Metodologías Activas En El Proceso De Enseñanza-Aprendizaje: Implicaciones Y Beneficios

 

Carmen Narcisa Gutiérrez Curipoma[1]

[email protected]

https://orcid.org/0009-0009-3188-9141

Unidad Educativa Fiscomisional “Mater Dei”

Loja – Ecuador

 

María Enith Narváez Ocampo

[email protected]

https://orcid.org/0009-0006-1411-9522

Unidad Educativa Fiscomisional “Mater Dei”

Loja – Ecuador

 

Dimar Patricio Castillo Cajilima

[email protected]

https://orcid.org/0009-0004-0760-7734

Unidad Educativa Fiscomisional “Mater Dei”

Loja – Ecuador

 

 

Stalin Roberto Tapia Peralta

[email protected] - [email protected]

https://orcid.org/0009-0001-3796-0377

Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología (UMECIT)

Unidad Educativa Fiscomisional “Mater Dei”

Loja - Ecuador

 

 

 

RESUMEN

La transición de un modelo de educación centrado en la enseñanza a uno centrado en el aprendizaje implica un gran “cambio cultural”. El pasar de una enseñanza tradicional a un proceso de aprendizaje basado en metodologías activas, implica cambiar roles entre el maestro y el estudiante, ya que en este sentido el maestro deja de ser esa figura en el cual se centra el aprendizaje y el estudiante pasa a ser personaje principal, esto supone un reto importante para el maestro ya que este debe conocer al grupo de estudiantes con el que está trabajando para así emplear las mejores metodologías que les brinde el mejor aprovechamiento del tema que se está abordando. Para la realización del presente artículo se realizó en base a una investigación documental sobre el tema, basado en una revisión crítica del estado del conocimiento, para lo cual se hizo un análisis exhaustivo a una serie de artículos de investigación publicados en revistas arbitradas y textos. Como resultado podemos evidenciar que el empleo de metodologías activas brinda la oportunidad al estudiante de aprovechar varias herramientas para la resolución de problemas, sin embargo, para que esto sea una realidad en nuestro país, es importante que se desarrolle un plan de capacitación docente en metodologías activas para la gestión del proceso enseñanza; espacio que permita vincular los conocimientos de la escuela con las situaciones y problemas de su contexto social, familiar y personal.

 

Palabras clave: metodologías activas; estudiantes; opiniones; proceso enseñanza aprendizaje.


 

Active Methodologies In The Teaching-Learning Process: Implications And Benefits

 

ABSTRACT

The transition from a teaching-centered model of education to a learning-centered one involves a major "cultural shift." Moving from a traditional teaching to a learning process based on active methodologies, implies changing roles between the teacher and the student, since in this sense the teacher ceases to be that figure in which learning focuses and the student becomes the main character, this is an important challenge for the teacher since he must know the group of students with whom he is working in order to Use the best methodologies that give them the best use of the topic being addressed. For the realization of this article was carried out based on documentary research on the subject, based on a critical review of the state of knowledge, for which an exhaustive analysis was made to a series of research articles published in refereed journals and texts. As a result, we can show that the use of active methodologies provides the opportunity for the student to take advantage of several tools for problem solving, however, for this to be a reality in our country, it is important to develop a teacher training plan in active methodologies for the management of the teaching process; Space that allows to link the knowledge of the school with the situations and problems of its social, family and personal context.

 

Keywords: active methodologies; students; opinions; teaching-learning process.

 

 

 

 

Artículo recibido 05 Mayo 2023

Aceptado para publicación: 20 Mayo 2023


 

INTRODUCCIÓN

Las personas aprendemos de forma natural; empero, enseñar se ha vuelto una tarea cada vez más exigente para quienes ejercen la docencia en los diferentes niveles. La experiencia dicta que “hoy tenemos alumnos para los que nuestro sistema educativo no fue creado” (Prensky, 2001). Lo anterior manifiesta la urgencia de innovar la labor docente y encontrar mejores metodologías para hacer asequible el aprendizaje a los estudiantes.

A partir del siglo XVII existe una notable tendencia a modificar la educación, específicamente en

lo que respecta a nuevos métodos de enseñanza, lo cual rindió sus frutos a finales del siglo XIX, cuando se da inicio a un importante movimiento de renovación educativa y pedagógica conocido como Educación Nueva, la cual optaba por el desarrollo de prácticas en el aula que fomentan la crítica, la lúdica, la integración y la reflexión rompiendo con ello, el estilo de enseñanza tradicional. GIMA (2008).

Esto evidencia que desde la época citada se inicia una noción de las metodologías activas que buscaba romper con la enseñanza tradicional, el aprendizaje memorístico, y dogmática, entendiéndolas como aquellos métodos, técnicas y estrategias que utiliza el docente para convertir el proceso de enseñanza en actividades, tareas o acciones que fomenten la participación activa del estudiante y lleven a su aprendizaje de una forma constructiva e interactiva a través de la experiencia. La metodología activa surge “para la construcción del conocimiento busca formar en el estudiante habilidades tales como autonomía, desarrollo del trabajo en pequeños equipos multidisciplinares, actitud participativa, habilidades de comunicación y cooperación, resolución de problemas, creatividad y otros” Aiche (2011).

Hoy las metodologías activas retoman tres ideas principales:

1.       El estudiante es un protagonista activo de su aprendizaje.

2.       El aprendizaje es social. Los estudiantes aprenden mucho más de la interacción que surge entre ellos que solamente de la exposición.

3.       Los aprendizajes deben ser significativos. El aprendizaje requiere ser realista, viable y complejo de forma que el estudiante halle relevancia en la transferencia de dicho contenido.

Adicionalmente, las metodologías activas implican un trabajo colaborativo, entre docentes y estudiantes o entre los mismos estudiantes con o sin material de apoyo involucrado, con la intención de lograr una comprensión profunda del contenido, basado en situaciones reales de aprendizaje que procure desarrollar determinadas competencias y objetivos, que generalmente se orienta a la acción. (Suniaga, 2019)

El aplicar las metodologías activas implica para el docente, conocer bien a sus estudiantes, cuáles son sus ideas previas, que son capaces de aprender en un momento determinado, elementos motivantes y desmotivantes tanto internos como externo, sus hábitos, valores y actitudes para el estudio. Aspectos que en la praxis develan todo un reto para el docente, pues influyen una serie de factores entre los que destacan: la planificación, organización, liderazgo, dominio del grupo, entre otros, esto es debido a que “enseñar no solo implica proporcionar información, sino también ayudar a aprender y a desarrollarse como personas” (Díaz, 2010).

En el presente artículo se pretende dar a conocer qué son las metodologías activas en el proceso de la enseñanza, cuál es su importancia y porque deberían ser empleadas en la actualidad, se desglosa cuáles son las principales metodologías y como aplicarlas dando a conocer cuáles son sus implicaciones y beneficios. Por ello se considera los aportes de Suniaga, (2019), Díaz (2010), y Zabalza, (2011), estas metodologías son:

1.       Aprendizaje basado en proyectos: esta metodología ha sido desarrollada y promovida por teóricos como William H. Kilpatrick en la década de 1910, y posteriormente por John Dewey en la década de 1930. Ambos destacaron la importancia de la experiencia práctica y la aplicación del conocimiento en proyectos concretos.

2.       Aprendizaje cooperativo: Este aprendizaje metodológico se basa en las teorías del psicólogo Lev Vygotsky, quien enfatizó la importancia del aprendizaje social y la colaboración entre pares. Sin embargo, el término "aprendizaje cooperativo" fue acuñado por el sociólogo Morton Deutsch en la década de 1940.

3.       Aprendizaje basado en problemas: tiene sus raíces en las teorías constructivistas de Jean Piaget y Jerome Bruner, quienes argumentaron que los estudiantes deben ser desafiados con problemas auténticos para construir su propio conocimiento. Aunque no hay un inventor específico, el ABP se popularizó en la década de 1960 y se ha aplicado en diversos contextos educativos.

4.       Aprendizaje basado en retos: El uso de retos como estrategia educativa se ha utilizado durante décadas, y su implementación ha sido influenciada por teóricos como Christopher Branson y Harold S. Butcher en la década de 1960. Se ha utilizado en disciplinas como la medicina y el derecho para fomentar la aplicación práctica de conocimientos en situaciones reales.

5.       Aprendizaje autónomo: El enfoque del aprendizaje autónomo ha sido influenciado por teóricos como Carl Rogers y Malcolm Knowles. Rogers, en su teoría de la educación centrada en el estudiante, destacó la importancia de brindar a los estudiantes la libertad de aprender a su propio ritmo y de acuerdo con sus intereses y necesidades. Knowles, por otro lado, se enfocó en el aprendizaje de adultos y abogó por un enfoque autodirigido, donde los adultos son responsables de su propio proceso de aprendizaje.

6.       Aprendizaje basado en la gamificación: Utiliza elementos de juegos en el diseño de actividades y tareas educativas para motivar y comprometer a los estudiantes. La gamificación incorpora recompensas, desafíos y competencias, lo que aumenta la participación, el seguimiento del progreso y el logro de objetivos de aprendizaje.

7.       Aprendizaje basado en el aula invertida: El concepto del aula invertida se atribuye a Jon Bergmann y Aaron Sams. Este enfoque tiene como objetivo principal maximizar el tiempo en el aula para actividades de mayor valor agregado, donde los estudiantes pueden aplicar, profundizar y consolidar lo que han aprendido previamente. Además, el aula invertida promueve la autonomía, la responsabilidad y el pensamiento crítico de los estudiantes, ya que les permite tener un rol más activo en su propio proceso de aprendizaje.

Es importante destacar que estas metodologías activas han evolucionado y se han adaptado a lo largo del tiempo, y su aplicación práctica puede variar según el contexto educativo y las necesidades de los estudiantes. Por lo tanto, es recomendable investigar más a fondo sobre cada enfoque en particular para obtener una comprensión completa de su origen y desarrollo.


 

METODOLOGÍA

Este artículo se desarrolló en base una metodología de ruta cualitativa, responde a una investigación descriptiva en donde se realizó una revisión documental sobre el tema, basado en una exploración crítica del estado del conocimiento; en efecto del mismo, se formalizó una búsqueda exhaustiva a una serie de artículos de investigación publicados en revistas indexadas y textos con validez científica.

La investigación documental implica el estudio de problemas con el objetivo de ampliar y profundizar el conocimiento sobre su naturaleza. Para ello, se utiliza el respaldo de trabajos previos, información y datos publicados en medios impresos, audiovisuales o electrónicos. En este caso, se examinó el papel de las metodologías activas en el empoderamiento docente. Se describieron las metodologías activas, los tipos existentes, el concepto de empoderamiento docente y su importancia, así como la forma en que las metodologías activas facilitan dicho empoderamiento. El propósito de esta investigación es dar a conocer el estado actual de las categorías de metodologías activas y empoderamiento docente, y analizar sus relaciones para establecer pautas que resulten de un análisis crítico y reflexivo. Estas pautas podrían ser útiles para que los docentes implementen las metodologías activas en un lugar y tiempo específicos en el futuro.

RESULTADOS Y/O DISCUSIÓN

Metodologías activas, también llamadas “metodologías participativas” se basan en procesos de intercambio (de saberes, experiencias, lecciones de vida, sentimientos, etc.) para la resolución colaborativa de problemas y la construcción de conocimiento tanto individual y colectivamente. Hablar de metodologías activas es referirse a un conjunto de procesos, procedimientos, técnicas y herramientas que involucran al estudiante activamente en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Implican un proceso interactivo basado en la comunicación profesor-alumno y alumno-alumno que promueva la implicación responsable del alumno y trae satisfacción y enriquecimiento tanto para el docente como para el alumno (López Noguero, 2005). A diferencia de las metodologías tradicionales, las metodologías activas se basan principalmente en la idea de que el alumno es el responsable de su propio aprendizaje, por lo cual los profesores deben participar y colaborar en el desarrollo de la autonomía del alumno en el aprendizaje para que de esta forma el estudiante pueda enfrentarse a problemas reales a través del desarrollo de ciertas habilidades que cada vez son más requeridas en la vida laboral.

La tarea principal de las metodologías activas de aprendizaje es hacer que el alumno alcance los objetivos propuestos, adquiriendo una serie de competencias o habilidades y valores, como el trabajo en equipo, la capacidad de comunicación y reflexión, etc. Para lograr este objetivo, el docente debe buscar, elegir y organizar actividades para facilitar el aprendizaje significativo, esta nueva función descentra el acto de enseñar.

Un buen cambio en las prácticas docentes puede permitirnos dotar a la sociedad de profesionales creativos, reflexivos, que posean una base sólida en conocimientos técnicos y tecnológicos, que sean capaces de aprender a lo largo de su vida y que les ayude a tener las habilidades comunicativas indispensables en el mundo actual (Labrador, Andreu & Ribes, 2008).

El uso de metodologías activas en la enseñanza no será útil para el alumno solo en el espacio cerrado de la en el aula sino, como se ha dicho, le beneficiará fuera del aula, ya que estas metodologías están orientadas a cambiar tanto las aptitudes como las actitudes. Para lograr este objetivo, los profesores deben considerar la participación del estudiante en el proceso de enseñanza-aprendizaje, aspecto fundamental de la actividad de enseñar (Romero & Crisol, 2012). El estudiante debe participar en mayor o menor medida en los siguientes aspectos de educación:

§  Detección y priorización de necesidades: Como clave para dar al alumno un papel protagonista desde el principio, el profesor debe, antes de iniciar la actividad docente concreta, conseguir captar la motivación e interés del alumno, y hacerle sentir y comprender las razones que justifican el posterior proceso de enseñanza-aprendizaje.

§   Especificación de objetivos: Si los alumnos conocen y sienten las necesidades educativas a las que se enfrentan, estarán en las mejores condiciones de participar en la consecución de los fines que orientan las actividades que realizan en el aula. A partir de la propuesta inicial del profesor, todos deben conocer y asumir el compromiso, ya que la idea es que los alumnos aprendan conociendo el significado de lo que van a aprender.

§  Definición de contenidos: Los contenidos que desarrollan los profesores suelen surgir de un marco pedagógico muy cerrado, en el cual el estudiante no tiene la oportunidad de participar. Así, ya sea en la presentación inicial de los contenidos de la asignatura o durante el desarrollo de cada uno de los temas, bloques, unidades, etc., el profesor deberá brindar a los estudiantes la oportunidad no solo de hacer preguntas sobre el contenido, sino también de sugerir cambios, proponer nuevos temas de debate, etc.

§  Detección de ideas previas: Intenta hacer consciente al alumno de su situación personal en relación con el nuevo aprendizaje para posicionarse ante los posibles conflictos cognitivos que pueden surgir cuando se introduce el conocimiento.

§  Actividades y aprendizaje de contenidos: como se ha indicado hasta ahora, estamos hablando de implicación responsable del estudiante, tal involucramiento hace que la participación del estudiante sea crucial en las actividades y formas de aprender los contenidos.

§  Evaluación: Al considerar la evaluación, como un elemento más de la educación, tanto el profesor y el alumno ahora podrán reflexionar y proponer mejoras en los procesos a desarrollarse en el aula, distanciando así la educación del carácter dominante del profesor, así como también la evaluación tradicionalmente acompañada.

El problema de la metodología activa radica en que a menudo se aplica de manera inapropiada o simplemente no se aplica, por lo que el uso de metodologías activas solo está presente en teoría. Aunque se han observado muchas experiencias en la implementación de metodologías activas en diferentes materias y campos de conocimiento, muchos profesores sean o no muy innovadores en su actividad metodológica activa continúan sus estrategias basando sus clases en dictados, lecturas, presentaciones, etc., que dejan al estudiante en un estado de pasividad. Esta práctica crea una situación en la que los estudiantes no logran un aprendizaje significativo y en la que el aula se convierte en un espacio de aburrimiento y obligación, carente de estimulación y por lo tanto saboteador rendimiento académico (Zabalza, 2011).

¿Cuál es la importancia de las metodologías activas en el proceso de enseñanza?

Bonwell y Eison afirman que "los estudiantes deben hacer algo más que escuchar: ellos deben leer, escribir, discutir o participar en la resolución de problemas. Lo más importante, es que los estudiantes deben participar en tareas de pensamiento de orden superior como análisis, síntesis y evaluación. Las estrategias que promueven el aprendizaje activo se definen como actividades de instrucción que involucran estudiantes en hacer cosas y pensar en lo que están haciendo".

El uso de estas técnicas en el aula es vital debido a su poderosa impacto en el aprendizaje de los estudiantes. Los estudios han demostrado que los estudiantes prefieren estrategias que promueven el aprendizaje activo a las conferencias tradicionales. Otros estudios de investigación que evalúan

rendimiento de los estudiantes han demostrado que muchas estrategias que promueven aprendizaje son comparables a las conferencias en la promoción del dominio del contenido, pero

superior a las conferencias en la promoción del desarrollo de las habilidades de los estudiantes en el pensamiento y escribiendo. Algunas investigaciones cognitivas han demostrado que un gran número de individuos tienen estilos de aprendizaje que se abordan mejor utilizando técnicas pedagógicas distintas que dar una conferencia.

Según Suniaga. (2019), a continuación, se presentan las metodologías que se consideran más frecuentes de utilizar y que en base a la experiencia documentada, son más relevantes:

1.       Enseñanza basada en preguntas: una forma efectiva de estimular el pensamiento crítico y evaluar el aprendizaje es mediante la identificación de objetivos y preguntas que permitan medir el conocimiento y la capacidad reflexiva y crítica de los estudiantes. Es importante determinar momentos clave durante el proceso de enseñanza para plantear preguntas fundamentales, ya sea al inicio, durante el desarrollo o al cierre de una actividad. Además, se debe tener en cuenta el grado de interés, atención y autenticidad de los problemas reales para construir preguntas pertinentes. También es necesario considerar aspectos como el tiempo disponible, la redacción de las preguntas y el uso de un lenguaje adecuado y comprensible para los estudiantes. Estas consideraciones adicionales son cruciales para garantizar una evaluación efectiva y significativa del aprendizaje.

2.       Aprendizaje entre pares: El enfoque descrito es una metodología efectiva para compartir aprendizajes, que crea contrastes y dinamismo en el conocimiento adquirido sobre un tema en particular. Para implementarla, se requiere fomentar la lectura mediante incentivos, promover actividades de cooperación y presentar problemas de solución cuantitativa que permitan gestionar el tiempo y los recursos adecuadamente.

3.       Análisis de casos: Evalúa situaciones reales, ayuda a tomar decisiones y desarrollar pensamiento crítico. Para su implementación, se hace necesario: la selección de casos pertinentes y acordes al conocimiento del estudiante, hacer planteamiento general de manera de analizar hechos claves y contexto, lectura y comprensión de manera de generar propuestas de soluciones.

4.       Papel de un minuto: Se usa a final o mitad de un periodo escolar, específicamente al cierre de una clase y permite tener una retroalimentación de la misma a fin de recopilar información, evaluar conocimientos, mejorar clima, hacer investigaciones breves o evaluar el impacto de diversas actividades, para mejorar planificación y organizar estrategias de trabajo. Para ello es necesario: definir un objetivo, formular máximo 2 preguntas, hacerlo de forma anónima y dar un tiempo de 1-5 minutos para responder en una hoja.

5.       Clases invertidas: Modelo pedagógico en las cuales los elementos de la lección impartida se invierten, pues los contenidos son preparados por el estudiante de forma autónoma en casa y antes de cada clase, a través de una serie de actividades (ensayos, cuestionarios, presentaciones y otros) que el docente les facilita y luego se trabajan en la clase. En este sentido, el estudiante puede elegir el tipo de material que mejor se ajusta a su forma de aprender y puede trabajar a su propio ritmo, ya que este construye su conocimiento mediante la búsqueda y síntesis de información, e integrándola con competencias de comunicación, indagación, pensamiento reflexivo, resolución de problemas y otras. El estudiante debe hacer suya la información y transformarla en conocimiento significativo y funcional para él, en algunos casos cumple el rol de colaborador y algunas veces de experto. En el aula, al comienzo de la clase, el docente tiene preguntas concretas en su mente para dirigir su aprendizaje, razón por la cual fomenta la comprensión del contenido (sintetizar, resolver problemas). Durante la clase, el estudiante participa y colabora en el grupo para la realización de actividades prácticas propuestas por el docente. Los estudiantes interaccionan entre sí, y se ayudan mutuamente procurando aprendizajes de forma activa, participativa, autónoma, comunicativa y colaborativa. Después de clase, el estudiante sigue aplicando los conocimientos adquiridos tras las recomendaciones del docente.

6.       Organizadores gráficos: Sirve para sistematizar contenidos en forma visual. Normalmente se utiliza al cierre de una clase o unidad, teniendo en cuenta que el concepto base o nuclear va ubicado en el centro o en la parte superior, para lo cual es necesario hacer previamente una lista de conceptos para luego establecer relaciones en distintos niveles y grados. Estos organizadores pueden ser de varios tipos: Mapas conceptuales (para establecer relaciones y jerarquizar conceptos), mapas mentales (para visualizar pensamientos y evidenciar los recursos combinados) y mapas argumentales (estructura visualmente un argumento).

7.       Analogías: Implica el uso de la semejanza para evaluar un tema. Comprende: Diseño del análogo (para lo cual es fundamental definir las características del curso, exploración proyectiva y anticipación de dificultades), Comparación del análogo (presentación del tópico, caracterizar, comparar, identificar limitaciones) y Evaluación (presentación de relaciones, corregir el análogo, levantar aprendizajes y dificultades del proceso).

8.       Análisis de ilustraciones: Consiste en el uso de imágenes para el aprendizaje en el aula. Se usa cuando no se tiene un objeto en el aula, al principio de una unidad o tema, como una actividad para generar dinamismo en la clase y al cierre, como síntesis. Para su implementación el docente presenta la imagen, los estudiantes observan y preguntan y el docente responde y explica las ilustraciones. Pueden ser: Descriptivas (para explicar algo difícil), Expresivas (para indagar sobre los valores y emociones), Construccionales (para explicar partes o elementos), Funcionales (para mostrar relaciones del objeto o del sistema) y Algorítmicas (para mostrar elementos o fases).

9.       Clases expositivas: Busca la comprensión de los temas de una clase. Promueve uso del lenguaje técnico. Proporciona información clave, sintética y relevante. Comprende dos etapas: la superestructura (inicio, desarrollo y cierre) y macroestructura (reconocer contenido global, comprender de que se trata, ideas principales, resumen del contenido, explicitar objetivos, relevancia para la formación y aspectos a dominar por estudiante). Para ello, se debe evocar conocimientos previos, mencionar conocimientos o experiencias previas conocidas por todos, indagar conocimientos con preguntas claves y relatar en voz alta lo que sabes.

10.   Aprendizaje basado en problemas (ABP): Inicia con un problema dado por el profesor, permite darle solución y desarrollar algunas competencias. Tiene como premisa que el estudiante aprende cuando ensaya o indaga sobre la naturaleza de fenómenos y actividades cotidianas. Abarca: Presentación del problema y condiciones de trabajo para su resolución, Detección de necesidades entre los estudiantes para solventar problemas, Recolección de datos e información y Solución o Propuestas de acción

11.   Juego de roles: Es un ejercicio de aplicación de conocimientos simulando situaciones reales. Comprende tres etapas: Diseño y Planificación (en la que se definen objetivos, conceptos y se comunican instrucciones), Ejecución (se estructura y designan los roles, luego se especifica el procedimiento, tiempo y rotación y se define el rol del docente) y finalmente, la Evaluación (abarca la evaluación por rol, calificación ajustada y la retroalimentación detallada). Esta metodología es aplicable al área de salud, educación e incluso a los negocios, pues sirve para desarrollar la comunicación efectiva, evaluar competencias específicas inherentes a la profesión y diferentes tipos de relaciones interpersonales.

12.   Debate: Busca que los estudiantes enfrenten diversos puntos de vista sobre un tema a través de una conversación estructurada. Sirve para desarrollar habilidades de argumentación, para indagar en temas no conocidos, para desarrollar habilidades de presentación en público. Para llevarlo a cabo es importante: definir un tema; búsqueda de información sobre el tema en fuentes confiables; la entrega de material de apoyo; dividir el curso en dos grupos (favor/contra); asignación de normas, roles, tiempos y turnos; definir argumentación o postura; organización interna del grupo: funciones y responsabilidades. Esta actividad se estructura en cinco etapas: introducción, la argumentación, el intermedio, la contrargumentación y las conclusiones.

13.   Aprendizaje en ambientes simulados: Es una técnica que recrea aspectos cotidianos de forma controlada y supervisada, en donde se usa el error como un medio de aprendizaje. Sirve para desarrollar la capacidad de resolver problemas, aprender procedimientos y técnicas de interacción social, razón por la cual fortalece debilidades de métodos tradicionales. Para su implementación es necesario la observación del contexto, la acción sobre la representación, precisar consecuencias de la acción y las formas físicas a representar.

14.   Aprendizaje por proyectos: Metodología que permite adquirir conocimientos y competencias a través de la elaboración de proyectos desarrollados en escenarios/situaciones reales relacionados con la formación del estudiante. Sirve para desarrollar habilidades para la resolución de problemas, trabajo en equipo y pensamiento crítico. Comprende tres fases: Inicio (nombre del proyecto, objetivo, cronograma, sistema de asesorías, formato de evaluación o definición de rutas formativas), Diseño e Implementación (Diagnóstico del problema principal, objetivos, estrategias, acciones y resultados esperados) y Fase final (evaluación de resultados y de funciones). La propuesta/proyecto a desarrollar debe incluir: justificación, diagnostico, objetivos, destinatarios, actividades, cronograma y recursos.

15.   Aprendizaje en el servicio: Plantea una aproximación real a través de la realización de un servicio para cubrir necesidades comunitarias. Se utiliza para conocer contexto, integrar aprendizajes disciplinares, generar soluciones creativas, movilizar actividades y/o recursos personales/institucionales, impulsar intercambio de experiencias e instalación de capacidades. Comprende 10 etapas: Establecer resultados de aprendizaje, Reconocimiento de necesidades u oportunidad de mejora sentida por la comunidad, Selección de socios comunitarios, Identificación de actores involucrados y división de roles, Ceremonia de inicio, Diagnóstico del proyecto, Elaboración del plan de trabajo, Implementación, Evaluación y Ceremonia de cierre.

16.   Gamificación/Aprendizaje basado en juegos: Utiliza la mecánica de los juegos con el fin de afianzar conocimientos, mejorar habilidades, desarrollar competencias o recompensar acciones concretas. El juego como estrategia educativa es una forma de interiorizar conocimientos de forma lúdica y ayuda a resolver problemas como: falta de atención, desmotivación y otros. Utiliza técnicas mecánicas para recompensar en base al objetivo logrado, entre ellas: acumulación de puntos, escalado de niveles, obtención de premios, regalos, clasificaciones, desafíos, misiones o retos. Además, usa técnicas dinámicas para motivar al usuario y seguir adelante en la consecución de sus objetivos, tales como: recompensa, estatus, logro y competición. Por tanto, en función de la dinámica que se persiga deberán explotar más unas técnicas mecánicas que otras. La idea de la gamificación consiste en valernos de los sistemas de puntuación-recompensa-objetivo para alcanzar nuestros objetivos educativos.

17.   Aprendizaje basado en equipos/Trabajo colaborativo/Aprendizaje Cooperativo: Enfocada en la interacción de personas que trabajan en pequeños grupos para desarrollar diversas tareas. Los grupos deben estar compuesto idealmente por 4 personas, son escogidos por el docente de forma intencionada donde se reparten responsabilidades que son rotativas. Además, son grupos heterogéneos y estables en conocimientos, sexo, habilidades u otros. El docente debe cumplir un rol de guía o facilitador y para ello debe realizar un plan fundamentado en los conocimientos previos del estudiante y objetivos de la asignatura o del tema a través de preguntas al inicio de un tema/clase/asignatura. Posteriormente, el docente debe realizar un seguimiento continuo de avances, necesidades y dificultades que se presentan en el aprendizaje individual o grupal, tanto en su desarrollo como en el trabajo final. Por su parte, los estudiantes cumplen diversos roles: en la conformación (el coordinador es el más capacitado, secretario, moderador y encargado de materiales) y en el desarrollo (rotar cargos, tomar decisiones, establecer estrategias, designar tareas y responsabilidades, establecer reglas y sanciones, procesar y presentar información, realizar auto y coevaluación.

Para finalizar, puede afirmarse que la clave del éxito en el desarrollo de las metodologías activas consiste en tener presente que lo más importante cada alumno. La idea de que los estudiantes sean estudiantes acertados, bien prósperos, libres de progresar a su ritmo y que adquieran más fácilmente los conocimientos fundamentales, no es una fantasía, debe ser una realidad. El papel de los profesores en el éxito del aprendizaje radica en el compromiso que tienen al desarrollar una profesión que los motiva y que aman, pues se sienten autónomos para desarrollar su propia manera de enseñar.

CONCLUSIONES

En las instituciones del sistema educativo ecuatoriano aún siguen en vigencia estrategias didácticas tradicionales, caracterizadas por un proceso de enseñanza aprendizaje monótono y verticalista.

Los salones de clase son espacios de diversidad, por lo cual los docentes deben adaptar el currículo a los estilos, ritmos y necesidades de aprendizaje de sus estudiantes, asignando un rol activo y protagónico en la construcción del conocimiento.

Resulta oportuno que en las instituciones educativas se desarrolle un plan de capacitación docente en metodologías activas para la gestión del proceso enseñanza; espacio que permita vincular los conocimientos de la escuela con las situaciones y problemas de su contexto social, familiar y personal.

Las metodologías activas en el proceso de enseñanza-aprendizaje tienen un impacto significativo y beneficioso. Al utilizar enfoques interactivos y participativos, se fomenta una mayor participación y compromiso de los estudiantes en su propio aprendizaje. Estas metodologías promueven la construcción activa del conocimiento, la colaboración entre los estudiantes y el desarrollo de habilidades prácticas.

La implementación de metodologías activas conlleva diversas implicaciones tanto para los docentes como para los estudiantes. Los docentes deben adaptar sus roles y enfoques pedagógicos, pasando de ser meros transmisores de conocimiento a facilitadores del aprendizaje. Esto implica una mayor planificación, diseño de actividades desafiantes y brindar retroalimentación efectiva. Por otro lado, los estudiantes se vuelven más responsables de su propio aprendizaje, asumiendo un papel activo en la adquisición de conocimientos y habilidades.

Entre los beneficios de las metodologías activas se encuentran un mayor interés y motivación de los estudiantes, un mejor desarrollo de habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas, así como una mayor retención de la información adquirida. Estas metodologías también fomentan el trabajo en equipo, la comunicación efectiva y el aprendizaje colaborativo, preparando a los estudiantes para enfrentar desafíos del mundo real.

En resumen, las metodologías activas en el proceso de enseñanza-aprendizaje brindan implicaciones significativas y beneficios sustanciales. Al promover la participación activa de los estudiantes, se fomenta un aprendizaje más profundo, colaborativo y significativo. Su implementación requiere una adaptación de roles y enfoques tanto por parte de los docentes como de los estudiantes, pero los resultados positivos en el desarrollo de habilidades y la adquisición de conocimientos hacen que valga la pena.

 

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[1] Autor Principal