Mapiripán en el acuerdo de paz, entre la subversión y la disputa por el control territorial (1986-2022)

 

Yenny Tatiana Gallego-Tarache[1]

[email protected]

https://orcid.org/0000-0003-2920-5731

Universidad del Tolima

Bogotá – Colombia

 

Juan Sebastián Cruz-Castañeda[2]

[email protected]

https://orcid.org/0000-0001-5165-3886

Universidad del Tolima

Armenia - Colombia

 

 

Resumen

El presente artículo es un producto de una investigación en Mapiripán, departamento del Meta, una zona de gran influencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo (FARC-EP). El objetivo fue indagar los cambios y permanencias de la influencia subversiva en el municipio. Para ello la metodología se basó en la propuesta cualitativa con enfoque de estudio de caso sumado a una serie de entrevistas semiestructuradas a 6 habitantes de la región. A partir de la revisión y los relatos, se pudo establecer cambios y permanencias en las dinámicas entre el grupo armado y la población desde los años ochenta hasta el año 2022: proceso de colonización, acuerdo de paz y escenario de pos acuerdo. La principal conclusión es que el proceso de paz fracasó en Mapiripán debido a la presencia de nuevos grupos armados y falta de cumplimiento de los puntos de la negociación.

 

Palabras clave: control territorial. Colonización. acuerdo de paz. conflicto armado.


 

Mapiripán in the peace agreement, between subversion and the dispute over territorial control (1986-2022)

 

Abstract

 

This article is the product of an investigation in Mapiripán, department of Meta, an area of great influence of the Revolutionary Armed Forces of Colombia - People's Army (FARC-EP). The objective was to investigate the changes and permanence of the subversive influence in the municipality. For this, the methodology was based on the qualitative proposal with a case study approach added to a series of semi-structured interviews with 6 inhabitants of the region. Based on the review and the reports, it was possible to establish changes and permanence in the dynamics between the armed group and the population from the eighties to the year 2022: colonization process, peace agreement and post-agreement scenario. The main conclusion is that the peace process failed in Mapiripán due to the presence of new armed groups and failure to comply with the points of the negotiation.

 

Keywords: land control. Colonization. peace agreement. armed conflict.

 

 

Artículo recibido 25 abril 2023

Aceptado para publicación: 25 mayo 2023


 

INTRODUCCIÓN

El conflicto social armado presenciado en Colombia, aunque sigue siendo escenario de discusión, se remonta a la mitad del siglo XX (Grupo de Memoria de Histórica, 2013). Los factores son diversos, pero pueden ser sintetizados en los siguientes: proceso de acumulación de tierras, consolidación y expansión del narcotráfico, la exclusión política, debilidad institucional del Estado y la influencia internacional (Grupo de Memoria de Histórica, 2013). Tales condiciones objetivas y hechos como el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán y el Frente Nacional, dieron paso al nacimiento de diversos grupos subversivos de carácter comunista producto de la radicalización de las anteriores autodefensas liberales, especialmente en el Tolima y Sumapaz quienes se vieron constantemente hostigadas por sectores conservadores y parte de la misma élite liberal (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2014a).

A pesar de la confrontación armada entre el Estado y las FARC-EP, se han dado diferentes procesos de paz, en diferentes épocas, la mayoría de ellos inconclusos. Por ejemplo, el acuerdo de La Uribe (Meta) en el gobierno de Belisario Betancour (1982-1986) dio lugar al nacimiento de la Unión Patriótica, una representación política que fue objetivo de genocidio por grupos paramilitares y agentes del Estado en una apuesta contrainsurgente debido a los constantes logros electorales (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2018). Luego de ello, entre el Secretariado y el gobierno de Andrés Pastrana (1998-2002) se dieron unos acercamientos y que resultó en la zona de distensión de San Vicente del Caguán en el Caquetá. Por último, el llevado a cabo entre 2012 y 2016 terminó con la creación del partido político Fuerzas Alternativas Revolucionarias del Común (FARC).

Una vez llegado el acuerdo, se abrieron las posibilidades de efectuar investigaciones sobre las FARC-EP en zonas que anteriormente era imposible por la permanencia del conflicto social armado en las regiones consideradas como su baluarte. Por esta misma posibilidad surge la necesidad de conocer las dinámicas de las FARC-EP y los habitantes de Mapiripán -un escenario de control territorial de la subversión y posteriormente objeto de violencia paramilitar-, los cambios y las permanencias a lo largo de estos últimos años en una coyuntura de pos acuerdo.

El presente artículo cuenta con la siguiente estructura: en primer contexto de Mapiripán desde el momento de su fundación. El marco teórico que aborda la perspectiva de rebelocracia de Ana Arjona; la metodología de estudio de caso a partir de fuentes orales de habitantes y ex habitantes de la región que presenciaron el conflicto, en su mayoría, desde los años ochenta hasta el 2023; una sección de hallazgos, que se encuentra subdividida en tres espacios: proceso de colonización campesina e inicios de cultivo de planta de coca; proceso de acuerdo de paz y el pos acuerdo; por último, son planteadas las principales conclusiones de la investigación.

Elementos contextuales sobre Mapiripán

La construcción histórica del Estado-Nación ha sido desigual donde las periferias son relegadas y olvidadas por la administración central del poder administrativo (Fals, 2017). Los departamentos más abandonados por la presencia estatal, en término de cumplimiento de sus derechos son Guaviare, Vichada, Guainía y Meta. Precisamente en este último se encuentra Mapiripán, cuya historia inicia el 1º de enero de 1968, la fecha de su fundación como municipio del departamento del Meta, antes era un corregimiento de San Martín (Alcaldía de Mapiripán, 2017).

En paralelo a al establecimiento como unidad político-administrativa, en los años setenta, las FARC emprendieron un proceso de expansión de frentes, dejando a un lado su marginalidad y pasando a fungir un control territorial en diversas regiones, con énfasis en zonas de reciente colonización campesina para ser la representación de orden social debido a la nula presencia estatal, tal es el caso del Meta y Guaviare (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2014a).

La carencia de vías de comunicación de esta zona del país con el centro y falta de integración comercial con el resto de departamentos, posibilitó el auge de cultivos de planta de coca como la única manera para la subsistencia del campesinado abandonado (Molano, 1987). La economía ligada a la planta de coca fue de gran interés para las FARC-EP como una forma de financiación. Es por esto que hicieron presencia en Mapiripán mediante el Frente 39, llamado “Joaquín Ballen” o “Ricaurte Jiménez” del Bloque Oriental.

Marco teórico

Para comprender la situación de Mapiripán es necesario romper con la concepción de Estado y pasar a identificar el concepto de rebelocracia, propuesta por Arjona (2016) en donde los actores armados, con énfasis en los grupos guerrilleros, llegan a una serie de acuerdos con la población, la participación de los subversivos trasciende el rol de vigilancia y se sitúa en un proceso de organización local de sociedad. Para lograrlo, son necesarias varias condiciones: “una Rebelocracia emerge cuando un GA[3] tiene una perspectiva de largo plazo y llega a la localidad de una comunidad con instituciones de baja calidad” (Ortega, 2014, p.200). En palabras de Galvis (2014):

Si los rebeldes tienen un horizonte a largo plazo y se encuentran con instituciones sociales ilegítimas e ineficientes, los grupos armados buscan lograr un 10 control amplio. Si los grupos armados encuentran que las instituciones sociales son ilegítimas, pero eficientes o viceversa, los grupos armados tratarán de dividir a la población y crear alianzas entre simpatizantes con el fin de lograr el mencionado control de relaciones políticas, económicas, sociales y de la vida privada y la administración de justicia. En territorios de vital importancia para la estrategia del grupo armado, no tolera la autonomía de los civiles, a pesar de que estos tengan instituciones sociales legítimas y eficientes. (pp.9-10)

La rebelocracia puede ser puesta en diálogo con el concepto de subversión debido a que este término cuestiona el orden social preexistente el cual consiste en las normas sociales, valores sociales, técnicas y la organización social (Fals, 1967). En el momento que un grupo guerrillero inicia el proceso de cambio mediante la utopía, los modos de relacionamiento varían de acuerdos a las apuestas políticas que fundamenta la su propuesta revolucionaria.

METODOLOGÍA

La presente investigación partió de una propuesta cualitativa con un enfoque de estudio de caso. Autores como Anduiza, Crespo y Méndez (1999), describen que el estudio de caso, como estrategia analítica, se da a partir de que el objeto de estudio puede ser observado de una forma amplia, del mismo modo que le permite al investigador una importante libertad para elegir las distintas teorías que concuerden con el caso estudiado, los marcos conceptuales y las hipótesis que mejor se adaptan a los objetivos de la investigación. La pertinencia de tal enfoque radica en la capacidad de ubicarse geográficamente en una delimitación territorial clara para conocer así las dinámicas, en este caso, de Mapiripán en el tiempo establecido (1986-2022).

El proceso metodológico se basó en lo referido por Rodríguez, Gil y García (1999): revisión, trabajo de campo, momento de análisis y socialización de resultados. En la primera de ellas se buscó información sobre el conflicto social armado en la región, donde se resalta la producción del Centro Nacional de Memoria Histórica (2014a, 2017) Alfredo Molano (1987). Dentro de los vacíos evidenciados se encuentra que no hay investigaciones sobre las dinámicas antes, durante y después del proceso de paz en el municipio de Mapiripán.

En el trabajo de campo se emplearon entrevistas semiestructuradas. La población participante cumplió con los siguientes requisitos: tres habitantes con más de 30 años residiendo en la zona rural de Mapiripán y tres personas desplazadas por la violencia residiendo en zona urbana que contaron con disponibilidad para llevar a cabo los encuentros. Una vez empleados esos criterios, 6 personas fueron entrevistadas. La identidad de las personas no es revelada, es totalmente anónima. Para el proceso de análisis de información se realizó una triangulación con fuentes escritas, teoría y relatos de las personas entrevistadas. La etapa final de la investigación consistió en un diálogo con las personas entrevistadas para generar un espacio de validación de los resultados y dando como resultado el presente documento.

Hallazgos

La sección de hallazgos se encuentra subdividida en tres momentos: el primer momento hace una reconstrucción del proceso de colonización campesina, llegada del grupo subversivo e inicios del cultivo de planta de coca. Luego de esto, la forma cómo el municipio vivió el proceso de negociación del acuerdo de paz entre el Estado colombiano y el Secretariado de las FARC-EP. Por último, el proceso de reconfiguración de los actores armados y la función de las instituciones para llenar los vacíos de poder dejado por la insurgencia. El fin de esto es discutir sobre los cambios y las permanencias del conflicto social armado, especialmente a la presencia de las FARC-EP como rebelocracia.

Colonización campesina, planta de coca y subversión

Como se mencionó en la introducción, las FARC-EP llegaron a la región del Meta, colindando con el Guaviare mientras se daban los procesos de colonización campesina, varios de ellos liderados por el Partido Comunista Colombiano (PCC). Teniendo en cuenta la extensión del municipio y su cercanía a otros departamentos, era común que en la misma zona hicieran presencia varios frentes de las FARC-EP en simultáneo. Tal como lo menciona una de las personas entrevistadas, el Frente 44 “Antonio Ricaurte” y Frente 16 “José A. Páez” contaban con presencia en Mapiripán:

Muy amplia (la presencia) y el (Frente 39) tenía los límites con el Frente 44 y por allá con el 16 por el lado del Vichada. Pues cada uno se respetaba pues su territorio, el del territorio ellos hacían un trabajo de organización, hacían otro trabajo político, hacían otro trabajo de finanzas y hacían otro trabajo… no sé cómo se llama si también se llama de organización que era el reclutamiento de personas para hacer parte a las filas del movimiento guerrillero (Entrevista 1).

A lo largo de las entrevistas hay una constante: todas las personas llegaron a esta región al ser una zona de oportunidades. En su llegada, dentro de las primeras impresiones era observar la forma cómo un grupo guerrillero representaba la autoridad en el municipio:

Las FARC-EP, el Frente 39 ejercía el control de la zona. En ese tiempo era muy bueno, porque uno podía vivir como en tranquilidad, porque no había robos, no había vicios ni nada de eso, ellos controlaban mucho ese tema y por eso uno vivía muy tranquilo (Entrevista 2).

Una clave para comprender el control territorial de un grupo armado es el orden social impuesto donde todo se encuentra reglamentado por parte de las FARC-EP, desde disputas entre vecinos hasta proceso de organización comunitaria (Cancimance, 2017; Castillo, Gómez y Villar., 2022; Centro Nacional de Memoria Histórica, 2017).

Sumado a ello, la autoridad ejercida por las FARC-EP se fundamentó en una justicia ejemplarizante, el incumplimiento de los acuerdos explícitos o implícitos a lo que se establecieron en las dinámicas de la población significa un castigo. Como lo mencionan Castillo, Gómez y Villar (2022): se cometieron contra los pobladores cuya conducta fuera indeseada para el grupo armado. Así pues, trató de una justicia ejemplarizante, la cual eliminaba a los individuos indeseados por el grupo armado (p.118). Tal es el caso de los robos o consumo de sustancias psicoactivas por parte de los pobladores, eso era normal, hacían las reuniones como si fueran la policía aquí. En las reuniones decían que el que metiera vicio o el que robaba pues sencillamente se le eliminaba obviamente

 (Entrevista 3).

Siguiendo esta misma línea argumentativa, la aceptación de la población al grupo armado radica en lo tranquilo del ambiente. Otra de las personas entrevistadas soporta lo dicho anteriormente:

La verdad de mi parte no estaba acostumbrada, pero ya en vista, al comienzo mire como tranquilo, normal, entonces pues luego me acomodé a ese grupo armado, porque miraba que, no veía que causara mal al pueblo (Entrevista 4).

Ahora, esto responde a que no hay diversos grupos armados en disputas, por lo cual toda la influencia era ejercida por las FARC-EP, dando a un sentimiento de seguridad ya que el mismo grupo pasaba a ser parte de la cotidianidad de las personas. Para comprender la anterior afirmación es necesario retomar el concepto de rebelocracia desarrollado por Ana Arjona (2017), que plantea la existencia de acuerdos tanto implícitos como explícitos entre la población y el grupo armado para la convivencia en la región. Un ejemplo explícito son los manuales de buen comportamiento que emplearon las FARC-EP en diferentes zonas del país, en tales documentos el grupo establecía cuáles debían ser los patrones de conducta de los habitantes de la región, sus modos de relacionamiento y participación de los diversos espacios organizativos liderados por la subversión (Cancimance, 2017).

A lo largo de las narraciones se logra evidenciar que la construcción de legitimidad del grupo recae en sus alcances y disposiciones organizativas. Su influencia en los diferentes espacios de participación, era notable: “los cívicos eran que uno tenía que ir al pueblo a recoger las basuras, así eran los cívicos, y las carreteras ya convocaban así a los trabajadores” (Entrevista 3).

El control es parte de una apuesta política de proyección organizacional de carácter insurreccional. En otras palabras “del lado de los grupos armados no es fortuita la organización de instituciones o la formación de alianzas con actores locales, ya que la regulación de los territorios es una prioridad para alcanzar sus objetivos estratégicos, militares y políticos” (Presta y Tafur, 2022, p.148). Es por esto que la participación de las FARC-EP en los espacios organizativos de los habitantes, especialmente los de la zona rural bajo la figura de Juntas de Acción Comunal puede ser considerado como una forma de tener pleno conocimiento sobre las interacciones y de los campesinos.

Eh, en ese trabajo ellos coordinaban con las juntas, estaban creadas con las Juntas de Acción Comunal que pues era lo poco que la que la institución que el Estado hacía presencia, algunas escuelas aunque las escuelas primero comenzó a pagarlas la misma _ comunidad y los profesores, después ya dentró la Gobernación del Meta a hacer presencia como parte del Estado en la región a través del nombramiento de profesores, también contratados con… posteriormente con la Coordinación Educativa del Ariari que era la CEDA y después la Diócesis de Granada que era que contrataba a los profesores a través de la Gobernación del Meta, entonces de esa forma, pues el Estado hacía presencia de una manera muy mínima pero el inicio se dio a través de las comunidades impulsado por la misma guerrilla en esa época.

 (Entrevista 1).


 

Desde la llegada de colonos-campesinos e integrantes de las FARC-EP, la región comenzó a ser considerada por parte del Ejército y su Doctrina de Enemigo Interno como una zona de amenaza comunista. Ahora, tal percepción incrementó a la consolidación del control territorial emprendido por el grupo insurgente, esto se transformó en un tipo de relacionamiento hostil con las fuerzas del Estado:

Yo conversé por ahí una vez con un comandante del ejército y le hice claridad porque sé que a un vecino mío allí abajo a él lo sacaron a él y a un hijo y a un trabajador de la casa los sacaron de la casa y le pegaron… le dieron patadas en el suelo y todas las vainas ¡el ejército! entonces yo conversé con el capitán y le puse en conocimiento de eso entonces el capitán me dijo que era que lo que pasaba que anteriormente para el ejército todo el que viviera en esta región era guerrillero y que por eso entonces le daban ese maltrato  (Entrevista 5)A pesar de que las personas decidieron colonizar y buscar tranquilidad en una zona de relativa tranquilidad, en términos comparativos con otras regiones del país, para las diferentes instituciones, los habitantes de Mapiripán eran aliados o integrantes de las FARC-EP. Tal concepción se fundamentó en el rol regulador del grupo subversivo, ya que era la única autoridad que ejercía funciones de control social. La falta de presencia institucional en las periferias por parte de los centros de poder administrativo se tradujo en condiciones para que la economía cocalera se volviera en la única forma de subsistencia para el campesinado: 

Sí sí, ya eso empezó yo entré como en el 87 y póngale usted por ahí en el 1988 - 1989 de ahí en adelante ya se empezaron a ver focos de coca por todas partes no, cultivos pequeños pero todo el mundo estaba haciéndose a la semilla… como ya después de llegar que todo mundo coger de 1000 2000 5000 arrobas de hojas, sí, al principio pues cogían por ahí 40 50 100 arrobas, pero entonces así se jue fomentando ya, porque la misma coca iba dando para agrandar los cultivos y fomentar esto. (Entrevista 5)

Debido a la prolongación del cultivo de hoja de coca, se ha ido configurando una identidad en aquellas regiones donde esta forma de agricultura tiene su proceso de consolidación y formó parte de la cotidianidad de los habitantes, comúnmente la “culpa” recae en el campesinado pero no en las condiciones socio política en las que se enmarcan las dinámicas (Pérez, 2021).

Teniendo en cuenta el abandono histórico que presenta la región, el grupo insurgente encontró una oportunidad para ejercer como autoridad incuestionable y emprender un poder político en los espacios locales. Esto tiene implicaciones en las dinámicas con los centros de poder administrativo que comenzaron a interpretar tal presencia como una amenaza y decidieron emprender apuestas militaristas con el apoyo de grupos paramilitares (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2014b). Un ejemplo de ellos son los constantes intentos de las fuerzas armadas por irrumpir en el municipio: 

Las fuerzas militares, como tal el ejército cuando entraban, ellos decían que entraban, el ejército que eran los mismos paramilitares, y pues ellos llegaban por medio de helicópteros, a unos lugares retirados como tal de las zonas donde se creía que estaba la guerrilla, se quedaban bien retirados y luego empezaban a entrar a entrar a entrar, hasta que lograban como tal digamos, en ocasiones no lograban entrar porque la guerrilla les hacía frente, en otras ocasiones si lograron entrar a los pueblos digámoslo así.

(Entrevista 4)

En el marco de la guerra contra las drogas, los campesinos que se dedicaban al cultivo de planta de coca eran objetivos, tanto ellos como sus plantaciones de las acciones del Estado. Esto llevó a una serie de discusiones debido a que la presencia estatal se enfocó en acciones militares sin dar respuesta a las exigencias del campesinado. En este ambiente de inconformidad, las FARC-EP encontraron una fuente de respaldo y legitimidad producto de defender a los cultivadores:

las farc penetraron en las zonas en que se difundían aceleradamente los cultivos de coca. Se trataba de zonas más bien marginales, con escasa presencia estatal, en las que la implantación de Frentes apuntaba no solo a la extracción de recursos, sino también a la búsqueda de apoyos sociales mediante la oferta de protección a los campesinos, que hasta ese momento se encontraban en manos de los comerciantes y las bandas criminales dedicadas al tráfico de la pasta de coca. (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2014, p.145)

Un aspecto poco abordado con anterioridad, es la preservación del medio ambiente producto de la presencia y las mismas directrices impuestas por las FARC-EP. Desarrollar actividades que ameritaban la limpieza o tala de grandes extensiones de bosque en la región, eran contrarias a las necesidades del grupo. Por eso, a medida que se reconfiguraban los actores armados y económicos partícipes de las confrontaciones, la relación de los habitantes con la tierra cambió: “En esa época era bueno, porque era controlado por la guerrilla y ellos cuidaban mucho ese tema del ambiente y ahora en este tiempo, como desde 2008 eso ya entraron los finqueros a tumbar y sembrar pasto para ganadería” (Entrevista 2).

En las zonas consideradas como retaguardia, el desarrollo de la rebelocracia tuvo mayor alcance, las actividades se centraron en un carácter político, dejando en segundo plano las acciones militares. Acorde a esto, el Centro Nacional de Memoria Histórica (2014) plantea que:

En la primera (referente a las acciones políticas), se acercará a las Juntas de Acción Comunal (jac) y que estimulará la creación de organizaciones sociales bajo su influencia; ofrecerán orden, castigo a los delincuentes, justicia complementaria (cuando se trata de reincidentes o de casos que no pueden resolver los comités de solución de conflictos de las jac) apoyo en las grandes tareas comunales, defensa frente a los abusos de los hacendados y presión a las autoridades locales para obtener beneficios para aquellas zonas bajo su influencia (pp.24-25)

Lo afirmado por el Centro Nacional de Memoria Histórica es respaldado por uno de los habitantes de la región que reconoce el proceso organizativo dirigido desde la subversión:

Sí su merced, ellos mandaban a citar la gente a los pueblos y entonces había veces que llamaban lo que era reunión entonces la reunión era el personal que era de la sola inspección, sí, por lo menos la inspección del Anzuelo tiene dos veredas toes mandaban citar esa gente a la inspección y hacían la reunión, y otras veces entoes hacían lo que llaman la Asamblea entonces mandaban llamar a la gente del Siare del Rincón del Indio y la del anzuelo; o sea, de las tres inspecciones se reunían toda esa gente para dar una sola orientación, entonces lo llamaban ellos que la Asamblea General (Entrevista 5)

Los temas abordados dentro de las Asambleas Generales eran diversos desde el consumo de sustancias hasta la organización de arreglos viales de ciertas veredas y seguridad tanto de los campesinos como de las FARC-EP por la presencia de infiltrados o informantes de los grupos paramilitares. La participación de todos los habitantes era obligatoria lo cual permitía estrechar aún más los vínculos con la población:


 

sí, todo eso lo más se hablaba cuando eso para de cuestión cívicos de arreglo de carreteras para alertar a la gente frente a que a los infiltrados que el que ellos disfrutaron que era infiltrado del ejército de los paramilitares, que lo desaparecían y hacer una cantidad de advertencias sí, frente a la cuestión de los consumidores de licor que supieran tomar que no fueran a de pronto a existir violaciones , ni existir robos ni asesinato de todo eso se trataba y ahí daban las explicaciones de multas o destierro o desapariciones según el caso, entoes ellos toas esas vainas era lo que hablaban en esas reuniones alertando a la gente. (Entrevista 5)

El desarrollo de tales encuentros no encontraba mayor obstáculo debido a que las FARC-EP eran consideradas y reconocidas por la misma población como la única fuente de autoridad. Es de mencionar que mientras ocurrieron acciones militares por parte del ejército no se llevaron a cabo las reuniones ante el peligro de un bombardeo al punto de reunión:

No, en ese tiempo cuando estaban los bombardeos frecuentes no hicieron nada de eso. Antes de eso sí, cuando no había nada de eso si nos reunían en cualquier parte, en una finca o en el pueblo, no tenían lío porque eran la autoridad cuando eso. (Entrevista 3)

El dominio territorial del grupo armado no siempre fue total: ante la constante expansión del cultivo de planta de coca y ser considerada como una zona baluarte de las FARC-EP, desde finales de los años noventa, tanto los grupos paramilitares de las AUC y miembros del ejército intentaron irrumpir en la región por la disputa de las economías de guerra: “Que fue las guerrillas, las FARC y los paramilitares que llegaban unos a por pelear por el territorio, los unos a unos y los otros a otros a no dejarse quitar y entonces ahí fue donde ya” (Entrevista 6).

El resultado de esto fue una serie de masacres en la región, especialmente en las zonas rurales, un ejemplo se dio en Puerto Alvira o Caño Jabón (zona rural de Mapiripán) donde miembros de las ACCU asesinaron alrededor de 21 personas (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2021). Luego de las incursiones paramilitares, la reacción tomada por las FARC-EP fue violenta, se implantó una política de sospecha sobre la posibilidad de que cualquier habitante era posiblemente un informante de los grupos paramilitares o del ejército (Castillo et al., 2022).

Retomando los aportes de Arjona (2017) la “rebelocracía es definida como un orden social en el que los grupos armados intervienen más allá de la seguridad y los impuestos” (p.8). Teniendo en cuenta esta perspectiva, es posible afirmar que en Mapiripán se dio tal tipo de orden social ya que las FARC-EP ejercieron funciones más allá de las mencionadas anteriormente, hasta el punto de cooptar espacios político-electorales:

Pues eso, por decir algo, en las votaciones anteriores atrás no las habían acá, no había porque las guerrillas no dejaban… si no eran loj unos eran los otros no dejaban hacer las votaciones, pues ahora último que ya las guerrillas se han ido y todas esas cosas si ha habido las votaciones. (Entrevista 6)

El silencio de los fúsiles no da espera: Mapiripán el proceso de paz

En el año 2012 el Secretariado del Estado Mayor Central de las FARC-EP, bajo la comandancia de Rodrigo Londoño Echeverri “Timoleón Jiménez”, inició un proceso de acercamiento con el gobierno de Juan Manuel Santos para dar cabida a una serie de negociaciones de cara a un proceso de paz.

A lo largo de las negociaciones los altos mandos se dirigían constantemente a La Habana para establecer puntos, volver a la región e informar a los mandos medios y toda la estructura:

Y aquí como todo esos del Frente digamos el comandante de la guerrilla que era el 39, cuando entró el ejército le dio duro, le dio duro. Este frente no era de combates. Entonces la gente, los comandantes, pues se fueron para otras áreas y quedaron los medios y cuando echaron a dialogar para largarsen ya para desmovilizarse. (Entrevista 6)

Aprovechando el momento de negociación, los integrantes del ejército emprendieron un despliegue de fuerzas en la región, acción que antes era imposible por la presencia armada de miembros del Bloque Oriental:

No, de de las partes no que ya hecho presente el ejército como en el 2000 como del 2010, como del 2010 en adelante, pero que ya sea de asiento es como en el 2012 ya estuvo que el ejército ya cogió el control del ejército, quiso abrirle a los paramilitares, iba a abrir la guerrilla, todo eso cuando ya se formó el control (Entrevista 6)

Luego de una prolongada mesa de trabajo y discusión, se crearon una serie de acuerdos para dar por terminado el conflicto social armado: 1) reformar rural integral, 2) apertura democrática y participación política 3) fin del conflicto, 4) respuesta frente a las drogas ilícitas, 5) justicia para las víctimas del conflicto y 6) implementación del acuerdo (Gobierno Nacional y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo 2016).


 

Tiempos de pos-acuerdo y reordenamiento del conflicto en el municipio

Una vez suscrito el Acuerdo de Paz entre el gobierno colombiano y las FARC-EP en 2016, se dio un momento histórico para el conflicto social armado: miles de guerrilleros comenzaron a salir de las montañas de las diferentes zonas del país con destino a la paz. En el departamento del Meta, los miembros del Bloque Oriental pasaron a conformar los Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación (ETCR), en total se establecieron en 3 municipios: La Macarena, Mesetas y Vista Hermosa (Agencia para la Reincorporación y la Normalización, 2019).

Luego de la dejación de armas y conformación de los ETCR, diferentes grupos armados como la delincuencia común decidieron copar ese vacío de control territorial dejado por las FARC-EP y empresas criminales:

Eh, yo diría que en el… con errores y todo en el gobierno que hicieron nosotros estuvimos más tranquilos que cuando estuvo. Cuando ellos se reinsertaron, a partir de cuando ellos ya se reinsertaron sí hubo una época de intranquilidad, de robos, había que mantener casi de noche con el ganado porque se lo robaron, dormir con la moto como dice el cuento porque también cuando se despertaba al otro día no amanecía la moto, bueno, era una inseguridad muy grande (Entrevista 1)

Con la salida de los hombres y mujeres armados que ejercieron el dominio, las relaciones interpersonales de los pobladores del municipio vivió un proceso de crisis. Con anterioridad todos los conflictos entre vecinos por diversos temas eran asumidos por las FARC-EP. Es por esto que el control territorial por más de 30 años en la región tuvo repercusiones en los modos de relacionamiento de los habitantes: no había una autoridad clara y reconocida socialmente, lo que se traduce en múltiples confrontaciones:

El desorden total porque nadie acata lo que diga otro, porque de todas formas todos somos civiles y entonces únicamente se trata de charlar, de dialogar, pero entonces la mayor parte de la gente estaba acostumbrada ya era a cumplir órdenes de parte de la guerrilla. (Entrevista 5)

Dentro de lo pactado se encontraban una serie de medidas y reformas para asegurar la tranquilidad y el desarrollo económico de aquellas zonas donde las FARC-EP ejercieron control territorial y los agentes del Estado no contaban con presencia. Contrario a esto, la presencia del Estado, de forma militarista, tuvo su auge durante y luego de la firma del proceso de paz, pero se evidenció la incapacidad de cumplir con lo acordado. Esto con la idea de que no pueden existir zonas vetadas para el gobierno y su control; es decir, mediante el despliegue de fuerza, se está intentando llenar el vacío de poder dejado por las FARC-EP como lo menciona uno de los habitantes de la región: “pues vea, de todas formas, por aquí ahora últimamente es que más bien ha habido presencia del ejército porque anteriormente pues aquí duró la guerrilla aproximadamente 30 años en esta región” (Entrevista 5).

Desde el inicio de un acuerdo y proceso de entrega de armas generó grandes divisiones internamente en las FARC-EP, algunos se apartaron desde los primeros acercamientos con el gobierno mientras que otros en el transcurso de las negociaciones. Entre los comandantes que optaron por seguir la lucha armada se encontraba Miguel Santillana “Gentil Duarte” quien era miembro del Bloque Oriental, la estructura que ejercía control territorial en Mapiripán:

No he podido entender cómo se llaman, porque esos son comentarios de la gente que dicen que unos vienen de una parte que los otros son de otra parte que no sé qué que no sé cuándo, pero para mí yo yo digo que una mentira porque yo no me he encontrado con ninguno, yo no tengo formación de esa gente, de que que cómo lo trata o que cómo hacen. (Entrevista 6)

El retorno de antiguos integrantes del grupo subversivo generó una reconfiguración del conflicto social armado a causa de presencia de grupos autodenominados como FARC-EP; es decir, las acciones por parte del Estado fueron ineficientes, dando caso a una reconfiguración del conflicto social armado en la región. El reconocimiento social se convirtió en un legado que los grupos que se autodenominan como FARC-EP lograron, en cierta medida, recoger parte del trabajo político dejado por el Bloque Oriental. En este momento, se encuentran en un proceso de expansión y despliegue de fuerza, disputando aquellos territorios donde el grupo ejercía como única autoridad: 

Sí, ellos de todas formas, pues ellos tienen su influencia y su mando y sus cosas cuando no hay la fuerza pública, o sea, cuando no está el ejército, pero entonces cuando ya llega el ejército ellos se repliegan y se van por lo menos ahora ya hace como un mes está haciendo presencia el ejer porque el ejército tuvo para las votaciones para las elecciones y se retiró, entonces en esos días empezó a ver un poco por ahí se empezó a ver qué tal, pues la guerrilla que haciendo reuniones que por aquí que por allí conversando con la gente, pero entonces ya después volvió entró el ejército y entoes ya la guerrilla volvió y se replegó otra vez hacia la montaña y por aquí hace días, no se sabe ni a dónde… no se ha oído decir nada, se sabe que el ejército está en los pueblos los caseríos pero de la guerrilla no se sabe de nada. (Entrevista 5)

Ante la falta de fortaleza institucional por parte del Estado, se está generando un nuevo escenario que posibilita la rebelocracia por parte de las FARC-EP. Un ejemplo de ello es la realización nuevamente de las Asambleas Generales convocadas por el grupo. Esto evidencia que aquellos vacíos de poder están siendo copados nuevamente por la subversión:


 

Sí, un orden un orden ya un orden político ya sí, porque anteriormente el orden era militar, por medio de las armas y los uniformes las vainas, ya hoy en día se ve un orden político, sí, directamente de diálogo sí, con la gente orientando ya, pues la cuestión con la… el comportamiento. (Entrevista 5)

Un aspecto clave mencionado por el habitante de la región es cómo cambiaron los métodos de presencia y control del grupo subversivo: con anterioridad el aspecto militar se basó en la muestra de fuerza, ahora los uniformes no son una constante, pasan a ser un segundo plano. Esto puede inferir que no existe un control total como en los años ochenta, producto del proceso de desmovilización que permitió la llegada de nuevos actores armados.

Las dinámicas económicas se han transformado: antes, desde los años ochenta, la principal fuente de ingresos era el cultivo de planta de coca, luego de la salida de las FARC-EP incrementó la presencia de proceso de acumulación de tierra y deforestación:

Y cuando después que ahora que ya sé que la guerrilla se desmovilizó y toda esa huevonada … fue cuando le hicieron una tumba poa allá que eso le hicieron una cantidad, no sé cuánta, cuánta montaña tumbarían, pero fue inmenso. Pero entonces eso tiene que ser como una organización que hicieron tumbar eso porque el pobre yo no creo que tumbaron eso y la gente que viven por aquí son todos pobres. (Entrevista 6)

Es de mencionar que la presencia de las FARC-EP no sólo concentró su interés en expandirse y consolidarse militarmente en el municipio, también fue un regulador de las relaciones entre población y el territorio.


 

CONCLUSIONES

La investigación de ciencias sociales en zonas donde el conflicto armado alcanzó sus mayores dimensiones es una necesidad para la construcción de paz en un escenario de pos acuerdo. En este caso, el desarrollo histórico de la región, afirmado por los y las habitantes de Mapiripán evidencia que el abandono estatal fue la condición clave para que se presentara una rebelocracia en el municipio.

Contrario a lo descrito por los medios tradicionales de comunicación, en Mapiripán se nota una aceptación por las FARC-EP a lo largo de su historia, desde la colonización campesina, donde el grupo fungió como única autoridad en la región hasta el momento que se dio el proceso de paz y se conformaron las ETCR. Ahora, esto responde a varias coyunturas: al no existir más actores armados en la región disputando su control territorial, se vivió un escenario de tranquilidad donde se aumentó su reconocimiento y, además, posibilitar e impulsar el cultivo de hoja de coca para la economía campesina fue un mecanismo para estrechar lazos con los habitantes.

Un momento de quiebre en la historia de Mapiripán es el acuerdo de paz. Tal proceso de negociación implicó el abandono del ámbito armado para asumir una postura político-electoral de ex integrantes de las FARC-EP. A pesar de que se crearon unos puntos clave para evitar la proliferación y reconfiguración del conflicto social armado, la presencia institucional se basó en una apuesta militarista, dejando a un lado la garantía de derechos a los habitantes de la región. Sumado a esto, el vacío de poder dejado por el grupo insurgente fue aprovechado por aquellos sectores disidentes como el de Gentil Duarte, para fortalecerse tanto de manera política como armada, recogiendo el trabajo político de las décadas anteriores.


 

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[1] Ciencia Política, Universidad del Tolima (UT). Asesora Política. https://orcid.org/0000-0003-2920-5731,  Correo electrónico: [email protected], Celular: 3115212284, Bogotá D.C-Colombia.

[2] Ciencia Política, Universidad del Tolima (UT). https://orcid.org/0000-0001-5165-3886, Correo electrónico: [email protected], Celular: 3222885503, Armenia, Quindío-Colombia.

 

[3] Hace referencias a Grupo Armado.