamaño
considerable, lo cual fue cambiando a partir de los años 70, además, de particularizarse
por ser más confiables, accesibles económicamente y rápidos debido al avance de los
elementos tecnológicos, lo cual ayudó a que surgieran los sistema cimentados en
microprocesado. Así mismo Mesa (2012) manifiesta:
En las universidades del país empiezan a crear centros de cómputo, que
en el caso de la UPTC fue en 1972, con el fin de sistematizar labores
administrativas y académicas. En 1990 nace la Red Iberoamericana de