DOI: https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.5112

La dislexia: rol del docente en el diagnóstico precoz en estudiantes de educación básica

 

Katiuska Adelaida Bastidas González

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-9336-7332

 

Freddy Vicente Jumbo Jumbo

[email protected]

https://orcid.org/0009-0007-8304-0612 

 

Virginia Salome Mazón Vera

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-6536-6498 

 

Luis David Bastidas González

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-3060-4342

 

Milagro – Ecuador

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Correspondencia: [email protected]

Artículo recibido 24 enero 2023 Aceptado para publicación: 24 febrero 2023

Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

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Cómo citar: Bastidas González, K. A., Jumbo Jumbo , F. V., Mazón Vera, V. S., & Bastidas González, L. D. (2023). La dislexia: rol del docente en el diagnóstico precoz en estudiantes de educación básica. Ciencia Latina Revista Científica Multidisciplinar, 7(1), 9191-9208. https://doi.org/10.37811/cl_rcm.v7i1.5112

RESUMEN

Los docentes juegan un papel importante en la detección precoz de este problema de aprendizaje, por ser el primero en detectar la dificultad que tiene el niño en aprender. El maestro debe conocer dificultades y potencialidades de sus estudiantes para ayudarlos de manera específica, este problema debe corregirse durante la infancia, si no empeora creando problemas de conducta, realizar un diagnóstico temprano ayudara al niño en su salud emocional. Por eso la interrogante de este artículo es: ¿Cuál es el rol del docente en el diagnóstico precoz de la dislexia en los estudiantes de Educación Básica? Estudiar esta dificultad, presentar formas para que el docente pueda reconocer, realizar evaluaciones y diagnósticos precoz de niños disléxicos. Por aquello, se efectuó una búsqueda bibliográfica en la Biblioteca Virtual en Salud (BVS) y en las bases de datos SCIELO, también en revistas educativas, artículos científicos, libros, etc. para superar la dislexia entre los estudiantes, para facilitar el diagnóstico precoz y brindar apoyo profesional calificado, se requiere que los educadores cuenten con una formación, habilidades y competencias adecuadas. Asimismo, se encuentra en línea con la política gubernamental de incentivar y fomentar la detección temprana de la dislexia en la educación superior de los docentes.

 

Palabras clave: dislexia; dificultad; aprendizaje; docente; estudiante

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


 

Dyslexia: role of the teacher in early diagnosis

 in basic education students

ABSTRACT

Teachers play an important role in the early detection of this learning problem, as they are the first to detect the difficulty that the child has in learning. The teacher must know the difficulties and potential of his students to help them specifically, this problem must be corrected during childhood, if it does not worsen creating behavior problems, making an early diagnosis will help the child in his emotional health. That is why the question of this article is: What is the role of the teacher in the early diagnosis of dyslexia in Basic Education students? Study this difficulty, present ways for the teacher to recognize, perform assessments and early diagnoses of dyslexic children. For this reason, a bibliographic search was carried out in the Virtual Health Library (VHL) and in the SCIELO databases, also in educational journals, scientific articles, books, etc. To overcome dyslexia among students, to facilitate early diagnosis and provide qualified professional support, educators are required to have adequate training, skills and competencies. Likewise, it is in line with the government policy to encourage and encourage early detection of dyslexia in higher education for teachers.

 

Keywords: dyslexia; difficulty; learning; teacher; student

 

 

 

           


INTRODUCCIÓN

Es importante el estudio que se ha realizado sobre la dislexia en la última década, este ha permitido encontrar nuevos hallazgos de información relevante sobre este trastorno que nos lleva a mejorar y aumentar instrumentos de evaluación en detección precoz en las aulas de clase.

La dislexia es un trastorno neurológico que afecta áreas de la inteligencia, altera la información y hace que los sistemas cerebrales procesen la información de manera diferente a lo que parece ser, lo cual es característico de la desviación. En este sentido, no se trata de una degeneración del desarrollo cerebral debida a factores como maltrato fetal, mala manipulación o mala práctica médica en el parto, sino de un defecto genético, a excepción de los accidentes cerebrovasculares. (Oliveira, 2017)

Sin embargo, los disléxicos tienen dificultad para descifrar palabras y procesar el habla, dividir las palabras en unidades de sonido más pequeñas y convertir grafos que pueden representar grafemas silábicos, ideográficos o consonantes en palabras. Esto dio pie para creer que la dislexia es causada por una falta de deficiencia visual y que simplemente afecta a la escritura. Sin embargo, en la actualidad se ha demostrado en investigaciones recientes que las dificultades en las destrezas fonológicas, la memoria y el desarrollo del lenguaje también tienen que ver con el problema de la lectura. (Edir, Matos, & Meira, 2016)

Los escolares con dislexia suelen presentar un cuadro de problemas de aprendizaje, lo que puede llevarlos a presentar angustia, conductas antisociales y congoja. Los estudios sobre los disléxicos confirman que a pesar de ser limitados para comprender o coordinar palabras, tener errores al pronunciar las palabras y dificultades para deletrear, ellos pueden usar el mismo léxico o vocabulario que utilizan los demás estudiantes. (PAIXÃO, PAIXÃO, & PAIXÃO, 2015)

 Entonces, (Guerreiro, 2012, pág. 102) sostiene que “el diagnóstico precoz siempre beneficia al niño, ya que, si no se lleva a cabo, se transitará hacia un modelo de intervención de ‘remediación’ más que de ‘prevención’”. Se puede enfatizar que el reconocimiento y detección temprana de la dislexia es de mucha importancia porque permite realizar procesos de adaptación adecuada a cada estudiante para poder mejorar el aprendizaje.

Con eso en mente, este artículo buscó analizar, como pregunta orientadora: ¿cuál es el papel del docente en el diagnóstico precoz de la dislexia? Por lo tanto, el objetivo fue abordar esta deficiencia y presentar cómo el maestro puede contribuir al reconocimiento y diagnóstico precoz de los niños disléxicos.

Por lo tanto, el análisis se realizó a través de una investigación bibliográfica, realizada en las bases de datos de la BVS y SCIELO y en revistas científicas de educación, artículos científicos, disertaciones y documentos relacionados con la dislexia.

LA DISLEXIA.

Definición

(Puentes & Guzmán, 2018) Es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura, cuyo origen parece derivar de una alteración del neurodesarrollo, de carácter persistente y específico, que se da en niños que no presentan ninguna alteración física, psíquica ni sociocultural.  Esta se subdivide según su causalidad en evolutiva o congénita, sin daño estructural cerebral y dislexia adquirida que surge posterior a eventos traumáticos y noxas que afecten anatómica y funcionalmente la estructura neuronal.

Según Puentes & Guzmán (2018) la clasificación CIE-10, los disléxicos manifiestan de forma característica dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples y para analizar o clasificar los sonidos.

Además, la lectura se caracteriza por las omisiones, sustituciones, distorsiones, inversiones o adicciones, lentitud, vacilaciones, problemas de seguimiento visual y déficit en la comprensión, la descodificación o lectura de palabras, por lo que estaría alterados alguno de los procesos cognitivos intermedios entre la recepción de la información y la elaboración del significado. (Puentes & Guzmán, 2018, pág. 27).

Se han realizado varias investigaciones sobre esta deficiencia, y con ella varias definiciones de lo que significa dislexia.  Para (Almeida, 2008) "DISLEXIA es una discapacidad de aprendizaje en la que la capacidad de un niño para leer o escribir está por debajo de su nivel de inteligencia".

“DISLEXIA es una función, un problema, un trastorno, una incapacidad, una perturbación. Se refiere a una discapacidad de aprendizaje relacionada con el lenguaje”.

 “DISLEXIA es un trastorno, una perturbación, una dificultad estable, es decir, duradera o parcial y por tanto temporal, del proceso lector que se manifiesta en la incapacidad para asimilar los símbolos gráficos del lenguaje”.

“La DISLEXIA no es una enfermedad, es un trastorno congénito del aprendizaje que interfiere significativamente en la integración de los símbolos lingüísticos y perceptuales. Afecta más a hombres que a mujeres, en una proporción de 3 a 1 “

“DISLEXIA se caracteriza por dificultades en lectura, escritura (ortografía y semántica), matemáticas (geometría, cálculo), retraso en la adquisición del lenguaje, deterioro de la discriminación visual y auditiva y de la memoria” (Almeida, 2008, pág. 1)

El concepto más utilizado de dislexia en la actualidad es el de (IDA) International Dyslexia Association de abril de 1994, dice:

La dislexia es uno de los muchos trastornos del aprendizaje. Es un trastorno específico del lenguaje, de origen constitucional, caracterizado por la dificultad para descifrar palabras sencillas. Muestra una insuficiencia en el proceso fonológico. Estas dificultades para descifrar palabras simples no se esperan en relación con la edad. A pesar de estar sometido a instrucción convencional, inteligencia adecuada, oportunidad sociocultural y no tener trastornos cognitivos y sensoriales fundamentales, el niño fracasa en el proceso de adquisición del lenguaje. La dislexia se presenta en varias formas de dificultad con diferentes formas de lenguaje, que a menudo incluyen problemas con la lectura, la adquisición y la capacidad de escribir y deletrear. (Formighieriu, Oliveira, & Sbardelotto, 2015)

Por lo tanto, podemos decir que la dislexia no es una enfermedad, sino un acto específico del cerebro para seguir el lenguaje.

Para (Deuschle & Cechella, 2009) la descripción de la dislexia hasta el momento es muy controvertida, ciertos estudiosos asumen que se trata de un trastorno específico del aprendizaje debido a una inteligencia normal, una enseñanza adecuada y la ausencia de déficits sensoriales explícitos.

Este trastorno del neurodesarrollo tiene como principal característica un deterioro en el reconocimiento de las palabras durante la lectura, este hecho tiene como consecuencia la disminución de la compresión lectora, así como también una forma de leer insegura. Esto desemboca en una alta probabilidad de fracaso escolar. (Deuschle & Cechella, 2009)

Como ocurre en la mayoría de los casos en los que está presente algún tipo de trastorno, la detección y la intervención precoz son factores esenciales para un mejor pronóstico y la reducción y superación de las consecuencias de los déficits provocados por la dislexia.

Otro concepto de dislexia viene definido por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM, en su versión 5) como un trastorno específico del aprendizaje incluido dentro de la categoría de trastornos del neurodesarrollo.

(Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM-5, 2013)

Las personas con dislexia no solo tienen dificultades con la lectura, sino también con la escritura y la aritmética. También pueden ocurrir deficiencias en la velocidad de procesamiento, las habilidades motoras, la percepción visual o auditiva, la memoria a corto plazo, la organización, el lenguaje hablado o la secuenciación.

Hablamos de un trastorno del neurodesarrollo que le da un carácter crónico, por lo tanto, este estará presente durante toda la vida del individuo. Por ello, las personas con dislexia aprenden técnicas y estrategias para mejorar sus habilidades lectoras y superar estas dificultades.

El hecho de que sea un trastorno del aprendizaje puede llevarnos a error y pensar que afecta a la inteligencia, pero nada más lejos de la realidad.

(Jaén, 2019) Los principales síntomas de las dislexias son los siguientes, aunque conviene aclarar que cada caso es único y aunque exista una sintomatología general las diferencias individuales determinaran no solo el grado de cada uno de estos síntomas sino incluso su presencia o no en el cuadro de un individuo.

§  Pueden aparecer problemas en la lateralidad.

§  Las nociones temporales y espaciales pueden estar alteradas.

§  Confusión de palabras que presentan una pronunciación similar.

§  Puede aparecer una dificultad para articular o pronunciar algunas palabras.

§  Invertir las letras o los números y cambiar su orden.

§  Aparece una lectura con muchos errores.

§  Problemas de concentración durante la lectura o la escritura.

§  Dificultades para aprender rutinas y seguir instrucciones.

§  Problemas de equilibrio.

§  Problemas con la memoria a corto plazo.

§  Dificultad para la organización de pensamientos.

§  Problemas relacionados con el mantenimiento de la atención.

§  Dificultad para las matemáticas.

§  En algunos casos pueden aparecer incluso dificultades en el habla. (Jaén, 2019)

 Sin duda, una señal clave para detectar la dislexia en un niño, es apreciar dificultad en la codificación de palabras, es decir, en la aparición de problemas a la hora de convertir las palabras escritas en sonidos y usar esos sonidos para poder leer con fluidez.

Esta dificultad se debe a problemas en una habilidad considerada más fundamental, la conciencia fonológica. Radica en la capacidad de reconocer sonidos individuales dentro de las palabras. Estos déficits ya pueden hacerse visibles en la edad preescolar.

También hay casos en los que los signos aparecen más tardía y se refieren a habilidades más complejas, como: comprensión lectora, gramática, fluidez lectora, estructura de oraciones o escritura que requiere mayor detalle.

También es frecuente que las personas con dislexia eviten leer no solo en público sino también para sí mismos. Sus dificultades a la hora de leer pueden generarles ansiedad e incluso frustración y por ello prefieren no hacerlo.

(Jaén, 2019) Las señales que pueden aparecer y que pueden ayudarnos a identificar un caso de dislexia pueden variar en función de la edad y también de la persona. A continuación, veremos algunos ejemplos:

Edad Preescolar:

§  Existen dificultades para reconocer si dos palabras riman entre sí.

§  Les resulta difícil eliminar el sonido inicial de una palabra.

§  Existe dificultad para aprender palabras nuevas.

§  Dificultad para reconocer las letras y asociarlas de forma adecuada con su sonido.

Primaria:

§  Existen dificultades para eliminar el sonido medio dentro de una palabra.

§  Dificultades al mezclar sonido para crear una palabra.

§  Es frecuente que no reconozcan palabras que les son familiares a simple vista.

§  Olvidan la escritura de palabras que ya han aprendido.

§  Presentan muchas dificultades para resolver problemas matemáticos.

Secundaria y bachillerato:

§  Se produce la omisión de palabras en la lectura en voz alta.

§  Presencia de abundantes faltas de ortografía.

§  De forma frecuente tienen que volver a releer lo anteriormente leído.

§  Su nivel de lectura es inferior a su nivel académico.

§  Prefieren las preguntas tipo test a las de respuesta libre o de desarrollo.

En el caso de la dislexia, como ocurre en un gran número de trastornos, se pueden hacer varias clasificaciones en función de los criterios que se consideren. Nosotros estableceremos dos clasificaciones:

Según la causa de aparición

Dislexia adquirida: Aparece como consecuencia de algún tipo de lesión cerebral concreta.

Dislexia evolutiva: No se encuentra provocada por ninguna lesión. Está presente en el individuo, pero empiezan a verse las primeras señales en la edad escolar.

Según los síntomas predominantes:

Dislexia fonológica: Predomina el mal funcionamiento de la ruta fonológica por lo que la persona realiza un tipo de lectura global en las que las palabras se reconocen como un todo y no se descomponen en partes. Por ello se producen dificultades en la decodificación de palabras desconocidas o pseudopalabras.

También se producen dificultades de lexicalización (lobo/lopo), errores visuales (pena, pera) o derivativos (amasadora/ amasar).

Dislexia superficial: Cuando el sujeto lee predomina la ruta fonológica. Esta nos permite descomponer las palabras en partes más pequeñas. Las dificultades aparecerían en aquellos casos en los que la escritura no se corresponde de forma directa con la pronunciación de la palabra, lo que se conoce como palabras homófonas.

Las personas con dislexia superficial cometen errores de regularización, vacilación, silabeo, repetición, acentuación y además presentan una lectura lenta.

Dislexia profunda o mixta: En este tipo se encuentran dañados tanto el proceso de lectura fonológica como el visual. Son frecuentes los errores de tipo semántico.

Causas de la Dislexia

A fines de la década de 1920, Samuel Torrey Orton, médico estadounidense explicaba que la dislexia estaba relacionada con una contra transcripción de trabajos procesados en el cerebro, consistente en que el lado derecho estaría operando las tareas del lado izquierdo, y viceversa. Sin embargo, esta hipótesis no tenía ningún sustento, el medico inmediatamente presento la teoría de que la dislexia era un reflejo de pequeñas transgresiones de funciones de un lado del cerebro al otro (Marques & Rostelato, 2017) Después de esto, se han realizado varias investigaciones para aclarar las causas de la dislexia.

Según Carvalhais y Silva (2007), existen varias teorías que explican las causas de la dislexia, estas pueden ser neurobiológica, o genéticas y hereditarias que se sustentan en factores ambientales.

Como ocurre con otros muchos trastornos aún no están claras las causas exactas de la dislexia, aunque se sabe que el factor genético juega un papel importante en ese origen. Dentro de las posibles causas de la dislexia podemos nombrar: Carga genética: Es relativamente frecuente que este trastorno aparezca en miembros de la misma familia. Un 40% de las personas con dislexia tienen hermanos que también la padecen. Este porcentaje es algo mayor con los progenitores siendo el 49% las personas con dislexia cuyo padre o madre presenta esta dificultad. También se ha encontrado un grupo de genes relacionados con la dificultad lectora y el procesamiento del lenguaje. (Jaén, 2019)

De la misma forma Jaen (2019) identifica como posible causa la Anatomía y actividad del cerebro: Los estudios realizados con técnicas de neuroimagen han mostrado diferencias significativas entre personas con dislexia y personas normo típicas. Dichas diferencias están ubicadas en áreas que se encuentran relacionadas con la lectura

Otros estudios, por su parte, muestran un cambio en la actividad cerebral de aquellas personas con dislexia que reciben un tratamiento adecuado.

 En la actualidad se reconoce al modelo de déficit fonológico como el mas recurrente, a pesar de que existen varias investigaciones que señalan al seguimiento temporal, al procesamiento visual y auditivo como posibles causas de la dislexia. (Massi & Santana, 2011)

Por otro lado, según Coelho (2012) el origen neurobiológico, la dislexia afecta, el conocimiento y la utilidad del instrumento de lectura, procediendo del trastorno a nivel de comprensión fonológica, a pesar del Cociente Intelectual (CI) de los individuos. De esta forma, se entiende que el trastorno no está relacionado con un grado intelectual pequeño, ya que, por el contrario, un niño con dislexia puede manifestar estándares por encima del promedio para su edad en áreas distintas a la escritura y la lectura.

Por lo tanto, las causas más plausibles de dislexia son neurológicas y genéticas.

EL NIÑO Y LA DISLEXIA

Dislexia es el término que se usa cuando una persona tiene dificultades para aprender a leer, a pesar de ser inteligente y de estar motivada para aprender.

La dislexia no es una enfermedad. Se trata de un trastorno con el que se nace y que se suele dar por familias. Las personas con dislexia no son tontas ni holgazanas. La mayoría de ellas tiene una inteligencia normal o por encima de lo normal, y se esfuerza mucho para superar sus problemas de lectura.

La dislexia ocurre porque el cerebro procesa la información de manera diferente. Las imágenes cerebrales muestran que, cuando la gente con dislexia lee, usa partes del cerebro distintas a las que usa la gente sin dislexia. Estas imágenes también muestran que el cerebro de las personas con dislexia no funciona eficazmente mientras leen. Por eso, su lectura parece tan lenta y complicada.

La mayoría de las personas creen que la dislexia hace que una persona invierta las letras y los números, y que vea las palabras al revés. Pero la inversión de las palabras es una etapa normal del desarrollo y les ocurre a muchos niños hasta el primer o segundo grado.

El principal problema de la dislexia es la dificultad para reconocer los fonemas. Los fonemas son los sonidos básicos que conforman el lenguaje. Por lo tanto, un niño con dislexia tiene dificultad para relacionar el sonido con el símbolo de la letra correspondiente y para combinar los sonidos y formar palabras.

Esto hace que le resulte difícil reconocer palabras cortas y conocidas o pronunciar palabras más largas. A una persona con dislexia le lleva mucho tiempo pronunciar una palabra al leerla. Y como la lectura le lleva más tiempo y concentración, con frecuencia no captan el significado de la palabra y no logran comprender bien lo que leen.

No es de extrañar que las personas con dislexia tengan dificultad con la ortografía. También pueden tener problemas para expresarse, tanto por escrito como oralmente. La dislexia es un trastorno del procesamiento del lenguaje y puede afectar a todas las formas del lenguaje: escrito u oral.

Algunas personas tienen formas más leves de dislexia y, por eso, tienen menos dificultades en esas otras áreas del lenguaje escrito y oral. Algunas personas controlan la dislexia, pero se necesita de un gran esfuerzo y trabajo arduo. La dislexia no desaparece por sí sola ni es algo que una persona pueda superar con el tiempo. Afortunadamente, con la ayuda adecuada, la mayoría de las personas con dislexia aprenden a leer. Con frecuencia, descubren otras formas de aprender y usan esas estrategias para sus vidas.

¿Qué sienten los niños que tienen dislexia?

A los niños disléxicos les cuesta leer incluso palabras sencillas que han visto muchas veces. Seguramente lea despacio y sienta que tiene que esforzarse mucho al leer. Quizás mezcles las letras de una palabra; por ejemplo, puede ser que leas "vea" en lugar de "ave". Además, las palabras se pueden entremezclar y no existan los espacios.

Tal vez le resulte difícil recordar lo que ha leído. Es probable que recuerde más fácilmente la información si alguien se la lee o si la escucha. Los problemas con enunciados en matemática pueden resultarle especialmente complicados, aun cuando domine los conceptos básicos de aritmética. Si debes hacer una presentación frente a la clase, tal vez le cueste encontrar las palabras adecuadas o recordar los nombres de varios objetos. A las personas con dislexia les suele costar mucho la escritura y la ortografía.

Según varios autores mencionados anteriormente, es importante entender que los niños con confusiones en la adquisición del conocimiento no son deficientes cerebrales, sino que solo tienen un defecto en el sistema nervioso central que les impide escribir y leer.

 según Campos (2019), el niño disléxico no debe ser visto como un paciente enfermo, sino como un ciudadano sano que tiene problemas en el área del lenguaje escrito y oral y que necesita apoyo, atención y ayuda diferenciada durante el período escolar, para que puede alcanzar los objetivos propuestos para cada fase, según sus límites.

Es un trastorno específico del lenguaje escrito y oral, donde el niño que lo padece se enfrenta a muchas dificultades para aprender a leer y escribir. La dislexia dificulta que los niños desarrollen la lectura espontánea y crítica, teniendo problemas para meditar lo que leen y comprender las palabras que recitan, lo que hace que la lectura de cualquier texto sea irreflexiva y pasiva, con ortografía fraccionada y sin descripción (Marques & Rostelato, 2017)

(Campos, 2019) Así, los disléxicos tienen varias características: al hablar, tienen dificultades para seleccionar palabras para comunicarse; en la lectura oral silenciosa, mueven la cavidad bucal, perdiendo el hilo del pensamiento; y en la lectura escrita tienen fallas ortográficas y tienen dificultades para acumular y recuperar palabras, nombres y objetos o secuencias o hechos pasados, como letra alfabética, fechas, días de la semana, edad, hora. Además, indican imperfección y agilidad manual y, en ocasiones, escritura ilegible. En este aspecto, estos niños tienen un ritmo de aprendizaje más lento en comparación con sus compañeros. Así, es en estas situaciones que el profesional es convocado.

(Santos, 2019)describe que la intervención en la conciencia fonológica en el período de lectoescritura favorece el aprendizaje del código escrito. Es necesario mirar detenidamente, no sólo los méritos de practicar la lectura y la escritura, sino cómo puede suceder este conocimiento.

Mientras que Almeida (2008) describe que el logro en la recuperación de un niño disléxico se potencia en la terapia multisensorial, combinándose constantemente con la visión, el oído y el tacto para ayudarle a leer y deletrear correctamente sílabas y palabras.

La dislexia no tiene cura, pero, existen tratamientos que pueden presentarse como paliativos. Uno de los grandes problemas para el tratamiento es precisamente el diagnóstico. Existen niños de recursos económicos bajos que difícilmente pueden ir donde un profesional para que trate esta dificultad de aprendizaje, es entonces donde la escuela y sus docentes tienen un papel importante para realizar un diagnóstico precoz de esta dificultad.

DIAGNÓSTICO

Las personas con dislexia suelen encontrar maneras de controlar su trastorno y entonces nadie sabe que están enfrentando una dificultad. Es posible que esto te ahorre malos ratos, pero recibir ayuda puede hacer que la escuela y la lectura sean mucho más sencillas. La mayoría de las personas reciben su diagnóstico en la infancia, pero con frecuencia se diagnostica a adolescentes e incluso adultos.

Si un padre o un maestro nota muchos de los siguientes problemas, es posible que se trate de un caso de dislexia: pocas habilidades lectoras, aun cuando el niño tiene una inteligencia normal, pocas habilidades de escritura y ortografía, dificultad para completar las tareas y los trabajos dentro del tiempo asignado, dificultad para recordar el nombre correcto de las cosas, problemas para memorizar números de teléfono o listas escritas, problemas con las indicaciones (mezclarse la izquierda con la derecha o confundir arriba y abajo) o con la lectura de mapas, dificultad en las clases de idiomas extranjeros (Zettler-Greeley, 2022)

Que una persona presente uno de estos problemas, no significa que tenga dislexia. Pero si una persona tiene varios de estos síntomas, es conveniente que la evalúen para ver si sufre este trastorno.

La dislexia solo se puede diagnosticar mediante una evaluación exhaustiva e integral hecha por un especialista en lectura o un psicólogo, ya sea dentro o fuera de la escuela.

Control de la dislexia

La mayoría de los estudiantes con dislexia suelen trabajar con un profesor de apoyo, tutor o educador psicopedagógico especializado en la lectura que les enseña a leer y escribir, así como a controlar este trastorno. Algunos trabajan con un terapeuta académico (también llamado terapeuta educacional o terapeuta del lenguaje académico) que está capacitado para trabajar con estudiantes que tienen dislexia.

(Zettler-Greeley, 2022) El apoyo emocional es muy importante. Las personas con dislexia suelen frustrarse porque, sin importar cuánto lo intenten, no logran seguir el ritmo de los demás estudiantes. Tal vez sientan que no son tan inteligentes como sus compañeros y escondan sus problemas portándose mal o convirtiéndose en el payaso de la clase. Tal vez intenten que otros estudiantes hagan sus trabajos por ellos. Quizás finjan que no les preocupan sus calificaciones o actúen como si creyeran que la escuela es una tontería.

La familia y los amigos pueden ayudar a que las personas con la dislexia comprendan que no son tontas ni holgazanas, y que están haciendo todo lo que pueden. Es importante reconocer y apreciar las fortalezas de cada persona, ya sea que se destaque en los deportes, la actuación, el arte, la resolución creativa de problemas o cualquier otra cosa.

Según Zettler-Greeley (2022) Las personas con dislexia no se deben sentir limitadas en sus opciones académicas y de desarrollo profesional. La mayoría de las universidades hacen adaptaciones para los estudiantes con dislexia y les ofrecen trabajar con tutores capacitados, herramientas de aprendizaje, software, grabaciones de las lecturas necesarias y arreglos especiales para los exámenes.

La dislexia es uno de los factores que predomina para que el escolar no avance en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la socialización y la concentración. En el discurso de Oliveira (2017), aparece que la intervención de la dislexia se centra en la rehabilitación del lenguaje escrito y oral, sin duda, corresponde al psicopedagogo, a partir del diagnóstico completo, realizar una planificación para cada etapa de atención individualizada (Oliveira, 2017)

Así, Deuschle y Cechella (2009, p. 197) señalan que: Para realizar el diagnóstico se deben utilizar procedimientos que permitan determinar el nivel funcional de la lectura, su potencial y habilidad, el grado de la discapacidad, las deficiencias específicas en la habilidad lectora, fonológicas, morfológicas, sintácticas y niveles semánticos. (Deuschle & Cechella, 2009)

Por eso es importante conocer a los estudiantes, como ha sido su trayectoria en cada grado y las dificultades de cada uno para que de manera pedagógica el docente pueda ayudar al estudiante con dislexia. Esta relación se construye durante el periodo de clase, ya que los estudiantes tienen oportunidades de interactuar y desarrollar las actividades propuestas. Es, por tanto, fundamental que el docente seleccione y cree situaciones oportunas para esta relación.

Entonces se puede decir que el docente es el profesional más idóneo para realizar el primer diagnóstico y ayudar al niño en lo que necesita para superar o aprender a vivir con dislexia.

Aunque hayamos percibido algunas señales que parezcan indicar que estamos ante un caso de dislexia, es necesario corroborar esas sospechas por medio de una evaluación profesional que nos permita llegar al diagnóstico adecuado.

Al tratarse la dislexia de un trastorno que dificulta la lectura, la detección de las señales y la posterior evaluación se hace por medio de la intervención del equipo educativo del colegio, en concreto el área de orientación. Esta evaluación también podría llevarse a cabo por medio de algún profesional privado.

El hecho de que un niño o niña sea diagnosticado por su centro educativo le permitirá poder acceder a apoyos educativos y adaptaciones personalizadas que irán encaminadas a superar sus déficits y a facilitar su aprendizaje.

Conviene aclarar que antes de adentrarse en la evaluación de una persona para determinar si presenta dislexia, es necesario descartar que hay cualquier otro motivo médico que esté causando las señales que nos han llevado a pensar en este trastorno de aprendizaje. Por ejemplo, la dificultad para leer puede ser debida a un problema visual o auditivo y no a la dislexia.

La evaluación podrá ser realizada por un psicólogo escolar, un psicólogo clínico o sanitario o por un neuropsicólogo pediátrico. Estos profesionales no solo determinarán si existe o no dislexia sino también si se da la coexistencia de esta con otro trastorno como puede ser TDA o la ansiedad.

Los niños con problemas de aprendizaje, sea cual sea el origen de la barrera, necesitan educación, cuidados y enseñanzas diferentes para que puedan fortalecer sus habilidades. Por lo tanto, cuanto antes se identifiquen las dificultades, mejores serán los efectos.

Son varios los nuevos descubrimientos realizados en la enseñanza de la lectura, donde se pueden encontrar nuevas alternativas, metodologías y cambios en el proceso de enseñanza que pueden ser los responsables del éxito de muchos niños, ya que cada uno tiene sus particularidades, su ritmo, su historia y su contexto.. (Polese, Costa, & Miechuanski, 2011, pág. 16)

Un niño disléxico es capaz de convertirse en un lector competente dentro de sus límites, lo que no requiere de ilusiones, sino del diagnóstico precoz de la discapacidad.

El maestro en el salón de clase necesita conocer de las dificultades en lectura y escritura de sus alumnos, verificando cuáles y cuántos problemas presenta el niño.

En este contexto, según Polese, Costa y Miechuanski (2011), es importante observar el papel del educador con relación a los estudiantes en las actividades de lectoescritura para detectar dificultades que van más allá de lo normal y esperado durante el proceso, ya que pueden ser una posible dislexia. (Polese, Costa, & Miechuanski, 2011)

La dislexia es la dificultad específica de aprendizaje en la decodificación y escritura más común en las aulas, la cual, cuando no se identifica en los primeros años de aprendizaje, una vez que el niño está en el proceso de lectoescritura, puede ocasionar daños casi irreparables en el proceso de aprendizaje.

En palabras de Coelho (2012), el educador debe brindar atención individualizada y ofrecer las pautas y condiciones esenciales para que los niños realicen una escritura correcta, evitando el desarrollo de otros problemas relacionados con la escritura incorrecta constante (Coelho, 2012).

CONCLUSIONES

A lo largo de este trabajo hemos podido constatar que la dislexia es una dificultad especifica del aprendizaje que tiene que ver con la lectura y escritura es decir tiene relación con las letras y el sonido.

Se ha demostrado que la dislexia es de origen neurobiológico y genético que acompañara a la persona disléxica el resto de su vida. El trastorno consiste en muchos cambios en el lenguaje, especialmente en la lectura y la escritura. Sin embargo, según Lima (2012, p. 3), cuando el niño con dislexia es inicialmente reconocido como un impasse en el aprendizaje escolar por parte del docente, con asistencia pedagógica y/o especializada, se recupera en la mayoría de los casos. Por ello, es necesario que los alumnos con dislexia sean reconocidos lo antes posible y que reciban el tratamiento y la ayuda necesarios. No todos los disléxicos saben que presentan este trastorno de aprendizaje. Esta dificultad de aprendizaje crea en el disléxico pensamientos negativos de no ser capaces de superar este problema, son pensamientos frecuentes que van deteriorando la autoestima, y la imagen de sí mismo. El desconocimiento de esta dificultad tiene consecuencias significativas, no solo para quienes la padecen, sino también para su entorno, familia y escuela, y esto también genera frustración y sufrimiento. El desconocimiento quita oportunidades y termina en exclusión.

Cabe recalcar que el trabajo que realizan los maestros en las aulas de clases es de gran ayuda para los estudiantes con este tipo de dificultad de aprendizaje, considerando que la formación en este tipo de trastorno debe ser mayor y eficaz para con conocimiento ayudar de manera oportuna a los estudiantes con dislexia.

No tener un diagnóstico genera problemas emocionales y sufrimiento que pudieran ser ahorrados al tenerlo, sin que esto implique una etiqueta para el sujeto.

LISTA DE REFERENCIAS

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