Cronología y tendencias estilísticas de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba: 1980-2010

 

Nairin Rodríguez Duverger[1]

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-5091-3826

Benemérita Universidad Autónoma

Puebla (BUAP)

Puebla, México

 

 

Yamira Rodríguez Núñez

[email protected]

https://orcid.org/0000-0002-8034-9215

Universidad del Atlántico

Barranquilla, Colombia.

 

Zeidy Bornacelli García

[email protected]

https://orcid.org/0009-0003-5197-0437

Barranquilla, Colombia.

 

 

RESUMEN

Legislada el 7 de octubre de 1959 mediante Gaceta Oficial de la República de Cuba como conjunto sinfónico,  la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba,  tiene desde entonces como misión, la divulgación de la música cubana y universal, y la promoción e interpretación de las obras de los compositores cubanos, labor que ha venido desarrollando de forma sostenida, difundiendo y promocionando la tradición musical europea, así como la música cubana y latinoamericana, constituyéndose en una de las instituciones más importantes dentro de la música de concierto en Cuba, con reconocimiento internacional. Esta afirmación motiva el presente trabajo, realizado con el objetivo de sistematizar una cronología de su trayectoria artística, que muestra las tendencias estilísticas del repertorio interpretado en el periodo comprendido desde 1980 hasta 2010, año en que completa 50 años de fundación y labor ininterrumpida. Utilizando una metodología descriptiva a modo biográfico, la información recopilada que comprende la fuente documental, se vale principalmente de entrevistas y análisis de contenidos. Los hallazgos permiten inferir el cumplimiento de su objetivo misional desde su fundación, siendo éste su valor principal, mediante un destacado desempeño de su quehacer, de forma sistemática, desarrollando una programación habitual acorde en lo esencial con sus objetivos constitutivos.

 

Palabras clave: orquesta sinfónica nacional de cuba; trayectoria artística; repertorio; fuentes documentales.


 

Chronology and stylistic trends of the national symphony orchestra of Cuba: 1980-2010

 

ABSTRACT

Legislated on October 7, 1959 through the Official Gazette of the Republic of Cuba as a symphonic ensemble, the National Symphony Orchestra of Cuba, since then has as its mission the dissemination of Cuban and universal music, and the promotion and interpretation of the works of cuban composers, work that it has been developing in a sustained way, disseminating and promoting the European musical tradition, as well as Cuban and Latin American music, becoming one of the most important institutions within concert music in Cuba, with international recognition. This affirmation motivates the present work, carried out with the objective of systematizing a chronology of his artistic career, which shows the stylistic trends of the repertoire performed in the period from 1980 to 2010, the year in which he completed 50 years of foundation and uninterrupted work. Using a descriptive methodology in a biographical way, the information collected that includes the documentary source, is mainly based on interviews and content analysis. The findings allow us to infer the fulfillment of its missionary objective since its foundation, this being its main value, through an outstanding performance of its work, in a systematic way, developing a habitual programming essentially in accordance with its constitutive objectives.

 

Keywords: national symphony orchestra of cuba; artistic trajectory; repertoire; documentary sources.

 

 

 

 

Artículo recibido 20 marzo 2023
Aceptado para publicación: 05 abril 2023

 


 

INTRODUCCIÓN

El año 1959 fue decisivo para la cultura en Cuba, donde junto al nuevo sistema instaurado con el triunfo de la Revolución cubana, éste trae consigo un nuevo enfoque de políticas públicas, alrededor de la promoción y difusión cultural, empeñado en elevar su nivel y ponerlo al alcance y disfrute de las clases populares. La priorización de voluntades y esfuerzos públicos para el quehacer cultural, permite la movilización de recursos que concretan la conformación de importantes y variadas instituciones culturales, y por supuesto la fundación de agrupaciones musicales como; la Orquesta de Cámara Nacional, la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional[2] y la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN).

Es así como, la Gaceta Oficial de la República de Cuba, legisla oficialmente la fundación de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba[3], definiéndola como un conjunto sinfónico, cuyos objetivos específicos se centran en; la divulgación de la música cubana y universal, y la promoción e interpretación de las obras de compositores cubanos, abarcando tanto a autores consagrados como a jóvenes creadores. La misma legislatura establece los estatutos que regulan su estructura funcional, criterios de selección de músicos y lineamientos funcionales, orientados a salvaguardar la participación de los isleños, expresando; “todas las plazas de músicos, las vacantes que se produzcan, así como las plazas de director titular y director auxiliar tienen que ser otorgadas a cubanos mediante concurso de oposición” (Valera, 2009, 64).

Bajo los anteriores derroteros se nombran a los maestros Enrique González Mántici como director titular y Manuel Duchesne Cuzán, como director auxiliar, quienes fungen como pioneros la tarea de liderar y materializar las declaraciones misionales que inician y guían en adelante, el quehacer y   trayectoria de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, consolidándose como pilar y principal promotor y difusor de la cultura musical cubana (Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Tras un año de preparación, la Orquesta Sinfónica Nacional debuta en el Teatro Auditórium, posteriormente nombrado Teatro Auditórium “Amadeo Roldán”.  Este  primer concierto se celebra  el 11 de noviembre de 1960,  fecha conmemorativa del vigésimo aniversario de la muerte de Alejandro García Caturla, en cuyo homenaje el repertorio incluyó sus más significativas composiciones; “Preludio para orquesta de cuerdas”, “Bembé” y “La Rumba”, con el maestro Enrique González Mántici en la batuta, según se acredita en el programa de mano conservado en la colección de la Biblioteca Nacional,[4] Desde entonces los espacios del Auditórium, se convirtieron en la sede permanente de la orquesta y durante toda la década del 60 acogió sus ensayos y presentaciones, hasta el terrible incendio que lo destruyera en 1997, dejándoles sin su centro de concentraciones por más de dos décadas, la cual no pudieron recuperar hasta el año 1999 cuando terminó su largo periodo de restauración, una vez reabierto al público vuelve a ser su acostumbrada casa de trabajo, hasta 2010 (Rodríguez Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Con la recuperación de su sede, la OSN también recobra su acostumbrada calidad artística y termina una desafortunada racha de inestabilidad y adversas condiciones de trabajo, deambulando entre las sedes del Teatro de la CTC “Lázaro Peña” y posteriormente el Teatro Nacional de Cuba, cuyo carácter transitorio diezmo las condiciones óptimas de trabajo y por ende los resultados artísticos musicales de la agrupación. No obstante, la OSN demostró su capacidad de resiliencia, alzándose a sus limitaciones y posicionándose como la más importante de las entidades sinfónicas del país. (Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Desde el anterior contexto, toda aproximación cronológica a la trayectoria, repertorio y tendencia estilística de la OSN, constituye un apasionante viaje, donde se mezcla la historia musical cubana y su acervo cultural, construidos desde las experiencias vividas de esta legendaria institución nacional, que durante más de medio siglo desarrolla una labor sistémica, en sus conciertos dominicales matutinos  y vespertinos, amén de una agenda repleta de presentaciones, conciertos y recitales nacionales e internacionales, nutridas con artistas invitados nacionales y extranjeros, llevados en muestras itinerantes que recorrieron los más importantes teatros nacionales e internacionales, pero democratizando su acceso a todo tipo de públicos, con presentaciones en pueblos, provincias, macheros y públicos juveniles e infantiles, siendo una de sus más grandes satisfacciones la creación de un público asiduo, que aunque reducido sigue siendo fiel admirador del talento de ésta institución musical.

 

METODOLOGÍA

Mediante una metodología descriptiva, la presente cronología,  narra a modo biográfico, 30 años de la trayectoria artística y tendencia estilística de la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba, período comprendido desde 1980-a 2010, espacio temporal donde se concreta su acervo y aportes al fortalecimiento del patrimonio musical del Caribe, producto desarrollado  a partir de la recopilación documental de la escasa información pertinente y relevante disponible, complementada con entrevistas a  investigadores, compañeros musicales, colegas,  docentes y estudiantes que tuvieron el agrado de conocer, compartir y disfrutar la  virtuosidad y calidad artística de la orquesta, directores y músicos que la integraron en el periodo estudiado.

Un segundo momento presenta la discusión de resultados, mediante un análisis crítico, dividido en tres acápites; el primero analiza la gestión institucional, presentaciones públicas, giras nacionales e internacionales, participación en festivales y una aproximación al repertorio de la Orquesta en la década del ochenta, desde la influencia de sus directores orquestales y solistas más significativos, terminando con los conjuntos de cámara patrocinados por la orquesta. El segundo acápite concreta el análisis al periodo de 1989 a 1998 y los nuevos itinerarios para la agrupación a partir de la caída del campo socialista: 1989-1998, las giras nacionales, internacionales y festivales y el repertorio en la década del noventa, desde la influencia de los nuevos Directores orquestales y solistas. El último acápite de discusión comprende la nueva etapa vivida por la OSN (1999 a 2010) que inicia con la reapertura del Teatro Auditórium “Amadeo Roldán”, analizando las presentaciones habituales, Giras Nacionales e internacionales, Nuevos eventos: ferias, encuentros, concursos y festivales, terminado con una aproximación al repertorio en la década del 2000: Directores orquestales, solistas y estrenos. Se finaliza con unas conclusiones, orientadas a motivar a nuevos investigadores a la necesaria tarea de dar continuidad y ampliar desde nuevos enfoques, formas de abordajes e inclusive nuevos protagonistas, para llenar el gran vacío documental e investigativo existente, coadyuvando a la identificación y apropiación de nuestra riqueza patrimonial musical, evitando que se pierda u olvide.

 


 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Acerca de la gestión institucional

A partir del año 1981 el maestro Leo Brouwer ocupó el cargo de director general de la Orquesta Sinfónica Nacional, nombrado por el ministro de cultura de la época Armando Hart Dávalos, destacándose su batuta por proponer nuevos derroteros, sacar a la agrupación de la rutina de las temporadas de conciertos e integrarla más a los festivales del contexto cultural cubano. Junto a Manuel Duchesne Cuzán, titular (1975 a  1991) fueron los encargados de toda la programación cultural y el desarrollo artístico de la agrupación, con el apoyo del maestro Gonzalo Romeu, director adjunto entre los años 1980 – 1989 .

Las principales preocupaciones de estos directores en el resultado artístico de la agrupación,  estuvieron encaminadas a la composición de los músicos y uno de los principales cambios para la agrupación en esta etapa, fue enfrentar la pérdida de su sede permanente en el año 1977. Por causa del incendio del Teatro Auditórium “Amadeo Roldán”, la orquesta se ve obligada a  deambular como “orquesta de gitanos” y deben realizar sus conciertos en espacios sin las condiciones acústicas necesarias para la presentación de un organismo sinfónico, perdiendo su sistematicidad. Es asi como en algunas ocasiones,  los conciertos dominicales no se podían realizar, con la periodicidad acostumbrada.

Desde la década del ochenta, presenta problemas con la calidad, transportación, difusión y condiciones de los instrumentos, este último de vital importancia para un óptimo resultado artístico, y para lograr la excelencia y limpieza del sonido en las presentaciones. Además, influye en la afinación, muchos instrumentos de mala calidad son muy difíciles de afinar, lo que afecta completamente la sonoridad de la agrupación. Los problemas en la divulgación y promoción de los conciertos, se presentaron en las giras nacionales, originados por mala gestión de sus encargados en las diferentes provincias. Estas limitaciones se superaron entre los años 1982 a 1986.

Presentaciones Públicas decada de los 80 en tres direcciones: Captativa, didáctica y conmemorativa.

Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez (2023) describen la estrategia de dedicar los conciertos a las fechas más importantes del quehacer nacional, con conciertos temáticos y adecuando los programas a los publicos o presentaciones, a saber:

Efemerides patrias e  internacionales: En el aniversario del asalto al cuartel Moncada se interpretaron obras cubanas (“Con el amor, la vida” de Frank Fernández, “Canción de gesta”, de Leo Brouwer, “El bosque ha echado a andar” de Carlos Fariñas y “La bayamesa” e  Himno Nacional de Cuba). Otros conciertos conmemorativos se dedicaron a; el aniversario del asalto al palacio presidencial, aniversario de la campaña de alfabetización, aniversario de la creación de la UJC,  aniversario de la revolución de octubre y el aniversario de  la caída del fascismo. A éste último asistieron maestros de la URSS (Leonid Nicolaev, Timir Minbaev, Dimitri Djiov, Guennadi Dimitriak).  De éste mismo corte temático encontramos; el concierto por el aniversario de la Revolución Francesa (diridido por Paul Copolongo), el del aniversario de la Revolución Mexicana, el de la fiesta nacional de Polonia, el del año internacional de la música checa y uno dedicado a  la jornada de la cultura soviética.

Homenajes a instituciones culturales cubanas: Se dedicaron conciertos en honor de la UNEAC, la Oficina Regional de la UNESCO en Cuba y a la Universidad de La Habana.

A personalidades de la cultura, musicos cubanos y extranjeros: Fueron dedicados a; F. Liszt, F. Mendelssohn, I. Stravinsky, H. Wienawski, J. Brahms, B. Bártok, W. A. Mozart, C. Saint-Saëns, H. VillaLobos, V. I. Lenin, Roberto Sánchez Ferrer. aniversarios de José Martí, Nicolás Guillén y Félix Varela.

Conciertos didacticos para el público joven y los niños : Repertorios cómo; el cuento sinfónico “Pedro y el Lobo” de Serguei Prokofiev, “El carnaval de los animales” de Camille Saint Saëns, la “Sinfonía de los juguetes” de Leopoldo Mozart y la “Guía orquestal de la Juventud” de Benjamín Britten fueron dedicados a cautivar una audiencia juvenil e infantil, actuando como  narradores el compositor y director Roberto Valera y el actor y dramaturgo Héctor Quintero. Para estos recitales los intérpretes solistas fueron niños.

Giras Nacionales e Internacionales

La primera gira fue nacional tuvo lugar en el año 1961, la cual inicia en la capital, hasta las capitales de provincia, sus ciudades más importantes, pequeñas poblaciones, centrales, campamentos de macheteros, fábricas, cooperativas, y escuelas. Las giras internacionales cubrieron Mexico, Francia, Europa Oriental (Polonia, Rusia, Yugoslavia y Lituania) y URSS donde demostraron el alto nivel artístico de la agrupación sinfónica y obtuvieron una gran aceptación del público.

En el período 1961-1980 se hicieron un total de nueve giras nacionales. Entre los años 1973 y 1980 la orquesta mantuvo sus presentaciones habituales en la capital. En el año 1980 se llevó a cabo la primera gira internacional, después de ocho años y logran una periodicidad, que sumó una itinerancia alrededor de quince destinos durante la decada, en la que se interpretaron obras como; la suite sinfónica de la zarzuela “Cecilia Valdés” de Gonzalo Roig, el concierto de Aranjuez (Segundo movimiento) de Joaquín Rodrigo y la suite para el ballet “Cascanueces” de Piotr I. Chaikovski.

Los directores participantes fueron Manuel Duchesne Cuzán (director titular) con un programa que incluía la obertura de la ópera “La urraca ladrona”, de G. Rossini; el “Concierto Nº 2 en Re Mayor, K. 314 para flauta y orquesta” de W. A. Mozart, que fue interpretado por la flautista búlgara Rositza Ivanova; “Tres danzas cubanas” de Alejandro García Caturla y las “Danzas polovtsianas” de la ópera “El príncipe Igor” de Alexander Borodin; y Gonzalo Romeu (director adjunto) que llevaría a la escena “Tres pequeños poemas” de Amadeo Roldán, “Huapango” de José Pablo Moncayo; “Tres danzas” del ballet “El sombrero de tres picos” y el “Vals del Emperador” Op. 437 de Johann Strauss.

Entre 1987 y 1990 se realizaron cuatro giras, todas en el mes de marzo.  Estas estuvieron a cargo de los directores; general, titular y adjunto de la Orquesta Sinfónica Nacional.  En el año 1989 se invitó al director español Miguel Pinto y en el año 1990 algunos conciertos fueron dirigidos por la maestra Zenaida Castro Romeu. Como solistas fueron invitados los pianistas Leonel Morales, Jorge Gómez Labraña y Víctor Rodríguez; las sopranos Linda Mirabal y María Lourdes García, el violinista Alfredo Muñoz, el guitarrista Aldo Rodríguez y la arpista Yanela Lojos (Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Participación en Festivales

La particiáción en festivales permitió a la Orquesta Sinfónica Nacional de Cuba,  insertarse en otros espacios de la cultura nacional, y la vez fomentar la búsqueda de otro tipo de público, relacionados con estos eventos.  Es así como la OSN ha participado en los festivales y concursos más importantes de Cuba, muchos de los cuales,  surgieron en la década del ochenta y los otros estabilizaron sus ediciones en esta década, dejando de ser esporádicos, gracias al impulso que imprime a la actividad cultural cubana la creación del Ministerio de Cultura.  Dentro de los festivales más reconocidos en el ámbito nacional cubano se destacan; el Festival Internacional de Guitarra, el Festival Internacional de Música Contemporánea y el Festival Internacional de Ballet de La Habana.  A nivel internacional la OSN ha participado en el Festival Internacional de Música Contemporánea de los países socialistas, interpretando obras de compositores  extranjeros, como; “Concierto grosso para batería solista y dos orquestas de cuerdas” de Witold Ruzinski con la participación del percusionista Luis Barrera y el “Concierto para orquesta” de Gottfried Glockner, ambas muy asiduas en el repertorio de la agrupación (Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Directores Orquestales y Solistas

Manuel Duchesne Cuzán : Es reconocido como uno de los directores que más aportes hizo para el desarrollo de la OSN, y por apoyar el movimiento de vanguardia cubano en los años sesenta y setenta a través del estreno de obras de estos compositores. En la década del ochenta específicamente, su repertorio muestra una mayor frecuencia de las obras internacionales, aunque hubo partituras nacionales bastante frecuentes como la suite de la zarzuela “Cecilia Valdés y “Canto fúnebre a la memoria de Antonio Maceo” de Húbert de Blanck.  Además de la reiteración de conciertos (“Concierto Nº 2 en si b menor para piano” de J. Brahms, “Concierto de Aranjuez”, “Concierto Nº 3 en do menor para piano” de L. van Beethoven) y las oberturas (Obertura de la ópera “Las bodas de Fígaro de W. Mozart, Obertura de la ópera “Tanhäuser” de R. Wagner, “Obertura Festiva” de D. Shostakóvich). Otras de las obras más frecuentes fueron el “Capricho italiano” de P. I. Chaikovski y el Adagio del ballet “Espartaco” de Aram Jachaturiam.

Duchesne fue el director que más estrenos realizó con la OSN, con obras de compositores cubanos: “Canto abierto, para trompeta y orquesta” de Nilo Rodríguez, “Concierto para violín y orquesta” de Roberto Valera, “Muros, rejas y vitrales” de Carlos Fariñas, “Sergio Rajmaninov in memoriam, expresiones románticas para piano y orquesta” y “Suite española sobre temas de Lecuona” de Félix Guerrero.  En el caso de los compositores latinoamericanos estrenados se registran : Heitor Villa-Lobos (“Bachianas Brasileiras Nº 2”, “Sinfonietta Nº 1”) y Gerardo Guevara (“Galería siglo XX para orquesta”). Otros compositores europeos de la época contemporánea han sido Benjamín Britten (“Concierto Nº 1 para violín y orquesta, Op. 15”), Xavier Benguerel (“Concierto para percusión y orquesta”), Gueorgui Minchev (“Concierto para piano y orquesta”), A. Kaporale (“Largo y Allegro para tuba y orquesta”), F. Devienne (“Obertura”), Guiya Kanchell (“Sinfonía Nº 6”) y G. Schuller (“Sinfonía para metales y percusión”).  Los estrenos mundiales realizados por este director fueron solo dos: la “Rapsodia negra” del compositor cubano Ernesto Lecuona y “Temblor de cielo” de Fernando García.

Gonzalo Romeu: Su periodo como director, muestra la recurrencia de obras principalmente cubanas (“Pregón y Danza”, “Concierto en fa sostenido menor”) y latinoamericanas (“La noche de los mayas”, “Sones de Mariachi”, “Adiós Nonino”, “El Salón de México”, “Suite para marimba y orquesta”). Aunque también se encontraron otras obras muy frecuentes como la “Chacona en mi menor” de D. Buxtehude, la Obertura Fantasía “Romeo y Julieta” de Piotr I. Chaikovski y el “Concierto Nº 1 en Mi bemol Mayor” para piano de Franz Liszt.  También realizó un gran número de estrenos en Cuba principalmente del repertorio tradicional internacional:  Franz Joseph Haydn: “Concierto en Mi bemol Mayor”, para dos cornos y orquesta, Alexander Glazunof: “Concierto en Mi bemol Mayor para saxofón y orquesta de cuerdas”, Camille Saint- Saëns: “El carnaval de los animales”, Johannes Strauss: Selecciones de los Actos I y II de la ópera “El Murciélago”, Igor Stravinsky: “Sinfonía de los salmos para coro mixto y orquesta”, Heitor Villa-Lobos: Choros Nº 10 “Rasga el corazón” para coro mixto y orquesta. Los estrenos mundiales fueron: “Nocturno de enero” y “Seis Sones sencillos” de Carlos Fariñas.

Aproximación al repertorio de la OSN en la década de los ochenta

Entre las obras más frecuentes figuran composiciones tanto de la música de concierto europea como cubana, evidenciando además una predilección por los conciertos y las oberturas.  Los conciertos para piano y orquesta “Nº 1 en si bemol menor, Op.23” de Piotr I. Chaikovski, “Nº 1 en mi menor Op. 11” y “Nº 2 en fa menor Op. 21” de Frederic Chopin, “Nº 1 en Mi bemol Mayor de Franz Liszt y “Nº 2 en do menor Op. 18” de Serguei Rachmaninov figuran entre las obras más conocidas e interpretadas dentro de la música para piano, además de que son muy reconocidos internacionalmente. Fueron interpretados en esta década por varios solistas, principalmente de los países del campo socialista. Las obras interpretadas mayormente en las giras nacionales por el maestro Gonzalo Romeu destacan las oberturas de las óperas “Romeo y Julieta” de Piotr I. Chaikovski y “Oberón” de Carl María von Weber, y la suite para el ballet “Cascanueces” de Piotr I. Chaikovski; esta última es además una de las partituras más reconocidas del compositor. 

Específicamente sobre las obras de compositores cubanos encontramos una variada gama. Desde obras que pertenecen al teatro lírico como “Cecilia Valdés” de Gonzalo Roig hasta temas jazzísticos como es el caso de “Chaka” del compositor Jesús (Chucho) Valdés.  Entre las partituras más escuchadas en los conciertos de la agrupación sinfónica se destaca;  “Pregón y danza” del compositor y director de orquesta Enrique González Mántici, quien ejerció como director titular de la OSN desde su fundación. La mayoría de las presentaciones fueron realizadas bajo la dirección de Gonzalo Romeu y Manuel Duchesne Cuzán. Esta obra es la más interpretada desde su estreno en 1962. 

El “Concierto en fa sostenido menor para violín y orquesta” de José White es una de las pocas partituras del siglo XIX cubano interpretadas por la agrupación y alcanza gran popularidad entre las presentaciones, que la mayoría de las veces han sido en giras nacionales. Después del estreno mundial de este concierto en el siglo XIX, no fue redescubierto y reestrenado hasta el año 1974 por la Sinfónica del Nuevo Mundo en el Lincoln Center de Nueva York y el violinista italiano Ruggiero Ricci. El estreno en Cuba fue realizado el 19 de octubre de 1981 por la OSN ─según lo refiere la misma nota─ a cargo del violinista cubano Evelio Tieles. La interpretación de esta obra ha sido realizada mayormente en la década del ochenta por el violinista Alfredo Muñoz.

La suite de la zarzuela “Cecilia Valdés” del compositor Gonzalo Roig también aparece en el repertorio de la orquesta. Esta partitura a la manera de suite fue estrenada mundialmente en la gira nacional del año 1982, teniendo un gran éxito según consta en las notas de prensa revisadas, aunque ha sido interpretada mayormente en la década del 2000. En ocasiones no se interpreta la suite completa sino el “Preludio y la Contradanza”, o la “Salida de Cecilia” que son los movimientos más populares dentro de la misma. Entre las obras interpretadas por la agrupación del siglo XIX cubano figuran; “Serenata cubana” y “Scherzo caprichoso” de Ignacio Cervantes, “Martí” y “Serenata romántica” de Guillermo Tomás, las canciones “Fior di siepe” y “El Azra”, además del “Estudio sinfónico” de José Manuel (Lico) Jiménez y La Bayamesa (Himno Nacional de Cuba) de Perucho Figueredo, obras interpretadas principalmente en la década del 2000 para la grabación del fonograma Clásicos cubanos del siglo XIX.  “Tres pequeños poemas” del compositor cubano Amadeo Roldán resalta como otro de los temas más interpretados. Al ser una obra que a través de su discurso musical refleja fuertes elementos nacionales, ha sido realizada en conciertos celebrando los treinta y cincuenta aniversarios de la agrupación, además en el concierto de reapertura del teatro Auditórium “Amadeo Roldán” en 1999 y en presentaciones por el Día de la Cultura cubana, el Concierto de Clausura del Cubadisco 2005 y en el IV Encuentro Nacional de Orquestas Sinfónicas.

Otras piezas importantes dentro del repertorio nacional de la OSN son el “Canto fúnebre a la memoria de Antonio de Maceo” de Húbert de Blanck, “El Himno Nacional de Cuba” ─que está relacionado con la participación en muchos eventos oficiales─, “Negro de Bembón”, musicalización que realizó Amadeo Roldán de la serie de poemas “Motivos de Son” de Nicolás Guillén y los “Seis sones sencillos” de Carlos Fariñas, en versión sinfónica de Gonzalo Romeu.  La mayoría de las partituras latinoamericanas interpretadas fueron mexicanas : “Sones de Mariachi” de Blas Galindo, “La noche de los mayas” y “Sensemayá” de Silvestre Revueltas, “El clarín de la selva” de Pablo Quevedo y “Huapango” de José Pablo Moncayo. En el caso de las obras brasileñas se encontraron “Bachianas Brasileiras Nº 2” y “Uirapurú” que pertenecen al compositor Heitor Villa- Lobos, que es uno de los compositores más reconocidos del folklorismo musical de ese país. “Adiós Nonino” de Astor Piazolla, con arreglo de Leo Brouwer, ha sido presentada bajo la dirección de Gonzalo Romeu y Manuel Duchesne Cuzán. Otras obras fueron “Pequeña Suite” de Adolfo Mejía Navarro y “Viñetas porteñas” de P. Camps.

En la década del ochenta se registran un total de 56 estrenos, de los cuales 48 fueron solamente en Cuba, los cuales muestran una variedad de estilos y compositores tanto cubanos, latinoamericanos y de la música europea internacional. Los estrenos mundiales en la década del ochenta fueron ocho, de los que siete eran de compositores cubanos como Carlos Fariñas (“Nocturno de enero”, “Seis sones sencillos” y “Penthesilea”), Ernesto Lecuona (“Rapsodia negra”), Félix Guerrero (“Vocalise”), Guido López Gavilán (“Tramas”) y Jorge López Marín (“Beat Abruptio”). La mayoría de estos compositores son contemporáneos y directores de orquesta, lo que indica que ellos mismos pudieron dirigir su obra. El único compositor extranjero estrenado mundialmente en la década del ochenta por la OSN fue el español Fernando García con su obra “Temblor de cielo”. 

Otra característica del repertorio de la OSN es la inserción de partituras de la música popular, invitando a sus conciertos a intérpretes de este tipo de música, específicamente de la cancionística cubana como Pablo Milanés y Silvio Rodríguez. En el caso del primer artista se han interpretado obras de su autoría como “Yolanda”, “Amo esta isla”, “La vida no vale nada”, “Yo pisaré las calles nuevamente”. Estos intérpretes, grandes exponentes de la Nueva Trova cubana, han compartido escenarios con la agrupación en giras nacionales e internacionales. En esa misma década, la agrupación hizo una presentación especial con la afamada orquesta que presidió el gran pianista Chucho Valdés, “Irakere”; con quien realizaron la grabación de un fonograma con los temas “Homenaje a Charles Mingus” de la autoría de Leo Brouwer y “Tema de Chaka” de Chucho Valdés (Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Nuevos itinerarios para la agrupación a partir de la caída del campo socialista: 1989-1998

En 1989 comienzan a verse las señales de la caída del campo socialista, que afectó el creciente desarrollo económico e institucional que llevaba Cuba y llegó a una fuerte crisis económica. Uno de los factores que originaron esta crisis fue la desaparición de las relaciones con los países que pertenecieron al CAME. Para nuestro país fue un duro golpe económico y a partir de ese momento la estrategia ante la crisis fue preservar el socialismo realizando los ajustes necesarios en todo el panorama nacional. En el caso de la desaparición del CAME, esto se vio rápidamente reflejado en la labor de OSN, la mayoría de los directores y solistas de estos países dejaron de interactuar con la agrupación y además se eliminaron las giras a estos países.

En ese momento es muy importante la labor que ejerce Leo Brouwer como director general, quien al mismo tiempo asume la labor de director titular. En estos años el maestro viaja constantemente a España por lo que en 1994 designa a Iván del Prado como director adjunto de la orquesta, para apoyarse en su trabajo y continuar las presentaciones de la agrupación.  Iván del Prado, aparte de Brouwer, es el principal representante de la OSN en este periodo, ya que ocupó el cargo de director adjunto hasta el 2003. Asumió todas las responsabilidades artísticas de la orquesta. En esta década la institución musical continuaba con inestabilidad respecto a las sedes de presentaciones y ensayos. En el año 1991 mantuvieron varias presentaciones en el cine - teatro Trianón, que poseía excelentes condiciones acústicas. En el año 1994 se establece como sede estable la sala “Covarrubias” el Teatro Nacional. 

Repertorio en la década del noventa, directores y solistas

En los 90 la OSN fue dirigida al menos por 18 directores nacionales e internacionales, de los cuales nueve eran cubanos. En éste periodo disminuyó en gran medida la relación con países del campo socialista e inicia una mayor presencia de músicos americanos. Los directores cubanos invitados fueron;  Zenaida Castro Romeu, Marlene Urbay, Guido López Gavilán y Tomás Fortín, en el caso de los extranjeros fueron José Antonio Molina, Mijail Popov, Luis Sanjaime, Eduardo Díaz Muñoz, Antonio Tornero y Miguel Pinto.

En las obras del repertorio de Iván del Prado, en su etapa como director adjunto de la OSN, se percibe las preferencias por el género concierto, interpretando frecuentemente el “Concierto de Aranjuez”, el “Concierto infantil para piano y orquesta” de Leopold Mozart, el “Concierto de Cámara para saxofón alto y once instrumentos de percusión” de Jacques Ibert, “Concierto en re menor para violín” de F. Mendelssohn, “Concierto Nº 2 en do menor para piano”, “Concierto Nº 3 en re menor”; además de darle mucha importancia a la obra de los compositores cubanos como “Canción de gesta” de Leo Brouwer y “Punto y tonadas” de Carlos Fariñas. Un punto importante es la preferencia en los conciertos por las tonalidades menores. Otras obras bastante asiduas en sus presentaciones son “La boda de Luis Alonso” y el Poema sinfónico “Don Juan” Op. 20.  En cuanto a compositores se trata, distinguimos que el compositor más interpretado fue Piotr I. Chaikovski del periodo romántico. Otros compositores de esta época son Serguei Rachmaninov y Richard Strauss. También sobresalen compositores clásicos como W. A. Mozart y Ludwig van Beethoven. Aunque se puede observar la presencia de compositores cubanos como Carlos Fariñas y Leo Brouwer. Otros compositores del siglo XX, que además son españoles, fueron Jerónimo Jiménez y Joaquín Rodrigo.

De manera general en su repertorio, Iván del Prado muestra una fuerte presencia de obras de los periodos romántico y clásico, debido a que se ajustaban mejor a la composición instrumental con que contaba la agrupación entonces, y el balance de experiencia entre los músicos de atril en ese momento. En la década de 1990, se presentaron con la agrupación 56 solistas cubanos y el pianista turco Banü Sozüar. La mayoría son pianistas y violinistas, que, además, actualmente no residen en Cuba, lo que indica que también fueron artistas que salieron del país a partir del gran éxodo de intelectuales de los años noventa. De acuerdo a la programación encontrada la mayoría se presentó en una sola ocasión junto a la agrupación. Los únicos que intercambiaron más de una vez fueron Jorge Luis Prats (piano), Jorge Gómez Labraña (piano), Rey Guerra (guitarra), Daniel Escudero (piano), Alfredo Valdés Brito (clarinete), Yamir Portuondo (violín) y Jorge Hernández (viola), Frank Fernández (piano) y Zenón Díaz (violín). 

Además, se localizó en las presentaciones de la agrupación la interpretación de 112 obras, de las que solo 21 se interpretaron en más de una ocasión. Entre las primeras obras figuran composiciones tanto de la música de concierto europea. En cuanto a género se evidencia la predilección por los conciertos y las oberturas.

Reapertura del Teatro Auditórium “Amadeo Roldán”: Una nueva etapa (1999-2010)

Indudablemente, la reapertura del teatro Auditórium “Amadeo Roldán”, en 1999, definió el inicio de una nueva etapa en la historia de la Orquesta Sinfónica Nacional. La agrupación tendría finalmente su espacio de trabajo permanente, lo cual garantizaría al menos una estabilidad en su programación habitual. Fue recuperado el edificio del Teatro Auditórium “Amadeo Roldán”, y reinaugurado con un concierto de la propia orquesta el 4 de abril de 1999. “Para la OSN fue un regalo de día de reyes, una felicidad enorme. A partir de este momento, la agrupación estabiliza sus conciertos en este escenario. Este hecho permitió replantear el horario de las presentaciones habituales, establecido los domingos a las 5 p.m. La decisión posibilitó el incremento del público asistente a los conciertos.

Otro hecho que marcó esta etapa fue la fundación de la Filarmónica Nacional de Cuba, institución cultural subordinada al Instituto Cubano de la Música, que incluyó a la OSN ─como órgano principal─ y al Cuarteto de cuerdas Amadeo Roldán. Inicialmente Jorge Luis Prats fue nombrado director artístico y luego el maestro Roberto Chorens Dotres fue llamado a fungir como director general con carácter provisional hasta 2010. La agrupación se suscribió económicamente al Centro Nacional de la Música de Conciertos. Todo lo concerniente a la ejecución y control de la gestión económica, laboral y de servicios de la institución era responsabilidad del Teatro Auditórium “Amadeo Roldán” por tener personalidad jurídica propia, que compartía un asesor jurídico y el personal encargado de la promoción, las relaciones públicas y el Jefe de escena, así lo refiere la Resolución Nª 60 del ICM de fecha 17 de del 2004.

Giras Nacionales e internacionales

En el año 2000 se reanudaron las giras nacionales, pero tuvieron la misma frecuencia ni abarcaron todo el país. En esta etapa solo se tiene conocimiento de cuatro giras, puesto que después de la creación de las orquestas sinfónicas provinciales y el Programa para el desarrollo de la música sinfónica no era necesario que la agrupación viajara continuamente a las provincias del interior del país.  Después de diez años se produjo la primera gira de la década con un viaje por el Oriente del país. Los auditorios de Guantánamo, Santiago de Cuba, Bayamo, Las Tunas, Holguín, Manzanillo y Moa sintieron la satisfacción de contar con la música de esta agrupación sinfónica bajo la dirección de Iván del Prado. Con los sonidos de un Rachmaninov a través de la maestría pianística de Jorge Luis Prats el público aclamó con entusiasmo a la orquesta.

En el año 2002 se realizó otra gira y el concierto de clausura se realizó en el parque Villalón en homenaje a los trabajadores que brindaron sus servicios en la construcción y reparación de las escuelas de la capital por los desastres que provocó el huracán Henri.  En el 2003 la agrupación se presentó en la Isla de la Juventud bajo la dirección del maestro Enrique Pérez Mesa. Esta gira sirvió para que la orquesta se presentara en centros educacionales del municipio especial, además de los conciertos realizados en La Fe y en Nueva Gerona.  Por último, en el año 2004 se realizó una presentación en Cienfuegos en homenaje al 185 Aniversario de la fundación de la ciudad. El concierto tuvo lugar en el parque Martí y estuvo bajo la dirección del maestro Enrique Pérez Mesa. Como solistas participaron el pianista Frank Fernández y la soprano Bárbara Llanes. La Sinfónica viajó a Martinica junto al maestro Leo Brouwer en el año 2000 y realizó un concierto en homenaje al Festival Internacional de Guitarra de ese país. La agrupación tuvo gran acogida por  los organizadores del evento, quienes manifestaron: “De inicio por la emoción musical, además de que es raro que podamos contar en Martinica con una orquesta sinfónica de esta envergadura y calidad y que es caribeña” (Garciaporrúa, La Sinfónica Nacional de Cuba por Martinica y México.El repertorio estuvo integrado por las obras de Leo Brouwer “From Yesterday to Penny Lane” y el “Concierto de La Habana” interpretado por el solista japonés Ichiro Suzuki. 

En el 2001 visitaron algunas ciudades de Yucatán en México acompañados por el maestro Guido López Gavilán como director invitado. Esta vez el repertorio incluyó obras cubanas como “Tres pequeños poemas” de Amadeo Roldán; “Pregón y danza” de Enrique González Mántici, “El danzón el médico de los pianos” de Jorge López Marín, “Guaguancó” de Guido López Gavilán y “Danzón” de Edgardo Martín. Otras de las visitas a México fueron en el año 2002 a la Feria del Libro de Guadalajara y en el 2006, al Festival Internacional de Música de Morelia. El último viaje al exterior que se conoce en esta etapa fue en el 2007, a la temporada de ópera en Quito, Ecuador donde intercambiaron con el músico ecuatoriano Marlon Valverde y la cantante americana Hannah Penn. Además de estas presentaciones con el teatro lírico, fueron invitados a tocar en la ciudad de Loja (Rodríguez-Duverger & Rodríguez-Núñez, 2023).

Repertorio en la década del 2000: Directores orquestales, solistas y estrenos

En los años 2000 la OSN fue dirigida por 70 directores nacionales e internacionales, sobresalen los directores de América Latina, obviamente por las relaciones diplomáticas de Cuba con estos países. Tener relaciones sociopolíticas y económicas, también unía lazos culturales. Algunos de estos directores asistían a eventos importantes de la cultura nacional como la Feria Cubadisco.

Enrique Pérez Mesa

Fue nombrado director adjunto en el año 2002, y desde 2006 es el director titular de la orquesta. Es realmente quien ha mantenido la mayor regularidad al frente de la orquesta en esta etapa. En su repertorio sobresalen las partituras de compositores cubanos y latinoamericanos. La obra más interpretada ha sido la suite de la zarzuela “Cecilia Valdés” del maestro Gonzalo Roig, que ya era una pieza habitual. Otras obras muy reiteradas en las presentaciones de Pérez Mesa son “Rhapsody in blue” de George Gershwin, “Concierto de Aranjuez” de Joaquín Rodrigo, “El danzón el médico de los pianos” de Jorge López Marín y “Huapango” de José Pablo Moncayo, así como la obertura de la ópera “Las bodas de Fígaro” de W. A. Mozart y “Obertura Festiva” de Dimitri Shostakóvich.  Este maestro ha realizado además varios estrenos, entre ellos la primera audición mundial de “Suite peregrina” de Juan Piñera y las puestas iniciales en Cuba del concierto para violín y orquesta “Derriére le miroir”, de H. Khoury, y de los Cinco conciertos para piano y orquesta, de Heitor Villa-Lobos.  

Entre los compositores más interpretados por Enrique Pérez Mesa se encuentran W. A. Mozart, Piotr Ilich Chaikovski y Ludwig van Beethoven, de la música europea. Los demás, excepto George Gershwin, son compositores cubanos. Tanto de principios del siglo XX como Gonzalo Roig y Ernesto Lecuona, como los más contemporáneos Leo Brouwer, Ernán López Nussa, Frank Fernández y José María Vitier; los tres últimos pianistas. 

CONCLUSIONES

Diversos autores, periodistas especializados en temas musicales, investigadores, músicos y musicólogos, aunque en su mayoría desde una perspectiva informativa por medio de notas, anuncios y reseñas, han registrado en importantes publicaciones cubanas, que incluyen periódicos, revistas culturales y especializadas en música,  el desempeño musical y el funcionamiento institucional de la OSN, evidenciando la  alta consideración hacia la orquesta como una de las más significativas instituciones de la música en Cuba.

La recopilación, sistematización, procesamiento y análisis crítico del valioso corpus documental que informa acerca de la trayectoria y desempeño artístico de la Orquesta Sinfónica Nacional, entre los años 1980 - 2010, teniendo en cuenta sus dinámicas de trabajo como institución y su inserción en el entorno musical cubano, permite inferir que la actividad de la orquesta en estos espacios, en cuanto a géneros de escritura y tipos de discurso asociados a ellos es muy variada.

En concordancia con lo anteriormente expuesto, han podido definirse tres claras etapas en el desempeño de la OSN:

1980-1989: Periodo marcado por la gestación de un nuevo entorno institucional, la pérdida de una sede estable de ensayos y conciertos, y el nombramiento de Leo Brouwer como director general de la orquesta en 1981. Se retomaron las giras nacionales, con saldos mayormente positivos, a pesar de las dificultades materiales y de divulgación que fueron señaladas por la crítica del momento. En cuanto a la composición de músicos, se elevó el balance de músicos nacionales, dado el replanteamiento de la misma, de acuerdo a los objetivos fundacionales, en los que se establecía la composición de directores y músicos de atril básicamente por cubanos.

1990-1998: Representó una continuidad de las condiciones de trabajo anteriores, aunque se estabilizan las presentaciones en la sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba. La etapa estuvo definida por nuevos cambios en la estructura institucional (fue creado en 1989 el ICM) y por la salida de Manuel Duchesne Cuzán, quien había permanecido en la orquesta desde su fundación y había asumido la función de director titular definitivamente en 1975. Es una etapa marcada por la impronta de Leo Brouwer, quien continúa siendo el director general y asume las labores de titular. Se incorpora el entonces muy joven director Iván del Prado como adjunto (1994), obteniendo positivos resultados de trabajo. Aunque se suprimen las giras nacionales, resultan significativas las giras realizadas al exterior, que resultaron, además de estímulos desde el punto de vista artístico, un respaldo económico importante ante las dificultades enfrentadas por el país en ese aspecto. Al mismo tiempo, estas salidas, produjeron el éxodo de un número considerable de los músicos, por lo que entonces, se hizo más flexible el proceso de selección y evaluación del nivel técnico de los músicos. 

1999 - 2010: Es el período en que se establece nuevamente el teatro Auditórium “Amadeo Roldán” como sede de la orquesta, subordinada entonces al Centro Nacional de la Música de Concierto y perteneciente a la nueva entidad creada como Filarmónica Nacional de Cuba. Se incorpora entonces el maestro Enrique Pérez Mesa como director titular de la agrupación y el maestro Roberto Chorens es nombrado director general. Al retomar el espacio habitual de conciertos pueden crearse nuevas estrategias para la divulgación y logro de una audiencia habitual. Es el caso de la implementación del sistema de abonados que se sostuvo con buenos resultados hasta el cierre de la instalación. En comparación con sus primeras dos décadas de trabajo (1960-1980), el repertorio abordado por la OSN entre 1980 y 2010 muestra una tendencia hacia obras con estéticas más tradicionales, siendo muy escasa la presencia de poéticas de vanguardia o experimentales. Indudablemente la inestabilidad de las condiciones organizativas y materiales influyeron en este hecho, que igualmente estuvo determinado por la subjetividad de los directores que estuvieron al frente de la orquesta y por el nivel técnico de los músicos de atril, así como la inestabilidad de la plantilla entre las décadas de 1980 y 1990. 

Los directores y solistas invitados permitieron en todo el periodo de estudio, tener una programación balanceada a través de los diferentes gustos y estéticas. Muchos de los músicos extranjeros que asistían a las presentaciones de la orquesta estaban asociados a países que tenían vínculos políticos y económicos con Cuba (del campo socialista en la década del ochenta y latinoamericanos en los 2000). Sin embargo, los directores más frecuentes fueron Jorge López Marín y Guido López Gavilán, la mayoría de las veces dirigiendo su propia obra y los maestros Miguel Pinto Campa (España) y Francesco Belli (Italia), que no pertenecen a los países mencionados anteriormente.  En el caso de los solistas, aunque asistieron muchos intérpretes internacionales, no se produjo una frecuencia tan recurrente como con los directores, por lo cual sobresalen los músicos cubanos: Frank Fernández y Jorge Luis Prats (pianistas) y Hugo Marcos y Bárbara Llanes (cantantes).  Finalmente, se confirma que, a pesar de las divergencias y contrastes encontrados a partir del estudio de la trayectoria de la OSN (relacionadas principalmente con la subordinación a diferentes instituciones, los cambios en el personal de la directiva y la inestabilidad con las sedes.), puede entenderse como el principal valor de su quehacer el hecho de haber dado continuidad a un trabajo sistemático y una programación habitual, acordes, en lo esencial, con la misión definida desde su etapa fundacional. Su presencia, tanto en los principales eventos dedicados a la música de concierto, como en muchos otros de carácter cultural durante toda su trayectoria, es una clara muestra de que este organismo sinfónico, luego de más de cincuenta años de trabajo, continúa representando un ideal de “alta cultura”, aún vigente y muy valorado en nuestro entorno social. 

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ENTREVISTAS

Roberto Chorens Dotres (Director general entre 2002 y 2010) 24 de marzo del 2017.

Enrique Pérez Mesa (Director titular desde 2002), 14 de noviembre del 2015

Marlene Hernández (Relaciones públicas entre 2000 y 2008) 10 de noviembre del 2015

Enrique Rodríguez (Administrador y trompetista de 1995) 28 de marzo de 2017

Remberto Depestre (Tubista fundador de la orquesta) 20 de marzo de 2016

Alberto Batista Meneses (Trombonista solista de la orquesta desde 1978- a la actualidad) 11 de marzo de 2015

 

 

 



[1] Autor Principal

[2] Esta orquesta actualmente es conocida como la Orquesta de Ópera y Ballet del Gran Teatro de La Habana “García Lorca” (hoy “Alicia Alonso”).

[3] A partir de 1959 quedó legislada la Orquesta Sinfónica Nacional según la ley No. 590, publicada el 7 de octubre en la Gaceta Oficial de la República de Cuba. Archivos del Centro de Información del Ministerio de Justicia.

[4] Programa de fondo de Archivos de la Biblioteca Nacional.