Prácticas Evaluativas de los Docentes para la formación en competencias en Básica Primaria: discusión desde

 los fundamentos teóricos

 

 

Katia Milena Beltrán Buelvas

kamibebu@hotmail.com

Universidad Metropolitana De Educación Ciencia Y Tecnología

 

RESUMEN

La evaluación es uno de los puntos más álgidos de todo proceso formativo, y es el docente el responsable de llevarla a cabo de manera que refleje el desempeño y los productos de cada estudiante y de todo el grupo, lo más cercano posible a la realidad. Es por ello que este artículo tiene el propósito de analizar la perspectiva epistemológica, y específicamente las teorías que orientan las prácticas evaluativas de los maestros de educación primaria de las instituciones oficiales del Municipio de Ayapel de Córdoba en la formación de sus competencias básicas. En concordancia con el propósito del estudio, se asume al paradigma interpretativo, porque se procura la comprensión del fenómeno educativo en su entorno natural, se resalta el interés por los aspectos subjetivos de las conductas como base del conocimiento construido en conjunto, y esto implica un enfoque cualitativo y participativo de investigación. Se concluyó que la práctica evaluativa del docente, estará determinada por el dominio operativo del enfoque por competencias conjugado con la atención a los estilos y niveles de aprendizaje, la valoración de los intereses instruccionales propios del grado y la contextualización del proceso educativo, lo cual facilita la apropiación del conocimiento y la formación integral de los estudiantes.

 

Palabras clave: Evaluación; formación en competencia; Práctica evaluativa; básica primaria

 


 

Teachers' Evaluative practices for competency training in elementary school: discussion from a theoretical perspective

 

ABSTRACT

Evaluation is one of the most critical points of any formative process, and it is the teacher who is responsible for carrying it out in a way that reflects the performance and products of each student and the whole group, as close as possible to reality. That is why this article has the purpose of analyzing the epistemological perspective, and specifically the theories that guide the evaluative practices of primary education teachers of the official institutions of the Municipality of Ayapel de Córdoba in the formation of their basic competencies. In accordance with the purpose of the study, the interpretative paradigm is assumed, because it seeks the understanding of the educational phenomenon in its natural environment, the interest in the subjective aspects of the behaviors as the basis of the knowledge built as a whole is highlighted, and this implies a qualitative and participative research approach. It was concluded that the teacher's evaluative practice will be determined by the operational mastery of the competency-based approach combined with the attention to learning styles and levels, the assessment of the instructional interests of the grade level and the contextualization of the educational process, which facilitates the appropriation of knowledge and the integral formation of students.

 

Keywords: Evaluation; competency training; evaluative practice; elementary school.

 

Artículo recibido: 05 de Mayo 2021

Aceptado para publicación: 20 de Junio 2021

Correspondencia: kamibebu@hotmail.com

    Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

1. INTRODUCCIÓN

La escuela es definida por Medina (2016) como el lugar donde se llevan a cabo relaciones sociales de diversas índoles, aqui se manifiesta la complejidad del desarrollo social que en ella se lleva a cabo, dejando de lado la escuela como el espacio físico donde se desarrollan actividades pedagógicas. Por su parte, Garreta (2017), plantea algunas consideraciones como:

La primera institución pública a la que los niños acceden de modo sistemático y prolongado. Esto, por sí solo, la señala como el lugar de aprendizaje de formas de convivencia que no cabe aprender en la familia, donde aquélla está vertebrada por los lazos del afecto y la dependencia personal (…) Además, la escuela es, para la mayoría, el primer lugar de aproximación a la diversidad existente y creciente en la sociedad global. En ella se ve el niño llevado a convivir de forma sistemática con alumnos de otros orígenes, razas, culturas, clases y capacidades con los que, fuera de la escuela, tiene una relación nula o escasa… La escuela es, asimismo, la primera experiencia con la coerción y la autoridad impersonales. De la autoridad y la coerción necesarias e inevitables que toda sociedad ejerce sobre todos sus miembros, al exigirles adaptarse a unas normas de convivencia con independencia de sus familias y de sus fobias. (p.18).

En esta medida, los planteles educativos tienen el encargo social de transcender sus enseñanzas más allá de la simple transmisión de conocimientos, para ocuparse también, del desarrollo del sujeto y la formación que este pueda necesitar para poder convivir en sociedad y de esta forma adaptarse y responder a las exigencias que se presentan en cada uno de los momentos de la vida y en el transcurso de su crecimiento como ser social, donde se logre extender lo que desde la familia se ha trabajado con el individuo.

Para cumplir con estos requerimientos, se hace necesaria la revisión continua de las prácticas pedagógicas, en términos de evaluación, que se desarrollan en los establecimientos educativos y que cumple con las expectativas de formación del mundo globalizado. Como lo afirma Campos y Moya (2011) la práctica del profesor tiene como objetivo fundamental propiciar la formación en su carácter de integralidad a los estudiantes, convirtiéndose en un mecanismo para la construcción de patrones a partir de las diferentes estrategias pedagógicas implementadas en dicha formación. En el proceso de enseñanza aprendizaje el estudiante debe asimilar los contenidos conceptuales de las diferentes áreas del conocimiento, así como interactuar con el docente y con los compañeros, en donde se irán configurando diversas estrategias de aprendizaje.

En este sentido, el docente se convierte en un ente facilitador de los procesos dentro del aula, fortaleciendo las capacidades, actitudes, aptitudes y los propios intereses de los estudiantes, como sujetos que aprenden. Por tanto, se busca que los estudiantes sean críticos de lo que se les enseña y aprenden, reflexivos de su quehacer diario y agentes transformadores de su entorno social. En ese orden de ideas, la evaluación como proceso formativo juega un papel muy importante en los procesos escolares, ya que se considera como un principio de conocimiento, “es posible considerar la evaluación en la práctica docente como principio cognitivo, es decir, que cuando el maestro reflexiona sobre su acción, construye el saber que le permite perfeccionar su actividad docente” (Garrido, 2013, p.117). Esto permite que el docente repiense su actividad pedagógica y logre establecer metas de mejoramiento con el fin de que su práctica se haga cada vez más satisfactoria y logre con sus estudiantes las competencias previstas.

Al respecto, Figueredo (2017) expresa que el docente debe tener pensamientos propios, capacidad de cuestionar su propia práctica, ser innovador, creativo y que aporte a la transformación tanto de su ejercicio laboral, como de la realidad social donde desarrolla su tarea docente. Es decir, se hace necesario que la tarea de enseñar sea una actividad en la cual se busque transformar las condiciones de la formación, que, en muchos casos, son selectivas y excluyentes. El quehacer docente debe generar espacios que contribuyan a mejorar las condiciones y el desarrollo social, cultural y humano de los estudiantes (Garrido, 2013). Es entonces la formación una herramienta de gran valor social, porque contribuye con el mejoramiento de la calidad de vida y dentro de esa labor, la evaluación de las competencias de los estudiantes se convierte en espacio de crecimiento para todos los involucrados en el proceso formativo.

En coherencia con lo anterior, el proceso de globalización trae consigo una serie de dinámicas y transformación a nivel social, político, económico y académico. Por tanto, los docentes deben responder a las exigencias que les impone la misma, por medio de prácticas educativas acordes a dichas condiciones. De esta forma, las transformaciones que implica la globalización están regidas por la expansión acelerada del capital a escala mundial y los avances tecnológicos presentan una mayor relevancia en todos los contextos, originando un mercado de bienes y servicios que le asigna gran valor a la productividad de los países, lo que ha generado un conjunto de cambios en todos los escenarios. Así, la educación se enfrenta a diferentes retos y tendencias que ameritan unas prácticas educativas que garanticen una educación de calidad.

De esta forma, la evaluación considerada aspecto esencial en la formación de los estudiantes, se asume como una herramienta que posibilita mejorar las competencias de los alumnos, en la medida en que se implementa desde una perspectiva formativa atendiendo a los parámetros establecidos por los entes gubernamentales que orientan el accionar educativo y realizan un seguimiento sistemático a la calidad educativa.

2. ESTRATEGIAS METODOLÓGICAS O MATERIALES Y MÉTODOS

El análisis de la información se realizó bajo los fundamentos del paradigma interpretativo. De acuerdo a este paradigma la teoría constituye una reflexión que emerge y está enfocada en la práctica, constituida tanto por hechos externos que se pueden observar como por aquellas interpretaciones internas del ser humano construidas a partir de su interacción con el entorno en el que se desenvuelve, por lo que intenta asimilar la realidad fundamentándose en que el conocimiento no es neutral, por el contrario es relativo a los significados que le otorgue cada individuo los cuales están relacionados con su cultura, características y cotidianeidad. Además, este paradigma se caracteriza por desarrollar una estricta descripción contextual de cada situación, de tal forma que permite la intersubjetividad en la comprensión de la realidad a través de la recolección sistemática de información, pretendiendo debido a su carácter profundizar la investigación mediante la globalidad y la contextualización (Ricoy, 2006).

De igual manera, se fundamentó en un método hermenéutico, ya que es un proceso que posibilita la comprensión del comportamiento del ser humano, sus formas verbales y no verbales de conductas, sus costumbres, cultura y los sistemas organizacionales en los que se desenvuelve, lo cual permite conocer sus significados conservando la particularidad propia de cada uno, es decir, comprender el todo desde las partes y cada parte en sí. Por tanto, la hermenéutica es el método de investigación indicado para el estudio del comportamiento humano ya que se enfoca en describir y analizar fenómenos humanos importantes de forma minuciosa y metódica, liberándose en la medida de lo posible de concepciones teóricas previas y acercándose a la comprensión de los sucesos por medio de la práctica.  De igual forma, la hermenéutica no pretende mostrar una verdad absoluta, ya que la realidad es tan diversa que se pueden deducir gran variedad de significados con el pasar del tiempo, por lo que se requiere que el ser humano adquiera constantemente nuevas formas de interpretación, teniendo en cuenta que la potencialidad interpretativa tampoco tiene límites (Fuster, 2019).

3. RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La práctica pedagógica se concibe como la actividad que desarrolla el docente en la institución educativa, en la que de acuerdo a parámetros de convivencia, comunicación y respeto crea una intercomunicación constante con los alumnos, con la finalidad de formarlos en conocimientos, habilidades, aptitudes y valores que les permitan desempeñarse en un área determinada y a forjar competencias que le sirven a lo largo de la vida. Al respecto, el Ministerio de Educación Nacional (2008) sostiene que hace alusión al proceso en el que el educador basado en conocimientos, vivencias, análisis y reflexión durante la ejecución de su labor profesional coadyuva y guía al estudiante en la construcción del conocimiento de acuerdo a los establecido en el currículo y los planes de área de tal forma que los estudiantes alcancen los objetivos de aprendizaje

De acuerdo con Giraldo y Jiménez (2017) hace alusión a los procesos, herramientas y actividades que reglamentan la relación, la comunicación, el ejercicio de lo que se dice, escucha, ve y opina  entre en el docente y los estudiantes en el desarrollo del proceso de enseñanza aprendizaje, por tanto, contiene intrínseco un componente social que indica que la actuación del educador debe estar orientada hacia la meditación y transformación, cuyos actos sean conscientes e intencionales , ejecutando una práctica de acuerdo a componentes como el conocimiento, la conducta y el entorno. De acuerdo con esto, la práctica pedagógica es la actividad que lleva a cabo el docente en el salón de clases o en el lugar que las condiciones socioeconómicas lo permitan, en el que en base en el currículo tiene la finalidad de desarrollar el proceso educativo de los alumnos.

Por tanto, la práctica pedagógica se refiere al conjunto de acciones que el educador desarrolla con el objetivo esencial de llevar a cabo la formación integral de los educandos, por lo que su función más allá de dar clases necesita aplicar saberes basados en la didáctica y la disciplina de tal forma que coadyuven a que el estudiante desarrolla competencias como la capacidad de resolver los diferentes obstáculos que se  le presenten en la institución y la vida, autoestima, trabajo grupal, respeto y tolerancia. Además, es indispensable que el profesor realice una planificación de los contenidos a desarrollar de acuerdo con los parámetros establecidos por los organismos competentes que permitan obtener de un buen desempeño escolar, ejecutando una práctica objetiva y   orientada hacia la calidad educativa (Duque, Vallejo y Rodríguez, 2013).

Es decir, el docente cumplirá un rol de formación de nuevas generaciones, no solo en el aspecto cognitivo, sino en el fortalecimiento de la parte actitudinal del ser humano con el objetivo de contar una mejor calidad de vida, a partir de su aprendizaje. Esto se da por medio de la interacción con los diferentes integrantes de la comunidad educativa, por tanto, ser docente implica enfrentarse diariamente a situaciones inesperadas que configuran la labor docente como una actividad significativa y esencial en todas las sociedades.

De igual forma, el docente cumple un rol de motivador y estimulador del desarrollo de las diferentes facetas del niño, permitiendo el aprendizaje y el crecimiento espiritual de sus estudiantes, por medio de actividades lúdicas y entretenidas para los niños, motivando al niño y despertando su curiosidad por las cosas. El profesor deberá posibilitar la formación integral de sus estudiantes, propiciando ambientes de trabajo en donde estos desarrollen la capacidad para aprender y relacionarse sanamente con los demás.

Un componente principal dentro de la práctica del docente es la evaluación, debido a que esta permite realizar un seguimiento a los avances que tienen los estudiantes en su proceso de aprendizaje. Esto, se considera una tarea más compleja cuando se lleva a cabo en entornos educativos virtuales, ya que el docente debe implementar diferentes estrategias para generar espacios de evaluación formativa que ayuden al estudiante a desarrollar sus competencias a partir de la revisión constante de su desempeño académico. Es decir, la evaluación permite generar conocimiento desde la reflexión del proceso de enseñanza aprendizaje, se implementan actividades evaluativas con el objetivo propiciar la reflexión sobre las estrategias de enseñanza y aprendizaje para mejorar este proceso.

Al respecto Zambrano (2014) considera que la evaluación es primordial en los escenarios educativos

La evaluación es un elemento esencial para mejorar la calidad del proceso formativo, en la medida en que se convierte en una actividad compleja que exige un trabajo colaborativo, reflexión y organización, por eso su desarrollo es considerado fundamental para el mejoramiento e innovación en todos los ámbitos educativos; ya que, desde la evaluación se orienta la acción educativa de tal forma que los sujetos se ven influidos no solo a partir de los resultados surgidos en las evaluaciones, sino en el mismo momento se focaliza y determina los elementos y objetos sobre lo que ejerce su realidad (p.45).

Así mismo, la práctica del docente y el aprendizaje de los estudiantes se puede fortalecer con la integración de las TIC en las actividades escolares, debido a que los estudiantes muestran mayor interés cuando interactúan con una herramienta tecnológica en su aprendizaje. Por eso, se hace necesario reflexionar sobre el papel de las TIC en la educación actual, específicamente en la evaluación que se está realizando.

Dentro de los diferentes tipos de evaluación, se puede destacar la evaluación formativa, cuya función es obtener información acerca del estado de aprendizaje de cada estudiante y, a partir de ello, tomar decisiones que ayuden a un mejor desarrollo de dicho proceso. La información que arroja este tipo de evaluación, sin embargo, no es únicamente útil para el profesor, sino que debe ser entregada a los estudiantes, de manera que también puedan hacerse cargo de su propio proceso de aprendizaje.

La evaluación formativa por sí sola no mejora el aprendizaje del estudiante, del mismo modo que una golondrina no hace verano. Los estudiantes crecen como alumnos cuando la información recabada de las evaluaciones formativas se utiliza de manera constructiva, para satisfacer sus necesidades individuales y ayudarlos a convertirse en alumnos independientes.

A partir de lo planteado anteriormente, se puede decir que la educación actual plantea múltiples retos para los docentes. Uno de ellos es aprender a diseñar entornos de enseñanza y aprendizaje mediados por una valuación formativa como estrategia para fortalecer algunos procesos académicos que se llevan a cabo en las escuelas. De esta forma, las TIC se configura como una herramienta de trabajo que posibilita prácticas pedagógicas y evaluativas más dinámicas y significativas satisfaciendo necesidades y apetencias profesionales (Viloria, Pacheco y Hamburger, 2018). Es decir, las TIC en el campo educativo permiten diseñar y desarrollar estrategias que afectan la dinámica de la práctica docente en procura de que los estudiantes puedan construir conocimiento de manera significativa, esto producto de la capacidad de acceder al conocimiento de forma fácil, práctica y eficaz, logrando una mayor motivación en el estudiante y explorando nuevos escenarios de evaluación.

Las TIC implican nuevos retos para la educación y el aprendizaje, requiriendo del docente una preparación adecuada, necesaria para fomentar el proceso de enseñanza aprendizaje, como instrumento de acompañamiento educativo. Es de resaltar que cada nueva tecnología conlleva a diseñar e implementar las metodologías didácticas para su desarrollo en el aula, que permitan facilitar la capacidad de adaptación de los alumnos logrando darle un uso eficiente y a su vez, optimizando los resultados académicos. Por tanto, se requiere que el docente posea y desarrolle competencias tecnológicas como instrumento esencial en el proceso de enseñanza aprendizaje, al cual se adhiere y aplica por medio de técnicas didácticas.

Específicamente, la practicas evaluativas de los docentes de las instituciones educativas oficiales del municipio de Ayapel, Córdoba, Colombia, están enfocadas a determinar y dificultades de los estudiantes, sin considerarla como un proceso que aporta a la reflexión sobre la misma práctica. Así, el resultado del aprendizaje de los estudiantes se limita a lo evidenciado en la calificación de talleres y evaluaciones escritas, dejando de lado el proceso y la retroalimentación que se debe realizar durante el desarrollo de las clases. Sobre la articulación de las TIC con sus prácticas, los docentes de estas instituciones realizan de forma esporádica instituciones la implementación de recursos tecnológicos en las clases, obedeciendo a las diferentes limitantes que implica el entorno educativo de las instituciones, entre las aplicaciones de recursos predominantes en las prácticas educativas se encuentran las proyecciones o presentaciones, en el televisor y video beam, seguidas del internet. Por tal razón, los docentes en sus prácticas pedagógicas no son tan autodidactas en materia TIC, ya que hacen uso de las herramientas tecnológicas a través de consultas en Internet y presentaciones de diapositivas utilizando el vídeo beam, debido a que se encuentran limitados de las mismas (carencia), también, se puede decir que no desconocen del todo la importancia de éstas en el desarrollo de sus actividades académicas.

Respecto a los procesos evaluativos que desarrollan los docentes, no existe articulación entre las herramientas o recursos tecnológicos y la evaluación que realiza el docente. No sistematizan la información de los exámenes en plataformas digitales, ya que no se cuenta con estos recursos. Los exámenes y/o evaluaciones son elaborados de manera magistral al igual que la mayoría de las actividades académicas.

Todo esto, lleva a afirmar que en su quehacer pedagógico no implementan de manera permanente los recursos tecnológicos como mediadores del mismo. De igual forma, se puede afirmar que el hecho que los docentes no implementen las TIC no significa que no impartan una buena enseñanza, solo que en el campo de las mediaciones TIC para la transformación educativa, están en desventaja con aquellos docentes e instituciones que si cuentan con las herramientas tecnológicas disponibles para todos los docentes.

4. CONCLUSIÓN O CONSIDERACIONES FINALES

El ejercicio docente se enfoca en generar escenarios de aprendizaje para los estudiantes, de manera que se promueva una formación integral, para esto debe implementar diferentes estrategias pedagógicas que respondan a las necesidades y expectativas de los alumnos. Es decir, el rol del decente no debe limitarse a la transmisión de contenidos temáticos, es considerado una figura mediática entre el conocimiento y los estudiantes. Por tanto, debe contar con las competencias necesarias para promover educación de calidad y una formación integral.

La escuela en la actualidad debe apuntar a contar con maestros entrenadores, que propicien una formación integral y contextualizada, fomentando la autonomía del alumno y aproximando el aprendizaje que se promueve en los establecimientos educativos a las características de la vida real. La formación basada en competencias se asume como una articulación de lo funcional del saber (conocimientos diversos), saber hacer (habilidades, hábitos, destrezas y capacidades), y saber ser (valores y actitudes), que son movilizados en un desempeño idóneo a partir de la personalidad de los estudiantes, que le permiten saber estar en un ambiente socio profesional y humano en correspondencia con las características y exigencias complejas del entorno.

Este docente debe tener la capacidad de implementar, dentro de su ejercicio profesional, prácticas evaluativas que conlleven a una formación integral, que lo conviertan en un entrenador que tenga en cuenta las competencias de sus estudiantes, así como los estilos de aprendizaje, contexto educativo, niveles de aprendizaje, apropiación de los conocimientos, valoración de los intereses instruccionales de los estudiantes, entre otros aspectos. Además, propiciando en sus actividades la reflexión en sus alumnos y la transversalidad de distintos saberes

Asimismo, se hace necesario que el docente considere la evaluación como una posibilidad de mejoramiento de los aprendizajes de los estudiantes, atendiendo a lo planteado por el Ministerio de Educación Nacional (2009) la evaluación que se realiza a los educandos en el aula debe concentrarse en los sucesos del día a día, en observar y buscar información para establecer cómo están aprendiendo los estudiantes; qué necesitan aprender; dónde es necesario aclarar, reforzar o consolidar conceptos y procesos entre otros, para contribuir a formarlos como seres competentes.

5.  LISTA DE REFERENCIAS

Campos, V., y Moya, R. (junio, 2011). La formación del profesional desde una concepción personalizada del Proceso de Aprendizaje. Cuadernos de Educación y Desarrollo 3 (28). Recuperado de Eumed.netwww.eumed.net/rev/ced/28/cpmr.pdf.

Duque, P., Vallejo, S y Rodríguez, J. (2013). Prácticas pedagógicas y su relación con el desempeño académico. Manizales: Universidad de Manizales – CINDE.

Figueredo, T. (2017). La conferencia como forma de organización del proceso de enseñanza aprendizaje en la educación médica superior cubana. Cuba: Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

Fuster, D. (2019). Investigación cualitativa: Método fenomenológico hermenéutico. Propósitos y Representaciones, Vol. 7, No.  1, p. 201 – 229. Lima. Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

Garreta, J. (2017). La relación familia – escuela. España: Ediciones de la universidad de Lleida. Fundación Santamaría.

Garrido, S. (2013). Hacia una resignificación de la Didáctica – Ciencias de la Educación, Pedagogía y Didáctica –. Una revisión conceptual y una síntesis provisional. Pedagogía y Saberes, pags 117-134.

Giraldo, N., y Jiménez, G. (2017). Prácticas pedagógicas del maestro en el aula que permiten la formación en convivencia. Medellín, Universidad Pontificia Bolivariana.

Medina, J. (2016). Relación familia-escuela en el contexto rural. Miradas desde las familias. Educación Vol. XXVII, N° 52, marzo 2018 / ISSN 1019-9403. Chile.

Ministerio de Educación Nacional. (2008). Al tablero. Decreto 230, El periódico de un país que educa y que se educa.

Ministerio de Educación Nacional. (2004). Una llave Maestra, las Tics en el aula. Bogotá, Colombia.

Ministerio de Educación Nacional. (2009). Decreto 1290. Evaluación del Aprendizaje y Promoción

Ricoy, C. (2006). Contribución sobre los paradigmas de investigación. Revista do Centro de Educação, Vol. 31, Núm. 1, p. 11-22. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/1171/117117257002.pdf.

Viloria, D., Pacheco, J  y  Hambuger, J.  (2018). Competencias tecnológicas de los docentes de universidades colombianas. Revista Espacios Vol. 39 Nº 43. Pág. 26

Zambrano, A. (2014). Prácticas evaluativas para la mejora de la calidad del aprendizaje: un estudio contextualizado en la Unión Chile.  España: Universidad Autónoma de Barcelona.