Los grupos de Facebook como recurso de investigación en la actividad traductora
Cinthia Guadalupe López Martínez[1] https://orcid.org/0009-0004-9879-8782
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Mtro. Eleazar Morales Vázquez https://orcid.org/0000-0003-1596-5043
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Dra. Juana May Landero https://orcid.org/0000-0002-4562-2626
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Mtro. Julio César Arias Ovando https://orcid.org/0000-0001-5101-9391
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Mtra. Nelly del Carmen Córdova Palomeque nelly.cordova.palomeque@gmail.com https://orcid.org/0000-0003-4604-4722 Universidad Juárez Autónoma de Tabasco Villahermosa, México.
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A partir del despegue de los recursos digitales, la competencia profesional de los traductores dejó de limitarse a los conocimientos lingüísticos y culturales. Dentro de estos requerimientos, la subcompetencia instrumental se destaca como una parte indispensable en la formación integral del traductor; no solo para llevar a cabo el proceso de traducción, sino también para optimizar su trabajo y mostrar mayor competitividad en el sector laboral. De este modo, uno de los recursos digitales que ha sido objeto de investigación recientemente es el uso de grupos de Facebook como medio de documentación, a través del aprendizaje colaborativo entre expertos de un tema y aprendices. Por ello, en este artículo se presentan los resultados de un estudio aplicado a estudiantes de traducción, con el objetivo de determinar si utilizan este recurso de investigación en sus prácticas traductoras.
Palabras clave: aprendizaje colaborativo; competencia traductora; redes sociales.
Artículo recibido 02 mayo 2023
Aceptado para publicación: 20 junio 2023
INTRODUCCIÓN
La traducción como profesión ha sido, en muchas ocasiones, reducida por la opinión pública al simple traslado de mensajes de una lengua a otra. Inclusive, se ha llegado a equiparar la competencia de un traductor versado con la de cualquier individuo que domine dos o más idiomas. No obstante, en los últimos años se ha enfatizado la importancia de las múltiples habilidades, herramientas y destrezas que los traductores profesionales deben poseer para ejercer esta labor.
Desde el punto de vista de Rodríguez (2016a):
Un traductor no solo debe formarse en aspectos lingüísticos y traductológicos, sino que también debe aprender a desarrollar ciertas competencias que entran en juego en una labor profesional de traducción (tarifas, fiscalidad, impuestos, relación directa con clientes, marketing personal, archivística, ergonomía y espacio físico, etc. (p. 2)
Dichos conocimientos, usualmente, no se adquieren durante la instrucción académica de los estudiantes de traducción; ya que no forman parte del proceso traslativo en sí mismo, sino del ejercicio de la traducción como labor profesional, sea de forma autónoma o para una empresa. Por lo tanto, los nuevos traductores deben adquirir estos conocimientos por otros medios (Rodríguez, 2016b), lo que implica una capacitación continua. Aunque se ha determinado que, en ocasiones, las competencias traductoras instrumentales suelen sobresalir en la práctica profesional, estas no reciben la misma valoración académica que las competencias lingüísticas, más comúnmente evaluadas y consideradas prioritarias (Silva-Nieves et al., 2020).
Sumado a lo anterior, el mundo actual exige otros conocimientos que van más allá de los aspectos ya mencionados, tal es el uso de las nuevas tecnologías. En la práctica traductora, esto ha sido motivo de investigaciones, debates y teorías, sobre todo desde que la globalización impulsó el uso de los recursos digitales en los procesos más fundamentales del ser humano. Muchos profesionistas auguraban una nueva era donde la simplificación de los procesos podría resultar beneficiosa para el ejercicio laboral y la implementación de la enseñanza. En cambio, para otros, dicha tendencia podría ser considerada un intento de reemplazar a los profesionales por las máquinas.
A pesar de ello, cuando el uso de la tecnología se volvió indispensable para la subsistencia del hombre, esta tuvo a bien incluirse como un aspecto más dentro del concepto de competencia traductora que ha sido desglosado y actualizado a través del tiempo. En este caso, es el modelo de Kelly (2002) el que contempla la subcompetencia dentro de la cual se ubica el tema del presente artículo: la subcompetencia instrumental profesional.
Así, en palabras de esta autora, esta puede describirse de la siguiente manera:
Subcompetencia instrumental profesional (comprende el uso de fuentes documentales de todo tipo, la búsqueda de terminología y la gestión de glosarios, bases de datos etc., el manejo de las aplicaciones informáticas más útiles para el ejercicio de la profesión (tratamiento de textos, autoedición, bases de datos, Internet, correo electrónico), además de otras herramientas tales como el fax, el dictáfono, etc. Comprende asimismo conocimientos básicos para la gestión del ejercicio profesional (contratos, obligaciones fiscales, presupuestos y facturación, etc.), así como de la deontología y el asociacionismo profesional). (Kelly, 2002, pp. 8 y 9)
Respecto a lo anterior, Lizenberg (2015) asegura que los traductores en la actualidad necesitan enriquecer su formación mediante entornos virtuales, pues no pueden prescindir de las competencias digitales; asimismo, deben desarrollar otras habilidades además de las semánticas, lingüísticas, discursivas y culturales en materia de lenguas extranjeras y de la propia lengua materna. Para esta autora, tal enriquecimiento profesional sucede cuando se adquieren conocimientos complementarios para llevar a cabo el ejercicio traductor, así como durante la enseñanza a futuros profesionales de este campo. Para ello, es necesario saber identificar los sitios donde se encuentra la información necesaria y saber acceder a ellos. Algunos de estos recursos son los glosarios, los diccionarios, las revistas, las empresas u organizaciones y los sitios especializados en traducción. De la misma manera, es imprescindible que el profesional sea capaz de conectarse con sus clientes y con comunidades de traductores a través de internet, para hacer más eficiente y competitivo su trabajo.
No obstante, se ha evidenciado que, normalmente, la subcompetencia instrumental profesional de los futuros traductores no se desarrolla integralmente. En muchos casos, solo se enfatiza la informática, lo cual obliga a los recién egresados de esta carrera a suplir tales carencias competitivas durante su desenvolvimiento en el sector laboral (Micheli, 2013; Hernández-Romero y Marín-Marín, 2021).
Además, Sáez (2016) resalta que, para los traductores profesionales, los recursos digitales de relevancia para la documentación son los diccionarios. En cuanto a las memorias de traducción y las revistas científicas, se determina que, si bien valen la pena como inversión, no siempre se conoce su utilidad en la labor de un traductor; mientras que el uso de otras fuentes es comúnmente desconocido o descartado.
Por otra parte, a principios del presente siglo ya se planteaba que las instituciones de educación superior debían ser flexibles ante la inminente integración de las nuevas tecnologías en la formación académica; por consiguiente, esto implicaba que necesariamente tanto alumnos como docentes tuvieran una participación distinta dentro del proceso enseñanza-aprendizaje, con el fin de mejorar la comunicación y el diseño de la educación.
Uno de ellos fue el estudio de Salinas (2004), en el cual se determinó que, para una innovación educativa, el alumno debía ser el protagonista de su aprendizaje y el docente una guía para facilitar los materiales, métodos y recursos con el propósito de optimizar este proceso. Lo anterior incluía la instrucción para adoptar las tecnologías no solo en el aprendizaje, sino en la vida diaria. Sobre todo, al tomar en cuenta que el uso de internet es frecuente entre los jóvenes y en particular, por parte de las mujeres (Fundación Pfizer, 2009).
Conjuntamente, la teoría del aprendizaje colaborativo se sentó como base en la mayoría de las investigaciones sobre el uso de internet en la práctica educativa, principalmente en las redes sociales.
Un ejemplo notable es el trabajo de Álvarez y López (2013), donde se resaltó que los roles en los procesos educativos formales a nivel superior debían basarse en el aprendizaje colaborativo entre docentes y alumnos. El medio para lograrlo podría ser la computadora, específicamente a través de redes de aprendizaje utilizando Facebook para impulsar el desarrollo de la lectoescritura. En dado caso, las claves de dicha experiencia colectiva serían el seguimiento oportuno, la exposición libre de dudas por parte de los alumnos y la retroalimentación de los profesores. Al respecto, cabe destacar que esta red social suele ser una de las más utilizadas por los jóvenes (Cabero et al., 2016); por ende, la disposición para emplearla como un recurso educativo y el entendimiento de su uso podrían ser factores a favor.
En suma, según Cabero y Marín (2014), este tipo de metodología fomenta la socialización, la búsqueda de información y el logro de una meta en común. Además, los estudiantes suelen estar familiarizados con el manejo de las redes sociales, y aunque no posean la capacitación para utilizar de forma óptima todas las herramientas tecnológicas con fines educativos, se muestran interesados en aprender y emplearlas en el trabajo de grupo en el aula.
En añadidura, con respecto al uso de tecnologías, un aspecto fundamental que empezó a abordarse en las investigaciones es la capacidad cerebral de los estudiantes de las nuevas generaciones que cursan estudios de educación superior. Estos son considerados nativos digitales, puesto que se han criado alrededor de las tecnologías de la información y la comunicación. De hecho, sus procesos cognitivos son distintos a los de aquellas generaciones que nacieron y crecieron mucho antes de la digitalización de los sistemas sociales, como es el caso de los profesores, a quienes se denomina inmigrantes digitales (Prensky, 2010). Por consiguiente, se ha recalcado que los círculos de aprendizaje de dos generaciones totalmente distintas pueden integrarse en las plataformas digitales, a través de un aprendizaje colaborativo. Esto puede ser una ventaja para la actividad traductora, consecuentemente permitiría a los aprendices interactuar con los profesionistas experimentados en el campo de la traducción y, a su vez, colaborar entre ellos para mejorar los procesos académicos y profesionales en esta disciplina.
De este modo, se puede argumentar que específicamente con el uso de Facebook se propiciaría la comunicación entre docentes y alumnos, así como se podría repercutir positivamente en la adopción de nuevas estrategias de enseñanza-aprendizaje, donde se apliquen los recursos digitales en beneficio de la educación. Para la traducción, tal planteamiento implica que el alumnado, especialmente en el nivel superior, realice actividades no solo presenciales, sino también semipresenciales y no presenciales. Hoy en día, la virtualización de los procesos de aprendizaje es un elemento crucial para impulsar la innovación en el sector educativo, sustancialmente en los métodos didácticos utilizados por los docentes (Imbernón-Muñoz et al., 2011). En este sentido, Facebook podría ser un canal de comunicación entre profesionales de la traducción y aprendices que se encuentren en la fase de documentación para ejercer sus habilidades.
Si bien, Gómez-Hurtado et al. (2018) señalan que la apreciación sobre el uso de Facebook por parte de los profesores apunta más hacia beneficios en los vínculos sociales con los estudiantes que hacia un uso pedagógico en el aula, debido a su empleo particular como un medio de comunicación inmediato. Por ello, su implementación responderá en cada caso a los fines para los cuales se designe, esto involucra la asimilación objetiva de las necesidades pedagógicas y las propiedades que dicha red social puede cubrir.
Por todo lo anterior, en este artículo se presentan los resultados obtenidos de un estudio llevado a cabo con estudiantes de traducción de la Licenciatura en Idiomas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. El objetivo fue determinar si el uso de grupos de Facebook sobre traducción es parte de los recursos de investigación a los que recurren los participantes seleccionados.
En esta investigación se implementó un enfoque mixto, dado que este permite al investigador utilizar instrumentos con características tanto del enfoque cuantitativo como del cualitativo, lo cual propicia la obtención de datos medibles que adicionalmente pueden ser interpretados para llegar a un análisis superior (Cortés e Iglesias, 2004).
Así, se optó por llevar a cabo la técnica de encuesta, que consiste en la aplicación de un procedimiento estandarizado; además, es un medio factible para recabar información escrita directamente de la muestra seleccionada. De acuerdo con Useche et al. (2019), es un método de investigación muy común dentro de las ciencias sociales. Por ende, se aplicó un cuestionario con una serie de preguntas relativas a la temática estudiada. Estas fueron de tipo cerradas y abiertas, ya que se pretendía obtener datos cuantitativos, pero también información cualitativa detallada.
Para desarrollar dicho instrumento, se estableció una categorización previa en la cual se delimitó el objetivo general de la investigación, para después concretar objetivos específicos. Una vez realizado esto, se optó por dividir el cuestionario en dos secciones. La primera, de enfoque cuantitativo, tuvo la finalidad de indagar acerca del uso de las redes sociales de forma general por parte de los estudiantes de traducción de la Licenciatura en Idiomas; de la misma manera, se analizaron los aspectos específicos acerca del uso de las redes sociales dentro del proceso de la actividad traductora. Posteriormente, en la segunda sección predominó el enfoque cualitativo, pues se examinaron en mayor profundidad las experiencias de los alumnos con relación al uso de grupos de Facebook destinados a la actividad traductora, así como sus perspectivas acerca de la funcionalidad de este recurso y los posibles usos a futuro. Esta guía se muestra a continuación en la Tabla 1.
Tabla 1. Categorización previa para el cuestionario
LOS GRUPOS DE FACEBOOK COMO RECURSO DE INVESTIGACIÓN EN LA ACTIVIDAD TRADUCTORA
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OBJETIVO GENERAL: |
Determinar si el uso de grupos de Facebook sobre traducción es parte de los recursos de investigación a los que recurren los estudiantes de traducción de la Licenciatura en Idiomas dentro de las redes sociales. |
Generalidades sobre el uso de redes sociales |
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OBJETIVO: |
Conocer el manejo general de redes sociales de los estudiantes de traducción y su percepción acerca de su utilidad en la actividad traductora. |
Categoría 1. |
Uso de redes sociales por los estudiantes |
Subcategoría 1.1. |
Usuarios de redes sociales por género |
Subcategoría 1.2. |
Redes sociales de uso cotidiano |
Categoría 2. |
Utilización de redes sociales para la actividad traductora |
Subcategoría 2.1. |
Redes sociales utilizadas para la actividad traductora |
Subcategoría 2.2. |
Beneficios percibidos para la actividad traductora |
SEGUNDA SECCIÓN: |
Los grupos de Facebook como recurso de investigación en la actividad traductora |
OBJETIVO: |
Conocer si los grupos de Facebook son utilizados por los estudiantes de traducción dentro del manejo de redes sociales destinado a la actividad traductora y la perspectiva sobre su funcionalidad. |
Categoría 3. |
Uso de grupos de Facebook para la actividad traductora |
Subcategoría 3.1. |
Pertenencia a grupos de Facebook sobre traducción |
Subcategoría 3.2. |
Funcionalidad de los grupos de Facebook |
Categoría 4. |
Uso futuro de grupos de Facebook para estudiantes de traducción |
Opinión sobre un posible uso a futuro |
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Subcategoría 4.2. |
Perspectiva sobre la enseñanza acerca del tema |
Nota: elaboración propia.
Uso de redes sociales por los estudiantes
Gráfico 1. Usuarios de redes sociales por género
Nota: elaboración propia.
Gráfico 2. Redes sociales de uso cotidiano
Nota: elaboración propia.
Utilización de redes sociales para la actividad traductora
Gráfico 3. Redes sociales utilizadas para la actividad traductora
Nota: elaboración propia.
Gráfico 4. Beneficios percibidos para la actividad traductora
Nota: elaboración propia.
Uso de grupos de Facebook para la actividad traductora
En primer lugar, al indagar si los alumnos pertenecen a algún grupo de Facebook sobre traducción, se pudo determinar que la mayoría de los estudiantes afirmó pertenecer al menos a un grupo de Facebook destinado al tema de la actividad traductora. De 21 estudiantes encuestados, 13 respondieron que sí y 8 respondieron que no. Aquellos con respuestas positivas destacaron que mayormente habían usado los grupos de Facebook para mantenerse informados, además de ocuparlo como un recurso de investigación para la resolución de dificultades referentes a la traducción. Por ejemplo, para facilitar la búsqueda de terminología especializada o para resolver dudas de dominio lingüístico. Aun así, 4 estudiantes de 13 mencionaron que, a pesar de estar en grupos de Facebook, no eran usuarios activos como el resto de sus compañeros. Esto debido a que no los han usado como recurso en la actividad traductora; sin embargo, pertenecen a ellos porque no descartan la posibilidad de necesitarlo más adelante, durante la búsqueda de información o aclaración de dudas. En cambio, los 8 estudiantes que negaron ser parte de algún grupo de Facebook, manifestaron que simplemente no habían tenido el interés de buscarlos para consultar cuestiones relativas al proceso traductológico.
Por otra parte, al investigar sobre la funcionalidad percibida de los grupos de Facebook en el campo de la traducción, se pudo notar la prevalencia de las diferentes perspectivas de los estudiantes. Quienes ya contaban con el conocimiento previo de la existencia de los grupos de Facebook, creados para estudiantes y profesionales de la traducción, se inclinaron por comentarios positivos y compartieron puntos de vista en cuanto a su funcionalidad. De hecho, hubo un énfasis en que su uso promueve la actualización. Además, opinaron que sirven para enriquecer la subcompetencia instrumental profesional que indica Kelly (2002). De igual manera, consideraron que sí hay confiabilidad en los grupos de Facebook destinados a la actividad traductora, pero de forma limitada. A la vez, sostuvieron que existe una gran ventaja en cuanto a la inmediatez, pues permite que sea una herramienta eficiente y estratégica frente a las dificultades del traductor, gracias a la gran disponibilidad ofertada por la aplicación, sin importar el horario o la ubicación.
Por el contrario, la mayoría de los estudiantes que expusieron no encontrarse en ningún grupo de Facebook referente a la actividad traductora, mostraron interés al respecto y solo un estudiante contestó que no tenía idea de la existencia de los grupos sin manifestar interés por unirse a alguno. Admitieron que, una de las razones por las cuales no se habían interesado antes, se debía a su incredulidad en cuanto a la funcionalidad que pudieran tener sobre temas de traducción. Por ejemplo, para actualizarse no les parecía el recurso más adecuado, infieren que muchos profesionales utilizan otros sitios web o foros específicos. Sin embargo, a la gran mayoría le pareció que dicho recurso puede favorecer el desarrollo de la subcompetencia instrumental profesional, solo si se usa de manera estratégica, pues creen que en los grupos de Facebook destinados a la actividad traductora, puede existir únicamente cierta confiabilidad, debido a la gran diversidad de opiniones. Asimismo, no descartan que, en vista de la inmediatez de su funcionamiento, pueda ser una herramienta eficiente o estratégica frente a las dificultades del traductor, a pesar de que no la han utilizado como tal. En este caso, al ser usuarios de Facebook reconocen que las interacciones ocurren de un momento a otro y con mucha facilidad, considerando que la aplicación está diseñada para funcionar como una vía de comunicación inmediata. Estos resultados concuerdan con el planteamiento de Salinas (2004), acerca de las necesidades de las generaciones nativas digitales, donde se valoran los numerosos beneficios de la practicidad e innovación.
Uso futuro de grupos de Facebook para estudiantes de traducción
Consecuentemente, al opinar sobre un posible uso a futuro, 19 estudiantes hicieron evidente su interés en usar posteriormente los grupos de Facebook como recurso de investigación en la actividad traductora, con la finalidad de mantenerse más actualizados. Estos resultados corresponden con la visión de Cabero et al. (2016), respecto a la buena disposición de los estudiantes, por lo general, para emplear este tipo de recursos en su educación.
No obstante, solo 2 de los 21 estudiantes lo consideraron totalmente innecesario y se mantuvieron escépticos en cuanto a la evolución de su uso a futuro. Desde la perspectiva de ambos sería como navegar en un mar de información falsa, el procesamiento de las fuentes disponibles atrasaría un trabajo propio de la traducción. De igual manera, señalaron que les parece un espacio demasiado informal para intercambiar información, ya sea de índole teórica o práctica.
Por otro lado, quienes aseveraron que sí usarían los grupos de Facebook, se mostraron abiertos a la idea de aprovechar estos espacios para compartir conocimiento con otras personas, que también ejercen una profesión en el área de traducción. Sostienen que puede ayudar a encontrar información o explicaciones con más facilidad, e incluso, creen que esto daría pauta a aprender de la mano de gente más experimentada; gracias a las interacciones en la aplicación de Facebook, puesto que estas permiten mantener el contacto y establecer cierta cercanía con los usuarios. Además, consideraron que con el paso del tiempo, más personas dedicadas a la traducción se irán sumando a estas comunidades; entonces, los grupos de Facebook relacionados con la traductología se harán más sólidos. Por lo tanto, se pudo corroborar que, para los estudiantes, el aprendizaje colaborativo es una opción que desde las ventajas comunicativas y sociales mejora los procesos educativos. Sin embargo, tuvieron a bien mencionar que lo harían de una manera precavida, pues la información compartida en redes sociales no siempre es confiable, como bien se sabe, muchas publicaciones no provienen de fuentes fundamentadas.
En cuanto a temas de educación, los 19 estudiantes interesados por un posible uso a futuro de los grupos de Facebook como recurso de investigación en la actividad traductora, son los mismos que estuvieron de acuerdo en que la enseñanza sobre el tema puede ser útil en su formación como futuros profesionales de la traducción. Respecto a ello concordaron en hallar más contribuciones que inconvenientes y, pese a esto último, opinaron que con una buena orientación académica podrían ser más críticos y desarrollarían sus competencias como traductores; lo suficiente como para tener la capacidad de analizar y diferenciar entre la información confiable de aquella que no lo es. En este caso, reconocieron que al utilizar los grupos de Facebook siempre habrá ocasiones en las cuales la información no será de ayuda en un proceso traductológico. Por eso, hablar de este tema en clases podría ampliar sus herramientas y estrategias de búsqueda, de igual modo les brindaría acceso a más información o conocimiento.
Asimismo, manifestaron que para un traductor es importante actualizarse en temas de tecnología para aprovechar los beneficios de dicha herramienta, a fin de que el trabajo de traducir sea más eficaz. Igualmente, ir de la mano es fundamental e inevitable, pues el uso de las tecnologías con propósitos educativos ha ido en incremento los últimos años; siendo así, no adaptarse sería un retroceso para los alumnos y se estancarían en lo que ya conocen. Ahora bien, darles la oportunidad a los grupos de Facebook transformaría el intercambio de experiencias entre aprendices y profesionales, además de que fomentaría su autonomía. Desde su criterio, las nuevas tecnologías son parte de la cotidianidad de las generaciones actuales, por lo cual, separarse de ella o mantenerse al margen ya no es la mejor opción.
En cambio, los 2 estudiantes que se mantuvieron desinteresados por su uso a futuro también expresaron una perspectiva diferente sobre la enseñanza acerca del tema. Ambos argumentaron que, probablemente, la información obtenida de los grupos de Facebook en cuanto a la actividad traductora podría carecer de fundamento o falta de desarrollo; además, recalcaron cierta desconfianza en que esta sea verídica. Su postura es que realmente no podrían esclarecer dudas de terminología o gramática de manera inmediata, porque la confiabilidad en estos espacios es limitada. Por ende, sería como navegar sin sentido y perdiendo tiempo de optimización. Incluso señalaron que, en lugar de avanzar con el aprendizaje, fomentaría la falta de esfuerzo de los estudiantes y el desinterés por aprender. En particular, podrían ver los grupos de Facebook como una salida fácil durante la resolución de problemas que requieran más investigación, aparte, podrían malgastar tiempo valioso de enfoque al ser un gran medio de distracción. Aunado a ello, consideraron que actualmente la enseñanza impartida en clases no cuenta con el conocimiento requerido ni con las estrategias necesarias para que el alumno se desenvuelva en este tipo de espacios, mientras no ha madurado como profesional. Esto se debe a que, desde sus puntos de vista, no se han hecho suficientes aportes para abordar estos temas en el aula, es decir, para ellos no existe una metodología que lo incluya en el aprendizaje.
Ahora bien, la reticencia hacia el empleo académico de los grupos de Facebook sugiere que dentro de la formación actual no hay un impulso adecuado para el uso metódico, ético y racional de los recursos digitales. En otras palabras, los profesores, lejos de propiciar el aprovechamiento de las nuevas tecnologías, podrían estar promoviendo una falta de confianza debido a perspectivas sujetas a la educación tradicional. Paulatinamente, esto resultará contraproducente no solo para el campo de enseñanza, sino también para el aprendizaje de los estudiantes y su desarrollo a futuro.
Desde el punto de vista de Prensky (2010): "...si los educadores y profesores Inmigrantes Digitales realmente desean contactar, comunicarse e interactuar con los estudiantes Nativos Digitales —que son todos los que constituyen nuestra actualidad— tendrán que someterse, de buen grado, al cambio" (p. 13).
Igualmente, ya se ha demostrado que los jóvenes no siempre aplican los criterios que en teoría conocen para seleccionar información confiable en internet. En algunos casos (sobre todo los estudiantes más jóvenes), se enfocan en si la información es entendible, si está completa y si está bien redactada; pero no en si posee confiabilidad y credibilidad. Por lo anterior, quizá exista un problema entre los conocimientos teóricos que los alumnos reciben y la aplicación de estos durante la búsqueda de información. Por esta razón, se hace necesario que los profesores instruyan empíricamente para aplicar criterios específicos durante la toma de decisiones. Dado que la oferta de sitios web es inestable y cambiante, así como los modos de interacción, se vuelve cada vez más difícil determinar qué páginas, portales o medios son realmente útiles y confiables (Kriscautzky y Ferreiro, 2014).
De este modo, si se asume que los alumnos de esta era globalizada y encaminada al mundo digital no están satisfechos con los métodos de enseñanza, indiferentes a su entorno inmediato, tal y como lo plantea Prensky (2013), será más claro que la educación como se conoce en la actualidad no podrá seguir implementándose basada en el uso de herramientas y técnicas obsoletas que solo contemplan un mundo que, en términos prácticos, ya no existe. En palabras de Prensky (2013):
Los alumnos de hoy quieren aprender de manera diferente al pasado. Quieren formas de aprender que tengan significado para ellos, métodos que les hagan ver (de inmediato) que el tiempo que pasan en su educación formal tiene valor, y formas que hagan buen uso de la tecnología que saben que es su derecho de nacimiento. (p. 13)
Esto, por supuesto, no significa que no se respete el pasado, sino que se enseñe y se aprenda con el futuro en mente.
En términos generales, los futuros traductores de la Licenciatura en Idiomas de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco hacen un uso limitado de los grupos de Facebook como recurso durante la fase de documentación en su práctica traductora, principalmente porque existe desconfianza sobre la veracidad y formalidad de la información que puede obtenerse. Sin embargo, consideran que con una orientación adecuada, este recurso puede ser de gran funcionalidad gracias a la inmediatez que brinda durante la búsqueda de respuestas sobre un tema, así como a la posibilidad de estar en contacto con expertos de esta profesión, quienes puedan exteriorizar sus experiencias y proporcionarles nuevos conocimientos que probablemente no obtendrían con la instrucción académica.
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