Participación de los padres de familia en el desarrollo integral del estudiante, necesidad de una adecuada gestión institucional

en la realidad educativa rural

 

Mary Esther Bocanegra Gomero

[email protected]

Orcid: 0000 0001-9137-7062

Estudiante de Doctorado de la Escuela de Postgrado

Universidad Cesar Vallejo UCV

Chimbote  - Perú

 

Dr. José Pascual Apolaya Sotelo

[email protected]

Asesor de Tesis de Doctorado

Universidad Cesar Vallejo UCV

Orcid: 000 0002-8484-8476

Chimbote  - Perú

 

RESUMEN

La necesidad de una adecuada gestión institucional involucra la participación de los padres de familia, sobre todo en escuelas unidocentes de zonas rurales. Con la finalidad de determinar la participación de los padres de familia en el desarrollo integral del estudiante, necesidad de una adecuada gestión institucional en la realidad educativa rural, se realizó un método hermenéutico basado en la sistematización e interpretación de información a través de fuentes documentales y uso del programa Mendeley. El análisis de la investigación determinó que, la participación de los padres de familia influye positivamente en el desarrollo integral del estudiante, necesidad de una adecuada gestión institucional en la realidad educativa rural.

Palabras claves: participación, desarrollo integral, adecuada gestión, realidad educativa.

 

 


 

Participation of parents in the integral development of the student,

the need for adequate institutional management

in the rural educational reality

 

ABSTRACT

The need for adequate institutional management involves the participation of parents, especially in single-teacher schools in rural areas. In order to determine the participation of parents in the comprehensive development of the student, the need for adequate institutional management in the rural educational reality, a hermeneutical method was carried out based on the systematization and interpretation of information through documentary sources and use of the Mendeley program. The analysis of the research determined that the participation of parents positively influences the integral development of the student, the need for adequate institutional management in the rural educational reality.

Keywords: participation, integral development, adequate management, educational reality

 

 

 

Artículo recibido: 05 de Mayo 2021

Aceptado para publicación: 20 de Junio 2021

Correspondencia: [email protected]

    Conflictos de Interés: Ninguna que declarar

 

 

 

 

 

 

I.     INTRODUCCIÓN

La gestión institucional resulta de vital importancia al constituirse en la base o sistematización para los aspectos pedagógicos, administrativos y comunitarios desde un enfoque holístico de la gestión educativa; más aún al tratarse de escuelas unidocentes de las zonas rurales, donde el alcance institucional es representado mayoritariamente por los padres de familia, de quienes se requiere el involucramiento indefectible par el alcance del objetivo o logro último, materializado en el desarrollo integral de los estudiantes. No obstante lograr ello, implicará romper notablemente las barreras de capital social y cultural, en el que se circunscribe la crianza de los niños por parte de los padres o apoderados, particularmente en el ámbito rural, siendo que, son criados a su libre albedrío, sin mayores normas o fortalecimiento de valores, como la autoestima, dada la falta de comunicación entre estos; así también, considerar las limitaciones para asumir la gestión a este nivel, dado que el director debe hacer también de docente.

De acuerdo con el Ministerio de Educación (MINEDU, 2011)[1], a nivel de gestión institucional, es fundamental promover y valorar las competencias individuales y de equipo, puesto que, permitirá a la institución educativa adquirir la autonomía, competencia y flexibilidad para responder a las necesidades o exigencias del contexto o realidad social en el que está inmersa. Es esta necesidad de trabajo en equipo que deben considerar las escuelas unidocentes para involucrar en una participación activa a los padres de familia.

Lamentablemente la realidad peruana sigue siendo deficiente, aun con las reformas y procesos de integración escolar, pues los agentes educativos, lo que incluye indefectiblemente a los padres de familia, interactúan de forma incorrecta o negativa en la formación de los estudiantes (Cueto et al., 2015; Pareja, 2015; citados en Sucari, Aza, Anaya y García, 2019). Al respecto, según el metaanálisis realizado por Jeynes (2011)[2], citado en Sucari, et al. (2019), el estilo educativo de los padres es muy relevante y tiene un gran impacto en el rendimiento académico; así mismo, en diversos estudios se concluye que, la implicancia parental “[…] optimiza la autoestima y la competitividad social de los alumnos, se reduce el consumo de sustancias adictivas y amplía el interés en llegar a la universidad” (Acosta (2004), Hernández, Cárdenas, Romero, y Hernández (2017), Lomelí, López, y Valenzuela (2016), citados en Sucari, et al., p. 7).

Evidentemente bajo el contexto rural, lograr el involucramiento de los padres implica comprender el aspecto socioeconómico, y cultural; pues ello, es determinante del nivel de participación (Sarmiento y Zapata, 2014). Así desde el enfoque de la teoría del habitus de Bourdieu, la falta de involucramiento efectivo y articulado para con el desarrollo integral de los niños se explicarían por las deficiencias de capital social y cultural, pues son determinantes del habitus en que los padres de familia están supeditados o arraigados a interactuar (González, 2018).

No obstante, de acuerdo con la teoría de perspectiva de fuerzas de Saleebey (2000), citado en Razeto (2016), el bajo nivel cultural, no necesariamente debe constituirse en determinante de la falta de compromiso de los padres de familia en el aspecto académico, sin embargo, para ello, es necesario que las instituciones educativas, establezcan canales de comunicación efectivos, que permitan desplegar esfuerzos desde un enfoque interdisciplinario, de tal forma que se promueva en diversos aspectos la participación de los padres, de acuerdo con las capacidades y habilidades que presenten (a pesar de las deficiencias del capital cultural). Al respecto, juega un papel fundamental, el liderazgo efectivo, orientado a promover o fortalecer la motivación con respecto a factores transcendentales, como es la educación de los niños; y que, sustentando en canales de comunicación efectivos, se logre fortalecer el aspecto socioemocional de los padres de familia, de tal forma que, se generen expectativas positivas percibidas por los padres de familia de parte de los directores, siendo esto, fundamental para promover la participación de los padres de familia, según lo afirmado por Baquendo, et al. (2013), citado en Razeto (2016).

De otro lado, existen limitaciones de gestión en las escuelas unidocentes, pues los directores, también deben hacer de docentes; así en la mayoría de escuelas unidocentes rurales, se debe afrontar todos los componentes de la gestión educativa (institucional, pedagógica, administrativa y comunitaria), situación que es limitada tanto por el tiempo, como por el conocimiento en materia de gestión educativa por parte de los docentes (Miranda y Rosabal, 2018). Frente a esta situación, es necesario considerar fortalecer la motivación y la capacitación, siendo la base esencial el liderazgo para lograr el aprovechamiento y movilización de los escasos recursos de los que se pudiera disponer; solo así dispondrán de las herramientas pardocea asumir la delegación de múltiples responsabilidades (Bralavsky, Acosta y Jabif (2004), citado en Miranda y Rosabal (2018)).

Lograr el discernimiento de la problemática antes introducida, ameritó la necesidad de plantear como objetivo principal, determinar la participación de los padres de familia en el desarrollo integral del estudiante, necesidad de una adecuada gestión institucional en la realidad educativa rural, así como también, los siguientes objetivos específicos: (a) sustentar la necesidad de participación de los padres de familia en el desarrollo integral de los estudiantes, (b) definir el contexto rural en el que se circunscriben las escuelas unidocentes, en consideración del capital social y cultural de los padres de familia, (c) dilucidar el alcance de la gestión institucional en las escuelas unidocentes, dada las limitaciones de los directores, tanto de tiempo (pues también hacen de docentes), como de las habilidades de gestión.

II.      METODOLOGÍA

La metodología se basó en el método hermenéutico, precisamente en la metodología de sistematización e interpretación de la información plasmada por Gómez, Aponte y Betancourt (2014), según las siguientes fases:

La primera fase, referida a la definición del problema, se constituye en el primer paso de la presente investigación y permite focalizar la búsqueda de la información. Para lograr ello, fue necesario sincerar el interés o necesidad particular de investigación, considerando particularmente el contexto de la realidad problemática en la que se está inmerso, lo que permitió definir el tiempo y espacio de investigación.

Una vez delimitado el problema de investigación, como segunda fase fue factible emprender la búsqueda de información. Esta fase se realizó en consideración de la normativa internacional de la Asociación Americana de Psicología (APA, por sus siglas en inglés, American Psychological Association), esto permitió disponer de información fiable, esto significa que, la información sea estructurada en respuesta a una estructura cognitiva, previamente determinada a fin de enmarcar en alguna línea de investigación; de otro lado, permitió que, la información sea actualizada y relevante. En ese sentido, la búsqueda de la información se realizó en base a ecuaciones de búsqueda (uso de palabras claves y operadores lógicos), y del manejo de patrones semánticos.

Al respecto, como tercera fase se llevó a cabo una organización de información, se utilizó la aplicación Mendeley, a fin de gestionar las referencias bibliográficas y lograr una interacción efectiva con el mentor de la investigación; así mismo la información fue clasificada en carpetas personales, de tal manera que sea más manejable el origen o fuentes desde las que proviene la información, como la información de campo, o de fuentes secundarias.

De otro lado, el manejo de la organización de la información también se logró en base al manejo de fichas sincréticas, identificando el título relacionado de la investigación, los autores y el resumen de la fuente.

Como última fase, se realizó un análisis de información, el cual consistió en un proceso de depuración, sin embargo, esta fase fue de menor impacto en el proceso de revisión de la literatura, puesto que, la base fue la búsqueda de la información, la cual fue muy focalizada de acuerdo a la definición del problema, de otro lado, se apoyó en la clasificación o gestión de la información en base al programa Mendeley.

III.        RESULTADOS Y DISCUSIÓN

A continuación, se presenta breves síntesis de la revisión de la literatura, de revistas científicas, tesis e informes técnicos, como: Scielo, Revista Iberoamericana de Educación, Dialnet, Revista del Centro de Estudios sobre Políticas Educativas, Closing the gap, tesis de la Universidad Autónoma, Ceccsica, Grupo de análisis para el desarrollo, Redalyc, Revista Económica Estadounidense, Revista Internacional de lingüística inglesa, Resource, y la Biblioteca.udgvirtual:

Según Razeto (2018), la participación de los padres se asocia a una mejor asistencia a la escuela, siendo que su participación es un papel importante en el proceso de aprendizaje y socialización de los estudiantes.

Para Murillo y Martínez (2018), existen factores de aula como clima de aula, gestión de tiempo, preparación de clase, entre otros, los que determinan e influyen en el desarrollo integral de los estudiantes.

Díaz (2015), afirma que el valor principal de la familia se constata en la adecuada formación y aprendizaje escolar, así como también, en el correcto desarrollo afectivo, biológico y moral del estudiante.

Paik, Mamaril, Gozali, Kang y Janyan (2019), manifiestan que la colaboración ente escuela, familia y comunidad es importante ya que optimizan los resultados académicos y no académicos de los estudiantes.

Durisic y Bunijevac (2017), señalan que, para aumentar la colaboración de los padres en el sistema de apoyo integrado para los estudiantes, se debe construir por parte de las escuelas una asociación con los padres y a la vez, desarrollar responsabilidades mutuas para el éxito de los estudiantes.

Lastre y López (2017), señalaron que la intervención de los padres de familia en actividades escolares, influye en el rendimiento académico y vinculación escolar de los adolescentes.

Bambang, Imron, Budi y Arifin (2016), afirman que la familia es el entorno más importante para un estudiante porque la familia se considera la base de la educación y desarrollo estudiantil.

Islam (2017), señaló que la mayor participación de los padres de familia en la educación de sus hijos produce un resultado eficaz, sobre todo en comunidades desfavorecidas.

Según, Ceka, Murati (2016), los estudiantes adquieren una variedad de experiencias a través de la ejecución de diversas actividades y a la vez están expuestos a diversas expectativas de las personas con las que conviven, por lo cual la familia como institución debe crear condiciones para el desarrollo de una relación positiva de los estudiantes.

Para Miranda (2020), la escuela multigrado repensa los principios organizativos y fundamentos pedagógicos sobre la educación.

Chacón, Alcedo y Suárez (2015), sostuvieron que, el capital cultural tiene en cuenta, para el desarrollo del ser humano en relación a sus experiencias familiares y contextuales, los conocimientos, habilidades, actitudes y aptitudes.

Para Méndez (2016), el capital social se relaciona con la educación, por ende, las familias vinculan normas y lazos en los estudiantes, provocando conductas de cooperación en los estudiantes.

Según, De Oliveira y Yoshie (2017), el capital cultural es un factor importante que involucra habilidades, actitudes y aptitudes propias de una persona, lo que le permite a su vez involucrarse a la sociedad.

Richards y Camuso (2015), afirma que el capital cultural en el aula aborda el desafío de enseñar sobre desigualdad social a los estudiantes de clases sociales privilegiadas.

Gordon, Trygstad, Pasley y Banilower (2016), señalaron que el capital social es un modo de estructura social que facilita la actividad de un individuo en un contexto estructurado, además influye en la educación de los individuos.

De acuerdo a Phillips (2015), el capital social es la medida de interacciones, afiliaciones y sentimientos de confianza entre los miembros de una comunidad.

Kuranchie y Addo (2017), expresa que “[…] el capital social se refiere a los recursos inherentes basados en la relación social con las personas, mejorando aspectos mentales para el desarrollo total del estudiante” (p. 208).

Durisic y Bunijevac (2017) manifiestan que, para aumentar la participación de los padres en el sistema de apoyo integrado para los estudiantes, se debe construir por parte de las escuelas una asociación con los padres y a la vez, desarrollar responsabilidades mutuas para el éxito de los estudiantes.

Ortega y Cárcamo (2018), señalaron que “[…] la familia y la escuela son contextos diferentes por la misión que cada un cumple” (p.100).

Para Peirano, Puni y Astorga (2015), la educación rural multigrado implica procesos de enseñanza complejos e integrales.

Según, Galván y Espinosa (2017), la diversidad multigrado evidencia un gran potencial pedagógico ante una enseñanza diversificada e incluyente, pero su valor pedagógico es poco reconocido. 

Giménez (2016), indica que la gestión institucional involucra conocimientos, habilidades y experiencias encargadas, así como también de mecanismos y prácticas empleadas en la tarea educativa.

Para Miranda y Rosabal (2018), los maestros de escuelas unidocentes muestran una labor que se componen de diferentes funciones, ya sea académica, administrativa y social.

Quintana (2018), sostiene que, para el cumplimiento de metas, la gestión institucional debe tener en cuenta la capacitación de personal, necesario ante la existen brechas o dificultades que impiden el logro de metas.

Para Jun y Yazdanifard (2015), el liderazgo es una especie de poder donde una persona tiene la capacidad de influir o cambiar los valores, creencias, comportamiento y actitudes de otra persona.

Según, Donoso y Benavides (2018), la mejora de la gestión institucional se evidencia por el liderazgo directivo, lo cual se constituye en la docencia del aula y en el mejoramiento del aprendizaje de los estudiantes.  

Santizo (2016), afirma que, dentro de las instituciones, el trabajo en equipo puede estar influenciado por factores que obstaculizan la gestión de la institución, factores como actitudes y conductas de los docentes.

Para Ñañez y Lucas (2019), el rol del docente encargado de las escuelas unidocentes, debe cumplir una función dinámica de gestión, profesionalismo y liderazgo, lo que implica características personales, capacidades organizacionales e intelectuales.

Miranda (2016), manifiesta que la gestión administrativa abarca campos como la gestión administrativa, que encamina a que los estudiantes logren un aprendizaje y mejora de competencias, pertinentes para el desempeño personal, social y profesional, gestión administrativa y financiera.

Acevedo, Valenti y Aguiñaga (2017) indican que, para el logro de objetivos y resultados positivos, la gestión institucional involucra factores como trabajo en equipo, cumplimiento de metas, para lo cual el docente debe llevar a cabo con responsabilidad.

En la medida que los padres interactúen con sus hijos se van generando modelos de protección, actitudes y valores en los estudiantes, con lo cual, a futuro desarrollarán habilidades sociales que les permitirán relacionarse de manera satisfactoria con sus iguales, por lo tanto, el contexto familia-escuela es fundamental para el desarrollo integral y saludable del alumno (Díaz, 2015).

Según Razeto (2018), el rol que asumen los padres respecto a la intervención en la educación de los estudiantes incentiva a una estrategia de cambios en el sistema educativo, pues se demanda mejores resultados tanto académicas como no académicas, así como también, se favorece a la institución como organización, mejorando índices de resultados y capacidad de gestión. Por lo mismo, la colaboración de los padres en la educación de sus hijos se considera como un ejercicio de ciudadanía, tal como lo menciona Islam (2017) “[…] una mayor participación de los padres en los estudios de sus hijos es eficaz incluso en comunidades desfavorecidas” (p.1).

De igual manera, Ortega y Cárcamo (2018) señalan que la colaboración entre padres y escuela es un medio que permite conocer y ayudar de manera óptima al estudiante, así lo afirman Paik, Mamaril, Gozali, Kang y Janyan (2019), al señalar que establecer un aprecio, cordialidad y respeto entre padres, escolares y maestros se logra mejores resultados academicos y no academicos en los estudiantes. Cabe precisar que, para que la colaboración entre padres y escuela sea óptima, el docente debe conocer las pautas recibidas en el hogar y, que los padres conozcan los objetivos y requerimiento procedente desde la escuela, todo ello, para el desarrollo integral del estudiante.

De acuerdo a las diversas investigaciones realizadas sobre la participación de los padres en la educación de sus hijos, Varas y Terrazas (2016), afirman que existen modelos teóricos respecto a dicha participación, tal es el caso de la Taxonomía de participación de los padres, propuesta por Martiniello (1999)[3]. Esta teoría analiza la participación de los padres a través de cuatro dimensiones: la responsabilidad en la crianza, el cual se caracteriza por la función propia de los padres respecto a la educación, cuidado y resguardo de sus hijos, así como también de proveer condiciones para la asistencia del niño a la escuela; los maestros, referente a la continuación y esfuerzo por parte de los padres en el proceso de aprendizaje de sus hijos; agentes de apoyo a la escuela, indica las contribuciones de los padres hacia la escuela con el fin de mejorar la provisión de servicios; y agentes con poder de decisión, referente a participación de los padres en las  decisiones que involucran políticas de escuela y operaciones.

Otras de las teorías identificadas por Varas y Terrazas (2016), es el nivel de participación de los padres, teoría propuesta por Flamey, Gubbins y Morales (1999)[4], en la cual se identifica cinco posibles modelos de participación de los padres en la escuela, los cuales involucra la información que buscan los padres acerca de la escuela y el desarrollo de sus hijos, la cooperación en actividades de apoyo que requiera la institución, las consultas realizadas a los padres sobre diversos temas de la institución, la toma de decisiones respecto a objetivos, acciones y recursos, y el cumplimiento de un proyecto educativo y control de eficacia respecto a la gestión del establecimiento.

Por último, Varas y Terrazas (2016) señalan que el Modelo de Epstein (2002)[5], resalta la participación de la familia en distintos momentos y en un sinfín de lugares, es decir, desarrolla la influencia en tres contextos diferentes: hogar, escuela y comunidad, lo cual superpone una influencia única en los hijos mediante la interacción de los padres, educadores y estudiantes de otro contexto.

Conforme a las teorías mencionadas, la participación de los padres desempeña un rol importante en la educación general de sus hijos, pues los estudiantes necesitan de una experiencia de aprendizaje que proporcione apoyo, motivación e instrucción de calidad (Islam, 2017), sobre todo porque la participación de padres y educadores se relaciona con un mejor comportamiento, mayor rendimiento académico y mejora habilidades sociales de los estudiantes (Durisic y Bunijevac, 2017).

Por su parte, Murillo y Martínez (2018) indica que existen factores de aula que influyen en el desarrollo integral de los estudiantes, factores como clima del aula, lugar donde los estudiantes aprenden de manera eficaz, pues se sienten queridos y valorados por sus docentes, y además es un lugar donde no existe violencia ni discriminación; factor como la preparación de clase, el cual define la calidad de los docentes, pues es un pre-requisito para obtener una enseñanza eficaz; otro de los factores son las lecciones estructuradas, entendidas como aquellos objetivos que se plantea en cada lección, lo cual incluye conocimientos previos, actividades y estrategias de evaluación; por último el factor gestión del tiempo, indica que se logra maximizar oportunidades de aprendizaje de acuerdo a sesiones puntuales, maximizando el tiempo en la enseñanza y motivación.

De acuerdo a ello, todos esos factores se involucran en el desarrollo integral, motivación y compromiso de los estudiantes, pues, de acuerdo a Bambang, Imron, Budi y Arifin (2016) el entorno escolar ayuda al estudiante en su proceso educativo obtenido dentro de su familia, mientras tanto, las comunidades aledañas con sus dinámicas y características intervienen directa o indirectamente en el progreso de los estudiantes como miembros de la sociedad.

Es preciso mencionar que, según Lastre y López (2017), los padres de familia deben hacerse notar de manera activa y brindar apoyo académico a los estudiantes ante los nuevos desafíos académicos, ya que, de acuerdo a su investigación, existe una separación entre escuela y comunidad, es decir, se da una poca participación, colaboración y acompañamiento de los padres de familia en la educación de sus hijos.

Además, Ceka y Murati (2016) indican que las escuelas y los padres de familia tienen un papel fundamental para la promoción del desarrollo positivo de los estudiantes y desempeño académico, pues cuando los padres y maestros trabajan juntos, crean importantes oportunidades para que los estudiantes se desarrollen socialmente, así como también, desarrollen competencias emocionales y académicas. 

Respecto a la escuela unidocente, según Galván y Espinoza (2017) indican que son escuelas que se caracterizan por aquella educación que es brindada por un solo docente y a la vez, el mismo docente asume un rol importante en el desarrollo de las comunidades, pues las escuelas unidocentes mayormente se encuentran en poblaciones rurales cuyas familias se dedican a actividades productivas de campo.

Debido a que las escuelas unidocentes se ubican en zonas rurales, estas presentan una población estudiantil escasa, por lo cual, dentro de una misma aula se encuentran estudiantes de diferentes grados, lo cual, hace que la escuela unidocente presente una organización administrativa, curricular y didáctica diferente

El contexto rural en la cual se circunscriben las escuelas unidocentes, toma en cuenta el capital social de las familias, es decir, aquellos recursos inherentes relacionados socialmente con las personas, ya que, el capital social tiene la capacidad de transformar y mejorar aspectos como reciprocidad, compromiso cívico, confianza y acción colaborativa con otras personas diferentes a los integrantes de una familia, todo ello en beneficio del desarrollo integral (Kuranchie y Addo, 2017).

Phillips (2015) señala que aquellas interacciones, afiliaciones y sentimientos de confianza entre miembros de una comunidad desarrollan la capacidad individual del estudiante para el logro de objetivos, en lo que se precisa que, el capital social genera interacción, conexión social y externalidades positivas para los miembros de cada familia.

Además, características como acceso a la experiencia dentro de la red social, donde los miembros tienen acceso a disciplinas y conocimientos del contenido pedagógico y recursos para implementar prácticas efectivas, conexiones entre profesores de escuela y fuera de la red escolar, son esenciales para una mejora de la escuela dentro del capital social (Gordon, Trygstad, Pasley y Banilower, 2016).

Méndez (2016), señala que la educación está asociado a altos niveles de capital social, donde las escuelas y familias cumplen un rol importante al crear normas y lazos sociales, pues las relaciones de familia generan conductas de cooperación dentro y fuera del círculo familiar y a lo largo de la vida del estudiante. Asimismo, precisa que una estructura de familia sólida, dispone de capital social e influye significativamente la educación de los estudiantes.

El capital cultural es otro factor referido en el contexto de las escuelas unidocentes, ya que, según, De Oliveira y Yoshie (2017) el capital cultural es un componente importante en el progreso de los estudiantes, pues involucra habilidades, actitudes y aptitudes propias de una persona, lo que, a su vez, caracteriza su posición en la sociedad. Además, Chacón, Alcedo y Suárez (2015), afirman que una relacion entre el capital cultural y la educación aumenta la formación del estudiantes, es decir, al aumentar el capital cultural aumenta en gran medida la formación de dicho estudiante.

En el proceso de su desarrollo los estudiantes adquieren el capital cultural de su familia, haciendo referencia a las experiencias, valores, creencias, comportamientos y predisposiciones del grupo formador. Esto indica que, los recursos de la vida familiar de un estudiante dan forma al éxito académico, lo que, a su vez, son a menudo cargados de recursos de capital cultural específicos adquiridos en casa (Richards y Camuso, 2015).

Haciendo referencia a la labor educativa que realizan los maestros en las escuelas unidocentes, según Miranda y Rosabal (2018), se compone de diversas funciones académicas, administrativas y sociales, las cuales son atendidas de manera simultánea consumiendo cantidades significativas de tiempo en los docentes. Respecto a la educación en el medio rural, los autores señalan que “[…] los procesos y acciones que se realizan en escuelas unidocentes rurales vincula todas las dimensiones de una labor educativa, lo que implica una complejidad en aspectos organizativos y en el orden institucional” (p.3). Esta actividad exige al personal docente una visión real y social de su quehacer, pues enfrenta como principal obstáculo la limitada capacidad de gestión y la falta de preparación para el desempeño en condiciones de ruralidad.

De lo mencionado, se precisa que el docente cumple múltiples labores en beneficio a los alumnos y a la comunidad, labores como métodos de enseñanza y aprendizaje, colaboración con padres de familia y organizaciones comunales en proyectos de desarrollo institucional, familiar y comunal. Esto manifiesta que, el rol del docente es muy diversa y compleja, ejerciéndose en tres ámbitos determinados, tales como la administración, la docencia y la labor comunitaria.

Teniendo en cuenta a la gestión institucional que se desarrolla dentro de una escuela unidocente, Acevedo, Valenti y Aguiñaga (2017), indican que una gestión institucional se basa en factores o variables que son responsabilidad del encargado de una institución, factores como la promoción de trabajo colaborativo, consensuar objetivos comunes de aprendizaje, seguimiento y monitoreo de la labor docente, procedimientos administrativos, colaboración con padres de familia, entre otros, son los que afectan positivamente los resultados escolares.

Cabe precisar que, para llevar a cabo una gestión institucional dentro de la escuela unidocente, se necesita de prácticas de liderazgo para concentrar, acompañar, motivar y comunicar en la transformación educativa. De acuerdo a ello, Santizo (2016) señala que existen factores institucionales, personales u organizacionales que obstaculizan o facilitan la gestión de la institución, por lo cual, un trabajo en equipo pocas veces es utilizado como estrategia en las escuelas. Es preciso indicar que, trabajo en equipo, según Santizo (2016), permite una colaboración intencional con la finalidad de generar nuevas formas de llevar a cabo las cosas, provocando una formación de grupos de trabajo en organizaciones de la sociedad del conocimiento. Además, el autor manifiesta que la enseñanza impartida en las escuelas, la actitud y conductas de los docentes está influenciada por componentes como la motivación profesional, la experiencia y formación profesional. Todo ello puede involucrar en el desarrollo integral del estudiante, pues de acuerdo a las actitudes del docente, se define la relación con los estudiantes adoptando conducta que se puede manifestar dentro de la realización de trabajo en equipo.

Conforme a los roles que ejercen los maestros de escuelas unidocentes, estos dependen de la eficiencia y eficacia de su desempeño, siendo evidente que los docentes no gozan del énfasis en procesos de formación, especialmente en procesos administrativos y comunitarios, pues según Acevedo, Valenti y Aguiñaga (2017), la importancia de la gestión institucional en una escuela unidocente mantiene viva la presencia de la escuela en la comunidad, lo cual hace que sea una institución confiable, responsable, necesaria y de beneficio social para la comunidad.

Miranda (2016), señala que la gestión institucional abarca campos como la gestión administrativa, que encamina a que los estudiantes logren un aprendizaje y desarrollo de competencias, requeridas para el desempeño personal, social y profesional: gestión administrativa y financiera, que involucra el área en el cual se realiza procesos de apoyo de gestión académica, administración y el manejo del talento humano.

Pues, debido a que una escuela unidocente abarca un tema amplio respecto a su entorno, comunidad, dotación de recursos, estudiantes y padres de familias, surge la necesidad de una gestión importante que proporcione características como la práctica o acción docente especifica. Según Giménez (2016), para el cumplimiento de metas de una escuela unidocente, la gestión institucional involucra conocimientos, habilidades y experiencias encargadas, así como también de mecanismos y prácticas empleadas en la tarea educativa.

Asimismo, Quintana (2018) manifiesta que dentro de la gestión institucional y para el cumplimiento de metas, se debe tener en cuenta la capacitación de personal, pues es necesario debido a que existen brechas o dificultades que impiden el logro de metas. De acuerdo a lo mencionado, la gestión institucional se constituye de una excelente administración de personal capacitado y del adecuado uso de recursos financieros, los cuales son generados por la misma institución debido a la falta de apoyo del estado. 

En las escuelas unidocentes, es importante la influencia de liderazgo que presente el docente encargado, pues, según Jun y Yazdanifard (2015), el liderazgo es una especie de poder donde una persona tiene la capacidad de influir o cambiar los valores, creencias, comportamiento y actitudes de otra persona. Además, los autores precisan que el liderazgo es un proceso en el que los líderes utilizan sus habilidades y conocimiento para liderar y traer un grupo de personas en la dirección deseada que sea relevante para sus metas y objetivos institucionales.

Ñañez y Lucas (2019), señala que el rol del docente encargado de las escuelas unidocentes, debe cumplir una función dinámica de gestión, profesionalismo y liderazgo, lo que implica características personales, capacidades organizacionales e intelectuales. Respecto a las características personales, se debe considerar aspectos claves del docente, aspectos como la eficiencia, siendo una manera de respuesta oportuna y correcta respecto a las exigencias del trabajo; comunicación y empatía, el docente debe mostrar capacidad de diálogo y presencia para los demás, excluyendo funciones jerárquicas y, establecer procesos de relación de empatía; acciones justas y equitativas, en lo cual debe tomar decisiones y administrar justicia sobre elementos objetivos, equilibrados y carentes de perjuicios.

Respecto a las capacidades profesionales del docente, Ñañez y Lucas (2019), manifiestan que, se tiene en cuenta aspectos como: disposición al trabajo en equipo, lo cual hace referencia al reconocimiento, de manera colectiva, de éxitos y fracasos; capacidad administrativa, enfatizando en dar respuesta a procesos en función de pautas, protocolos y marcos de actuación establecidos, así como también, la capacidad de gerenciar recursos y gestionar personal; monitoreo educativo, incluye vigilancia y evaluación permanente de todos los procesos y actividades asociados; por último el dominio de estrategias administrativas, haciendo referencia a la visión prospectiva de actividades y procesos.

Finalmente, respecto a la capacidad intelectual, Ñañez y Lucas (2019) sostienen que el docente encargado de la escuela unidocente debe presentar liderazgo innovador, formacion profesional, capacidad para resolucion de problemas y competitividad, todo ello para llevar a cabo una adecuada gestion institucional.

IV.         CONCLUSIONES

§  De la investigación se concluye que la participación de los padres de familia es crucial para el desarrollo integral de los estudiantes, sobre todo para el mejoramiento de la institución y beneficio de la sociedad, pues, su participación influye de manera positiva en el contexto social y cultural del estudiante, lo que a su vez, influye en el desarrollo de habilidades y competencias tanto académicas y no académicas.

§  El contexto en el que se desarrollan las escuelas unidocentes son dentro de comunidades rurales, donde se involucra tanto el aspecto social y cultural de cada familia respecto a la forma de crianza de los estudiantes, dentro de ese contexto, el docente es el único responsable de todas las áreas de la institución.

§  Dentro de una escuela unidocente, la gestión institucional debe contar con personal capacitado; dado que el docente es el único encargado de todas las áreas de la institución, éste debe conocer las competencias requeridas y mostrar una actitud de liderazgo, con trabajo en equipo tanto de padres de familia, estudiantes y comunidad, con la finalidad de llevar a cabo una buena gestión de la institución.

V.      RECOMENDACIONES

§  Para lograr un buen desarrollo integral de los estudiantes y lograr objetivos institucionales, dado el contexto en el que se muestra una escuela unidocente, se debe trabajar en equipo tanto con padres de familia, estudiantes y mismo docente.

§  Elaborar un plan educativo que involucre competencias, conocimientos y habilidades del docente, así como también, desarrollar capacitaciones o talleres que incluyan la participación de padres de familias y estudiantes, con la finalidad de mejorar el capital social y cultural en beneficio de la comunidad.

§  Se debe brindar más apoyo a las escuelas unidocentes, puesto que no disponen de recursos humanos y materiales, requeridas para el cumplimiento de meta y el desarrollo de una buena gestión institucional,

VI.   REFERENCIAS

Acevedo, C., Valenti, G., & Aguiñaga, E. (2017). Gestión institucional, involucramiento docente y padres de familia en escuelas públicas de México. Scileo, 55-93. Obtenido de https://scielo.conicyt.cl/pdf/caledu/n46/0718-4565-caledu-46-00053.pdf

Allen, S. (2012). Parent Engagement: Strategies for Involving Parents in School. Atlanta, GA: U.S., 1-28. Obtenido de https://www.cdc.gov/healthyyouth/protective/pdf/parent_engagement_strategies.pdf

Bambang, R., Imron, A., Budi, B., & Arifin, I. (2016). Parents’ Participation in Improving the Quality of Elementary School in the City of Malang, East Java, Indonesia. International Education Studies, 9(10), 256-263. Obtenido de https://files.eric.ed.gov/fulltext/EJ1115999.pdf

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[1] Teniendo en cuenta la gestión institucional, se consideró el Manual de Gestión para Directores de Instituciones Educativas, presentado por el Ministerio de Educación.

[2] Jeynes (2012) realizó una investigación sobre la participación de los padres de familia y el éxito académico de los estudiantes, para lo cual tuvo en cuenta el factor implicancia parental.

[3] Modelo de Martiniello (1999), explica la adecuada participación de los padres de familia en la educación de sus hijos bajo cuatro dimensiones.

[4] Modelo de Flamey, Gubbins y Morales (1999), explica la participación de los padres de familia en cinco niveles diferentes, lo cual se involucra en la educación de sus hijos.

[5] Modelo de Epstein (2002), modelo que propone la participación de los padres de familia bajo seis dimensiones, necesarias para la adecuada participación en la educación de sus hijos.