Las ciudades tontas[1]: una reflexión crítica sobre el nuevo desarrollo urbano[2]

 

Juan Manuel Martínez Zuñiga[3]

[email protected]

https://orcid.org/0009-0001-2599-5329

Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas. (CESCIJUC)

Ciudad de México.

 

Nancy Elizabeth Pruneda Ávila

[email protected]

https://orcid.org/0009-0001-2599-5329

Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas. (CESCIJUC)

Ciudad de México.

 

 

RESUMEN

Este Trabajo de investigación se propuso analizar el fenómeno de las "ciudades tontas" desde una perspectiva urbanística y social. Al considerar la ciudad del siglo XXI, recordamos que las cosas que más nos gustan de las ciudades (parques, espacios públicos, comunidades vecinales, oportunidades educativas, culturales y ambientales) están hechas y pobladas por personas, no por tecnología. La tecnología tiene un lugar en las ciudades, pero ese lugar no está en todas partes. Para lograr los objetivos, se analizan las implicaciones negativas de las ciudades tontas en términos de planificación urbana, uso de recursos, desigualdad social y participación ciudadana. también se cuestiona la viabilidad de este enfoque del desarrollo urbano y se propone alternativas más sostenibles e inclusivas. Dentro de las estrategias que busca este trabajo es abarcar todos los aspectos urbanísticos, sociales y medioambientales, así como identificar las características principales de las ciudades tontas, incluyendo su planificación ineficiente, falta de distribución de recursos adecuada, el hacer contrastar los hallazgos obtenidos con los principios de planificación urbana sostenible, inclusiva y participativa. Y por último el proponer alternativas y estrategias para la construcción de ciudades más humanas y sostenibles, resaltando la importancia de la eficiencia en la movilidad, el uso de recursos renovables y la participación ciudadana activa. La metodología de esta investigación comparativa de casos de estudio que ilustran tanto las características negativas de las ciudades tontas como las soluciones innovadoras implementadas en ciudades más humanizadas. Los hallazgos y resultados que se identificaron son las principales características de las ciudades tontas, destacando su planificación ineficiente, El resaltó de la importancia de la planificación urbana inteligente, la eficiencia en la movilidad, la gestión adecuada de recursos y la participación ciudadana activa como elementos clave para construir ciudades más humanas y sostenibles.

 

Palabras clave: Ciudad; Planificación urbana; Desigualdad social; Sustentabilidad.


 

Dumb Cities: a critical reflection on new urban development.

 

ABSTRACT

This research work aimed to analyze the phenomenon of "dumb cities" from an urban and social perspective. As we consider the twenty-first century city, we remember that the things we love most about cities—parks, public spaces, neighborhood communities, educational, cultural, and environmental opportunities—are made and populated by people, not technology.  Technology has a place in cities, but that place is not everywhere. To achieve the goals, the negative implications of dumb cities in terms of urban planning, resource use, social inequality and citizen participation are analyzed. It also questions the viability of this approach to urban development and proposes more sustainable and inclusive alternatives. Among the strategies that this work seeks is to cover all urban, social and environmental aspects, as well as to identify the main characteristics of dumb cities, including their inefficient planning, lack of adequate distribution of resources, contrasting the findings obtained with the principles of sustainable, inclusive and participatory urban planning. And finally, to propose alternatives and strategies for the construction of more humane and sustainable cities, highlighting the importance of efficiency in mobility, the use of renewable resources and active citizen participation. The methodology of this comparative research of case studies that illustrate both the negative characteristics of dumb cities and the innovative solutions implemented in more humanized cities. The findings and results that were identified are the main characteristics of dumb cities, highlighting their inefficient planning, He highlighted the importance of smart urban planning, efficiency in mobility, proper management of resources and active citizen participation as key elements to build more humane and sustainable cities.

 

Keywords: City; Urban planning; Social inequality; Sustainability.

 

 

 

 

 

Artículo recibido 19 mayo 2023
Aceptado para publicación: 19 junio 2023

 

 


 

INTRODUCCIÓN.

En verdad, se trata de un reclamo social. ¿De las “ciudades tontas”? Aparentemente sí, pero. Ha habido tantas ciudades adjetivadas “Tontas” para llamar la atención que ninguna ha arraigado. Por la sencilla razón de que todas más o menos se pueden aplicar el adjetivo prometedor. Y además el dicho adjetivo casi nunca es el calificativo más definidor de la ciudad. ¿Ciudades tontas? La Unesco ha encontrado un nicho bastante lucrativo, se hace pagar el título. En todas partes encuentras las nuevas ciudades inteligentes (Smart Cities) por tal motivo las otras ciudades restantes serán las tontas.

El griego antiguo documenta gran diversidad de expresiones relativas a la estupidez humana, muchas de ellas protagonizadas por individuos e incluso pueblos enteros que se convirtieron en paradigma de estupidez, a los cuales se atribuían toda clase de acciones insensatas. Esos modelos de necedad podían ser personajes creados por la imaginación popular, figuras de origen literario, ciudades y regiones cuyos habitantes eran considerados especialmente tontos, y animales que cargaban con el sambenito de ser particularmente estúpidos.[4]

En la actualidad, el concepto de "ciudades tontas" ha surgido como una crítica a la forma en que se han diseñado y planificado muchas ciudades alrededor del mundo.[5] Estas ciudades, en lugar de ser lugares más humanizadas e inteligentes y sostenibles, se caracterizan por su falta de eficiencia, inadecuada distribución de recursos y una calidad de vida deficiente para sus habitantes.

Este articulo tiene como objetivo analizar las implicaciones de las ciudades tontas y cuestionar la viabilidad y su enfoque en desarrollo urbano. En primer lugar, las ciudades tontas se caracterizan por una planificación urbana ineficiente. El crecimiento desordenado de las áreas urbanas sin una visión a largo plazo ha llevado a la congestión del tráfico, la falta de infraestructuras adecuadas y la pérdida de espacios verdes. En lugar de priorizar la movilidad sostenible, se promueve el uso excesivo de vehículos privados, lo que contribuye a la contaminación del aire y al cambio climático. Además, la falta de espacios públicos y áreas recreativas limita las oportunidades de recreación y bienestar para los habitantes, lo que afecta negativamente su calidad de vida.[6] En segundo lugar, las ciudades tontas se caracterizan por un uso ineficiente de los recursos. En lugar de fomentar la eficiencia energética, la gestión adecuada del agua y la promoción de energías renovables, estas ciudades dependen en gran medida de recursos no renovables y sistemas obsoletos. La falta de inversión en tecnologías inteligentes y sostenibles limita la capacidad de las ciudades para adaptarse a los desafíos del futuro, como el cambio climático y el aumento de la demanda de energía.

Además, las ciudades tontas perpetúan la desigualdad social. La falta de acceso a viviendas asequibles, servicios básicos y empleo digno afecta desproporcionadamente a los sectores más vulnerables de la sociedad. La segregación espacial y la falta de planificación inclusiva contribuyen a la exclusión social y la fragmentación de la comunidad. En lugar de fomentar la diversidad y la integración, las ciudades tontas promueven la homogeneidad y el aislamiento, lo que resulta en una sociedad polarizada y desvinculada. Parece ser que las ciudades tontas, han sido desplazado por el concepto Smart City es la gran posibilidad de hacer de nuestro barrio una ciudad del futuro, a modo de aquellas utopías dibujadas por artistas futuristas de principios del siglo XX. Pero pasadas las primeras fiebres visionarias, las grandes inversiones y los primeros proyectos piloto, está resultando que no es oro todo lo que reluce.[7]

La idea de una ciudad que pueda utilizar las tecnologías de la información y de la comunicación para crear mejores infraestructuras para los ciudadanos, que sean eficientes, sostenibles y que funcionen de forma rápida y segura, es un eslogan que todos compraríamos. La ciudad se convertiría entonces en un laboratorio viviente, recopilando y analizando frenéticamente datos que emiten móviles, puentes o hasta papeleras. Utilizando esta información para desarrollar una movilidad urbana y un transporte público sostenible, una planificación del territorio eficiente, un ahorro considerable de energía y una reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.[8] Todo de manera automatizada y controlada en tiempo real. Como consecuencia, la calidad de vida y la salud de los ciudadanos mejorarían considerablemente. El enfoque de las ciudades tontas descuida la importancia de la participación ciudadana en la toma de decisiones urbanas. Los ciudadanos, como principales interesados en el desarrollo de sus comunidades, deben tener la oportunidad de involucrarse activamente en la planificación y diseño de las ciudades. Sin embargo, las ciudades tontas a menudo ignoran las voces de los habitantes y priorizan los intereses económicos y políticos sobre el bienestar de la comunidad.[9] Las ciudades tontas representan un enfoque de desarrollo urbano insostenible que perpetúa la ineficiencia, la desigualdad social y la falta de participación ciudadana. Es fundamental replantear la forma en que planificamos y diseñamos nuestras ciudades, priorizando la sostenibilidad, la inclusión y la calidad de vida de los habitantes. La creación de ciudades inteligentes y sostenibles requiere una visión a largo plazo, la adopción de tecnologías avanzadas y la participación de la comunidad. Solo a través de un enfoque integral y comprometido podremos construir ciudades verdaderamente inteligentes que satisfagan las necesidades presentes y futuras de sus habitantes.

El propósito de evitar el diseño de ciudades tontas ineficientes o poco inteligentes es mejorar la calidad de vida de los habitantes y promover un desarrollo urbano sostenible. Algunos de los principales objetivos incluyen:

1.- Eficiencia en el uso de recursos: Una ciudad eficiente busca minimizar el consumo de recursos naturales, como energía y agua, reduciendo así su impacto ambiental. Esto implica promover un diseño urbano compacto, transporte público eficiente con diseño del método TOD, (Transit Oriented Development) y el uso adecuado del suelo y desarrollo de infraestructuras sostenibles.

2.- Movilidad y accesibilidad: Una ciudad bien diseñada debe facilitar el desplazamiento de las personas, fomentando el uso de modos de transporte sostenibles, como el transporte público, bicicletas y peatones. La accesibilidad a servicios básicos, espacios verdes, áreas de recreación y centros de trabajo también es fundamental para garantizar la calidad de vida de los ciudadanos.

3.- Cohesión social: Una ciudad humanizada y eficiente busca promover la inclusión y la equidad, creando espacios públicos, elaboración de huertos urbanos, que fomenten la interacción social, la diversidad y la integración de diferentes grupos de población. También se busca garantizar el acceso equitativo a servicios y oportunidades para todos los ciudadanos.

4.- Resiliencia urbana: Una ciudad bien diseñada tiene en cuenta la gestión del riesgo de desastres y la adaptación al cambio climático. Esto implica considerar la ubicación de la ciudad, el diseño de infraestructuras resilientes, la protección de áreas verdes y la planificación adecuada para mitigar los efectos de posibles eventos extremos.

5.- Innovación y tecnología: El diseño de ciudades más humanizadas busca aprovechar las nuevas tecnologías y la innovación para mejorar la eficiencia, la calidad de vida y la prestación de servicios. Esto implica el uso de sistemas de información, sensores, análisis de datos y participación ciudadana para tomar decisiones informadas y mejorar la gestión urbana.[10]

Los elementos fundamentales del marco conceptual de esta investigación Siguiendo estos propósitos de diseño, muchas voces plantean soluciones alternativas para crear las ciudades del futuro con estrategias dumping, o estrategias tontas. Las intervenciones de no muy complicada implementación y mantenimiento que puedan ser adoptadas por todas las ciudades en el mundo. Una buena solución estaría basada en la recuperación de tecnologías y sistemas tradicionales, así como en intervenciones basadas en la naturaleza. En definitiva, serían soluciones y diseños que aportarían sostenibilidad, bajo consumo energético, mayor resiliencia, un menor coste de mantenimiento y una mejora en la salud de sus ciudadanos, convirtiéndose estos en actores clave para su implementación y desarrollo., incorporarían diseños para la captación, reutilización o infiltración de agua de lluvia, evitando problemas de inundaciones, de escasez de agua y recuperando ecosistemas. Limpiarían nuestras aguas residuales con la incorporación de humedales o SUDS (Sustainable Urban Drainage Systems) estratégicamente diseñados en toda la ciudad. Eliminarían el efecto isla de calor gracias a pavimentos permeables o fríos, cubiertas vegetales y un adecuado diseño del arbolado y áreas verdes, reduciendo la demanda energética y el confort peatonal. Se forzarían la cultura del caminar y el uso de la bicicleta creando barrios con comercio y equipamientos de cercanía, reduciendo los largos desplazamientos, el uso del coche, la contaminación atmosférica y aumentando la eficiencia del transporte público. Protegerían las zonas costeras de erosión e inundaciones recuperando ecosistemas marinos tradicionales como pastos marinos o fondos coralinos. Se utilizarían estrategias de construcción bioclimáticas y vernáculas, así como la ingeniería del biomimetismo (línea de investigación que intenta replicar las mejores ideas de la naturaleza) para generar energía, reducir el consumo, refrigerar o calefactar los edificios que cada día son más verticales con mayor altura sin contar con los medios necesarios de servicios primarios, esto ocurre por todas las grandes ciudades del mundo.[11]

METODOLOGÍA.

Crear una metodología para evitar ciudades tontas y promover ciudades más humanizadas, inteligentes y sostenibles es un proceso complejo y multidisciplinario, ya que cada ciudad tiene sus propias características y desafíos específicos. Es fundamental adaptar y personalizar la metodología según las necesidades y contextos locales, involucrando a todos los actores relevantes para lograr una transformación urbana exitosa. A continuación, se presenta una metodología general que puedes adaptar y ampliar según las necesidades de una ciudad como la es Monterrey, Nuevo León. México

1.- Análisis y diagnóstico:

·                 Se realiza un análisis exhaustivo de las características y desafíos de la ciudad, considerando aspectos como el transporte, la infraestructura, el uso del suelo, el medio ambiente, la economía y la calidad de vida.

·                 Se identifican los problemas y las deficiencias actuales que hacen que la ciudad sea ineficiente o poco humanizada e inteligente.

·                 Se evalúa las necesidades y aspiraciones de la población para garantizar que la planificación urbana sea inclusiva y refleje los deseos de los habitantes.

2.- Planificación y diseño:

·                 Se debe desarrollar un Plan Maestro que establezca una visión clara y objetivos para transformar la ciudad en una ciudad más a escala humana e inteligente y sostenible.

·                 El promover un diseño urbano integral y compacto que fomente la mezcla de usos del suelo y la diversidad funcional, lo cual reduce la dependencia del automóvil y fomenta la interacción social barrial y vecinal.

·                 Priorizar el transporte público, las bicicletas y los modos de transporte no motorizados, y asegura una infraestructura adecuada con ciclovías, parques lineales, pocket park y conexiones eficientes entre diferentes áreas de la ciudad.

·                 Diseñar y promueve la creación de núcleos verdes, parques, huertos urbanos, áreas de recreación y zonas peatonales para mejorar la calidad de vida y la salud de los habitantes.

3.- Tecnología e innovación:

·                 Incorporar soluciones tecnológicas y de datos para mejorar la eficiencia y la calidad de los servicios urbanos, como el transporte, la gestión de residuos, el suministro de energía y el agua.

·                 Utilizar sensores y sistemas de información para monitorear y gestionar de manera eficiente los recursos, las infraestructuras urbanas y el nivel de contaminación ambiental.

·                 Fomentar la participación ciudadana y la colaboración con empresas privadas, fundaciones, gremios y universidades para impulsar la innovación y la implementación de soluciones inteligentes.


 

4.- Sostenibilidad y resiliencia:

·                 Integrar la planificación de la gestión de riesgos y la adaptación al cambio climático en el diseño urbano, considerando posibles amenazas como inundaciones, sequías o eventos naturales extremos.

·                 Promover la eficiencia energética, el uso de energías renovables y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

·                 Fomentar la gestión sostenible y cultura del cuidado del agua, el tratamiento adecuado de residuos y la conservación de recursos naturales.

5.- Implementación y seguimiento:

·                 Establecer Políticas públicas y un marco de gobernanza y colaboración entre diferentes actores, como el gobierno local, empresas, academia y comunidad, para implementar el Plan Maestro diseñado de manera efectiva.

·                 Realizar un seguimiento regular de los avances y evaluar el impacto de las intervenciones y realizar los ajustes cuando sea necesario.

·                 Fomentar la educación y la conciencia pública sobre los beneficios de una ciudad inteligente, humana y sostenible, y promover por siempre la participación ciudadana en la toma de decisiones.

Una de las estrategias hay que destacar la construcción de edificios diseñados con principios bioclimáticos y biomimetismo, como el centro comercial y de negocios de Harare Zimbabue, el Eastgate Centre (África), que usa la estrategia de las termitas en la construcción de sus montículos para refrigerar el edificio, no siendo necesario el uso de aire acondicionado ni calefacción para alcanzar el confort térmico interior. Las aplicaciones son múltiples. Así, en China, desde el 2015 se están construyendo las llamadas ciudades esponjas, (Wuhan, una de las primeras ciudades esponjas de China) diseñadas para captar y retener un gran volumen de agua en episodios de fuertes lluvias y, por tanto, evitar inundaciones y los innumerables problemas que paralizan y colapsan las ciudades.[12] O la recuperación de prácticas tradicionales para solucionar problemas medioambientales, como la reutilización de humedales (SUDS) para la limpieza de aguas residuales de Calcuta, India. Este sistema, basado en la acuicultura, es un proceso natural que absorbe carbono, nitrógeno, sulfuro y metano, que a su vez crea piscifactorías y suministra fertilizantes para la agricultura local. Este proceso ha demostrado ser más eficiente que las tradicionales plantas de tratamiento, sin necesidad de suministrar agua, energía, ni tratamientos químicos, permitiendo un ahorro de unos dieciocho millones de euros al año y aportando una importante economía local a la ciudad.[13]

Si la tecnología vanguardista es la solución para crear mejores ciudades, lo será siempre y cuando esté al servicio y de las necesidades del ciudadano. La ciudad del nuevo urbanismo es la ciudad que nosotros queramos que sea, por lo tanto, ser y sentirnos parte de ella no es solo un derecho, sino también un deber. Cómo demos forma y personalidad a nuestros barrios depende de nosotros mismos el generar habitabilidad ya sea incorporando nuevas tecnologías o soluciones más tradicionales y naturales.

DISCUSIÓN.

La elección de esta temática responde a la escasez de estudios centrados en las “Ciudades Tontas” dando una crítica sobre el nuevo desarrollo urbano, esta discusión tiene como objetivo fomentar un diálogo constructivo y generar ideas innovadoras para transformar nuestras ciudades en más humanas y mejorar la calidad de vida de las personas, aprovechando los avances en tecnología, sostenibilidad y participación ciudadana, ante esto se elaboran 10 objetivos que se deben considerar para una mejor funcionalidad de la ciudad.

1.- Sensibilizar sobre la importancia de evitar el desarrollo de las ciudades tontas (sin sentido de pertenencia, identidad, tradiciones, desarrollo y crecimiento desmedido sin una planeación urbana). También el promover la creación de ciudades más humanas, sutiles y sostenibles.

2.- Identificar los principales desafíos y problemas asociados con las ciudades tontas mal planeadas y cómo afectan la calidad de vida de los habitantes.

3.- Explorar las características y beneficios de las ciudades humanizadas, inteligentes y sostenibles, y cómo pueden mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

4.- Discutir las estrategias y enfoques necesarios para evitar la planeación urbana de las ciudades tontas y promover un desarrollo urbano más perspicaz y sostenible a escala del usuario.

5.- Analizar el papel de la planificación urbana, la tecnología, la participación ciudadana y la colaboración entre diferentes actores en la creación de ciudades más compactas e inteligentes.

6.- Examinar casos de estudio exitosos de ciudades que han logrado transformarse en entornos más humanos, inteligentes y sostenibles, y extraer lecciones aprendidas.

7.- Identificar posibles barreras y desafíos en la implementación de políticas públicas y medidas para evitar las ciudades tontas y cómo superarlos.

8.- Discutir la importancia de la educación, la concientización y la participación ciudadana en el proceso de transformación urbana hacia ciudades con usos de los recursos naturales y de la propia naturaleza para volverla más inteligente y sostenible.

9.- Explorar formas de medir y evaluar el progreso hacia la creación de ciudades más humanas, sutiles y sostenibles.

10.- Proporcionar recomendaciones y acciones concretas que los gobiernos, la sociedad civil y otros actores pueden tomar para promover este tipo de ciudades con tecnología y sostenibles.  

El desarrollar una política pública aplicada para evitar ciudades tontas implica la adopción de medidas concretas y el compromiso del gobierno y otros actores relevantes. A continuación, se presenta un esbozo de una política pública que podría implementarse:

Establecimiento de una visión y objetivos claros:

·                 Definir una visión a largo plazo para la ciudad que promueva la humanización, la inteligencia y la sostenibilidad.

·                 Establecer objetivos específicos y medibles para orientar las acciones y evaluar los resultados.


 

Participación ciudadana y colaboración:

·                 Involucrar a los ciudadanos, organizaciones comunitarias y partes interesadas en el proceso de toma de decisiones y en la implementación de la política.

·                 Fomentar la colaboración entre el gobierno local, empresas, academia y sociedad civil para aprovechar conocimientos y recursos.

Planificación urbana y diseño:

·                 Integrar la planificación urbana, el uso del suelo y el diseño urbano para promover la humanización y la calidad de vida.

·                 Fomentar un desarrollo compacto y mixto que facilite la movilidad, la interacción social y la eficiencia energética.

·                 Priorizar el diseño de espacios públicos, áreas verdes y zonas peatonales accesibles para mejorar la calidad de vida de los habitantes.

Movilidad sostenible:

·                 Promover el transporte público eficiente, seguro y accesible, incentivando su uso y mejorando su infraestructura y cobertura.

·                 Fomentar el uso de modos de transporte no motorizados, como caminar y andar en bicicleta, mediante la creación de infraestructuras adecuadas y la implementación de políticas de movilidad activa.

·                 Reducir la dependencia del automóvil y fomentar la intermodalidad y la integración de diferentes modos de transporte.

Tecnología e innovación:

·                 Impulsar la adopción de soluciones tecnológicas inteligentes que mejoren la eficiencia y la calidad de los servicios urbanos.

·                 Utilizar datos y análisis para una toma de decisiones informada y mejorar la gestión urbana en áreas como transporte, energía, gestión de residuos y seguridad.

·                 Fomentar la investigación y la colaboración con el sector privado y académico para la innovación en tecnologías urbanas.

Sostenibilidad y resiliencia:

·                 Incorporar criterios de sostenibilidad y resiliencia en la planificación urbana y en la gestión de recursos, como la gestión eficiente del agua, el uso de energías renovables y la gestión de residuos.

·                 Promover prácticas de construcción sostenible y eficiencia energética en los edificios.

·                 Desarrollar estrategias de adaptación al cambio climático y la gestión de riesgos naturales.

Monitoreo y evaluación:

·                 Establecer indicadores y mecanismos de monitoreo para evaluar el progreso y el impacto de la política pública.

·                 Realizar evaluaciones periódicas y ajustar las medidas según sea necesario.

Educación y sensibilización:

·                 Promover programas educativos y campañas de sensibilización para involucrar a la comunidad en la transición hacia una ciudad más inteligente, humana y sostenible.

·                 Informar a los ciudadanos sobre los beneficios de estas políticas y fomentar su participación en la implementación.   

CONCLUSIONES.

¿Hubo alguna vez ciudades tontas? ¿Habrán sobrevivido estas ciudades hoy en la actualidad, la construcción humana más compleja, la domótica e Inmótica, la urbótica, la energía, la eliminación de residuos, la construcción en altura, el abastecimiento de alimentos, la organización el transporte, etc., suponen tecnologías y modos de gestión de inteligencia acumulada y de capacidad de innovación permanente? Ahora la moda es descubrir que las ciudades pueden ser inteligentes y no tontas.

Otras ciudades se apoyan en rankings diversos que los favorecen. Ciudades de negocios, atractivas para las inversiones, con zonas de prestigio para la localización de entidades financieras y sedes de grandes empresas. Otras ciudades venden su calidad de vida, su oferta cultural o de ocio, su imagen, su potencial innovador, o se autoproclaman “ecológicas” o “sostenibles”.  O sencillamente se legitiman por su historia. Otras ofrecen su posición que favorece los intercambios, las conexiones globales, su inserción en una macroregión económica. En fin, todas las ciudades acaban vendiendo los mismos atributos, todas poseen sus atractivos, todas se visten de seda y se ponen en venta.

¿La ciudad informacional? Seguramente la propuesta conceptual más seria y en consecuencia la menos exitosa en el mercado de valores urbanos dominantes. Proponía un modo de producción novedoso basado en las redes propiciadas por Internet. La ciudad aglomerada ya no era resultado de las economías de aglomeración. Internet rompía las barreras del espacio y del tiempo. Todo era posible “just in time”. Pero tenía dos puntos débiles. Separaba el modo de producción de las relaciones de producción y por lo tanto prescindía de las contradicciones sociales. El modo de producción no depende de la tecnología, es más bien al revés. La aparición y masificación del teléfono o del auto, por ejemplo, han generado transformaciones sociales, pero no han dado lugar a un modo de producción.[14]

La ciudad competitiva es probablemente la más tramposa. Es un concepto absurdo, el territorio no es competitivo. Una ciudad puede ser más o menos atractiva para los turistas, los congresistas, los emigrantes o las mafias. Su gobierno o sus elites pueden competir para organizar un evento o ser sede de un organismo internacional. Pero nadie es propietario del territorio o de la ciudad, lo son en todo caso las generaciones pasadas, presentes y futuras. La ciudad competitiva, es hoy un instrumento urbanicida pues sirve para generar enclaves en la ciudad aglomerada y marginaciones en las zonas urbanizadas sin ciudad.[15]

La ciudad del conocimiento es, paradójicamente, el concepto más tonto de todos. No hay ciudad sin conocimiento, es el capital social e intelectual de sus habitantes, su organización política y urbana, sus actividades y sus pautas de convivencia. Ciertamente la “teoría económica” dominante no proporciona un conocimiento de la realidad social pero sí que legitima la disolución de la ciudad a favor de la especulación urbana.

Pensamos que las ciudades no se merecen estos calificativos interesados que oscurecen la visión de la realidad, facilitan negocios a las empresas que presumen de tecnología y justifican operaciones costosas de los responsables políticos. Mejor sería ocuparse de las ciudades y los sistemas de ciudades y no la urbanización ciega y desregulada, reducir las desigualdades sociales y garantizar la calidad de vida de las poblaciones urbanas y recuperar conceptos más claros como el derecho a la ciudad y el gobierno democrático del territorio.[16]

BIBLIOGRAFÍA.

Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia”.

Bettolli, Mariana Isabel. (2016). Patrimonio y después. Miradas desde el sur. Número 107. Nueva sección – posiciones cordobesas

Borja, Jordi: (1988) Política de las ciudades. “El circulo vicioso de la marginación” y la violencia en el banlieue de París.

Borja, Jordi: (2003) La Ciudad Conquistada. “La ciudad es el desafío a los dioses, la torre de Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia”.

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García Romero, Fernando. (2021). Personajes prototipo de necedad en los fraseologismos del griego antiguo. Universidad Complutense de Madrid.

Gecco, L. (2019) “Irrelevant’: report pours scorn over Google’s ideas for Toronto smart city” en The. Disponible en: https://www.theguardian.com/cities/2019/sep/11/irrelevantpanel-pours-scorn-over-googles-ideas-for-toronto-smart-city

Leandro, Patricia. (2021). Las fronteras de las Smart cities Estrategias “inteligentes” y “tontas” para la ciudad del futuro.

McGuire, M. (2018) “Beyond flatland: when smart cities make stupid citizens” en City, Territory and Architecture, 5.

BIOGRAFÍA DEL AUTORES.

Juan Manuel Martínez Zúñiga. Profesor Investigador en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, Doctor en Administración en Políticas Públicas en el Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas. Coordinador de la Maestría en Ciencias con Orientación en Asuntos Urbanos de la Facultad de Arquitectura de la UANL. Actualmente cursa un Posdoctorado en Política, Estudios Sociales y Culturales en el CESCIJUC.

Nancy Elizabeth Pruneda Ávila. Profesora Investigadora en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Autónoma de Nuevo León, cuenta con una Maestría en Valuación Inmobiliaria en la Facultad de Arquitectura de la UANL. Es Doctora en Administración en Políticas Públicas en el Centro de Estudios Superiores en Ciencias Jurídicas y Criminológicas. Actualmente cursa un Posdoctorado en Política, Estudios Sociales y Culturales en el CESCIJUC.



[1] Queremos aclarar que no es apropiado referirse a las ciudades como "tontas" o utilizar términos despectivos para describir lugares. Cada ciudad tiene su propia identidad, características y atractivos únicos. En realidad, el termino de “ciudades tontas” es hacer referencia a ciudades pequeñas o menos conocidas, como "pueblos", "localidades" o "ciudades menos prominentes" que en su crecimiento no han desarrollado adecuadamente y en vez de crear soluciones generan un ejército de problemas de crecimiento y segregación social entre otros problemas urbanos, sociales, culturales y económicos. Sin embargo, es importante recordar que todas las comunidades merecen respeto y reconocimiento por su singularidad y contribuciones.

[2] Derivado de la presente tesis doctoral es el estudio y análisis de: Métodos y Políticas Públicas en Modelos avanzados de implementación en la imagen urbana de Monterrey en la actualidad. (Barrio, Espacio público y Calle).

[3] Autor principal

[4] García Romero, Fernando. (2021). Personajes prototipo de necedad en los fraseologismos del griego antiguo. Universidad Complutense de Madrid. p.p. 59-71

[5] Borja, Jordi: (2003) La Ciudad Conquistada. “La ciudad es el desafío a los dioses, la torre de Babel, la mezcla de lenguas y culturas, de oficios y de ideas. Sin memoria y sin futuro la ciudad es decadencia”. p.134.

[6] Borja, Jordi: (1988) Política de las ciudades. “El circulo vicioso de la marginación” y la violencia en el banlieue de París. p.p. 88-89.

[7] Leandro, Patricia. (2021). Las fronteras de las Smart cities Estrategias “inteligentes” y “tontas” para la ciudad del futuro. p.p. 100-103.

[8] Ibidem. p 105.

[9] C. Albert; Brillinger, M.; Guerrero, (2020). “Planning nature-based solutions: Principles, steps, and insights” en Ambio, Disponible en: https://doi.org/10.1007/s13280-020-01365-1. (08 junio 2023. 8:25 pm).

[10] Fleming, A. (2020) “The case for making low-tech ‘dumb’ cities instead of ‘smart’ ones” Disponible en: https://www.theguardian.com/cities/2020/jan/15/the-case-formaking-low-tech-dumb-cities-instead-of-smart-ones. (09 junio 2023. 8:40 pm).

[11] Op. Cit. Nota 6. Leandro, Patricia. p. 109.

[12]McGuire, M. (2018) “Beyond flatland: when smart cities make stupid citizens” en City, Territory and Architecture, 5, p,p. 1-11,

[13] Gecco, L. (2019) “Irrelevant’: report pours scorn over Google’s ideas for Toronto smart city” en The. Disponible en: https://www.theguardian.com/cities/2019/sep/11/irrelevantpanel-pours-scorn-over-googles-ideas-for-toronto-smart-city (10 junio 2023. 9:50 pm).

[14] Borja Jordi. (2013). Urbanidad contemporánea: Derecho a la ciudad y democracia real. Número 108 Urbanidad contemporánea p. 126

[15] Ibidem. p.128.

[16]Bettolli, Mariana Isabel. (2016). Patrimonio y después. Miradas desde el sur. Número 107. Nueva sección – posiciones cordobesas. p. 98.