DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4878
Sistema educativo Mexicano, problemáticas que ha presentado frente a la pandemia del COVID-19
MEd. Solyenitzi Guadalupe González Gutiérrez
https://orcid.org/0000-0001-5126-6923
Ing. Carlos Valente Torres del Toro
https://orcid.org/0000-0003-0197-298X
Lic. Josefina Espino Cázares
https://orcid.org/0000-0002-2803-0565
Dra. María del Carmen Flores Ramírez
https://orcid.org/0000-0001-7494-3616
Dra. Fabiola Lizet González Gutiérrez
https://orcid.org/0000-0003-4187-9763
Cd Lerdo, Durango, México
RESUMEN
El presente artículo de divulgación presenta las problemáticas generadas por la repentina implementación de la educación a distancia en México. Acción llevada a cabo por la crisis sanitaria de la pandemia por COVID-19. Se analizan y comparan los fenómenos de deserción escolar, rezago educativo y el impacto socioemocional que ha generado a los niños, niñas y adolescentes durante los últimos dos años. Tiene como objetivo conocer y analizar la toma de acciones que permitan minimizar los problemas mencionados anteriormente.
Palabras clave: covid-19; clases a distância; rezago; deserción y socioemocional.
Correspondencia: [email protected]
Artículo recibido 05 enero 2023 Aceptado para publicación: 05 febrero 2023
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Cómo citar: González Gutiérrez, S. G., Torres del Toro, C. V., Espino Cázares, J., Flores Ramírez, M. del C., & González Gutiérrez, F. L. (2023). Sistema educativo Mexicano, problemáticas que ha presentado frente a la pandemia del COVID-19. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(1), 5718-5730. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.4878
Mexican educational system, problems that it has presented in the face of the covid-19 pandemic
ABSTRACT
This disclosure article presents the problems generated by the sudden implementation of distance education in Mexico. Action carried out due to the health crisis of the COVID-19 pandemic. The phenomena of school dropout, educational backwardness and the socio-emotional impact that it has generated on children and adolescents during the last two years are analyzed and compared. Its objective is to serve as a point of reflection, for taking actions that allow minimizing the problems mentioned above.
Keywords: covid-19; distance classes; lag, dropout and socio-emotional.
INTRODUCCIÓN
La reflexión que lleva al análisis de como la pandemia por Covid 19 (enfermedad producida por el coronavirus SARS-CoV-2) tomó por sorpresa a la sociedad mexicana, nadie pudo prever con suficiente anticipación la magnitud de dicha enfermedad, y menos, las consecuencias económicas, políticas, sociales y educativas que se derivaron de esta crisis sanitaria.
Se vivió una de las mayores amenazas del siglo XXI, para la educación en México y del mundo entero. De acuerdo con el médico epidemiólogo, investigador, profesor y funcionario público mexicano Hugo López Gatel titular de la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud, en la Secretaría de Salud de México, desde el 1 de diciembre del 2018, anuncio en el año 2020 que:
“Se suspendieron las clases del periodo comprendido del 23 de marzo al 17 de abril de 2020 en las escuelas de educación preescolar, primaria, secundaria, normal y demás para la formación de maestros de educación básica del Sistema Educativo Nacional, así como aquellas de los tipos medio superior y superior dependientes de la Secretaría de Educación Pública, a excepción del Instituto Politécnico Nacional, como una medida preventiva para disminuir el impacto de propagación de la COVID-19 en el territorio nacional (…)” (Diario Oficial de la Federación, 2020).
Dicha suspensión de clases presenciales se extendió de inicio del 2020 a inicios de 2022, por tal motivo se incentivaron muchos cambios para la educación. Dando comienzo a marcha forzada, a la implementación de la educación a distancia.
De acuerdo con Rosenbum (2020). "Este es un enorme desafío de equidad educativa que puede tener consecuencias que alteran la vida de los estudiantes vulnerables”.
Se analizan las problemáticas en deserción, rezago y efectos socioemocionales de niños, niñas y adolescentes; generadas por la repentina activación de la educación a distancia derivada de la pandemia por COVID-19.
Rezago educativo.
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía INEGI (2019) el rezago educativo se refiere a la condición de atraso en la que se encuentran las personas que no tienen el nivel educativo que se considera básico dentro de los límites de edad.
En México es común utilizar el concepto -rezago educativo- para englobar la cantidad y la proporción de individuos que no completaron la educación básica obligatoria, es decir los niveles de primaria y secundaria dentro de la edad establecida por cuestiones académicas: la reprobación, la repetición, la extra edad, la inasistencia, el ingreso tardío o las salidas anticipadas, entre otras (Rodríguez, 2013)
Hablar de rezago educativo nos lleva a una condición de atraso en los aprendizajes de los alumnos, de acuerdo con los niveles escolares que se encuentran cursando o que debieron de haber cursado. Generado inicialmente por la falta de acceso a la escuela, la deserción y la no terminación del ciclo obligatorio -primaria y secundaria- y se manifiesta en los índices de analfabetismo y eficiencia terminal, concentrados sobre todo en las poblaciones rurales e indígenas.
¿Cómo se vivió el rezago educativo durante la pandemia por COVID-19?
El Sistema Educativo Mexicano ha hecho grandez esfuerzos para moderar al máximo posible los efectos negativos sobre los aprendizajes de más de 33 millones de estudiantes, pero este parece poco preparado para enfrentar este reto en un contexto de deficiencias y negligencias toleradas por diversos sexenios y que hoy están cobrando una dolorosa factura.
La necesidad imperiosa de cerrar masivamente planteles escolares y de transitar a diversas modalidades de educación a distancia a fin de contener la propagación del virus nos tomó a todos por sorpresa. Encima, tuvimos que apagar la luz en las escuelas y enviar a niños, niñas y adolescentes a sus casas prácticamente de un día para el otro. Una interrupción mayúscula, anidada, por lo demás, dentro de otras muchas interrupciones sociales gigantescas.
Desde la perspectiva del docente el desarrollo del aprendizaje de los alumnos durante la pandemia fue muy deficiente debido al poco interés que mostraban los estudiantes y padres de familia por realizar las actividades que se realizaban en línea, otro factor muy importante fue lo económico, ya que muchos padres de familia se quedaron sin trabajo por lo cual no podían acceder a las herramientas tecnológicas y digitales necesarias para desarrollar un aprendizaje significativo.
De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, la pandemia por COVID-19 causó en México un rezago que equivale a dos años de escolaridad. Antes de la pandemia los mexicanos alcanzaban en promedio aprendizajes correspondientes a 3° de secundaria. Hoy su conocimiento llegará solo al equivalente a 1° de secundaria (Instituto Mexicano para la Competitividad A. C., 2021)
“Todo proceso educativo conlleva dos elementos inherentes y complementarios uno del otro: por un lado, tenemos la enseñanza y sus múltiples facetas, sea cual fuere el tipo o el nivel de la enseñanza de que se trate, y otro aún más importante, el aprendizaje que se pretenda adquirir al final del proceso” (Gurría, 2020)
Como lo mencionan en el documento de “Save the children en México”, las niñas, niños y adolescentes aprenden menos y con mayor dificultad: 5 de cada 10 niños consideran que aprenden poco durante la pandemia. Especialmente las madres, padres y cuidadores de las y los de entre 11 y 14 años, y de niñas y niños que presentan alguna discapacidad o enfermedades crónicas creen que aprenden poco. El 71% de los niños en hogares vulnerables no tienen suficiente acceso a internet, el 49% No entienden la tarea y un 25% no tienen apoyo en casa para sus actividades. (Save the Children México, 2021)
En este ámbito de la vida social, en lo educativo y como en otros tantos la crisis sanitaria global está desnudando nuestras fragilidades y nuestras más profundas desigualdades sociales y económicas.
Dificultad para acceder a recursos educativos
El cierre de escuelas ha impedido la entrega de libros de texto y otros materiales educativos para reforzar el aprendizaje de niños desde casa, insumos extremadamente necesarios, principalmente para niños con acceso limitado o sin él a internet. El 50% de niños encuestados requieren material didáctico, el 40% necesitan asesoría y el 15% de las y los cuidadores declaran que tienen problemas para pagar los recursos de aprendizaje. (Save the Children México, 2021)
Incertidumbre sobre el regreso a la escuela
La apertura de escuelas es otro aspecto que genera incertidumbre en niñas, niños y sus familias, principalmente por el temor a nuevos contagios, pero también por su cierre indefinido. El 30% de los niños no saben si regresarán a la escuela y el 40% de las y los adultos en hogares con una o un miembro con discapacidad, no saben si su hija o hijo volver a la escuela. (Save the Children México, 2021).
En Mexico, alrededor de 36.5 millones de niños, niñas y adolesentes no acuden a los planteles educativos desde marzo del 2020, se estima que la matricula de alumnos se contrajo 2 millones como posible efecto de la pandemia (González, 2021)
Deserción escolar
La deserción escolar es el abandono del estudio de alumnos, alumnas y adolescentes. Lo cual representan uno de los mayores fracasos de las instituciones educativas. Este fenómeno ocurre mayormente en los sectores pobres y a la población rural y esta tiende a ocurrir con frecuencia alrededor de los 10 años, edad en la cual los niños comienzan a trabajar; sin embargo, en diversos centros educativos se aprecian mayor deserción en los primeros niveles. (Moreno, 2005)
Durante la pandemia por COVID-19 los factores económicos y de conectividad a internet propiciaron un incremento muy considerable en la deserción escolar en México. Todo esto derivado a que se perdieron muchos empleos por el cierre de negocios, empresas e instituciones. Muchas de las familias mexicanas quedaron desamparadas tratando de ahorrar sus gastos para lo más indispensable, desafortunadamente la adquisición de dispositivos móviles o de servicios de internet no estaban contemplado dentro de las prioridades para las familias mexicanas. Estas acciones ocasionaron que se perdiera la comunicación entre alumnos y docentes durante las tan afamadas clases a distancia, situación que al prolongarse por casi dos años dio lugar a la deserción escolar.
El impacto de la pandemia por COVID-19 en diversos ámbitos ha sido desastroso. En el campo de la educación, el panorama no es el más alentador. Debido a las recomendaciones de distanciamiento social, las instituciones educativas cerraron sus puertas dejando a millones de niños a la deriva. (Pérez Solís, 2021)
Desde marzo de 2020, el sistema educativo público y privado en México también se enfrenta al desafío sin precedentes implementando clases a distancia.
Algunos de los niños pudieron retomar sus clases en modalidad a distancia, ya sea vía internet o por televisión, y quienes no tenían acceso a las herramientas tecnológicas para hacerlo o peor aún, no contaban siquiera con energía eléctrica, sobre todo en zonas rurales, dejaron de estudiar, afirma Patricia Ducoing Watty del Instituto de Investigaciones Sobre la Universidad y la Educación (IISUE). (Pérez Solís, 2021)
Según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), 5.2 millones de niños, adolescentes y jóvenes entre los 3 y los 29 años, no se inscribieron al ciclo escolar 2020-2021 por motivos económicos y por causas de la COVID-19.
Las consecuencias de dejar la escuela impactan a las personas durante el resto de su vida, ya que les impiden desarrollarse plenamente, limitan sus oportunidades laborales y dificultan que ejerzan plenamente sus otros derechos
Las consecuencias se evidencian con el incremento del riesgo de trabajo infantil, abandono escolar, matrimonio infantil y otras formas de abuso.
"El mayor cambio que requiere el aprendizaje virtual es la flexibilidad y el reconocimiento de que la estructura controlada de una escuela no es replicable en línea" (Dougherty, 2020).
Educación Socioemocional
El aprendizaje socioemocional es el de habilidades y valores que aumentan la capacidad del escolar por conocerse a sí mismo y a los demás con el fin de ser flexible y creativo en la interacción con otros. (Cohen, 2001)
La Educación Socioemocional es un proceso de aprendizaje a través del cual los niños y los adolescentes trabajan e integran en su vida los conceptos, valores, actitudes y habilidades que les permiten comprender y manejar sus emociones, construir una identidad personal, mostrar atención y cuidado hacia los demás, colaborar, establecer relaciones positivas, tomar decisiones responsables y aprender a manejar situaciones retadoras, de manera constructiva y ética. (Secretaría de Educación Pública, 2017)
La educación socioemocional ayuda a que los niños, niñas y adolescentes que cursan su educación básica logre llegar a sus metas y objetivos, además de que forman relaciones sanas entre sus pares, su entorno familiar y la sociedad en general, facilita que los niños, niñas y adolescentes adquieran los aprendizajes esperados a su nivel educativo.
Se ha visto que gracias a la educación socioemocional brinda las herramientas adecuadas y al momento de que se enfrentes con problemas en sus vidas cotidianas puedan resolverlas de la manera más asertiva, ya que se encuentra en una relación directa con el futuro éxito profesional y social.
Desarrollo de la educación socioemocional durante la pandemia
El aislamiento social causado por la crisis sanitaria que vivieron las familias mexicanas fue un detonante exponencial de ansiedad, esto derivado de los nuevos retos que presento las clases a distancia: el ciberacoso, lidiar con el sentimiento de aislamiento, frustración, aburrimiento, ansiedad o estrés, a trajo consigo una respuesta de desesperanza, depresión o hasta enojo. En este mismo contexto, las familias tuvieron que cumplir con sus obligaciones laborales, las tareas del hogar, a la vez que apoyaron y supervisaron las actividades escolares de sus hijos, lo que no necesariamente saben hacer de manera adecuada, provocándoles angustia y estrés. Quienes son docentes enfrentaron la impotencia de no estar cerca de los alumnos, la angustia que causa no tener las herramientas tecnológicas adecuadas o no saber cómo usarlas de forma óptima, esto provocó una pérdida de control para orientar mejor forma a los niños, niñas y adolescentes (Escorza, 2020).
El desarrollo de las habilidades socioemocionales ha sido objeto de estudio especializado por psicólogos, neurocientíficos, y educadores. El término Inteligencia Emocional (IE) fue introducido por primera vez por Mayer, J. D. y Salovey, P. (1997) la definen como la parte de la inteligencia social que incluye habilidades para: percibir, valorar, y expresar emociones con exactitud, acceder o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; comprender las emociones y regularlas promoviendo un crecimiento emocional e intelectual. A estas capacidades se les llama en su conjunto, habilidades socioemocionales. (Guimon, 2012)
La pandemia que atravesamos por COVID-19 ha hecho que los estudiantes tengan que lidiar con sentimientos de aislamiento, frustración, aburrimiento, ansiedad y estrés; esto trae consigo una respuesta de desesperanza, depresión y enojo. (Heredia, 2020)
DISCUSIÓN
Después de casi dos años en que los alumnos estuvieron resguardados en sus hogares, derivado de la pandemia provocada por el virus COVID-19, se ha dañado el bienestar emocional y social de alumnos alumnas y adolescentes de México, produciendo un impacto negativo a los fines de la educación.
En el momento en que se cierran las puertas de las escuelas en México, e improvisar a marcha forzada las clases a distancia, se generó un cambio enorme a la forma habitual de impartir y recibir la educación. Los niños, niñas y adolescentes no contaban con un docente frente a ellos que fuera capaz de orientar de forma personalizada durante el proceso de aprendizaje, además de que no sociabilizan con sus compañeros de clase, recordando que los aprendizajes se solidifican en el momento en que los niño, niñas y adolescentes socializan con sus pares, dándole así un significado de lo aprendido y de esta forma producir el aprendizaje significativo.
Sin duda alguna, los docentes en México se vieron en la necesidad de innovar nuevas formas para profundizar en el aprendizaje de sus educandos. Para ello la implementación de las tecnologías de la información y comunicación (Tic), fueron un punto clave durante este proceso, más, sin embargo, una vez más, la desigualdad social y económica del país impactaron negativamente para una oportuna utilización de estas herramientas.
Un factor muy importante para considerar para los fines de la educación fue el desarrollo de las habilidades socioemocionales, desafortunadamente se vivieron una gran cantidad de situaciones que produjeron estrés, ansiedad, angustia, miedo, dificultades para la concentración o para dormir, que impactaron enormemente a la estabilidad socioemocional, no solo de niños, niñas y adolescentes, si no también, de docentes, padres de familia y demás actores participes en los procesos de la educación. Es por ello que los docentes desde sus hogares y distintos medios de comunicación trataron de implementar actividades que fortalecieran la estabilidad socioemocional de los educandos, sin embargo, poco pudieron lograr ante la gran amenaza que hasta la actualidad continua presente.
La falta de comunicación, el desequilibrio emocional que enfrentaron y que aún continúan enfrentando las familias mexicanas, sumadas al desequilibrio económico; fueron factores que desfavorecieron a la educación, produciendo altos índices de rezago educativo, además de un incremento muy considerable en la deserción escolar en México. Mas sin embargo se debe tener presente que los niños, niñas y adolescentes cuentan con una capacidad de adaptación y resiliencia a las situaciones que se les presenten, por lo que se espera que la educación en México se recupere.
CONCLUSIONES
La escuela, como está resultando aparatosamente visible estos días, no sólo se ocupa de impartir o promover aprendizajes. También y, antes que nada, la escuela les ofrece a millones de niños alimentación, así como un conjunto de horas en un espacio seguro que contribuye a organizar y estructurar la vida regular de las familias.
El maltrato infantil es toda forma de violencia, perjuicio o abuso físico o mental, descuido o trato negligente, malos tratos o explotación, que va en contra de un adecuado desarrollo físico, cognitivo y emocional de los niños, mientras que se encuentran bajo la custodia de sus padres. (Psicologia Infantil, 2022)
Los costos más importantes que plantea el cierre de planteles escolares para amplísimos segmentos de la población mexicana son dos. Primero, la interrupción del acceso al desayuno escolar mismo que, para millones de niños, constituye el único o el más importante alimento del día. Segundo, la suspensión de clases y la transición a 'la escuela en casa' en el contexto del distanciamiento social y la contracción económica, está imponiéndole a las familias nuevas tareas y mayores restricciones temporales para hacerle frente a sus ineludibles obligaciones laborales.
Esto último, muy probablemente, está tensando ya y seguramente irá tensando cada vez más la convivencia al interior de los hogares abriendo, con ello, espacios crecientes para la violencia doméstica en contra de las mujeres, los niños y los jóvenes.
Pero esos dos problemas mencionados en párrafos anteriores son solo el inicio de una serie de problemas mayúsculos por los que está atravesando el sistema educativo nacional, ya que este parece poco preparado para enfrentar este reto en un contexto de deficiencias y negligencias toleradas por diversos sexenios y que hoy están cobrando una dolorosa factura, a continuación se enumeran una serie de problemas por los que está atravesando nuestro sistema educativo mexicano para hacerle frente a la pandemia:
1. Ausencia de una capacitación docente adecuada para incorporar las tecnologías de la información a la experiencia pedagógica cotidiana.
2. Malgasto y fraude en el uso de miles de millones de pesos del erario en la “adquisición” de computadoras, laptops, tabletas y distintas tecnologías que supuestamente se distribuyeron a docentes y a un número importante de alumnos, pero de las que hoy pocos pueden echar mano para acceder a posibilidades de educación en línea ante su inexistencia, falta de mantenimiento.
3. Precaria adaptación digital de los materiales didácticos que se utilizan de forma presencial en las diferentes asignaturas de los distintos niveles educativos para su enseñanza en línea.
4. Ausencia de servidores con la capacidad suficiente para dar acceso simultáneo a millones de usuarios.
5. Falta de una política para atemperar el acceso desigual a internet con fines educativos para un número muy relevante de estudiantes del país (39.1 % carece de este servicio de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de Información en los Hogares realizada por el INEGI en 2019).
6. Estrategia limitada para garantizar la enseñanza de los aspectos fundamentales del currículo a través de la televisión estatal: utilizar los canales 11, 22 y las televisoras de las entidades es insuficiente; de acuerdo con la SCT, sólo tienen cobertura del 50 % del territorio nacional. Además, no está siendo acompañada de guías efectivas para alumnos, maestros y padres de familia, de forma que aquellos que logren ver estas transmisiones puedan potenciar sus beneficios educativos.
De entrada, algo que podría servir para minimizar los posibles efectos del cierre de escuelas sobre la violencia doméstica sería reducir la presión sobre las comunidades escolares (directivos, docentes, madres y padres de familia y estudiantes) que están generando diversas exigencias y algunas incertidumbres clave en esta transición generalizada a la 'educación en casa'. Al respecto, convendría limitar y administrar de mejor manera la exigencia a docentes y directivos por parte de las autoridades educativas de aportar 'evidencias' de que los docentes están dando clases o dejando tareas, y que los estudiantes las están llevando a cabo. En la parte de incertidumbres clave, resultaría muy útil para despresurizar las cosas, que las autoridades educativas nacionales despejaran a la brevedad posible las incógnitas sobre qué va a pasar con la acreditación de los ciclos y grados escolares frente a la emergencia sanitaria, al menos, en lo que concierne a educación básica –preescolar, primaria y secundaria.
El Artículo 21 de la Ley General de Educación establece que “La evaluación de los educandos será integral y comprenderá la valoración de los conocimientos, las habilidades, las destrezas y, en general, el logro de los propósitos establecidos en los planes y programas de estudio. Las instituciones deberán informar periódicamente a los educandos y a las madres y padres de familia o tutores, los resultados de las evaluaciones parciales y finales, así como las observaciones sobre el desempeño académico y conducta de los educandos que les permitan lograr un mejor aprovechamiento”. (Congreso de la Union, 2019).
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