La importancia de la competencia intercultural para

prevenir el choque cultural durante la movilidad

estudiantil de aprendices de lenguas

 

 

Fanny de los Ángeles Reyes Rojas

[email protected]

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

Villahermosa – México

https://orcid.org/0000-0002-2323-8375

 

 

Mtro. Julio Cesar Arias Ovando

[email protected]

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

Villahermosa – México

https://orcid.org/0000-0001-5101-9391

 

 

Rubén Zapata Díaz

[email protected]

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

Villahermosa – México

https://orcid.org/0000-0002-5891-787X

 

Dra. Nelly Cordova Palomeque

[email protected]

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco

Villahermosa – México

https://orcid.org/0000-0003-4604-4722

 

 

RESUMEN

El presente artículo resume una investigación documental realizada con el objetivo de explicar la importancia que tiene la competencia intercultural en la formación del aprendiz de lenguas como herramienta para prevenir el choque cultural durante la experiencia de movilidad estudiantil. Para ello, se realizó una indagación en diferentes estudios realizados desde el 2011 hasta el 2020, que abordaron principalmente el contexto de la movilidad estudiantil en estudios superiores, la competencia intercultural como una enseñanza necesaria en aprendizaje de lenguas, el choque cultural en experiencias de estudiantes en el extranjero y la interculturalidad en la enseñanza de lenguas. Se realizaron matrices de análisis para contrastar diferentes estudios con el fin de identificar planteamientos, propuestas y hallazgos que pudieran esclarecer la relación entre la preparación de los aprendices de lenguas y las destrezas que pueden favorecer la prevención del choque cultural cuando los estudiantes llegan a otros países donde pueden interactuar en el idioma que están aprendiendo antes de incursionar formalmente en el mundo laboral. Como conclusión, se pudo determinar que los aprendices de lenguas deben desarrollar una comprensión de las culturas referentes a las lenguas nuevas que aprenden desde una motivación integral para que puedan adquirir los conocimientos extralingüísticos necesarios.

 

Palabras clave: aprendizaje de lenguas; choque cultural; cultura; interculturalidad.

 

The importance of intercultural competence to prevent culture shock during student mobility of language learners

 

ABSTRACT

This article summarizes a documentary research carried out with the aim of explaining the importance of intercultural competence in the training of language learners as a tool to prevent culture shock during the student mobility experience. For this, an investigation was carried out in different studies carried out from 2011 to 2020, which mainly addressed the context of student mobility in higher education, intercultural competence as a necessary teaching in language learning, culture shock in student experiences abroad and interculturality in language teaching. Analysis matrices were made to contrast different studies to identify approaches, proposals and findings that could clarify the relationship between the preparation of language learners and the skills that can favor the prevention of culture shock when students arrive in other countries where they can interact in the language they are learning before formally entering the professional world. As a conclusion, it was possible to determine that language learners must develop an understanding of the cultures referring to the new languages that they learn from an integral motivation so that they can acquire the necessary extralinguistic knowledge.

 

Keywords: language learning; culture shock; culture; interculturality.

 

 

 

 

Artículo recibido 15 febrero 2023

Aceptado para publicación: 15 marzo 2023

 


INTRODUCCIÓN

En el aprendizaje de una segunda lengua (L2) entran en juego diversos factores que deben ser asimilados para poder comprender de manera integral el idioma que se está estudiando. Uno de estos factores es la cultura o las culturas relacionadas con dicho idioma.

La UNESCO (2017) define cultura como: “un grupo de rasgos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales distintivos de una sociedad o grupo social, que incluye todas las formas de ser en esa sociedad; como mínimo, abarca arte, literatura, estilos de vida, modos de vivir juntos, sistemas de valores, tradiciones y creencias” (p. 14).

De acuerdo con Beltrán (2015), la cultura debe considerarse como un aspecto que determina el aprendizaje de una nueva lengua; pero, este no siempre es enseñado de forma que motive a los alumnos a interesarse por su estudio, a pesar de que ellos reconozcan su valor tanto dentro de la historia como del mundo actualmente globalizado.

Añadido a lo anterior, la cultura tiene una gran influencia en el tipo de motivación que los estudiantes desarrollan para el aprendizaje de un idioma; ya que, según Gardner y Lambert (1972), un enfoque integral, en el que se contemplan todos los elementos relacionados con una lengua desde un interés genuino por esta y su cultura, promueve una mayor motivación y, por lo general, un mayor éxito al aprender un idioma. Por ende, las competencias de los aprendices en torno a los aspectos culturales se han promovido en pro de la interculturalidad que necesita la sociedad.

En este sentido, la competencia intercultural se ha abordado en las investigaciones más recientes como una de las principales enseñanzas que deben ser inculcadas en los estudiantes en esta era globalizada, sobre todo por las oportunidades que surgen en el ámbito académico para realizar estancias extranjeras mediante la movilidad estudiantil, cuyo objetivo es la internacionalización de la educación superior (Tombolato, 2019). Con ello, se busca que la educación pueda brindar las herramientas necesarias para formar profesionales que tengan las oportunidades y capacidades para desempeñarse efectivamente no solo en planos nacionales, sino también internacionales.

Por este motivo, el choque cultural es uno de los problemas más presentes cuando se realiza movilidad estudiantil y su estudio es de importancia para reflexionar acerca de las medidas necesarias que deben tomarse tanto por los profesores como por los estudiantes, particularmente en un campo como la enseñanza-aprendizaje de lenguas que inherentemente requiere de la experiencia extranjera para mejorar significativamente los conocimientos y destrezas de los estudiantes.

De esta manera, en el presente artículo se realiza una reflexión acerca de la importancia que posee la competencia intercultural para que los aprendices de lenguas puedan ser capaces de prevenir el choque cultural al aprovechar oportunidades de estancia internacional como las que se brindan mediante la movilidad estudiantil.

METODOLOGÍA

Este artículo presenta un estudio documental en el que se empleó un análisis de contenido en torno a tres temáticas vinculadas. Arias (2006) señala que en las investigaciones documentales se recopilan datos obtenidos por otros investigadores en fuentes variadas. En suma, se partió desde la perspectiva de Andréu (2018) en la que sostiene que un análisis de contenido comprende la lectura como instrumento de recogida de información con el fin de interpretarla y con ello conocer acerca de diversos aspectos y fenómenos de la vida social.

 Así, se llevó a cabo un análisis de investigaciones realizadas en el periodo entre el 2011 y el 2020 acerca de las temáticas movilidad estudiantil, competencia intercultural, choque cultural en aprendices de lenguas e interculturalidad en la enseñanza, con el fin de reflexionar acerca de las pautas necesarias para que los estudiantes de idiomas puedan tener una formación intercultural que los ayude a prevenir el choque cultural en contextos reales durante su estancia en un país extranjero con programas de movilidad estudiantil.

Se recopiló un total de 19 estudios que proceden de fuentes variadas, principalmente revistas de divulgación científica, pero también investigaciones presentadas en congresos especializados y libros que abordaron sustanciosamente la temática.

En primer lugar, se analizaron los estudios en torno a la movilidad estudiantil en la educación superior y especialmente en el campo de la enseñanza de lenguas, los planteamientos y objetivos buscados por los autores, sus perspectivas y abordajes sobre cultura y los hallazgos de las investigaciones. Seguidamente, se describieron los abordajes del choque cultural y los problemas principales que plantean los estudiosos del tema, sus propuestas y hallazgos. Posteriormente, se estudiaron las problemáticas sobre cultura que se pretenden solventar o aminorar con la implementación de la competencia intercultural en los estudiantes, las visiones acerca de este concepto, así como los descubrimientos realizados durante las investigaciones. Al final, se describen los distintos abordajes sobre interculturalidad como una medida que debe aplicarse desde la enseñanza de lenguas y las pautas principales para ello destacando el papel del docente.

Con el fin de identificar los puntos importantes en los estudios analizados, se realizaron matrices de análisis en las cuales se contrastaron las investigaciones encontradas.

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

La movilidad estudiantil como una forma de internacionalizar la educación superior

Los estudios acerca de la movilidad estudiantil en la educación superior se han centrado sobre todo en esta como una estrategia para internacionalizar la enseñanza y el aprendizaje de los estudiantes. Sin embargo, se ha demostrado que existen diversos factores que afectan dicha estrategia, tanto en ámbitos personales como sociales.

Torres, Coronas y Vidal-Blasco (2016) presuponen que existe una relación entre la competencia en lengua extranjera, la competencia intercultural, la inteligencia cultural cognitiva y la vocación por una carrera internacional. Su investigación buscó señalar cuál de los factores mencionados es más relevante al desempeñarse en un entorno extranjero. Ellos abordaron la competencia intercultural como el conjunto de habilidades que tienen las personas que no comparten la misma cultura, etnicidad e idioma para comunicarse y relacionarse efectivamente. Así, el principal objetivo de esta competencia es que los individuos puedan acceder a la cultura a través de la lengua. La inteligencia cultural, por otra parte, es la capacidad para adaptarse a los nuevos contextos culturales a los que se enfrente un individuo. Ambas forman parte fundamental para la adaptación en una movilidad estudiantil, por lo que los autores lograron determinar que la formación universitaria requiere que los alumnos desarrollen flexibilidad ante acciones, actitudes y expectativas de culturas distintas a las suya, ya que el nivel lingüístico no es suficiente para desempeñarse en la sociedad.

Por otro lado, más adelante Tene, Preciado y Pérez (2018) plantearon que la demanda de competencia laboral es uno de los principales factores que afectan que los estudiantes del nivel superior tengan experiencias de movilidad internacional en universidades extranjeras como parte de sus estudios de licenciatura. Desde su perspectiva, la competencia internacional se encuentra ligada a la competencia intercultural, ya que ambas necesitan de la comunicación, relación y cooperación para que los alumnos las desarrollen de forma exitosa y con ello tener una mejor formación profesional. Así, estos autores determinaron que la movilidad académica tiene consecuencias positivas en los estudiantes universitarios, puesto que pueden egresar mejor cualificados para integrarse al sector laboral. En otras palabras, la oportunidad de acceder a un programa de movilidad internacional permitiría a los estudiantes familiarizarse con un contexto distinto al suyo y con ello obtener los conocimientos, perspectivas y experiencias necesarios para desarrollar competencias adecuadas en el ámbito profesional, tomando en cuenta las necesidades emergentes del mundo globalizado actual.

Un año después, Becerra et al. (2019) realizaron un estudio en México en el que señalaron que dentro de la educación superior pública la movilidad estudiantil sigue siendo marginal. Por ello, buscaron los obstáculos de los alumnos y las instituciones que impiden concretar la estrategia por excelencia de la internacionalización: la movilidad estudiantil. Su abordaje sobre la cultura se basa en que esta puede ser un catalizador de barreras para la movilidad internacional, pues la adaptación, la incertidumbre y las diferentes creencias hacen de esta una experiencia atemorizante. Además, en las instituciones se suele perpetuar este temor, porque no se incentiva a los estudiantes suficientemente para que se expongan a diferentes culturas ni se dan apoyos adecuados. Por lo tanto, se identificaron como principales obstáculos de tipo personal los aspectos económico, lingüístico y laboral, mientras que los de tipo institucional son el financiamiento, la burocracia, la desinformación y la poca gestión y difusión en las escuelas.

En este mismo año, Tombolato (2019) también señaló que la movilidad estudiantil es la estrategia más utilizada para internacionalizar la educación superior. En su estudio, a diferencia de Becerra et al. (2019), argumenta que el principal reto para los estudiantes es la competencia comunicativa en una lengua extranjera, porque es inherente a la competencia intercultural. Así, este autor considera que un estudiante debe tener una serie de habilidades para enfrentarse a situaciones, acciones y actos provenientes de otras culturas, lo cual no solo se remite al ámbito social, sino también al educativo y político, y para ello requiere forzosamente poder comunicarse con un entendimiento no solo de la lengua por sí misma, sino de todo lo que hay detrás como la cultura, los valores, etc. En este sentido, las competencias comunicativas se muestran como parte fundamental de una competencia intercultural integral, al igual que lo sugieren Tene, Preciado y Pérez (2018). Al respecto, basta con observar la situación actual del mundo y las distintas problemáticas que surgen en los sistemas sociales a partir de las diferencias culturales entre países para considerar la relevancia de que exista una interacción funcional entre individuos de diferentes culturas.

En suma, uno de los estudios más recientes es el de Sanz y Guillén (2020), el cual plantea una perspectiva un poco distinta. En este, se analiza la movilidad internacional en el ámbito de la formación de profesores como un derecho, pues se asevera que es necesaria para que los docentes adquieran un perfil profesional con competencias y cualificaciones ocupadas en la enseñanza de una lengua extranjera. Desde este punto de vista, la dimensión intercultural se interpreta como un conjunto de aspectos contextuales y relacionales de socialización entre personas con culturas e idiomas distintos. De esta forma, los autores pudieron determinar que la movilidad internacional de los profesores es un factor transformador para sus funciones cognitivas y adaptativas, así como un precursor para que puedan gestionar la competencia intercultural en la enseñanza y procurar la excelencia educativa. Esto es, el docente de lenguas también debe obtener oportunidades que lo ayuden a internacionalizar su formación para poder adquirir experiencias que después pueda externalizar en el contexto educativo mediante la orientación que necesiten sus aprendices.

En resumen, la movilidad internacional es un recurso que funciona como un ciclo, ya que puede aplicarse en la instrucción de profesores de lenguas para que a su vez ellos puedan aplicar sus conocimientos durante sus procesos de enseñanza, de modo que los estudiantes adquieran este aprendizaje para poder también educar a otros en un futuro.

La competencia intercultural en el ámbito enseñanza-aprendizaje de lenguas

No es sorpresivo que durante los últimos años los estudios sobre el conocimiento cultural y su valor como una competencia académica, profesional y social se hayan incrementado.

A principios de la última década transcurrida, en el estudio de Sanhueza et al. (2012) se prestó especial atención a las dimensiones cognitivas, comportamentales y afectivas que se involucraban en la competencia intercultural debido a su clara relevancia global para desarrollar habilidades comunicativas entre individuos culturalmente diferentes. En este estudio se propuso la competencia intercultural como una manera de integrar las habilidades necesarias para transformar las formas de conocer y comunicar, así como las relaciones y representaciones que los seres humanos tienen de los otros. Como resultado, se resaltaron los siguientes campos necesarios de atender en la investigación: 1) La sensibilidad intercultural desde las primeras edades; 2) El diseño de instrumentos que permitieran identificar y diagnosticar la competencia intercultural y promover innovaciones y experimentaciones para explicar cómo se desarrollan estas capacidades.

Más tarde, a la mitad de la década aumentaron las investigaciones en torno a la competencia intercultural especialmente enfocados en el campo del aprendizaje de lenguas. Para este momento, Sagredo (2015) resaltaba como vitales los factores culturales en el aprendizaje de una lengua extranjera, dado que estos promueven la adquisición dentro del contexto sociocultural. Asimismo, se argumentó que un idioma tiene estructuras culturales que son fundamentales y deben ser integrados en la enseñanza para transmitir aspectos como historia, sociedad, arte y política a los alumnos. Para esto, la propuesta se basó en la incorporación de elementos relacionados con estos aspectos como la prensa y la literatura, con el fin de ayudar a que los aprendices dimensionaran la lengua en contextos reales.

Algo similar se propuso en el estudio de Martínez-Lirola (2018), quien aseveró que al enseñar una lengua no solo se deben incluir los contenidos lingüísticos, sino también los aspectos culturales para moldear el aprendizaje del idioma. Su propuesta se enfocó en la integración de componentes culturales a través de actividades que se centraran en las demandas sociales, promoviendo la valoración de esta competencia en los estudiantes, así como la sensibilidad y el entendimiento de los diferentes entornos para poder superar malentendidos interculturales.

No obstante, en el trabajo de Ramírez y Bustamante (2020), aun en años recientes se seguía planteando que los profesores de lenguas extranjeras conceden mayor prioridad a los contenidos lingüísticos que a los aspectos interculturales, por lo que los autores buscaron dejar de lado el enfoque tradicionalista de la educación y se centraron en actividades con metodologías para facilitar el acercamiento cultural. Así, destacaron que la cultura se ve reflejada en la vida y el aprendizaje de todo ser humano, por lo que es un elemento inherente a una lengua, que en el caso de lenguas extranjeras sirve para ayudar a los hablantes a adentrarse en nuevas culturas y percibir nuevas experiencias a nivel social y así moldear sus conceptos y puntos de vista. Algunas de las actividades que propusieron fueron las obras de teatro para asimilar el mundo de forma global, pues se determinó que los estudiantes perciben rasgos culturales con facilidad cuando las actividades son dinámicas y vivenciales.

El choque cultural como problemática en contextos reales

El choque cultural se planteó al inicio de la década anterior en el estudio de Alcoholado et al. (2012) como un reto dentro de la educación debido a la creciente demanda de profesores extranjeros, lo que conllevaba dificultades por los hábitos tradicionales de las personas y su encuentro con otras culturas. Así, la cultura se señalaba como un compendio de hábitos, actitudes, concepciones y comportamientos más allá de la lengua, lo que podía ocasionar un choque cultural. En esta investigación se determinó que la competencia comunicativa se suele subestimar, pero es realmente importante para manejar e intervenir en relaciones comerciales y laborales de los estudiantes.

Más adelante, Hernández (2014) identificó que en el ámbito educativo hispano existen dificultades en la comunicación intercultural. Desde este argumento, el choque cultural sucede porque un individuo sufre un impacto social, psicológico y profesional al enfrentarse a un nuevo entorno, lo que ocasiona frustración, desmotivación, rechazo y otras dificultades. Por ello, se determinó que es necesario ampliar los contenidos y habilidades sociopragmáticos y de comunicación no verbal, pues la cultura no solo es un producto, sino también un medio.

En este mismo año, Fino (2014) realizó un estudio sobre los inmigrantes que viajan a un país de habla inglesa, pues suelen enfrentarse a cambios relevantes en su estilo de vida, lo que ocasiona el choque cultural. Por ello, se enfatizó la importancia de la cultura como un elemento que debe introducirse desde una perspectiva lingüística para poder contextualizar la comunicación asertiva en contextos específicos. Se halló que los inmigrantes se enfrentan a una serie de procesos para lograr adaptarse a una nueva cultura, ya que se topan con expresiones idiomáticas y acentos desconocidos, además de que deben asimilar nuevas costumbres, pero tratando de no perder su identidad. 

Posteriormente, Kobashi (2016) destacó en su investigación que todas las personas que tienen una estancia en un país extranjero pueden sufrir un choque cultural. En los casos de estudiantes, los profesores deben tener en cuenta factores afectivos que pueden condicionar el rendimiento académico de los alumnos a través del conocimiento de experiencias reales. De esta manera, la cultura puede causar ansiedad e incluso una sensación de rechazo, lo que provoca desmotivación personal y crisis de identidad. Algunas de las propuestas de este autor consisten en escuchar y buscar atentamente cuáles son las necesidades de los alumnos durante una situación de choque cultural y, a su vez, los alumnos deben tomar en cuenta los consejos de las personas que los rodean sobre posibles malentendidos para obtener con ello nuevas perspectivas. Así, Kobashi (2016) concuerda con lo argumentado por Hernández (2016) al resaltar que el choque cultural no solo afecta en los ámbitos académicos y laborales, sino también en los aspectos afectivos de las personas, lo que conlleva una afectación directa en otros ámbitos de su vida social.

Por otra parte, el trabajo de Guanilo y Cornejo (2017) destaca especialmente que dentro de los campos profesionales que requieren del conocimiento de una lengua extranjera, las habilidades lingüísticas ya no son suficientes para poder desempeñarse laboralmente de forma satisfactoria, puesto que embarcarse a laborar en escenarios internacionales requiere que las personas tengan una amplia perspectiva con conocimientos sobre las culturas diferentes y, sobre todo, respeto. Por ello, las habilidades de los estudiantes de lenguas no solo se pueden obtener del estudio lingüístico, ya que se requiere la exposición transcultural que se obtiene del conocimiento intercultural. Estas habilidades implican que los alumnos conozcan las normas de otras culturas, mas no necesariamente que se identifiquen con ellas, solo que tengan sensibilidad al respecto.

La interculturalidad en la enseñanza de lenguas

Dentro de la enseñanza de lenguas, la interculturalidad se ha planteado como una necesidad para resolver múltiples problemáticas tanto para los profesores como para los estudiantes, pero, sobre todo, para el sistema educativo como tal.

En el 2011, Pfleger señaló que en los entornos donde existe una lengua mayoritaria y una minoritaria existe una clara desigualdad que crea desventajas para algunos hablantes que no pueden acceder a las mismas herramientas que aquellos que dominan la lengua mayoritaria. Esta problemática llevó a los investigadores a informarse sobre la manera en que la interculturalidad estaba siendo enseñada en las clases de lenguas. De este modo, se encontraron los siguientes fallos: no existía un marco referencial para la formación de los docentes de lenguas y no se les daba la relevancia necesaria a los aspectos culturales. Con todo, se determinó que la clave para una mejora educativa estaba en los docentes y su capacidad de ser un puente entre la enseñanza y la interculturalidad.

Por otro lado, Tejerina (2011) encontró en su investigación que la interculturalidad se suele plantear como una manera de resolver la diversidad cultural, lo cual era erróneo, pues esta no era el problema en sí misma, sino la incapacidad de los individuos de convivir cuando pertenecen a culturas distintas. En este sentido, la cultura se planteó como un cúmulo de características que identifican a una sociedad y la distinguen de otras, pero se enfatizó que estas diferencias podían ser utilizadas para enriquecerse mediante intercambios de conocimientos y perspectivas. Para ello, Tejerina (2011) sugirió que la educación intercultural necesitaba una reestructuración de niveles curriculares para poder alcanzar una sólida competencia intercultural.

De igual forma, el estudio de Arroyo (2013) sugería que la educación intercultural era una de las mejores maneras para lograr la inclusión educativa, lo que concordaba con el planteamiento de Tejerina (2011) hacia la diversidad cultural. Arroyo (2013) enfatizó que la educación intercultural y la inclusión educativa no deben verse como una meta, sino como un proceso, una forma de enseñar y de aprender. En otras palabras, la interculturalidad debe introducirse en la educación de forma integral desde sus inicios.

Más adelante, Beltrán (2015) vinculó en los estudios sobre la interculturalidad la motivación, pues sugirió que, ya que esta es imprescindible para el aprendizaje de una lengua extranjera, se debía abordar la cultura como un conjunto de prácticas y puntos de vista compartidos por un grupo. Así, se pudo determinar que a los estudiantes de lenguas extranjeras los motiva el aprendizaje de culturas diferentes, los beneficios que pueden obtener de ello y las habilidades y aportes que pueden lograr. En este sentido, la interculturalidad debe ser parte de los intereses extralingüísticos de los estudiantes relacionados con la lengua que buscan dominar.

Finalmente, Bugnone y Capasso (2016) agregaron a los estudios sobre interculturalidad en la enseñanza de lenguas que, aunque se ha enfatizado la importancia de los contenidos culturales en el aprendizaje de una lengua extranjera, todavía existía una falta de respuesta pragmática para solucionar problemas de comunicación. Por lo tanto, su planteamiento se enfocó en la necesidad de fomentar contenidos sobre sociología y antropología en las aulas para poder desarrollar la capacidad de análisis, de reflexión y el pensamiento crítico en los estudiantes, que a su vez podrían ser los futuros profesores de lenguas.

En resumen, la enseñanza de la interculturalidad también funciona como un ciclo que aporta beneficios a docentes, alumnos y en general al sistema educativo al impulsar el desarrollo de habilidades que favorezcan la comunicación intercultural, la empatía, la resolución de conflictos y la capacidad de enfrentarse a lo desconocido.

DISCUSIÓN

Esta investigación buscó analizar diferentes estudios que pudieran ayudar a esclarecer la relación entre la preparación de los aprendices de lenguas para ser competentes interculturalmente y las destrezas que pueden favorecer la prevención del choque cultural cuando los estudiantes tienen experiencias de movilidad estudiantil, destacando los puntos esenciales que requiere su formación y con ello las pautas necesarias en la enseñanza de lenguas para lograrlo.

El principal factor en común que se pudo identificar en los estudios analizados en esta investigación es la importancia que tiene la comunicación y su vínculo con los aspectos culturales, ya sea para comunicarse y relacionarse efectivamente durante una movilidad estudiantil (Coronas y Vidal-Blasco, 2016; Tene, Preciado y Pérez, 2018; Tombolato, 2019); como una de las habilidades dentro de la competencia intercultural (Sanhueza et al., 2012; Sagredo, 2015; Martínez-Lirola, 2018); o como una pieza clave para resolver conflictos ante un choque cultural (Alcoholado et al., 2012; Hernández, 2014; Fino, 2014). Así, desde la perspectiva de la enseñanza, la comunicación se destaca como una forma de acceder a herramientas que brinden oportunidades a las personas que no hablan una lengua mayoritaria en un lugar extranjero (Pfleger, 2011), para intercambiar experiencias y perspectivas entre individuos de diferentes culturas (Tejerina, 2011) y para resolver conflictos en situaciones reales de diferencias culturales (Bugnone y Capasso, 2016).

Otro aspecto que se pudo identificar como relevante es el hecho de que muchos de los estudios analizados contemplan los factores afectivos como influyentes en todas las temáticas abordadas. Por un lado, Becerra et al. (2019) resaltan que la movilidad estudiantil puede ocasionar mucho temor en los estudiantes, lo que no incentiva este tipo de experiencias. Por otro lado, Sanhueza et al. (2012) y Martínez-Lirola (2018) abordaron la dimensión afectiva como parte importante de la competencia intercultural, ya que esta requiere de la sensibilidad de los individuos ante las culturas diferentes. Esto sugiere que esta habilidad puede preparar a los aprendices para no temer ante lo desconocido. Además, dentro de los estudios del choque cultural, Alcoholado et al. (2012), Hernández (2014) y Kobashi (2016) señalan que este fenómeno afecta severamente a los estudiantes al impactar en su motivación, su desempeño y su aprendizaje. Y, precisamente, Beltrán (2015) argumentó que la motivación es imprescindible para abordar la cultura como algo interesante de aprender con lo que se pueden obtener beneficios, por lo que se puede asegurar que los factores afectivos son de vital importancia para la preparación de los aprendices. Inclusive, Sanhueza et al. (2012) propone que la formación de este tipo habilidades debería implementarse desde edades tempranas.

Finalmente, se pudo encontrar un factor de suma relevancia: la formación de los profesores de lenguas. Diversos estudios plantearon que los profesores son piezas claves en el aprendizaje de los alumnos de lenguas extranjeras. Por un lado, Sanz y Guillén (2020) sugieren que la movilidad internacional no solo debe ser un derecho de los estudiantes, sino también de los profesores para obtener mayores competencias en la enseñanza que a su vez les permita transmitir sus conocimientos y experiencias a los estudiantes. Por otro lado, se mencionaron actividades funcionales para que los profesores integren las competencias interculturales en el aula como los textos periodísticos y literarios (Sagredo, 2015) y las obras de teatro (Ramírez y Bustamante, 2020). Añadido a lo anterior, Kobashi (2016) subrayó que los profesores deben evitar promover el temor hacia las culturas diferentes para que los estudiantes no se encuentren propensos a un choque cultural, sino todo lo contrario: prepararlos afectivamente para que puedan lidiar con posibles dificultades emocionales. De esta forma, el docente es un puente entre enseñanza e interculturalidad que tiene las herramientas necesarias para inculcar el interés por las culturas distintas, el entendimiento de lo que es diferente a lo desconocido y la empatía hacia los otros (Pfleger, 2011).

CONCLUSIONES

La competencia intercultural resulta de utilidad para los aprendices de lenguas tanto a corto como a largo plazo. Es decir, los aprendices deben ser instruidos con una formación intercultural que les brinde los conocimientos contextuales requeridos para que puedan comprender más allá de los aspectos semánticos del idioma aprendido, integrando dichos saberes en su bagaje cultural para que puedan desempeñarse con naturalidad en el ejercicio de la comunicación en su nueva lengua.

En suma, a largo plazo comprende un beneficio poseer competencias interculturales que favorezcan el desenvolvimiento del aprendiz en situaciones reales donde requiera poner en práctica los conocimientos adquiridos previamente acerca de la sociedad que le abre las puertas, para mantener un grado de respeto, empatía y entendimiento oportunos que les permitan desarrollar mejor sus destrezas lingüísticas y sociales. Además, debe considerar que las oportunidades que brinda una experiencia internacional incrementarán gratamente sus habilidades en la lengua extranjera al poder utilizarla en un contexto espontáneo. También, con ello podrán sentirse seguros y tranquilos respecto a lo que sea desconocido, puesto que las competencias interculturales les darán las herramientas afectivas necesarias para asimilar una cultura distinta sin sentir que su identidad se ve quebrantada por comprender algo que es diferente a lo que le fue enseñado.

En este sentido, las competencias interculturales les permiten a los aprendices de lenguas poder optimizar una experiencia internacional mediante una movilidad estudiantil para prepararlos con habilidades, destrezas y conocimientos que más tarde puedan implementar en ámbitos profesionales, personales y sociales, por ende, no solo será de utilidad para su desempeño académico, sino también a lo largo de su vida.

Con ello, no solamente se puede considerar que los aprendices serán más capaces al implementar el conocimiento lingüístico de una lengua extranjera, sino también al incursionar de forma social en contextos reales de manera adecuada y provechosa para ellos y para su entorno, razón por la cual la Organización de las Naciones Unidas (2019) determinó que la educación intercultural es la pauta para solucionar conflictos emergentes en los planos nacionales e internacionales.

LISTA DE REFERENCIAS

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